Stendhal

Henri-Marie Boyle, más conocido por su pseudónimo Stendhal, fue uno de los grandes escritores viajeros del siglo XIX. Italia e Inglaterra contemplaron sus andanzas. Se cuenta que tras un largo día de paseo por Florencia, en el que no dejó de entrar en iglesias y museos y trató de no perder detalle de esculturas, cuadros, cúpulas y frescos para trasladar luego sus impresiones a su Diario, repentinamente sintió una extraña angustia al salir del maravilloso templo de la Santa Croce. Acudió presto a un médico que, tras tomarle el pulso y examinarle los ojos con los globos en blanco, le diagnosticó que sufría una sobredosis de belleza. Así nació el conocido como ‘síndrome de Stendhal’. Con el tiempo, los médicos han ido ampliando esta figura  para aplicarla también  a todos cuantos en la época contemporánea, con las facilidades que dan los modernos medios de transporte, sienten una necesidad patológica de viajar y no pueden quedarse quietos en su lugar de origen. Habría que cambiar la literatura médica y pasar del síndrome de Stendhal al síndrome de Monteseirín.