El landismo (2)

Landa pide disculpas por haber expulsado del Pleno a un fotógrafo de El Mundo. El gesto le
honraría, porque errar es humano, pero…. Pero, y por eso hablaba en condicional, aquí entra
otra faceta del landismo político: fabricarse, por la soberbia de no admitir una equivocación, una
coartada que justifique la metedura de pata como algo exógeno. A pesar de que el expulsado
mostró su acreditación periodística cuando Landa decretó que abandonara el Pleno y de que los
portavoces de la Oposición -y hasta el alcalde- le señalaron a éste su error, el delegado de
Relaciones Institucionales se escuda ahora en que “malinterpretó” (vaya, siempre la dichosa
palabreja) que el fotógrafo era un espontáneo salido de entre el público y que no pudo identificar
bien que se tratara de un reportero gráfico. Para avalar la coartada del presidente del Pleno, el
Ayuntamiento va a obligar a partir de ahora a que los foteros lleven “acreditaciones más
visibles”. Y digo yo: en vez de cambiar toda la logística de prensa ¿no habría sido más fácil y
barato que Landa hubiera ido al oculista?

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