La tasa

Como según el Charles Bronson municipal, Demetrio Cabello, el Ayuntamiento no tiene afán recaudatorio, en el intervalo de los tres minutos que median entre una multa de tráfico y otra se ha inventado la ‘tasa de acompañamiento’, otro ‘feliz’ hallazgo de la verborrea tecnocrática. El nuevo sablazo municipal se aplica a todo colectivo que ocupe la vía pública en actitud reivindicativa o lúdica (como si no existiera el constitucional derecho de manifestación y reunión) y que, en opinión del Gran Hermano que nos vigila desde la Plaza Nueva, precise de escolta policial, no se vaya a desmandar. Por cada hora de un guindilla siguiendo a quien no se lo ha pedido y que además le ha pagado el sueldo previamente con sus impuestos, ¡zas!, 35 euros de mordida municipal. A la marcha ciclista del domingo le quisieron clavar 3.000 euros, más que lo que valían las bicicletas, y previamente intentaron aplicarle la tasa sin tasa hasta a los patinadores y los domingueros del Parque del Alamillo. Y, mientras, Zoido, incapaz de cobrarle las deudas tributarias al Sevilla y al Betis.

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