Siete años después de comprar el convento a la Archidiócesis El Ayuntamiento de Sevilla incluyó el convento de Santa Clara en su Inventario de Bienes en 2011

NOVACIÓN

Ahora negocia pagar tres millones de euros más al Arzobispado para que lo escriture a su nombre

CLÁUSULA

Ese punto ya fue acordado en el convenio firmado en noviembre de 2001 pero nunca se cumplió

PLAZOS

La Gerencia de Urbanismo abonaría el dinero al Arzobispado en cuatro anualidades

 

El Ayuntamiento ha preparado la novación del convenio de compraventa del convento de Santa Clara que firmó con la Archidiócesis el 9 de noviembre de 2001 para pagarle a ésta tres millones más de euros con el fin de liberarse de la supuesta obligación de restaurar la iglesia del monasterio y de que el Arzobispado lo escriture a su nombre, pese a que esa condición ya figuraba hace 17 años y de que el convento está inscrito en el Inventario de Bienes Municipales.

La novación del contrato de compraventa se basa en un informe redactado por el subjefe del Servicio de Gestión Urbanística y Patrimonio Municipal de Suelo, Manuel Valdivieso, con el visto bueno del secretario, Luis Enrique Flores, un documento que se caracteriza por las omisiones, dudas y faltas de cautela en contraste incluso con el convenio firmado hace 17 años.

Según los técnicos municipales, con este nuevo acuerdo se sustituiría la obligación que entonces habría adquirido el Ayuntamiento de rehabilitar la iglesia del monasterio, cuya propiedad mantuvo la Archidiócesis para fines religiosos. Sin embargo, esa supuesta obligación suscita dudas. El entonces arquitecto municipal, director de las obras de rehabilitación del convento y miembro de la Comisión de Seguimiento del convenio, José García Tapial, sostiene que en el acuerdo de 2001 se fijó la obligación de rehabilitar de forma genérica y sólo para la parte del convento comprada por el Ayuntamiento (no para la que se quedó la Archidiócesis, esto es la iglesia del monasterio y zonas adyacentes) porque existía el temor de que el Consistorio dejara una zona del monasterio sin rehabilitar y/o no la usara para fines culturales.

Los técnicos municipales sostienen que el Ayuntamiento se liberaría de esa supuesta obligación de rehabilitarle la iglesia del convento de Santa Clara al Arzobispado pagando el equivalente al coste de la misma, que estiman en 3.082.416 euros, cantidad que Urbanismo abonaría en cuatro anualidades.

Omiten referirse a la cláusula segunda del convenio de 2001, según la cual el Ayuntamiento desembolsaría como “cantidad máxima a todos los efectos e incluyendo todos los derechos que puedan ser indemnizables” 349.025.095 pesetas, equivalentes a 2.097.683 euros, que ya se habrían gastado en años anteriores en restaurar el Palacio Arzobispal y otras parroquias señaladas por la Archidiócesis.

 

LA TITULARIDAD

 

Según el informe en pro de la novación del convenio de 2001, tras la misma la consecuente inscripción en el Registro de la Propiedad a nombre del Ayuntamiento facilitaría a éste el cumplimiento del requisito de acreditación de la titularidad para pedir ayudas públicas para la rehabilitación de monumentos. Si no es el titular, cabe preguntarse entonces cómo en el mismo informe jurídico se reconoce que el convento de Santa Clara está inscrito en el Inventario de Bienes Municipales desde el 10 de febrero de 2011, una condición necesaria entonces “para la tramitación de la contratación de los servicios así como de la puesta en marcha del ascensor”.

Asimismo, los técnicos hacen un inventario de actuaciones municipales en el convento “desde la adquisición de la propiedad y toma de posesión del inmueble (por el Consistorio)”. Y pasan por alto que en virtud de la cláusula octava del convenio de compraventa del 9 de noviembre de 2001 la Diócesis debió haber escriturado el convento a nombre del Ayuntamiento en la fecha límite del 9 de enero de 2002, sin que lo haya hecho en todos estos años ni el Consistorio se lo haya exigido.

Por otra parte, mientras que en el convenio de 2001 el Ayuntamiento pagaba a la Archidiócesis sólo tras la presentación de las certificaciones de obras de rehabilitación realizadas en el Palacio Arzobispal y aquélla asumía el compromiso de destinar a usos religiosos las dependencias que mantuvo en propiedad en Santa Clara, en esta propuesta de novación no se alude a la exigencia de ese uso, ni se establece un mecanismo de control del destino de esos tres millones más de euros como sería el libramiento sólo tras las certificaciones de obras de rehabilitación en la iglesia del convento.

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