Abengoa a Valencia: el dinero no tiene patria

La cesada dirección de Abengoa, la multinacional sevillana venida a menos y al borde de la quiebra, ha filtrado de forma interesada que está negociando con el presidente de la Generalitat valenciana, el socialista Ximo Puig, el traslado del domicilio social de la compañía desde Sevilla a Valencia.

Felipe Benjumea, ex presidente de Abengoa, con la socialista Susana Díaz, ex presidenta de la Junta de Andalucía

Salvo los socialistas, que no serían ajenos a la jugada y que inmediatamente han hecho una piña jeremíaca y anunciado que exigirán explicaciones y responsabilidades al presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juanma Moreno, por no evitar la pérdida de una empresa emblemática de Sevilla y de la región, todo el mundo ha interpretado que la amenaza del cambio de sede es sobre todo un intento de chantaje al Gobierno andaluz para que transija y le dé graciosamente a Abengoa los 20 millones de euros que dice necesitar para completar los al menos 400 millones de su plan de salvación de la quiebra, situación a la que ha llegado no por culpa de la Junta ni de nadie más, sino de sus antiguos propietarios y de sus gestores.

Con este movimiento, la hasta ahora considerada por las fuerzas vivas de la ciudad como una de las señas de identidad de Sevilla demuestra que a la hora de la verdad, cuando están en juego los cuartos, no hay sevillanía, tradiciones ni esencias que valgan. Abengoa ha usado el nombre de Sevilla y su hasta ahora condición de empresa sevillana sólo por interés, y cuando esa vinculación ha dejado de serle útil no tiene el más mínimo empacho en tratar de irse de la ciudad que la vio nacer y que le ha dado todo su apoyo desde su fundación en 1941, irse como antes que ella también se fueron por la puerta de atrás Altadis, Uralita, Danone, Yoplait, Panrico….

Resulta que el hasta ahora mayor representante del capitalismo local, tan partidario de la sociedad de libre mercado cuando se trata de repartirse en exclusiva las ganancias pero de socializar las pérdidas con el dinero de todos, condiciona su futuro y su continuidad aquí a ¿lo llamamos ayuda, subvención, donación, entrega a fondo perdido? de 20 millones por parte de la Junta de Andalucía, que en la etapa de los socialistas en San Telmo hundió en un pozo sin fondo decenas, por no decir centenares de millones de euros de todos los andaluces en fiascos como Santana Motor, Isofotón, Cárnicas Molina y en tantos otros despilfarros como los que propiciaron el caso de los ERE.

La plana mayor del socialismo andaluz, en el banquillo de los acusados por el caso de los ERE

¿Y si el Gobierno de Juanma Moreno le da esos 20 millones de los andaluces -en concepto de qué y a cambio de qué- a Abengoa y se acaban perdiendo como se perdieron por el camino esas decenas o centenares de millones en la etapa de los socialistas en la Junta? Y si el Gobierno del popular Juanma Moreno le concede esos 20 millones a Abengoa con la coartada de la salvación de la empresa, ¿qué razón habría para no dar también los millones que pidieran otras empresas andaluzas en dificultades? ¿No se correría el riesgo de crear las condiciones objetivas que permitieron un escándalo como el de los ERE, con reparto de fondos a gogó, sin concurso público y sin control?

A la cesada dirección de Abengoa le da igual, ya que su objetivo es poner a la Junta de Andalucía entre la espada y la pared para que libre el dinero, antes con el habitual argumento del mantenimiento del empleo -será de los restos del naufragio tras los centenares y centenares de despidos habidos- y ahora con la amenaza del traslado de sede a Valencia incumpliendo incluso los estatutos de la sociedad.

El artículo 2 de los mismos, relativo al domicilio social y fiscal, estipula que se fija en Sevilla y que el Consejo de Administración está facultado únicamente para trasladarlo dentro del término municipal de la ciudad pero que la mudanza a otro municipio será competencia de la Junta General de Accionistas previa propuesta del Consejo, un Consejo que fue destituido por aquélla el 17 de noviembre con su presidente, Gonzalo Urquijo, al frente.

Lo que dicen los estatutos de Abengoa sobre el domicilio social de la compañía

Por tanto, el cesado Consejo de Administración no podría acordar ni negociar el traslado de la sede a Valencia ni adoptar ninguna decisión de similar calado. El colmo de los despropósitos sería que una empresa señera de la capital de Andalucía, región que se considera a sí misma como la esencia de la españolidad, tratara de irse de nuestra tierra invocando el Decreto que aprobó Rajoy para facilitar el traslado allende Cataluña de las sociedades que no querían verse atrapadas por una declaración unilateral de independencia. Con tal objetivo, el Ejecutivo del PP acordó que el Consejo de Administración pudiera decidir el cambio de sede sin necesidad de consultar a la Junta General de Accionistas y no perder así un tiempo precioso.

Juanma Moreno, con Mariano Rajoy

El movimiento de la cesada dirección de Abengoa para un posible traslado a Valencia sería una doble traición: a Sevilla por un lado y, por otro, al espíritu que animó el Decreto de Rajoy.

Tal como ha expresado la plataforma de accionistas AbengoaShares, que tumbó al Consejo de Administración de Abengoa, la maniobra de la dirección cesada para el cambio de sede a la capital levantina demuestra su nulo compromiso con los trabajadores, la Escuela de Ingenieros que la ha nutrido de profesionales, Andalucía y Sevilla.

Ahora falta ver si los minoritarios consiguen abortar la jugada y si la Junta de Andalucía resiste al intento de chantaje o, por el contrario y por arte de magia administrativa de última hora, el Gobierno de Juanma Moreno encuentra la fórmula jurídica -vía Agencia IDEA, por ejemplo- que hasta ahora ha dicho que no existía para justificar así librarle los 20 millones a Abengoa y que ésta, ya con el dinero en la cartera, se sienta de nuevo sevillana y andaluza.

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