Cuando Susana Díaz era presidenta de la Junta de Andalucía sostenía que a Abengoa tenían que salvarla los bancos

Cuatro años de la crisis de la multinacional coincidieron con Díaz en San Telmo, tiempo en que el Gobierno socialista tampoco halló la fórmula de ayudarla de forma directa

Un alto cargo de Pedro Sánchez declara que hay que evitar crear una economía subvencionada y conceder el dinero a dedo

La multinacional sevillana Abengoa, cuya cotización en Bolsa llegó a superar los 3.000 millones de euros, tenía un tremendo talón de Aquiles: había contraído una inmensa deuda de 25.000 millones de euros para financiar su apuesta prácticamente a una sola carta, la de las energías renovables (llegó a tener la mitad de las plantas termosolares del mundo).

Y justamente esa enorme deuda fue la causa de su hundimiento y de la crisis que arrastra desde hace seis años, que la tiene al borde de la quiebra. La desconfianza de los mercados y de la banca acreedora se desató en noviembre de 2014, cuando se descubrió la ingeniería financiera que aplicaba la empresa para contabilizarla.

A partir de ese momento, pese o quizás por los cambios en su cúpula directiva con la salida del CEO Sánchez Ortega y hasta del propio Felipe Benjumea, las dudas sobre su real estado financiero se acrecentaron, dudas que no despejó, sino todo lo contrario, el anuncio de una ampliación de capital por valor de 650 millones de euros.

Felipe Benjumea, ex presidente de Abengoa

Tras el fracaso de una operación de rescate por la compañía Gonvarri, finalmente Abengoa solicitó preconcurso de acreedores el 25 de noviembre de 2015, con un pasivo entonces de 27.350 millones de euros.

La crisis de la multinacional sevillana, de la que fueron despedidos miles de trabajadores, coincidió con cuatro años del mandato de la socialista Susana Díaz al frente de la Junta de Andalucía (septiembre 2013-enero 2019).

Díaz dice ahora que no se puede dejar que Abengoa se vaya a Valencia «por la incapacidad del Gobierno andaluz» de coalición PP-Ciudadanos. La ex presidenta ha tachado de «muy negligente e irresponsable» a su sucesor, el popular Juanma Moreno, por no querer actuar y concederle los 20 millones de euros que la compañía le pide como aportación a su plan de salvación (el tercero ya en tan sólo cinco años, porque Abengoa se ha convertido en una trituradora de dinero ajeno).

Susana ha añadido que «vienen 380 millones del Gobierno de España a Abengoa y el de Moreno Bonilla, que le prometió su apoyo, ahora no cumple lo pactado».

Cabe preguntarse, pues, qué ayuda directa así como a fondo perdido (no incentivos a inversiones o subvenciones a proyectos concretos o de I+D+i) concedió Susana Díaz a Abengoa en los cuatro años de su presidencia en la Junta de Andalucía que coincidieron con la crisis de la multinacional aún con sede en Sevilla. Yo he tirado de hemeroteca y no he encontrado ninguna.

Sí he hallado unas declaraciones que hizo durante una visita a Estepa el 26 de noviembre de 2015 y en las que apeló a la banca, e incluso -cómo no- al Gobierno de Rajoy, para que «por responsabilidad social y compromiso» solucionara la crisis de la compañía y no permitiera «que sufra una empresa tan importante en Andalucía y España, que tiene tecnología, producto y capital formado (sic) de primer nivel».

Susana Díaz, durante su visita a Estepa en noviembre de 2015, cuando pidió que la banca salvara a Abengoa

Susana Díaz expresó entonces que «el Gobierno central, el actual y el que haya tras las elecciones del 20 de diciembre, tiene que estar de la mano del Ejecutivo andaluz, que ha estado «encima» de esta empresa.

¿Y en qué aportación económica directa a Abengoa , la misma que ahora pide Susana Díaz a su sucesor, se tradujo el hecho de que el Gobierno socialista andaluz estuviera «encima» de la multinacional? La respuesta es, salvo que se demuestre lo contrario, ninguna. Si Susana Díaz no pasó de la palabra a los hechos y desvió la atención y la responsabilidad (¿responsabilidad con unos impagados de 9.000 millones de euros por parte de Abengoa?) a la banca acreedora, ¿cómo ahora insiste una y otra vez en que la Junta haga lo que ella no hizo y le dé 20 millones a la multinacional?

NO A LAS SUBVENCIONES A DEDO

Por cierto, el pasado día 26 de noviembre, Manuel de la Rocha, director del Departamento de Asuntos Económicos en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno del socialista Pedro Sánchez, declaró que los fondos europeos se destinarán «a financiar inversiones que conlleven inversión privada, no para subvencionar a nadie ni para conceder a dedo», y que se canalizarán a través de convocatorias «abiertas, competitivas y transparentes».

Manuel de la Rocha, alto cargo de la Presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez

De la Rocha afirmó que hay que evitar crear «una economía subvencionada» y explicó que hay una serie de procedimientos, filtros y criterios establecidos por los que se requiere que haya inversión, concurrencia competitiva y superar las reglas del marco de ayudas de Estado, «que -añadió- impide subvencionar cualquier cosa».

¿Ha tomado nota Susana Díaz -y también Juanma Moreno, que dudo mucho que no acabe encontrando la fórmula mágica que dice no haber hallado hasta ahora para darle los 20 millones a Abengoa- de las palabras del alto cargo de Pedro Sánchez sobre que hay que evitar crear una economía subvencionada? Una economía como, por ejemplo, la de los ERE.

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