La zapatera de Carmona y los libreros de París

Una zapatera de Carmona ha denunciado en un vídeo, que ha tenido un gran impacto en las redes sociales, que estaba obligada por las disposiciones de la Administración a cerrar su zapatería a las 18 horas (por no tratarse de una actividad esencial) pero que a partir de ese momento tanto ella como cualquier persona podían ir a un hipermercado y comprar los zapatos que no se podían adquirir en su establecimiento comercial.

“Son las siete menos veinte y estamos en Carmona, Sevilla. Hemos cerrado un pequeño negocio, una zapatería, y he venido a Lidl a comprar, supuestamente, productos de necesidad. Hemos comprado unas botas, unas botas que aquí en el Lidl son productos de primera necesidad, pero en mi zapatería, no”, denunciaba en el vídeo la dueña del negocio.

«Igual que los zapatos podría haber comprado también cosmética, una blusa, medias, faldas, pantalones, herramientas… De todo», continuaba denunciando la comerciante local en su vídeo.

La zapatera muestra ante la cámara la factura de la compra en Lidl

Y concluía: «No le veo la lógica. Nos hacen cerrar a nosotros, que somos los pequeños comercios los que estamos manteniendo España y las grandes superficies sí se mantienen abiertas. Dejan vender botas, que son primera necesidad en el Lidl, pero no en mi tienda. Muchas gracias, Gobierno, estáis acabando con los pequeños comerciantes»,.

La zapatera de Carmona aplaudió de forma irónica delante de la cámara y terminó con un «¡Por ustedes!».

PRECEDENTE EN FRANCIA

Esta denuncia recuerda a lo acaecido en Francia, cuyo Gobierno prohibió el pasado 30 de octubre la venta de libros en los hipermercados y grandes superficies de ocio durante, al menos, 15 días, el tiempo mínimo previsto que duraría el cierre de las librerías independientes a causa del confinamiento para frenar la pandemia de coronavirus.

La decisión respondió a una reivindicación de los libreros, obligados a cerrar la persiana mientras estos gigantes de la distribución podían mantenerlas abiertas.

Los hipermercados, donde se venden productos de primera necesidad, no tenían orden de cierre y muchos de ellos incluían una sección de libros, al igual que las grandes superficies de ocio, autorizadas a abrir porque también ofertan productos de informática y oficina, esenciales para el teletrabajo.

Los libreros, que consideraban que había una competencia desleal, mantuvieron una discusión telefónica en grupo con el ministro de Economía, Bruno Le Maire, y la titular de Cultura, Roselyne Bachelot, y con representantes de la gran distribución.

Una librería francesa, cerrada por el coronavirus

La decisión gubernamental fue a favor de los libreros, a fin de asegurar la «equidad» entre ambos canales, según indicó en un comunicado oficial el Ejecutivo francés.

Para el Sindicato de la Librería Francesa esa decisión permite «restablecer una situación de competencia más equitativa entre librerías y grandes superficies», aunque reconocen que ofrece una ventaja competitiva enorme a los gigantes de la venta en línea.

Para evitarlo no ven otra solución que obtener una autorización para poder reabrir sus puertas, algo que el presidente, Emmanuel Macron, se comprometió a estudiar en quince días, en función de la evolución de la pandemia.

REACCIÓN EN CARMONA

Juan Ávila, el alcalde de Carmona, ha reaccionado por su parte con un comunicado en redes sociales, en el que ha anunciado que las grandes superficies comerciales no podrán vender productos que no se consideren esenciales: «Tras el aviso de varios comerciantes locales, he ordenado a la Policía Local -comunicó el regidor- que mañana, a partir de las 18 horas, precinte aquellas zonas de superficies comerciales y otros comercios con productos que no sean de primera necesidad».

«Asimismo, vigilará aquellos comercios que no estén cumpliendo con alguna de las nuevas restricciones. A todos aquellos que incumplan la normativa, se les levantará acta de inspección para posibles sanciones. Es importante que todos colaboremos, porque los comercios locales están realizando un enorme esfuerzo económico y personal ante esta situación», expresó el alcalde.

Cartel de Lidl anunciando que deja de vender productos no esenciales a partir de las 18 horas

Dos días después, un usuario de Twitter colgó en la red social una foto del local de Lidl en la que se podía apreciar un cartel anunciando que no se podían vender artículos no esenciales a partir de las 18 horas. Así pues, la humilde zapatera de Carmona acabó ganando su particular batalla al gigante alemán de la distribución.

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