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Deslealtad

José Antonio Bosch, el consejero del Betis, denuncia “la competencia desleal” en el fútbol español. Según dice, esta competencia desleal la ejercen quienes tengan publicidad pública en sus camisetas; aquellos que tengan un coste cero en el mantenimiento de su estadio; aquellos que tienen subvenciones directas por cualquier concepto; aquellos con publicidad de televisiones públicas…. Para Bosch “todos los que reciben dinero público en estos momentos compiten de forma desleal con el resto”. Habría que recordarle al letrado que el Ayuntamiento le regaló al Betis en el PGOU una zona verde de Heliópolis para financiar las obras del estadio con hoteles y centros comerciales a cambio del paripé de alzar un centro cívico para los vecinos y que le ha cedido gratis por casi un siglo el suelo de la ciudad deportiva, amén de que los dos clubes de fútbol le deben al Consistorio en tributos no pagados más de 4 millones de euros mientras que los ciudadanos procuran abonarlos pese a la crisis. Sí, estamos totalmente de acuerdo: es una competencia desleal….con el resto de los sevillanos.

 

La foto

El portavoz socialista, Juan Espadas, intentó dar un golpe de efecto en el último Pleno al mostrar una imagen de Zoido jugando al tenis en la cancha que se montó en el estadio de la Cartuja durante los prolegómenos de la final de la Copa Davis entre España y Argentina, que nos dejó un agujero de un millón de euros.  “No vaya a repetir esta foto con este revés”, le espetó al alcalde. Rauda y llena de reflejos respuesta de éste: “Eso es un ‘drive’, señor Espadas”. Réplica pusilánime del líder de la oposición: “Ah, es que yo no sé de tenis”. Espadas fue por lana y salió trasquilado, pero sólo porque eligió la foto errónea. Entre las instantáneas que difundió el Gabinete de Prensa del alcalde cuando éste se adueñó de la pista como si fuera su cortijo particular para chupar cámara había una en la que se veía a Zoido sacando mientras pisaba la línea de fondo. Y éso es falta de pie y debió ser punto para su rival imaginario o real pero fuera de la foto. Así que en materia tenística, los dos políticos andan parejos: uno por no saber nada y el otro por pasarse de listo.

La Copa

 El debate tras la eliminación copera de los palanganas a pies de los colchoneros era dónde se va a jugar la final. El Atlético no quiere jugar en el Bernabéu; el Real, tampoco en el Calderón. Hay, pues, que buscar una sede fuera de la capital de España. Los merengues, que vienen de darse el gustazo de eliminar a domicilio a los blaugranas en este torneo, quieren rematar la faena levantando la copa (con permiso del Atleti) en el Nou Camp, pero se teme que, al igual que hizo el año pasado el Real para no ver en su campo al Barça ganar el trofeo, su eterno rival lo boicotee inventándose unas obras en los vestuarios o resembrando el césped. Conclusión: sólo quedan Valencia….. y Sevilla. Al contrario que con la Davis de tenis, donde había que pagar por albergar la final, aquí pagan un millón de euros al que organice la finalísima de la Copa del Rey. Un chollo para el sector turístico (60.000 hinchas consumiendo) y para el estadio ‘Olímpico’. Bueno, pues Zoido, que estuvo raudo para birlarle la Davis a Valencia, aún no ha reaccionado. Está en más baja forma que Messi.

Klopp

Por la vuelta de la Liga de Campeones tras el tópico del paréntesis invernal -tópico, porque el invierno dura oficialmente hasta el 21 de marzo-, le han hecho una entrevista a doble página a Jürgen Klopp en la previa de los octavos de final. El tocayo del arquitecto de las ‘Setas’ de la Encarnación era el entrenador de moda en Alemania hasta que el Bayern de Múnich fichó a Guardiola, con lo cual el ‘filósofo’ intercambia el rol que tuvo en España, ya que el Bayern equivale allí al Real Madrid y el Borussia Dortmund, equipo de Klopp, al Barça. Jürgen se sentó en el banquillo del segundón germano y lo convirtió en campeón de Liga, algo que no ocurría desde hacía un decenio. La temporada pasada no sólo revalidó el título, sino que también le añadió la Copa: doblete. El Guardiola teutón ha alabado la Bundesliga, su rentabilidad y sus estadios, momento en que se acordó de Sevilla, con estas palabras: “En Sevilla he estado en los dos estadios; son viejos y sin ningún confort”. A ver si ahora Del Nido y Guillén van a usar sus declaraciones para pedir otra recalificación.

Cansancio

Oyendo a Mel hablar tras el partido Betis-Athletic sobre el cansancio de sus jugadores por disputar la Liga y la Copa le di la razón a Mourinho cuando puso de ejemplo ante los suyos al tenista checo Stepanek, que frisando los 34 años y tras jugar tres durísimos partidos en tres días  ganó la Copa Davis contra España a Almagro, 7 años más joven. Mayor fue la gesta de Rafa Nadal en el Open de Australia en 2009: se impuso a Verdasco en el partido más largo de la historia del torneo, una semifinal en cinco sets que duró 5 horas y 14 minutos, y a las 48 horas le ganó la final a Federer en otro partido de cinco sets y 4 horas 23 minutos de duración. En total, Nadal jugó en dos días 9 horas y 37 minutos corriendo a todo gas de un lado a otro de la pista pese a los calambres que sufría en las piernas. Las quejas de Mel por que sus chicos se repartan entre los 15 que saltan al campo dos partidos de fútbol de 90 minutos en siete días parecen una broma al lado de Stepanek y Nadal. Mel, en vez de llevarse a sus jugadores al ‘Olímpico’, debería ponerlos a entrenarse en el Tenis Betis.

Gol

A pesar de que, según José Antonio Bosch, el Real Betis Balompié ha obtenido en su último ejercicio económico unos beneficios ordinarios, “sin maquillaje”,  de 2,4 millones de euros más 30,8 millones de extraordinarios,  la entidad verdiblanca y el Sevilla F. C. son dos de los grandes morosos de la ciudad: entre ambos adeudan al Ayuntamiento, por diversos conceptos tributarios, unos 4 millones de euros. Y, sin embargo, Espadas ha descubierto en los Presupuestos municipales para 2013 que el Ayuntamiento ha reservado 340.000 euros para un convenio con estas dos sociedades anónimas deportivas, que no clubes a la antigua usanza. El portavoz socialista va a presentar una enmienda a las Cuentas para que el Consistorio suprima esta partida y la dedique a programas de apoyo al deporte base y a compensar el efecto que está teniendo sobre las entidades deportivas la subida de tarifas decretada por el gobierno local. Creo que Espadas, con esta iniciativa, le ha metido al populista Zoido, el mismo de las visitas a los barrios y la micropolítica, un gol por toda la escuadra.

 

Gesta

Como el Betis es un club señorial y su entrenador todo un caballero, Pepe Mel no sólo deseó que Messi se recuperara para jugar el domingo contra los verdiblancos, sino también que batiera el récord goleador de Gerd ‘Torpedo’ Müller. Y ‘la Pulga’ argentina, ‘Misil’ Messi, satisfizo sus deseos y logró en el Villamarín lo que nunca antes ningún futbolista en la historia: marcar el 86º gol en un año natural. El  Betis no debería desperdiciar la ocasión de perpetuar este hito histórico para los Anales del fútbol, como hizo México tras el fabuloso Italia-Alemania de la Copa del Mundo de 1970, partido en el que Müller marcó dos goles en una prórroga de locura y aun así perdió por el gafe de los alemanes ante los italianos. Desde entonces hay una placa con esta leyenda: ‘El estadio Azteca rinde homenaje a las selecciones de Italia (4) y Alemania (3). Protagonistas en el Mundial de 1970 del ‘Partido del Siglo’. 17 de Junio de 1970’. Otra placa debería recordar en Heliópolis como santuario del fútbol la gesta de Messi, el jugador del siglo (y para muchos, de los siglos).

 

Guadaira

La Plataforma pro Parque Guadaira (a mí me gusta sin acento en la ‘i’, pese a Gutiérrez Limones), ya saben, el único parque del mundo proyectado desde su origen con una carretera por medio, ha pedido públicamente su cerramiento ante el riesgo de que sea “fagocitado” por los coches de los aficionados que acuden a los partidos del Betis. Miedo más que justificado. El sábado pasé por allí coincidiendo con el encuentro ante el Español y los automovilistas aparcaban incluso sobre el campo de fútbol del complejo deportivo municipal de la calle Ifni, sin que la invisible Policía se inmutara ni a Zoido se le ocurriera mandar la grúa, no vaya a ser que se le cabreen los votantes. Larga bula a los dos clubes sevillanos. Los gorrillas, que ahora están al aguardo de sus víctimas montados en bicicleta para que nadie se libre de pagarles el ‘impuesto revolucionario’, ya se frotan las manos ante la perspectiva que les ofrece el nuevo espacio explanado entre el Polígono Sur y Heliópolis. Mucho me temo que el Guadaira, más que parque va a ser el parking anexo al estadio del Betis.

 

Sevilla y Barcelona, 20 años después

Este año se celebra el XX aniversario de la Expo, aunque a mes y medio para el 12 de octubre, fecha de su clausura, el Ayuntamiento aún no ha organizado un solo acto conmemorativo. También Barcelona está de efemérides: los Juegos Olímpicos de 1992. En 1991, vísperas de ambos acontecimientos, Sevilla recibió entre 1 y 1,2 millones de turistas. En 2011, al cabo de cuatro lustros, tuvimos 2.238.852, el doble en números redondos. Barcelona ha pasado en el mismo periodo de 1,5 millones a 7.450.000: cinco veces más. La ciudad condal no se tenía hasta el 92 por una urbe turística, sino industrial. Sevilla, sí. Hoy, Barcelona, partiendo de una posición similar, más que la triplica turísticamente.

Sevilla resucitó en 1992 las exposiciones universales, consideradas un producto del pasado, como prueba que la previa se había celebrado en 1970 en Osaka (Japón). Sevilla reinventó el modelo, pero una vez clausurada la Muestra se desentendió del digamos ‘movimiento expositivo’. Ni siquiera convirtió uno de los pabellones de la Cartuja en museo de la Expo.

LA LLAMA OLÍMPICA

Aunque los Juegos Olímpicos se celebran cada cuatro años en un sitio distinto, una vez concluidos los suyos Barcelona siguió ‘infiltrada’ en el movimiento olímpico al convertirse en consultores internacionales muchos de los gestores de su Olimpiada; creó el Museo Olímpico (dedicado a Samaranch); mantuvo vivo el ‘Anillo Olímpico’ de Montjuich, donde este año ha organizado el Mundial de Atletismo Junior y en 2013 albergará el Mundial de Natación, y, previamente, el Campeonato de Europa (2010) y el Campeonato del Mundo Indoor (1995), y donde las instalaciones, como el Palau Sant Jordi, albergan hasta congresos médicos, en contraste con nuestro Palacio de San Pablo; cada año la ciudad organiza además cerca de 350 eventos deportivos (¡casi uno diario!), con unos 250.000 participantes de media.
Es la primera urbe de Europa en practicantes deportivos y, en proporción a su población, la tercera del mundo. Además, con pleno apoyo de los empresarios (Joan Gaspart, expresidente del F. C. Barcelona, lidera el Consejo General de Turismo), aspira a organizar los Juegos Olímpicos de Invierno en 2022, contra Jaca si es preciso (siete candidaturas fallidas). ¿Que en Barcelona no hay nieve? No importa: se ‘anexiona’ las estaciones de esquí pirenaicas, de ahí que la candidatura se denomine Barcelona-Pirineus: las pruebas al aire libre, a la montaña más o menos lejana; las pruebas bajo techo (hockey sobre hielo, patinaje y ‘curling’, además de la inauguración y clausura), al estadio de Montjuich y al Palau Sant Jordi.

EL F. C. BARCELONA

A la ‘marca olímpica’ legada por el 92 se le ha unido como gran polo de atracción turística la conversión del F.C. Barcelona en un equipo universal (cuatro Champions en este periodo), gracias a Cruyff, Guardiola y Messi. Hay camisetas del ‘10’ barcelonista a la venta en infinidad de tiendas por la ciudad.
El Barça ha montado el ‘Camp Nou Experience’, que al ‘sablazo’ de 23 euros incluye una visita al museo del club con sus trofeos, el estadio y un espacio multimedia que recrea sus mejores partidos y goles. Pese a ese precio, en pleno mes de agosto y bajo un sol de justicia fluía a diario (hasta 13.000 visitantes en una sola jornada) un río de autocares y de turistas/hinchas de los cinco continentes, como en una peregrinación a la Meca. La estadística refleja 1.626.990 visitantes en 2011, lo que convierte al museo/estadio en el tercero más visitado de España, sólo superado por el Prado (2.911.767) y el Reina Sofía (2.705.529). Gran parte de estos turistas compran en la tienda oficial camisetas de los jugadores ¡a 100 euros!. No es extraño que la facturación del Barça haya crecido un 59% en un año.

EL GENIO DE GAUDÍ

Los turistas que llegan a Barcelona por tierra, aire (3.824.658 pasajeros por el aeropuerto del Prat en julio, nuevo récord histórico, y 20.248.786 desde enero, frente a 4.939.890 en todo 2011 de San Pablo) y mar (851 escalas de cruceros en su puerto, con 2,3 millones de turistas que gastaron 260 millones de euros y han convertido a la ciudad en el cuarto destino mundial) tienen en la arquitectura de Gaudí el otro gran motivo de atracción (sus 74 autobuses exclusivamente turísticos transportan a 21,7 millones de visitantes al año).
Desde que en 2002 se celebró el Año Internacional de Gaudí y se abrió al público la fabulosa Casa Batlló en el Paseo de Gracia, la fiebre por conocer la obra del genial arquitecto de Reus aumenta cada año. Las colas para entrar en la Sagrada Familia son tan multitudinarias (dos horas de espera) como las de Versalles y la Capilla Sixtina: 3,2 millones de visitas/año. No en vano la Cámara de Comercio de Monza le atribuye en un estudio un valor de marca de 90.366 millones de euros, más aún que al museo del Prado (59.262 millones).

TURISMO CULTURAL

Pese a que otras obras de Gaudí, como la Casa Batlló y la Casa Milá (la Pedrera) están abiertas los siete días a la semana hasta las 21 horas, no dan abasto a atender la enorme demanda de los turistas. Al socaire de Gaudí se ha revalorizado toda la obra de otros maestros como Domenech i Montaner (Palau de la Música, Hospital de Sant Pau) y se ha creado una ruta específica sobre el modernismo.
Por el contrario, en Sevilla ni siquiera hemos sabido rentabilizar la arquitectura regionalista ni potenciar la figura de nuestro Gaudí particular, Aníbal González. La creación de valor de marca es uno de los factores que explica por qué tras veinte años Barcelona ha superado con creces turísticamente a Sevilla y se ha instalado de forma permanente en la Liga de grandes ciudades del mundo.

Sevilla no dio la talla olímpica

Los Juegos Olímpicos de Londres han despertado alguna añoranza, con sordina por la crisis económica, del sueño olímpico sevillano para 2004, 2008 y 2012. La primera vez cayó en las votaciones del Comité Olímpico Internacional (COI) en Lausana; en la segunda no pasó el ‘corte’ olímpico, y en la tercera fue eliminada por Madrid en el Comité Olímpico Español (COE)

Tras el tercer fiasco, el Ayuntamiento acordó durante el segundo mandato de Monteseirín (2003-2007) respetar la prioridad de Madrid hasta 2020 para que disfrutara de las tres mismas oportunidades consecutivas que había tenido Sevilla. Este acuerdo sólo sería revocado si lo demandaba el COE y no se entraba en competencia con ninguna ciudad española, ni Madrid ni ninguna otra.

Ya da igual porque Madrid, pese a su deuda de casi 7.000 millones de euros (diez veces más que la de Sevilla), mantiene su candidatura a los Juegos de 2020, que se decidirán en Buenos Aires el 7 de septiembre de 2013. Junto a Madrid competían Roma, Estambul, Bakú, Doha y Tokio.

Y digo competían porque el primer ministro italiano, Mario Monti, obligó a retirar la candidatura de Roma con estas palabras: “No podemos correr riesgos después de los sacrificios que hemos pedido a los italianos. El Gobierno no se siente capaz de asumir este compromiso financiero, que podría resultar gravoso de un modo impredecible sobre Italia. Debemos ser muy respetuosos en este momento”.

El 80% de los italianos ha aplaudido la decisión de Monti de frenar la candidatura romana, cuando anteriormente un 80% estaba a favor de la misma, por miedo a una debacle económica. El presupuesto estimado por la ciudad eterna para los Juegos de 2020 era de 8.000 millones de euros.

Nunca se suelen cumplir los Presupuestos. En un tema rodeado de oscurantismo, donde se suelen ocultar o camuflar los datos, hay que moverse entre cifras y fuentes contradictorias, generalmente extraoficiales. Suele admitirse que salvo Los Angeles-1984, que habría obtenido un superávit de 300 millones de euros merced a las multinacionales americanas, todas las ciudades/países sede contrajeron elevadas deudas, incluida Barcelona-92, que habría generado un déficit de 4.000 millones de dólares al Estado y de 2.000 millones a la Generalitat de Cataluña y al Ayuntamiento.

Montreal presupuestó 250 millones para sus Juegos de 1976 y acabó gastando 1.600 millones. Aún arrastra el pago de la deuda. El presupuesto de Atenas-2004 pasó de 4.500 millones de euros a 10.800 millones. El de Pekín-2008, de 12.000 millones a 30.500 millones. Londres-2012 empezó hablando de 3.000 millones de dólares; luego, de 6.500 millones, y las últimas estimaciones son de unos 15.200 millones. Unos meses antes de la inauguración de los Juegos, un ministro británico, al comentar la factura olímpica, planteó: “De haberlo sabido, ¿habríamos presentado la candidatura para organizarlos?”.

 

El COI es consciente de la pésima imagen que suponen los Juegos deficitarios. Por esa razón instauró el ‘corte olímpico’ a partir de los que se iban a celebrar en 2008, para que las ciudades sin visos de éxito no siguieran gastando dinero. Sevilla fue examinada en materias como el apoyo social y político a su candidatura, su infraestructura general, la infraestructura deportiva, la villa olímpica, el medio ambiente, el alojamiento, el transporte, la seguridad, la experiencia previa, las finanzas del proyecto y su futuro legado.

No pasó el ‘corte’. En síntesis, el COI sostuvo que era una ciudad de mediana entidad que carecía de tamaño e infraestructuras suficientes para aspirar a organizar los Juegos, sobre todo por falta de plazas hoteleras (22.000 frente al mínimo de 42.000 exigidas) y carencias en el transporte público.

A raíz de aquel fiasco, rematado por la posterior derrota ante Madrid para 2012, los consultores Luis Millet (uno de los ‘padres’ de Barcelona-92) y Joaquín Blanco realizaron un informe al respecto. En su opinión, los criterios de valoración del COI son los subjetivos de sus miembros, por más que se disfracen de objetivos con la parafernalia del ‘corte’ y del comité evaluador, y reprocharon a la Oficina Olímpica sevillana, entonces dirigida por Alfonso Seoane, que hubiera permitido, por omisión, que Sevilla fuera descartada por criterios erróneos como la falta de infraestructuras y los problemas de tráfico, “meras coartadas para justificar una eliminación previa”.

Aun así, acabaron alineándose con el COI cuando recomendaron que la ciudad debía resolver sus problemas básicos de funcionamiento como condición previa para volver a aspirar a unos Juegos, aunque ello tampoco significara una garantía de éxito. Casi diez años después de aquel examen olímpico, Sevilla sigue teniendo las mismas asignaturas pendientes, con alguna leve mejoría: la línea 1 del Metro. No hay perspectivas de que se dupliquen las plazas hoteleras ni de que a corto plazo se construyan las líneas de Metro pendientes y se rematen la SE-40, la conexión AVE-aeropuerto y la ampliación de éste. Tampoco se ha sustituido el viejo Palacio de Deportes de San Pablo ni hay complejos acuáticos ni tenísticos adecuados.

Habrá tiempo más que suficiente para, en otra coyuntura más favorable, paliar estos déficits estructurales. La historia olímpica demuestra que el periodo mínimo para que se repitan los Juegos en un país es de 28 años (Sant Louis 1904/ Los Angeles 1932), los mismos que mediarían entre Barcelona-92 y Madrid si la capital española fuera la elegida para 2020, por lo que la siguiente ‘ventana’ de oportunidad no se le presentaría a Sevilla hasta dentro de 36 años: 2048.