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Melómano

Apenas llegar al Teatro de la Maestranza para asistir al Concierto de Año Nuevo que iba a ofrecer la Real Orquesta Sinfónica, sorpresa: casi me doy de bruces con Alfonso Guerra que, si no me equivoco, iba acompañado por su hijo ‘Pincho’. Me sorprende la asistencia de ‘El Canijo’ a un concierto cuyo programa se basaba íntegramente en composiciones de la familia Strauss -aunque Pedro Halffter dirigió entre las propinas una magnífica obertura de ‘La fuerza del destino’, de Verdi, por su bicentenario-, tan alejados estilísticamente los reyes de los valses de Gustav Mahler, del que Guerra pasa por ser su exégeta en España. Y sorpresa añadida porque cuenta la leyenda, no sé si negra o blanca, que Guerra se opuso a la construcción de un teatro de la ópera en la Expo -con diseño de Eleuterio Población- porque a su juicio era un espectáculo para señoritos, por lo que cuando al final se rectificó la única forma de hacerlo a tiempo fue recreciendo el Maestranza para convertirlo también en teatro lírico a costa de ese remonte que le confirió el mote de ‘la olla exprés’.

 

Karaoke

Rojas Marcos, alcalde entonces, dijo que Sevilla era una ciudad universal pero que hasta la Expo 92 no había tomado consciencia de su universalidad. Efectivamente, la que fue capital del mundo durante su condición de puerto y puerta de América recuperó un rol planetario con la celebración de la mayor y más exitosa Exposición de la historia y acogiendo las reflexiones de aquel ‘Senado de los saberes’ que fue el Comité de Expertos, el cual alumbró reflexiones sobre el futuro de la Humanidad recogidas en documentos como ‘En el umbral del Tercer Milenio’.

Siete años después, nuestra ciudad aún gozaba de aquella proyección internacional al dar nombre a la ‘Declaración de Sevilla’, que aquí suscribieron los participantes en la Conferencia Euro-Mediterránea de Ciudades Sostenibles.

Aún hace un decenio, en 2002, Sevilla era escenario de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, en la que se acordaron temas tan importantes como el Plan Global de Asilo e Inmigración y la Reforma de la organización y funcionamiento de las propias Cumbres Europeas y del Consejo de Ministros de la Unión.

Estos grandes eventos con proyección mundial y ligados a Sevilla hasta hace tan sólo una década contrastan con el nuevo rol al que aspira la ciudad, su vuelta al clásico papel de jugador número 12, puesto de manifiesto el domingo con el karaoke promovido por el Ayuntamiento en la Plaza de San Francisco, con el cantante Hugo Salazar de maestro de ceremonias y definido como ‘El mayor evento navideño jamás cantado’. ¿Objetivo? Reunir a un coro de 15.000 personas que cantaran, siguiendo la letra proyectada a modo de karaoke sobre la fachada de las Casas Consistoriales, el tema ‘Blanca Navidad’, para que así Sevilla pueda figurar en el libro Guinness de los Records junto al de esos pueblos a los que nadie conoce y que por eso mismo inventan marcas estrafalarias como la de degustar la paella más grande del mundo, batir el récord de troncos convertidos en astillas a hachazos o superar el de kilómetros de fichas de dominó que se sostienen en pie sin caerse.

Al igual que en la evolución humana hay una escala de Jacob por la que el hombre asciende desde la piedra al cielo, en la evolución de las ciudades debe de haber otra escalera en la que Sevilla recorre el camino inverso: desciende desde los cielos que tocó con la Expo hasta el suelo de equipararse a cualquier poblachón sin nombre que trata de lograr un  estrambótico minuto de gloria.

Será ésto a lo que Zoido llama “la ciudad del talento”.

 

Sevilla puede dejar atrás a Berlín

Aunque en el último Pleno Zoido dio otro de sus típicos bandazos, similar al que protagonizó con la torre Pelli (de detractor a defensor) y se sumó al PSOE e IU para, en línea con la Junta, exigirle a La Caixa que reconsidere su decisión de trasladar el Caixafórum al rascacielos de la Cartuja y lo mantenga en las Atarazanas, en el fondo el alcalde no cree que la entidad catalana, con la que confiesa tener hilo directo, dé su brazo a torcer.
Por éso, en previsión de que las ‘cumbres’ que por separado mantendrán con La Caixa el próximo miércoles tanto la Consejería de Cultura como el propio Ayuntamiento acaben en sendos fracasos, el alcalde ya ha anticipado que su alternativa para los antiguos astilleros medievales sería un museo de América o un museo de la Navegación.

LA TORRE DEL ORO

Quizás muchos sevillanos no sepan que la Torre del Oro es un museo naval, acorde con su historia como torreón adelantado de las murallas del Alcázar, para la defensa tanto del conjunto palaciego como del puerto y del puente de barcas en la Sevilla islámica.
Cuatro meses antes de que estallara la guerra civil, el Ministerio de Marina  acordó su conversión en un Museo Marítimo que, por las vicisitudes del conflicto bélico y las penurias de la posguerra, no pudo abrirse hasta  1944, en un acto que inspiró a Julio Guillén, secretario perpetuo de la Real Academia de la Historia, estas palabras: “La Torre del Oro, el rasgo más característico de Sevilla, ha dejado de ser una caracola vacía y abandonada junto al río; y este museo que inauguramos, pequeño y modesto en dimensiones materiales, le dará nuevas sonoridades”.
Aunque relativamente pequeño, la suma de estancias permite una superficie expositiva de unos 600 m2, y en verdad aquí se cumple el tópico del marco incomparable, tanto por la originalidad y belleza de la torre como por su ubicación al borde del Guadalquivir. Cartas náuticas, brújulas, mascarones de proa, maquetas de barcos y otros fondos dan vida a este museo naval desde hace 68 años, aunque Sevilla no sea muy consciente de su existencia.

LA EXPO-92

Cuando la XCIII Asamblea de la Oficina Internacional de Exposiciones acordó el 15 de junio de 1983 adjudicar a Sevilla (de forma compartida con Chicago, aunque luego la ciudad americana renunció) la organización de la Exposición Universal de 1992, las Administraciones Públicas epañolas tuvieron nueve años por delante para haber decidido rehabilitar las Atarazanas y convertirlas en el museo/pabellón de la Navegación de la Muestra como reclamo, además, de la ciudad para los visitantes que se concentrarían en el recinto de la isla de la Cartuja.
Sin embargo, se acordó construir un pabellón de la Navegación de nueva planta también al borde del río y obra, casualmente, del mismo arquitecto redactor del controvertido proyecto del Caixafórum en las Atarazanas: Guillermo Vázquez Consuegra.
Por su forma de quilla de barco invertida y la profusa utilización de madera, con grandes vigas curvadas de este noble material natural, el pabellón de la Navegación de la Expo-92 remitía y remite automáticamente al espectador al mundo marítimo, al margen de los contenidos expositivos que albergó durante la Muestra.

DISEÑO ‘AD HOC’

Calificado como ‘el pabellón 10’ de la Exposición, fue uno de los de mayor éxito, ya que recibió 2.122.461 visitas en los 180 días que duró el evento. El presupuesto inicial de construcción sólo del edificio fue el equivalente a 9,3 millones de euros de hoy, cifra que con las típicas actualizaciones, mejoras y demás y con la adición de contenidos se habría triplicado o incluso cuadruplicado finalmente.
La superficie de la parcela supera los 14.000 m2, el doble que la planta de las Atarazanas; la superficie construida  es superior a 16.000 m2, con una altura máxima de 20 metros, y dispone de una zona sólo para exposiciones de 7.600 m2, al margen de los amplios talleres, almacenes, oficinas e instalaciones. Es, pues, un edificio con prestaciones para museo de la Navegación muy superiores a las que ‘a priori’ pudieran obtenerse de la adaptación de las Atarazanas, aunque, obviamente, sin su valor histórico y su entorno monumental.
Y un dato muy significativo para el tema que nos ocupa: según el Colegio de Arquitectos, Vázquez Consuegra definió el edificio en la memoria del proyecto como “flexible en su espacialidad”, pensando en su transformación cuando acabara la Expo en el futuro Museo Marítimo de Sevilla.

INVERSIÓN EN PLENA CRISIS

Como se recordará, Agesa ha invertido en plena crisis económica más de 11 millones de euros en remodelar el pabellón, bajo la dirección del propio Vázquez Consuegra, y en dotarlo de nuevos contenidos, que han sido realizados por la multipremiada empresa sevillana GPD, la misma que le ha diseñado a Zoido los ‘mappings’ o proyecciones tridimensionales navideñas sobre la fachada de las Casas Consistoriales. El pabellón modernizado se reabrió el pasado 2 de enero, en este año del XX aniversario de la Expo.
Así pues, Sevilla tiene dos museos navales, marítimos, de la navegación o como queramos llamarlos, uno desde hace 66 años en la Torre del Oro, y otro desde hace 20 en la Cartuja y en el que, en dos fases, se han podido invertir entre 30 y 40 millones de euros.
Y, sin embargo, Zoido propone ahora un tercer museo de la Navegación en las Atarazanas. Hasta ahora sólo se conocían casos de museos duplicados sobre la misma temática en Berlín, por aquello de la división de la ciudad tras la II Guerra Mundial, pero podemos acabar superando a la capital alemana con tres Museos de la Navegación…… además de con tres estadios para tan sólo dos equipos de fútbol.
Y es que Sevilla es un caso especial.

Portaveu

Isla Mágica es fruto, previo concurso público,  de una concesión por un plazo de 50 años de la Junta de Andalucía, ya que se asienta sobre parte de la antigua Exposición Universal del 92, hoy propiedad del Gobierno andaluz, al que debe pagar un canon anual en concepto de utilización de los terrenos y activos. El cierre o venta del Parque Temático supondría una modificación del contrato de concesión. Por tanto, lo más lógico habría sido que, ante los rumores desatados en tal sentido, La Caixa hubiera desmentido o comunicado sus intenciones a su casero, al que le paga el alquiler, o sea, la Junta de Andalucía. Sin embargo, quien ha salido a la luz pública en funciones de delegado territorial y/o portaveu/portavoz de la entidad financiera  ha sido el alcalde de Sevilla, el cual ha confesado que habla con mucha frecuencia con La Caixa o Caixabank, que tanto monta, monta tanto. A este paso, y tras esa foto suya para la posteridad bendiciendo con los directivos el traslado del Caixafórum a la torre Pelli, Zoido va a acabar como Aznar: hablando catalán en la intimidad.

Gae Aulenti

La muerte de Agustín García Calvo, al que se han dedicado tan justas semblanzas recordando su vinculación con Sevilla,  ha eclipsado entre nosotros la noticia de otro fallecimiento, el de la gran arquitecta italiana Gae Aulenti, a los 84 años, en Milán. Figura mundial de la arquitectura, fue junto con Pierluigi Spadolini la autora del pabellón de su país en la Expo-92. El de Italia fue, tras el de España, el pabellón nacional más grande de la Muestra Universal, excluidos los temáticos: un paralepípedo de nada menos que 90 metros de longitud (como la de un campo de fútbol), por 50 de anchura y 30 de altura media. El hoy Centro de Empresas de Cartuja-93 costó por entonces la friolera de 6.000 millones de pesetas. Con sus cuatro torres para camuflar los ascensores y una lámina de agua en su diáfano interior para combatir el calor sevillano, el denominado ‘Palazzo Italia’ hacía en verdad honor a su nombre y evocaba una ciudad amurallada. A su lado, el pabellón de Grecia parecía tan liliputiense que en el argot de la Expo se le conocía como ‘la caseta del perro’.

 

Sevilla se mueve

La sociedad civil es un ente abstracto al que se apela como contrapeso al excesivo protagonismo  de los políticos y de las Administraciones Públicas en un país en el que la máxima aspiración de sus jóvenes es hacer carrera como funcionarios, una sociedad civil que raramente toma cuerpo y que, en el caso de Sevilla, se suele identificar con el mundo de las hermandades y las cofradías. Sin embargo, y más a medida que la crisis económica es utilizada por las Administraciones como coartada para tratar de justificar su parálisis y falta de iniciativas porque sólo conciben estas últimas asociadas a una partida de gasto, la sociedad civil está tomando forma y demostrando con hechos concretos que existe y que es posible movilizar los propios recursos simplemente pasando a la acción, porque el movimiento se demuestra andando.

Hacía tres años que, en paralelo a la crisis económica, en Sevilla no se celebraba la ‘Noche en blanco’ de la cultura, una iniciativa surgida a principios de siglo en París para amenizar las horas crespusculares y para dejar de identificar la noche con las actividades discotequeras y  asociarla también a la cultura en general y los museos en particular. Esa iniciativa de una noche cultural  fue pronto imitada por otras urbes europeas y acabó tomando carta de naturaleza en el calendario.

Como ocurrir suele, Sevilla se sumó con entusiasmo a la novedad hasta que las Administraciones la dejaron morir por consunción, ya que en su política de recorte de gastos la cultura es la primera víctima de los tijeretazos en los Presupuestos, como bien sabemos en Sevilla por el museo de Bellas Artes, el Arqueológico, el Teatro de la Maestranza, la Real Orquesta Sinfónica, los festivales y los agentes culturales.

La raíz del problema radica en la consideración de la cultura por parte de la clase política como un lujo superfluo y, por tanto, como  un gasto prescindible o recortable, de ahí que sea una de las ‘marías’ en cualquier Presupuesto, sea del Ayuntamiento, de la Junta o del Gobierno.

RESURRECCIÓN

Sin embargo, dos grupos de ciudadanos, Sevillasemueve y el organizado en torno al blog Cultura de Sevilla, se propusieron demostrar que, aunque los políticos dejen suelto el timón y sin recursos la nave cultural, era perfectamente posible que la sociedad civil diera un paso al frente y, con la participación de voluntarios animosos, recuperar la perdida ‘Noche en blanco’ y, de paso, la autoestima colectiva en estos duros tiempos de quejío y tribulaciones.

Primero lograron la adhesión de algunos agentes culturales; después, de fundaciones también privadas como la Valentín de Madariaga, y, posteriormente, como en una mancha de aceite, se fueron logrando más y más incorporaciones al proyecto hasta lograr casi cuarenta espacios de todo tipo y una magnífica oferta cultural de  puertas abiertas, de la que han disfrutado en torno a 20.000 ciudadanos. La recuperación de la ‘Noche en blanco’ se convertía así en realidad y en un éxito de público.

El Ayuntamiento ha tenido la inteligencia y sensibilidad de cooperar con el proyecto abriendo las Casas Consistoriales, el aljibe romano de la Plaza de la Pescadería, el castillo de San Jorge, el casino de la Exposición y el Antiquarium de la Encarnación. Por fin la delegada de Cultura, Mar Sánchez Estrella, ha comprendido que la puesta en valor de tantos recursos propios como los que tenemos en la ciudad “no es una cuestión de dinero, sino -dijo- de voluntad política”. Ojalá siga en esta línea para que la experiencia del pasado viernes no sea sólo flor de un día, o de una noche.

Por contra, la Junta limitó su participación al remozado Pabellón de la Navegación de la Expo 92, dependiente de Agesa y no de Cultura, y al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, pero dejó fuera del evento los tres museos más importantes de la ciudad y que habrían dotado a la ‘Noche en blanco’  sevillana de mucho mayor atractivo y poder de convocatoria: el de Bellas Artes, el Arqueológico y el de Artes y Costumbres Populares. Con esta decisión, la Consejería de Cultura, que ya ha recortado todas las ayudas a los creadores y salas culturales, ha perdido una excelente oportunidad de conectar con las inquietudes del sector, del que se encuentra cada vez más distanciada y que acusa a su titular de favoritismo con su patria chica. Luciano Alonso ni siquiera supo ver el potencial, como paquete turístico, de esta oferta cultural nocturna en el pórtico de un fin de semana, pese a haber sido el anterior titular de Turismo.

EL XX ANIVERSARIO DE LA EXPO

Antes que la ‘Noche el blanco’ promovida por Sevillasemueve y Cultura de Sevilla, otro grupo emanado de la sociedad civil, Legado Expo, había organizado con la única fuerza y medios de su entusiasmo, la conmemoración del vigésimo aniversario de la Exposición Universal. Sin ningún apoyo público, dado que el Ayuntamiento trató de cubrir el expediente en la víspera del último día con el muy criticado espectáculo de las sevillanas de la Expo anexo al encuentro de Casas Regionales, los miembros del Legado organizaron visitas guiadas por el antiguo recinto de la Muestra Universal y una exposición en el Círculo Mercantil (otra entidad privada) de la calle Sierpes, en la demostración de que era posible, de forma modesta pero digna, suplir desde la iniciativa ciudadana las carencias y ausencias de las Administraciones Públicas y sin necesidad de subvenciones con cargo a los Presupuestos.

El Consistorio tomó buena nota de sus errores por su inhibición en el XX aniversario de la Expo, pese a haber creado previamente una comisión conmemorativa que durante siete meses no hizo absolutamente nada, y ha sabido corregirse con motivo de la ‘Noche en blanco’.

PINACOTECA ARZOBISPAL

Otro hito en este sentido, fruto de la aportación privada, fue el mismo viernes pasado la presentación del programa de visitas (en principio sólo un sábado, aunque lo ideal serían todos los de mes) a la pinacoteca del Arzobispado, la tercera en importancia de la ciudad tras las colecciones del Museo de Bellas Artes y de la Catedral y que hasta ahora ha permanecido fuera del alcance de los sevillanos y de los foráneos.

La materialización de esta loable decisión del arzobispo, monseñor Asenjo, sólo ha sido posible gracias a la vital aportación de la Fundación Sevilla Endesa, presidida por Javier Benjumea, la cual ha renovado por completo el anticuado e inseguro sistema eléctrico de las galerías y salones del Palacio y los ha dotado de una iluminación especial que permitirá admirar las obras de arte en todo su esplendor. Se trata de otro ejemplo de revalorización de nuestros propios recursos culturales al margen de las Administraciones Públicas y que enriquece no sólo la vida de la ciudad, sino que también potencia nuestra oferta para tratar de captar ese turismo urbano al modo de las grandes capitales europeas y que encuentra en la cultura uno de sus principales reclamos.

EL TEATRO DEL CENTRO

Y en esta concatenación de acontecimientos culturales, ayer concluyó en el Teatro Quintero la última representación del espectáculo ‘El loco soy yo’, producido y protagonizado por el conocido comunicador Jesús Quintero en alusión al título del programa que le lanzó al estrellato periodístico, ‘El loco de la colina’, tomado a su vez de la canción de los Beatles que sonaba como música de fondo en el momento en que estaba delante del micrófono y buscaba una nueva identidad profesional y, probablemente, hasta personal.

Jesús Quintero cumplía así el viejo sueño de su infancia de ser actor, su primera vocación antes que la periodística, y de subirse a las tablas con la obra más difícil, la de interpretarse a sí mismo delante del público y sin la intermediación de una cámara de televisión o de un micrófono radiofónico.

Más allá del debut digamos profesional como actor del niño de pueblo que nunca dejó de ser Quintero,  el trasfondo de esta historia es que pudiendo estar desde hace años  disfrutando de una vida plácida en Marbella, Mallorca, Miami o cualquier otro retiro dorado, Quintero ha preferido hacer patria andaluza y sevillana invirtiendo su patrimonio personal en la rehabilitación como teatro en la calle Cuna, al que ha dado su nombre, del antiguo cine Paté, para convertirlo en plena crisis en un espacio multicultural en el que tengan cabida desde las representaciones teatrales hasta una escuela de comunicación, pasando por estudios de televisión y radio, librería, sala para conciertos, escuela de maquillaje, celebración de eventos….

Mientras que las Administraciones y la clase política ha dejado perder en los últimos decenios todos los teatros que había en el corazón del casco antiguo de Sevilla (San Fernando, Imperial, Alvarez Quintero, Coliseo, Llorens…), Jesús Quintero, en un maravilloso rapto de locura,  ha puesto el dinero de su bolsillo para dotar a la ciudad de un teatro, el único teatro del Centro, y de una temporada estable en la que lo mismo se programa a Christina Rosenvinge que música clásica para niños. Se enriquece así también la oferta cultural de Sevilla, sin subvenciones de ningún tipo y a pecho desnudo frente a la peor crisis en nuestra historia reciente.

El legado de la Expo, la ‘Noche en blanco’, la pinacoteca arzobispal con la Fundación Sevillana Endesa, el teatro Quintero….. son la viva demostración de que la sociedad civil existe y que pese a tantos imponderables y la ola de desánimo y pesimismo que nos invade en la actual coyuntura socioeconómica Sevilla, como habría dicho Galileo, se mueve.

Ciudad Expo

También este año se conmemora el XX aniversario de Ciudad Expo, aquellas 1.918 viviendas que sirvieron de alojamiento para los comisarios, técnicos y demás personal vinculados a la Muestra Universal del 92. El exalcalde de Mairena del Aljarafe, Valeriano Ruiz, ha recordado en un artículo cómo una noche, a principios de 1989, la plana mayor de la Sociedad Estatal acudió a verle a su despacho en busca de 400.000 m2 edificables que precisaban ( y que Valeriano tenía en la Hacienda Cavaleri) para levantar el equivalente al Heliópolis de 1929 porque el Ayuntamiento de Sevilla no les proporcionaba el terreno necesario. Sí, la Organizadora le había echado el ojo a Los Bermejales, entonces por desarrollar, pero se encontró dentro del Consistorio con el boicot de Urbanismo porque la operación habría favorecido los intereses de la Caja de Ahorros San Fernando y no los de El Monte, donde con el tiempo se produciría cierto desembarco. Así fue cómo otra de las rivalidades cainitas en la ciudad que al final perdió sus dos Cajas privó a Sevilla de una inversión multimillonaria.

 

Fotos

Zoido y/o su gabinete de prensa, que tanto monta monta tanto, difunden una foto del alcalde tres-en-uno (regidor, presidente del PP (A) y diputado autonómico, amén de señor de cuatro castillos medievales) y sin -dicen- tiempo ni para prepararse los Plenos del Parlamento  paseándose por la Alameda de Hércules con los componentes del grupo cordobés Medina Azahara, que habían venido para la grabación del videoclip de una canción dedicada a Sevilla. Espadas y/o su gabinete divulgan a continuación una foto de la reunión mantenida por el líder de la oposición con la plana mayor de la patronal Gaesco y el indignado (con el alcalde, claro) Miguel Rus al frente, para analizar el impacto de las Ordenanzas Fiscales y estudiar medidas para reactivar el depauperado (ahora) sector de la construcción. Pues nada, Juan Ignacio, tú sigue así: de las sevillanas de la Expo al rock andaluz en la Alameda, y tiras de folklore porque te toca, que la Sevilla de los 90.000 parados y de los cabreados empresarios, por ti pueden seguir esperando. Ahora sólo te falta la foto con Miguel Bosé.

 

Siempre así

El 20 de abril de 2017 se cumplirá el XXV aniversario de la Exposición Universal de Sevilla-92. Y el 20 de abril de 2042, el cincuentenario. Podemos calcular cualquier aniversario y prever con la antelación suficiente cómo conmemorarlo para que el tiempo no se nos eche encima por falta de planificación. Una de las características de toda acción de gobierno consiste en prever, para poder anticiparse y no actuar contra el reloj o verse superado por los acontecimientos. Resumiendo, podríamos decir que la conmemoración de un gran evento pone también a prueba la capacidad de gestión de un gobierno.

Cuando Zoido tomó posesión como nuevo alcalde de Sevilla (junio de 2011) y con un equipo de 20 concejales que le permitía ‘a priori’ atender cualquier reto ordinario o extraordinario que tuviera por delante, se sabía que al cabo de diez meses en el calendario se cumpliría el vigésimo aniversario de la Exposición y que se le abriría a partir de entonces un abanico de medio año más (hasta el día de la clausura, el 12 de octubre) para poder realizar un programa conmemorativo.

Incluso cabía una tercera opción un poco heterodoxa para ganar más tiempo: considerar ‘año Expo’ hasta el 31 de diciembre de este 2012, con lo cual el nuevo gobierno local habría dispuesto de 18 meses de preparativos/ejecución, un plazo más que suficiente para haber articulado una propuesta atractiva con la que reactivar, al menos turísticamente, la ciudad tras el paréntesis del verano más caluroso de los últimos años.

MAS FACTORES

El gobierno local tenía a su favor otros factores para dar realce a la conmemoración si la hubiera centrado en torno al 12 de octubre:

1) El ‘puente’ con motivo de la fiesta nacional, íntimamente vinculada a la propia Exposición del 92 que, no se olvide, sirvió para conmemorar el V Centenario del Descubrimiento de América, el encuentro entre el Viejo y el Nuevo mundos. Si se celebró la Expo es porque antes se produjo uno de los mayores acontecimientos de la historia aquel 12 de octubre de 1492.

2) La vinculación a Sevilla del Tren de Alta Velocidad (AVE), del que también se conmemora este año el XX aniversario, motivo por el cual, y por la existencia de la Red de Ciudades con AVE, se podrían haber ofertado paquetes turísticos ferroviarios especiales con destino Sevilla.

3) La puesta en servicio del nuevo Palacio de Congresos y Exposiciones en Fibes, el más moderno de España, que podría haber acogido uno o varios grandes eventos relacionados directa o indirectamente con la Exposición en vez de una Feria Outlet, que se podría haber diferido a otra fecha.

4) La celebración en Los Venerables de la atractiva exposición ‘Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad’, que se podría haber promocionado dentro de ese gran paquete unificado del ‘año Expo’ ante el resto de España como una oportunidad única de contemplar los cuadros expoliados por los franceses hace 200 años en la ciudad donde y para la que los concibió el genial pìntor sevillano.

Todo esto, y más, se sabía con antelación más que suficiente y, sin embargo, el gobierno de Zoido ha sido incapaz no ya de ofrecer un programa conmemorativo propio y específico sobre la Expo-92, sino tampoco de, como se decía en el 92 y el post-92, establecer sinergias entre las ofertas existentes para al menos haber conformado un conjunto bajo una misma imagen que habría potenciado la ‘marca’ Sevilla.

DIECISÉIS MESES

Pero ni lo uno ni lo otro. En los dieciséis meses que han transcurrido desde su toma de posesión, al equipo de gobierno sólo se le ha ocurrido para conmemorar la Expo organizar un recital (pretenciosamente llamado concierto, palabra mayor que debe reservarse para la gran música) de sevillanas empotrado en el Encuentro de Casas Regionales y sacar de paseo a ‘Curro’, la mascota de la Expo, para que los nostálgicos y los niños pudieran hacerse unas fotos de recuerdo.

Nunca estuvo más en las antípodas de lo que fue y quiso ser la Expo, que supuso en infinidad de aspectos el salto de Sevilla a la modernidad del siglo XXI con un decenio de ventaja sobre las demás  ciudades (desde el AVE a la fibra óptica, pasando por la incipiente telefonía móvil), que esta celebración verbenera para salir del paso de forma impropia de una gran urbe, capital de Andalucía y sede de aquel magno acontecimiento en el que durante medio año el mundo se dio cita en Sevilla. Una conmemoración ésta de cantes por sevillanas sin vinculación alguna con la Muestra Universal y basada sólo en el argumento expresado por Beltrán Pérez y Juan Bueno de que en el 92 tuvo lugar el ‘boom’ de las sevillanas. Así mezcla el Ayuntamiento la velocidad con el tocino.

El gobierno local se ha puesto en evidencia a sí mismo con esta ocurrencia tópica y folklórica. Y ha sido dejado en evidencia además por las entidades que sin los medios del Ayuntamiento han querido rememorar la Exposición y su ‘leit motive’ de forma mucho más justificada y digna, caso de la asociación privada ‘Legado Expo’, con su exposición en el Círculo Mercantil y sus visitas guiadas al recinto de la Cartuja; Radio Sevilla, con su homenaje a Felipe González como artífice del evento; El Corte Inglés, con su muestra fotográfica, y hasta el Archivo de Indias, con la exposición de los fondos donados por un coleccionista privado.

FALTA DE INTERÉS

La tesis municipal de que se ha tratado de una conmemoración “digna y austera” por la falta de medios económicos no puede servir de excusa para este ridículo. Recuérdese, sin ir más lejos, cómo Zoido se movió, sin apenas tiempo, para captar patrocinios con los que sufragar la celebración de la Copa Davis en Sevilla. Ha tenido 16 meses para haber puesto el mismo empeño en hacer otro tanto para esta conmemoración, pero a la vista de los resultados parece que no ha movido un dedo para tal fin.

Con un poco de imaginación, recabando colaboraciones y sin incurrir en gastos desorbitados, quizás podrían haberse acometido retos como éstos:

1) En 1992, el mundo se mostró en Sevilla en la Exposición Universal. Veinte años después y utilizando el Pabellón del Futuro en la Cartuja y el nuevo Fibes, Sevilla podría haberse mostrado al mundo con una exposición sobre lo mejor de sí misma en todos los ámbitos, desde la cultura hasta la ciencia, en una Expo-Sevilla.

2) Al menos un gran día de puertas abiertas en los pabellones de la Tecnópolis para mostrar su reutilización y los resultados de la I+D+i (desde el Sincrotrón hasta las técnicas de restauración del IAPH) que se lleva a cabo en ellos, acabando definitivamente con la imagen de los jaramagos llenando la isla.

3) Circuitos turístico-culturales tomando como hitos los nuevos contenidos del Pabellón de la Navegación, el recuperado Jardín Americano, los Jardines del Guadalquivir, el Parque Temático Isla Mágica y el Alamillo en su XIX aniversario.

4) La Expo, merced a la operación ‘Raíces’, supuso la mayor operación de jardinería de la historia, con la introducción en Europa de nuevos árboles ornamentales como no se había hecho desde Cristóbal Colón y el descubrimiento para el mundo del potencial de las pérgolas para obtener grandes superficies sombreadas y del agua micronizada para refrigerar el ambiente, esa misma agua vaporizada que ahora se rocía en numerosas terrazas de los bares sevillanos para rebajar la temperatura. Un circuito botánico por la isla podría haberse complementado mediante la conversión, siquiera de forma temporal, del vacío Canal en el mayor jardín de plantas acuáticas (a partir de los nenúfares) del mundo.

5) Todas las grandes multinacionales que participaron en la Expo podrían haber sido invitadas a mostrar en el pabellón del Futuro o en el nuevo Fibes los avances tecnológicos que han desarrollado en estos veinte años: Sony, Fujitsu, Alcatel, Siemens, IBM, Telefónica….

6) El mismo día en que se anunció la conmemoración con el recital de sevillanas se conocía que Abengoa Solar es la primera empresa española en el ranking de patentes. Sevilla es, gracias a multinacionales como Abengoa y Sener, la mayor potencia termosolar del mundo, una industria que no existía comercialmente en el 92 y en la que España copa el 72% del mercado mundial. El Pabellón de la Energía en la Cartuja podría haber sido ahora el mayor escaparate del sector solar sevillano. Con una adaptación, se podría haber emulado sobre el terreno el funcionamiento de una central termosolar de torre usando para ello la torre panorámica. Y con un poco de vista se podría haber potenciado la imagen solar de la ciudad organizando aquí en vez de en Madrid la competición universitaria internacional ‘Solar Decathlon’, invitando a atracar en el puerto barcos solares  como el de Green Peace y a aterrizar en San Pablo el ‘Impuse solar’, el primer avión del mundo propulsado sólo por energía solar.

7) Sevilla, que está en varias redes de ciudades (desde las machadianas hasta las que tienen AVE), podría haber promovido con motivo de este aniversario la creación de la red de ciudades-sede de Exposiciones Universales, para así tener relaciones privilegiadas con megaurbes como Nueva York, París y Montreal (Milán albergará la próxima Expo, en 2015), y un congreso sobre el futuro de este tipo de eventos.

8) Haber materializado ahora lo que de forma absurda, como puede dar fe Miguel Villegas, no se remató en el 92 cuando estaba todo preparado para ello: el hermanamiento con Sendai, la ciudad japonesa de la que procedía el samurái Hasekura Tsunenaga (los descendientes de su expedición aún se identifican en Coria del Río por el apellido Japón), con el efecto solidario añadido de que es la que más sufrió los efectos del devastador maremoto que se llevó por delante la central nuclear de Fukushima. Así, Sevilla también tendría un puente con el país del Sol Naciente para los intercambios económicos y turísticos. Gregorio Serrano, que estuvo allí de tapadillo en septiembre, perdió la ocasión de haberlo concretado.

9) La organización de una ‘Magna Hispalensis’ bis en la Catedral podría haber sido la contribución de la Iglesia al aniversario, como prólogo del Año de la Fe y de ese Vía Crucis con catorce cristos.

10) La ciudad que ha inspirado cien óperas en la historia de la música y que disfrutó durante la Expo de solistas y orquestas maravillosos podría haber programado con la ROSS y la Barroca algún concierto conmemorativo que rememorara los programados en el 92.

De una ‘tormenta de ideas’ podrían haber emanado decenas de propuestas para haber enfocado el aniversario de la Exposición como una ocasión  para relanzar Sevilla ante España y el mundo y para abrirle nuevas  oportunidades a nuestras empresas y conciudadanos, pero a la hora de la verdad hemos reducido el recuerdo del mayor evento en nuestra historia reciente a unos cantes por sevillanas.
¿Por qué ha de ser siempre así?

Pandereta

Casi un año después de aquel Pleno en el que se acordó conmemorar el XX aniversario de la Expo, el Ayuntamiento ha parido con fórceps y en el último minuto un ratón en forma de cante por sevillanas y de ‘photocall’ de la mascota ‘Curro’ para las fotos nostálgicas, como apéndice impostado del IV Encuentro de Casas Regionales y Provinciales. Con la coartada de la austeridad, al Consistorio le ha salido la Sevilla de charanga y pandereta para celebrar de la forma más típica y tópica el evento que se presentó como su antítesis y como la incorporación a la modernidad. En vez de haber aprovechado la oportunidad para presentarle a España y al mundo nuestra evolución en estos veinte años, el aprovechamiento del legado de la Expo merced a la Tecnópolis de Cartuja-93 y nuestros proyectos para el futuro, hemos reducido el acontecimiento a una verbena de barrio con exhibición de folklore y al reparto de material de desecho de los almacenes municipales. Menudo ridículo ha hecho el gobierno de Zoido. Para este viaje no hacían falta alforjas: mejor no haber conmemorado nada.