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Sevilla paga todas las crisis

El 17 de octubre de 2019, dentro de ocho años, se conmemorará el centenario del Metro de Madrid, que desde aquella lejana fecha no ha parado de crecer en kilómetros y en líneas en servicio. Actualmente su red se extiende a lo largo de 293 kilómetros, distribuidos entre doce líneas subterráneas y un ramal. Como apéndice tiene un Metro ligero en superficie, con una longitud de 27,78 Kms. Al año siguiente, en 2020, la efemérides centenaria será la del Metro de Barcelona, la segunda ciudad de España. El suburbano catalán se compone de once líneas, tres de ellas totalmente automatizadas, y sus vías cubren un total de 123,661 kilómetros. Lo lógico en esta secuencia cronológica es que en 2021 se festejara el centenario del suburbano de la que tantos años fue la tercera ciudad más importante del país, Sevilla, pero no será así porque aunque su ley del Metro fue aprobada por las Cortes el último día del año 1975, en el tiempo transcurrido desde entonces la han adelantado por la derecha y por la izquierda Valencia, Bilbao y hasta Palma de Mallorca.

El Metro de la capital del Turia data de 1988 y lo conforman seis líneas (más el tranvía), con un total de 146,77 Kms.  y la mitad de ellas parcialmente automatizadas. El suburbano de Bilbao es, por sus vicisitudes, el más parecido al de Sevilla, ya que su proyecto constructivo se aprobó en 1977 (sólo dos años después que la ley del Metro sevillano), pero las obras no comenzaron hasta 1988 después de agrias polémicas y la primera línea no se inauguró hasta 1995. Aun así, los bilbaínos no han perdido el tiempo en estos dieciséis años y ya disfrutan de tres líneas con un recorrido total de 43,31 Kms.; tienen una de 5,88 Kms. en construcción; otra de 6 Kms. con el estudio totalmente redactado y otra más de 6,6 Kms. en avanzada fase de redacción, por lo que a medio plazo podrán utilizar una red de 65,98 Kms.

También se le adelantó a Sevilla la capital balear, Palma de Mallorca: su única línea, de 7,2 Kms., se proyectó a finales del año 2002 y se inauguró en abril de 2007.

Y por fin llegamos a nuestra ciudad en este recorrido histórico por los ferrocarriles metropolitanos. Desde la citada ley del Metro, de 1975, se ha tardado 34 años en abrir una sola línea, de 18 kilómetros. ¿Cuántos años tardaremos en abrir la siguiente? ¿Será plena o en gran parte subterránea o quedará reducida a un Metro ligero para seguir ahorrando costes?

Alguna de las previsiones atribuidas a la Junta de Andalucía indicaban una apertura parcial de alguna línea nueva para el año 2017, pero este hipotético calendario ha quedado en el aire con los ‘Presupuestos de la crisis’ presentados por el Gobierno andaluz, en los que no se concreta partida alguna para nuevos desarrollos del Metro en la capital de la comunidad autónoma y tampoco cuánto dinero se invertirá en la provincia por todos los conceptos. Es la primera vez en la historia reciente que la Junta no ‘provincializa’ los Presupuestos, obviamente con el fin de no agraviar al electorado con el recorte de inversiones productivas que ha practicado (aunque el monto total se haya incrementado en un 1,1% merced a mayores gastos sociales) cuando están en juego las elecciones generales del 20 de noviembre y las autonómicas de la próxima primavera.

Los astros siempre se alinean de forma tal que Sevilla acabe pagando con tijeretazos a sus nonatas infraestructuras las facturas de las crisis económicas. Le ocurrió tras las dos Exposiciones (la Iberoamericana de 1929 y la Universal de 1992) , que habían creado ‘a priori’ las condiciones para su definitivo despegue como la gran metrópolis del Sur de Europa; le pasó con la crisis del petróleo, la de los años 80 y ahora con la de las hipotecas-basura y la de la deuda soberana de la Eurozona.

Siempre hay una causa sobrevenida que paraliza algo o casi todo, ya sea el canal Sevilla-Bonanza, la Ciudad de la Justicia, las nuevas líneas del Metro, el túnel del AVE al aeropuerto, el eje ferroviario…..

Con la tesis de que hay que priorizar el gasto en educación y sanidad, la Junta ha convertido la otrora consejería clave de Obras Públicas en una de las ‘marías’ del organigrama al asignarle sólo 609 millones de euros en los Presupuestos, con un recorte del 25,3%. Si a ello le sumamos la reducción del 9,9% en Medio Ambiente (788 millones), los dos brazos inversores en infraestructuras apenas tienen capacidad de maniobra en una región con más de un millón de parados y necesitada más que nunca de estímulos keynesianos en forma de obra pública.

En los Presupuestos se contempla la continuidad de las obras ya en marcha y hasta el inicio del proceso de licitación de las tres líneas pendientes del Metro, pero hay truco. No aparecen detalladas las partidas específicas para el suburbano hispalense, los Metros de Granada y Málaga y el tranvía de la Bahía de Cádiz, sino un ‘totum revolutum’ de algunos centenares de millones de euros que se manejará según convenga o allí  donde haya que apagar fuegos por intereses políticos.

De momento, el mayor incendio está en Granada, donde las empresas que tienen la ciudad cortada por las obras del Metro (¿nos suena?) no han cobrado a la fecha ninguna certificación del año 2011 (la deuda de la Junta asciende ya a 55 millones de euros) y ya se reconoce oficialmente un retraso de un año como mínimo en la inauguración del suburbano.

Con este precedente, la invocación a la colaboración público-privada para iniciar al menos los trabajos en sólo un tramo de la línea 3 del Metro sevillano (Pino Montano-Prado) suena a brindis al sol. Salvo que recojan el guante las grandes constructoras del país, parece improbable que empresas andaluzas se embarquen en una operación de alto riesgo, por la morosidad de la Junta. Fadeco, la patronal andaluza de la construcción, estima que el Gobierno de Griñán le debe 1.000 millones de euros.

Si además el grifo del crédito está cada vez más cerrado  por la necesidad de la banca de recapitalizarse, los recortes aplicados por la Junta a la obra pública con estos Presupuestos van a darle la puntilla a un sector que hasta hace tan sólo tres años aportaba el 17% del PIB regional.

Con este panorama, la movilidad seguirá siendo la gran asignatura pendiente en la ciudad. Es probable que Madrid y Barcelona conmemoren los centenarios de sus respectivos Metro antes de que en Sevilla se abra aunque sólo sea un tramo de cualquiera de las tres líneas pendientes.

 

Listillo

Cuando estalló la polémica sobre Ikea y Max Vílchez pretendió darle lecciones de Urbanismo a Espadas diciendo que el tema lo despachaba él con una mera modificación puntual del PGOU, el portavoz municipal del PSOE le reconvino con argumentos de autoridad y justificó sus conocimientos de los procedimientos administrativos por su condición de exconsejero de la Junta. Ahora, Espadas recoge firmas entre los vecinos de Pino Montano para que insten a Zoido a que concierte cita con la consejera de Obras Públicas y le pida que las obras del Metro empiecen ya y por ese barrio. ¿Y por qué tiene que mover ficha el alcalde si la competencia sobre el Metropolitano es de la Junta? Espadas no puede ignorar con el Metro los procedimientos sobre los que alardeaba con Ikea, pero, listillo él, se hace el tonto (útil) para que a ojos de los sevillanos parezca que la culpa de que no se reanude el Metro es de Zoido y no de Griñán o la Villalón. Espadas, como Monteseirín, se pliega a su partido y a la Junta. Sigue pensando en clave de consejero antes que como concejal de Sevilla.

 

 

La doble jubilación

Mercasevilla ha exportado sus escándalos hasta Jaén al desvelar el PP que un miembro de la Ejecutiva del PSOE de Baeza habría cobrado como prejubilado de la lonja sin haber trabajado en ella en toda su vida.

A Antonio Garrido, jubilado de Coosur, una mano que mece la cuna lo incluyó en las prejubilaciones del Merca aprovechando su tramitación por  la Consejería de Empleo. Total, donde iban a cobrar 18, bien podrían hacerlo 19. Mientras la Junta se hace la loca con los 40 prejubilados pendientes para no abonar ni un euro, al jubilado por duplicado le habrían ingresado 131.550 euros, a razón de 5.876 euros/mes, un dinero que no verán junto a lo largo de su vida los actuales mileuristas. Para colmo, a las 48 horas se descubrió un nuevo caso de intrusismo: una mujer que nunca pisó el Merca, Carmen Fontela es su gracia,  aparece en la lista con unos 170.000 euros librados por el Banco Vitalicio.

Los supuestos  beneficiarios lo niegan todo y perjuran que debe tratarse de un error, inmenso error, que habría dicho Areilza, pero si el Banco certifica que ha transferido el dinero,  a alguna cuenta debe haber llegado, salvo que se haya perdido por las alcantarillas de Mercasevilla, donde huele cada vez  más a podrido.

Puigcercós, el republicano catalán de la polémica  por decir que en Andalucía no paga impuestos ni dios, va a tener que tragarse sus palabras. La cuestión ahora no es que aquí no pague nadie, sino cómo es posible que se cobre dos veces. Asimismo, Griñán debería corregir sus declaraciones sobre que en Andalucía ha mandado la cultura de la subvención. Eso ya es cosa del pasado. Ahora, como demuestran Empleo y Mercasevilla, lo que se lleva es la cultura de la doble jubilación. Y por partida doble.

LAS ‘TONTAS’ DEL ALCALDE

Lopera llamaba las ‘tontas’ a sus empresas que parasitaban al Betis y que según su particular interpretación de la economía aseguraban la financiación del club, si bien  la juez Alaya ha echado por tierra el mito al establecer que lo que presuntamente hacían era  desviarse a sus cuentas el dinero de la entidad verdiblanca..

Monteseirín también tiene sus particulares ‘tontas’, salvo que en vez de llamarse Tegasa o Encadesa responden por Tussam, Lipassam y en especial su (caja) ‘tonta’ preferida, Giralda TV, auténticas sanguijuelas de las arcas municipales.

El Ayuntamiento dice que no tiene un euro para así tratar de pagarles los atrasos a sus funcionarios sólo con días libres, confiado en que se hagan el trabajo entre ellos y le salga la jugada gratis, pero los sindicatos no pasan por el  aro.

No hay dinero según la versión oficial pero Monteseirín se ha dado trazas para, rebuscando, hallar, oh casualidad, unos remanentes con los que inyectarle tres millones a Lipasam, dos a Tussam y tres a su maquilladora de imagen, Giralda TV, que ha perdido ya 8,6 millones de euros y se ha gastado un 69% más de lo previsto pese a la crisis.

Al tiempo que se conocía este balance catódico y caótico, la patronal de las televisiones privadas, Uteca, publicaba un informe sobre el despilfarro de las Tv públicas con el siguiente aserto: “Todos nos hemos ajustado el cinturón menos ellas”. Ignora que las ‘tontas’ de Monteseirín nunca se ponen a dieta.

DESMEMORIA

El redactor del PGOU, Fustegueras, dio una conferencia en Emasesa para echarle un cable a Monteseirín con las peatonalizaciones, que tan poco disfrutan porque generalmente van en coche oficial.

El. arquitecto también apoyó así el tranvía por la Avenida: “Podría haber sido otro medio y más barato, pero no creo que pase mucho tiempo en que se convierta en una parte más del Metro”. Será manipulando una vez más el lenguaje,  porque por definición Metro es un tren subterráneo y tranvía uno en superficie. Lo que no dijo Fustegueras es que la Junta ya ofreció al Ayuntamiento integrar el tranvía en el Metro mediante el subterfugio de clasificarlo como una extensión metropolitana y asumiendo sus costes.

Ello suponía un importante ahorro para la ciudad pero a condición de segregar el tranvía de Tussam e incluirlo en la política de transportes de la Junta. ¿No se pide  eso mismo ahora que la empresa municipal está en la quiebra? Monteseirín se frotaba las manos, pero bastaron unas cuantas serenatas sindicales bajo su balcón con el espantajo de la privatización para que rechazara  la oferta. Por la debilidad del alcalde, Sevilla ha soportado el oneroso coste del tranvía disfrazado de ‘Metrocentro’.

ANTES QUE EL FLAMENCO

Ahora que la Unesco está de moda por haber declarado el flamenco Patrimonio de la Humanidad les invito a que miren su página web y lean, bajo el título ‘Sevilla, España, primera ciudad de la Unesco de la música´, lo siguiente: “Sevilla se convirtió el 30 de marzo de 2006 en la primera ciudad de la Unesco de la Música en el marco de la Red de Ciudades Creativas de la Alianza global para la Diversidad Cultural. La ciudad es célebre no solamente por ser un centro de creatividad y actividad, sino que también refleja varios siglos de tradición musical y de diversas influencias mundiales. Eventos musicales extraordinarios reúnen artistas de todos los géneros y atraen la calidad y la diversidad a esta ciudad que apoya y estimula con orgullo su música…(¿?).”

Tenemos la marca Unesco cuatro años antes que el flamenco, pero por los recortes que le aplican al Maestranza y la Sinfónica parece que las Administraciones todavía no se han enterado. En Sevilla, hasta la música es víctima de las conspiraciones de silencio.

Demagogia

El (sin) alcalde, hablando de la peatonalización,  dice que eliminó 11 líneas de autobús, y añade: “¿Y qué precio tiene volver a ver a jugar a los niños en la Plaza Nueva?”. Respuesta: ninguno, porque los niños han jugado allí antes y después de la peatonalización. Es más, cuando dejaron de jugar fue precisamente durante las obras de peatonalización, tiempo en que  Monteseirín la puso patas arriba. Si nos situamos en la fachada del Ayuntamiento, observaremos que el ‘statu quo’ no se ha modificado, ni para  niños ni para adultos. Donde antes había parada de autobuses desde Tetuán a Méndez Núñez ahora hay de bicicletas. El espacio reservado otrora a Tussam frente al hotel Inglaterra lo ocupan ahora paradas de taxis y del microbús eléctrico de la propia Tussam. Y el sitio de las paradas en el lateral de la Consejería de Gobernación está destinado a la del tranvía, con sus vías hasta casi la calle Zaragoza. Los niños tienen el mismo espacio ahora que antes porque Monteseirín ha logrado en la Plaza Nueva lo que no pudo Pellón en la Expo: el balance cero.

Segunda estación

El (sin) alcalde que no iba a alegar al proyecto del Metro por –decía- haberlo pactado todo previamente con la consejera de Obras Públicas le ha roto ahora los esquemas a la Junta al alinearse con la inmensa mayoría que pide una segunda estación en el centro aparte de la prevista en la plaza del Duque. Por más que los técnicos digan que los cimientos de las setas impiden excavar la parada en la Encarnación, el (sin) propugna un pozo de bolsillo con dos bocas: una al Antiquarium y otra dentro del Parasol para hacer honor a su nombre de Metropol. Si se admite la tesis de Alfredo, que para más ‘inri’ reconoce que no es suya cuando dice que se trata de “imitar a Barcelona” (¿será algún día al revés?), la Junta ya no tendrá argumentos para encastillarse en paradas cada 1.400 metros, porque el Duque y la Encarnación sólo distan 250. Más que nunca, como sostienen los comerciantes, se justificaría la gran estación central en Plaza Nueva, situada a 500 metros del Duque y donde no hay problemas técnicos para excavar porque el pozo lleva veinticinco años esperando.

Tres en uno

El (sin) alcalde es un mar de contradicciones: unas veces Alfredo desmiente a Sánchez; otras, es Sánchez el que lleva la contraria a Monteseirín y, las más, Alfredo deja en ridículo a Sánchez y a Monteseirín. Alfredo, Sánchez y Monteseirín, uno y trino. Recordarán que Alfredo dijo que no alegaría al proyecto del Metro por coherencia,  al haberlo pactado previamente todo con la Junta. Sin embargo, ahora Monteseirín  dice a los empresarios lo opuesto a las tesis de Alfredo: que cómo iba a haberse pactado el trayecto de las líneas 2, 3 y 4 si resulta que provocan una especial afección a avenidas como la de Juventudes Musicales y Montes Sierra, y que la mejor estación en el Centro no sería la del Duque, como sostiene Rosa-Rosae Aguilar, sino la de la Encarnación. Sólo falta saber si, con tal de darle en la cabeza a Alfredo y a Monteseirín, el señor Sánchez decide  alegar al proyecto ‘in extremis’,  para pedir al menos una parada en el Metropol Parasol, aunque sea en superficie porque aún no se ha enterado de que la impiden los cimientos de sus propias setas.

Franco

El alcalde de Coria, José Vicente Franco (PSOE), ha difundido un comunicado para anunciar ‘urbi et orbi’ que “de forma unilateral” prescinde del coche oficial y usará a partir de ahora su vehículo privado, el Metro y el autobús. La noticia no es que Franco se pase al transporte público, demostrando así que podría haberlo hecho desde siempre, sino que tuviera el desparpajo de cargarle a las arcas públicas un coche oficial, con conductor incluido, en un municipio de sólo 28.000 habitantes donde todo el mundo se conoce y que por hallarse a un tiro de piedra de Sevilla está perfectamente comunicado con la capital. Vamos, que no es un pueblo perdido a más de 100 kilómetros por carreteras sinuosas en las Sierras Norte o Sur. ¿Cuántos otros pueblos como Coria o incluso más pequeños no hacen de cireneos motorizados de sus alcaldes con cargo siempre al sufrido contribuyente? Con su ‘autobombo’ de pretendida solidaridad en esta hora de crisis, Franco pretendía dar ejemplo de austeridad, pero lo que en realidad ha revelado es que estaba dando ejemplo de dispendio.

‘Safety car’

La consejera de Obras Públicas no descarta la creación de, ojo,  varias paradas de Metro en el centro. El fino oído político de Rosa Aguilar ha detectado en el proceso de alegaciones a las líneas 2,3 y 4 -el mismo en el que el Ayuntamiento ni-ni del (sin) alcalde se niega a participar por creer que está todo atado y bien atado-  cierto runrún en tal sentido y, en vez de enrocarse en el diseño de los técnicos, se muestra predispuesta a coger esa bandera reivindicativa y a ponerse al frente de la manifestación. Parafraseando a Fernando VII, de deseado a pérfido, doña Rosa está en trance de decir: “marchemos francamente, y yo la primera, por la senda de las dos estaciones en el centro”. El volantazo de la consejera deja en evidencia al (sin) alcalde que, más papista que el Papa, sigue empecinado en defender una sola parada pensando que así se congracia con la Junta. A Monteseirín le pasa como a Fernando Alonso: cree estar en cabeza de carrera y aún no se ha percatado de que la salida a pista del ‘safety car’ de la consejera lo ha dejado a la cola del pelotón.

Ayuntamiento ni-ni

La sociología habla de ‘generación ni-ni’ para referirse a los 700.000 jóvenes menores de 34 años que ni estudian ni trabajan. En línea con los nuevos tiempos, el (sin) alcalde ha inventado el Ayuntamiento ni-ni cuando ha dicho que el Consistorio no va a presentar alegaciones al proyecto del Metro: “Ahora son los ciudadanos los que decidirán los últimos detalles; nosotros no entramos en eso”. Osea, ni alegaciones, ni correcciones, ni puntualizaciones, ni sugerencias, ni mejoras, ni ampliaciones, ni más inversiones, ni más líneas, ni trazados alternativos, ni cocheras y talleres fuera del Alamillo…. Ni siquiera si una o dos estaciones en el Centro, o si la estación única debe ir en la plaza del Duque, la de la Encarnación, la del Cristo de Burgos o la de Ponce de León. Ná de ná. Ni chicha ni limoná. El (sin) alcalde se lava las manos con el Metro, en plan Poncio Pilatos, y deja que el pueblo haga según su libre albeldrío, mientras el Consistorio hace mutis por el foro. Así está Sevilla con Monteseirín: huérfana. Sin alcalde y, ahora, también sin Ayuntamiento.

Ocultación

El proyecto del Metro, que el (sin) alcalde dice haber pactado con la Junta para aparecer como comadre de la criatura tras ser el padre del ‘Metrocentro’,  invade dos parques, calificados como sistemas generales en el PGOU: el del Alamillo (donde Rosa Aguilar y Alfredo  sitúan las cocheras y talleres) y el Anillo Verde Norte. Esta es la Sevilla sostenible según Monteseirín. ¿Qué otros marrones y bacaladas se esconden en los tochos, perdidos entre la marea de papeles cuales agujas en un pajar y esperando escapar del ojo sagaz de la prensa? Las cocheras y talleres previstos en el Alamillo, pese a su importancia, no aparecen en los planos de planta general, ni en el presupuesto, ni en el estudio de impacto ambiental. Sólo en un apartado de la Memoria y en un plano, para que pasen lo más inadvertidos posibles dentro de un conjunto de 15 tomos en formato A-3 que ocupan tres grandes cajas. Lo han hecho con premeditación y alevosía, a ver si, en medio del debate sobre túneles y estaciones en el Duque o en Ponce de León, nos los cuelan, aunque sea por la gatera.