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La susanista Sonia Gaya tiene la llave de la Alcaldía de Sevilla

Si dimite Espadas, la ley le da el derecho a sucederle al convertirse automáticamente en nueva cabeza de lista electoral, salvo su renuncia expresa

Su figura va a poner a prueba la declarada voluntad de integración de todas las corrientes por Espadas y el proclamado feminismo del PSOE

Desde la elección del todavía alcalde (a tiempo parcial) de Sevilla, Juan Espadas, como candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, y aún más tras su posterior elección como secretario general del partido en la región, se vienen haciendo quinielas en los mentideros políticos sobre su posible sucesor en la Alcaldía sin tener en cuenta que sólo hay una persona que tiene reconocido por ley ese derecho a la sucesión. Y por ironías del destino no es, o no era hasta ahora, sanchista como Espadas, sino partidaria de su máxima rival, Susana Díaz. Se trata de la delegada municipal de Hacienda, Sonia Gaya.

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Insolidarias

Casi una semana después de que en horario laboral una turba se concentrara a  las puertas de la Audiencia para coaccionar a la juez Alaya en su investigación sobre la presunta implicación de líderes de UGT y CCOO en el escándalo de los ERE, (no) sorprende ya el silencio del potente lobby femenino, que probablemente con Amparo Rubiales al frente habría reaccionado de manera fulminante y solidaria en caso de que la víctima del escrache hubiera sido otra del mismo sexo como, un poner, la fiscal jefe. Y eso que Alaya no sólo fue denigrada digamos que ideológicamente con los gritos de ‘pepera’ e ‘inquisidora’, sino también por su condición de mujer al ser tachada de ‘fea’. En aquel contexto, el calificativo no tenía precisamente connotaciones estéticas, ni habría sido empleado en el género masculino en caso de que el acosado hubiera sido un juez varón. ¿Imaginan a los viriles sindicalistas atacando a, por ejemplo, Baltasar Garzón llamándole ‘feo’? Hubo, pues, una exhibición añadida de machismo, pero se ve que ese día el feminismo militante no estaba de guardia.

Se compran ‘Power-Points’. Razón, Zoido

El alcalde, como dijo en el debate sobre el estado de la ciudad que ha cumplido el 70% de su programa (el pabellón de Los Bermejales con las pistas de nieve artificial, el Central Park a la sevillana, los 29 parkings, el bulevar de La Ranilla y los centros cívicos, de salud y educativos deben de formar parte del 30% restante, del que no hay noticia), para no aburrirse en los dos años que le quedan se dedica a ‘comprar’ los proyectos en ‘Power-Point’ que le sirve su delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez.

Hace unos meses, Zoido presentó en rueda de prensa el Museo de las Tradiciones (Centro de Exposiciones y Promoción de las Tradiciones Sevillanas) en la parcela municipal de la calle Santander ‘Corral de las Herrerías’, colindante con la Torre de la Plata y la Casa de la Moneda. Según el alcalde, el anteproyecto de este museo, que se abriría en 2015, había sido redactado por técnicos de Urbanismo, se atenía al Plan Especial de la Casa de la Moneda, sería desarrollado por la iniciativa privada y ya había “múltiples empresas interesadas, a las que se exigiría solvencia económica”.

Si el alcalde estaba presentando públicamente la iniciativa presuntamente municipal entonces, ¿cómo había ya “múltiples empresas interesadas en desarrollarla”?.

ACUERDO DE GERENCIA

El 19 de junio, el Consejo de la Gerencia comunicó que había aprobado “un proyecto de carácter privado” para construir el Museo de las Tradiciones presentado por la empresa Feria de Sevilla. Del supuesto anteproyecto de los técnicos de Urbanismo de que hablaba Zoido se pasa a decir reiteradas veces que es una iniciativa de esta sociedad: “Se ha admitido a trámite la iniciativa privada presentada…”; “la entidad Feria de Sevilla S. L. propone…”; “ha planteado al Ayuntamiento…”; “una vez analizada la propuesta planteada…”

Zoido habló de exigir “solvencia económica” a la compañía aspirante a construir el Museo. Pues bien, según un informe de Axesor, Feria de Sevilla, una sociedad limitada creada con 3.000 euros de capital, tenía cerrado el Registro Mercantil por no presentar sus cuentas desde hacía dos años y acumulaba sólo en un trienio 22 notificaciones en Boletines Oficiales por no hallarse al corriente de sus obligaciones fiscales, una de ellas emitida por la Agencia Municipal de Recaudación.

Urbanismo también afirmaba que el proyecto “se ajusta a los condicionantes urbanísticos de aplicación”.

ALEGACIÓN DEMOLEDORA

Nada más lejos de la realidad según los expertos en arquitectura y patrimonio Fernando Mendoza, José García-Tapial y José Mª Cabeza, que examinaron el expediente y, alarmados, presentaron una alegación en la que se hartan de denunciar presuntas irregularidades de todo tipo. A su juicio, el proyecto supone la privatización de un suelo y un subsuelo de enorme valor arqueológico, que está destinado en el PGOU a equipamientos para los sevillanos, para construir lo que no es un museo (unas pocas salas expositivas sirven de coartada), sino un tablao flamenco o sala rociera encubiertos que competiría de forma desleal con los tablaos cercanos y el centro municipal de atención al visitante en el Paseo Alcalde Marqués del Contadero.

Rompe además la estética de la Casa de la Moneda con un diseño en forma de dos hileras de sucedáneos de casetas de feria, supone la destrucción de dos paños de la antigua muralla islámica que unía el Alcázar con la Torre de la Plata y de una pileta del siglo XVII descubiertas en excavaciones financiadas ¡por la propia Gerencia! e implica un grave riesgo por apoyarse la construcción en la muralla y en la Torre de la Plata, sin garantías de estabilidad y dada la cercanía del manto freático.

Por si esto no fuera ya suficiente, se asombran de que frente a las expectativas de enorme negocio del Museo de las Tradiciones, cuyo Plan Financiero prevé unos ingresos de 3,2 millones de euros en el primer año y de 5,8 millones en el sexto de los 40 de la concesión, el Ayuntamiento sólo cobraría un canon anual de 80.000 euros (del 2,43% al 1,37% de los ingresos), una auténtica ganga cuando según el cuadro de tasas municipales vigente y el canon de Mercadona en Plaza de Armas debería ascender al menos a 400.000 euros.

LA RIBERA DEL RÍO

El segundo ‘Power-Point’ ‘comprado’ por Zoido es el del ‘Paseo del Arte’ en la margen izquierda del río, un complejo de ocio aprobado a la empresa Capitaliza, que preside el hijo de Amparo Rubiales y uno de cuyos socios es el hijo de Salas Tornero. No seré yo quien cuestione el derecho de los ‘hijos de’ a montar sus empresas, pero la opinión pública se pregunta si dos sevillanos que se apellidaran García y Gómez, hubieran fundado hace sólo diez  meses una empresa con 3.000 euros y hubieran presentado unos fotomontajes habrían logrado que le adjudicaran la explotación de la ribera del Guadalquivir y que su proyecto lo presentara y avalara el mismísimo alcalde de Sevilla.

El morbo radica en que Zoido, a la vez presidente del PP (A), le concede el borde del río al hijo de la presidenta del PSOE (A), pero son más llamativos otros nombres del Consejo de Administración ligados a empresas como Below Marko. Hace dos meses, los letrados de la Junta pidieron a la juez Alaya en el caso de los ERE que ampliara la imputación a Francisco Javier Guerrero por otras posibles irregularidades en subvenciones a, entre otras, la empresa citada, después de que de esta última dejaran de ser administrador único y apoderado un sobrino y un hermano de Felipe González. O sea, que el proyecto adjudicado a dedo por Zoido tiene mucho más morbo político todavía.

 

 

Conseguidores

Amparo Rubiales ha reconocido que su bufete percibió a finales del año  2009, cuando aún ella era miembro del Consejo de Estado, pagos periódicos de 6.000 euros de Nueva Rumasa, la empresa de José María Ruiz Mateos. Unos medios dicen que los abonos eran mensuales y otros que semanales, y que podrían haber ascendido a casi 55.000 euros. La actual presidenta del PSOE (A) defiende la legalidad de su actuación y justifica el cobro de tan sustanciosas minutas por su intermediación ante el Ayuntamiento de Sevilla en la era Monteseirín o bien ante el de La Rinconada, también gobernado entonces por su partido, para que le concediesen licencia urbanística a Ruiz Mateos. Sin entrar en esas mismas disquisiciones de Miguel Ángel Vázquez sobre la diferencia entre legalidad, ética y estética (en 2009 ya estábamos en plena crisis), yo, en plan ingenuo, planteo como simple ciudadano si para pedir una licencia municipal hay antes que pasar por la caja de ciertos despachos. ¿Será acaso ésta la famosa pregunta del millón (de las antiguas pesetas), o sea, de los 6.000 euros?