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Taifas verdes

El Ayuntamiento ha presentado hace unos días el Inventario/Diagnóstico de los 178.000 árboles de la ciudad, según el cual hay 2.477 ejemplares con defectos estructurales y/o morfológicos graves o muy graves que suponen un riesgo estático bastante elevado para los viandantes, por lo que es aconsejable su sustitución a corto o medio plazo. De hecho, el Centro de Coordinación Operativa municipal atiende unas 900 incidencias anuales relacionadas con los árboles (a una media diaria de 2,5).

A raíz de que el pasado 10 de agosto se desplomaran en la Macarena partes de un árbol sobre dos personas, que sufrieron heridas de gravedad, el nuevo gobierno de Juan Espadas encargó una inspección del arbolado de la ciudad, que ha sido concluida en 40 días, con lo que en cada jornada se habrían inspeccionado 4.450 ejemplares. El dato ha sido cuestionado por inverosímil, dada la falta de suficientes especialistas y de instrumentos de diagnóstico avanzados tanto en el Servicio de Parques y Jardines como en las empresas del macrocontrato de las zonas verdes.

No obstante, éste es otro de los problemas heredados por Espadas, que al menos ha reaccionado de inmediato para contar con una aproximación sobre el estado del arbolado. El Inventario/Diagnóstico es en realidad un “yo me acuso” de los pecados verdes cometidos hasta ahora por el conjunto de la Corporación Municipal, ya que ¿a quién si no imputar la responsabilidad por los cinco grandes problemas detectados?

Son los siguientes. 1) Selección inadecuada de especies; 2) Mala calidad de las plantas; 3) Malas condiciones de plantación; 4) Falta de coordinación; 5) Inadecuada organización.

DEMASIADOS ACTORES

En la ciudad falta una Autoridad Única sobre los árboles y hay demasiados reinos de taifas al margen del Servicio de Parques y Jardines, que queda orillado en muchas de las actuaciones que se acometen y que teóricamente deberían ser de su competencia. Por ejemplo, la Gerencia de Urbanismo es responsable de que las contratas que ejecutan los proyectos de urbanización y/o de reparaciones en la vía pública planten árboles según su propio criterio. ¿Quién tomó la decisión de sembrar fresnos en la Alameda de Hércules, donde históricamente predominaban álamos?

El recinto de la Feria de Abril es otro hecho exógeno a Parques y Jardines, donde sus especialistas no tienen arte ni parte. Allí se podan los árboles a destiempo y sus ramas quedan reducidas a muñones no por criterios de jardinería, sino para que luzcan más los farolillos. Entonces, ¿para qué plantar árboles, si luego estorban? Después, si aparecen pudriciones en los troncos o los árboles, debilitados, son atacados por plagas, la culpa se achaca al departamento que no ha intervenido en el campo de Los Remedios.

Hasta las asociaciones de vecinos, con la mejor de las intenciones, plantan ejemplares e incluso aprovechando las subvenciones municipales. Y qué decir de los constructores de urbanizaciones privadas: generalmente las terminan con siembra de árboles en las aceras, la mayoría de las veces sin conocimiento del Servicio de Parques y Jardines (¿acaso las inspecciona?) e incumpliendo las normas de Urbanismo sobre el tamaño de las especies.

ALCORQUES MÍNIMOS

Asimismo, los alcorques de dimensiones mínimas los ha tolerado hasta ahora el Ayuntamiento en las obras de urbanización de calles, donde confluyen otras para la canalización subterránea de la red de agua potable, red eléctrica, red telefónica, red semafórica, el alcantarillado…. que realizan distintas compañías. En una reciente avería en la vía pública, los técnicos de Emasesa tuvieron que levantar prácticamente un plano de situación del subsuelo de entremezclados que estaban todo tipo de cables y conductos.

¿Quién pone orden en este caos, que como en el caso de la calle Almirante Lobo fue esgrimido luego por el gobierno de Zoido para tratar de justificar la tala de los grandes plataneros de la Exposición del 29 para que así se viera mejor la Torre del Oro?

Esta descoordinación y existencia de reinos de taifas verdes es la causa principal de la situación a la que hemos llegado, pero de momento el Consistorio ha anunciado doce medidas para abordar sólo las consecuencias. Una de ellas, con buen criterio, consiste en la formación y certificación en arboricultura tanto de los operarios como de los técnicos implicados en la gestión del arbolado, con lo cual se pone de manifiesto todavía más el dislate que ha supuesto el cierre de la Escuela de Jardinería Romero Murube en el parque de María Luisa después de la quiebra de la Fundación Forja XXI, sin que el gobierno de Zoido se atreviera a rescatarla. Ahora parece más necesaria que nunca y debería ser una de las prioridades de Espadas, también para crear empleo.

LA TÍPICA MESA

La implantación de un sistema de información geográfica del arbolado es una magnífica iniciativa, pero de poco servirá si no se mantiene en permanente actualización y revisión, para lo cual se necesita personal especializado y medios en un Ayuntamiento maniatado por la tasa de reposición.

Como en cada problema que surge (zona azul, botellonas, polígonos industriales…), el gobierno de Espadas reacciona anunciado la creación de una mesa ciudadana. También lo ha hecho en este caso. No están de más, pero recuérdese que Monteseirín anunció otra similar que no sirvió más que de pantalla tras su arboricidios, ya que no se hizo nada de lo que allí se preconizó.

¿Será esta vez diferente?

‘Radiografías’ verdes

Las primeras tormentas de septiembre no sólo han dejado inundados sótanos, garajes, la comisaría de la Ranilla y los túneles del Metro, volviendo a demostrar por enésima vez lo mal que se prepara Sevilla para recibir las lluvias que anticipan el otoño, sino que también se han llevado por delante algunos árboles previamente debilitados, como fue el caso del caído en la calle Palos de la Frontera.

Zoido, que aún respira por la herida de la polémica a cuenta de la inmisericorde tala de plataneros en la calle Almirante Lobo -la Plataforma en defensa de los parques y jardines convocó el pasado fin de semana una concentración de protesta a los pies de la torre del Oro-, volvió a sacar a colación el tema del arbolado en su visita a la escuela-taller de hostelería de Torreblanca.

Allí comunicó a la opinión pública que ha pedido que se haga una ‘radiografía’ de qué árboles tenemos que plantar en Sevilla y recordó que hace escasas fechas se encontró en el Ayuntamiento un informe que databa del año 2001 y en que se aseguraba que la mayoría de los plataneros de Indias estaban enfermos y deberían ser sustituidos..

El alcalde aboga no por plantar árboles más baratos o de crecimiento más rápido, sino aquellos más adecuados en función de las condiciones medioambientales de Sevilla y cuyas raíces no levanten las aceras o estropeen las tuberías o los desagües.

LA MISMA HISTORIA

Las palabras de Zoido parecen un ‘déjà vu’, porque seguimos debatiendo sobre los árboles y su estado y viendo cómo se siguen eliminando de forma masiva (desde el arboricidio en la Plaza Nueva, Avenida y calle San Fernando con motivo del tendido del tranvía y la pretendida peatonalización hasta el reciente de la calle Almirante Lobo) pese a que tras cada episodio polémico se hacen propósitos de enmienda y se proclaman las mejores intenciones sobre el patrimonio natural sevillano.

Si nos remontamos a los tiempos (años 90 del pasado siglo) en que Soledad Becerril se encadenó a un gran eucalipto en la antigua Catalana de Gas para evitar que lo cortaran, vemos que las historias sobre las talas se repiten.

Las palabras de Zoido invitan a reflexionar sobre cómo es posible que los técnicos municipales hicieran en 2001 un informe sobre la situación del arbolado en general y de los plataneros en particular, en el que preconizaban la sustitución de éstos, y que se hayan  seguido sembrando hasta la fecha; y cómo es posible  que el gobierno actual haya tardado más de tres años en enterarse de su existencia.

Hemos llegado a un momento procesal, valga la expresión jurídica, en que ya no se necesitan más ‘radiografías’ del arbolado sevillano, sino actuar o dejar de actuar (podas, talas masivas o a destiempo) en función de los informes y conocimientos acumulados y que los gobernantes de turno les den a los árboles y a los técnicos de Parques y Jardines -y no sólo a los de Urbanismo- la importancia que tienen para la ciudad.

El informe de 2001 ya era una ‘radiografía del estado de los árboles, pero se usó no conforme al dictamen de los técnicos, sino a conveniencia de los políticos. Monteseirín se basó en aquel documento para tratar de justificar la tala de plataneros de la Plaza Nueva para el tendido del tranvía, para a continuación -como hemos recordado anteriormente- llenar de plataneros la avenida de Italia y flanquear con este tipo de árbol la ciudad deportiva del Betis. ¿Para qué sirvió entonces el dinero y el tiempo empleados en diagnosticar el estado de los árboles?

ABUNDANCIA DE EXPERTOS

¡Si está todo estudiado! El Ayuntamiento lo tiene facilísimo si en verdad quiere asesorarse convenientemente sobre cómo debe actuar en cuestión de parques y jardines, ya que a su alcance están los técnicos municipales de dicha especialidad, los profesores de las universidades sevillanas (Hispalense, Pablo de Olavide, Internacional y Loyola), el personal superviviente de la Escuela de Jardinería ‘Joaquín Romero Murube’ y, si no los tacha de enemigos y sabe ganárselos para esta causa, la Plataforma de Parques y Jardines, la Asociación de Amigos de los Jardines de la Oliva y Ecologistas en Acción.

Con todo este panel de expertos se puede supervisar la aplicación de todas las ‘radiografías’ realizadas hasta la fecha. Por saberse, se sabe hasta cuáles son las especies de árboles que más contribuyen a combatir el ‘efecto invernadero’ en la ciudad, conforme al libro ‘Los sumideros naturales de CO2’, escrito por un equipo de investigadores bajo la dirección del catedrático de Ecología, Manuel Enrique Figueroa, y editado hace años por la universidad.

Desde entonces se conoce que en una calle de cien metros de longitud y con diez árboles plantados, la melia absorbería al día el CO 2emitido por 10.373 vehículos (cada uno libera 200 gramos por kilómetro recorrido); la acacia de tres espinas contrarrestaría las emisiones de 1.619 vehículos; la jacaranda, las de 1.405, y el olmo, las de 1.320.

Por el contrario, la catalpa, el árbol del amor y el ciruelo japonés son las especies menos eficientes, pues absorben el CO 2 equivalente a las emisiones de 38, 33 y 26 vehículos, respectivamente.

Las especies forestales más ecoeficientes son el pino carrasco y el piñonero, que absorben 48.870 y 27.180 kilos de CO 2 al año, y el alcornoque, con 4.537 kilos.

HASTA EL CONSUMO DE AGUA

El mismo catedrático hizo más recientemente otra ‘radiografía’ ecológica, mediante la cual averiguó el consumo de agua de las 103 especies de árboles y de 88 arbustos existentes en los jardines de la Universidad, estudio perfectamente extrapolable al resto de árboles de Sevilla.

Este estudio ha revelado que el ciprés, la mimosa y el olmo entre los árboles, y la banderita española, la adelfa y el pitosporo entre los arbustos, con gastos medios de entre 42 y 140 litros de agua por kilogramo de CO2 absorbido, son las que menos agua demandan, frente a las especies menos eficientes como el árbol de fuego, el brachichito y la altea, que presentan gastos de entre 700 y hasta 2000 litros de agua.

Entre el informe de 2001, los estudios de la Universidad y las directrices emanadas de los numerosos congresos nacionales e internacionales sobre jardinería hay material de sobra para aplicar una correcta política de siembra, mantenimiento, poda y sustitución (cuando se compruebe que es necesario, por efecto de las plagas, debilitamiento u otras razones) de nuestros árboles, por consenso y con información transparente a la opinión pública.

INVENTARIO POR CONTRATO

Si el alcalde pide a estas alturas una ‘radiografía’ del arbolado de la ciudad, sus palabras dejan en evidencia al propio gobierno municipal, ya que éste debería tener un inventario y una evaluación de la situación de los árboles por lo menos desde hace dos años, tras haber adjudicado un macrocontrato de conservación de las zonas verdes por valor de 48 millones de euros.

El punto 4.9 del pliego de condiciones del contrato firmado  con las empresas privadas para el mantenimiento de los parques y jardines especifica, entre otras cosas, lo siguiente:

“Asimismo,  para la disminución del riesgo potencial del árbol urbano es necesaria su prevención mediante la detección, el análisis y la evaluación de aquellos árboles que pueden presentar peligro para la seguridad vial y de aquellos otros que por su estado de regresión o decrepitud precisan un estudio pormenorizado para determinar su viabilidad futura.

La empresa adjudicataria deberá realizar en el plazo máximo de tres meses en el viario y de seis en el resto de las zonas verdes tras la firma de los respectivos contratos, la evaluación de todo el arbolado del lote de distrito correspondiente, con los instrumentos necesarios que se consideren en cada caso, presentando al final del plazo establecido un programa de apeos o sustituciones de árboles peligrosos o en mal estado que sean susceptibles de actuación, diferenciando claramente dos niveles de prioridad en las actuaciones a realizar, es decir, se establecerán actuaciones  de acción (sic) inmediata que impliquen un claro riesgo en el momento de la evaluación del arbolado, y otras a medio o largo plazo en las que los árboles o palmeras no presentan riesgo pero podrían entrañarlo con el paso de los meses….”.

¿Y LA TRANSPARENCIA?

El macrocontrato firmado por el Ayuntamiento y que ha costado a los contribuyentes sevillanos 48 millones de euros obligaba a tener una ‘radiografía’ del arbolado de la ciudad desde hace dos años. ¿Cómo entonces Zoido habla de pedirla ahora? La oposición se pregunta si es que acaso ese informe no se ha realizado. El delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, asegura que los funcionarios municipales realizan el control del macrocontrato “bajo una total y absoluta transparencia”.

Si es así, y en línea con la política de “luces y taquígrafos” prometida por Zoido, Vílchez tendría que difundir, colgándola por ejemplo en la página web municipal para que sea accesible a todos los sevillanos, la ‘radiografía’ del arbolado que debió realizarse hace dos años, so pena de que haga lo mismo que con los expedientes de la tala de la calle Almirante Lobo, denegados a Ecologistas en Acción desde que los solicitó en el mes de febrero y por cuya negativa el Defensor del Pueblo le ha incoado un expediente al Ayuntamiento de Sevilla.