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Símbolo

¿Y qué ganamos los vecinos de Sevilla con que se reponga el solar de la biblioteca universitaria impulsada en el Prado de San Sebastián por Monteseirín y Marchena a su estado anterior? ¿Quién de las generaciones futuras guardará memoria de este triunfo judicial popular sobre la soberbia y las tropelías urbanísticas del Poder si el trozo amputado al jardín se repuebla de árboles y plantas y se funde con el resto del parque como si aquí no hubiera pasado nada de nada? Lo mejor no es que se recupere la zona verde tal como estaba, sino que se deje tal como está ahora, mutilada por efecto del contubernio entre Miguel Florencio y el exalcalde y con la biblioteca de catálogo de Zaha Hadid, que ni siquiera se dignó a venir a Sevilla, a medio construir, como un recordatorio permanente de la victoria del pueblo y advertencia a gobernantes futuros de hasta dónde conducen la chulería y la prepotencia. Frente a las ‘setas’ de la Encarnación, erigidas como hito triunfalista del Régimen, deben seguir alzándose su contrapunto, las ruinas de Palmira de la era Monteseirín.

 

La maldición

Bela Guttman fue un exitoso entrenador, equivalente en su época a Mourinho o Guardiola hoy. Hizo campeones a equipos de diferentes países y forjó al gran Benfica de Eusebio, ‘la perla negra’, con el que ganó sendas Copas de Europa al Barcelona de Kubala y al Real Madrid de Di Stéfano. Pese a su hoja de servicios, su  mezquino presidente no le renovó el contrato y entonces lanzó una maldición: “Sin mí, el Benfica no ganará una copa europea en los próximos cien años”. Desde entonces ha pasado medio siglo, el Benfica ha disputado varias finales y la maldición se ha cumplido: ha perdido todas. Rafael Moneo es uno de los más laureados arquitectos del mundo. Catedrático, doctor honoris causa por numerosas universidades, premio Pritzker y Van der Rohe….Pese a su historial, en 1999 un mezquino Monteseirín le tumbó el nuevo Ayuntamiento que para Sevilla había proyectado en el Prado. Desde entonces, allí han intentado alzar desde un hotel a la Biblioteca universitaria, pero nada, todo se viene abajo. Para mí, sobre ese sitio pesa una maldición, la maldición de Moneo.

 

 

Las rendijas de Monteseirín

Parados ante una oficina de empleo

Parados ante una oficina de empleo

A finales del año 2007, cuando oficiosamente la Administración española comenzó a admitir la existencia de la gravísima crisis económica actual, había en la provincia de Sevilla 118.000 parados. En enero de 2009 ya eran 173.000; en enero de 2010, 203.027; en enero de 2011, último dato revelado por el Ministerio de Trabajo hace unos días, 216.033. En tan sólo tres años el número de desempleados inscritos en el INEM –las estadísticas no recogen a aquellos que, por el efecto desánimo, se caen de la lista o ni siquiera se apuntan- casi se ha duplicado: un 83% más. De esta cifra desoladora, un tercio de los parados (entre 71.000 y 75.000, según qué fuente) corresponde a la capital hispalense.

Los datos reflejan que las personas de entre 25 y 45 años, y en mayor proporción  los hombres que las mujeres, son las más afectadas por esta situación de emergencia social. Es la prueba evidente de que la reforma laboral del Gobierno no ha servido aún para nada. En el último año incluso se han firmado 200.000 contratos temporales menos que al inicio de la crisis. Los contratos fijos para menores de 30 años son una quimera. La ya conocida como ‘la generación perdida’, cuando halla trabajo es como camareros, dependientes y en otras actividades del sector servicios.

RECORTE DE LA INVERSIÓN

Para que haya trabajo y actividad económica debe haber primero empresas y emprendedores. Y si hemos visto anteriormente las desalentadoras estadísticas del INEM sobre el mercado laboral, las del ‘Informe sobre la Economía de Sevilla’, elaborado por el catedrático Francisco Ferraro para la Cámara de Comercio y la Confederación Empresarial Sevillana y presentado unos días antes, van por la misma senda.

En lo que llevamos de crisis han desaparecido en Sevilla y su provincia 6.368 empresas, a una media, atención, de seis cada día. Otras 292 han entrado en proceso concursal, antigua suspensión de pagos.

En esta gravísima situación, todas las miradas se vuelven hacia las Administraciones Públicas en demanda de una solución keynesiana: más inversión pública. Lo imploran los empresarios, los sindicatos y hasta el Consejo Económico y Social (CESS).

Mota imitando a Rubalcaba

Mota imitando a Rubalcaba

La respuesta la han dado en los Presupuestos para 2011, que van justamente en la dirección contraria: un tijeretazo general a la inversión y, por consiguiente, a proyectos que puedan generar empleo. La Junta de Andalucía ha recortado en un 25% el dinero que destina a Sevilla. La Diputación, en un 50%. Y el Ayuntamiento gobernado por Monteseirín, ¡en un 78%!

El CESS, en su dictamen sobre los últimos Presupuestos del actual alcalde sevillano, criticó el “desplome” de las inversiones municipales en la capital, “en una época donde serían esenciales para reactivar la economía y crear empleo”. Las cuentas del Ayuntamiento destinan más dinero a la televisión de Monteseirín que a inversiones, y con eso está dicho todo.

El argumento defensivo del gobierno local es que ya se han hecho todas las obras que había que hacer y que, por tanto, toca apretarse el cinturón en época de crisis.

NO HAY FONDOS

Por eso, por ejemplo, como no hay dinero la biblioteca de la Casa de las Columnas (Triana) se cierra por las tardes desde hace casi tres meses y no se ha acabado de construir ninguna de las 18 bibliotecas públicas proyectadas para antes de 2012. Marcelino Oreja, que cuando era presidente del Consejo de Europa visitó Sevilla, decía que para medir el grado de desarrollo de ciudades y países en sus viajes internacionales no se fijaba en datos económicos de renta per cápita  y similares: observaba el número y estado de las bibliotecas y colegios –donde se forman nuestros hijos- y la limpieza. Sevilla, con más de 700.000 habitantes, sólo tiene doce bibliotecas municipales, a razón de una para cada 58.333 sevillanos.

Por esa falta de dinero que alega el Ayuntamiento, funcionarios municipales trasladados al edificio Metrocentro llevan desde diciembre ateridos de frío porque, por no tener, carecen hasta de electricidad y, huelga decirlo, de ordenadores y material de oficina.

Por eso, porque hay que apretarse el cinturón por la crisis, al Defensor del Ciudadano ni le han pagado los 67 euros que tuvo que poner de su bolsillo para una cerradura rota de la puerta de su despacho.

Y así sucesivamente.

Este es el mensaje y la práctica de presunta austeridad del gobierno ‘de progreso’ PSOE/IU en Sevilla.

EL QUE BUSCA, HALLA

Hace unas semanas, comentamos aquí, medio en serio medio en broma, que Monteseirín era como el humorista José Mota en su imitación por Nochevieja de Rubalcaba, cuando a la pregunta sobre dónde estaba el dinero decía que “en la rendija que queda en medio de los cojines del sofá, ahí hay todo un mundo de posibilidades”.

Monteseirín se abona al centenario de Elcano aunque se vaya de alcalde

Monteseirín se abona al centenario de Elcano aunque se vaya de alcalde

Pues bien, la realidad de Monteseirín supera una vez más a las parodias fruto de la imaginación de Mota. En la misma semana en que hasta se ha cancelado en Sevilla la Feria del Toro por falta de 300.000 euros, entre las lamentaciones del sector turístico, la compañera María Rionegro ha descubierto que el alcalde ha ‘detraído’ 150.000 euros del Presupuesto municipal para una fundación ‘fantasma’ (‘Sevilla World’) que conmemore en el año 2019 la vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano.

Probablemente, el regidor habrá seguido el consejo del humorista Mota pero aplicado a las rendijas de las cuentas públicas en vez de a las del sofá del salón: “Hay que meter la palma de la mano por todos lados, porque siempre cae algo”.

Monteseirín, el alcalde que como estamos en crisis ha hecho sólo siete viajes al extranjero en el último año desde la Sevilla de los 70.000 parados, siempre acaba, como el humorista Mota, dando la campanada.

El ficus seco

En el extremo de la ciudad deportiva del Betis, Heliópolis y su émulo Nuevo Heliópolis se alza, como un triste espantapájaros vegetal con sus muñones secos, un enorme ficus ya renegrecido que en su día fue un árbol frondoso en los jardines del Prado. Bajo sus ramas jugaron los niños y en su copa anidaron los pájaros, hasta que un día alguien decidió que estorbaba a la biblioteca universitaria de Zaha Hadid y, para evitar más protestas de vecinos y ecologistas, lo trasplantó a esta tierra extraña.. Se convirtió así en un solitario ejemplar en medio de una pradera de jaramagos que a duras penas verdea en verano. Dijeron no se sabe qué expertos que ninguno de los árboles trasplantados fuera del Prado se había perdido y que la operación fue todo un éxito. Este esqueleto vegetal prueba lo contrario. Quizás murió al verse solo, de la misma tristeza que los naranjos, por no poder oír más las risas infantiles y el trino de las aves. A este ficus seco, al contrario que al olmo de Machado, ya no le brotan ramas reverdecidas, ni espera milagro alguno de la primavera.

Automedallas

La Sevilla que según el (sin) alcalde 22.0 iba a ser la ciudad del pleno empleo cae de bruces en la crisis con casi 80.000 parados (el 36% del total provincial), un Ayuntamiento que debe 522 millones de euros, empresas municipales –Tussam, Lipasam, Mercasevilla- sumidas en la ruina y/o el escándalo y proyectos faraónicos  desfasados en tamaño, plazos o costes (las ‘setas’, Fibes, la biblioteca del Prado, el túnel  de Bueno Monreal….). Contra las evidencias, Monteseirín dijo en el acto de las medallas de la ciudad que Sevilla sufre  menos el azote de la crisis por su menor grado de endeudamiento,  los pasados repuntes en la creación de empleo (¿?), la diversificación de su economía y equipamientos que pueden permitir el desarrollo de nuevas iniciativas. Según el (sin), Sevilla tiene sólidos cimientos frente a la crisis gracias a….¿a quién va a ser? Pues al autor de esta visión edulcorada de la realidad: el hombre providencial que en tiempos de vacas gordas nos preparó para las vacas flacas. Con su discurso Monteseirín se impuso él mismo todas las medallas.

Diagonal

El Ayuntamiento de Barcelona, espejo en que se mira Sevilla, organizó un referéndum sobre el proyecto municipal de convertir la Diagonal  en un bulevar al alfrediano modo (con tranvía, carril bici y dos carriles para coches con velocidad limitada a 30 Kms) o en una nueva versión de las Ramblas, o bien por una tercera opción puesta al final de tapadillo y sin apenas publicidad, por aquello de aparentar algo de democracia: dejarla como estaba. El 80% de los votantes (172.161 de un censo de 1,4 millones) se pronunciaron al juanramoniano modo de ‘no la toquéis más, que así es la rosa’ y desautorizaron la iniciativa. Yo me pregunto qué habrían votado los sevillanos si se les hubiera dado a elegir entre dejar la Alameda como estaba o convertirla en el Paseo Marítimo bis de Islantilla; la calle San Fernando de toda la vida o como la terminal ferroviaria de Alcázar de San Juan; dejar igual la Encarnación o embutirle las ‘setas’ inspiradas en una gasolinera de Hamburgo, y dejar igual el Prado o meterle la biblioteca que imita el pabellón de México en la Expo-92.

Monteseirín: claves de su carta del adiós

El aún alcalde de Sevilla envió el viernes, camino de Nápoles, una carta a los periódicos  de la ciudad con publicación embargada hasta el domingo para despedirse de los sevillanos y, de paso, lanzar una serie de mensajes codificados a su partido, que pretende que agote el mandato y permanezca en la Alcaldía hasta dentro de quince meses, cuando se celebren las elecciones municipales.

Insólito: el alcalde se despide sin haberse ido. La carta, titulada ‘Gracias a Sevilla (que me ha dado tanto..)’,  puede interpretarse como un órdago a la dirección del partido: aparentando una dimisión inminente, Monteseirín buscaría obtener garantías de futuro como condición  para continuar en su puesto y no precipitar una nueva crisis en el Ayuntamiento que obligara al PSOE a  improvisarle un sucesor. Los hechos demostrarán si el alcalde se va definitivamente en un ataque de dignidad o se traga las palabras como hizo cuando la crisis con Rojas Marcos por el caso Bazar España o cuando cambió de postura en el tema de las Cajas.

Reproducimos en negritas párrafos de la carta del alcalde y, a continuación, nuestras acotaciones:

1) Ya es pública mi decisión, que vengo madurando desde hace mucho tiempo…..

Monteseirín sigue tratando de aparentar que ha sido él y no Griñán quien ha decidido su marcha del Ayuntamiento, cuando su estrategia desde su clamorosa derrota (se parapetó tras el denominado ‘sector crítico’, ya que no tuvo el valor de presentarse él mismo) frente a Viera en el congreso socialista de julio de 2008 ha sido la de una numantina resistencia para evitar que el PSOE lo defenestrara antes de tiempo.

En segundo lugar, para evitar también que cuajara la alternativa interna (Emilio Carrillo) preparada por el partido con la antelación suficiente y dado su derrumbamiento en las encuestas y el rechazo que genera en la opinión pública (el 20% de los sevillanos que declaran conocer al alcalde  lo califican directamente con un cero y jamás ha aprobado en una encuesta durante sus 11 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él de la encuesta encargada por el PSOE a Julián Santamaría).

En tercer lugar y una vez emigrado Chaves (su gran valedor, no tanto por estima como por temer que abrir el melón sucesorio en Sevilla en mitad de un mandato equivalía a abrir la veda para que se hiciera lo mismo en la Junta de Andalucía en mitad de una legislatura, como así le acabó ocurriendo a él: Chaves se veía en el espejo de Monteseirín), una vez ido Chaves, decíamos, amagar con su dimisión a finales de 2009 ante Griñán al comprobar que no gozaba del favor del nuevo presidente, pero con un doble objetivo:

1)      Forzar su ratificación ante la supuesta falta de tiempo (17 meses por entonces) para que el PSOE buscase un candidato alternativo fuera del Ayuntamiento.

2)      En caso contrario, dejar colocado como sucesor  a Celis, el hombre encargado de convertir Sevilla capital en el califato del sector crítico frente a  la Ejecutiva Provincial liderada por Viera y pese a haber contado éste con  el 88,6% de los votos en el último congreso provincial socialista.

Monteseirín ha tratado de asaltar el PSOE de Sevilla desde la trinchera de la capital, parapetado en su condición de único alcalde socialista de una capital de provincia y de Sevilla como capital de Andalucía. Ha tratado deliberadamente de dividir el partido al sentirse ‘intocable’ por ser alcalde de Sevilla, desafiando de forma permanente la autoridad del secretario general y confiado en el manto protector de Chaves.

Monteseirín siempre ha jugado manejando los tiempos políticos para que el tiempo acabara jugando a su favor. Contaba con que su amago de dimisión nunca sería aceptada por Griñán a tan sólo año y medio de las elecciones y que ese año y medio le daría margen de maniobra para tratar de ganarse al nuevo presidente de la Junta, por una parte, y de invertir los sondeos contrarios a su persona mediante una intensa campaña mediática (puesta en marcha de Giralda Tv, compra de favores periodísticos a través de Marchena y del dinero de la publicidad institucional o de las empresas municipales; buzoneo de publicaciones laudatorias en los barrios…) y de captación de apoyo social.

Así, el alcalde habría intentado que Griñán hubiera actuado de presentador suyo en una conferencia que iba a pronunciar después de Reyes. Al no conseguir su propósito de que el presidente de la Junta le hiciera su loa política y  que ésta se interpretara como un aval a su persona, dentro y fuera del partido, pospuso la  conferencia ‘sine die’.

Más ejemplos de la estrategia del alcalde de ganarse apoyos sociales para que fueran valorados en la Casa Rosa: intentó que le otorgara la medalla de oro del Ateneo el nuevo presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero, médico como él y como agradecimiento por los favores municipales –ahí se vio que no eran gratuitos- a la entidad de la calle Orfila.

2) ….un muchacho de barrio, criado junto a la Facultad de Medicina, llegara en 1999 a la Alcaldía de la ciudad que “es bella porque siempre es nueva”.

Monteseirín trata en esta frase de justificar su ‘grandeur’ arquitectónica, como si Sevilla no fuera bella por el Guadalquivir, el conjunto histórico-artístico de la ciudad, la Catedral, la Giralda, el Real Alcázar, la torre del Oro, la Plaza de España, el parque de María Luisa y todo lo existente antes de su llegada a la Alcaldía sin necesidad del legado del alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Pelli, la biblioteca de Zaha Hadid en el Prado, la nueva Alameda de Hércules, el proyecto de ‘La piel sensible’ para la Alfalfa, Pescadería, el Pan y otras plazas del Centro…..

3) …superando las dificultades de todo tipo que (siempre los mismos) hemos ido encontrándonos por el camino.

Con ese “siempre los mismos” el alcalde ha anatemizado una vez más como miembros de una Sevilla retrógrada, ‘facha’, rancia, tradicionalista, ‘derechona’ y demás sinónimos a todos aquellos que han osado llevarle la contraria o criticarle en desacuerdo con su gestión, con el doble fin de presentarse ante el electorado de izquierdas como una víctima de esa Sevilla clasista de los de siempre y, por consiguiente, como un héroe/mártir de las clases populares, el hombre que desde una condición humilde llega a la Alcaldía para, levantando las ‘setas’ de la Encarnación por ejemplo, democratizar (¿?) las vistas sobre el caserío histórico que hasta entonces sólo podían disfrutar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Mensajes simplistas (dicotomía bueno-malo) y demagógicos para consolidar la imagen de la existencia de dos Sevilla, acentuar los enfrentamientos de clase en vez del interclasismo y dividir en vez de integrar.

4) Hemos sido coherentes con un modelo de ciudad….

Monteseirín quiere hacer creer que ha actuado siempre conforme a un modelo previo de ciudad cuando, en todo caso, esa nueva ciudad que él presenta como su Arcadia feliz es la que resulta del lápiz del arquitecto Manuel Angel González Fustegueras y del proceso de participación ciudadana, que confluyen en el nuevo PGOU. Dicho de otro modo, el PGOU no es el fruto de Monteseirín, sino Monteseirín del PGOU. Poco de ese nuevo modelo de ciudad al que tanto remite el alcalde está previamente en sus programas electorales. Al contrario: la peatonalización de la Avenida es la condición necesaria para implantar un tranvía como sucedáneo del Metro y que por acumular tres años de retraso no iba a estar listo ni para las elecciones municipales de 2007.

Recuérdese que Monteseirín llegó a la Alcaldía por el ‘pacto del Metro’ entre Chaves y Rojas Marcos y que en la perspectiva de carecer de Metro todavía ocho años después, no podía presentarse a las elecciones con las manos vacías. Hizo, pues, de la necesidad virtud y a marchas forzadas construyó (destruyendo incluso los hornos almohades de la Puerta de Jerez) y presentó el tranvía como el ‘Metrocentro’, un sucedáneo de Metro penetrando hasta el Centro y cuya consecuencia era la peatonalización para abrir paso a vías y catenarias. El marketing político y electoral convierte esta improvisación en el modelo de ciudad del que alardea el aún alcalde.

5)…tras tantos años de proyectos eternamente pendientes de abordar…

Monteseirín ha querido pasar a la historia como el alcalde que resolvió las cuestiones pendientes de la ciudad (el solar del mercado de la Encarnación, el traslado de la Feria de Abril, el vacío del Prado de San Sebastián, la ampliación de Fibes….), pero algunas las ha dejado irresueltas (la Feria), otras las está resolviendo a un coste multimillonario (las ‘setas’ y el Palacio de Congresos) y ha dejado algunas nuevas para el futuro (el acuario de Delicias, la biblioteca del Prado).

Basó una de sus primeras decisiones nada más llegar a la Alcaldía y que resolvía una de esas cuestiones pendientes, como fue liquidar el edificio administrativo de Moneo que llenaba el espacio vacío del Prado, con el argumento de que ese dinero (unos 30 millones de euros) se debía destinar a modernizar los barrios y que había que ‘descentralizar  el Centro’ repartiendo sedes administrativas por los distritos y ahorrar recursos mediante la informatización y con Internet.

Al final, ha acabado preso de su megalomanía y creyendo que la modernidad de una ciudad se basa en costosísimos iconos arquitectónicos cuales nuevos estadios Olímpicos y no en el eficaz funcionamiento de los servicios públicos (transportes, limpieza) y en la construcción de amplios equipamientos (bibliotecas de barrio, centros cívicos, polideportivos, plazas, jardines..). Mientras alzaba las ‘setas’ en la Encarnación, alteraba la Alameda o ampliaba Fibes, los servicios públicos (Tussam, Lipasam) han acabado en la ruina. ¿Cuánto dinero queda de los convenios urbanísticos firmados en su día para equipar los futuros barrios de la ciudad?

6) Y hoy, aun cuando la crisis económica y financiera mundial está azotándonos como a todos de la forma más lacerante, con el desempleo…

Responsabiliza a factores externos, esa crisis mundial, del incumplimiento de su promesa electoral del pleno empleo y de una vivienda para todos y sin sorteo durante este mandato. Se arroga lo que se hace en la ciudad y culpa de lo que no se hace a las circunstancias y a “los de siempre”.

7) Sevilla volverá a ganar la partida frente a la resignación, el inmovilismo y la involución.

Monteseirín practica un doble lenguaje o una doble moral. Por una parte, ataca de forma sistemática a esa Sevilla inmovilista e incluso involucionista, para complacer así a los votantes de la izquierda, y por otra hace lo imposible por complacer y cortejar a esa Sevilla de las tradiciones de siempre, que supuestamente detesta y es un freno para sus planes modernizadores.

Ni Soledad Becerril ni Rojas Marcos, ni por supuesto Del Valle y Uruñuela, otorgaron tantas medallas de la ciudad (doce) a Vírgenes como ha otorgado Monteseirín; ni se inventaron el ‘urbanismo morado’ para alimentar de subvenciones a las cofradías  en descarada busca del voto popular; ni erigieron tantas estatuas a toreros y nobles en el Paseo de Colón o espacios públicos; ni frecuentaron tanto los salones de la aristocracia, los palcos de la Semana Santa o la plaza de toros de la Maestranza……

8) …..gracias con el alma por como habéis respaldado siempre nuestras ideas y nuestras propuestas en el foro de la democracia ciudadana. Ese apoyo y confianza me han permitido ser, después de estos más de diez años, la persona que más tiempo lleva desempeñando la tarea de alcalde de Sevilla desde que se instituyeron las alcaldías modernas, a principios del siglo XIX.

Esta es la mentira reiterada de Monteseirín, en la que insiste una y otra vez como un martillo pilón: que ha obtenido siempre el respaldo electoral en las elecciones municipales. Falso. Sólo ganó una de las tres a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Becerril y Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.

9) …..voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles…

Lanza el mensaje de que quiere un nuevo cargo público, cuando en el comienzo de su carta reconoce que lleva 30 años en la política y los últimos quince sin bajarse del coche oficial (hasta el punto de que reconoce en su declaración de bienes que no tiene ninguno de su propiedad; no le hace falta) como presidente de la Diputación y de la FAMP y alcalde de Sevilla. Veremos hasta dónde se cumple el aserto de Griñán el pasado fin de semana de que el PSOE “no es ni una empresa, ni una ONG”.

10)….Un impulso renovado que, desde la continuidad del proyecto y los relevos generacionales que lo acompañen..

Con la expresión “los relevos generacionales”, Monteseirín está postulando de nuevo a Celis como su sucesor frente a personas de la vieja guardia del partido como pudieran ser Rosamar Prieto, Viera o el mismísimo Alfonso Guerra. Es curioso que hasta diciembre, cuando hizo el amago de retirada ante Griñán pese a que no hace mucho decía que quería seguir en la Alcaldía hasta el año 2020 por lo menos, Monteirín nunca se incluía entre los necesitados de relevo generacional, a pesar de que ya tiene más de 50 años y de que lleva 30 ocupando puestos y cargos en el PSOE y en la vida pública en nombre del PSOE.

11)La ciudad nos necesita a todos y a todas al margen de coyunturas o decisiones personales.

Monteseirín está llegando al final de su carta y por primera vez parece que habla en clave institucional y como alcalde de todos los sevillanos, pero….

12) Sevilla, la buena gente de Sevilla, se lo merece todo.

…al final vuelve a hablar de buenos y de malos al establecer una distinción implícita entre la buena gente, a la que nombra, y la mala, subyacente en la frase. Siempre el mensaje de las dos Sevilla y de que él va de bueno por la vida y como tal debe ser perdonado por sus errores de gestión, imputables más a su entorno (el manido recurso a los técnicos municipales en escándalos como el de los Bermejales, la cubierta de la Davis, la caseta de la Feria…) que a su persona.

Y así fue como Monteseirín dio las gracias a Sevilla (que le ha soportado tanto).

La Sevilla de las antípodas

Frente a la ‘grandeur’ de los nuevos estadios ‘Olímpico’ que son las ‘setas’, la biblioteca a costa de una zona verde en el Prado y el tranvía que duplica en superficie el trazado del Metro, el sentido común de que una ciudad es sobre todo la suma de muchas pequeñas cosas. Fiel a su estilo, ésta fue la ‘filosofía’ de gobierno que expuso  Soledad Becerril en  el ciclo de ‘Los exalcaldes democráticos’, del grupo La Raza, los que tiraron de la manta de Mercasevilla en plan Hércules con los establos de Augías. Al margen de ciertos lapsus de memoria con el Urbanismo, doña Sole recordó como su mejor hito un Ayuntamiento ordenado, calles limpias y servicios municipales cuidados. Tal era su obsesión por los detalles que su al final odiado socio, Rojas Marcos, definió malévolamente su visión de Sevilla como ‘la casita de Pin y Pon’. Sí, pero como ella ha dicho, se llevó bien con los vecinos y con la Oposición, no orilló a los funcionarios, no derrochó en teles ni fundaciones, ni se pasó el día en los Juzgados. Soledad Becerril, en las antípodas de Monteseirín.