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La Fundación Cajasol ha comercializado su caseta en la Feria de Abril 2015

Cobra 500 euros por reservas de mesa en la “zona noble”

 

El lote mínimo para entrar es de cinco pases, a 25 euros cada uno

La Fundación Cajasol ha comercializado a través del Instituto de Estudios Cajasol la caseta que, en los números 113-117 de la calle Pascual Márquez, tiene concedida en la Feria de Abril de Sevilla la que, según se deduce por los textos, sería su titular primigenia, la Fundación Monte/San Fernando.

La oferta estuvo dirigida en principio a los usuarios del Instituto Cajasol, si bien se abrió el abanico para otorgar tal consideración a otras empresas/personas “que quieran disfrutarla -rezaba el escrito- con nosotros en un ambiente inigualable”.

La cuota por el disfrute de la caseta, una de las grandes del Real de la Feria, está determinada por el número de pases o accesos que se proporcionen, conforme a la siguiente estructura:

-De uno a mil pases, 25 euros por pase. La cantidad mínima que se exige son cinco pases, con lo que el desembolso también mínimo a realizar asciende a 125 euros.

-A partir de mil pases, la cuota deberá ser negociada y pactada entre las partes.

 

Asimismo, el Instituto de Estudios Cajasol ha ofertado la posibilidad de realizar reservas en las mesas de la “zona noble” (así se dice textualmente) previo pago de una cuota extraordinaria de 500 euros por todos los días de la  Feria de Sevilla de 2015.

La excepción es el mediodía del martes, en el que está prevista la celebración de una recepción institucional.

Se podía reservar una mesa para un máximo de diez comensales tanto en los almuerzos (sic) como en las cenas, si bien esta posibilidad estaba sujeta a su disponibilidad. La cancelación injustificada implica la pérdida del derecho a reservar en los días siguientes.

Para poder adquirir la condición de usuario de la caseta de la Fundación Cajasol / Fundación Monte San Fernando se debía solicitar la inscripción por escrito por medio de un impreso a tal efecto que se tenía que presentar en la sede del Instituto Cajasol. Una vez que el Instituto admitía la solicitud, el interesado debía abonar el importe en una cuenta de la Fundación Monte San Fernando antes de las 15 horas del día 10 de abril de 2015.

La Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía aprobó el pasado mes de julio una modificación de los estatutos, en virtud de la cual la Fundación Monte San Fernando  se convierte en una fundación ordinaria, “decayendo su carácter especial y con expresa sujeción al protectorado de la Consejería competente para la regulación y control de las Cajas de Ahorro”, según la resolución firmada por Carmen Belinchón como directora general del Departamento.

 

La luz subirá más en las casetas de las ‘velás’ que en las de la Feria

El Ayuntamiento que dirige Juan Ignacio Zoido proyecta subir las tasas por suministro de energía eléctrica a las casetas de las veladas populares de los barrios entre tres y cuatro puntos más que a las casetas de la Feria de Abril para el próximo año 2014 en las correspondientes Ordenanzas Fiscales, amén de las alzas que sufrirán las atracciones festivas y los puestos de venta de turrón, golosinas y similares en todo tipo de festejos.

El uso y consumo de energía eléctrica en cualquier instalación que se coloque en la Feria de Abril y en las veladas de los barrios será objeto de tasas más caras durante el año 2014 y deberán ser pagadas justo en el momento en el que el Ayuntamiento dé el permiso para la ocupación del terreno.

Las Ordenanzas Fiscales que ha preparado el Consistorio para 2014 reflejan una mayor subida, que en algunos casos es casi cuatro puntos superior, en las casetas de las veladas populares de barrio que en las de la Feria.

A efectos de cobro de las tasas, las veladas han sido clasificadas en función de su duración. En las que duran cuatro días, los titulares de casetas de un módulo pasarán a pagar de los actuales 197,04 euros a 216,74 euros (un + 9,99%), y los de dos módulos, de 345,73 a 380,30 euros (otro + 9,99%).

Por lo que se refiere a las veladas de cinco días, los titulares de casetas de un módulo pasarán de 235,17 a 258,69 euros (+ 10%). Similar porcentaje de subida se aplicará a las casetas de dos módulos, que de pagar 422 euros pasarán a abonar 464,20.

Si por circunstancias especiales el titular de la caseta necesita de más potencia, el precio se incrementará en función de la medida de la misma, tomando las de un módulo o 100 m2 o fracción como referencia. En estos casos, el coste adicional sube en un 9,99% tanto en las veladas de cuatro como de cinco días de duración: de 99,03 a 108,93 euros en el primer caso y de 124,43 a 136,87 en el segundo.

En la Feria de Abril no cabe hacer distinciones por número de días y la subida es menor, aunque también considerable. Así, las casetas de un módulo, que pagan ahora 283,31 euros, abonarán 300,53 (+ 6,07%); las de dos módulos pasan de 512,77 a 546,61 euros (+ 6,59%), y las de tres módulos, de 741,92 euros a 792,68 (+ 6,84%).

En caso de necesitarse potencia adicional, el coste añadido será de 144,43 euros, con los mismos criterios que en los casos de las veladas de barrio.

Además hay cinco casetas consideradas especiales, dos de ellas en la calle Pascual Márquez y una en Juan Belmonte, Joselito El Gallo y Gitanillo de Triana, respectivamente. Para estas cinco las subidas oscilan entre el 9,17% y el 9,44%.

 

Estadística

El Ayuntamiento calcula que las casetas de la Feria mueven 180 millones de toda la tarta festiva, cifrada en 675 millones de euros. Si contabilizamos sólo los seis días oficiales de fiesta, el promedio es de 28.598 euros por caseta y día. Calculemos ahora cuánta gente pasa -y gasta- durante cada jornada en las 1.049 casetas del real, desde las particulares a las de distrito y las empresariales. Si son cien personas consumiendo, el gasto per cápita sería de 285 euros/día. Trescientas supondrían 95 euros diarios. Y quinientas, una media de 57 euros per cápita por cada día en el campo de Los Remedios. Haga sus cuentas y verifique en qué tramo de la tabla estadística municipal se halla su caseta y usted mismo. Lo peor que podría pasarle es comprobar que el Consistorio hasta se queda corto.

 

¿Crisis? ¿Qué crisis?

A finales de los años 70 del pasado siglo, aunque no tan lejano, Gran Bretaña era escenario de continuas protestas y de huelgas contra el Gobierno presidido en aquel entonces por el laborista James Callagham que, obsesionado por controlar la inflación, dictó orden de contención salarial para los funcionarios, a fin de que al apretarse el cinturón sirvieran de ejemplo para los convenios colectivos que habrían de negociarse en las empresas del sector privado. ¿Empieza a sonarles la historia?

Para colmo, el invierno trajo una ola de frío polar como no se conocía en los 15 años anteriores, y los temporales y las continuas nevadas agravaron aún más las penosas condiciones de vida de los británicos. En medio de los conflictos sociales y laborales, el premier tuvo que viajar a una cumbre política que se celebraba en la paradisiaca y soleada isla de Guadalupe.

A su regreso a Londres, Callagham, contra el consejo de sus asesores, que querían quitarlo del medio cuanto antes, dio una rueda de prensa en el mismísimo aeropuerto de Heathrow y en la que, aparentemente ajeno a la realidad de su país, hasta alardeó de que se había bañado en el Caribe aprovechando la cumbre. Y cuando un periodista le preguntó que cuál era su enfoque general sobre la situación, teniendo en cuenta el creciente caos existente, con los parados y los manifestantes en las calles, el presidente del Gobierno británico respondió en tono displicente:

-Bueno, eso es un juicio de valor que está usted haciendo. Usted está adoptando una visión más bien provinciana en este momento, porque, si se mira desde fuera, no creo que otras personas en el mundo compartan esa misma opinión.

Al día siguiente, el periódico ‘The Sun’ tituló la portada referida a la rueda de prensa del primer ministro con una frase que ha pasado a la historia como un lugar común y que incluso inspiró un famoso disco del grupo ‘pop’ Supertramp:

-¿Crisis? ¿Qué crisis?

Al leer la noticia de que en la Sevilla de los más de 90.000 parados oficiales inscritos en las oficinas del Inem, de los 71.383 sevillanos atendidos por Cáritas y de los 6.000 niños que subsisten gracias al Banco de Alimentos se han renovado, con un mes de antelación sobre años anteriores, todas y cada una de las solicitudes para las 1.049 casetas de la Feria de Abril, sin una sola renuncia, no sé por qué me vinieron a la mente aquellas palabras de James Callagham  en el sentido de qué opinarían sobre la crisis en Sevilla quienes nos estén mirando desde fuera:

-¿Crisis? ¿Qué crisis?

Contrastes

El periódico divulgaba la campaña de Cáritas denominada ‘Son derechos, no regalos. Nadie sin hogar’, en la que la organización humanitaria hacía balance de las personas atendidas durante el último año en nuestra comunidad autónoma, la del 30% de parados. Cáritas destinó 672.500 euros a asistir a sevillanos que se han quedado literalmente en la calle, sin techo con que guarecerse de las inclemencias, y tiene ya bajo su manto protector a otros 71.383 en situación de pobreza o vulnerabilidad. Por eso mismo resaltaba mucho más la noticia contigua: pese a que este año se ha adelantado el plazo en un mes, y por consiguiente también la pertinente obligación del pago al Ayuntamiento, se han renovado todas y cada una de las solicitudes para las mil y pico casetas de la próxima Feria de Abril. Horrible mundo de contrastes. En el debate en las Escuelas de Periodismo sobre qué es y qué no noticia, con la gravísima crisis que estamos sufriendo lo más noticioso y que tuvo mayor cobertura periodística no era ya lo de ‘nadie sin hogar’ de Cáritas, sino lo de ‘nadie sin caseta’.

 

El parte

Últimamente, la Voz a Ti Debida de Zoido  y alcalde de Triana, Curro Pérez, se lo está poniendo a huevo a la oposición. Primero fue su ocurrencia de alicatar la zapata de la calle Betis. Después, organizar unas Jornadas sobre el malecón sin dar voz a los discrepantes. Y ahora, que las casetas de la Velá tengan exclusivamente el hilo musical aportado por el Distrito. Tiene razón Torrijos cuando protesta contra este comunismo musical (los papeles están invertidos) diciendo que este criterio está fuera de lugar, es impropio de un gobierno que se precie de democrático y va contra el derecho de cada caseta a referenciarse como sus titulares estimen conveniente. Esto de la conexión obligatoria a la emisora doméstica del Distrito me recuerda a aquellos tiempos no tan lejanos de la Oprobiosa Dictadura, en que todas las emisoras del país debían sintonizar con Radio Nacional de España para emitir las noticias del Régimen. A ver si ahora  la Democracia va a consistir en pasar del ‘parte’ con letra del franquismo al ‘parte’, aunque sea sólo melódico, de Curro Pérez.

 

Los ‘sincaseta’

Con más moral que el Alcoyano, Goro Serrano anuncia la ampliación de la Feria con 200 casetas a costa de retranquear la calle del Infierno. En pleno aniversario de la Expo,  esa futurible  franja ferial me recuerda la Banda de Servicios de la Muestra. Salvando las distancias y el fin, Goro el empecinado podría aprovechar la oportunidad, que así se traduce la palabra ‘crisis’ en chino, para crear ahí la banda de servicios de los ‘sincaseta’, tanto nativos como visitantes, y acabar con el mito de que como todos los sevillanos conocen a alguien que al final los invita a su caseta siempre encuentran acomodo en el Real. Goro podría pasar a la historia como el creador de las casetas para todos los públicos en su particular Banda de Servicios. Y visto que la Feria ha de ser un negocio sí o sí y de que necesitamos de forasteros que la llenen y se gasten los dineros, el edil debería conceder una caseta a cada uno de los 100 hoteles de la ciudad, para sus turistas, que no es cuestión de organizarles visitas guiadas para luego dejarlos tirados en mitad de la calle.

El fin del tabú

La Feria que ahora termina es la última que se ha regido a la antigua usanza, pues en sus vísperas el Ayuntamiento aún regido por Monteseirín aprobó una nueva Ordenanza que supone el fin de uno de los tabúes del festejo y, por tanto, de su espíritu actual: la prohibición de casetas comerciales.

la planchadora feria de abrilA partir de la próxima edición, el Ayuntamiento que surja de la cita con las urnas el 22-M tendrá vía libre para autorizar la implantación de este tipo de casetas, una posibilidad que, según Rosamar Prieto, ya era técnicamente factible pero que había pasado inadvertida o que nadie ha osado aprovechar todavía y que por tanto no se ha materializado, por el peso del tabú aún vigente en el inconsciente colectivo.

De hecho, cuando antaño trascendió que alguna firma del sector bodeguero había tanteado la posibilidad de incluir algún tipo de patrocinio sobre al menos la portada y en forma de varias andanas de bocoyes junto a sus pilares, la idea fue desechada de inmediato por considerarse poco menos que una herejía.

TAMBIÉN EL BARÇA

Pero la peor crisis económica se está llevando por delante principios que otrora parecían irrenunciables, y no sólo aquí. Hasta la camiseta del F.C. Barcelona dejará de llevar en exclusiva el logotipo solidario de UNICEF, a cuyo supuesto influjo sobre los árbitros atribuye Mourinho el poder de la entidad blaugrana, porque la directiva del club ha sucumbido a los petrodólares cataríes: 165 millones de euros por un contrato de patrocinio de cinco años.

El Barça era una de las entidades deportivas que más se había resistido a que en la zamarra de sus jugadores –la mayoría de ellos campeones del mundo- luciera patrocinio mercantil alguno. Al contrario: acordó con UNICEF, la agencia de Naciones Unidas para la infancia, incluir el símbolo de esta última no ya gratis, sino incluso pagándole 1,5 millones de euros anualmente como contribución solidaria y para hacer honor a su lema de que es ‘más que un club’ de fútbol.

Por eso, un holandés como Cruyf, que se permite el lujo de subrayar el aldeanismo de los vetos lingüísticos en Cataluña y proclama que es más importante aprender inglés que catalán, ha sido casi el único en criticar públicamente esta decisión de la junta de Sandro Rosell y decir que el Barcelona ha perdido su seña de identidad y ya no es más que un club, sino un club como los demás, que se venden al mejor postor.

NUEVA TIPOLOGÍA

La nueva Ordenanza de la Feria de Abril, que cada vez flirtea más con mayo porque está anteponiendo a su espíritu festivo el crematístico por querer captar como turistas a los madrileños que gozan de ‘puente’ el 1 y/o el 2 de mayo (este último día, fiesta local en Madrid), la nueva Ordenanza, decía, establece a partir de ahora varias categorías de casetas: privadas (familiares y de entidades), municipales y de acceso público y comerciales.

Estas últimas, cuya titularidad será de entidades mercantiles con ánimo de lucro, podrían incluso cobrar un precio por permitir el acceso a su interior. Dado que el Ayuntamiento ha impuesto un límite del 5%  en el número de casetas mercantiles respecto del total de las existentes en el campo de Los Remedios, ello significa que entre las 1.048 casetas podrá haber hasta 52 de este tipo desperdigadas por el Real.

Y si Juan Ignacio Zoido resulta elegido alcalde y materializa su plan de, retranqueando atracciones de la calle del Infierno y reorganizando la manzana colindante con el Club Náutico, incrementar en 212 el número de casetas, las mercantiles podrían ascender entonces a 83, con una presencia bastante llamativa en el recinto.

OCIO FRENTE A NEGOCIO

Podría argumentarse que con esta decisión de última hora del Ayuntamiento aún presidido por Monteseirín no se cambia el espíritu, la esencia o la tradición de la Feria de Abril, sino que en realidad se la devuelve a sus orígenes, pues no en vano el festejo tal como ha llegado a nuestros días es una versión evolucionada de la primitiva feria de tratantes de ganado creada hace 165 años por dos empresarios, con una clara finalidad comercial: el catalán Narciso Bonaplata y el vasco José María de Ybarra.

andres cortes feria de sevilla museo bbaa bilbaoPero también es cierto que la singularidad de Sevilla consiste en haber sabido convertir lo que era un simple certamen agroganadero en una impresionante ciudad efímera dotada de todos los servicios, y en la que hace muchísimo tiempo que ya no hay –o sólo de forma puramente simbólica- feria comercial propiamente dicha, al haber sido sustituida por una fiesta que, aun conservando el nombre primigenio, tiene su razón de ser en otros motivos muy diferentes: la diversión, la belleza, el glamour, la amistad y la expresión de una forma especial de entender la vida.

Que no se venda ganado no significa que la Feria  no sea un lugar donde no se hagan negocios o, aún más, que no sea el mejor lugar para propiciar encuentros empresariales y mercantiles donde se estrechan relaciones o se pactan acuerdos, pero siempre con la condición de que no se comercie explícitamente.

Vender sin que se note que se vende, porque el espíritu de la Feria es el de un alto en el trato mercantil. Es, durante un paréntesis de una semana, el triunfo del ocio sobre el negocio tal como fue definido por la cultura romana que heredamos a través de la Bética: la negación del ocio. Oficializar el negocio supone, pues,  la negación de la fiesta y, por tanto, la negación de la propia Feria.

Y tras las casetas mercantiles, ¿por qué no también una portada con nombre de fino o de manzanilla? Roto el tabú, ya ¿qué más da?