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Emasesa también desmantelará la depuradora de Tablada

Ámbito

Da servicio a los habitantes de Los Remedios y Triana y a los de Camas y San Juan de Aznalfarache

Río

Sin estas dos depuradoras Sevilla eliminará los vertidos de aguas tratadas al Guadalquivir

Concentración

Quedarán las depuradoras de Ranilla y Copero, con capacidad para el equivalente a 1,3 millones de personas

 

La empresa metropolitana de aguas (Emasesa) unirá al desmantelamiento de la estación depuradora de aguas residuales (Edar) de San jerónimo, prometido y anunciado por el alcalde para antes del año 2019, el de la depuradora de Tablada, con lo que la ciudad de Sevilla dejará de verter aguas una vez tratadas de forma directa al río Guadalquivir y se quedará con sólo dos estaciones, la de Ranilla, al Este, y la de Copero, al Sur.

El consejero delegado de Emasesa, Jaime Palop, ha anunciado en las jornadas sobre “La Gran Sevilla”, organizadas por la Cadena SER, el proyecto de la compañía de desmantelar las dos depuradoras radicadas en Sevilla capital cuyas aguas, una vez tratadas, se vierten al río Guadalquivir: la de San Jerónimo, clausura ya anunciada en su día por Juan Espadas, y, ahora, la de Tablada.

Actualmente la compañía gestiona cuatro estaciones depuradoras o Edar propias y una quinta (la de Mairena del Alcor/El Viso del Alcor) conjuntamente con el Consorcio de Aguas del Huesna, con una capacidad total de tratamiento de 494.000 m3 diariamente, el equivalente a los vertidos de 1.700.000 habitantes.

Cada Edar de la capital sevillana trata las aguas residuales en función de los puntos cardinales: San Jerónimo, para los vecinos residentes al Norte; Copero, para los de los barros situados al Sur; Ranilla, para los de la zona Este, y Tablada, para los residentes en el Oeste. En concreto, la Edar de Tablada es la tercera más antigua de la ciudad, ya que data del año 1990, y cuenta con una capacidad de tratamiento de 50.000 m3 diarios, fundamentalmente los vertidos de los vecinos de Triana y Los Remedios, además de las poblaciones de Camas y San Juan de Aznalfarache, por lo que ha sido diseñada para un total de 200.000 habitantes-equivalentes.

Con el futuro desmantelamiento de las depuradoras de San Jerónimo y Tablada, cuyas aguas una vez tratadas se vierten al río Guadalquivir, la ciudad se quedará únicamente con las de Ranilla (zona Este) y  Copero (Sur), que vierten al nuevo cauce del río Guadaíra.

La capacidad de la depuradora de San Jerónimo es de 350.000 habitantes-equivalentes, y la de Tablada, de 200.000, una pérdida que no tendrá más remedio que ser compensada con la capacidad de la del Copero, para 950.000 personas-equivalentes (aunque en este caso hay que sumar los habitantes de Dos Hermanas y los vertidos del polígono industrial La Isla), y la de Ranilla, con 350.000. Sevilla tiene actualmente 690.000 habitantes en números redondos, a los que a efectos de tratamiento y depuración hay que sumar los 132.000 del municipio nazareno.

Las estaciones depuradoras de aguas residuales son el elemento clave de la red de saneamiento de Emasesa, que tiene una longitud de unos 2.400 kilómetros.

La Edar de Copero, al Sur de la ciudad, se configura como el punto central del sistema de Sevilla. Se ha desarrollado en tres fases. La primera de ellas, origen de la Edar, se puso en servicio en 1987  y consistía en un tratamiento primario con su correspondiente línea de fangos con digestión anaerobia. Fue ampliada con los mismos procesos en 1993 y, finalmente, en el año 2001 se puso en marcha el tratamiento secundario con ampliación de la línea de fangos. Desde 2003 cuenta con aprovechamiento energético del gas producido, con una potencia de cogeneración de 4 x 630 (kWh). En sus terrenos se encuentra una planta solar fotovoltaica de 1 MW de potencia nominal.

Esta Edar posee tratamiento secundario biológico (fangos activos) y tratamiento de estabilización de fangos mediante digestión anaerobia y deshidratación.

Las Cruces quiere recargar el acuífero desde la EDAR San Jerónimo

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha confirmado oficialmente la petición cursada por la compañía minera Cobre las Cruces de modificar la concesión de agua de la depuradora de San Jerónimo que tiene actualmente para los procesos de su planta hidrometalúrgica y darle un nuevo uso, consistente en la recarga artificial del acuífero Niebla-Posadas.

Se da la circunstancia de que este acuífero forma parte del plan alternativo de suministro para Sevilla en caso de sequía, por lo que Ecologistas en Acción teme que en el futuro los sevillanos podrían acabar bebiendo de sus propios vertidos.

La compañía minera Cobre las Cruces, que tiene abierta una causa por la extracción presuntamente ilegal de 530.000 m3 de agua del acuífero Niebla-Posadas sobre el que se asienta y la rodea, presentó el pasado 27 de agosto a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía un proyecto denominado ‘Justificación de solución técnica de compensación directa de aguas mediante recarga artificial procedentes del tratamiento de aguas”.

La filial de la multinacional canadiense Inmet Minning habría  solicitado al Gobierno andaluz que le permita tomar una cantidad indeterminada de m3 de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de San Jerónimo para reinyectarlos en el acuífero y proceder así a su recarga artificial para compensar las pérdidas que estaría sufriendo como consecuencia de la actividad minera.

Durante la tramitación del proyecto, Cobre las Cruces solicitó una concesión de aguas del acuífero para su utilización en la por entonces futura explotación minera, pero la Administración sólo le otorgó 180.000 m3 anuales (20.000 para uso doméstico y 160.000 para utilización en el complejo industrial) del acuífero y 2.600.000 m3 para su utilización en la planta industrial hidrometalúrgica que suministraría Emasesa desde la planta depuradora de aguas residuales de San Jerónimo a través de una tubería de unos 15 kilómetros. El uso de este agua de los vertidos de Sevilla depurada se limitaba a un periodo de meses concreto (otoño, invierno y primavera) y finalizaba hacia el mes de abril, con el fin de no restar caudales al río Guadalquivir durante el estío.

Ecologistas en Acción ha venido denunciando que la mina ha acabado por detraer hasta 1.200.000 m3 de agua del acuífero Niebla-Posadas y apenas ha utilizado la contratada a la EDAR de San Jerónimo, tanto porque ha de pagarla y a buen precio a Emasesa como porque ha habido  abundancia de lluvias desde que empezó la actividad en la explotación, lluvias copiosas que han forzado incluso la paralización durante varios meses al inundarse el fondo del yacimiento.

A raíz de la paralización del proyecto en su fase inicial durante un año por las denuncias de las organizaciones conservacionistas sobre el incumplimiento de las condiciones impuestas para el sistema de drenaje y reinyección, Cobre las Cruces subrayó que necesitaba más concesiones de agua, pues no creía tener bastante con los 160.000 m3 otorgados por la Junta.

Los ecologistas sostuvieron entonces que debía pedir una nueva concesión, pero Medio Ambiente inició de oficio el 16 de julio de 2009 la modificación de la concesión previamente otorgada, sin que hasta ahora se tenga noticia de que haya adoptado algún acuerdo en firme.

Según el plan presentado por la filial de la multinacional canadiense, se trataría ahora de utilizar agua depurada de San Jerónimo -la compañía no ha confirmado que se trate de un millón de m3, como ha llegado a apuntarse- para, tras someterla a un segundo proceso de tratamiento, reinyectarla en el acuífero.

La Consejería de Medio Ambiente, que sostiene que el acuífero Niebla-Posadas ya sólo se usa para regadío agrícola, está a la espera de los informes de otros organismos para decidir sobre esta solicitud. De momento, el Instituto Geológico y Minero de España (Igme) ya ha dado su conformidad y ahora es la Consejería de Salud la que está estudiando si la utilización de este agua podría entrañar algún riesgo sanitario.

Ecologistas en Acción se opone rotundamente a la pretensión de la compañía minera y matiza que el acuífero se destine únicamente a regadío. Los verdes recuerdan que históricamente varios municipios se abastecían de estas aguas subterráneas y acusan a Cobre las Cruces de propiciar el fin de este uso tradicional, ya que tras el episodio de la contaminación por arsénico de las aguas (año 2008), presuntamente debido a la explotación minera, Gerena prefirió otras fuentes de suministro con mayores garantías.

Aun así, Ecologistas recuerda que este acuífero está incluido en el Plan Hidrológico del Guadalquivir y que Emasesa mantiene sobre el mismo una reserva de 12 Hm3 de agua para extraerla en caso de sequía extrema y poder abastecer así a Sevilla y a los municipios bajo su área de influencia. Es más, la empresa municipal de aguas hispalense tiene entre sus planes ante una posible emergencia el de extraer agua de uno de los bordes más septentrionales del acuífero y conducirla mediante tuberías hasta el pantano de Melonares.

Los verdes afirman que este plan de Cobre las Cruces confirma sus peores temores de que acabarían utilizando el agua del acuífero para las actividades mineras en vez del agua de la depuradora de San Jerónimo y rellenando con este agua procedente de los residuos de los sevillanos el acuífero Niebla-Posadas, con lo que en caso de sequía y de activarse el plan alternativo de Emasesa, podría darse la circunstancia de que los habitantes de Sevilla y su área metropolitana acabaran bebiendo sus propios vertidos.

Según Ecologistas en Acción, no existen garantías de que no se pueda contaminar con el agua depurada un acuífero natural de buena calidad que se ha usado tradicionalmente para abastecer a municipios del área de Gerena.

Por su parte, Cobre las Cruces afirma que ese agua sólo se utilizaría en caso de necesidad si la Administración no le reconoce la compra de derechos de agua con que a su juicio compensa las posibles pérdidas del acuífero, como una opción más pero no de forma obligatoria y que la cantidad a utilizar sería variable en función de las circunstancias.