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Un caso de espionaje en Minas de Riotinto

El diario ‘online’ El Confidencial publica en su edición del 7 de junio de 2012 una información con el título ‘La agencia que espió a López del Hierro ‘hackeó’ al CEO de Minas de Riotinto’, fechada en Barcelona y redactada por Antonio Fernández, que por su interés para los vecinos de la Cuenca Minera onubense transcribimos a continuación:

 

@Antonio Fernández. Barcelona 07/06/2012   (06:00h)

La trama de investigadores que traficaban con datos confidenciales pinchó el verano pasado el ordenador del consejero delegado de Minas Río Tinto (MRT), Carlos Estévez Ruiz de Castañeda, antes de que la empresa Emed Tartessus presentase una denuncia por estafa y falsedad contra él. Otro de los ordenadores intervenidos ilegalmente pertenecía a Miguel Ángel Ortega, director financiero. La empresa Vertex, la misma que espió a Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, en el restaurante Ten con Ten, fue la encargada de realizar los pinchazos, según los documentos que constan en el sumario de la Operación Pitiusa a los que ha tenido acceso El Confidencial.

El objetivo del espionaje era enterarse de los pasos que daba la cúpula de Minas Río Tinto y, para ello, necesitaban conocer los contenidos de los correos electrónicos recibidos y enviados por los directivos. “No me enteré de nada. Sólo hubo una cosa curiosa, pero fue en el verano de 2010. Alguien entró en la casa y se llevó mi ordenador personal y otros aparatos electrónicos, pero no le dimos importancia. Como consejero delegado de Minas de Río Tinto, no me di cuenta de ningún espionaje”, señala Carlos Estévez a El Confidencial.

El empresario señala que “si pincharon mi ordenador, lo más importante que se habrán llevado es el expediente enterito de los ERE falsos de Río Tinto, que me negué a firmar porque aquello era una chapuza. Ya no es que hubiera intrusos [personal ajeno a la empresa], que los había aunque fuesen pocos. Lo más grave es que pretendían dar coeficientes reductores por trabajos en la minería a personas que jamás habían bajado a un pozo. Estos coeficientes reductores se daban por las condiciones de trabajo insalubres de los mineros, pero pretendían aplicarlos a personal de oficinas o de administración. Por negarme a firmar los expedientes, tuve muchos problemas personales y políticos”.

El empresario reconoce que en el momento en que le fue pinchado el ordenador mantenía un pleito con Emed Tartessus. “No me extrañaría que hubiesen intervenido mi ordenador, porque alguna de la gente que trabaja para Emed no me inspira ninguna confianza y les creo capaces de cualquier cosa. Durante los últimos años, han ido a por mí personalmente, interponiendo muchas denuncias. No es que fuesen contra la empresa Río Tinto, sino que iban contra mí”, añade Estévez.

El propietario de Vertex, Juan Manuel Olivera, por su parte, dejaba entrever en las conversaciones intervenidas con orden judicial que había sido contratado para espiar a Carlos Estévez por una persona de la cúpula de Emed.

El litigio que Emed tenía con MRT venía de lejos. Esta última había vendido en el 2005 los terrenos donde se asientan las minas a la empresa Matesur Andévalo, que también está controlada por hombres de confianza de Carlos Estévez. En el 2007, Matesur cedió los terrenos a Emed Tartessus, pero la transferencia formal no se llegó a realizar, ya que la transmisión debe ejecutarse directamente por la Junta de Andalucía. El año pasado, la comisión liquidadora cerró un acuerdo con Rumbo 5.0 para la adquisición de los derechos mineros. Esta compañía es, a su vez, propietaria de parte de los terrenos. Pero para la operación no tuvieron en cuenta a Emed. Es más: en septiembre, directivos de Emed intentaron acceder a los terrenos en que se encuentran las balsas mineras pero no los dejaron entrar. A principios de 2012, finalmente, Emed interpuso una querella contra Carlos Estévez por estafa y falsedad.

Un hacker muy rico

En medio de esa batalla, se produjo la interceptación de los ordenadores de los directivos de MRT. Para llevar a cabo los pinchazos, Olivera recurrió a un antiguo compañero suyo de trabajo, Matías Bevilacqua, con fama de ser uno de los mejores expertos informáticos del sector de la investigación, lo que en lenguaje común y corriente se denomina hacker. Ambos habían coincidido en la empresa Cybex hasta hace pocos años. Bevilacqua llegó a ser responsable de I+D+i de esa empresa hasta que decidió independizarse y montar su propia compañía en Barcelona.

Durante los dos últimos años, Matías Bevilacqua trabajó varias veces para Olivera: se han encontrado cuatro transferencias de dinero por valor de 14.486 euros desde el año 2010 que salieron de una cuenta del dueño de Vertex hacia las cuentas del hacker.

Tras su detención, los agentes encontraron en poder de Bevilacqua unos 280.000 euros en efectivo. La justificación de Matías fue sorprendente: aseguro que procedía de fondos reservados del Ministerio de Defensa, ya que le habían contratado para desarrollar un sistema de interceptación de correos informáticos. No obstante, la cantidad incautada está ahora bajo control judicial. Este diario intentó, sin éxito, obtener la versión de los hechos de Bevilacqua, pero el hacker evitó ponerse al teléfono.

 

http://www.elconfidencial.com/espana/2012/06/07/la-agencia-que-espio-a-lopez-del-hierro-hackeo-el-pc-del-consejero-delegado-de-minas-rio-tinto-99513/

De la crisis de la deuda a la crisis de la moneda

Por su interés para comprender qué está pasando realmente con el euro y la deuda de los países europeos reproducimos a continuación el artículo publicado por Antonio España el día 15/11/2011 en El Confidencial:
Imagínense por un momento que forman parte de una investigación sociológica que estudia un grupo de pastores que comparten un pequeño prado con pastos. En esta situación, ¿cómo creen que se comportará un pastor que actúe racionalmente en su propio interés? Lo más normal es que éste tienda a incrementar su cabaña, pues pronto descubrirá que puede capturar el beneficio en su totalidad de la mayor producción que le supone tener más cabezas de ganado, mientras que el coste en términos de menos pasto disponible se diluye proporcionalmente entre todos los pastores.
Ya se ve que si todos los pastores son sensatos, el pastizal tiene los días contados, dado que todo el grupo actuará de igual manera. Y así se produce la tragedia: se acaban los pastos, las ovejas perecen de hambre y los pastores se van al paro. Este ejemplo, que no es mío sino de Garrett Hardin, ilustra lo que se conoce como la tragedia de los comunes, o más correctamente de los bienes comunales, y es justo lo que está pasando con el euro y la crisis de deuda, que va camino de convertirse en una crisis de divisaen toda regla.
La tragedia de los bienes comunales fue descrita por Hardin en 1968 en un artículo que publicó en la revista Science y viene a ilustrar una situación en la que un grupo de individuos que comparten un recurso limitado, actuando de forma independiente y buscando racionalmente su interés individual terminan por destruir el recurso comunal pese a que eso es lo que menos les conviene a todos.
Pues bien, otro tanto ocurre con el euro, tal y como explica Philipp Bagus en su libro The Tragedy of the Euro*, publicado hace un año y que harían bien los políticos europeos en leérselo, subrayarlo y aprendérselo de memoria. Porque pese a la rapidez con que se desarrollan los acontecimientos, esta obra está hoy más que de actualidad con el caso no sólo de Grecia sino de Italia, que de momento se ha puesto por delante de nosotros en la cola de los rescates, pese a que, según anunciaba el viernes pasado el FT y ayer mismo McCoy en estas mismas páginas, en España seguimos siendo firmes candidatos al bail out.
Según la teoría que desarrolla Bagus, el euro permite que se produzca un efecto de redistribución involuntaria de la renta desde los países más serios en la gestión de sus cuentas hacia los países más díscolos y con tendencia a incurrir en mayores déficits. Esta redistribución ofrece a los políticos de estos países un poderoso incentivo a seguir gastando y retrasar sine die los impopulares ajustes y reformas que son necesarios, pues disfrutan de todos los beneficios electorales de este curso de acción.
Sin embargo, ese comportamiento fiscalmente irresponsable se traduce en déficits que han de ser financiados mediante la emisión de deuda pública. Deuda pública que esos estados no son capaces de pagar por sí mismos porque no generan caja suficiente. Y entonces debe intervenir el BCE, ya sea explícitamente mediante un rescate, ya sea sotto voce mediante compras de bonos soberanos en el mercado secundario —o incluso primario, pues con Mario Draghi uno puede esperarse cualquier cosa visto su estreno a los mandos del BCE.
Son pues los países más díscolos fiscalmente hablando, los más beneficiados por el paraguas común del sistema monetario fiduciario que es el euro, creándose en opinión de Bagus, y que yo comparto, una especie de carrera por imprimir más dinero que puede llevarnos a que la moneda única estalle en mil pedazos, tal y como estamos viendo.
Pues las intervenciones del BCE suponen en el fondo una monetización de la deuda que han contraído los países periféricos pero que pagan todos los ciudadanos que cobran sus nóminas y tienen sus ahorros en unos euros que valen cada vez menos. Entre ellos los alemanes, claro, que ven cómo merman sus ahorros para que los españoles, los italianos y los griegos mantengamos nuestro tren de vida. En esta tesitura, y por mal que nos caiga Angela Merkel, no es de extrañar que los alemanes estén un poco hasta las narices de los simpáticos vecinos del sur, cuando con el Bundesbank y el marco no les iba nada mal y el euro, sin embargo, no les está trayendo más que dolores de cabeza.
¿Cuál es entonces el camino que llevamos? Pues bien, vayámonos por un momento al origen de la crisis. Como ya he mencionado aquí en otras ocasiones, ésta se origina en la expansión del crédito no respaldado por el ahorro que causan los gobiernos y sus aliados, los bancos, reduciendo artificialmente los tipos de interés y multiplicando los préstamos merced al privilegio de la reserva fraccionaria.
Esto generó una fase de boom bien conocida que se materializó en una burbuja inmobiliaria. Cuando estalló la burbuja, en lugar dedejar que las fuerzas espontáneas del libre mercado actuaran para liquidar las malas inversiones y así poder volver a crecer de manera sana, el estado intervino cortocircuitando el proceso de ajuste y originando mayores problemas a futuro —futuro que ya está aquí.
No sólo se evitó una rápida recuperación tras un brusco pero breve ajuste que permitiera reubicar los recursos productivos allí donde eran realmente demandados, sino que además se hipotecó el futuro, al dilapidar el gobierno cualquier superávit acumulado en la fase expansiva y endeudarse hasta la ceja para salvar a los sectores de la construcción y del automóvil con sendos planes de estímulo fiscal, para luego tener que salvar al sector financiero, con especial protagonismo de las cajas de ahorros.
Resulta pues que la deuda generada —y multiplicada— en la fase de expansión previa, ha ido pasando de las familias y las empresas (crisis de la economía real) a los bancos, de los bancos (crisis financiera) a los estados, de los estados (crisis de la deuda soberana) al BCE  y del BCE (crisis de la divisa) a… ¿a dónde?
Y en esas estamos. O sea, que se masca la tragedia, sí.
Me cuesta pensar que el euro, que fue una decisión política y no económica, se deshaga para que cada país vuelva a su divisa inicial. Con respecto al euro de dos velocidades, tampoco veo claro que a alemanes y franceses les interese quedarse prácticamente solos en un euro A de primera división. Sería un equilibrio político demasiado complicado para ambos países sin el contrapeso de países del tamaño de Italia o España y no veo que les reportara grandes ventajas con respecto a la vuelta a sus divisas originarias.
Por otro lado, el euro B con toda probabilidad, con Grecia o sin Grecia, se vería devaluado casi inmediatamente. Esto supondría un alivio para estos países pero en la práctica representa un default de su deuda pública —que devolverían en una moneda devaluada—, y tendría un importante impacto sobre los países del euro A, a los que a corto plazo les serviría de poco la doble velocidad.
¿Qué debería pasar? Que se tomaran medidas de ajuste en serio, reduciendo drásticamente el gasto público, recortando donde haya que recortar y privatizando lo que se pueda, que es mucho todavía. Bajando impuestos todo lo que el déficit permitiera para no incurrir en más deuda. Reduciendo el tamaño del sector público para liberar recursos y crédito para las empresas privadas. Dejando actuar las fuerzas espontáneas del mercado para que se terminen de liquidar los errores de inversión del pasado, sin rescates y sin medidas para salvar supuestamente ninguna empresa ni sector. Y flexibilizando y liberalizando la economía para que los recursos productivos puedan reubicarse sin trabas allí donde son necesarios y hoy no están llegando.
¿Qué va a pasar? Honestamente, creo que es impredecible, pues con estos políticos nunca se sabe. Miren ustedes el resultado de la última cumbre. Aunque ya nos lo anticipaba el dicho popular: reunión de pastores, oveja…