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Catering

El Diccionario de la Real Academia define el anglicismo ‘catering’ como un servicio de suministro de comidas y bebidas a aviones, trenes, colegios, etcétera. Aunque el significado se ha ampliado enormemente con el tiempo, originalmente el ‘catering’ se entendía como el restaurante a domicilio: en vez de acudir los clientes al establecimiento de restauración, era éste el que prestaba un servicio equivalente trasladando camareros, comida, bebida y todo lo que fuera menester, fundamentalmente a los eventos empresariales. Del mundo económico, la práctica se ha extendido a cualquier tipo de celebración, incluidas bodas, bautizos y comuniones, donde ya ha decaído el tradicional término ‘convite’, sustituido por este palabro anglosajón en detrimento de nuestra maravillosa riqueza lingüística.

Por otra parte, el Diccionario remite la palabra ‘social’ a la sociedad en general y a una compañía, empresa o sociedad. Salvo en tres expresiones vinculadas a este ámbito de la economía (razón social, capital social, domicilio social), el resto de las que enumera el DRAE tienen, por así decirlo, un tufillo benéfico: asistente social, beneficiario de la Seguridad Social, clase social, gasto social, prestación social, salario social….

Zoido ha yuxtapuesto los dos términos, el originariamente elitista nacido para prestar servicio a los eventos empresariales, y el impregnado de un componente asistencial y se ha inventado el ‘catering social’ en zonas deprimidas de Sevilla como Tres Barrios y Su Eminencia. No obstante, el Ayuntamiento actúa de forma vicaria: en vez de ser la Delegación municipal de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación la que se involucre en atender a las personas en riesgo de exclusión social, ha preferido subvencionar a las ONGs que trabajan con los pobres para que, con fondos municipales, proporcionen alimento a más de cien familias cada día.

Cuando la Junta de Andalucía anunció que repartiría desayunos y meriendas entre 50.000  escolares andaluces en cuyas casas se pasa literalmente hambre por causa de la recesión económica y el paro, el PP tachó la medida de “limosna”. Zoido dijo sarcástico: “No somos los de la Beneficencia. Eso es lo que hace Griñán. Nosotros tenemos que conseguir que la gente tenga un puesto de trabajo”.

Para diferenciarse de Griñán, el alcalde de los 89.000 parados en Sevilla, no reconoce practicar beneficencia, sino que ordena servir ‘caterings sociales’, eufemismo vergonzante con que ocultar la cristiana virtud de la caridad.

La carta

El portavoz parlamentario del PP, Carlos Rojas, dio una rueda de prensa poniendo a parir a Susana Díaz, de la que dijo debería responder de la corrupción (facturas falsas, Mercasevilla, Operación Madeja, los EREs) del Ayuntamiento de Monteseirín del que formó parte, y la dio el mismo día en que Zoido anunciaba que le había escrito a Susana una carta para felicitarla y pedirle su ayuda para Sevilla. Así de coordinados funcionan en el PP. El alcalde dijo sobre su escrito a Susana que lo único que quería era que ayude a la ciudad “cuando tenga más responsabilidades, si las tiene algún día, como presidenta de la Junta de Andalucía, o en su puesto actual”, y se quejó de no haber sido atendido  por Chaves ni Griñán, por lo que esperaba  más suerte con Díaz. O sea, que a Zoido no pudo traicionarle más el inconsciente cuando se refirió a la trianera como futurible mandamás de la Junta y la equiparó a Chaves y Griñán en vez de tratarla como mera consejera. ¡Vaya confianza en ganar que tiene Zoido! Hasta puede que empezara la carta con un “Mi querida Presidenta….”.

La encrucijada de Zoido

Cinco días antes de que el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, anunciase por sorpresa -y cogiera con el pie cambiado a los partidos de la oposición- que no se presentará a la reelección y abriera un nuevo escenario político en el que la hipótesis más probable es el adelanto de las elecciones autonómicas con Susana Díaz como cabeza de cartel socialista, la Fundación Antares-Foro y el Centro Andaluz de Prospectiva difundieron su barómetro de opinión sobre Sevilla.

El trabajo de campo  para este estudio concluyó el 11 de junio, justamente la fecha en que se cumplía el segundo aniversario de la toma de posesión de Zoido como alcalde y, por tanto, el ecuador de su mandato. Aunque con un margen de error de +/- 4,7% y un universo relativamente limitado (440 encuestas), el barómetro de Antares, también por su frecuencia que permite observar una evolución en el tiempo, ofrece al menos una fotografía de cómo ven los sevillanos la ciudad gestionada por Zoido, de momento también el teórico aspirante por el PP a gobernar también Andalucía.

VISIÓN NEGATIVA

Para el 38% de los sevillanos, la ciudad ha empeorado en el último año. La visión es menos pesimista que en enero de 2012, cuando esa proporción se elevaba al 49%, pero parte de los pesimistas han pasado a engrosar el colectivo de los que piensan que Sevilla sigue igual que antes: un 37,5%  (en enero eran el 29,8%). En el extremo contrario hay un 20,5% que estima que Sevilla ha mejorado (eran un 18,3% en enero), mientras que un 4,1% no sabe cómo enjuiciar la situación.

En resumen, frente al mensaje de cambio y regeneración con que Zoido se presentó a las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011 y que ilusionó a tantos sevillanos, hasta el punto de otorgarle 20 ediles, dos años después tres cuartas partes de la ciudadanía piensa que Sevilla no ha cambiado bajo su mandato y que sigue igual o peor, mientras que sólo uno de cada cinco estima que se ha producido un cambio a mejor.

La visión negativa está muy condicionada por la situación de desempleo, consecuencia de la crisis económica, un drama que afecta a 89.497 sevillanos, a los que Zoido prometió en su campaña convertirse en ‘el alcalde del empleo’. No sólo no ha cumplido tal promesa, irreflexivamente formulada y que ahora pretende desactivar con el argumento de que carece de competencias -proyecta así una imagen de frivolidad política en un asunto tan grave-, sino que desde su mandato el número de parados se ha incrementado en 12.500 personas en números redondos.

El alcalde y presidente regional del PP, pues, se enfrenta a un panorama local donde en ninguno de los once distritos de la ciudad se ve la situación mejor que antes de su llegada (en seis se estima que sigue igual, y en cinco, que peor) y con los sevillanos de edad madura (entre 35 y 54 años) como los más críticos (casi la mitad creen que vamos a peor).

EL TIEMPO VUELA

El problema para Zoido es que para tratar de cambiar la visión negativa o no cambiante que tiene ese 75% de los sevillanos ya le queda menos tiempo por delante que el que ha dejado atrás, porque en puridad se encuentra ya en su tercer año de mandato, a la vuelta del verano debe preparar los Presupuestos para 2014 y el próximo ejercicio  será el decisivo para materializar las iniciativas con que pueda presentarse en su balance global de gestión ante los ciudadanos en las elecciones municipales de la primavera de 2015. Necesita poner cuanto antes toda la carne en el asador y volcarse al 100% en Sevilla, disperso como está ahora entre sus responsabilidades como alcalde y como presidente regional del PP (A).

Y en esta coyuntura ha ocurrido lo inesperado al anunciar Griñán su paso atrás en política para colocar como sucesora ‘in pectore’ a la líder del PSOE de Sevilla y consejera de la Presidencia, Susana Díaz, a la que todos los pronósticos dan como vencedora de las primarias socialistas andaluzas que se celebrarán el 29 de julio.

Si el PP (A) no mueve ficha con igual celeridad y designa otro candidato, en menos de un mes el Zoido presidente regional y por tanto aún cabeza visible de su partido en Andalucía puede ver  que aunque oficialmente su contrincante político sigue siendo Griñán, en la práctica lo será Susana Díaz, que ofrecerá una imagen de renovación y feminismo, en línea con el anuncio del presidente de la Junta de que a sus 67 años ha llegado la hora de que la generación que hizo la Transición ceda el paso a otra hornada que afronte los nuevos desafíos.

DOS GENERACIONES

Susana Díaz cumplirá el próximo 18 de octubre 39 años, que es la edad media de la población andaluza, en la cual hay una mayoría de mujeres (50,5%), ante las que su condición femenina representa un plus por ser la primera de su sexo en aspirar a la Presidencia, y un 20% de jóvenes de entre 15 y 29 años. Frente a ella, Zoido cumplirá el 21 de enero 57 años, diez menos que los que ahora tiene Griñán. Los 18 años de diferencia entre el presidente del PP (A) y la secretaria general del PSOE de Sevilla y consejera de Presidencia es el tiempo que media entre dos generaciones distintas, con dos visiones cambiantes sobre la vida y el mundo.

Todas las hipótesis apuntan a que Griñán adelantará las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las europeas en mayo de 2014. Susana Díaz, sobre la que ya apuntan todos los focos mediáticos, dispone desde ahora de once meses para proyectar aún más su imagen pública y darse a conocer todavía con mayor intensidad entre los andaluces.

El PP, para no reconocer su desconcierto ante la jugada de Griñán, dice estar preparado ante un eventual adelanto electoral en Andalucía. Extraoficialmente, fuentes populares sostienen que su candidato será nombrado a finales de año, tal y como estaba inicialmente previsto, pero en la hipótesis de la coincidencia electoral entre autonómicas y europeas en mayo de 2014, mantener semejante calendario significaría que el aspirante del PP sólo tendría cinco meses para rodarse ante los andaluces, salvo que el candidato fuera Zoido, ya más conocido. En tal caso, éste tendría que concentrar aún más sus esfuerzos en el conjunto de Andalucía y delegar todavía más en terceros la gestión del Ayuntamiento de Sevilla.

Aunque fuera otro el candidato, hasta el momento de su designación Zoido se ve obligado de todas formas a dedicar más tiempo a las cuestiones de la política andaluza y a dejar Sevilla en un segundo plano, lo que puede tener un efecto ‘boomerang’ sobre la expectativas de su partido en la capital de la comunidad autónoma.

SEVILLA, EN SEGUNDO PLANO

Por de pronto, el martes y miércoles es muy probable que tenga que desplazarse a Antequera para analizar con su equipo de confianza y otros parlamentarios la nueva situación política creada en Andalucía por Griñán. Mientras esté en la ciudad malagueña no estará dedicado a los asuntos de Sevilla. Y si el PP no resuelve cuanto antes la designación  de un candidato que sea su referente electoral en la comunidad autónoma, Zoido deberá seguir asumiendo durante meses ese rol con más intensidad aún que hasta ahora dada la preeminencia adquirida por la política autonómica, restándole tiempo a sus obligaciones como alcalde.

La encrucijada en que se halla Zoido por su doble condición de alcalde y líder regional del PP (A) que necesita ahora responder al movimiento de ficha de Griñán no pasa inadvertida a la oposición municipal. Ayer mismo, Torrijos, portavoz del grupo municipal de IU,  aprovechaba una entrevista periodística para lanzar este mensaje a la opinión pública: “Zoido no está dedicado a Sevilla, hacia la que ha hecho dejación de funciones”.

Y con un 75% de sevillanos que no perciben que la ciudad haya mejorado, Zoido no puede permitirse el lujo de que cale la idea de que no está dedicado en cuerpo y alma a Sevilla, sino a sacarle las castañas del fuego a su partido en Andalucía.

Transparencia

Griñán retó a Zoido a que, como ha hecho ya él mismo, haga pública su declaración de la renta para demostrar que no ha cobrado sobresueldos de su partido. El también alcalde de Sevilla y presidente del PP (A) guardó la misma actitud que el título de la película de Elia Kazan, la ley del silencio, y luego fuentes de su entorno dijeron que no iba a hacerle el juego al presidente de la Junta.

Es curioso que el alcalde que siempre prometía luces y taquígrafos y que milita en un partido que ha hecho de la ley de Transparencia el santo y seña del mandato de Rajoy considere una afrenta que le pidan su declaración del IRPF.

Aquí es posible consultar hasta las declaraciones fiscales de los ministros y del  presidente de Francia, François Hollande, los cuales las colgaron en Internet tras el escándalo Cahuzac, pero no la de ciertos políticos nuestros, que presumen de lo que carecen.

Por eso quedé doblemente sorprendido cuando el mismo día del rifirrafe parlamentario entre Griñán y Zoido recibí la inesperada y educada llamada de todo un caballero, Benito Navarrete, comisario de la exposición ‘Las Santas de Zurbarán. Devoción y Persuasión’, que he visto como uno más de los 5.000 primeros visitantes de la muestra. No voy a repetirme aquí y ahora en mis argumentos en pro (magnífica idea la de convertir nuestra cultura en un activo económico exportable) y en contra (si cuesta dinero al contribuyente con esta crisis galopante y no se autofinancia, es un lujo que contradice los tijeretazos de Zoido a la cultura sevillana) de la iniciativa.

Navarrete, respetuoso aun en la discrepancia como padre de la criatura, sólo quería aclarar mi expresión de que había sido un fichaje “a golpe de talonario” (por mi parte, no tanto en el sentido crematístico como de que se trataba de un externo al Ayuntamiento), y para demostrarme que no se trataba de una incorporación en plan estrella, como las del fútbol, me pedía mi correo para enviarme sus declaraciones del IRPF.

Fiado de su palabra y por más que me resistí, no hubo manera: me ha enviado sus últimos ejercicios fiscales, en los que, sólo por su insistencia, he verificado que, efectivamente, ha perdido dinero con el cambio de Madrid a Sevilla, y bastante. Más que bastante, hasta mucho.

O sea, que el comisario de las ‘Santas’ no ha venido a Sevilla para ganar más dinero, sino por amor al Arte.

Decía Benito Navarrete que él, en política, había devenido en ‘zoidista’.

Pues yo, en materia de transparencia, habré de confesarme ‘benitista’.

 

Silencio

Caixabank ha anunciado que le sobran sólo en Sevilla 491 de los antiguos empleados de Cajasol/Banca Cívica del total de los 864 que quiere amortizar en toda Andalucía. Estos casi 500 trabajadores que van a perder su puesto en Sevilla por la vía de las prejubilaciones, bajas incentivadas y traslados a Cataluña superan la suma de los de Danone (85), Cargill (101) y Roca en Alcalá de Guadaíra (227) por los que se han visto encierros en la catedral, manifestaciones populares, concentraciones ante el Parlamento y hasta llamamientos a no comer más yogur de la multinacional francesa. Y, sin embargo, en este caso es como si no pasara nada. Hasta puede que no se haya enterado casi nadie del espeso manto de silencio que ha cubierto la noticia. Ni siquiera el beligerante Juan Espadas ha incitado a boicot alguno ni ha repetido eso de convertir el carro de la compra en una especie de carro de combate contra el capital. Será que para el portavoz socialista en el Ayuntamiento es más fácil cambiar de marca de yogur que osar molestar a quien le presta los dineros a Griñán.

Llueve sobre mojado en Écija

El vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, abogó el mismo día en que las inundaciones en Écija afectaban a 3.000 hogares por que se fueran adoptando las medidas necesarias que eviten en un futuro su  repetición en la paradójicamente conocida como ‘ciudad del sol’ y ‘la sartén de Andalucía’.

Cabe preguntarse ante quién abogará Valderas, ya que el Estado transfirió a la Junta  el 26 de marzo de 1984 las competencias sobre programación, aprobación y tramitación de inversiones e infraestructuras de interés en materia de encauzamiento y defensa de márgenes de áreas urbanas.

Así pues, la Junta ha tenido 29 años para resolver al menos una de las dos causas de las inundaciones en la ciudad astigitana, el desvío y nuevo encauzamiento del soterrado arroyo Argamasilla. Y, sin embargo, tanto el Gobierno autónomo como el central y sus organismos han pasado la mayor parte del tiempo haciendo estudios y más estudios sobre la obviedad de que Écija y numerosos municipios andaluces se inundan históricamente cuando llueve incluso no en exceso.

En 1975 ya se había elaborado un inventario de los puntos negros de los cauces en todo el país.

En 1983, la Comisión Técnica de Emergencia por Inundaciones realizó un informe general sobre el problema.

Por la misma época en que el Estado transfirió las competencias a la Junta, el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo realizó nuevos estudios, tras los cuales concluyó que la densidad territorial de inundaciones históricas registradas en Andalucía en los últimos 500 años había sido un 62% mayor que la nacional, y un 111% mayores las pérdidas per cápita por dicha causa.

Año 1985. La Comisión Nacional de Protección Civil redactó un estudio de inundaciones históricas, mapas de riesgos potenciales y acciones para prevenir los daños causados.

Posteriormente se encuestó a todos los ayuntamientos de Andalucía para obtener una nueva estimación oficial de la incidencia de las inundaciones en los núcleos urbanos.

Toda esta serie de estudios, informes y sondeos no sirvieron para evitar que en diciembre de 1997 una crecida del río Genil inundara un tercio del casco urbano de Écija y uno de sus mayores polígonos industriales, obligara al desalojo de unas mil personas de sus hogares y causara daños valorados en 12.000 millones de pesetas (72 millones de euros).

La respuesta de la Junta de Andalucía a la catástrofe fue….. encargar otro estudio de carácter general sobre el problema de las inundaciones urbanas en la comunidad autónoma, que fue concluido al año siguiente.

La Administración central tampoco se quedó atrás. El Ministerio de Medio Ambiente dedicó un amplio capítulo a las inundaciones en el Libro Blanco del Agua en España, por las mismas fechas. Un año más tarde, el Instituto Geológico y Minero empezó a publicar de forma anual informes sobre catástrofes naturales, inundaciones incluidas. A esa tendencia se sumó también el Senado y, por pura lógica, las Confederaciones Hidrográficas presentes en Andalucía, por entonces únicamente las del Guadalquivir y del Sur.

Con tal bagaje de información, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó en marzo de 1998 la formulación de lo que se denominó Plan de Prevención de Avenidas e Inundaciones, con la finalidad declarada de “constituir el marco de coordinación e intervención en la materia y de prevenir y minimizar los riesgos y daños por inundaciones en los núcleos urbanos andaluces”.

Tres años más tarde, con motivo de la aprobación del Plan Hidrológico Nacional hubo que reestructurar el Plan andaluz de Prevención, sin que la situación hubiera variado en Écija y en otros municipios andaluces.

Todavía hubo que esperar un año más para que el 2 de julio de 2002 la Junta de Andalucía diera por aprobado definitivamente el Plan de Prevención, dieciocho años después de asumidas las competencias transferidas por el Estado. En el documento se identificaron los puntos negros por inundación en toda la región, figurando Écija por partida doble, debido a las amenazas del Genil y del Argamasilla.

Se incorporó una previsión de inversiones para acabar con el problema en toda la comunidad, inversiones que se debían repartir las diferentes Administraciones en dos grandes períodos, 2002-2006 y 2007-2015, con un total de 347 millones de euros en el primero y de casi 888 en el segundo. En total, 1.235 millones, de los que el Estado aportaría casi 675; la Junta, 431,5; los ayuntamientos, 128,6 millones. ¿Se ha cumplido esta programación?

El Plan no sirvió de mucho para Écija, ya que ocho años después de su aprobación, en diciembre de 2010, el Genil y el Argamasilla inundaron de nuevo un tercio del casco urbano y el polígono industrial ‘El Limero’. El agua del Genil, con un caudal que superaba los 1.100 m3/seg. llegó a los 7,4 metros de altura, hubo que evacuar a mil astigitanos y a los enfermos del hospital y recurrir, como en estos días, a la Unidad Militar de Emergencias. En los primeros días se habló de al menos 18 millones de euros en pérdidas.

La inundación se repitió tres veces, y hasta la tercera no apareció Griñán, que la achacó a lluvias sin precedentes, cuando el récord histórico de pluviosidad (unos 160 litros/m2) databa realmente de tres años antes.

Las obras de desvío del Argamasilla, presupuestadas por la Junta y que debieron acabarse en abril de 2012, llevan paradas casi un año y Écija ha vuelto a inundarse. En 29 años con las competencias transferidas, la Junta ha sido incapaz de acabar con las riadas en la ciudad del sol. ¿Cuántas inundaciones más necesitará?

Tics

Zoido ha aplaudido el cambalache entre el presidente de la Junta, Griñán, y el de La Caixa, Fainé, para trabajar en el diseño de una nueva propuesta conjunta que permita poner en valor las Atarazanas (sic), porque por la asfixia financiera del Gobierno andaluz éste nunca va a morder la mano de su prestamista, por más amenazas que tronara el consejero de Cultura, Luciano Alonso, tras la espantá de los catalanes. La pela siempre será la pela. Ha dicho el alcalde que el acuerdo “es el mismo al que se llegó conmigo”. Y ha subrayado que los antiguos astilleros son de la Junta. Si son de la Junta (la misma cantinela de Goro con el empleo), entonces ¿cómo Zoido llegó a acuerdo alguno con La Caixa? ¿Cómo lo calificamos, de invasión de competencias, deslealtad institucional o puro farol de cara a la galería? Y, en todo caso, el acuerdo al que dice haber llegado no fue para la puesta en valor de las Atarazanas, sino para bendecir el traslado del Caixafórum a la torre Pelli, que no es lo mismo ni por asomo. Zoido, con esta frivolité, tiene cada día más tics de Monteseirín.

Zoido pide a la Junta lo que él no hace en Sevilla

El alcalde de Sevilla y aún presidente del PP (A), Juan Ignacio Zoido, propuso recientemente al titular de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, cinco grandes acuerdos como alternativa al Pacto por Andalucía que éste propugna. Los cinco grandes pactos o “pilares” que para conformar una “agenda reformista” en beneficio de toda la sociedad preconiza Zoido versarían  sobre creación de empleo, impulso a los sectores productivos, reforma del sistema educativo, reducción del gasto superfluo y de racionalización de la Administración Pública y transparencia y control de la misma.

El alcalde de la micropolítica es, sin embargo, muy aficionado a la política de grandes gestos, de ahí que este quíntuple pacto ofrecido a Griñán recuerde al ‘Pacto por Sevilla’ resumido en 15 “pilares”, por emplear su expresión, que sugirió a los dos partidos de la oposición municipal, PSOE e IU, apenas tomar posesión de la Alcaldía y cuando aún aparecía ante la opinión pública nimbado por la aureola de su espectacular victoria electoral, con sus 20 concejales, e instalado en el celestial territorio de las buenas intenciones y el propósito de marcar distancias del sectarismo de Monteseirín.

EL EMPLEO, LO PRIMERO

Así pues, hace ahora algo más de año y medio, Espadas y Torrijos, confiados en la mano tendida por el entonces recién investido alcalde y por aquello de la buena educación y los cien días de gracia que se otorgan a todo nuevo gobernante, acudieron al despacho de Zoido a coprotagonizar poco menos que una escena del sofá, por el bien de la ciudad y para escuchar el contenido de aquel ‘Pacto por Sevilla’ que tan generosamente pregonaba el alcalde de la mayoría absoluta y que por eso mismo no necesitaba del concurso de ambos para la ejecución de cualquier política que se propusiera acometer.

El primero y esencial de los 15 pactos propuestos por Zoido es el mismo primero de los cinco que ha planteado a Griñán: debía versar sobre el empleo y la necesidad de crear las condiciones para que los emprendedores, autónomos y empresas de la economía social invirtieran en Sevilla y generaran empleo de calidad.

Pactar, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa acordar algo entre dos o más personas o entidades, obligándose mutuamente a su observancia Pactar, pues, no significa imponer una política determinada con los demás como oyentes pasivos, sino recoger al menos una parte de las propuestas de los demás y ceder en algunas posiciones para conseguir el fin superior de un acuerdo conjunto apoyado por todas las partes para así transmitir un mensaje unitario a la sociedad.

En el año y medio que lleva en la Alcaldía, Zoido ha fracasado en sus dos aparentes grandes iniciativas que podrían englobarse en buena parte de cuatro de los cinco pactos que ha propuesto a Griñán, a excepción de la reforma educativa, en la que carece de competencias. Primero fue incapaz de materializar esos ‘Pactos de la Moncloa’ a la sevillana que lanzó apenas tomar posesión de su cargo, no ya sólo en los quince “pilares” que lo componían, sino también en cualquiera de ellos por separado, incluido el primero de todos en importancia, como él mismo reconocía: el Pacto por el Empleo y la Inversión.

NUEVA FORMULACIÓN

Al cabo de un año volvió a la carga sobre el mismo asunto, si bien con otra formulación: anunció en el debate sobre el estado de la ciudad que a la vuelta de las vacaciones de verano, en septiembre de 2012, presentaría un Plan de Empleo. Pues ni lo uno ni lo otro, ni Pacto por Sevilla ni Plan de Empleo.

Y mientras Zoido emplaza, en calidad de presidente del PP (A), a Griñán a que “baje de la estratosfera, llegue a La Tierra, ponga los pies en Andalucía, se comporte como un político de altura, busque el diálogo lejos de la agitación y la radicalización y aplique las medidas necesarias para resolver los problemas de los demás”, en su condición de alcalde de Sevilla no se aplica ese mismo credo para, dialogando con la oposición, consensuar medidas que resuelvan el principal problema de la ciudad, el paro, que sigue lanzado hacia esa estratosfera a la que alude. Aun habiéndose intitulado ‘el alcalde del empleo’, la flecha de la gráfica del paro en Sevilla no deja de apuntar cada vez más hacia arriba: el número de desempleados ha crecido durante su mandato en un 18,87% y ha pasado de 77.000 a 91.000 en números redondos.

La demoledora cifra resalta aún más si se considera que Zoido hizo un fichaje-estrella para el puesto de director general de Economía y Empleo del Ayuntamiento: Luis Miguel Rufino Rus, economista con una larga trayectoria profesional, desde la General Motors hasta la Real Orquesta Sinfónica. Tan sólo dos meses antes de las elecciones municipales de mayo de 2011, Luis Miguel Rufino y Emilio Carrillo, con el patrocinio de la Diputación y de la UGT, presentaron un estudio sobre el impacto de la crisis en la provincia de Sevilla, en el que aportaban, presuntamente, soluciones para crear hasta 76.000 empleos en el periodo 2011-2015, en 57 sectores relacionados con nuevas ocupaciones.

El mensaje de esperanza de ambos era el de que pese a lo crudo y difícil de la situación en Sevilla, había condiciones para “levantar el vuelo y crear empleo, aprovechando para ello la red de desarrollo local y los empleos de futuro”. Según el actual director general de Economía y Empleo del Ayuntamiento hispalense, el 26,42% de los futuribles 76.000 empleos nuevos se crearían en los servicios culturales; un 12,25%, en telecomunicaciones, teletrabajo y tecnologías; un 11,13%, en medio ambiente e iniciativas contra el cambio climático, y un 10,85%, en el sector primario (agricultura y ganadería).


TERCERA OPORTUNIDAD

Desgraciadamente para todos, ninguno de estos augurios parece haberse cumplido todavía y Zoido va camino de su ecuador como alcalde bajo el riesgo de llegar a la cifra sin precedentes de 100.000 parados en la ciudad, una posibilidad pavorosa que por sí sola debería ser razón más que suficiente para articular con el resto de fuerzas políticas y con los agentes sociales ese Pacto o Plan de Empleo que sigue siendo incapaz de materializar pero que por elevación exige a su vez a Griñán en Andalucía.

El alcalde ha tenido una tercera y magnífica oportunidad de demostrarlo en la redacción de los Presupuestos de Sevilla para 2013, cuyo capítulo en materia de Economía y Empleo podría al menos haber tratado de acordar con la oposición. Sin embargo, una vez más ha vuelto a actuar conforme al rodillo de su mayoría absoluta, de espaldas a PSOE e IU y presentando un mero y sucinto avance en vísperas del puente de la Constitución y la Purísima para soslayar cualquier atisbo de debate o análisis. Posteriormente, cada delegado en solitario ha ido divulgando sus particulares cuentas públicas, mientras que la oposición bucea en los papeles  y los números para tratar de perfilar su propia alternativa.

En los nuevos Presupuestos, la Delegación de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo dispondrá de 35 millones de euros, casi diez millones más que en este ejercicio. De esa cantidad global, unos 11 millones se destinan a programas de formación e inserción laboral, conforme a este desglose en números redondos:

-Programa de Agentes Locales de Promoción de Empleo (Alpe): 644.000 euros.
-Tres escuelas-taller que finalizan en marzo: 295.000 euros.
-Nuevas escuelas-taller: 4.428.000 euros.
-Programa de inserción sociolaboral Redes: 3.200.000 euros.
-Programa de orientación profesional Andalucía Orienta: 1.230.000 euros.
-Inserción laboral de jóvenes titulados universitarios: 519.000 euros.
-Otro programa de orientación: 353.000 euros.
-Programa de generación de negocios ‘Genes’: 351.280 euros.

ESPADAS LO TRIPLICA

Si Zoido hubiera pactado previamente al menos los Presupuestos para este área, podría haber incorporado las sugerencias de Juan Espadas, portavoz del grupo municipal socialista, que reordenando diversas partidas demuestra que se pueden redirigir 30 millones de euros a un Plan de Empleo y de rehabilitación de viviendas. Así pues, Espadas es capaz de multiplicar por tres el dinero que Zoido destina a Empleo en sus Presupuestos, la proclamada prioridad número uno de su gobierno pero que a la hora de la verdad queda subordinada a otras políticas.

El portavoz socialista dice haber detectado “partidas ocultas” sobre cuyo destino no ha informado el alcalde, como, por ejemplo, un incremento de la cifra destinada a productividad pero sin justificarlo, y 7 millones para “reordenación del sector público”, que le suenan a indemnizaciones para despidos. Entre las reordenaciones o redirecciones propuestas por Espadas para obtener 30 millones de euros que destinar a un Plan de Empleo y Vivienda figuran las siguientes:

-Ahorro de 500.000 euros en sueldos de altos cargos que cobran más dinero que el alcalde.
-Ahorro de los 450.000 euros presupuestados para convenios con el Sevilla y el Betis.
-Los 12 millones de la subida para productividad.
-Los 7 millones de la ‘reestructuración del sector público’.
-Un millón de euros de la partida de eventos culturales y deportivos del área de Fiestas Mayores.

La alternativa de Espadas no sólo triplica la dotación que para empleo ha destinado Zoido, sino que también es la demostración de que puede hacerse con ese mismo planteamiento realizado  por el alcalde de Sevilla y aún presidente del PP (A) a Griñán para un par de esos cinco pactos por Andalucía: mediante la reducción del gasto superfluo y la racionalización de la Administración Pública y la transparencia y control de la misma. Justamente lo que propugna el alcalde para Andalucía es lo que no practica en el Ayuntamiento, y ha de ser la oposición, a la que no da vela, la que demuestre su viabilidad.

Y, por ende, el Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS), en su informe sobre las Cuentas de la ciudad, no sólo ha detectado un recorte en las políticas sociales en una urbe más necesitada que nunca de las mismas por sus 91.000 parados (han pasado de suponer el 38,83% del gasto municipal en 2011 al 32,14% para 2013), sino que también echa en falta un mayor apoyo al tejido empresarial y un esfuerzo inversor.

Pero sabido es que para este Ayuntamiento, tal como ha dicho Gregorio Serrano, delegado de Economía y Empleo, el CESS siempre emite informes negativos a las Ordenanzas Fiscales y a los Presupuestos.

Será por eso que el gobierno de Zoido tiene descontados a los dos, al CESS y a la oposición, y mientras el número de sevillanos en el paro no deja de crecer mes tras mes, el alcalde le exige a Griñán que “baje de la estratosfera”.

Alerta roja para Zoido

El calendario traía en este mes de diciembre dos fecha señaladas en rojo para Zoido: el día 11, cuando se cumplía año y medio de su toma de posesión como alcalde de Sevilla, y el día 14, fecha que señalaba el medio año desde que el 14 de junio aceptó, más o menos a regañadientes, convertirse en el sucesor del dimitido Javier Arenas al frente del PP andaluz, liderazgo que adquirió formalmente en calidad de presidente un mes más tarde cuando fue proclamado con el 96,7% de los votos de los compromisarios en el congreso regional de su partido en Granada.

Sin embargo, Zoido no tuvo apenas tiempo ni motivos para celebrar este doble aniversario porque el pasado viernes se conoció el Barómetro anual del IESA (Instituto de Estudios Sociales Avanzados) sobre Andalucía, que arroja unos demoledores resultados para el PP (A) durante su, cada vez más cuestionado internamente, liderazgo regional. Según los resultados de este estudio demoscópico, el PSOE volvería a ganar las elecciones en Andalucía, con un 39,2% de los votos, seguido ya a notable distancia por el PP, que obtendría el 30,7%, y de IU, con un 16,1%.

AL NIVEL DE HACE OCHO AÑOS

En comparación con las elecciones autonómicas de marzo, los socialistas han perdido sólo una décima en intención de voto; los populares se han derrumbado al perder un 9,7% de los sufragios que cosecharon en las urnas hace nueve meses, e Izquierda Unida se convierte en el gran beneficiario de la situación al subir en un 4,8%.

Los datos son aún más demoledores si se tiene en cuenta que en la última fase del Gobierno de Zapatero prácticamente todos los sondeos otorgaban la victoria al PP en Andalucía bajo el liderazgo de Arenas, augurios que se confirmaron en las urnas andaluzas tanto en las últimas elecciones municipales, como en las generales y las autonómicas, si bien en este último caso la insuficiente victoria de Arenas, al no lograr la mayoría absoluta, propició el actual gobierno de coalición PSOE-IU. El Barómetro del IESA, por tanto, ha retrotraído al PP, con su actual 30,7% de apoyo electoral, al nivel que tenía en 2004, ¡un retroceso de ocho años!.

El PP (A) se ha apresurado a descalificar públicamente el trabajo del IESA, aunque de puertas hacia adentro la inquietud sea máxima. Así, el secretario general y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, ha declarado que “las encuestas tienen la credibilidad que tienen, y el IESA tiene la credibilidad que tiene: siempre se ha equivocado con el PP y siempre le ha dado menos votos de los que ha obtenido finalmente en las elecciones”. Curiosamente, los populares no descalificaban el Barómetro cuando reflejaba resultados favorables a su intereses en anteriores ocasiones.

NO TODOS PAGAN LA FACTURA

El segundo gran argumento justificativo dejado caer por los populares para tratar de salvar de cara a la galería la gestión de Zoido es que éste estaría pagando en Andalucía la factura de los recortes aplicados por Rajoy en toda España. El presidente del PP (A) sería, desde este punto de vista, otra víctima, en este caso política, de la crisis económica, como lo fue el PSOE de Zapatero en la última fase de su mandato.

Conforme a esta tesis, no sólo Zoido y el PP andaluz, sino también todo el partido que sustenta al Gobierno de la nación tendría que haber sufrido las consecuencias en cada comunidad autónoma de la política de recortes aplicada por Rajoy por imposición de Alemania y Bruselas, pero la realidad no es tan homogénea, ni mucho menos. En este tiempo, los ciudadanos han tenido la oportunidad de castigar al PP en las urnas en las elecciones autonómicas celebradas hasta ahora, que han arrojado los siguientes resultados para el partido de la gaviota:

-País Vasco: El PP ha pasado de un 14,1% de los votos y 13 diputados al 11,75% y 10 diputados. Ha perdido, pues, sólo un 2,35% de sus votos.

-Galicia: Con menos votos (sólo un 0,76% menos) ha ganado tres escaños más y retenido el Gobierno de la comunidad con mayoría absoluta.

-Cataluña: No sólo no ha perdido apoyo popular, sino que lo ha ganado en las urnas pese a los recortes y la crisis: pasa del 12,37% de los votos emitidos al 12,99 % (+ 0,62%) y logra un diputado más (de 18 a 19).

FACTOR DEFERENCIAL ANDALUZ

La conclusión es obvia: sólo en Andalucía y bajo el liderazgo (o su falta) de Zoido el PP se hunde en la primera gran encuesta poselectoral nada menos que en un -9,7% y queda a ocho puntos y medio de distancia del PSOE, luego existe un factor diferencial andaluz del que Zoido, como presidente del PP (A), es máximo responsable, por más que desde el partido en Sevilla se quieran lanzar balones hacia Madrid y Rajoy. Más que un ‘efecto’ Rajoy cunde la impresión, cada vez más extendida interna y externamente, de que hay un ‘defecto’ Zoido, una falta de liderazgo andaluz del alcalde de Sevilla, sea por lo precipitado de la sucesión de Arenas, sea por su doble condición de regidor hispalense, sea por su falta de tiempo para atender todos los frentes en los que se involucra o lo involucran, sea por su indefinición sobre si va a ser el candidato a la Presidencia de la Junta, sea por su falta de aptitud para el cargo o sea por un cúmulo de todo a la vez. La realidad es que Zoido no ha conseguido convertirse en el referente para sus militantes y cargos internos, como lo era Arenas, ni para los andaluces.

Tal como ha declarado Eduardo Moyano, director del IESA, los partidos políticos deberían estar alarmados más allá de los resultados de intención de voto del Barómetro porque, efectivamente, hay datos que dan “pavor”. El pavor deriva de la desafección que muestran los ciudadanos a la política, los políticos, las instituciones españolas, las europeas….no dejan títere con cabeza, salvo a las ONG´s, a las que únicamente salvan, pero con un aprobado raspado.

PESIMISMO GENERAL

Si se lee con atención el estudio página a página más allá de la intención atribuida de voto, el diagnóstico que hacen los andaluces sobre la situación de Andalucía es tremendamente negativo y afecta tanto al Gobierno de la nación como al de la comunidad autónoma, aunque algo menos a la Junta que a aquél:


-El 84,2% de los andaluces califican la situación general de Andalucía como mala o muy mala.

-El 75,2% creen que dentro de un año será peor.

-La situación económica es mala o muy mala para el 92,9%.

-El 70% ven la evolución futura con pesimismo.

-El 63,7% califica como malas las medidas adoptadas por el Gobierno, y el 50%, las de la Junta.

-Califican con un 3,1 la gestión del Gobierno y con un 3,9 la de la Junta.

-Un 50,2% desaprueba la gestión del Gobierno de coalición PSOE-IU en la Junta, frente a un 29,4% que la aprueba.

-Un 46,5% desaprueba a Griñán, por un 26,5% que lo aprueba.

-Un 60,6% desea un cambio de Gobierno en Andalucía, frente a un 24,2% que no.

Y pese a esta visión tan negativa sobre la situación de Andalucía y la gestión de la Junta, el descontento de los andaluces apenas se traduce en pérdida de apoyo para el PSOE (A), sólo un -0,10%, sino que se canaliza en contra del PP (A), un -9,7%, porque el primero ha sabido reorientarlo hacia el Gobierno de la nación y el partido que lo sustenta en Andalucía, dado que los andaluces no han percibido ni un contramensaje, ni otro discurso ni un liderazgo alternativo al de Griñán en la figura de Zoido ni en el PP (A).

ZOIDO NO HA CALADO

El alcalde de Sevilla suscita indiferencia entre los andaluces porque no ha sabido penetrar en el imaginario colectivo y aquéllos no lo perciben como líder político de la oposición, como demuestra el dato de que sólo lo conocen un 27,4% de nuestros conciudadanos, frente al 41,9% de Cayo Lara y el 47,6% de Rosa Díez, dos políticos ajenos a Andalucía; y no digamos en comparación con Valderas (55,2%) y con Griñán (70,4%).

Aunque el menor conocimiento propicie, paradójicamente, una mejor valoración personal de Zoido (4,4 puntos), aunque sin llegar a la de Griñán (4,6), los andaluces, como no tienen al alcalde de Sevilla como referente mental, en la comparación individual con Griñán éste supera a aquél en todo: ven al presidente de la Junta más dialogante, honesto, con más autoridad en su partido, inspirador de mayor confianza y más preparado para resolver la situación de Andalucía. Así, pese a la negativa visión inicial de la situación y de los deseos de cambio, al final es el PSOE (A), por mero derrumbamiento del PP (A) y de Zoido, quien emerge como el partido que más confianza inspira, mejor defiende los intereses de Andalucía frente al Gobierno central, se le ve más centrado frente a la derechización del PP con Zoido (cuando la obsesión de Arenas era ocupar el centro del espectro ideológico) y mantiene sus expectativas electorales.

La orfandad de liderazgo en el PP (A) se pone de manifiesto en detalles como el de que haya tenido que ser Javier Arenas quien desde Huelva saliera a contrarrestar los datos del Barómetro y a animar a sus huestes a defender en Andalucía las políticas de Rajoy. Por otra parte, aunque las extrapolaciones son un mero ejercicio de ficción política, si este hundimiento del PP en Andalucía tuviera similar reflejo en Sevilla, Zoido, sencillamente, perdería la Alcaldía.

Por todo ello es lógico que en el seno del PP andaluz se hayan disparado las alarmas. Como ha dicho Eduardo Moyano, director del IESA, basta que estos datos o similares aparezcan en un par de sondeos más para indicar que se habría creado una tendencia contraria al PP difícilmente reversible.

Zoido llega tarde

El suicidio, el día 9, de la exedil socialista Amaia Egaña cuando iba a ser desahuciada de su piso en Baracaldo multiplicó la indignación ciudadana y obligó a Rajoy a anunciar una propuesta de paralización temporal de los desalojos que negociarían a partir del lunes, día 12, PP y PSOE. Zoido, oportunista, vio la ocasión de aparecer como el adelantado de la nueva política que se estaba fraguando e hizo un doble anuncio el domingo 11.

Tras hacerse la foto en plan gabinete de crisis con sus delegados de Urbanismo y Asuntos Sociales y el gerente de Emvisesa, comunicó la paralización de los desahucios en curso por la Empresa Municipal de la Vivienda. Previamente había propuesto a Griñán un pacto antidesahucios, en estos términos: “que se olvide de la demagogia y se siente de verdad con el PP, como ha ofrecido Mariano Rajoy a nivel nacional, para buscar la salida al problema. No se trata de ser demagogo -añadió-, se trata de tener rigor”. Y más tarde instó a la Junta a que, a través de la Empresa Pública del Suelo, mostrara su disponibilidad a paralizarlos.

 

FRENAZO YA EN JUNIO

 

 

El rigor y la falta de demagogia invocados por Zoido en un asunto tan delicado han brillado por su ausencia en su caso, pues como líder de la Oposición y parlamentario autonómico no debía ignorar que a finales de junio la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, anunció en el Parlamento andaluz que había dado la orden de frenar todos los lanzamientos previstos en el parque de viviendas de la Junta, a pesar de que sólo se han producido 16 de carácter administrativo en el último cuatrienio en las 46.000 VPO que gestiona en régimen de alquiler. “No se va a utilizar esta práctica -aseguró- contra quienes se encuentren en una situación desesperada y no puedan hacer frente, por causas justificadas, a la renta de alquiler establecida”.

Elena Cortés insistió en que no se privaría de una vivienda social a las familias afectadas por sobreendeudamiento o que contaran entre sus miembros a personas dependientes, una medida con la que cinco meses más tarde ha coincidido la patronal bancaria al anunciar una moratoria de dos años en los lanzamientos de viviendas “en aquellos casos en que concurran circunstancias de extrema necesidad”.

Además, la consejera subrayó que sería muy exigente a la hora de velar por que las viviendas públicas no se queden vacías, con lo cual se adelantaba a la demanda ahora planteada, al cabo de cinco meses, por Zoido. Y el 1 de octubre inauguró en Sevilla la primera de las ocho oficinas de intermediación contra los desahucios y en la que un equipo de administrativos, trabajadores sociales y letrados asesoran gratuitamente a las potenciales víctimas de desalojos.

 

LIQUIDACIÓN DE OTAINSA

 

 

En el frente sevillano, la falta de visión de Zoido en este asunto, convertido luego en clamor nacional, quedó de manifiesto cuando sólo llevaba tres meses en la Alcaldía y su delegado de Urbanismo, Vílchez, decidió el desmantelamiento de la Oficina Técnica de Atención al Inquilino en Situación de Abuso (Otainsa) y la asunción de sus funciones por la Gerencia de Urbanismo. A la vista de lo sucedido en estos catorce meses (1.613 desahucios en la capital y provincia sólo en el primer semestre de 2012) no parece que la Gerencia haya suplido con eficacia a Otainsa.

El radar del alcalde siguió sin detectar la gravedad del drama, del que venía alertando la oposición. En el Pleno del 30 de marzo, Espadas propuso “frenar los 3.500 desahucios” por impago de hipotecas e instó a Zoido a que adoptara una batería de medidas urgentes que ayudaran a “minimizar el tremendo impacto que están provocando los desahucios y contrarresten los efectos del paro en Sevilla”. El PP votó en contra argumentando que el PSOE “llega a los sitios tarde y mal porque no ha hecho nada y ahora viene a decir que lo que se hace no es suficiente”.

El 9 de abril, el PSOE volvía a la carga a cuenta de los desahucios por Emvisesa en la barriada La Estrella, Pino Montano, y pedía una moratoria de hipotecas de tres años para personas del perfil de los desahuciados por la empresa municipal: en paro, con menos jornada laboral o menos ingresos y/o con dependientes a su cargo.

 

CIEN AVISOS EN SAN JERÓNIMO

 

 

En el Pleno de septiembre, el gobierno local se negó a activar un servicio municipal de atención a los potenciales desalojados de forma que se pudiera estudiar cada caso en concreto, así como un plan de alquiler a precios asequibles gestionado por Emvisesa.

En octubre, Torrijos (IU) destapó que Emvisesa había enviado un centenar de cartas intimidatorias a adjudicatarios de sus viviendas en San Jerónimo, en las que les avisaba de que si en el plazo “inexcusable” de 15 días no abonaban las deudas pendientes o los recibos atrasados de la comunidad, se darían por resueltos los contratos y se les abriría de inmediato un proceso judicial de desahucio.

Zoido tuvo ahí su gran oportunidad de haber paralizado los desahucios en Sevilla y logrado proyección nacional antes de que la iniciativa partiese de la Moncloa en Madrid tras el suicidio de Baracaldo, pero se limitó a decir que se trataba de “trámites administrativos” y a hablar de “sensibilidad” para con los afectados. El resto de la historia es conocido: la ola de indignación ciudadana obliga a Emvisesa a frenar el primer desahucio previsto en San Jerónimo y a ofrecer una salida digna al inquilino horas antes de la intervención judicial, y sólo cuando el alcalde conoce la reacción de Rajoy trata de aparecer como el gran precursor frenando a Emvisesa y reconociendo que había 600 inquilinos en riesgo de ser expulsados.

Tanto en Andalucía como en Sevilla, Zoido llegó demasiado tarde.