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Alcázar al revés

Las colas de turistas ante el Alcázar podrían reducirse cambiando la entrada al Apeadero del Patio de Banderas

Un incremento al 80% de las reservas  previas por Internet dejaría colas de tan sólo 150 personas

 

El alcaide del Alcázar, Bernardo Bueno, ha declarado a El Correo de Andalucía que acudió a Madrid a reunirse con Icomos (órgano consultivo de la Unesco en temas de patrimonio y que ha informado negativamente sobre el proyecto de demoliciones en el Patio del León para adecuar su uso y el de la Casa del Militar a espacio de acogida de turistas) para explicarle “las necesidades imperiosas que tiene el Alcázar de resolver el tema de las colas”.

Ahora que Icomos rechaza el proyecto de meter la piqueta en el Patio del León es cuando Bueno destaca que no es una idea inicial del gobierno de Espadas, sino del de Zoido. Habrá que preguntarse entonces por qué lo han tenido tan callado, ya que los socialistas lo hicieron suyo desde primera hora y con la fe del converso.

Y como por lo que pueda ocurrir se trata en esta fase de reescribir la historia, el alcaide afirma lo siguiente: “Lo que hemos hecho es sacarlo a la luz y ponerlo en exposición a raíz del tema de la seguridad”. Así pues, Bueno trata de hacer creer que el proyecto en una prevención/reacción a la amenaza terrorista, máxime tras los atentados de agosto en Barcelona y Cambrils.

Sin embargo, tal como reveló Viva Sevilla en mayo del año pasado, el proyecto fue presentado en abril de 2016 a la Consejería de Cultura y no por razones de seguridad, sino con el objetivo de recuperar -se decía- el carácter unitario y monumental de la Puerta del León, por la que acceden los turistas, abriendo un eje que una la Plaza del Triunfo, el Patio del León y el Patio de la Montería. Era un proyecto arqueológico/arquitectónico (para Icomos, más lo primero que lo segundo) sin conexión alguna con la seguridad.

 

DATOS OCULTOS

 

Bernardo Bueno se permite el lujo de reprender a Icomos por haber informado negativamente sobre el proyecto por ser éste aún -dice- de carácter básico, cuando a su juicio lo procedente habría sido esperar al proyecto de ejecución. Al alcaide habrá que recordarle que hasta en urbanismo se somete a información pública la normativa en todas las fases del procedimiento: inicial, provisional y definitivo. Cuanto antes se conozcan los términos del proyecto, antes se podrá frenar o al menor corregir, porque el ocultismo ha imperado desde el principio en este asunto, señal de que temían las reacciones que pudieran suscitarse.

Pregunté recientemente a un miembro del Patronato del Real Alcázar si había podido leer el documento completo del proyecto. Su respuesta fue que a pesar de haberlo pedido a la Dirección del monumento, no se lo habían entregado y que lo único que conocía directamente era por una charleta que le dieron los autores acompañada de unas láminas y filminas. En esa charla no se dijo ni pío, por ejemplo, de lo que luego hemos conocido gracias al dictamen de Icomos: que también proyectaban abrir un hueco de ocho metros de anchura en el muro del Patio del León para facilitar el acceso de los turistas a la Casa del Militar.

Así pues, hay miembros del Patronato a los que se hurta información y que no conocen el alcance real del proyecto de demoliciones, pese a lo cual -o gracias a ello- el delegado de Cultura, Antonio Muñoz, ha alardeado en varias comparecencias públicas de que “cuenta con el apoyo del Patronato y de la Comisión de Patrimonio”. Cabe preguntarse entonces en qué manos están en Alcázar y el patrimonio.

No quiero ahora extenderme en otros aspectos de las declaraciones del alcaide, en las que inconscientemente demuestra la rendición del Alcázar al “lobby” turístico de la ciudad, sino concentrarme en lo que dijo sobre “las necesidades imperiosas de resolver en tema de las colas”, para convertirlo en un recinto más seguro y en el que las filas de turistas en la Plaza del Triunfo no sean las grandes protagonistas.

 

LA ALHAMBRA

 

Se puede resolver el falso problema (lo llamo falso porque esas colas son una minucia comparadas con las que se forman ante grandes monumentos en Europa) incrementando las ventas previas de entradas por Internet, como ya es habitual en el extranjero y, por ejemplo, en la Alhambra, el monumento más visitado de España, con 2.615.188 visitas, casi llegando ya al aforo máximo establecido (2.763.500) por razones de conservación patrimonial.

En la Alhambra se pueden comprar las entradas con una antelación de entre tres meses y tan sólo dos horas antes de la visita y llevarlas impresas desde casa o imprimirlas en impresoras que se han colocado en la zona de las taquillas y en un edificio cercano al recinto. Incluyen un código QR único que va asociado al DNI o pasaporte, ya que desde el 1 de octubre al menos las individuales deben ser nominativas y acreditarse con un documento de identificación personal. El comprador recibe tras la compra información útil y pautas de seguridad en su correo electrónico.

Además, se han instalado obligados lectores de entradas en distintos puntos del conjunto granadino para así conocer de forma casi instantánea en qué sitio de la Alhambra y a qué hora se encuentra cada visitante. Con este sistema se reducen al máximo las colas, se acaba con la reventa a que en Granada se acostumbra, se conoce el flujo de visitantes y se mejora la seguridad, en línea con lo que demanda aquí Bernardo Bueno.

Es más, al menos hasta el mes pasado en las entradas a los palacios nazaríes de la Alhambra aparecía impresa la hora de acceso. Si el poseedor no se presentaba a la hora indicada, ni los podía visitar ni se le devolvía el dinero, con lo cual ya procuraba estar puntualmente presente.

En el Alcázar se ha implementado recientemente un sistema parecido, aunque aún no tan desarrollado como el de la Alhambra, para facilitar la compra telemática de entradas desde cualquier dispositivo móvil, ya que hasta ahora tan sólo se podían adquirir a través de la página web del monumento y mediante ordenador personal.

Como el Patronato restituyó el número máximo de personas que pueden estar simultáneamente dentro del Alcázar a 750 y si por ley hay que tener a la venta en taquilla al menos el 20% del aforo, vendiendo previamente el 80% por Internet (ahora estamos en un 21%) y con reserva incluso de la franja horaria de la visita, podríamos conseguir que la cola de turistas ante el Alcázar fuera cada hora más o menos el equivalente al 20% de ese número máximo de 750, es decir 150 personas, número más que asumible.

 

NUEVO ACCESO

 

La segunda medida que podría aplicarse para acabar con la foto de la cola en la calle ante la Puerta del León, aunque fueran tan sólo 150 personas a lo largo de una hora, y mejorar la seguridad de los turistas sin que tuvieran que parapetarse detrás de macetones sería hacer lo mismo que ha decidido el Consejo de Cofradías con el Martes Santo: el recorrido al revés, conforme en el caso del Alcázar a la idea defendida por su ex-conservador y miembro del Patronato, José María Cabeza.

Si ahora se entra por la Puerta del León y se sale por el Patio de Banderas, la propuesta de Cabeza es que el acceso se haga por el Patio de Banderas y que los turistas salgan del Alcázar por el Patio del León. Sólo por motivos de seguridad, esta solución ya es mucho mejor que la  actualmente vigente, porque los turistas estarían protegidos dentro del Patio y no expuestos en el exterior, y con una puerta fácilmente controlable. Por otra parte, el Patio de Banderas es tan grande (sólo la zona de albero mide unos 1.000 m2) que puede absorber colas mucho mayores que las que ahora se forman delante de la Puerta del León, y en función de la hora del día las hileras de casas que lo rodean proyectarían sombra protectora para aliviarles de los efectos del sol.

Aunque se podría aplicar casi de inmediato y sin esta opción, la idea de José María Cabeza incluye la recuperación de la casa número 7 del Patio de Banderas, en la que vivió el bibliófilo Luis Toro Buiza y que permitiría conocer el lienzo de muralla, bóvedas y otras partes del primitivo Alcázar que allí han ido descubriendo los arqueólogos. En esta casa, mucho más grande de lo que parece desde fuera, podría habilitarse un centro de acogida (haría las funciones de la Casa del Militar que pretenden los redactores del polémico proyecto  para el Patio del León) y de interpretación, amén de las taquillas, tanto para el Alcázar como para la cripta del Patio de Banderas que se va a desenterrar.

PERMUTA

 

Con esta idea se haría presión ante el Ministerio de Hacienda para recuperar para la ciudad esta casa (y si es posible, otras) del Patio de Banderas, en línea con la reivindicación histórica del Ayuntamiento de Sevilla y que hacía Espadas cuando era el líder de la oposición, entre otras razones porque Hacienda no sabe qué hacer con ese patrimonio si no es tratar de rentabilizarlo subastándolo al mejor postor. Recientemente Espadas ha propuesto al Gobierno una permuta: le entregaría un solar municipal en Nervión para que construya allí una comisaría de Policía a cambio de que Interior libere definitivamente en el Registro de la Propiedad la Gavidia. Pues bien, ¿por qué no proponerle a Hacienda otra permuta para hacerse con la propiedad de la casa número 7 del Patio de Banderas y crear allí el gran centro de recepción de turistas del Alcázar?

Con la entrada por el Apeadero se recuperaría además el acceso original  al conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad, y hasta el flujo de visitantes se podría canalizar interiormente y a lo largo del mismo hasta casi el final, donde instalar los tornos y los arcos de seguridad.

 

La solución ideada por José María Cabeza reduciría las colas y mejoraría la seguridad de los turistas sin necesidad de meter la piqueta en el Alcázar y de poner en peligro su declaración como Patrimonio de la Humanidad por el informe negativo de Icomos.

 

Bastaría con hacer las cosas al revés de lo que se está haciendo ahora, como con el Martes Santo.

Exprimir el Alcázar

El alcaldable del PSOE, Juan Espadas, ha presentado en esta precampaña electoral su programa para el Alcázar, algo destacable porque es raro hallar precedentes de que nuestros políticos hayan pensado en un plan específico para el primer monumento civil de Sevilla: patrimonio de la Humanidad, palacio real en uso más antiguo de Europa, impresionante conjunto monumental -14.000 m2 construidos y casi 70.000 m2 de jardines- y un maná turístico para la ciudad junto con la Catedral.

De las muchas propuestas del actual líder de la oposición destacan dos en especial:

  1. Revisar acuerdos y/o normas que obligan a desviar el superávit que consiga el Alcázar cada año al Ayuntamiento, para sufragar gastos corrientes. Muy gráficamente, ha declarado que no se pueden dedicar los fondos que genere el monumento a pagarle la factura de la luz al Consistorio y que hay que destinar al menos una parte a inversiones de mejora del propio Alcázar.

    2)   Adelantar el horario de apertura a las 9 de la mañana, implantar el horario de verano (de 9:30 a 19 horas) ya desde el mes de marzo y hasta octubre, e iniciar un día semanal de visitas nocturnas.

CONTROVERSIA ECONÓMICA

El uso del dinero del Alcázar para fines distintos a los patrimoniales o para espacios distintos al propio conjunto monumental ha provocado controversias desde que, hace unos diez años, Monteseirín impuso una reforma de los estatutos del Patronato que lo gestiona para que incluyera entre sus fines la conservación de las Casas Consistoriales, a la que se uniría años después también la gestión del Antiquarium de las ‘Setas’ de la Encarnación.

Aquella primera medida provocó la dimisión como patronos de la exalcaldesa Soledad Becerril y de Vicente Lleó, catedrático de la Hispalense, casi más por las formas -la decisión no llegó a someterse a votación en el Patronato, que se limitó a hacer una especie de asentimiento- que por el fondo, aun cuando ambos eran partidarios de no alterar el ‘statu quo’ y de que los fondos recaudados por las visitas turísticas (recuérdese que los vecinos de Sevilla capital entran gratis) revertieran única y exclusivamente en el propio monumento.

Frente a esta corriente, digamos purista, existe otra digamos ecléctica, partidaria de que parte del dinero recaudado, pero no todo,  en el Alcázar sirva para restaurar y poner en valor como activos patrimoniales y económicos de la ciudad los bienes inmuebles y muebles de propiedad exclusivamente municipal. No incluyen los eclesiásticos, universitarios y de otras Administraciones Públicas, sobre todo teniendo en cuenta que el Ayuntamiento de Sevilla es, tras la Iglesia, el segundo mayor propietario de bienes inmuebles de Andalucía, buena parte de ellos con gran valor histórico-artístico.

RICOS Y POBRES

Al antiguo director-conservador del Alcázar, José María Cabeza, distinguido con el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales por, especialmente, los 18 años de modélica labor al frente del palacio sevillano, cabría englobarlo en esta tendencia por su teoría del ‘monumento rico, monumento pobre’.

Cabeza abogaba, y sigue abogando, por que el dinero del ‘monumento rico’ llamado Alcázar contribuya a rehabilitar el resto del patrimonio municipal, desde las Casas Consistoriales (este año financia con 181.987 euros la tercera fase de la restauración de la fachada) hasta la Fábrica de Artillería, pasando por el monumento a Bécquer del parque de María Luisa.

Parece un contrasentido que mientras en las cuentas bancarias del Patronato del Alcázar se acumulan de 9 a 10 millones de euros de superávit, que le generan bastantes miles de euros de intereses cada mes, haya desde edificios a bienes muebles municipales deteriorándose por falta de dinero o que por una pugna entre el Ayuntamiento y la Junta por 100.000 euros para una cámara acorazada en el Museo Arqueológico los sevillanos lleven más de medio siglo sin poder ver el Tesoro del Carambolo.

ACUERDO PLENARIO

Y al Patronato del Alcázar todavía le quedan 9 ó 10 millones de euros en los bancos después de que el Ayuntamiento aprobara durante el mandato de Monteseirín un plan económico-financiero de reequilibrio, en virtud del cual se transferirían 6,8 millones de euros del monumento a la tesorería municipal.

A este dinero se le sumaron más tarde otras dos partidas, de forma que todos los grupos políticos (PP, PSOE e IU) aprobaron ya durante el mandato de Zoido sacar un total de 7.567.078 euros del Alcázar para la Hacienda municipal, siendo entonces (septiembre de 2012) sólo una parte mínima (300.000 euros) para la rehabilitación de la fachada de las Casas Consistoriales.

Y hay más. El Patronato del Alcázar, por las normas antidéficit de la Administración de Rajoy, no puede destinar ahora el superávit que aún genera cada año, ni el acumulado,  a acometer nuevas rehabilitaciones en el monumento patrimonio de la Humanidad más allá de las obras previstas en su plan anual, con lo cual se está dando la paradoja de que el conjunto palaciego genera cada vez más caja por el incremento de las visitas, pero esa mayor presión turística provoca un ‘estrés’ al edificio, que no se puede paliar por la imposibilidad de mover el dinero.

Por tanto, para evitar el superávit del palacio, que acaba en la caja del Ayuntamiento, la primera medida que habría que adoptar sería incrementar los presupuestos de restauración en el Alcázar, con lo cual el dinero no saldría de allí.

MONUMENTO FRÁGIL

El conjunto monumental, por la calidad de sus materiales -peor que los de la Catedral-, su propia configuración con patios abiertos y casi siete ha. de jardines es muy frágil y precisa de cuidados y atención permanentes.

José María Cabeza acuñó la metáfora del palacio como un viejecito achacoso al que hay que administrar cada día una cucharadita de jarabe pero al que no hay que someter a grandes intervenciones quirúrgicas porque por su delicado estado de salud no las soportaría.

Sin embargo, esa fragilidad se está obviando por el afán de abrir el Alcázar cada vez más horas y de captar cada vez más turistas. Zoido destacó a principios de año que en 2014 se batió el récord histórico de visitas, con 1.350.000 en números redondos. A ello ha contribuido su apertura los siete días de la semana. Por presión de las empresas organizadoras de cruceros se empezó a abrir excepcionalmente a las 9 en vez de a las 10:30 los días de arribada de cruceristas. Ahora, Espadas quiere convertir la excepción en norma y, además, empezar a abrir por las noches, porque interesa al sector hotelero usar el Alcázar como gancho para que los turistas se queden a pernoctar en sus establecimientos.

Pero, ¡cuidado!. Los siete días de apertura a la semana actuales, más el adelanto horario y las visitas nocturnas van contra la conservación de un monumento tan frágil y la práctica habitual en los grandes conjuntos patrimoniales y museos internacionales de cerrar un día a la semana para dejar que ‘respiren’ y acometer con tranquilidad las labores de conservación que siempre precisan.

Piénsese, por ejemplo, en la dificultad de aplicar tratamientos fitosanitarios con sustancias peligrosas a las plantas de los jardines con los turistas por medio a casi todas horas, o cómo su presencia condiciona o impide las labores de restauración, fontanería, carpintería, limpieza, traslados….

El Alcázar ha sido tomado tan en vano que un turoperador se permitió la osadía de organizar un sorteo de un lote de champán entre los turistas en el Salón de los Tapices. Se están confundiendo e invirtiendo los términos: una cosa es que el Alcázar tenga su programa de actividades culturales de nivel y que éste redunde en beneficio del sector turístico y otra muy distinta que el sector turístico lo quiera convertir en una prolongación de sus hoteles y restaurantes poniéndolo al servicio de sus intereses.

De tanto exprimir el Alcázar se corre el riesgo de matar la gallina de los huevos de oro.

Se compran ‘Power-Points’. Razón, Zoido

El alcalde, como dijo en el debate sobre el estado de la ciudad que ha cumplido el 70% de su programa (el pabellón de Los Bermejales con las pistas de nieve artificial, el Central Park a la sevillana, los 29 parkings, el bulevar de La Ranilla y los centros cívicos, de salud y educativos deben de formar parte del 30% restante, del que no hay noticia), para no aburrirse en los dos años que le quedan se dedica a ‘comprar’ los proyectos en ‘Power-Point’ que le sirve su delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez.

Hace unos meses, Zoido presentó en rueda de prensa el Museo de las Tradiciones (Centro de Exposiciones y Promoción de las Tradiciones Sevillanas) en la parcela municipal de la calle Santander ‘Corral de las Herrerías’, colindante con la Torre de la Plata y la Casa de la Moneda. Según el alcalde, el anteproyecto de este museo, que se abriría en 2015, había sido redactado por técnicos de Urbanismo, se atenía al Plan Especial de la Casa de la Moneda, sería desarrollado por la iniciativa privada y ya había “múltiples empresas interesadas, a las que se exigiría solvencia económica”.

Si el alcalde estaba presentando públicamente la iniciativa presuntamente municipal entonces, ¿cómo había ya “múltiples empresas interesadas en desarrollarla”?.

ACUERDO DE GERENCIA

El 19 de junio, el Consejo de la Gerencia comunicó que había aprobado “un proyecto de carácter privado” para construir el Museo de las Tradiciones presentado por la empresa Feria de Sevilla. Del supuesto anteproyecto de los técnicos de Urbanismo de que hablaba Zoido se pasa a decir reiteradas veces que es una iniciativa de esta sociedad: “Se ha admitido a trámite la iniciativa privada presentada…”; “la entidad Feria de Sevilla S. L. propone…”; “ha planteado al Ayuntamiento…”; “una vez analizada la propuesta planteada…”

Zoido habló de exigir “solvencia económica” a la compañía aspirante a construir el Museo. Pues bien, según un informe de Axesor, Feria de Sevilla, una sociedad limitada creada con 3.000 euros de capital, tenía cerrado el Registro Mercantil por no presentar sus cuentas desde hacía dos años y acumulaba sólo en un trienio 22 notificaciones en Boletines Oficiales por no hallarse al corriente de sus obligaciones fiscales, una de ellas emitida por la Agencia Municipal de Recaudación.

Urbanismo también afirmaba que el proyecto “se ajusta a los condicionantes urbanísticos de aplicación”.

ALEGACIÓN DEMOLEDORA

Nada más lejos de la realidad según los expertos en arquitectura y patrimonio Fernando Mendoza, José García-Tapial y José Mª Cabeza, que examinaron el expediente y, alarmados, presentaron una alegación en la que se hartan de denunciar presuntas irregularidades de todo tipo. A su juicio, el proyecto supone la privatización de un suelo y un subsuelo de enorme valor arqueológico, que está destinado en el PGOU a equipamientos para los sevillanos, para construir lo que no es un museo (unas pocas salas expositivas sirven de coartada), sino un tablao flamenco o sala rociera encubiertos que competiría de forma desleal con los tablaos cercanos y el centro municipal de atención al visitante en el Paseo Alcalde Marqués del Contadero.

Rompe además la estética de la Casa de la Moneda con un diseño en forma de dos hileras de sucedáneos de casetas de feria, supone la destrucción de dos paños de la antigua muralla islámica que unía el Alcázar con la Torre de la Plata y de una pileta del siglo XVII descubiertas en excavaciones financiadas ¡por la propia Gerencia! e implica un grave riesgo por apoyarse la construcción en la muralla y en la Torre de la Plata, sin garantías de estabilidad y dada la cercanía del manto freático.

Por si esto no fuera ya suficiente, se asombran de que frente a las expectativas de enorme negocio del Museo de las Tradiciones, cuyo Plan Financiero prevé unos ingresos de 3,2 millones de euros en el primer año y de 5,8 millones en el sexto de los 40 de la concesión, el Ayuntamiento sólo cobraría un canon anual de 80.000 euros (del 2,43% al 1,37% de los ingresos), una auténtica ganga cuando según el cuadro de tasas municipales vigente y el canon de Mercadona en Plaza de Armas debería ascender al menos a 400.000 euros.

LA RIBERA DEL RÍO

El segundo ‘Power-Point’ ‘comprado’ por Zoido es el del ‘Paseo del Arte’ en la margen izquierda del río, un complejo de ocio aprobado a la empresa Capitaliza, que preside el hijo de Amparo Rubiales y uno de cuyos socios es el hijo de Salas Tornero. No seré yo quien cuestione el derecho de los ‘hijos de’ a montar sus empresas, pero la opinión pública se pregunta si dos sevillanos que se apellidaran García y Gómez, hubieran fundado hace sólo diez  meses una empresa con 3.000 euros y hubieran presentado unos fotomontajes habrían logrado que le adjudicaran la explotación de la ribera del Guadalquivir y que su proyecto lo presentara y avalara el mismísimo alcalde de Sevilla.

El morbo radica en que Zoido, a la vez presidente del PP (A), le concede el borde del río al hijo de la presidenta del PSOE (A), pero son más llamativos otros nombres del Consejo de Administración ligados a empresas como Below Marko. Hace dos meses, los letrados de la Junta pidieron a la juez Alaya en el caso de los ERE que ampliara la imputación a Francisco Javier Guerrero por otras posibles irregularidades en subvenciones a, entre otras, la empresa citada, después de que de esta última dejaran de ser administrador único y apoderado un sobrino y un hermano de Felipe González. O sea, que el proyecto adjudicado a dedo por Zoido tiene mucho más morbo político todavía.

 

 

El Museo de las Tradiciones no es más que un tablao encubierto

Tres expertos en arquitectura denuncian el chollo de explotar por 80.000 euros el mejor suelo de Sevilla

García-Tapial, Mendoza y Cabeza afirman que vulnera el PGOU y que la concesión debería ser por 400.000 euros

Fernando Mendoza, premio nacional por su restauración de la iglesia del Salvador; José García-Tapial, antiguo arquitecto municipal, y José María Cabeza, exconservador del Real Alcázar y director, entre más de 350 obras, de la restauración de la Giralda, exigen en una alegación presentada ante la Gerencia de Urbanismo la retirada del estudio de viabilidad presentado por la empresa privada Feria de Sevilla para la construcción en el entorno de la Torre de la Plata de lo que Zoido ha denominado ‘Museo de las Tradiciones de Sevilla’,  por “ser incompleto documentalmente, de legalidad dudosa, contrario al planeamiento vigente, no tratarse de un auténtico equipamiento, inviable técnicamente, por provocar daños irreversibles al patrimonio monumental, afectando además a la coherencia y respeto de un entorno histórico  y con un canon de ocupación inaceptable”.

En un escrito demoledor, tres de los mayores expertos en la arquitectura de nuestra ciudad afirman que el proyecto incumple esencialmente el planeamiento urbanístico de Sevilla al pretender gestionar como privado un suelo destinado a equipamiento público y para otros fines muy distintos, lo cual obligaría a modificar el Plan Especial de la Casa de la Moneda.

Entienden que donde se produce el mayor incumplimiento del Plan Especial e, incluso, del PGOU es en la propia concepción del supuesto Museo de las Tradiciones que, dicen, “difícilmente puede considerarse ni como equipamiento, ni como público.”. Y añaden: “Simplemente por dedicar unas estancias a salas expositivas no puede suponer que todo el edificio pueda calificarse como Museo y que sea ya considerado como equipamiento. Por ejemplo, la cafetería y la tienda, ambas con fachada y acceso por la calle Santander, no están ligadas ni funcional ni espacialmente con las salas expositivas, ni dan servicio a los visitantes que han de salir a la calle para usarlas, sino planteadas como normales locales comerciales externos. El espacio fundamental del edificio propuesto, el que da sentido a toda la operación porque además supone el mayor capítulo de los ingresos económicos previstos, es el llamado “espacio gastronómico” al que, significativamente se identifica, física y nominalmente como “caseta de feria”.

Por tanto, para García-Tapial, Mendoza y Cabeza, “bajo una excusa supuestamente cultural se pretende, sobre un suelo público destinado a cubrir las carencias de equipos urbanos, construir lo que conocemos como “tablao flamenco” o “sala rociera”.  Las salas expositivas -añaden- sólo sirven para poner en situación al visitante para las actuaciones que luego va a presenciar. Por eso cuando, en el estudio económico de la propuesta, menciona a los posibles competidores comerciales cita, en primer lugar, los “tablaos” del Arenal, Los Gallos o el Palacio Andaluz”.

COMPETENCIA DESLEAL

Y se preguntan: “¿Podemos considerar esta actividad como equipamiento? ¿Si los “tablaos” que hemos citado añadieran unas salas expositivas, podrían considerarse como equipamientos?¿Fiscalmente también?¿Debe propiciar el Ayuntamiento sobre su propio suelo esta competencia desigual con otros empresarios?. A escasos metros, en el Paseo del Marqués del Contadero -continúan-, está el Ayuntamiento terminando un Centro de Atención al Visitante que coincide con muchos de los contenidos de esta propuesta, pero desde un enfoque decididamente público. ¿Para qué destinar este suelo municipal a un uso ya cubierto en las inmediaciones, estando la ciudad tan falta de otros servicios? ¿No sería preferible, por ejemplo, albergar aquí los servicios municipales que hoy, desafortunadamente, ocupan la propia Torre de la Plata, el Horno y otros espacios singulares de la propia Casa de la Moneda?”.

Los tres expertos en la arquitectura hispalense denuncian, además, que la solución arquitectónica propuesta para el Museo de las Tradiciones es inadecuada para el entorno de la Casa de la Moneda, al romper su estética tradicional: “Quizás intentando subrayar formalmente la importancia que la actividad de “caseta de feria” tiene para el programa de este supuesto “museo de las tradiciones” -aseveran- la fachada se ha rematado con una serie de frontones triangulares alineados que dan la imagen exterior de media docena de casetas feriales adosadas, tras las que asoman otras cinco casetas más de mayor altura. Por supuesto -añaden-,  la cubierta unitaria predominante históricamente ha sido sustituida por más de una docena de pequeñas e injustificadas minicubiertas a dos aguas, que ofrece más el aspecto de una villa turística que de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.

DAÑOS IRREVERSIBLES

García-Tapial, Mendoza y Cabeza se escandalizan por el hecho de que con esta propuesta de Museo de las Tradiciones avalada por la Gerencia de Urbanismo se pretenda también producir daños irreversibles al patrimonio histórico de la ciudad al pretender demoler dos paños de la antigua muralla islámica que unía el Alcázar con la Torre de la Plata y de cuya existencia a lo largo de 50 metros han dado cuenta campañas de excavaciones financiadas por la propia Gerencia, así como destruir una pileta del siglo XVII y que el resto de la muralla quede abducida en el interior de la cafetería proyectada.

Los tres especialistas denuncian la confusión que introduce la Gerencia al presentar esta mera propuesta como un Anteproyecto, que en todo caso debe ser sometido a licitación pública; que el expediente está incompleto al no haber estudios e informes sobre tres apartados (faltan, por ejemplo, el estudio de impacto ambiental y el de seguridad y salud en la obra), y que se trata de obtener, de forma dudosamente legal, tres concesiones,  sobre una parcela edificable ( 1.121 m2) destinada a equipamiento público; una parcela destinada a espacio libre (978,69 m2) , y el subsuelo (éste, para parking con 72 plazas).

UNA GANGA ECONÓMICA

Por ello, y después de otras muchas consideraciones, el canon que la empresa privada Feria de Sevilla S. L. pretende pagar por todas estas concesiones en el entorno del Patrimonio de la Humanidad de Sevilla, 80.000 euros al año, les parecen manifiestamente insuficientes a la luz del cuadro de tasas municipales actualmente  vigente y de la propuesta que ha hecho Mercadona a Adif para explotar durante 40 años la parcela circular de Plaza de Armas y estiman que debería ascender al menos a 400.000 euros anuales.

García-Tapial, Mendoza y Cabeza alertan al Ayuntamiento de que estos suelos fueron expropiados a sus antiguos propietarios (entre ellos, los del Garaje Torre del Oro) para equipamientos y usos públicos de los vecinos del Casco Antiguo y que de cambiarse esta finalidad con este tablao encubierto aquéllos podrían pedir la reversión de los terrenos.