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La trama de las facturas falsas

La Policía ha acreditado que el Ayuntamiento pagó antes de las municipales de 2003 por obras no ejecutadas en el distrito Este y amparadas en facturas falsas, al igual que en el distrito Macarena, hechos éstos por los que la Justicia condenó a penas de cárcel a José Pardo, escolta del alcalde en aquella campaña electoral, y a José Marín, exdirector de Área del Ayuntamiento y, en la época de autos, secretario del distrito.

El presidente de la Cais, José Baena, alertó a la Justicia de que en mayo de 2007 recibió copias de unas facturas por valor de 5.266 euros y emitidas por un cambio de solerías en el distrito Este, obras que jamás se ejecutaron, pese a lo cual fueron abonadas por el Ayuntamiento. La Policía elevó en 2008 a la juez del  caso un informe en el que advertía de que esas facturas no son más que “la punta del iceberg”, porque el constructor había facturado al distrito 269.412 euros sin que las cuentas cuadrasen.

La Policía ratifica así la denuncia que en 2005 hicieron los dos ediles del PA, Paola Vivancos y Rafael Carmona, que destaparon el escándalo, los cuales señalaron que había una trama de facturas falsas en los distritos  Macarena y Este. Sólo les dio tiempo antes de salir del Ayuntamiento a airear la corrupción en el primero.

CAMBIO DE PAREJA

Tras las municipales de 1999, el hartazgo de Soledad Becerril propicia la ruptura de la coalición PP-PA y la forja de una nueva alianza, PSOE-PA, que permite el acceso de Monteseirín a la Alcaldía por un pacto en el que Rojas Marcos  impuso a Chaves desde el Metro hasta  su cuota de poder municipal: controlarían el 70% de las inversiones del Ayuntamiento pese a contar con la mitad (6) de concejales.

El PA seguía manteniendo la delegación clave de Urbanismo y otras áreas que les permitían proyectar sus políticas para luego rentabilizarlas electoralmente: Obras, Cultura y Deportes, Fiestas Mayores y Participación Ciudadana. Así pues, Monteseirín gobernaba realmente sobre un 30% del presupuesto y, teóricamente, su capacidad de acción era muy limitada, si bien el PSOE podía beneficiarse de la imagen pública del nuevo alcalde, imagen que ha acabado siendo tan pésima como empezó, ya que su primera decisión fue la de subirse el sueldo.

EL ANZUELO

Los socialistas tendieron una ‘inocente’ trampa a los andalucistas, y éstos mordieron el anzuelo. El delegado de Hacienda y del distrito Macarena, Carmelo Gómez, propuso a sus socios que se incrementaran los presupuestos de los distritos y se les permitiera acometer pequeñas obras: arreglos y similares.

El grupo Andalucista debate la propuesta. En principio no le ve sentido, porque el PA controlaba todos los trabajos  en la ciudad a través de Urbanismo y de la nueva delegación de Obras. Asimismo, porque los distritos carecían de personal y más aún de técnicos especializados, como eran los de Urbanismo, para controlar la calidad de la ejecución y la veracidad de los presupuestos de los contratistas.

Sin embargo, al final se impone la tesis de Juan Ortega, delegado de Fiestas Mayores, que veía en la idea una gran oportunidad de que se visualizara en su distrito Sur la acción del PA. Así que se multiplicó el presupuesto de los distritos y se les dio capacidad de hacer ‘obritas’, pese a que ni tenían personal ni técnicos, una carencia que Carmelo Gómez se ofreció a subsanar mediante arquitectos de Patrimonio que visasen los expedientes y personal de apoyo (voluntarios) que supervisasen las obras, que se acometerían previa consulta a los vecinos sobre su necesidad.

PRINCIPIO DEL FIN

Cuatro años más tarde, tras las elecciones de 2003 -en las que el PSOE marcó al PA con la acusación del ‘urbanismo bajo sospecha’-, Monteseirín logró desembarazarse de sus incómodos socios de gobierno al forjar una nueva coalición con IU merced a la caída de los andalucistas, que de 6 concejales pasaron a 4. El PSOE ganó el equivalente a lo perdido por el PA y pasó de 12 concejales a 14.

Dos de los distritos controlados por los socialistas, Macarena y Este (ambos con casos de facturas falsas), fueron clave. En Macarena, el PSOE pasó de 29.217 votos a 34.711;  el PA, de 14.526 a 9.565. En Este, el PSOE evolucionó de 36.365 a 41.501;  el  PA registró 9.938 votos frente a los 12.739 anteriores. Y en el distrito Sur, donde debían visualizarse las obras acometidas por el PA, el PSOE prácticamente se mantuvo (de 18.912 votos a 18.645) y los andalucistas fueron incapaces de rentabilizar nada: de 7.787 votos a 6.370.

Ya en la Oposición, cuando Vivancos y Carmona buscaron una explicación a lo ocurrido y chequearon durante seis meses los expedientes municipales, se percataron de que de obritas, nada: en los distritos controlados por el PSOE se habían urbanizado hasta avenidas enteras mediante facturas fraccionadas como “arreglitos”, y hasta en los marmolillos se había impreso, en vez del sello municipal, una leyenda del  distrito Macarena, para que los vecinos visualizaran quién les hacía las obras, encargadas a personas afines. Como no había control técnico de Urbanismo, nadie sabía, podía o quería interpretar si habían sido 100 en vez de 200 los m2 de solería colocados, y así se propició que se inflaran los costes y hasta se falsificaran facturas por  obras inexistentes, como se ha vuelto a demostrar ahora en el distrito Este, donde la Policía no ha hallado vestigio de “solado de hormigón pulido en color verde”.

Monteseirín, que dijo desconocer hasta a su guardaespaldas –uno de los condenados en el caso Macarena-, calla. ¿Seguirá sosteniendo que no había ninguna trama?

‘Okupas’

Fran Fernández, el concejal que ve la vocación en los solares al igual que León Felipe veía poemas en las piedras pequeñas y aventureras como tú, no es el único entre los equipos del (sin) alcalde que ‘okupa’ propiedades ajenas. Carmelo Gómez, otro de los ángeles caídos de Monteseirín, se puso a asfaltar para parking una explanada particular  sin encomendarse ni al Registro de la Propiedad ni a Urbanismo cuando era delegado de la Macarena. Ya les conté lo de la zona verde en suelo ajeno inaugurada por Parques y Jardines. ¿Acaso Marchena no avaló con los fajos de billetes la ‘okupación’ de los terrenos por los chabolistas de Los Bermejales con el argumento de que gozaban de un derecho adquirido? Y Alfonso Mir, ¿no ‘okupó’ también la caseta de las limpiadoras en la Feria? La ‘okupación’ es una práctica inveterada del Consistorio de Monteseirín, convertido en sumatorio de ediles con vocación usurpatoria. Si un día el juez le preguntara a Fran quién diseñó los parkings sobre suelos privados, éste bien podría invocar a Fuenteovejuna: todo el Ayuntamiento a una.

Reversible

Obras Públicas dice nones a las alegaciones en pro de conectar  por Metro la Macarena con la Puerta de Jerez, con paradas en Alameda,  Plaza del Duque y Plaza Nueva, trayecto que parece ‘de cajón’ menos para Rosa Aguilar. Arguye el fichaje estrella de Griñán que fue una línea diseñada en los 70 y que lo que planificado entonces ya no vale, amén de que tendría que excavar un túnel a 50 metros de profundidad y que no está dispuesta a pasar bajo la Catedral. Curioso cuando menos, porque a -50 metros discurrirá la línea 2 proyectada por la Junta con el fin de salvar todo tipo de cimientos (ni siquiera los de Giralda tienen tal profundidad) y yacimientos arqueológicos. Y no se trataría de perforar bajo la Catedral (miren el túnel del AVE en Barcelona, pegado a la Sagrada Familia), sino de la Avenida,  horadada ya por la microtuneladora de Emasesa. Y si lo que se planificó hace 30 años no vale hoy, ¿cómo es que la Junta ha reutilizado los antiguos túneles para la línea 1? El argumentario de doña Rosa es perfectamente reversible: ella le da la vuelta según convenga.

De espaldas

La Audiencia se ha opuesto a la liberación de José Pardo, condenado por el caso de las facturas falsas, y a la sustitución de sus penas de cárcel por una multa o por trabajos comunitarios esgrimiendo su trayectoria delictiva, su peligrosidad y la falta de estímulos reinsertadotes. Con gran ojo clínico, el periodista subraya el hecho escandaloso de que una persona con cuatro condenas por coacciones, cohecho, hurto y conducción bajo la influencia del alcohol fuera escolta de Monteseirín en la campaña de 2003. Más escandaloso aún fue que, tras estallar el caso, el (sin) alcalde negara que conociera siquiera a Pardo, pese a que lo sacaron con él en la portada de un periódico en foto tomada, creo recordar, en un mitin en Bellavista. Allí Pardo hasta se enfrentó con taxistas cuando iban a tirarle huevos al alcalde. Reparen en la metáfora: el escolta se enfrentó a los huevazos de los taxistas y el (sin) no tuvo h…. de reconocer la condición de  Pardo, y luego se hizo el loco con José Antonio García. Alfredo siempre da la espalda a los que le guardan la suya propia.

Vino y se va entre escándalos

Marchena, el valido de Monteseirín, en su afán por controlar la prensa a golpe de billetes de la publicidad institucional y de patrocinios a través de las empresas municipales como camuflaje, sostenía la teoría de que cualquier titular crítico sobre Sevilla era un titular en contra de su jefe, aunque se hablara de Isla Mágica y no del Ayuntamiento, porque el alcalde –decía- era el máximo responsable de cuanto acaecía en la ciudad. He recordado la doctrina marchenera, aunque jamás la tragué (y no como otros) ni con billetes ni con ruedas de molino y aun a costa de perderlo todo menos la dignidad, al socaire del intento del PSOE de minimizar la condena del Supremo a un asesor y al escolta del alcalde por las facturas falsas. Cuando el PSOE dice que no hubo ninguna responsabilidad en el Consistorio, yo le remito a Marchena: el máximo responsable de todo es el alcalde. Ayer, Griñán decidió cargárselo por fin. Miguel Hernández llegó con tres heridas. Monteseirín se va tal como llegó (recuérdese su subida del sueldo), entre escándalos que dejan herida a Sevilla.

El marxismo de Monteseirín

Monteseirín dio un mitin en la agrupación socialista de la Macarena en el que, quizás rememorando la imagen de Miguel Hernández en ‘Vientos del pueblo’, instó a sus correligionarios a “crecerse en el castigo como los toros bravos”. El alcalde que sólo ha ganado unas elecciones y perdido dos y que ha gobernado siempre en coalición con un tercero, lanzó el mensaje casualmente coincidente con el de Griñán de que “somos invencibles, por mucho que el PP quiera sacar tajada de las dificultades económicas”. Según el alcalde, los socialistas deben desarrollar un trabajo de proximidad al ciudadano para así poder revalidad los resultados electorales de 1999, cuando él se hizo con la Alcaldía tras batir –dijo- a “la derecha reaccionaria y nacionalista que representaban Soledad Becerril y Alejandro Rojas Marcos”. Se le olvidó decir que justamente él había pactado con esa derecha reaccionaria para auparse a la Alcaldía de la mano de Rojas Marcos. Alfredo bien podría parafrasear a Groucho Marx: estos son mis principios, pero a la hora de lograr el Poder tengo otros.

Monteseirín se encomienda a la Virgen

Su propuesta de otorgar la medalla de Sevilla a la Esperanza de Triana coincide con la rebelión en el arrabal por la remodelación del tráfico


Con esta distinción son ya doce las otorgadas desde el Ayuntamiento a otras tantas Vírgenes en sus 10 años de mandato

Monteseirín tiene por costumbre agarrarse a la cuestión religiosa cada vez que tiene un problema o necesita congraciarse con determinados sectores o barrios de la ciudad. Así, por ejemplo, estiró la polémica sobre la ampliación de las sillas de la Carrera Oficial al entorno del Archivo de Indias en paralelo al desarrollo del escándalo de las facturas falsas.

Ahora, el mismo día en que Torrijos se reunía con los grupos políticos municipales para proponerles un pacto por Mercasevilla, el alcalde, presidente a su vez de la empresa pública investigada por la Justicia por el presunto pago de comisiones y supuesta venta fraudulenta de los terrenos al grupo Sando, se fue a visitar las obras de ampliación de la capilla de los Marineros para anunciar la concesión de la medalla de oro de Sevilla a la Esperanza de Triana. Mataba así dos pájaros de un tiro: evitar hablar de Mercasevilla y congraciarse con el arrabal, sublevado en los últimos meses por la polémica reordenación viaria de San Jacinto y su entorno.

Monteseirín puede pasar a la historia como el alcalde socialista que más réplicas de la medalla de la ciudad ha concedido a vírgenes durante su mandato, ya que la de la Esperanza de Triana sería la duodécima en sus diez años. De esta cifra, tres distinciones han sido para imágenes de hermandades de gloria y el resto para imágenes de hermandades de penitencia.

La hermandad de la Esperanza de Triana solicitó la medalla de oro en 1984, con motivo de la coronación canónica, pero el Ayuntamiento presidido entonces por un correligionario de Monteseirín, el socialista Manuel Del Valle, sólo le otorgó una réplica, la misma que poseen las vírgenes del mandato del actual alcalde, con el argumento de que el año antes el Consistorio concedió la medalla de oro al Consejo General de Hermandades y Cofradías como representante de todas las corporaciones cofradieras de la ciudad. Además, el nuevo Reglamento Municipal de Honores y Distinciones limitaba la concesión de la medalla a personas físicas y jurídicas, no a imágenes.

Ahora, sin que haya trascendido previamente una nueva demanda en tal sentido por la hermandad de la Esperanza, Monteseirín se descuelga con el anuncio de otorgar no una réplica, que ya tiene la Virgen trianera, sino una medalla de oro original, con lo que la sagrada imagen estaría en pie de igualdad con las únicas tres que ya poseen esa misma distinción de superior categoría: la Virgen de los Reyes, en su calidad de patrona de la ciudad, la Esperanza Macarena y el Gran Poder.

De prosperar su iniciativa política, Monteseirín se daría un baño de multitudes entre los trianeros, ya que la Esperanza saldría en procesión extraordinaria bajo palio para recibir de manos del alcalde la medalla a las puertas del ayuntamiento y el alcalde sellaría así la paz con el arrabal, escenario de manifestaciones y de una fuerte contestación popular en los últimos meses con motivo de la reordenación viaria a raíz del carril-bici y de la peatonalización de San Jacinto.

Tradición y modernidad

Monteseirín contrapone constantemente en sus discursos dos Sevillas: la supuestamente moderna, que él representaría, frente a la tradicional, en la que él coloca a cualquiera que muestre su descontento con alguna de sus decisiones políticas. En su última intervención pública, durante la presentación del libro sobre los 30 años de Democracia municipal, el alcalde volvió a atacar a “los involucionistas de siempre”, de los que dijo que “critican las mismas cosas de siempre y que ya criticaban que se quitaran los coches de la Plaza de San Francisco hace 30 años”.

Curiosamente, sin embargo, Monteseirín se cuida mucho de considerar a las cofradías y cuanto representan como parte de la Sevilla tradicional, rancia y anclada en el pasado, a pesar de la ideología laicista del PSOE y de su decisión de apoyar la retirada de los crucifijos de los espacios públicos.

El Obispado de Jaén pedía recientemente a los alcalde del PSOE que no encabecen las procesiones, ya que constituye un síntoma de esquizofrenia política ordenar la retirada de los crucifijos y después preceder a Cristo crucificado en los itinerarios de la Pasión, y ponía como ejemplo de coherencia a los políticos de IU, que como no son creyentes optan por no asistir a estas expresiones de fe. El Obispado jiennense también subrayaba el argumento “torticero” que suelen utilizar los alcaldes socialistas cuando dicen que las procesiones son “una tradición” popular y en cuanto tales despojadas de sentido religioso.

En esta línea, Monteseirín no ha dejado de participar en los cortejos procesionales de la Hiniesta, San Roque o el Santo Entierro, a pesar de su discurso laicista, lo que se ha venido en denominar “la vara laica del alcalde”. También  ha querido conciliar muchas veces la doctrina ideológica que marca su partido desde Madrid con su participación en los actos cofradieros.

Autocensura

Un discurso entre modernidad y tradición que ha chirriado en varias ocasiones, como ocurrió en el acto de imposición de la medalla a la Virgen de Rosario de Montesión, en 2004, recién llegado Zapatero a la Moncloa. En aquella ocasión definió  las cofradías como “una muestra de sentimiento popular”, y obvió pronunciar  la palabra “fe” que estaba recogida en el texto original que debía leer y la cambió por el término “emociones”. Así pues, el alcalde considera las cofradías y las procesiones no como una expresión de religiosidad, sino como un asunto meramente emotivo y estético, con lo cual salva sus propias contradicciones.

Monteseirín no ha tenido empacho alguno en dar un mitin en un acto cofradiero, como hizo en el año 2007 en el Teatro Lope de Vega durante la entrega de premios de El Llamador, programa de Canal Sur Radio. En aquel entonces equiparó la peatonalización de la Avenida y la reimplantación del tranvía con la restauración del Gran Poder, a cuyos artífices, los hermanos Cruz Solís, se les entregaba el galardón del programa radiofónico.

El alcalde llegó a ser abucheado por los asistentes por la utilización política de la tribuna de oradores, abucheado aunque ‘ma non troppo’, habida cuenta de las generosas subvenciones que concede a las cofradías dentro de la política de acercamiento que el periodista Carlos Navarro ha definido como “el urbanismo morado” y merced a la cual la Delegación de Urbanismo ha contado con un fondo de 500.000 euros para atender las peticiones de dinero de las hermandades.


LAS DOCE VIRGENES DEL ALCALDE

Estas son las Vírgenes a las que Monteseirín ha concedido la réplica de la medalla de la ciudad durante su mandato:

–         La Estrella (año 1999)

–         Mercedes de la Puerta Real (2000)

–         Pura y Limpia del Postigo (2201)

–         Virgen de los Dolores del Cerro (2002)

–         Valle (2002)

–         Montesión (2004)

–         Pastora de Capuchinos (2005)

–         Virgen de la Palma de la Hermandad del Buen Fin (2005)

–         Trinidad (2006)

–         La O (2007)

–         Virgen de la Caridad del Baratillo (2009)

–         La Esperanza de Triana (Medalla de oro original. Propuesta en 2009).

Solo ante el peligro

La juez del caso Mercasevilla ha imputado a Domingo Enrique Castaño. Como todos nos conocemos y Castaño ha llegado a donde ha llegado de la mano de quien vino,  la prensa tituló que han imputado a un ex asesor del alcalde. Maribel Montaño, conocida en los medios como la “portacoz”, salió al quite para decir que Castaño técnicamente no era asesor de Monteseirín, sino del Grupo Socialista. Osea, que extendió la tinta sobre lo único que aún funciona: la marca PSOE. Podría haber argüido la presunción de inocencia o que se hará justicia caiga quien caiga, pero no, contra todas las evidencias y el testimonio del propio Mellet sobre el nexo entre ambos, ha querido desvincular al alcalde de su mano izquierda (la derecha se supone que es Marchena). Hay precedentes. ¿Recuerdan cuando Monteseirín dio la espalda a José Antonio García tras su imputación en el caso Macarena como si fuera un apestado?   A Castaño lo van a dejar solo ante el peligro, como a García, en aplicación de un principio básico del ajedrez: sacrificar cualquier pieza con tal de que no caiga el rey.