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La mariscada

Torrijos trata de desactivar el efecto de la foto de su pantagruélica mariscada en Bruselas con la tesis de que “tanto si se pagó con dinero público como si no, no se puede criminalizar una actividad normal, propia de un representante público”. Sus palabras denotan su concepción de la política: lo normal es que los  cargos públicos se coman mariscadas de mil euros a costa del contribuyente en cuanto que la factura, presuntamente, corría a cuenta de Mercasevilla, empresa municipal. ¿Habría encargado Torrijos una mariscada de mil euros si la hubiera tenido que pagar de su bolsillo? Probablemente, no. Lo que no habría hecho en su vida privada no tiene empacho de hacerlo en la vida pública. Y con la agravante de que dice representar al partido de la ‘famélica legión’ o/y ‘los esclavos sin pan’y a una empresa con 4 millones de euros de pérdidas, y en una situación (2008) de crisis que deja a 75.000 sevillanos en el paro. La foto de la mariscada es, en el fondo, un retrato moral de Torrijos, un político que ha perdido la credibilidad y su discurso de izquierda.

Operación acordeón

Mercasevilla está en la ruina y recurre a una ‘operación acordeón’: reducir su capital a cero y luego ampliarlo. Dicen las crónicas que el consejero apoderado, Alfonso Mir, “no acertó a explicar en qué consistía la ‘operación acordeón’, para lo cual recurrió al nuevo director gerente, Juan Carlos Recio, que tampoco acertó a explicarlo”. Los gestores de Monteseirín en las empresas municipales no saben ni lo que aprobaron cinco minutos antes ni lo que se traen entre manos. ¡Así le va a Sevilla! Pero como una de las obras de caridad es enseñar al que no sabe, debería ilustrar a Mir con una metáfora inteligible para él. Mira, Alfonso: la ‘operación acordeón’ es como si por Nochebuena Mercasevilla te regalara una cesta repleta de mariscos. Llegaría el momento en que -tras haberte comido los langostinos, bocas, nécoras, gambas y etc- la cesta  se quedaría a cero, pero a la siguiente Navidad Merca te enviaría otro canastón y así ampliarías tu capital de marisco. Y si aún no lo has comprendido, vete a Emasesa: seguro que Marchena te lo sabe explicar mejor que yo.

Presuntos implicados

El secretario municipal pide que se depuren eventuales responsabilidades por el desvío en 38,4 millones en las ‘setas’ de la Encarnación y por que se ocultó  desde mayo de 2007 que eran inviables. El gerente de Urbanismo dice que quizás, pero cuando se acabe  el Parasol. Osea, ‘ad calendas graecas’: para entonces, los responsables podrían estar en Brasil (bueno, alguno ya está) o fuera del Ayuntamiento proclamando ‘que me quiten lo bailao’. ¿Busca el secretario presuntos responsables? Demosle pistas. Estaba en la Gerencia de Urbanismo en la fecha de autos. Diseñó el plan financiero, ése cuya desviación va ya por 38 millones reconocidos. Está entre los que más dinero ganan  en todo el Ayuntamiento. Le organiza excursiones por un tubo al alcalde. Es un sibarita del marisco y le encanta que lo inviten con unas pinceladas al centro, hasta el punto de que se le atribuye esta frase: “En los últimos años no he comido nunca en mi casa, pero es que ya ni ceno’. Y en el PSOE lo conocen por el nombre en clave de ‘Mortadelo’. Blanco y en botella, señor secretario.

Desembarco en Nervión

Manuel Marchena fue visto hace unos días en Utrera con un tal Jiménez (no el exentrenador de Arahal, sino otro que alardeaba de ir de blanco y rojo por la vida), algunos directivos del Sevilla F. C. y el presidente José María Del Nido. La cuestión no tendría nada de extraño, dado que el valido del alcalde es un furibundo hincha palangana al igual que Torrijos y gran aficionado a las pinceladas de mariscos al centro, pero parece que la reunión secreta era de más altos vuelos. En la hipótesis  de que Del Nido tuviera problemas judiciales en Marbella con el ‘caso minutas’, los conmilitones habrían abordado la posibilidad de que las acciones del grupo al que representa fueran pignoradas en favor de una sociedad a la que se vincularía Marchena que, atención a la jugada, no descartaría optar a la presidencia del club. Si a esto se une la decisión del Sevilla F. C. de activar su canal de televisión digital cuanto antes, esto huele a los preparativos para un desembarco de hombres de Monteseirín  en la entidad de Nervión. Y la paradoja es que Alfredo es del Betis.

La metamorfosis de Torrijos

Con la verborrea salpicada de demagogia que le caracteriza cuando le interesa, Torrijos insiste en el ‘Pacto por Mercasevilla’ para que recupere su imagen corporativa “deteriorada por ser centro de un debate partidario”. No te confundas ni trates de confundirnos, Antonio. El debate político y democrático es la lógica consecuencia, que no la causa, tras el deterioro de esa imagen corporativa, motivado por las comisiones ilegales, la presunta venta fraudulenta del terreno con un menoscabo de miles de millones de las antiguas pesetas y demás cuentas de un rosario de escándalos, como el reparto de las cestas con 23 kilos de mariscos por Navidad. Giovanni Agnelli, el patrón de la Fiat, decía que el peatón que se sube a un coche ya no piensa como peatón, sino como conductor. El discurso de Torrijos obedece a esa misma metamorfosis: la que sufren quienes cuando estaban en la Oposición exigían “luz y taquígrafos” a las primeras de cambio y ahora, en cuanto se suben al coche oficial, piden pactos de silencio escudándose en “la responsabilidad institucional”.