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El Pabellón de la Navegación libera suelo para conectar Triana con San Jerónimo

OBSTÁCULO

La valla que corta el acceso a la orilla de la dársena del Guadalquivir será retranqueada
CESIÓN

Epagsa cede para espacio público de la ciudad la franja colindante con la lámina de agua

PUENTE

Ratificación expresa de que no se financiará el puente entre Torneo y la Cartuja

 

La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla y Epagsa, la sociedad pública de la Junta de Andalucía heredera de Agesa como gestora de los activos de la Expo en la isla de la Cartuja, han firmado un acuerdo en virtud del cual la segunda accede a retranquear la valla del Pabellón de la Navegación y a ceder a la ciudad la franja de suelo así liberada para poder conectar Triana con el parque de San Jerónimo de forma ininterrumpida a lo largo de la margen derecha de la dársena del Guadalquivir.

El acuerdo entre la Empresa Pública de Gestión de Activos (Epagsa) de la Junta de Andalucía como heredera y continuadora de la Sociedad Estatal de Gestión de Activos de la Expo-92 (Agesa) se materializará mediante una nueva Adenda al convenio firmado también con Puerto Triana el 16 de marzo de 2005, en particular en lo relativo a la financiación y ejecución de las obras de reurbanización del sistema general de espacios libres de dominio y uso públicos de ribera, así como de las obras de reurbanización del tramo viario del Camino de los Descubrimientos. En esta segunda Adenda al convenio ha intervenido también el representante de la Entidad Urbanística de Conservación de la isla de la Cartuja.

En aquel acuerdo de hace doce años se autorizó a la Gerencia de Urbanismo a que los 4.839.928 euros aportados por Agesa pudieran ser utilizados para la ejecución de cualquier solución que mejorara la movilidad en el entorno. Este punto se ratifica ahora en el nuevo acuerdo, pero con la expresa excepción de que el dinero no se dedicará a financiar el puente de tráfico rodado y peatonal Cartuja-Torneo, previsto en una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) al haber desistido el Ayuntamiento de su realización mediante acuerdo de fecha 25 de septiembre de 2016.

La empresa pública de la Junta, Epagsa, se compromete a retranquear a su costa en el plazo máximo de un mes a partir de la concesión de la licencia la valla del Pabellón de la Navegación y a ceder de manera libre y gratuita a la ciudad una superficie aproximada de 404,30 m2 de su parcela registral, con el fin de que se mejore el espacio libre público circundante y el particular el libre tránsito peatonal por el paseo de ribera.

Por su parte, la Gerencia Municipal de Urbanismo se compromete a acondicionar el vial del Camino de los Descubrimientos que permita la conexión puntual entre el Sur del Pabellón de la Navegación y el nuevo Parque de Magallanes, con lo que habrá un itinerario peatonal sin interrupción desde Triana hasta el parque de San Jerónimo.

Asimismo, la Gerencia de Urbanismo autorizará la concesión de permisos y licencias para el vado o reserva de espacio para uso exclusivo (carga y descarga) de autobuses de visitantes del Pabellón de la Navegación en el carril más próximo y a la reserva de espacio para autobuses de visitantes dentro del espacio dedicado a aparcamiento de vehículos en general en la Avenida Camino de los Descubrimientos, frente al pabellón.

Sevilla puede dejar atrás a Berlín

Aunque en el último Pleno Zoido dio otro de sus típicos bandazos, similar al que protagonizó con la torre Pelli (de detractor a defensor) y se sumó al PSOE e IU para, en línea con la Junta, exigirle a La Caixa que reconsidere su decisión de trasladar el Caixafórum al rascacielos de la Cartuja y lo mantenga en las Atarazanas, en el fondo el alcalde no cree que la entidad catalana, con la que confiesa tener hilo directo, dé su brazo a torcer.
Por éso, en previsión de que las ‘cumbres’ que por separado mantendrán con La Caixa el próximo miércoles tanto la Consejería de Cultura como el propio Ayuntamiento acaben en sendos fracasos, el alcalde ya ha anticipado que su alternativa para los antiguos astilleros medievales sería un museo de América o un museo de la Navegación.

LA TORRE DEL ORO

Quizás muchos sevillanos no sepan que la Torre del Oro es un museo naval, acorde con su historia como torreón adelantado de las murallas del Alcázar, para la defensa tanto del conjunto palaciego como del puerto y del puente de barcas en la Sevilla islámica.
Cuatro meses antes de que estallara la guerra civil, el Ministerio de Marina  acordó su conversión en un Museo Marítimo que, por las vicisitudes del conflicto bélico y las penurias de la posguerra, no pudo abrirse hasta  1944, en un acto que inspiró a Julio Guillén, secretario perpetuo de la Real Academia de la Historia, estas palabras: “La Torre del Oro, el rasgo más característico de Sevilla, ha dejado de ser una caracola vacía y abandonada junto al río; y este museo que inauguramos, pequeño y modesto en dimensiones materiales, le dará nuevas sonoridades”.
Aunque relativamente pequeño, la suma de estancias permite una superficie expositiva de unos 600 m2, y en verdad aquí se cumple el tópico del marco incomparable, tanto por la originalidad y belleza de la torre como por su ubicación al borde del Guadalquivir. Cartas náuticas, brújulas, mascarones de proa, maquetas de barcos y otros fondos dan vida a este museo naval desde hace 68 años, aunque Sevilla no sea muy consciente de su existencia.

LA EXPO-92

Cuando la XCIII Asamblea de la Oficina Internacional de Exposiciones acordó el 15 de junio de 1983 adjudicar a Sevilla (de forma compartida con Chicago, aunque luego la ciudad americana renunció) la organización de la Exposición Universal de 1992, las Administraciones Públicas epañolas tuvieron nueve años por delante para haber decidido rehabilitar las Atarazanas y convertirlas en el museo/pabellón de la Navegación de la Muestra como reclamo, además, de la ciudad para los visitantes que se concentrarían en el recinto de la isla de la Cartuja.
Sin embargo, se acordó construir un pabellón de la Navegación de nueva planta también al borde del río y obra, casualmente, del mismo arquitecto redactor del controvertido proyecto del Caixafórum en las Atarazanas: Guillermo Vázquez Consuegra.
Por su forma de quilla de barco invertida y la profusa utilización de madera, con grandes vigas curvadas de este noble material natural, el pabellón de la Navegación de la Expo-92 remitía y remite automáticamente al espectador al mundo marítimo, al margen de los contenidos expositivos que albergó durante la Muestra.

DISEÑO ‘AD HOC’

Calificado como ‘el pabellón 10’ de la Exposición, fue uno de los de mayor éxito, ya que recibió 2.122.461 visitas en los 180 días que duró el evento. El presupuesto inicial de construcción sólo del edificio fue el equivalente a 9,3 millones de euros de hoy, cifra que con las típicas actualizaciones, mejoras y demás y con la adición de contenidos se habría triplicado o incluso cuadruplicado finalmente.
La superficie de la parcela supera los 14.000 m2, el doble que la planta de las Atarazanas; la superficie construida  es superior a 16.000 m2, con una altura máxima de 20 metros, y dispone de una zona sólo para exposiciones de 7.600 m2, al margen de los amplios talleres, almacenes, oficinas e instalaciones. Es, pues, un edificio con prestaciones para museo de la Navegación muy superiores a las que ‘a priori’ pudieran obtenerse de la adaptación de las Atarazanas, aunque, obviamente, sin su valor histórico y su entorno monumental.
Y un dato muy significativo para el tema que nos ocupa: según el Colegio de Arquitectos, Vázquez Consuegra definió el edificio en la memoria del proyecto como “flexible en su espacialidad”, pensando en su transformación cuando acabara la Expo en el futuro Museo Marítimo de Sevilla.

INVERSIÓN EN PLENA CRISIS

Como se recordará, Agesa ha invertido en plena crisis económica más de 11 millones de euros en remodelar el pabellón, bajo la dirección del propio Vázquez Consuegra, y en dotarlo de nuevos contenidos, que han sido realizados por la multipremiada empresa sevillana GPD, la misma que le ha diseñado a Zoido los ‘mappings’ o proyecciones tridimensionales navideñas sobre la fachada de las Casas Consistoriales. El pabellón modernizado se reabrió el pasado 2 de enero, en este año del XX aniversario de la Expo.
Así pues, Sevilla tiene dos museos navales, marítimos, de la navegación o como queramos llamarlos, uno desde hace 66 años en la Torre del Oro, y otro desde hace 20 en la Cartuja y en el que, en dos fases, se han podido invertir entre 30 y 40 millones de euros.
Y, sin embargo, Zoido propone ahora un tercer museo de la Navegación en las Atarazanas. Hasta ahora sólo se conocían casos de museos duplicados sobre la misma temática en Berlín, por aquello de la división de la ciudad tras la II Guerra Mundial, pero podemos acabar superando a la capital alemana con tres Museos de la Navegación…… además de con tres estadios para tan sólo dos equipos de fútbol.
Y es que Sevilla es un caso especial.