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El bouquinista

bouquinistaAl contrario que su homónimo de ficción creado por Ariosto, Orlando Rivera es un pacífico exiliado cubano que, por azares de la vida, ha acabado como librero ambulante en los Jardines de Murillo. Mientras que a Juan Ramón Aguedilla le mandaba moras y claveles, a Orlando los viejos le regalan libros de eso mismo, para que los venda y se gane unos eurillos, cuando no es él quien los salva de la basura, los recicla y los expone a la curiosidad de jueces, universitarios y transeúntes. El otro día, los polis de Mir, esos que no veían nada raro en los mercadillos bajo la  influencia de Torrijos, le requisaron su inocente mercancía de segunda mano y ahora le exigen 85 euros, en concepto de multa, por  recuperarla. Cuando Neruda estaba postrado en Isla Negra y llegaron los golpistas de Pinochet en busca de armas, el nobel les dijo que debajo de su cama tenía una bomba muy peligrosa: obras de poesía. Los guindillas de Monteseirín, en plan Fahrenheit 451, piensan eso mismo de todos los libros. En la ciudad de las personas no hay, como en París, lugar para el bouquinista.

Pastores

VieraReunión de pastores, oveja muerta. Muy mal tiene que estar la cosa ésta de los EREs con su sarta de falsos prejubilados para que a la llamada de Viera se congregaran en el PSOE vieristas y críticos. Dicen que hasta su enemigo íntimo, el (sin) alcalde, se dio una vuelta por la asamblea para hacer el paripé solidario, aunque con lo vengativo que es  seguro que fue a ver con sus propios ojos que sus peones de antaño, Celis y Demetrio, estaban en primera fila, de cara al 22-M. Si, según Enrique IV, París bien valía una misa, para Celis y Demetrio, reversibles del sector crítico, Viera bien vale ir en la lista. Tanta gente arropando al secretario general en plan prietas las filas no transmitía una imagen de fortaleza, sino de debilidad. En la Naturaleza sólo se amparan en la manada las hembras, los inmaduros, los enfermos y quienes van camino del cementerio de elefantes, no los machos alfa que se valen por ellos mismos. Pero seguro que Viera no ha leído a Ibsen, el cual dejó escrito en ‘Un enemigo del pueblo’ que el hombre más fuerte del mundo es el que está solo.

El ‘puente’ de Alfredo

Zapatero, al igual que en Brasil, ha vuelto a dejar en evidencia al (sin) alcalde de Sevilla, que pese a la que está cayendo en España se larga de ‘puente’ a Argentina a costa del contribuyente con una coartada de película y, de paso, huye de la ola de frío polar y del temporal, porque allí es verano austral y hace calorcito. Vamos, que Alfredo hasta puede poner en la maleta el traje de baño y la toalla de playa, mientras que aquí 70.000 sevillanos en paro tiritan de frío y para llegar a fin de mes. En contraste, ZP ha cancelado su viaje oficial a la Cumbre Iberoamericana de Argentina, para quedarse y abordar las nuevas medidas ante la delicada situación económica del país. Si Humphrey Bogart dijo en ‘Casablanca’ aquello de “siempre nos quedará París”, ZP también podría decir que siempre le queda Monteseirín para que viaje al extranjero en su lugar y proclame lo mismo que cuando fue de gañote al Mundial de Suráfrica: “He venido en representación de quienes no han podido hacerlo por la crisis”. A alcalde que huye, Río de la Plata. No llores por él, Sevilla.

La otra Ronda

Torrijos ha programado para los domingos a partir de ahora (dos al mes, en principio) el cierre de 4,5 kilómetros de la Ronda histórica para, inspirándose en Bogotá hace 30 años, organizar marchas en bicicleta, exhibiciones de patinaje, actuaciones de malabaristas y piratas, cuentacuentos, pasacalles y otras actividades lúdicas y deportivas.

Según Torrijos, este corte no generará molestias (serán sus usuarios y los vecinos quienes lo dirán con más propiedad, pacificará el tráfico y reducirá la contaminación (no, porque a la postre aquél se desviará por otros sitios) y hará más amable la ciudad (relativamente, ya que será más irritable aquella parte de la urbe que sufra la descongestión parcial de la Ronda).

En suma, ésta es la proclama de Torrijos: “Hay que fomentar una nueva cultura de ocupación y aprovechamiento de los espacios públicos”.

LA ALTERNATIVA

¿Por qué imitar a Bogotá, cortar la Ronda, pagar más horas extra a la Policía para que vigile a los conductores despistados, crear problemas a la circulación de autobuses y coches y usar tan sólo 4,5 kilómetros y únicamente dos días al mes, cuando Sevilla tiene una alternativa  que no tiene Bogotá? Tiene otra Ronda hasta ocho veces más larga y que podría aprovecharse los 365 días del año.

Esa Ronda son las márgenes del Guadalquivir, pues sólo desde San Jerónimo hasta el puente de las Delicias por la margen izquierda y desde el Alamillo hasta la Feria por la derecha hay al menos 8 kilómetros de riberas urbanizadas y semiurbanizadas con escasísimo aprovechamiento por parte de los sevillanos.

Esos 8 kilómetros en cada ribera suman 16, y si reparamos en que hay dos niveles, el superior (Vg.- el Paseo Alcalde Marqués del Contadero), y el inferior (Vg.- el Muelle de la Sal), al final Sevilla podría gozar de un circuito de muchos más kilómetros donde albergar y desarrollar todo tipo de actividades, sin afecciones al resto de la ciudad.

POSIBILIDADES

Al borde del río se podrían haber reutilizado, tal como preconizó García Camarasa, jardinero mayor de la Expo, los 8 kilómetros de pérgolas que maravillaron al mundo por su original simplicidad, belleza floral y eficacia en la Muestra y que proyectaban 50.000 m2 de sombra. Otros 30.000 m2 se consiguieron mediante cubiertas y toldos, un método barato e igual de eficaz que también podría haberse imitado junto al Guadalquivir. Sin embargo, la falta de imaginación y desidia de las Administraciones es tal, que las pérgolas que aún no han sido saqueadas por los vándalos para venderlas como chatarra, siguen tiradas en los terrenos inundables de la Cartuja.

Las orillas del Guadalquivir podrían ser un atractivo de primer orden para nativos y turistas con puestos permanentes de artesanía y comida típica como los que tiene Roma junto al río Tíber, desde el castillo de Sant Angelo a la isla Tiberina. O con ‘bouquinistes’ (pequeños puestos de libros de ocasión y souvenirs) como los de París en muelles del Sena y que incipientemente aparecen en el Prado de San Sebastián. El borde de nuestro río podría acoger hasta piscinas y playas fluviales, tantas veces prometidas antes de  cada elección municipal y nunca realizadas, pese a que es posible verlas en otras capitales centroeuropeas sin el tórrido calor de Sevilla.

PEOR QUE ANTES

La recuperación de las orillas sigue siendo la asignatura pendiente de la ciudad. Lo ha dicho hasta el arquitecto sevillano Vázquez Consuegra, premio de la Arquitectura Española 2005 por haber reordenado para los habitantes de Vigo dos kilómetros de borde marítimo. Sevilla tiene esta asignatura pendiente pese a que en el PGOU figuraba la devolución a los sevillanos de la margen derecha del Guadalquivir, ocupada por bares, restaurantes y clubes privados y que según el redactor del Plan, Fustegueras, debe ser  tan importante para la ciudad como la playa de la Victoria para Cádiz.

¿Qué ha hecho, sin embargo,  el Gobierno de progreso PSOE-IU/ Monteseirín-Torrijos? Tal como describe el profesor Leandro del Moral en su informe sobre la ría del Guadalquivir, “la realidad está dominada por el mantenimiento de las instalaciones privadas. La enajenación por el Estado de parte de los suelos de los concesionarios privados situados en la ribera de la calle Betis –añade- resucitó la vieja disputa patrimonial entre la administración central y el ayuntamiento. La postergación del desmantelamiento de la comisaría y de las actividades hosteleras, que incluso se han incrementado (erección del restaurante Abades, por ejemplo) han constituido nuevos golpes a la promesa de liberación de la ribera de la calle Betis. Se descarta o posterga el traslado de los clubes deportivos y se crea un pacto de silencio en torno a la Fábrica de Tabacos….La única operación positiva realizada, aguas arriba de esta zona, es la conversión en transitable del paseo de la O (entre los puentes de Triana y Chapina). Más al sur, el único punto que se ha cumplido es el desmantelamiento, posiblemente innecesario, y posterior traslado, seguramente infausto, del puente de Alfonso XIII”.

Y como el Ayuntamiento que se proclama de izquierdas no se atreve a tocar  los intereses privados en suelo público de la margen derecha, pese a lo que preveía el PGOU, ofrece ahora el sucedáneo de construir ¡una pasarela flotante sobre el agua! Mientras organiza pasacalles y paseos en bici por la Ronda, Torrijos huye de fomentar en la orilla de Triana y Los Remedios esa cultura de ocupación y aprovechamiento de los espacios públicos que predica. Torrijos sólo dispara con balas de fogueo.

El caballo de Troya

Las gacetas cuentan que Celis deja entrever que con su conversión al vierismo  no ha apostatado de Monteseirín y que se trata de una jugada táctica consensuada con aquél. ¡Y yo pensando que Celis había sabido cambiar de caballo en mitad de carrera para dejar plantado a Alfredo al proclamar  su fidelidad al Papa de Roma, papel encarnado por Viera, en vez de a la reforma luterana que quería representar Monteseirín! También creía que, igual que para Enrique IV París bien valía una misa, para Celis la perspectiva de un cambio en el Gobierno autonómico, una vez dada por perdida la Alcaldía, bien valía reeditar la parábola del hijo pródigo con su vuelta al redil de la ortodoxia socialista. Pero, ¿y si Celis es un agente doble? ¿O incluso un triple agente? Ya en diciembre demostró su afición a las historias de espías al calificar de “política-ficción propia de las novelas de Assimov y Le Carré la posible renuncia de Monteseirín”. Si vuelve a nadar entre dos aguas, lo peor que puede pasarle es que críticos y oficialistas lo consideren ahora un caballo de Troya.

La comuna de Sevilla

Del Valle aplicó al Ayuntamiento el principio ecológico del nicho vacío: toda especie tiende a ocupar el espacio que otras dejan libre. Razonaba el exalcalde de la triste figura que si Torrijos tiene más protagonismo que el que le corresponde por sus concejales es porque Monteseirín se ha dejado comer el terreno. Zoido también aprendió ecología con Fuco García Novo y tiende a llenar con sus acciones de guerrilla el vacío municipal. Como  cuando anunció la reposición del banco de Bellavista, se fue con pico y pala a las chabolas del Vacie o se comprometió a darle una mano de pintura al colegio Nuevo Tussam, aunque la que necesita no una mano, sino todas las manos del poema de Nicolás Guillén, sea la propia Tussam. Ahora, los residentes de Arjona, hartos de ser ninguneados desde hace cinco años, cogerán ellos mismos el palustre para arreglar los baches y las aceras. Si los vecinos se autogestionan (perdón por la redundancia) su propia calle ante el vacío de atención municipal, ¿para qué sirve el Ayuntamiento? Esto es la comuna de París, pero a la sevillana.