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El traslado de Isla Mágica

Primer Acto: En un curso de verano, el director técnico de Cartuja-93, José Mª Benjumea, cuenta que Isla Mágica sigue perdiendo dinero; que caerá cuando alguien diga que no puede mantenerla y que C-93 fue a California a promocionarla y “vendió una escoba”; y augura que “acabará desmantelándose y convirtiendo (se) el borde del lago en un área residencial”.

Segundo Acto: El presidente de Cartuja-93 (C-93), Isaías Pérez Saldaña, declara: “Ojalá el Parque Temático se hubiera abierto en otro lugar”. Y añade: “No es tan difícil si en el futuro se desarrolla en la ciudad un espacio verde más acorde. Sería un buen espacio para la Ciudad de la Imagen o alojamiento para investigadores y estudiantes, que no es lo mismo que viviendas”.

Tercer Acto: El director de Isla Mágica, Antonio Peláez, critica las palabras “poco reflexivas” de Benjumea tras aludir a los “600 empleos que genera el Parque”. Según Peláez, “no se puede frivolizar y decir que nos vayamos a un terreno virgen en Camas. Hay que apoyar este proyecto para que se consolide. Ahora es necesaria la actividad económica, y el Parque cada año trae más turistas a Sevilla. Que se lo pregunten a los hoteleros. ¿Qué pasaría con los 100 millones invertidos?”.

Cuarto Acto: Monteseirín rechaza el traslado y trata de justificar a Pérez Saldaña: “Cartuja quiere que se sepa que necesita aumentar el espacio y que, en crisis, hay muchas empresas llamando a su puerta. La ubicación de Isla Mágica es una ventaja porque el beneficio que genera recae en la ciudad: en hoteles, restaurantes…..

Quinto Acto: Peláez sostiene que Isla Mágica está “consolidado por el PGOU, que lo califica como ‘área de ocio temático”. “No tiene sentido –añade- cuestionar la idoneidad de este negocio en su actual ubicación”.

Sexto Acto: Saldaña publica un artículo para retractarse y alinearse con Isla Mágica y el Ayuntamiento. Habla del Parque en términos como: realidad consolidada; 13 millones de visitas; más de 600 empleos directos; proyecto de ajustado beneficio….

Primer Apunte: Entre los falsos mitos de Isla Mágica figura el de los 600 empleos. Tiene una estructura fija de unas 30 personas. Después mantiene unos 250 fijos-discontinuos: trabajan sólo cuando se abre el recinto y cobran el paro en los meses de inactividad. Hay un tercer nivel, de unas 100 personas, sin obligación alguna de emplear. Sólo se las llama en temporada alta si es necesario.

Otro falso mito es el del ajustado beneficio económico. Pero, ¡hombre, Isaías, si Isla Mágica ha sido una ruina toda la vida! Ni siquiera tras las generosas condonaciones de deuda por los accionistas primigenios, vista gorda en el impago de impuestos y cánones a la propia C-93 y un rosario de historias contra viento y marea para que no cerrara sus puertas su balance es positivo. En el último ejercicio  registró pérdidas de 3,3 millones de euros, 847.265 visitas (caída del 6%)  e ingresos de 17 millones de euros (un 9% menos).

Dice Peláez que hay que apoyarlo para que se consolide. ¿Más todavía? ¿Cuánto tiempo necesita para consolidarse desde 1993 como ‘el Parque de los Descubrimientos’ y desde 1997 como Isla Mágica? ¿Otros 17 años?

No se invirtieron 100 millones de euros, sino supuestamente 73,5 millones, cifra en que se incluyó la capitalización de las pérdidas de Partecsa.

Los 13 millones de visitas en 13 años equivalen a las de Eurodisney  en uno solo. Nuestras cifras no suben por el agotamiento de la oferta y esconden las 200.000 menores que entran gratis, los recurrentes de los pases de temporada (unas 140.000), las de escolares…..

Si Isla Mágica es tan rentable para los hoteleros, ¿por qué jamás ninguna cadena se hizo accionista? No nos engañemos: se trata de un parque doméstico (40% Sevilla; 40% Andalucía; 10% España; 10% Portugal) y que por su reducido tamaño puede verse en un día (para Eurodisney, a más de 30 Kms de París y con hoteles propios para pernoctar, se necesitan al menos tres jornadas) en viaje de ida-vuelta desde Portugal, Costa del Sol y buena parte de la Península.

El Parque está consolidado por el PGOU y no se puede cambiar. ¿Que no? ¿Quién si no el mismísimo alcalde dijo en referencia a Isla Mágica que él estaba dispuesto a “ajustes” del Plan General con tal de crear empleo en la crisis?

Segundo Apunte: El traslado (que no desaparición, ojo) de Isla Mágica a otro suelo menos constreñido, con más comodidades (parking, hoteles, restauración….) y una oferta renovada que permitiera su relanzamiento estaría más que justificado si el uso alternativo del espacio que ocupa (27 Has. y 119.000 m2 edificables) generara más riqueza y empleo a la ciudad.

Ese suelo debería destinarse al Parque Tecnológico, donde en el último año y pese a la crisis se crearon 626 empleos de alta cualificación, más que todos los que dice tener Isla Mágica al cabo de 13 años. Según Cartuja-93, la Tecnópolis alberga 344 empresas, con 14.380  trabajadores y una facturación de 2.200 millones de euros. Por término medio cada firma emplea a 42 personas y factura 6,3 millones. Con esta ratio, sólo con que se implantaran 14 empresas nuevas donde hoy está Isla Mágica se crearían 600 empleos y se generarían 88 millones de euros. Y por la media de edificabilidad ocupada en Cartuja, en Isla Mágica cabrían 82 empresas tecnológicas más, con un potencial de 3.444 empleos y 516 millones de euros de facturación.

El traslado de Isla Mágica, que no implicaría su desaparición, puede justificarse. Otra cosa, ¿verdad, Isaías?, es que decirlo resulte políticamente incorrecto. ¿Para quién?

El PGOU ya fue la recalificación

El alcalde admitió tras el último Consejo de la Gerencia de Urbanismo que él en persona está negociando con posibles inversores en Isla Mágica y en otros proyectos “ajustes” en el PGOU aprobado hace ahora sólo cuatro años, para favorecer el desarrollo económico de la ciudad en plena crisis. Esos “ajustes” se traducirían en recalificaciones de suelo o aumento de edificabilidad para generar empleo bajo los criterios de un urbanismo “sostenible”, porque, según Monteseirín, el Plan General  nació en un contexto de “vacas gordas” y ahora estamos en “vacas flacas”.

El Ayuntamiento traslada a la opinión pública la idea de que Isla Mágica necesita crecer mediante un cambio urbanístico que permita abrir un gran complejo comercial y de ocio en la parcela sita frente al Teatro Central y redactar un Plan Especial que requería al menos un año de papeleo.

SIN NOVEDAD

Sin embargo, no hay nada nuevo bajo el sol. No hay nuevos inversores ni necesitan recalificaciones o más edificabilidad, aunque a nadie amargan esos dulces. Y, por otra parte, el Plan Especial también estaba previsto desde el principio.

Hagamos memoria. Isla Mágica ya se benefició de una enorme recalificación en la revisión del PGOU de 2006 bajo el gobierno de Monteseirín, justamente con el argumento de propiciar su supervivencia, comprometida desde que vio la luz tras la Expo. Fue el Ayuntamiento y nadie más el que al incrementar la edificabilidad y permitir nuevos usos en diversas parcelas, como la citada y la situada frente al antiguo pabellón de Cruzcampo, predeterminó el futuro del recinto lúdico conforme a ese modelo de ciudad sostenible  del que presume Monteseirín. ¿Ha cambiado el modelo o es que estaba errado?

EL CANON, LA CLAVE

Hace dos años, la Junta sacó a concurso el Parque Temático, que se alza sobre suelo público y en régimen de concesión. La clave del concurso radicaba en que justamente por el incremento de edificabilidad otorgado a Isla Mágica (unos 55.000 m2 para usos terciarios como hoteles, comercios y oficinas, a sumar a los 64.000 que ya tenía) se actualizaba el canon pagadero a la Administración.

Haciendo una comparación en euros constantes, la empresa gestora pasaba de pagar un canon de 985.066 euros/año a otro promedio de 1.209.457 euros a lo largo de 50 años (período también aumentado desde los 30 iniciales). La diferencia era de 224.391 euros/año (un 22,77% más), pero a cambio el adjudicatario podía explotar los 55.000 m2 más de edificabilidad asignados en el PGOU mediante el desarrollo de un Plan Especial y se libraba del mantenimiento de los activos que se incluyeron en el primitivo contrato de explotación y que se devolvieron a sus titulares originales: el Pabellón del Futuro, la torre panorámica y los Jardines del Guadalquivir.

El adjudicatario también se obligaba a pagar el canon y el IBI adeudados por Isla Mágica a lo largo de los años anteriores (unos 5 millones de euros) y a comprarle todos los activos acumulados desde 1997 (valoración extraoficial de unos 37 millones de euros), amén de a conservar la plantilla (91 trabajadores).

HASTA EL CIRCO DEL SOL

El pliego de condiciones era taxativo, por lo que las empresas tenían muy claras las reglas de juego urbanísticas: “De acuerdo con la revisión del PGOU, para materializar la edificabilidad y uso urbanístico previstos…se exigirá la aprobación de un Plan Especial….debiendo respetar en todo momento las previsiones urbanísticas que resulten de aplicación”. Asimismo, se exigían planos y dimensiones de la superficie a ocupar, planos de detalle de las obras, cronograma de los trabajos, memoria justificativa, presupuesto y plan económico-financiero…..

Con ese marco preestablecido, los inversores a que ahora alude el alcalde y que eran y son Inverco, Parques Reunidos y Martín Casillas (entre otros), redactaron un proyecto ‘a priori’ muy atractivo, ya que preveía la instalación de la sede permanente para el Sur de Europa del Circo del Sol, una subsede de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre de Jerez, un centro comercial tematizado –no en sociedad con El Corte Inglés, como se ha llegado a decir- orientado hacia la isla y no hacia la ciudad, un hotel colindante con los Jardines del Guadalquivir, la conexión del Parque con el río y nuevas atracciones “de impacto” en sustitución de las ya demasiado vistas. Se cifró la inversión en unos 250 millones de euros, a desarrollar en al menos cinco años,  y se estimaron unos mil empleos.

DESIERTO

He vuelto a hablar con algunos de los socios de aquel proyecto y me ratifican que el problema no radicaba ni radica en la edificabilidad, a su juicio suficiente, entre otras razones porque las atracciones no computan a efectos urbanísticos. Vieron como principales obstáculos el coste del canon, a su juicio excesivo, y las discrepancias sobre el uso del suelo. Al final, no se presentaron, el concurso quedó desierto y en segunda convocatoria el único aspirante fue la propia Isla Mágica, en manos de Cajasol (73%) y Unicaja.

Su proyecto para el concurso valoraba en 100 millones de euros la futura inversión, que realizaría “en su momento” la entidad sevillana o bien cualquier otra. Inverco y compañía siguen a la expectativa siempre que Junta, Ayuntamiento e Isla Mágica estén por la labor, y reconocen que prácticamente nada ha cambiado, de lo que coligen que el más interesado en “mover ficha” es Monteseirín, dispuesto a abrir la ‘caja de Pandora’ de las recalificaciones aun a costa de colmatar aún más la Cartuja.

Coartadas

Monteseirín ha tardado casi dos semanas en fabricar una coartada sobre el envío a Barcelona de su coche durante los tres días que duró su estancia ‘empotrado’ en la expedición del Sevilla a la final de la Copa. Cuando el escándalo destapado por El Mundo ha alcanzado eco nacional y Monteseirín no ha podido constreñirlo al ámbito local, ha decidido romper su silencio culpable y escudarse en que se trató de una cuestión de seguridad y que con la seguridad no se juega.

Dice que la decisión no fue suya –que lo fue- ni de sus asesores de prensa ni de economía, sino que obedecía a un protocolo de seguridad: cuando se prevé situación de riesgo, como acudir a la Moncloa o un partido de fútbol, el  protocolo exige que lo acompañen policías.

El protocolo, que como es de seguridad es secreto y obliga a un acto de fe en el alcalde (¡pero si en Alfredo no cree ni su propio partido!), podrá decir (concedámosle el beneficio de la duda) que lleve escolta, pero no que los policías se vayan dos días antes en el Renault Vel Satis del alcalde (coche valorado entre 35.000 y 60.000 euros según su equipamiento) para que éste se pasee por Barcelona a todo confort en vez de usar transporte público y que luego los escoltas se vuelvan en el coche oficial dejando de nuevo solo al alcalde en su regreso a Sevilla.

¿Cuál era entonces la misión de los policías? ¿Proteger al alcalde o hacerle de chóferes en Barcelona?

LA DIFERENCIA CON GALLARDÓN

La final era una situación similar para el alcalde  de Sevilla y el de Madrid. Monteseirín, además de enviar el coche por delante, estuvo tres días fuera  y alardeó de que iba invitado por el club blanco, aunque ocultó la factura en combustible y dietas de la expedición policial. Gallardón viajó  el mismo día a las 5 de la tarde en un vuelo de Iberia pagado por el Ayuntamiento de Madrid, al considerarse la Copa que lleva el nombre del Rey y la participación de un equipo madrileño, motivos más que suficientes para justificar un viaje oficial.

A su llegada una hora después al aeropuerto de Barcelona, lo recogió un coche del Atlético de Madrid, que lo trasladó hasta el hotel donde se hallaban los colchoneros. Vio el partido y prefirió volverse aquella misma noche en el avión del Atlético para confortar a los perdedores. El vuelo partió a las 2:30 de la madrugada. El llegó a su casa a las 4 de la mañana y a las 9 ya estaba en la Casa de la Villa  presidiendo una Junta de Gobierno.

En plena crisis, Gallardón no le restó ni un minuto a su tiempo de despacho en el Ayuntamiento. Monteseirín, en cambio, se quitó del medio durante tres días. Siguiendo su ejemplo, ¿no iba a caerse también Rosamar de un Pleno para largarse al Rocío?

SETAS INTOCABLES

Ha habido que esperar a su vuelta  para que, tras el desmarque de sus socios de IU al optar por la abstención, el voto de calidad del alcalde en uno de los múltiples Plenos convocados el  mismo día a la proustiana busca del tiempo perdido permitiera librar 13 millones para las ‘setas’ de la Encarnación. El mensaje es difícil de digerir para los funcionarios municipales, a los que se recorta el sueldo con el argumento del ahorro y que simultáneamente ven cómo Monteseirín se saca de la chistera 13 millones para rematar su cada vez más cuestionado proyecto emblemático, su particular Estadio Olímpico.

Ignorando también olímpicamente el informe del secretario municipal, en el que exigía que se depuraran responsabilidades por el sobrecoste en 38 millones, Monteseirín ha atribuido la desviación presupuestaria a la crisis. Otra mentira más. Las ‘setas’ se paralizaron justo antes de las elecciones municipales de 2007, cuando se comprobó que eran técnicamente inviables, y por entonces no había crisis. El sobrecoste, que aproxima el coste final a más de 100 millones de euros sumando la primera fase de las obras, se ha debido a la necesidad de inventarse soluciones técnicas a un problema que se ocultó a los sevillanos para evitar que dieran al PSOE un voto de castigo en las urnas hace tres años.

VIEJAS VANGUARDIAS

Monteseirín esgrime como coartada que “no se trata de hacer un bloque en medio del campo, sino un proyecto de vanguardia que va a dinamizar la parte norte de la ciudad y en la que ya hay muchas empresas invirtiendo”. ¿Es capaz de citar alguna y los empleos creados? Si existieran unas y otros, ya lo habría divulgado ‘urbi et orbi’, pero como no hay nada, se inventa que las ‘setas’ generarán unos beneficios de casi 400 millones/año (Isla Mágica, con casi un millón de visitas, factura sólo 20 millones) y más de 4.000 empleos (¿?).

Mientras Espadas reconoce que las ‘setas’ se le han escapado de las manos al Ayuntamiento, a Monteseirín se le llena la boca con las palabras “vanguardia” y “modernidad”. Pues bien, esta semana se celebrará en Pamplona un congreso de arquitectura con premios Pritzker como Herzog, Piano y Murcutt. Uno de los promotores, Fernández-Galiano, ha declarado: “La bonanza económica ha impulsado la creación de edificios-icono y ha eclipsado el concepto de arquitectura como arte útil y de servicio a las personas. El gran carnaval de exceso y despilfarro debe dar paso a otra arquitectura . La conciencia de que hay que construir de otra manera, con sensibilidad hacia el entorno, está calando. Alemania lo está haciendo de forma decidida…”.

Aquí levantamos las ‘setas’ de un alemán que ya no se harían en Alemania,  por el complejo de Monteseirín de parecer muy moderno y muy de vanguardia. Cuando él va, los demás ya están de vuelta.

El otro Parque Temático

La formulación de las cuentas de Isla Mágica de 2009 ha coincidido con la presentación de un estudio de la Universidad, dirigido por el profesor Luis Palma, sobre el impacto económico de la Semana Santa en la ciudad, simultaneidad que nos permite hacer una comparación entre el Parque Temático y el período de fiestas primaverales en que muchos puristas denuncian que Sevilla se convierte en otro parque temático.

Isla Mágica registró unas pérdidas de 3,3 millones de euros, 847.265 visitas (caída del 6%)  y unos ingresos de 17 millones de euros (un 9% menos). El 13 de agosto entró el visitante número 12 millones, motivo por el cual la dirección hizo un somero balance de la afluencia a lo largo de su historia: el 20% procede de Sevilla capital con pases de temporada; otro 20%, de la provincia; un 40%, del resto de Andalucía; un 10%  de España y un 10% de Portugal, si bien en los días de verano los portugueses pueden suponer entre el 35% y el 40% de quienes entran al recinto.

La empresa Staff Consultans hizo para Isla Mágica en 2007 un estudio de impacto económico similar al ahora realizado por la Hispalense para la Semana Santa y estimó que por cada euro ingresado en el Parque Temático se generan 3,75 en Sevilla y su entorno. Con esta ratio, los 17 millones de euros facturados por Isla Mágica en 2009 habrían movido 63,7 millones. La dirección del Parque estima que en sus doce años de historia ha generado en el sector turístico y de servicios un volumen de actividad económica superior a los 550 millones de euros.

EL DINERO ‘MORADO’

Frente a este estudio, el de la Hispalense sobre la Semana Santa. La fiesta mayor genera en los ocho días comprendidos entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección 240,3 millones de euros. Esta cifra resulta de sumar los 8,5 millones de euros que gastan el Ayuntamiento y el Consejo de Hermandades; 46, 3   millones de euros de gasto indirecto derivado de la participación de los sevillanos (suelen desembolsar  entre 60 y 65 euros durante la semana); 21,7 millones de euros de gasto de los turistas (a una media de 233,5 euros per cápita) y 164 millones de ‘efecto inducido’.

Así pues, cada euro gastado en la Semana Santa ha movilizado otros 2,14, de los que 1,51 se quedan en Sevilla y Andalucía. Destacan los 12,8 millones empleados en confección de túnicas y complementos.

El estudio de la Hispalense da un dato confuso pero significativo: la asistencia total a las procesiones es de 909.000 personas (el 76% residentes en Sevilla y   área metropolitana), con una participación diaria de 425.000.

Atención a esta última cifra, que desmiente la declaración que cada Jueves Santo suele realizar Monteseirín: “Hoy –reitera el alcalde en cada ecuador de la semana- se cumplirá el tópico de reunir a un millón de personas en la calle”. Lo del millón es sólo eso, un tópico más, pues para que se produjera tal circunstancia tendrían que salir de sus casas todos y cada uno de los 700.000 sevillanos que viven en la capital más 300.000 del área metropolitana. Si, por otra parte, Giralda TV alardea de que este año ha tenido 211.000 espectadores de sus retransmisiones sólo en los primeros cuatro días de la Semana Santa, este dato supone que un número importante de personas prefiere quedarse en su salón contemplando las estaciones de penitencia por la pequeña pantalla antes que hacerlo por las calles de la ciudad.

BALANCE COMPARATIVO

La comparación entre los estudios de impacto económico sobre Isla Mágica y la Semana Santa es demoledoramente favorable a la segunda:

Tan sólo  dos Semanas Santas más dos días de una tercera habrían generado tanto dinero como doce temporadas completas del Parque Temático.

La Semana Santa moviliza en dos días el mismo número de personas que Isla Mágica durante toda la última temporada (nueve meses).

Sólo el dinero que los sevillanos se gastan en túnicas y complementos para la Semana Mayor equivale al 75% de lo que facturó Isla Mágica el último año por todos los conceptos.

Los 240 millones de euros que mueve la Semana Santa equivalen al 1,22% de toda la riqueza creada en la provincia de Sevilla durante un año (19.672 millones de euros), mientras que todo un año de Isla Mágica genera el 0,32% del PIB provincial.

Sevilla ha sido, merced al impacto económico de esta fiesta religiosa primaveral, la tercera provincia española donde más ha bajado el paro en el mes de marzo (ha pasado de 207.202 desempleados registrados a 205.657).

EL GRAN NEGOCIO

Si al impacto económico de la Semana Santa se une el de la Feria de Abril, que, según los profesores autores del informe,  puede ser equivalente o incluso superior, las fiestas primaverales generarían unos 500 millones de euros en poco más de treinta días, y así año tras año. Dicho de otro modo: la Semana Santa y la Feria suponen para Sevilla cada primavera el equivalente al impacto económico de doce parques temáticos como el de Isla Mágica.

¿Qué empresa moviliza ese volumen de dinero en un solo mes?.

¿Qué empresa lo hace además aunando cultura con creatividad y produciendo un efecto altamente gratificante entre quienes disfrutan de tales eventos?

Por mucho que se denigren las fiestas sevillanas y de que se alcen voces críticas que equiparan sus ritos a la escenografía de un gran parque temático en que la ciudad hace su propia representación, la realidad de las cifras se impone. El gran negocio no es el parque lúdico de la Cartuja, sino el de aquende el Guadalquivir: Sevilla exhibiéndose ante sí misma y ante el mundo.