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La Preferia

Una lectora proponía ayer que el Ayuntamiento tome medidas para controlar la Preferia porque,
a su juicio, está desvirtuando la fiesta y, lo que es peor, la deja vacía de sevillanos a partir del
jueves. Si el pueblo soberano ha convertido la Preferia en Feria, ¿por qué el Ayuntamiento
debería  ponerle puertas al campo? Prohibido prohibir, como en el mayo francés. La Feria es un
reflejo de su tiempo y viceversa: al cambiar la sociedad cambia también la fiesta, su ritmo y su
disfrute sin perder por ello su esencia. En todo caso, ha de ser el Consistorio el que se adapte a
la Feria o la ‘evolucione’, como los ingenieros ‘evolucionan’ la Fórmula-1 carrera tras carrera y
temporada tras temporada sin que nos deje de parecer siempre la misma apasionante
competición. Seguro que al ingeniero de la Feria, el súperconcejal Goro Serrano, se le ocurre
algo en esa darwiniana evolución, como este año se le han ocurrido las visitas guiadas para
turistas. Y en último extremo, atengámonos al mandato bíblico: no se hizo el hombre para el
sábado, sino el sábado para el hombre.

El ecuador

Oído en el autobús. Una pasajera le pregunta a gritos desde un extremo al otro del vehículo a un amigo el pasado domingo: “¡¿Irás el lunes por la noche a la Feria?!”. Respuesta igual de altisonante: “¡Pero si ya estamos en Feria desde el viernes por la tarde!”. Efectivamente, el interpelado añade que a esas alturas ya lleva metido tres días en la caseta familiar, a la que retornaba en el bus, y, como él, decenas, por no decir ‘cienes’, de miles de sevillanos, de lo cual se infiere que en esta ciudad dual tenemos un calendario oficial y otro real, como el reloj que marcaba un tiempo distinto según lo miraran el Ayuntamiento o los canónigos de la Catedral. Y que el sevillano de a pie y el de coche de caballos no reparan en esas distinciones administrativas entre Preferia y Feria: Feria desde las mismas vísperas o vísperas convertidas directamente en Feria. Cuando, tras la prueba del ‘alumbrao’, estas líneas vean la luz, el almanaque municipal señalará el inicio de la Feria, pero el reloj biológico de la ciudad marca que en realidad ya estamos en su ecuador.