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El ‘puente’ de Alfredo

Zapatero, al igual que en Brasil, ha vuelto a dejar en evidencia al (sin) alcalde de Sevilla, que pese a la que está cayendo en España se larga de ‘puente’ a Argentina a costa del contribuyente con una coartada de película y, de paso, huye de la ola de frío polar y del temporal, porque allí es verano austral y hace calorcito. Vamos, que Alfredo hasta puede poner en la maleta el traje de baño y la toalla de playa, mientras que aquí 70.000 sevillanos en paro tiritan de frío y para llegar a fin de mes. En contraste, ZP ha cancelado su viaje oficial a la Cumbre Iberoamericana de Argentina, para quedarse y abordar las nuevas medidas ante la delicada situación económica del país. Si Humphrey Bogart dijo en ‘Casablanca’ aquello de “siempre nos quedará París”, ZP también podría decir que siempre le queda Monteseirín para que viaje al extranjero en su lugar y proclame lo mismo que cuando fue de gañote al Mundial de Suráfrica: “He venido en representación de quienes no han podido hacerlo por la crisis”. A alcalde que huye, Río de la Plata. No llores por él, Sevilla.

La escapada

Cada 52 días, un viaje al extranjero en el peor año de la crisis. Ese es el promedio del (sin) alcalde, émulo del capitán Tan en sus periplos a lo largo y ancho de este mundo. Ahora se ha empotrado en una expedición a Argentina organizada por la Cámara de Comercio para que los productores audiovisuales acudan a un encuentro de cine. De cine se lo monta el (sin) para largarse de la Sevilla de los 70.000 parados. ¿No le ordenó el PSOE un apagón informativo? Pues si Viera y Susana no quieren caldo, que tomen dos tazas. Ya van siete escapadas al extranjero en este curso, con cualquier motivo, porque el (sin) es tan jaranero que toca todos los palos. Lo mismo aterriza en Río, por más que a ZP le diera corte por aquello de la crisis, que en Suráfrica por el Mundial de fútbol o en Turquía la de las tuberías (de Marchena) por el Mundobásquet. El caso es viajar a costa del contribuyente, aunque en Buenos Aires cante para disimular el ‘No llores por mí, Argentina’: “Debéis creerme,/ mis lujos son sólo un disfraz,/ un juego burgués nada más/, las reglas del ceremonial”.

El cartelón

En la Avenida de Jerez, junto al antiguo cauce del Guadaira, a cuya vera se alza ese Escorial en forma de hotel Al-Andalus, aún sobrevive al tiempo y a los vándalos un cartelón que anuncia para no sé qué año ya pretérito la terminación del Parque sobre el cegado curso del afluente del Guadalquivir. En esta Sevilla virtual que ocupa páginas de periódico  pero que no acaba de materializarse, nos pintaron una zona verde que serpeaba desde las Tres Mil hasta Nuevo Heliópolis y Los Bermejales con pasos elevados sobre la avenida de Holanda y molinos eólicos. Éstos, impulsando el agua desde el Guadalquivir, obrarían el milagro de que volviera a fluir líquido elemento por el primitivo curso de  un Guadaira que castigó los chalecitos de la Expo del 29 con históricas inundaciones y que por ello fue desviado extramuros. Del Parque y del futurible curso fluvial no hay nada, salvo vestigios de obras abandonadas. ¡Y pensar que este proyecto ya databa de los tiempos de Soledad Becerril!. Hoy, sólo queda el cartelón como mudo testigo de cargo contra la desidia de Sevilla.

La Expo de Zaragoza cuadruplica las pérdidas de Sevilla 92

Sus números rojos superan los 500 millones pese a ser diez veces más pequeña y durar tres meses menos

Monteseirín ha propuesto otro gran evento para el V centenario de la primera circunnavegación del planeta por Elcano

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, se hizo eco en Río de Janiero de la idea del profesor Antonio Egea de conmemorar con una Exposición Universal el V centenario de la primera circunnavegación del mundo por Juan Sebastián Elcano, que se cumple en 2019, y propuso celebrar un gran evento de tres años de duración justo semanas después de que el Tribunal de Cuentas hiciera público el balance oficial de la última gran Exposición celebrada en España: la del Agua en Zaragoza 2008, que se ha saldado con 501,7 millones de euros en pérdidas. Los números rojos de la Muestra aragonesa suponen un 417% más que los de Sevilla-92, que extraoficialmente (oficialmente nunca se reconocieron pérdidas) fueron de unos 120 millones de euros.

Aunque Monteseirín explicó en Brasil que no quiere que el V Centenario de la primera circunnavegación sea “una mera celebración de cohetes, fanfarrias o Exposiciones al uso”, Sevilla, que reinventó en 1992 las Exposiciones Universales -un evento que se creía más propio del siglo XIX y que a raíz del éxito hispalense experimentó un renovado impulso hasta la que actualmente se celebra en Shanghai-, deberá crear un nuevo modelo de celebración en plena crisis económica a la luz de los resultados de la Exposición Internacional del Agua en 2008, en Zaragoza, que se ha saldado con 501,7 millones de euros en pérdidas. En su día, los 120 millones de euros en números rojos de la Expo-92 desataron una polémica nacional, mientras que ahora la abultada cifra de pérdidas de la Muestra aragonesa, reconocida oficialmente por el Tribunal de Cuentas, ha pasado prácticamente inadvertida.

Sánchez Monteseirín explicó en el III Foro de la Alianza de las Civilizaciones, que se celebró en  la ciudad brasileña de Río de Janeiro,  que concibe la conmemoración del V Centenario de la primera vuelta al mundo como un ‘encuentro mundial descentralizado’ en el que se hable sobre la paz, la cultura, el futuro del planeta y el desarrollo humano. Según la idea inicial del alcalde, las celebraciones tendrían lugar principalmente en Sevilla y se extenderían por tres años, a partir de septiembre de 2019, con la realización de intercambios tecnológicos, diplomáticos, culturales, económicos y deportivos. Desde Sevilla también se crearían herramientas para facilitar la celebración de eventos paralelos en otras ciudades. El evento culminaría en septiembre de 2022 en ‘un gran encuentro intercontinental para promover la universalización de los derechos humanos, la convivencia y la sostenibilidad del planeta’.

En síntesis, la propuesta de Monteseirín ha consistido en la primera Expo global de la historia, con multisedes planetarias y eventos paralelos, un modelo completamente distinto al reimpulsado desde Sevilla en 1992, con centralización y concentración de todos los actos en un recinto único y que es el mismo que han imitado posteriormente otros países/ciudades con eventos universales (Hannover, Shanghai) e internacionales (Lisboa, Zaragoza) y que parece agotado, como demostraría el pésimo balance en todos los sentidos de la Expo del Agua en Zaragoza 2008, recientemente divulgado por el Tribunal de Cuentas.

PREVISIONES INCUMPLIDAS

La Expo-92 se desarrolló en un recinto de 212 Has. de la isla de la Cartuja, participaron en ella 108 países, las 17 Autonomías y 23 organismos internacionales, duró 180 días y recibió 41,7 millones de visitas (casi 6 millones más de lo previsto). La Expo de Zaragoza, internacional y no universal, se celebró en un recinto de 23 Has., duró 93 días, albergó 105 países y registró 4.635.154 visitas, frente a una previsión inicial de 7,5 millones, luego rebajada a 6,5 millones.

No se han cumplido prácticamente ninguna de las previsiones. Los fallos en las cuentas comenzaron por el número de visitas y culminaron en un coste superior al 30 por ciento respecto a los presupuestos inicialmente aprobados. Los gastos de la Expo zaragozana fueron de 53 millones de euros en personal, 113 millones en servicios directos, 47 millones en publicidad y 77 millones en gastos externos. Los ingresos fueron de sólo 78 millones por venta de entradas(se habían previsto 135 millones por este concepto) , 109 en patrocinio, 13 millones en subvenciones a la explotación y 34 millones en ‘Otros’. El Tribunal de Cuentas ha subrayado la improvisación a la hora del gasto como, por ejemplo, en la cimentación del pabellón-puente, que resultó un 59 por ciento más cara que la inversión inicialmente aprobada por los responsables de la Muestra.

ACTIVOS SOBREVALORADOS

En vez de liquidarse la Expo del Agua el 14 de marzo de 2009, como estaba previsto, se procedió, al igual que en Sevilla, ha crear una sociedad gestora de los activos con el nombre de Expo Zaragoza Empresarial que pretendía camuflar las pérdidas del evento con una sobrevaloración de suelos e inmuebles y la venta de los mismos, pero el Tribunal de Cuentas no se ha dejado embaucar. Su presidente, Manuel Núñez, dijo en una comparecencia en el Congreso que buena parte de los edificios de la Muestra «carecerían de valor por no poderse enajenar», previéndose por la propia sociedad Expoagua que su destino final sería «la cesión o traspaso, principalmente a los accionistas de la sociedad». Además, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Zaragoza impide hacer negocio con gran parte de los equipamientos de la Expo, pese a lo cual la Organizadora les había dado en libros un valor de 75 millones de euros.

Para evitar el ‘síndrome de los jaramagos’ que se dio en la isla de la Cartuja y aparentar actividad donde no la habría por falta de demanda en el mercado, algunos inmuebles vendibles han sido cedidos. La Torre del Agua es el único equipamiento que podría albergar oficinas, pero se ha cedido a la Caja de Ahorros Inmaculada por 20 años prorrogables por otros diez a cambio de una renta simbólica de un euro anual. El centro de climatización que daba servicio al recinto es otro equipamiento, pero en este caso levantado sobre suelo municipal. El Pabellón Puente es un equipamiento (sistema general) con servidumbre de paso y se cederá por otros 20 años a Ibercaja. El Acuario es un equipamiento privado adjudicado a Coutant por cinco años prorrogables por otros tantos.

Los paralelismos entre la Expo-92 y Zaragoza-2008 son muy evidentes, con la diferencia a favor de Sevilla de sus menores pérdidas y su mayor éxito nacional e internacional, quizás por ser la primera de una nueva generación de eventos que ha dado síntomas de agotamiento en tan sólo dieciséis años. Haría falta otro modelo de celebración si se quiere saldar con éxito económico y de reputación otro V Centenario: del Descubrimiento a la Circunnavegación del Globo Terráqueo

El río siempre llama dos veces

La crecida del Guadalquivir, cuyas aguas han llegado a entrar en el Charco de la Pava, evidencia  el riesgo que entrañaría el traslado de la Feria desde los Remedios a la margen izquierda del río. Dirán que una avenida de una magnitud tal como para que el agua lama la base del muro de defensa se produce una vez cada cientos de años y que hay infinitésimas posibilidades de que acaezca en abril. Yo, que no tengo  una edad bíblica precisamente, ya he visto a lo largo de mi existencia el Charco cubierto por el río salido de madre al menos una vez. Y la primavera es también época de lluvias en Andalucía, incluso de lluvias torrenciales. Recuérdese cómo durante su primer mandato Monteseirín estuvo a punto de firmar el decreto declarando oficialmente restricciones al consumo por la sequía, pero esperó justo a que pasara la Feria y a un lunes, y durante aquel fin de semana llovió tanto que se llenaron los pantanos que abastecen a la ciudad. El Charco de la Pava es zona  inundable y, más tarde o más temprano, el río se acabaría llevando la Feria por delante.