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‘Se vende’

Una copistería cualquiera de Reina Mercedes. Entra un cliente y, pidiendo perdón a los que aguardan  en la cola, hace una pregunta al encargado para ver si le merece la pena esperar: “¿Tiene carteles de ‘Se vende’?”. Respuesta tras el mostrador: “Pues se me han agotado, pero aún me quedan un par de ‘Se alquila’”. Agotados los ‘Se vende’. Hasta ese momento no tomo consciencia de la magnitud de la crisis: existe un mercado de cartelería industrial sobre venta de pisos cuyos dueños han quedado atrapados entre la hipoteca, el despido o la más pura voracidad especulativa, sin atender al consejo de que “el último euro que se lo gane otro”. Aún recuerdo la también verídica historia que me contaba un promotor: apenas instalar la caseta de obras y el cartelón de una promoción de viviendas se llegaron a pagar 3.000 euros ¡por ceder el sitio en la cola de los que iban a reservar pisos con el pago de una mera señal para luego darles el pase!. En muchas de esas viviendas vacías hoy cuelga el cartel de ‘Se vende’, como los que industrialmente se expiden en las copisterías.

Yo, Alfredo

Robert Graves publicó una de las mejores novelas históricas, ‘Yo, Claudio’, continuada en ‘Claudio, el dios, y su esposa Mesalina’. La BBC hizo una adaptación televisiva protagonizada por Derek Jacobi que obtuvo un clamoroso éxito internacional, repetido en España cuando fue emitida por TVE. Graves narra de una manera magistral las vicisitudes del Imperio Romano bajo la dinastía Julia-Claudia a través del emperador Claudio, que pasaba por ser el más ingenuo y manipulable miembro de la familia. A Claudio lo designaron emperador porque estaba rodeado de gente tan ambiciosa y sin escrúpulos, que el nombramiento de cualquiera de ellos habría sublevado a los demás, con unas consecuencias pavorosas (guerra civil). Se busca por tanto a un individuo que no sea visto como un peligro para el resto, un personaje débil y de transición, al que todos confían en teledirigir en beneficio propio o quitar del medio más pronto que tarde.

El ingenuo Claudio, sin embargo, se consolida en el poder pese a su aparente candidez, mientras que quienes intrigan a su alrededor van cayendo en desgracia, se matan entre ellos o se anulan…. y nunca emerge una alternativa clara, hasta que al final al emperador le dan a comer un plato de setas que ‘casualmente’ resultan ser venenosas.

DE ROMA A SEVILLA

El ascenso al poder municipal de Monteseirín recuerda la trama de la novela de Graves. Salvando las distancias y los dos mil años de civilización, las luchas fratricidas, las caídas en desgracia y las puñaladas políticas están a la orden del día en la agrupación más poderosa del PSOE español.

Borbolla, que fue el instrumento del partido para quitarse del medio a un Escuredo que se había creído demasiado la autonomía de Andalucía y la suya propia (precursor de los barones autonómicos), fue a su vez víctima de otro de esos movimientos pendulares y acabó refugiándose en el Ayuntamiento de Sevilla tras ser forzado a abandonar la  Junta.

Pero aun así, Borbolla seguía suponiendo una amenaza para el ‘establishment’ socialista de la época. Por tanto, cuando se impuso la moda de las primarias, que desembocó en la bicefalia Borrell-Almunia, el ‘líder natural’ del PSOE sevillano, Caballos, ordenó que se votara a Monteseirín, un secundario que pasaba por ingenuo y que gracias al poder de la marca socialista en Sevilla acabó no sólo con Pepote, sino también como alcalde tras un pacto forjado entre Chaves y Rojas Marcos y en el que él  no tuvo arte ni parte.

MATAR AL PADRE

En el paralelismo entre Claudio y Alfredo, este último va viendo desde la privilegiada atalaya del puesto de alcalde de la capital,  única gran urbe andaluza que al cabo gobierna el PSOE, cómo Chaves se sostiene en el Poder merced a una política de equilibrio (cuotas por provincias, por sexos) y que, llegado el momento, hasta recurre a él para que tome el poder en el PSOE de Sevilla y liquide la disidencia que al final  representa su valedor, Caballos.

Alfredo sufre un ataque de pánico y Viera acaba ocupándose de la misión encomendada por Chaves, pero el alcalde se sube en el último segundo al carro ganador tras ver por dónde sopla el viento y aunque sea en el cargo honorario de presidente provincial. Monteseirín mata así simbólicamente a su padre político, Caballos, y a partir de ese momento sólo le queda huir hacia delante para no ser víctima futura en otro de esos movimientos pendulares socialistas.

Su objetivo a partir de entonces será asaltar desde el Ayuntamiento el poder orgánico que encarna Viera,  utilizando el Consistorio (los distritos, las empresas municipales) para crear una gran red clientelar de militantes como ariete y la institución como parapeto desde el que iniciar la Reconquista en caso de fracaso, todo adobado con la bandera de la renovación y poniendo siempre al partido en situación límite por el riesgo de perder la Alcaldía en caso de abrir  una crisis si osara removerlo del cargo.

EL ÚLTIMO PULSO

Sólo la marcha de Chaves (que le dio alas durante estos años) y la necesidad de Griñán de pactar con Viera el apoyo de Sevilla en el congreso extraordinario frente a la amenaza que podían suponer Jaén (Griñán) y Cádiz (Pizarro), han frustrado en el último minuto los planes de Monteseirín de perpetuarse en la Alcaldía y de culminar un segundo asalto contra Viera, tras haber ido liquidando a posibles rivales dentro del Consistorio (Carmelo Gómez, el propio Viera, Emilio Carrillo) a fin de que nunca hubiera una alternativa a él mismo, y aunque el PSOE pagara la factura de su desgaste, como revelan unas encuestas cada vez más demoledoras.

Defenestrado, ahora se niega a irse tras haberse despedido públicamente. Dejando al margen la dignidad personal, dice que sigue hasta el final del mandato atendiendo a un supuesto clamor popular, al que haría oídos sordos si le dieran una embajada o un cargo en la CECA. Usa, pues,  Sevilla como rehén y una vez más coloca  al partido en situación límite al poner precio a su salida y dejar correr el reloj, sin importarle que no dé tiempo a consolidar al alcaldable.

También deja en evidencia la falta de autoridad en el PSOE, esa debilidad interna que le permitió creérselo durante once años y ahora seguir echándole un pulso a la dirección. Pero ya no está Chaves. Quien se la juega ahora, y en gran medida en las próximas municipales, es Griñán, el hombre que pidió para sí todo el poder en el PSOE y que, sin embargo, también es incapaz de poner firme a Monteseirín  y acabar con este sainete en la Plaza Nueva.

Monteseirín: claves de su carta del adiós

El aún alcalde de Sevilla envió el viernes, camino de Nápoles, una carta a los periódicos  de la ciudad con publicación embargada hasta el domingo para despedirse de los sevillanos y, de paso, lanzar una serie de mensajes codificados a su partido, que pretende que agote el mandato y permanezca en la Alcaldía hasta dentro de quince meses, cuando se celebren las elecciones municipales.

Insólito: el alcalde se despide sin haberse ido. La carta, titulada ‘Gracias a Sevilla (que me ha dado tanto..)’,  puede interpretarse como un órdago a la dirección del partido: aparentando una dimisión inminente, Monteseirín buscaría obtener garantías de futuro como condición  para continuar en su puesto y no precipitar una nueva crisis en el Ayuntamiento que obligara al PSOE a  improvisarle un sucesor. Los hechos demostrarán si el alcalde se va definitivamente en un ataque de dignidad o se traga las palabras como hizo cuando la crisis con Rojas Marcos por el caso Bazar España o cuando cambió de postura en el tema de las Cajas.

Reproducimos en negritas párrafos de la carta del alcalde y, a continuación, nuestras acotaciones:

1) Ya es pública mi decisión, que vengo madurando desde hace mucho tiempo…..

Monteseirín sigue tratando de aparentar que ha sido él y no Griñán quien ha decidido su marcha del Ayuntamiento, cuando su estrategia desde su clamorosa derrota (se parapetó tras el denominado ‘sector crítico’, ya que no tuvo el valor de presentarse él mismo) frente a Viera en el congreso socialista de julio de 2008 ha sido la de una numantina resistencia para evitar que el PSOE lo defenestrara antes de tiempo.

En segundo lugar, para evitar también que cuajara la alternativa interna (Emilio Carrillo) preparada por el partido con la antelación suficiente y dado su derrumbamiento en las encuestas y el rechazo que genera en la opinión pública (el 20% de los sevillanos que declaran conocer al alcalde  lo califican directamente con un cero y jamás ha aprobado en una encuesta durante sus 11 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él de la encuesta encargada por el PSOE a Julián Santamaría).

En tercer lugar y una vez emigrado Chaves (su gran valedor, no tanto por estima como por temer que abrir el melón sucesorio en Sevilla en mitad de un mandato equivalía a abrir la veda para que se hiciera lo mismo en la Junta de Andalucía en mitad de una legislatura, como así le acabó ocurriendo a él: Chaves se veía en el espejo de Monteseirín), una vez ido Chaves, decíamos, amagar con su dimisión a finales de 2009 ante Griñán al comprobar que no gozaba del favor del nuevo presidente, pero con un doble objetivo:

1)      Forzar su ratificación ante la supuesta falta de tiempo (17 meses por entonces) para que el PSOE buscase un candidato alternativo fuera del Ayuntamiento.

2)      En caso contrario, dejar colocado como sucesor  a Celis, el hombre encargado de convertir Sevilla capital en el califato del sector crítico frente a  la Ejecutiva Provincial liderada por Viera y pese a haber contado éste con  el 88,6% de los votos en el último congreso provincial socialista.

Monteseirín ha tratado de asaltar el PSOE de Sevilla desde la trinchera de la capital, parapetado en su condición de único alcalde socialista de una capital de provincia y de Sevilla como capital de Andalucía. Ha tratado deliberadamente de dividir el partido al sentirse ‘intocable’ por ser alcalde de Sevilla, desafiando de forma permanente la autoridad del secretario general y confiado en el manto protector de Chaves.

Monteseirín siempre ha jugado manejando los tiempos políticos para que el tiempo acabara jugando a su favor. Contaba con que su amago de dimisión nunca sería aceptada por Griñán a tan sólo año y medio de las elecciones y que ese año y medio le daría margen de maniobra para tratar de ganarse al nuevo presidente de la Junta, por una parte, y de invertir los sondeos contrarios a su persona mediante una intensa campaña mediática (puesta en marcha de Giralda Tv, compra de favores periodísticos a través de Marchena y del dinero de la publicidad institucional o de las empresas municipales; buzoneo de publicaciones laudatorias en los barrios…) y de captación de apoyo social.

Así, el alcalde habría intentado que Griñán hubiera actuado de presentador suyo en una conferencia que iba a pronunciar después de Reyes. Al no conseguir su propósito de que el presidente de la Junta le hiciera su loa política y  que ésta se interpretara como un aval a su persona, dentro y fuera del partido, pospuso la  conferencia ‘sine die’.

Más ejemplos de la estrategia del alcalde de ganarse apoyos sociales para que fueran valorados en la Casa Rosa: intentó que le otorgara la medalla de oro del Ateneo el nuevo presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero, médico como él y como agradecimiento por los favores municipales –ahí se vio que no eran gratuitos- a la entidad de la calle Orfila.

2) ….un muchacho de barrio, criado junto a la Facultad de Medicina, llegara en 1999 a la Alcaldía de la ciudad que “es bella porque siempre es nueva”.

Monteseirín trata en esta frase de justificar su ‘grandeur’ arquitectónica, como si Sevilla no fuera bella por el Guadalquivir, el conjunto histórico-artístico de la ciudad, la Catedral, la Giralda, el Real Alcázar, la torre del Oro, la Plaza de España, el parque de María Luisa y todo lo existente antes de su llegada a la Alcaldía sin necesidad del legado del alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Pelli, la biblioteca de Zaha Hadid en el Prado, la nueva Alameda de Hércules, el proyecto de ‘La piel sensible’ para la Alfalfa, Pescadería, el Pan y otras plazas del Centro…..

3) …superando las dificultades de todo tipo que (siempre los mismos) hemos ido encontrándonos por el camino.

Con ese “siempre los mismos” el alcalde ha anatemizado una vez más como miembros de una Sevilla retrógrada, ‘facha’, rancia, tradicionalista, ‘derechona’ y demás sinónimos a todos aquellos que han osado llevarle la contraria o criticarle en desacuerdo con su gestión, con el doble fin de presentarse ante el electorado de izquierdas como una víctima de esa Sevilla clasista de los de siempre y, por consiguiente, como un héroe/mártir de las clases populares, el hombre que desde una condición humilde llega a la Alcaldía para, levantando las ‘setas’ de la Encarnación por ejemplo, democratizar (¿?) las vistas sobre el caserío histórico que hasta entonces sólo podían disfrutar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Mensajes simplistas (dicotomía bueno-malo) y demagógicos para consolidar la imagen de la existencia de dos Sevilla, acentuar los enfrentamientos de clase en vez del interclasismo y dividir en vez de integrar.

4) Hemos sido coherentes con un modelo de ciudad….

Monteseirín quiere hacer creer que ha actuado siempre conforme a un modelo previo de ciudad cuando, en todo caso, esa nueva ciudad que él presenta como su Arcadia feliz es la que resulta del lápiz del arquitecto Manuel Angel González Fustegueras y del proceso de participación ciudadana, que confluyen en el nuevo PGOU. Dicho de otro modo, el PGOU no es el fruto de Monteseirín, sino Monteseirín del PGOU. Poco de ese nuevo modelo de ciudad al que tanto remite el alcalde está previamente en sus programas electorales. Al contrario: la peatonalización de la Avenida es la condición necesaria para implantar un tranvía como sucedáneo del Metro y que por acumular tres años de retraso no iba a estar listo ni para las elecciones municipales de 2007.

Recuérdese que Monteseirín llegó a la Alcaldía por el ‘pacto del Metro’ entre Chaves y Rojas Marcos y que en la perspectiva de carecer de Metro todavía ocho años después, no podía presentarse a las elecciones con las manos vacías. Hizo, pues, de la necesidad virtud y a marchas forzadas construyó (destruyendo incluso los hornos almohades de la Puerta de Jerez) y presentó el tranvía como el ‘Metrocentro’, un sucedáneo de Metro penetrando hasta el Centro y cuya consecuencia era la peatonalización para abrir paso a vías y catenarias. El marketing político y electoral convierte esta improvisación en el modelo de ciudad del que alardea el aún alcalde.

5)…tras tantos años de proyectos eternamente pendientes de abordar…

Monteseirín ha querido pasar a la historia como el alcalde que resolvió las cuestiones pendientes de la ciudad (el solar del mercado de la Encarnación, el traslado de la Feria de Abril, el vacío del Prado de San Sebastián, la ampliación de Fibes….), pero algunas las ha dejado irresueltas (la Feria), otras las está resolviendo a un coste multimillonario (las ‘setas’ y el Palacio de Congresos) y ha dejado algunas nuevas para el futuro (el acuario de Delicias, la biblioteca del Prado).

Basó una de sus primeras decisiones nada más llegar a la Alcaldía y que resolvía una de esas cuestiones pendientes, como fue liquidar el edificio administrativo de Moneo que llenaba el espacio vacío del Prado, con el argumento de que ese dinero (unos 30 millones de euros) se debía destinar a modernizar los barrios y que había que ‘descentralizar  el Centro’ repartiendo sedes administrativas por los distritos y ahorrar recursos mediante la informatización y con Internet.

Al final, ha acabado preso de su megalomanía y creyendo que la modernidad de una ciudad se basa en costosísimos iconos arquitectónicos cuales nuevos estadios Olímpicos y no en el eficaz funcionamiento de los servicios públicos (transportes, limpieza) y en la construcción de amplios equipamientos (bibliotecas de barrio, centros cívicos, polideportivos, plazas, jardines..). Mientras alzaba las ‘setas’ en la Encarnación, alteraba la Alameda o ampliaba Fibes, los servicios públicos (Tussam, Lipasam) han acabado en la ruina. ¿Cuánto dinero queda de los convenios urbanísticos firmados en su día para equipar los futuros barrios de la ciudad?

6) Y hoy, aun cuando la crisis económica y financiera mundial está azotándonos como a todos de la forma más lacerante, con el desempleo…

Responsabiliza a factores externos, esa crisis mundial, del incumplimiento de su promesa electoral del pleno empleo y de una vivienda para todos y sin sorteo durante este mandato. Se arroga lo que se hace en la ciudad y culpa de lo que no se hace a las circunstancias y a “los de siempre”.

7) Sevilla volverá a ganar la partida frente a la resignación, el inmovilismo y la involución.

Monteseirín practica un doble lenguaje o una doble moral. Por una parte, ataca de forma sistemática a esa Sevilla inmovilista e incluso involucionista, para complacer así a los votantes de la izquierda, y por otra hace lo imposible por complacer y cortejar a esa Sevilla de las tradiciones de siempre, que supuestamente detesta y es un freno para sus planes modernizadores.

Ni Soledad Becerril ni Rojas Marcos, ni por supuesto Del Valle y Uruñuela, otorgaron tantas medallas de la ciudad (doce) a Vírgenes como ha otorgado Monteseirín; ni se inventaron el ‘urbanismo morado’ para alimentar de subvenciones a las cofradías  en descarada busca del voto popular; ni erigieron tantas estatuas a toreros y nobles en el Paseo de Colón o espacios públicos; ni frecuentaron tanto los salones de la aristocracia, los palcos de la Semana Santa o la plaza de toros de la Maestranza……

8) …..gracias con el alma por como habéis respaldado siempre nuestras ideas y nuestras propuestas en el foro de la democracia ciudadana. Ese apoyo y confianza me han permitido ser, después de estos más de diez años, la persona que más tiempo lleva desempeñando la tarea de alcalde de Sevilla desde que se instituyeron las alcaldías modernas, a principios del siglo XIX.

Esta es la mentira reiterada de Monteseirín, en la que insiste una y otra vez como un martillo pilón: que ha obtenido siempre el respaldo electoral en las elecciones municipales. Falso. Sólo ganó una de las tres a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Becerril y Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.

9) …..voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles…

Lanza el mensaje de que quiere un nuevo cargo público, cuando en el comienzo de su carta reconoce que lleva 30 años en la política y los últimos quince sin bajarse del coche oficial (hasta el punto de que reconoce en su declaración de bienes que no tiene ninguno de su propiedad; no le hace falta) como presidente de la Diputación y de la FAMP y alcalde de Sevilla. Veremos hasta dónde se cumple el aserto de Griñán el pasado fin de semana de que el PSOE “no es ni una empresa, ni una ONG”.

10)….Un impulso renovado que, desde la continuidad del proyecto y los relevos generacionales que lo acompañen..

Con la expresión “los relevos generacionales”, Monteseirín está postulando de nuevo a Celis como su sucesor frente a personas de la vieja guardia del partido como pudieran ser Rosamar Prieto, Viera o el mismísimo Alfonso Guerra. Es curioso que hasta diciembre, cuando hizo el amago de retirada ante Griñán pese a que no hace mucho decía que quería seguir en la Alcaldía hasta el año 2020 por lo menos, Monteirín nunca se incluía entre los necesitados de relevo generacional, a pesar de que ya tiene más de 50 años y de que lleva 30 ocupando puestos y cargos en el PSOE y en la vida pública en nombre del PSOE.

11)La ciudad nos necesita a todos y a todas al margen de coyunturas o decisiones personales.

Monteseirín está llegando al final de su carta y por primera vez parece que habla en clave institucional y como alcalde de todos los sevillanos, pero….

12) Sevilla, la buena gente de Sevilla, se lo merece todo.

…al final vuelve a hablar de buenos y de malos al establecer una distinción implícita entre la buena gente, a la que nombra, y la mala, subyacente en la frase. Siempre el mensaje de las dos Sevilla y de que él va de bueno por la vida y como tal debe ser perdonado por sus errores de gestión, imputables más a su entorno (el manido recurso a los técnicos municipales en escándalos como el de los Bermejales, la cubierta de la Davis, la caseta de la Feria…) que a su persona.

Y así fue como Monteseirín dio las gracias a Sevilla (que le ha soportado tanto).

El marxismo de Monteseirín

Monteseirín dio un mitin en la agrupación socialista de la Macarena en el que, quizás rememorando la imagen de Miguel Hernández en ‘Vientos del pueblo’, instó a sus correligionarios a “crecerse en el castigo como los toros bravos”. El alcalde que sólo ha ganado unas elecciones y perdido dos y que ha gobernado siempre en coalición con un tercero, lanzó el mensaje casualmente coincidente con el de Griñán de que “somos invencibles, por mucho que el PP quiera sacar tajada de las dificultades económicas”. Según el alcalde, los socialistas deben desarrollar un trabajo de proximidad al ciudadano para así poder revalidad los resultados electorales de 1999, cuando él se hizo con la Alcaldía tras batir –dijo- a “la derecha reaccionaria y nacionalista que representaban Soledad Becerril y Alejandro Rojas Marcos”. Se le olvidó decir que justamente él había pactado con esa derecha reaccionaria para auparse a la Alcaldía de la mano de Rojas Marcos. Alfredo bien podría parafrasear a Groucho Marx: estos son mis principios, pero a la hora de lograr el Poder tengo otros.

La sartén de doña Sole

Soledad Becerril ha dicho que se fue tras ganar las elecciones del año 1999 porque no podía consentir que el PA exigiera Urbanismo para reeditar la coalición. De acuerdo en que los andalucistas habían perdido tres concejales, pero la clave estuvo en el mandato anterior. Recuérdese que Rojas Marcos y Becerril pactaron en contra del PSOE de Luis Yáñez en vísperas de la Expo-92 y que, por haber cosechado más votos que el PP, Alejandro se quedó con lo mejor del pastel municipal, Urbanismo incluido. Tras las elecciones de 1995 cambiaron las tornas y el PP fue más votado que el PA. A la hora de renegociar el pacto, en vez de darle la vuelta a la tortilla doña Sole dejó las cosas tal como estaban salvo en la Alcaldía: le dio al PA unas alas que ya no pudieron recortarle ni ella ni el PSOE, hasta el punto de que, con Monteseirín, Rojas Marcos se volvió a quedar con Urbanismo y hasta con el 70% del Presupuesto. Doña Sole tuvo en su momento a Alejandro contra las cuerdas y la sartén por el mango, pero a la hora de la verdad no supo manejar la sartén y se quemó.

La Sevilla de las antípodas

Frente a la ‘grandeur’ de los nuevos estadios ‘Olímpico’ que son las ‘setas’, la biblioteca a costa de una zona verde en el Prado y el tranvía que duplica en superficie el trazado del Metro, el sentido común de que una ciudad es sobre todo la suma de muchas pequeñas cosas. Fiel a su estilo, ésta fue la ‘filosofía’ de gobierno que expuso  Soledad Becerril en  el ciclo de ‘Los exalcaldes democráticos’, del grupo La Raza, los que tiraron de la manta de Mercasevilla en plan Hércules con los establos de Augías. Al margen de ciertos lapsus de memoria con el Urbanismo, doña Sole recordó como su mejor hito un Ayuntamiento ordenado, calles limpias y servicios municipales cuidados. Tal era su obsesión por los detalles que su al final odiado socio, Rojas Marcos, definió malévolamente su visión de Sevilla como ‘la casita de Pin y Pon’. Sí, pero como ella ha dicho, se llevó bien con los vecinos y con la Oposición, no orilló a los funcionarios, no derrochó en teles ni fundaciones, ni se pasó el día en los Juzgados. Soledad Becerril, en las antípodas de Monteseirín.

La intrahistoria del Metro

El (des)tapado del alcalde, Celis, dice  que sólo por haber inaugurado el Metro Monteserín ya merece pasar a la historia. Le ciega el servilismo, porque nadie ha pasado a la historia por haber ido como invitado a la inauguración de un Metro que ni ha construido ni donde tiene competencias. El alcalde sólo ha participado a la hora de apoquinar, y por esos amaños políticos para justificar la extensión de este transporte al alfoz de Sevilla, ya que según la ley del Metro al Estado le correspondía pagarlo casi todo y a la ciudad el material móvil. Si se habrá borrado el Ayuntamiento del Metro en beneficio (¿?) de la Junta que hasta quitó a Tussam del accionariado de la sociedad constructora. La obra del suburbano ha estado plagada de tantas incidencias y retraso que nadie ha sacado pecho por su parcial inauguración, ni siquiera su madre política, la consejera Gutiérrez. En todo caso, quien debe pasar a la historia es su padre político, Rojas Marcos, pues fue a él, merced a su pacto con Chaves, a quien Monteseirín debe la Alcaldía,  y Sevilla, el Metro.