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Bicefalia

Las Administraciones Públicas han dado una solución salomónica y de carácter puramente político al conflicto existente en el seno de los Consejos de Administración del Teatro de la Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), que había provocado que ambas instituciones estuvieran huérfanas de dirección desde que en el mes de julio expiró el contrato de Pedro Halffter como director artístico del Teatro y musical de la ROSS y de Remedios Navarro como gerente de uno y otra.

Casi cuatro meses sin cabeza visible en el mundo de la élite cultural y musical, donde las programaciones de los teatros y las agendas de los artistas se cierran incluso con años de antelación, han supuesto un vacío que ha provocado la pérdida de oportunidades de contratación de figuras culturales y ha degradado la imagen del Teatro y de la Orquesta, por la polémica en que se han visto envueltos.

 

El esperpento llegó a su máxima expresión el pasado 10 de octubre, cuando sobre la marcha hubo que suspender la rueda de prensa convocada para anunciar el resultado del concurso internacional del que iba a resultar elegido el máximo responsable de los buques insignia de la cultura sevillana, una vez que quedó ratificada por unanimidad la continuidad de Remedios Navarro como gerente tras la fructífera labor realizada en el último decenio.

PACTO ROTO

Previamente se había alcanzado un principio de acuerdo para conciliar dos posturas opuestas. El Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento, ambos regidos por el PP,  eran partidarios de la continuidad de Pedro Halffter al frente del Maestranza y de la ROSS, pese a que había venido de la mano del PSOE en tiempos de Juan Carlos Marset como delegado de Cultura de Monteseirín. Por el contrario, el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, con el apoyo de los músicos de la ROSS, había apostado públicamente por el relevo de Halffter al considerar que su proyecto estaba agotado tras diez años en ambos cargos y que se necesitaba una renovación de personas y de ideas.

Tras casi tres meses sin que nadie diera su brazo a torcer y ante el peligro de una situación enquistada para el futuro del teatro y de la orquesta se llegó al acuerdo de que Halffter continuaría en sus puestos pero con la abstención de la Junta de Andalucía para no reflejar la división que supondría la expresión de un voto negativo. Cuando se iba a hacer público el anuncio, la Consejería de Cultura dio marcha atrás por un cambio de estrategia: la gerente, Remedios Navarro, garantizaría la continuidad operativa de ambas instituciones y la ROSS no tendría un director titular, sino directores invitados a dirigir los distintos conciertos de un programa que ya estaba cerrado para la temporada 2014-2015 por el propio Halffter, y a ver quién cedía en sus posiciones.

DOS DIRECTORES

Finalmente, la mediación del Ministerio de Cultura entre Ayuntamiento y Junta ha permitido al cabo de casi mes y medio una solución salomónica que satisface a medias a todas las partes enfrentadas:

Halffter abandona la dirección de la ROSS, para satisfacción de Luciano Alonso y de unos músicos que habían expresado su repudio hacia el director tocando bajo su batuta hasta con lazos verdes de rechazo en sus indumentarias, pero continúa como director del Teatro de la Maestranza, en línea con los deseos del Ayuntamiento.

Su sustituto al frente de la ROSS será el director tejano John Axelrod, en un guiño a los músicos, de los que era el candidato preferido, aunque como Halffter ha dejado cerrada la programación de la temporada, aquél no debutará, salvo cambio de planes, al frente de la Sinfónica hasta el otoño de 2015. Sí asume desde este momento la responsabilidad de programar la temporada 2015-2016.

Para evaluar el funcionamiento de esta bicefalia artística, los contratos de ambos directores tendrán sólo dos años de duración en lugar de los cuatro inicialmente previstos y no supondrán un sobre coste para el teatro y la ROSS, ya que ascenderán a unos 35.000 euros anuales cada uno. Los emolumentos podrán incrementarse por la dirección de espectáculos y conciertos al margen de esta cantidad fija.

VUELTA AL ORIGEN

Así pues, la permanente confrontación política entre el Ayuntamiento y la Junta en Sevilla se ha trasladado al seno del Maestranza y de la Sinfónica hasta provocar esta bicefalia directiva que rompe el modelo unificado establecido hace un decenio y que en aquel momento se presentó en aras de una mayor eficacia. Sin embargo, esta dualidad de cargos no es nueva en la agitada historia de ambas instituciones y supone casi una vuelta a los orígenes, ya que aquí ha pasado prácticamente de todo.

Recuérdese que tras la Expo 92 el teatro de la Maestranza pudo funcionar gracias a los fondos de la Sinfónica y ello pese a que seis meses después de clausurada la Muestra Universal el Ayuntamiento acumulaba una deuda de 320 millones de pesetas con la orquesta, hasta el punto de que en lugar de programas de mano en los conciertos se repartían fotocopias, para ahorrar gastos. Francisco Senra, gerente único de ambas instituciones, explicaba entonces que cuando hubiera dinero se dividirían los gastos acumulados para discernir un presupuesto separado para el teatro y la ROSS, la cual tenía como director artístico a su primer titular y fundador, el maestro Sutej.

Esta bicefalia se mantuvo hasta 2004, con José Luis Castro como director del teatro desde 1994, y la Sinfónica con su propio director artístico (Klaus Weisse después de Sutej, y Alain Lombard a continuación) y su propio gerente, caso de Luis Miguel Rufino, que dejó el cargo año y medio después por diferencias con Lombard.

VARIACIONES

Así pues, en la evolución del modelo hemos pasado de directores artísticos y gerentes diferenciados para el teatro y la orquesta en una primera etapa a un binomio único director/gerente (Halffter/Navarro) durante diez años y, a partir de ahora, una gerente para las dos instituciones (la propia Remedios Navarro) y dos directores artísticos diferentes para el teatro y la orquesta pero con un denominador común: los dos, Halffter y Axelrod, son directores de agrupaciones sinfónicas. Vamos al más difícil todavía.

¿Qué saldrá del experimento? El tiempo lo dirá, ya que el árbol se mide por sus frutos, pero ambos directores son lo suficientemente inteligentes y experimentados como para saber que lo más conveniente para sus intereses personales y profesionales es una estrategia de coexistencia pacífica, alejada de divismos y enfrentamientos personales, y de hecho si Axelrod dirigió anteriormente a la Sinfónica y se ganó a sus músicos hasta el punto de ser su preferido como sucesor de Halffter fue porque éste lo llamó como director invitado. El reto es lograr una sinergia artística, en la que uno más uno sumen más que dos.

EFEMÉRIDES EN LONTANANZA

De momento todo son buenas intenciones. Halffter parece haber aprendido de sus errores, indudables aciertos aparte, en su decenio en Sevilla con propuestas que suponen un mayor acercamiento a la ciudad, como llegar a acuerdos de colaboración con la Orquesta Barroca, la Orquesta Joven y la de la Hispalense y el Conservatorio; la retransmisión de óperas en espacios públicos mediante pantallas gigantescas y la creación de un festival de ópera en verano con títulos vinculados a Sevilla, algo elemental para una ciudad turística como la nuestra y que organizan otras urbes europeas que no tienen la suerte de aparecer en 150 óperas en la historia de la música, algunas tan esenciales como Don Giovanni, Las bodas de Fígaro, Carmen y Fidelio.

Por su parte, Axelrod deberá demostrar que está a las alturas de las exigencias del cargo, ya que no es lo mismo venir de director invitado para un concierto que fajarse con los músicos en el día a día y obligarlos a ensayar las mismas horas que Halffter. Sus ideas de combinar la gran música sinfónica con músicas populares y de cine puede ser un gancho para atraer un público más joven (el actual lo componen sobre todo personas mayores de 55 años), pero sus propuestas de giras internacionales y de grabaciones discográficas dependerán más de los medios económicos en un contexto de crisis y de voluntades ajenas que de sus deseos.

En el horizonte de Halffter y Axelrod está la temporada de 2015-2016, cuando se cumplirá el XXV aniversario tanto del Maestranza como de la ROSS, una efemérides que debe servir para un relanzamiento de ambas entidades y para dar por saldada la evidente fractura de los últimos tiempos.  

 

El derecho a decidir

Un acuerdo de mínimos, que abundaba en lo ya decidido por los órganos rectores del teatro de la Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica (ROSS) en el sentido de dar participación a los músicos en el comité técnico que debe elevar su propuesta a los consejos de administración para la designación del nuevo gerente del teatro y director de la Sinfónica, permitió la desconvocatoria de la huelga anunciada por los miembros de la orquesta y el estreno el pasado fin de semana de la ópera de Wagner ‘El ocaso de los dioses’.

Los músicos comprendieron que tenían a la opinión pública y publicada en contra, como demostró el comunicado emitido por las tres grandes asociaciones de melómanos de la ciudad (Amigos de la ROSS, Amigos de la Ópera, Amigos de Wagner), en que se les invitaba a hacer una reflexión de urgencia que les llevara a reconsiderar, con plena libertad, su decisión de seguir adelante con el paro.

Afortunadamente, se impuso el sentido común para evitar revivir la pesadilla de años atrás con la huelga durante la representación de la ópera ‘Otelo’, en que la ROSS tuvo que ser sustituida por un pianista, y la agrupación fue parte esencial el pasado sábado del éxito que la crítica especializada ha otorgado (cuatro estrellas) al estreno de ‘El ocaso de los dioses’, con el que la Sinfónica y el teatro de la Maestranza han culminado la tetralogía wagneriana ‘El anillo del nibelungo’. Se trata de una obra que sólo está al alcance de agrupaciones y escenarios de primer nivel artístico, como son ya considerados la orquesta y el teatro sevillanos.

ÉXITO ARTÍSTICO

Si bien está lo que bien acaba, habremos de felicitarnos todos por que en vez de estar lamentándonos a estas horas del golpe económico (pérdidas de 500.000 euros) que habría supuesto la cancelación de la ópera para el teatro y, por extensión en cuanto responsable, la ROSS, amén de para la imagen y el prestigio  de ambos y la marca ‘Sevilla’, estemos alegrándonos del éxito de haber superado con nota un desafío artístico y técnico de altura, en el que han participado unos 300 especialistas, de los que la inmensa mayoría (unos 270) están asentados en la ciudad: los propios músicos de la orquesta, cantantes del coro, figurantes, bailarines, acróbatas, técnicos audiovisuales, técnicos de iluminación, técnicos de maquinaria escénica, sastrería, regidores, maquilladores….

La culminación de la tetralogía de Wagner, que casi ha coincidido con el inicio del programa de visitas guiadas (Tras el telón) al Maestranza y en cuya elaboración también han participado consultores y empresas locales especializados en la gestión cultural y en montajes audiovisuales, ha sido la mejor demostración de que gracias a la mayoría de edad alcanzada por el teatro y la orquesta ha surgido y se ha consolidado en sus entornos una industria cultural de calidad, capaz no sólo de alcanzar casi la autosuficiencia en montajes complicados, sino también de exportar su ‘Know how’ desde Sevilla y, por tanto, de generar riqueza a partir de la cultura, en línea con lo preconizado por, entre otros, Benito Navarrete.

MENOR APORTACIÓN

De esta manera, la Sinfónica y el Maestranza revierten a la sociedad parte del apoyo público que reciben de los presupuestos del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, aunque en el caso específico de la ROSS el del Gobierno autónomo es, desgraciadamente, cada vez menor desde el estallido de la crisis (temporada 2008/2009), en que progresivamente ha pasado de 3,48 millones de euros a 3,39; 3,05; 2,61; 2,34 y 2,18 millones. La aportación del Ayuntamiento también menguó desde 2008, pero aun cuando no ha alcanzado el nivel anterior al menos se ha estabilizado en el mandato actual: 3,46 millones; 2,77; 2,77 y 3,05 millones en cada uno de los tres últimos años.

El conflicto de la Sinfónica ha permitido constatar cómo el comité de empresa ha proyectado la idea de que como los músicos son quienes más saben de música deben ser ellos y no el Consejo de Administración quienes elijan a su director, un argumento sin paralelismo para justificar su pretensión de tener también capacidad decisoria en cuestiones gerenciales.

Sin embargo, a la hora de la verdad esa supuesta lógica no se la han aplicado ellos mismos. No han elegido como representante para formar parte de la comisión de selección de candidatos a la dirección de la ROSS y de la Gerencia al intérprete con mejor currículum profesional y experiencia previa en la dirección (alguno hay), ya que se trata de proponer a una nueva batuta, sino a un miembro del comité de empresa. Dicho de otro modo, el comité de empresa que provoca la amenaza de conflicto por criterios supuestamente artísticos acaba eligiéndose a sí mismo y no por criterios artísticos precisamente. ¿Qué credibilidad puede otorgársele a ese comité de selección, en el que sus restantes miembros son o están avalados por la clase política?

AUSENCIA DEL PÚBLICO

Y cabe preguntarse por qué no forman parte del mismo representantes de los patrocinadores del teatro y/o de la orquesta y del público que pasando por taquilla y con sus impuestos los mantiene. El comunicado conjunto de la Asociación de Amigos de la ROSS, Amigos de la Ópera y Amigos de Wagner concluía con una frase plena de acierto: “No (se) debe olvidar que no hay orquesta buena ni mala sin público”.

Una gran verdad pero que no ha servido para que las instituciones les hayan dado a los representantes del público que acude a los conciertos de la ROSS (casi el 90% de ocupación media en toda su historia) voto en el comité de selección, máxime en una etapa en que no deja de hablarse de fomentar la participación ciudadana en los asuntos públicos para superar la desafección hacia la política y la clase política.

Pero si esa razón no fuera ya suficiente, los melómanos sevillanos pueden acreditar conocimientos musicales, sensibilidad y apoyo sin fisuras a su orquesta y su teatro y, por tanto, tienen títulos de sobra para hacerse acreedores de ese derecho. Basta con consultar las respectivas páginas web de algunos de estos colectivos para comprobar la ingente tarea realizada en proporción a sus escasos medios para la consolidación de la ROSS y el Maestranza en la ciudad a lo largo de casi un cuarto de siglo, en que no todo han sido días de vino y rosas como durante la Expo-92.

LABOR ALTRUISTA

La Asociación Sevillana de Amigos de la Ópera se fundó en 1990 por entusiastas de la lírica en la ciudad que ha inspirado un centenar largo de títulos operísticos. En estos años han colaborado con el teatro en la organización del ciclo de conferencias-concierto en la víspera del estreno de cada ópera. Creó el concurso de nuevas voces ‘Ciudad de Sevilla’. Otras actividades: edición del boletín semestral ‘Fígaro’. Ciclo de conferencias de divulgación sobre la historia de la ópera en el Labradores y sobre ‘mi ópera favorita’ con el Colegio de Médicos. Colaboración con las publicaciones del teatro. Envío de información a los asociados. Adquisición de entradas y organización de desplazamientos a eventos operísticos fuera de Sevilla.

En cuanto a los Amigos de la ROSS, unos 400 indesmayables desde el año 1993, han sido los ángeles de la guarda para muchos músicos extranjeros (la orquesta se fundó con componentes de quince países distintos) llegados a Sevilla sin idea de la ciudad ni de nuestro idioma y les han ayudado a resolver hasta cuestiones puramente domésticas.

Organizan o han organizado charlas preconcierto y cenas musicales. Han contribuido a la decoración floral del escenario para los conciertos de la ROSS. Han sufragado la edición de dos discos de miembros de la orquesta y de becas de formación impartidas por músicos de la Sinfónica. Han organizado el ciclo de música de cámara, un programa de hasta diez conciertos por temporada. Editan el boletín informativo ‘Paraíso’ y otorgan el premio musical del mismo nombre.

SÓLO VOZ

Cierto es que como deferencia a esta encomiable labor, el presidente de la asociación suele ser invitado a las reuniones del Consejo de Administración de la ROSS, donde se le da voz, pero no voto. Si se va a iniciar una nueva etapa en el teatro y la orquesta, se ha cumplido con creces el tiempo para cambiar esta situación. Entre los Amigos de la Ópera, de la ROSS y de Wagner  hay personas con un grado de conocimiento musical y escénico muy superior al de los políticos que circunstancialmente ocupan los puestos decisorios, personas que no sólo asisten regularmente a los conciertos de la ROSS y las actividades del Maestranza, sino que también han cultivado su afición musical en grandes templos internacionales de la música y que han visto y escuchado interpretar a Wagner en Bayreuth.

Los melómanos sevillanos, pues, también deben tener derecho a, como dicen los músicos, “influir de forma decisoria” en la elección de quienes rijan los destinos de la Sinfónica y el Maestranza.

La ROSS desafina

Imaginen por un momento que los jugadores del Betis convocaran una huelga para los tres primeros partidos de Liga en caso de que la entidad verdiblanca no les deje “participar de forma decisoria” en la elección del próximo entrenador y tras haber difundido a través de la prensa deportiva su veto al regreso de Pepe Mel más, como segunda reivindicación, tener también poder decisorio en el fichaje de un nuevo director económico-financiero para llevar las cuentas del club.

Salvando las distancias, esto es lo que han hecho los músicos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) al convocar una huelga para las tres representaciones de la ópera ‘El ocaso de los dioses’, de Wagner, con la que el teatro de la Maestranza tiene previsto cerrar no sólo la temporada lírica los días 14, 17 y 20 de junio, sino también la tetralogía wagneriana ‘El anillo del nibelungo’, ya que en las tres temporadas anteriores ofreció el resto de los títulos de esta monumental composición.

Se trata de una ópera de larga duración (está programada a partir de las 18 horas), que exige un montaje técnico muy complicado (hay que representar un desbordamiento del río Rin, un gigantesco incendio, doncellas nadando y portando el anillo…) que ha sido encargado a Carlos Padrissa (‘La Fura dels Baus’) y que cuenta con la participación de cantantes wagnerianos extranjeros y del coro de la Asociación de Amigos del Maestranza, todos los cuales llevan semanas de ensayos para estas tres funciones de alto nivel y poder de atracción para el turismo cultural.

HUELGA EN CASA AJENA

De consumarse la huelga y obligar a cancelar las representaciones, devolver el dinero a los espectadores que han comprado sus entradas y tener que pagar a todos cuantos intervienen en las mismas, el daño a la marca Sevilla sería considerable, ya que trascendería a todo el orbe operístico, al igual que a las cuentas del Maestranza, cuyo presupuesto ha pasado de los 13,3 millones de euros de 2009 a 8,9 millones de 2014 tras continuos recortes de la aportación de las Administraciones (Ministerio de Cultura, Junta, Ayuntamiento y Diputación), por lo que por primera vez en su historia este año los ingresos por taquilla y otros conceptos y los patrocinios privados han superado (53%) a la financiación pública (47%).

La metáfora futbolística empleada anteriormente se queda corta, ya que los músicos de la Sinfónica nunca convocan una huelga en los conciertos que programa su empresa, la Orquesta Sinfónica de Sevilla S. A., sino en los espectáculos de otra que los acoge y en cuya sede actúan, Teatro de la Maestranza S. A., con el fin de que las consecuencias económicas del conflicto laboral no repercutan en las cuentas propias, sino en las ajenas.

TRASFONDO ECONÓMICO

La huelga, por supuestos motivos artísticos y organizativos, se convoca en unos momentos en que los músicos de la ROSS deben sufrir un recorte del 5% en sus retribuciones, en línea con lo acordado por la Junta de Andalucía para todos los músicos de las cuatro grandes orquestas andaluzas como consecuencia de la crisis económica, un sacrificio que también han tenido que realizar los trabajadores de la función pública, que al menos conservan sus empleos mientras que millones de empleados del sector privado han acabado en el paro y el sector privado cultural ha quedado prácticamente devastado tras la retirada de la mayoría de ayudas oficiales.

Esta motivación económica de fondo se trasluce en el argumentario de la huelga difundido en Internet en páginas como ‘salvemoslaross’. Sobre el director de la Sinfónica, Pedro Halffter, dicen que su forma de trabajo “lastra el resultado artístico”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus mayores dardos van dirigidos contra la gerente del teatro y de la orquesta, Remedios Navarro, a la que se refieren en estos términos: “Cada año fracasa en su búsqueda de fondos y como no hay plan, el dinero que falta se busca en los bolsillos de la plantilla. Necesitamos una gerencia a tiempo completo, comprometida con nuestra empresa, que diseñe un plan para equilibrar la constante reducción en las aportaciones de los socios, especialmente de la Junta de Andalucía. No estamos dispuestos a pagar otra vez la falta de nivel de nuestra dirección y gerencia”.

LICEO Y PALAU

Los músicos lo dejan meridianamente claro: no están dispuestos a pagar el coste de la crisis y la atribuyen a su gerente por ocuparse también del teatro de la Maestranza y no conseguir que la Junta de Andalucía no les haya exonerado de los recortes que también sufren los funcionarios y el resto de trabajadores que aún conservan su empleo, sin reparar en que el Gobierno andaluz, que ha tenido también que recortar en sanidad, enseñanza y obra pública, aporta hoy a la orquesta 1,21 millones de euros menos que hace cinco años y que el fichaje de un gerente exclusivo para la formación musical incrementaría sus costes en al menos 60.000 euros que habría que detraer de los presupuestos de la orquesta.

Tampoco quieren percatarse los músicos de la ROSS de que pese o gracias a la gestión compartida de Remedios Navarro ni la Sinfónica ni el Maestranza han sufrido situaciones como la del Liceo de Barcelona (15 millones de euros de déficit, dos meses sin programación y veintidós trabajadores despedidos en un ajuste traumático) y como la del Palau de les Arts de Valencia, del que se va Zubin Mehta porque el dinero del grifo se ha cerrado incluso después de que él y sus músicos se bajaran las remuneraciones en un 25% y donde la directora-gerente del teatro y la orquesta (modelo de gestión compartido similar al de Sevilla), la alemana Helga Schmidt, se ha tenido que bajar el sueldo en un 60% tras ser acusada por parlamentarios valencianos de endosarle al erario público unos gastos personales calificados de “brutales y desproporcionados”.

PRECEDENTE LOMBARD

Los músicos han convocado la huelga incluso antes de la reunión del Consejo de Administración de la Sinfónica, que el pasado jueves decidió incluir la participación de aquéllos en el comité técnico que debatirá sobre la elección del nuevo director musical y artístico, mientras que se ha acordado convocar un concurso abierto para seleccionar al gerente de la orquesta y del teatro. Los integrantes de la Sinfónica se presentan ante la opinión pública como si no participaran de la vida de la misma, cuando no sólo tienen cauce abierto con el Consejo de Administración, sino que tienen entre los miembros de éste a una persona afín, Antonio Muñoz Lobatón, que es consejero en representación de Izquierda Unida.

Además, ya existe un precedente de contratación de un director de la ROSS conforme a la predilección y presiones de los músicos: el francés Alain Lombard, hace más de un decenio, con resultados pésimos para la Sinfónica. Fue votado como el candidato preferido por los integrantes de la orquesta pese a que perfil no parecía el más adecuado, ni mucho menos. El diario izquierdista francés Libération informó seis años antes de que Lombard había sido despedido en su país por Alain Juppé (varias veces alcalde de Burdeos y exprimer ministro de Francia) del cargo de director de la orquesta de Bodeaux Aquitaine (ONBA) después de que una auditoría revelara un desfase de 23 millones de francos en las cuentas por “disfunciones graves, ausencia de control y un cúmulo de remuneraciones preocupantes”.

Lombard llegó a Sevilla en septiembre de 2003, una semana después del plazo acordado para iniciar su trabajo como director de la ROSS. Alegó estar enfermo y envió por fax un parte de baja, cuando realmente estaba ensayando y dirigiendo en la Arena de Verona (hay un DVD grabado de aquellas funciones), un fraude laboral del que se escapó de rositas y pese al cual se embolsó 40.000 euros de indemnización por rescisión de su contrato. Además, omitía en su currículum que era el director de la Sinfónica de Sevilla, en un manifiesto desprecio a los músicos que habían participado, de la misma forma decisoria que exigen ahora, en su elección y a la ciudad. Y es que no es lo mismo ser director invitado que dirigir el día a día de la orquesta además de sus conciertos, pero los músicos quieren asumir el rol del Consejo de Administración.

‘OTELO’ EN EL RECUERDO

No hay, pues, razones artísticas u organizativas objetivas para esta huelga, una situación extrema que recuerda a la que también protagonizaron hace doce años los músicos cuando la ópera ‘Otelo’, en que la ROSS tuvo que ser sustituida por un pianista y sufrió un enorme desprestigio entre los melómanos sevillanos, que son a la postres quienes la financian por una triple vía: sus impuestos, la taquilla y los patrocinios en la medida de sus posibilidades y también a través de sus empresas, pese a que sufren la crisis económica en mucha mayor medida que los músicos porque muchos de ellos no tienen sus mismas posibilidades de ingresos complementarios con los que paliar los recortes (conciertos en Gibraltar, clases particulares… muy lícitos, por otra parte).

Pero esta vez no habrá pianista. El Consejo de Administración ha ordenado que la ópera de Wagner se represente con la Sinfónica o sin la Sinfónica. De tener que traer otra orquesta de fuera, habría un antes y un después en la relación de la ciudad con unos músicos, en buena parte extranjeros, que parecen no enterarse del contexto de crisis en que nos hallamos y de los casi 90.000 sevillanos en el paro.

Reto para Zoido

Zoido dijo en su momento estar muy preocupado por que la Unesco pudiera retirarle a Sevilla el título de ‘Patrimonio de la Humanidad’ a causa de la torre Cajasol. Creo que la ciudad está haciendo deméritos suficientes para que el organismo de la ONU le quite también otro título que demasiado alegremente le concedió sin merecerlo: ‘Ciudad de la Música’. Eso significaba equipararnos, por ejemplo, a Viena, lo que suena a exageración sevillana: no hay color con la patria musical de Haydn, Mozart, Beethoven (aun nacido en Bonn), Schubert, Mahler, Bruckner, Schönberg y tantos otros y con la riquísima programación que ofrece. Si Sevilla fuera en verdad ‘Ciudad de la Música’, las instituciones no le habrían recortado la mitad del presupuesto al teatro de la Maestranza y a la Sinfónica, pese a que aquél multiplica por tres cada euro que recibe. El alcalde dice ahora que la solución para el Maestranza radica en conseguir patrocinios privados. ¿A qué espera, pues? Basta con que Zoido piense en el teatro no en clave de templo de la lírica, sino como si fuera otra Copa Davis.