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Que Rafael Carmona se vaya a dormir a Heliópolis y compruebe así si el puerto cumple con su descarga nocturna de chatarra la normativa de ruidos

Vecinos de Heliópolis grabaron desde la avenida de la Raza un vídeo el pasado 22 de septiembre (2020) a la 1:49 de la madrugada en el que se demuestra el ruido que provoca la descarga de chatarra en muelles de la dársena del Batán del puerto de Sevilla, distante 500 metros de las viviendas del entorno:

Tiremos de hemeroteca. El pasado 26 de febrero, el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Carmona, informó a los medios de comunicación sobre el mapa estratégico de ruidos portuario y su estudio acústico predictivo. Carmona declaró que la incidencia del ruido generado por la actividad portuaria se centra en el muelle de Tablada y su relación con los barrios de Reina Mercedes y Heliópolis, si bien según él las emisiones de ruido «se ajustan a los niveles de calidad acústica» y «no sobrepasan los límites estipulados en la materia».

Vista aérea del río con el puerto y en en ángulo inferior derecho, la zona de Heliópolis y Los Bermejales

Pues el mapa estratégico (¿?) de ruidos del puerto y su estudio acústico predictivo son tan poco fiables que no registran el efecto que también provocan en el barrio de Los Bermejales. Yo doy fe de que a la altura de la ciudad deportiva del Betis, distante nada menos que kilómetro y medio en línea recta de la dársena del Batán, se sufren durante las madrugadas los ruidos que genera el puerto. Si a kilómetro y medio se sufren las molestias de esta contaminación acústica que dificulta conciliar el sueño, cabe imaginar cómo serán los decibelios que tienen que soportar los vecinos de Reina Mercedes y de Heliópolis.

Volviendo a las declaraciones del pasado 26 de febrero, Carmona anunció que para mejorar la gestión del ruido ambiental, la Autoridad Portuaria «ya ha comenzado a aplicar un protocolo de actuación que impide cargar o descargar piezas de chatarra en horario nocturno en el muelle de Tablada. Además -añadió- la institución lleva a cabo una labor de información y concienciación entre los operadores portuarios, para que adapten su operativa a estos requerimientos».

Descarga de chatarra en el puerto de Sevilla

La autoridad portuaria de Rafael Carmona es poco o nada convincente; vamos, que sus palabras les entran a los operadores portuarios por un oído y les salen por el otro, ya que incumplen, como ha demostrado el vídeo grabado por los vecinos de Heliópolis cerca de las dos de la madrugada, ese supuesto protocolo que impide cargar o descargar piezas de chatarra en horario nocturno.

Y atención a la reacción de la Autoridad Portuaria a la denuncia vecinal, según recoge la prensa local: asegura que «el horario de carga y descarga de mercancías depende de las necesidades de clientes y de todos los agentes que intervienen en la logística, y de las mareas del estuario, que marcan la entrada y salida de buques y, por tanto, el horario de la operativa portuaria».

Más claro, agua. Al puerto le importa un pimiento el derecho al descanso de los vecinos de Heliópolis, La Raza y Los Bermejales, y su supuesto protocolo anti ruidos, que impedía teóricamente cargar o descargar piezas de chatarra en horario nocturno, es puro papel mojado, un estudio de cara a la galería incumplido cada madrugada porque el puerto, sus clientes y los operadores logísticos se rigen por sus propios intereses y por la marea. Entonces, señor Carmona, ¿para qué se gasta usted el dinero de los contribuyentes en un mapa estratégico de ruidos si en el puerto todo está condicionado a la pleamar y a la ZAL?

Item más, el puerto subraya que la dársena del Batán, en la que se produjo la estruendosa descarga de chatarra grabada y denunciada por los vecinos, «es un núcleo industrial y logístico potente, palanca de la economía sevillana y tiene un importante peso en el PIB provincial; y en esta zona industrial se encuentran radicadas importantes empresas creadoras de empleo y riqueza de la ciudad. En su entorno operan más de 200 empresas, con 23.000 empleados que diariamente acuden a sus instalaciones».

La respuesta no puede ser más demagógica. A mí me recuerda a la de mi época de estudiante en Huelva, cuando desde el Polo Químico se lanzaba el mensaje de que «la contaminación es el precio a pagar por el progreso». Decenios después, la misma mentalidad impera en el puerto de Sevilla con su presidente, Rafael Carmona, a la cabeza cuando viene a decir que la contaminación acústica que genera el puerto es el precio a pagar por los vecinos de La Raza, Heliópolis y Los Bermejales para mantener operativas todas esas empresas y esos 23.000 empleos. ¡Empleo, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

Rafael Carmona, en la tribuna del PP

Y lo mejor (es un sarcasmo) del caso es que el señor Carmona va «vendiendo» antes, ahora y después la imagen de un puerto «verde», regido por la sostenibilidad. ¡Qué verde ni qué verde! ¡Si Carmona dejó de ser verde el día que se pasó del PA (bandera verdiblanca de Andalucía) al PP (color azul gaviota)! ¿Cómo va a ser ecológico y verde un puerto que con su contaminación acústica no deja dormir por las madrugadas a la gente que habita a un kilómetro y medio a la redonda porque es menos importante su bienestar que el bolsillo de todos los que están implicados en la operativa portuaria?

Y no se olvide que los vecinos de Heliópolis, los hotelitos de la Exposición del 29, llegaron allí hace casi un siglo, antes que todas esas industrias que cita la Autoridad Portuaria. ¿Quién tiene que subordinarse a quién, los vecinos al puerto o el puerto a los vecinos? ¿Qué tiene prevalencia, el derecho de los vecinos al descanso o el de los comerciantes de chatarra a descargarla de madrugada porque así ganan más euros para sus bolsillos? ¿Está el puerto al servicio de Sevilla o Sevilla a las órdenes del puerto?

La solución es muy fácil: invertir los papeles. Sí, que los vecinos del entorno del puerto se vayan allí de madrugada a jugar con las grúas, y a tirar y arrastrar toneladas de chatarra y que previamente inviten a dormir en alguna buhardilla de Heliópolis a Rafael Carmona y a su lugarteniente Pulido, a ver si así, una madrugada tras otra sin pegar ojo, vuelven a soltar el rollo ese del puerto «verde y sostenible» que cumple la normativa ambiental que le es aplicable. O sea, la que aplican ellos conforme -y así lo han declarado con total impunidad- a los intereses de los operadores portuarios.

La otra calle del Infierno de Sevilla

Sevilla tiene una calle del Infierno oficial y otra oficiosa. La oficial es la de la Feria de Abril. Su nombre se debe al infierno de ruidos a la máxima potencia que tradicionalmente han emitido los cacharritos que allí se instalan y que convierten en otro infierno la vida de los vecinos del colindante barrio de Los Remedios, algunos de los cuales tienen que emigrar durante la semana festiva por no poder soportar tal agresión ambiental.

Afortunadamente, la asociación de padres de niños autistas logró en 2019 que el Ayuntamiento decretara una reducción del ruido de cuatro horas durante un día de la Feria de Abril en atención a la extrema sensibilidad de estos niños al impacto del ruido extremo.

Vista de la calle del Infierno en una Feria de Abril de Sevilla

Mientras en la calle oficial del Infierno se empieza a aminorar el ruido ambiental -la diversión en las atracciones no tiene por qué ser sinónimo de contaminación acústica-, en la otra calle del Infierno de Sevilla, que es la Ciudad Deportiva del Real Betis Balompié, hacen alarde de todo lo contrario. Allí, cada dos por tres el Betis organiza algún evento que acompaña de megafonía y música atronadoras para martirio de los colindantes vecinos de Los Bermejales y de Heliópolis.

El último suplicio acústico infligido por el club verdiblanco a su sufrido entorno ha sido con motivo de la Liga Genuine Santander, celebrada en su Ciudad Deportiva el 29 de febrero y el 1 de marzo de 2020 y en la que han participado 18 equipos compuestos por personas con algún tipo de discapacidad intelectual.

¿Necesitan estas personas para jugar al fútbol acompañamiento de música atronadora y de un vociferante “speaker” desde antes de las 9 de la mañana hasta al menos las 20 horas, como ocurrió el sábado 29 de febrero? ¡Once horas seguidas machacando los oídos de los jugadores, sus familiares y los pobrecitos vecinos de Los Bermejales y Heliópolis, sin que al club de las trece barras le preocupara lo más mínimo la situación de enfermos, niños y ancianos! ¿Hace falta que a los atronadores aporreos de los hinchas en los tambores, como en aquella sevillana rociera, se una por megafonía un coro permanente de decibelios rockeros y rumberos?

Ciudad Deportiva del Betis durante la Liga Genuine Santander

¿Mide alguna vez el Ayuntamiento el volumen de la megafonía de la infernal Ciudad Deportiva del Betis, a cuyos responsables les da igual que viva gente al lado? ¿Permitiría el gobierno de Espadas que otras entidades emitieran similar contaminación acústica que el Betis?

Dicen que en la Liga Genuine Santander no sólo se tienen en cuenta los resultados deportivos, sino también las actividades positivas que se realicen durante los partidos. Pues en tal caso al Betis hay que calificarlo con un enorme negativo, por este innecesario y reiterativo despliegue híper sónico, máxime ante personas que se supone son más sensibles al ruido como las que sufren algún tipo de discapacidad y, como ya es costumbre, para los residentes del entorno, sus pacientes  habituales.

Como los clubes de fútbol en esta ciudad tienen bula para todo, y a los antecedentes me remito, los vecinos de Los Bermejales y de Heliópolis tendrán que seguir soportando no sólo los excedentes de vehículos que no caben en el aparcamiento de Lagoh, sino también esta segunda calle del Infierno de Sevilla que es la Ciudad Deportiva del Betis ante la vista gorda y los oídos sordos del Ayuntamiento.

El Ayuntamiento de Sevilla antepone las bandas de cornetas y tambores al derecho al descanso

RUIDOS

Decreta excepciones a la Ordenanza municipal contra el Ruido para que las bandas ensayen al aire libre hasta las 23 horas

CONFLICTO

 

El delegado de Fiestas Mayores sostiene que debe primar “el interés general” que para la ciudad suponen las bandas

 

RETROCESO
Zoido cedió un local a cada agrupación musical y 75.000 euros al Consejo de Bandas para locales de ensayos

 

El delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, considera que las bandas de cornetas y tambores representan el interés general de Sevilla frente al derecho al descanso de los vecinos y por ello, y haciendo una particular interpretación de la Ordenanza municipal contra el Ruido, dará permisos “excepcionales e individuales” para que las agrupaciones musicales puedan ensayar al aire libre hasta las 23 horas en los días previos a la Semana Santa.

Esta medida del gobierno local es una respuesta de carácter general al conflicto surgido en la noche del martes cuando, atendiendo a denuncias vecinales, la Policía Local suspendió el ensayo que estaba realizando en los jardines exteriores del Parlamento de Andalucía la banda de cornetas y tambores de la Centuria Romana de la Hermandad de la Macarena.

En menos de 24 horas, la Delegación de Fiestas Mayores, cuyo titular es Juan Carlos Cabrera, y la de Hábitat Urbano, que dirige Antonio Muñoz, han ideado un procedimiento excepcional que, a su juicio, desarrolla la Ordenanza municipal contra la Contaminación Acústica, Ruidos y Vibraciones para que así las bandas puedan ensayar al aire libre y pese a las quejas que puedan tener los vecinos del entorno.

Así, se establece que se podrá solicitar con carácter «excepcional y de manera individualizada» el ensayo, que será autorizado «de acuerdo a su vinculación con la Semana Santa de Sevilla por parte del Ayuntamiento».

Estas autorizaciones serán «excepcionales e individuales», no se realizarán más allá de las 23,00 horas y serán de duración tasada y determinada. «Se evaluarán una a una las ubicaciones de los ensayos para analizar la afección a las viviendas», defiende el Ayuntamiento.

En paralelo a esta «solución transitoria» para esta Semana Santa, el Ayuntamiento expone que se van a iniciar los trámites para la modificación de la Ordenanza, «de forma que se establezca una regulación adecuada para el equilibrio entre el derecho al descanso y los ensayos en los días previos a la Semana Santa».

 

CESIONES Y SUBVENCIÓN

 

Así pues, las bandas han vuelto a los espacios públicos cuando el 17 de marzo de 2015 el anterior alcalde, Juan Ignacio Zoido, anunció durante una visita a la banda de Las Cigarreras, que estaba tocando en el polígono Arte Sacro, que “todas las bandas tienen un local para ensayar gracias a la cesión de varios locales municipales y a la subvención de 75.000 euros que el Ayuntamiento otorga al Consejo de Bandas para el alquiler de otros. Sólo falta asignar -añadió Zoido- un espacio a la banda de música de Nuestra Señora de la Victoria, y para ello estamos trabajando, en buscar cuanto antes el lugar idóneo para esta formación”.

En el caso de la banda de la Centuria de la Macarena, origen del actual conflicto, el Ayuntamiento le cedió un espacio de ensayo en el Polígono Navisa.

Por su parte, el actual alcalde, Juan Espadas, propugnó cuando estaba en la oposición y tras reunirse con el Consejo de Bandas que todas las agrupaciones musicales ensayaran en el convento de Santa Clara, en el que además quería instalar una escuela-taller de lutería. “El objetivo -dijo- es convertir el convento de Santa Clara en el gran centro de referencia y de ensayo para las bandas y que puedan disponer de parte de los 6.000 m2 para todas sus actividades”.

 

EXCEPCIÓN DOBLE

 

Según fuentes municipales, hay bandas que necesitan ensayar al aire libre para Semana Santa y de hecho sostienen que la Ordenanza ya recoge este hecho excepcional de cara a las fiestas religiosas, pero de una manera indefinida y remitiéndose a que los ensayos se hagan lo más lejos posible de las viviendas y que acaben al anochecer, por lo que se ha hecho una especie de desarrollo reglamentario de la norma regulando de manera concreta esta excepción y articulando un procedimiento que hasta ahora no se había establecido.

Abogados especializados en Derecho ambiental cuestionan o critican la “excepción” dictada sobre la marcha por el Ayuntamiento para soslayar o “desarrollar” las disposiciones de la Ordenanza municipal contra el Ruido. Para Emilia de la Serna no se ajustaría a Derecho. Joaquín Herrera, que aúna a su condición de jurista la de cofrade, se remite al uso de la figura del Privilegio Jurídico por parte del gobierno local, pero  califica la actuación de los dos delegados de “barbaridad jurídica” porque estarían suplantando la autoridad del Pleno y/o la del alcalde al modificar una Ordenanza y además haría falta un dictamen jurídicamente motivado del que no se tiene noticia.

A su juicio es obvio que hay una escala en los derechos y que el derecho de los sevillanos a la salud, el descanso y el medio ambiente está muy por encima del de las bandas de música a ensayar en la vía pública, pese al respeto que le merece la Hermandad de la Macarena y todas las de la ciudad.

Según Herrera, con amplia experiencia en esta casuística, cuando los vecinos denuncian a la Policía Local es porque ya no pueden soportarlo más y no lo hacen por fastidiar a nadie, y hay que tener en cuenta la situación de niños, enfermos y ancianos, muy sensibles y vulnerables al ruido. Para este abogado, el Ayuntamiento tenía muy fácil arbitrar una solución: ofrecer locales cerrados o espacios alejados del casco urbano (el estadio de la Cartuja, por ejemplo) para los ensayos de las bandas en vez de establecer excepciones que estima contrarias al derecho preferente de los vecinos al descanso.

El Ayuntamiento cedió un local

De ensayos a cada banda

 

Durante el mandato de Zoido, el Ayuntamiento cedió locales municipales para el ensayo de todas las bandas de la ciudad, conforme a la siguiente distribución:

-Caracolas de la Madrina (junto al Casino de la Exposición): Banda de música del Sol, banda de cornetas y tambores Nuestra Señora del Sol, San Juan Evangelista, Cristo de la Sangre y Agrupación de la Redención.

-Polígono Navisa: Agrupación Nuestra Señora del Carmen, Agrupación Santa Cecilia, las dos bandas de Los Gitanos, Jesús Cautivo, Centuria Macarena, las Tres Caídas de Triana y la Agrupación Nuestra Señora del Juncal.

-Polígono Store: Virgen de los Reyes y Madre de Dios de los Desamparados.

-Polígono Arte Sacro: la Humildad, las Cigarreras y Columna y Azotes.

-Polígono Calonge: Banda de cornetas Varón de Dolores.

-Polígono San Pablo: Agrupación de la Encarnación.

-Parque Alcosa: Banda de cornetas Pasión de Cristo.

Calle Becas: Escuadrón de la Paz.

 

El Gobierno indulta al dueño del bar “El Coyote”, condenado a cuatro años por “ruidos intolerables”

El Boletín Oficial del Estado del pasado 2 de enero de 2017 publicó un Real Decreto del Ministerio de Justicia por el que se concede el indulto a Gabriel Baños Paisano, uno de los dueños del bar “El Coyote”, de Dos Hermanas, que el 9 de marzo de 2012 fue condenado por la Audiencia Provincial de Sevilla como autor de un delito de contaminación acústica a la pena de cuatro años y un día de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión u oficio relacionados con la explotación de negocios de hostelería. La pena fue confirmada posteriormente por el Tribunal Supremo, que rechazó el recurso interpuesto.


La Sala Séptima de la Audiencia Provincial consideró probado que, desde agosto de 2007 y hasta mayo de 2008, Gabriel Baños Piasano y Sara B.M. ponían la música en su bar ‘El Coyote’ «a diario en horario nocturno y, en especial, durante las madrugadas de todos los fines de semana». El volumen «notoriamente excesivo» de la música ocasionó «ruidos intolerables» en el interior de las casas de algunos vecinos, pero a pesar de que los imputados «conocían las graves molestias» que «continuadamente» causaban a los vecinos, «quienes les mostraban sus quejas a causa del ruido nocturno procedente del bar», los acusados «volvían a conectar la música tras la marcha de los agentes de la Policía Local» que acudían al lugar de madrugada a realizar inspecciones.

Así, los agentes realizaron hasta diez inspecciones en las que comprobaron «el exceso de ruido» e incluso las medidas puestas por los acusados «para no ser descubiertos». La sentencia recoge que incluso el Ayuntamiento de la localidad abrió al bar un expediente sancionador una vez «comprobados los ruidos abusivos», todo lo cual llevó a que el 14 de diciembre de 2007 el Consistorio ordenara como medida provisional el precinto del foco emisor de ruidos, lo que fue notificado al procesado. Posteriormente, el 14 de enero de 2008 y «tras comprobar el excesivo acústico y el relatado incumplimiento de las resoluciones del Ayuntamiento», éste ordenó la suspensión de la actividad del bar, lo que también fue notificado al acusado, a pesar de lo cual ni él ni la procesada «atendieron nunca los requerimientos» del Ayuntamiento.

BURLA A LA POLICÍA

Los agentes, por su parte, comprobaron que para «burlar» la orden de 14 de diciembre de 2007 los acusados, «si bien mantenían el precinto de reproductor de música y el limitador de sonido, habían conectado un ordenador y un televisor a un amplificador para emitir música a elevado volumen sin pasar por el limitador». A pesar de las reiteradas inspecciones de los policías, que llegaron a precintar el aparato de música y a ordenar la suspensión de la actividad del bar, los agentes constataron el 14 de mayo de 2008 que, «abierto el bar, el precintado y la orden de cierre estaban tirados en el suelo», por lo que volvieron a precintar el establecimiento delante del acusado.

La Audiencia señala que los vecinos de las viviendas aledañas «se han visto» durante este periodo de tiempo expuestos «reiteradamente» a ruidos que, «por su frecuencia, intensidad, duración, falta de control sobre la fuente y sonoridad han afectado gravemente a su sosiego, descanso nocturno y conducta».

En el juicio, una psicóloga «fue categórica» al señalar que una de las vecinas afectadas «presentaba malestar emocional, depresión y hostilidad por síntomas que incluyen vivencias disfóricas, de desánimo, impotencia, falta de energía, así como ideas destructivas, alteraciones del sueño y del apetito», resaltando que a pesar de que los ruidos cesaron en mayo de 2008, esta vecina aún sufría todos estos síntomas en noviembre de 2010.

El acusado, por su parte, denunció error en la valoración de la prueba, pero el Tribunal Supremo le recordó posteriormente  que «casi 20 testigos, funcionarios municipales y peritos han declarado sobre las mediciones, precintos y su retirada», añadiendo que ambos acusados «fueron advertidos en reiteradas ocasiones y se giraron visitas de inspección con precintos de la actividad que fueron desobedecidas».

El acusado negó en su recurso, igualmente, que la música superara los decibelios permitidos, punto en el que el Supremo señala que «el relato fáctico refiere que las mediciones efectuadas por los técnicos y la Policía competente en la materia superaban las medidas consideradas como emisión permitida», así como la indebida aplicación del delito que se imputaba.

La Ordenanza del Ruido lleva seis meses en vía muerta

El Ayuntamiento aún no ha respondido a todas las alegaciones presentadas

Arguye que la complejidad del tema requiere de un estudio riguroso

Anticipa que el texto aprobado inicialmente será finalmente modificado

El gobierno municipal lleva ya medio año estudiando las alegaciones presentadas por asociaciones de vecinos, colectivos y hasta partidos de la Oposición a uno de sus proyectos más polémicos por la fuerte contestación social que suscitó en su día: la nueva Ordenanza sobre Contaminación Acústica, Ruidos y Vibraciones. El equipo de gobierno expresó en una respuesta a la Comisión de Ruegos y Preguntas que la demora se debe a la complejidad del asunto y a la necesidad de extremar el rigor en el análisis.

El Pleno del Ayuntamiento aprobó inicialmente en julio de 2013 la nueva Ordenanza popularmente conocida como del Ruido, la cual contó únicamente con los votos a favor del grupo Popular y el rechazo de la oposición. A este rechazo político se le unió en la calle el de asociaciones de vecinos y diversos colectivos, como Juristas contra el Ruido y la Plataforma contra el Ruido.

El texto vio la luz con una fuerte polémica tras conocerse que el primer proyecto, redactado por técnicos municipales y que llegó incluso a ser tomado como modelo para su aplicación en toda Andalucía por la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, fue desestimado por el gobierno municipal, el cual a continuación gastó 21.000 euros en contratar una asesoría externa para que elaborara un texto alternativo.

El nuevo proyecto fue objeto de un dictamen muy negativo por parte del catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Hispalense Jesús Jordano Fraga, tras un encargo en tal sentido realizado por asociaciones de vecinos y la Plataforma contra el Ruido. Entre las muchas deficiencias observadas, el dictamen destacaba fundamentalmente tres: no se consideraban los veladores como fuentes emisoras de contaminación acústica, vía libre a que se otorguen nuevas licencias en zonas acústicas saturadas y legalización de actividades emisoras de ruidos en el seno de las viviendas.

El dictamen del profesor Jordano fue tomado como base por entidades ciudadanas para la presentación de numerosas alegaciones antes del cierre del plazo establecido, que se cumplió el 14 de noviembre de 2013.

LENTITUD

Desde entonces ha pasado medio año y el gobierno local, con las elecciones europeas en puertas y las municipales en lontananza, mantiene ralentizado el proceso administrativo e aprobación de un texto que no satisface a los hosteleros, los cuales lo consideran demasiado restrictivo, ni a asociaciones vecinales, que lo ven demasiado permisivo.

Extrañado por esta tardanza, el Grupo Socialista elevó el asunto antes de Semana Santa a la Comisión de Ruegos, Preguntas e Interpelaciones del Ayuntamiento para saber por qué no se había respondido todavía a todos los alegantes, no se había comunicado si se había modificado el texto original y tampoco se había tramitado para su aprobación definitiva en Pleno.

Según la respuesta del delegado de Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, el Servicio de Protección Ambiental no ha podido atender a todos los alegantes debido a que tiene que compaginar sus tareas con el estudio de las alegaciones. El retraso se debe fundamentalmente al “estudio riguroso” de todas ellas. “Dada la complejidad de la materia objeto de la Ordenanza y la importancia que la misma tiene en la sociedad sevillana -afirma el delegado- están siendo (las alegaciones) analizadas y estudiadas para determinar su incorporación al texto….”.

Vílchez anticipa que “lógicamente, del resultado del estudio y estimación de muchas alegaciones, el texto aprobado inicialmente será modificado”.

 

Externalización

La encomiable e infatigable Plataforma por el Derecho al Descanso aprovechó el Día Internacional de la Lucha contra el Ruido para denunciar lo mismo que las quejas de las que se hace eco el Defensor del Pueblo Andaluz en sus informes: que este Ayuntamiento, al igual que el anterior, y el anterior del anterior y así sucesivamente, pese a la promesa en contrario del actual alcalde que tantas esperanzas suscitó, hace oídos sordos ante la contaminación acústica. Y denunció además que el Área de Medio Ambiente, que dirige Joaquín Peña, guardó en un cajón o arrojó a la papelera el proyecto de Ordenanza de Veladores redactado por los técnicos municipales. A continuación, siempre según los denunciantes, encargó otro más benévolo para los dueños de los bares a una consultora externa, cuya factura de 21.000 euros hemos pagado todos los contribuyentes sevillanos en estos tiempos de recortes de gasto público. Juan Ignacio sigue enojando cada día a un colectivo más y coleccionando promesas incumplidas. ¿Dónde ha quedado aquella sobre el gobierno de los funcionarios?

Campanas

El manifiesto fundacional de Iniciativa Sevilla Abierta, titulado ‘Sevilla, algo más que tradiciones’, incluía entre las propuestas de la progresía local a las Administraciones Públicas la lucha “en particular contra la contaminación acústica generada por las campanas de la Giralda y de diversas iglesias sevillanas (que) superan con creces los límites legales…”

Uno de los promotores, que había fijado su residencia en el entorno de la catedral, coló  esta exigencia pese a que las campanas llevan tañendo desde hace casi 500 años con similar volumen de sonido, sin que en estos cinco siglos constara queja alguna por tal circunstancia y pese a que el alérgico al repiqueteo del metal podría haber fijado libremente su residencia lo más lejos posible del antiguo alminar almohade. La pretensión así hecha pública de que enmudecieran las campanas de la Giralda en vez de que quien no las soportaba se mudara de collación denotaba en el fondo la misma intransigencia en quienes tachaban de intolerantes a los guardianes de las tradiciones. En el fondo, se trata de un fenómeno  típicamente sevillano de exclusiones mutuas: el anverso y el reverso de la misma moneda.

Si la Giralda, símbolo de la ciudad por excelencia, existe tal como la conocemos es justamente por el cuerpo superior añadido en el siglo XVI por el arquitecto Hernán Ruiz como campanario para albergar las campanas, rematado por la veleta del Giraldillo, la victoria de la Fe. Y las campanas dejaron de ser exclusivamente un símbolo meramente religioso para convertirse en insólito instrumento musical el 20 de octubre de 1990, cuando el maestro valenciano Llorenc Barber organizó un concierto de tañidos, el ‘Amare Mariam’, en el que sonaron a los cuatro vientos 159 campanas de 56 campanarios y espadañas de la ciudad. Aquel día enmudecieron hasta los veladores de los bares para escuchar la sinfonía de tantos  volteos al unísono o intercalando sones distintos.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprobó el proyecto de nueva Ordenanza contra la contaminación acústica, que exime del cumplimiento de los límites de emisiones de ruido al toque de campanas de los templos, con lo cual ya nadie podrá acusar a las campanas de la Giralda de vulnerar la legalidad.

Mira que si a Zoido, además del ‘mapping’ y los copitos de nieve en la Plaza de San Francisco, se le ocurre organizar otro concierto magno, como el de hace 23 años, con todas las campanas de la ciudad para celebrarlo….

Alguien hasta puede exiliarse.

 

Oídos sordos

tunelAntier fue el Día Mundial de la Concienciación contra el Ruido. Por tal motivo, ‘patrullas silenciosas’ de cierta firma de sonotones se pasearon por la Campana para  repartir protectores auditivos. Se equivocaron. Donde tenían que haber estado los héroes del silencio era con los vecinos del Porvenir y la Estrella. Hartos de los tres meses de estruendo nocturno de las obras interminables que Movilidad ejecuta desde hace años en el túnel de la Palmera a ver si las medio remata siquiera para la Feria, decidieron pasar la noche en vela (la iban a pasar de todos modos) junto a los obreros, las excavadoras, los martillos neumáticos y las hormigoneras. Cuentan que han llamado a la Policía un millón de veces y que la respuesta es siempre igual: para que van a ir si, total, cuando puedan dentro de tres o seis meses se supone que ya se habrá acabado la obra. Decía Churchill que en Inglaterra, cuando de madrugada suena algo, no es ruido de sables, sino el lechero. En Sevilla, cuando de noche el ruido no deja dormir al vecindario no es el lechero, sino Fran Fernández.

Monteseirín se hizo su foto

El Boletín Oficial del Estado del pasado 29 de enero publicó la reforma de la Ley Electoral, por la que se regirán las elecciones municipales del 22 de mayo y los sucesivos comicios autonómicos y generales dentro de aproximadamente un año. El objetivo declarado por el legislador para esta modificación normativa es, por una parte, evitar la incidencia de los poderes públicos en las urnas mediante la realización de campañas institucionales e inauguraciones de obras; y, por otra, reducir la publicidad y la propaganda al limitarla estrictamente al periodo (15 días) de la campaña electoral.

Para comprender la fiebre de primeras piedras e inauguraciones de obras más inacabadas que la famosa sinfonía de Schubert de los últimos días en Sevilla hay que remitirse a la introducción de estos  dos apartados clave en el artículo 50 de la Ley Electoral reformada:

1)      Desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas queda prohibido cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones.

2)      Durante el mismo periodo queda prohibido realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos, o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada, sin perjuicio de que dichas obras o servicios puedan entrar en funcionamiento en dicho periodo.

ROZANDO EL LÍMITE LEGAL

Como Alfredo Sánchez Monteseirín ha calculado que la convocatoria oficial de las elecciones municipales del 22-M se iba a publicar  en el Boletín Oficial del Estado  el día 28 de marzos o, a lo sumo, el 29, se apresuró  a anunciar para el domingo 27 de marzo  la ‘inauguración’ de su particular estadio olímpico o mausoleo político de las setas de la Encarnación, cuyo coste global estimamos en su día en unos 140 millones de euros (valorando, además de las obras actuales, las indemnizaciones por la paralización del primer proyecto, que se elevaron a nueve millones de euros,  y la aportación en especie del edificio de la Hacienda Municipal para que Sacyr lo explote durante cuarenta años y que fue tasado en más de 32 millones de euros por el Ayuntamiento).

encarnacion 4La ‘inauguración’ del icono de la era alfrediana es una metáfora del personaje y de su política, ya que todo aquí hoy es pura fachada con el fin de que, antes de que entrara en vigor la prohibición legal de inaugurar nada,  Monteseirín pudiera hacerse la foto oficial del paripé del fin de las obras, que acumula cuatro años de retraso sobre la fecha inicialmente prevista de mayo de 2007 (para las anteriores elecciones municipales), pese a lo cual el alcalde, cómplice de la situación con tal de vez alzadas las setas y dejar su huella para la posteridad en la trama urbana de la ciudad, ha sido incapaz de imponer sanción alguna a la empresa constructora.

EL PRECEDENTE

La impostura de Monteseirín le lleva a ‘inaugurar’ unas obras inacabadas y hasta por fases, como ya hizo con el mercado, cuya actividad se ha desarrollado durante meses en un escenario plagado de andamios y con un trasiego de operarios trabajando a triple turno (¿quién ha pagagado este sobrecoste y por qué no se aplica  para rematar otras obras menos electoralistas?), con el riesgo que ello implicaba para los clientes de la plaza de abastos.

Ni la autoridad (¿?) laboral ni Torrijos, tan aparentemente preocupado por la seguridad laboral, han alzado la voz. Como tampoco la Policía Municipal, encargada de velar por que se cumplan las Ordenanzas contra el Ruido en horario nocturno, el mismo en que se han hecho todo tipo de trabajos en el Metropol Parasol sin importar las molestias que estuvieran causando al vecindario.

La compañera Ana Sánchez Ameneiro hizo un estupendo trabajo de campo periodístico al indagar sobre el terreno de la Encarnación y en las cuadrillas de operarios que estaban trabajando contra el reloj en las setas. El testimonio recogido de un jefe de cuadrilla deja en evidencia las mentiras de Monteseirín: “No sé a quién quiere engañar –aseveró el operario- el Ayuntamiento. Nosotros tenemos aquí trabajo para dos o tres meses más. Los alrededores de los parasoles sí puede que estén urbanizados a tiempo para que pase el alcalde y se haga la foto, pero no así los demás elementos del proyecto”.

DOS O TRES MESES MÁS

Según el inventario de mi colega, para poder dar por finalizadas las setas quedan por rematar al menos siete tareas todavía, entre ellas pintar con poliuretano las copas de dos parasoles, revestir de hormigón y de metal la base de dos setas, acabar el restaurante-mirador y abrirlo, equipar el Antiquarium y probar su equipamiento multimedia…. Una labor para la que harán falta dos o treses meses más de trabajo, lo cual no es óbice para que  Monteseirín haya protagonizado  otra de sus farsas: el paripé de inauguración de su faraónico proyecto, con, probablemente, hasta una placa en cualquier parte que empiece por la manida fórmula de “siendo alcalde….”.

Pero, muy a su pesar y tal como nos enseñaron en la Facultad de Periodismo, la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino al revés. Y la noticia que ha desmontado la farsa ha sido, a partir del lunes 28 de marzo, ver la foto de los operarios rematando por dentro y por las alturas  unas setas que, según la versión oficial y el aparato de propaganda del alcalde, ya están terminadas desde hace una semana.