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El mercado de la Encarnación desaparecerá en 15 años

Monteseirín pactó con Sacyr que no se cubra ninguno de los puestos que los placeros dejen vacantes al jubilarse

La constructora de las setas podrá así incorporarlos a su

galería comercial con mayor rentabilidad

Los placeros tachan de “usura” que les cobren los atrasos

al doble del interés legal del dinero

El contrato que Sacyr ha impuesto con el beneplácito del Ayuntamiento a los placeros de la Encarnación confirma por escrito lo que era un secreto a voces: el Centro se quedará sin este mercado tradicional en un plazo máximo estimado de quince años, porque Monteseirín pactó con la constructora que no se pueda ocupar ninguno de los puestos que dejen vacantes los placeros a medida que se jubilen y que aquéllos se incorporen a la galería comercial que explotará la concesionaria a mejores precios y para alquilarlos a cualquier tipo de marcas.

La recuperación del antiguo mercado de la Encarnación para el casco antiguo de la ciudad no ha sido más que la coartada empleada por Monteseirín para poder justificar así la construcción de su particular ‘estadio olímpico’, el faraónico proyecto de las ‘setas’ con el que dejar su huella para la posteridad a cambio de un desembolso superior a los 140 millones de euros y la privatización durante 40 años de una plaza pública con varios miles de metros cuadrados.

El alcalde, tal como refleja por escrito ahora el contrato de Sacyr con los placeros, pactó con la constructora las condiciones para que el mercado desaparezca una vez que estén consolidadas las ‘setas’ diseñadas por el alemán Jürgen Mayer.

Así, en la cláusula segunda puede leerse textualmente la siguiente estipulación: “De acuerdo con el contrato del concesionario (Sacyr) con el Ayuntamiento de Sevilla para la Obra Pública de Renovación de la Plaza de la Encarnación y su entorno, los espacios del mercado de abastos que a lo largo del tiempo queden vacantes pasarán a formar parte de la explotación comercial por parte del concesionario, previo los trámites de desafectación y cambio de uso”.

De los 39 placeros supervivientes que se trasladarán al nuevo mercado, se estima que un tercio se jubilarán en el plazo de un lustro, y como la mayoría de los restantes tiene en torno a los 45 años, en unos quince la mayor parte o todos los puestos quedarán libres para ser absorbidos por la galería comercial de Sacyr. Del puesto del pescadero, frutero, verdulero y carnicero de toda la vida, a los que los clientes podían identificar por sus nombres y hasta haber entablado cierta amistad, se pasará a entrar en el futuro en la franquicia de una óptica o de una marca de telefonía móvil o en una tienda de una firma de moda.

Sacyr cobrará a los placeros una renta de 350 euros mensuales por puestos que tienen unos 20 m2. En su galería comercial está pidiendo una renta de 40 euros/m2 de promedio, por lo que el potencial económico de un puesto del mercado cuando se lo quede Sacyr sería en dinero constante de 20 x 40= 800 euros mensuales.

Este es otro de los negocios que permitirá Monteseirín a la concesionaria del Metropol Parasol en vez de haberse preocupado en mantener la supervivencia del mercado tradicional en el Centro de Sevilla garantizando el relevo generacional entre los placeros, de padres a hijos, como ha sido costumbre de toda la vida en la ciudad, o incluso de haber permitido la incorporación de savia nueva pero con los usos comerciales de siempre.

Por tanto, el contrato de Sacyr con los placeros deja en evidencia lo huero del discurso triunfalista del alcalde en el salón Colón del Ayuntamiento durante la entrega de llaves a aquéllos, cuando dijo. “Después de 40 años de provisionalidad parecía imposible, y es verdad que ha sido  complicado, pero imposible no”. En una generación se habrá acabado la provisionalidad y todo el mercado de la Encarnación y sólo quedará una galería comercial bajo las setas.

CONDICIONES LEONINAS

Presionados o cohibidos, los placeros acabaron aceptando ante el alcalde un contrato leonino impuesto por Sacyr contra el que se rebelaban y hasta recogieron firmas de protesta a lo largo de la mañana del día de la entrega de llaves.

Y es que el contrato que han tenido que firmar para trasladarse a los nuevos puestos los deja atados de pies y manos y parece pensado para acelerar su salida . Para empezar, quedan sometidos a una maraña de disposiciones: la Ordenanza municipal de mercados de abastos, un reglamento de funcionamiento interno, un manual de uso y funcionamiento del puesto de venta, los estatutos del conjunto inmobiliario de la Encarnación y los estatutos del edificio de equipamientos y servicios. El incumplimiento de cualquiera de estas normas faculta a Sacyr a adoptar medidas en contra de los comerciantes.

Si en el actual escenario de crisis económica un placero tiene problemas y no paga cuatro mensualidades del alquiler, sean o no consecutivas, la constructora le puede quitar el puesto. Si incurre en el impago de dos mensualidades, consecutivas o no, en el plazo de un año, Sacyr le suspenderá temporalmente el suministro de los servicios necesarios para el puesto hasta que sean abonadas las cantidades adeudadas, incluidas las penalizaciones.

De “usuraria” han calificado algunos placeros la cláusula según la cual en caso de que uno de ellos no pague el alquiler dentro del plazo de cinco días establecido, devengarán una penalización equivalente al doble del interés legal del dinero sobre la cantidad adeudada, sin que exista un límite máximo penalizable. Además, el placero entrará en mora de manera automática, sin necesidad de que exista intimación (requerimiento) por parte de Sacyr.

Según el contrato, “la prestación de un servicio manifiestamente deficiente y prolongado por más de cuatro meses” o “el incumplimiento grave de cualquiera de las obligaciones” por parte de los placeros serán motivo para rescindirles el contrato. Y, ¿quién determina que el servicio es deficiente o incumple las obligaciones? Si el placero no atiende las instrucciones de Sacyr en el plazo de 15 días, aunque no le parezcan fundadas, puede verse sin puesto y con una reclamación de que pague indemnización por daños y perjuicios.

FIN DE LOS CHICHARRONES

En caso de que aún se vendieran, los sevillanos ya no podrán comprar chicharrones en el mercado de la Encarnación porque el contrato que los placeros han tenido que firmar para trasladarse desde sus actuales instalaciones provisionales estipula que “podrán adoptarse todas las medidas necesarias para impedir y evitar la existencia de cualquier ruido anormal y de olores desagradables”.

Tampoco podrán pedir que les partan hueso de jamón o de cualquier otro tipo, porque se prohíbe instalar en los puestos ningún motor o máquina cuyo funcionamiento ocasione molestias a los demás titulares de los puestos.

Los placeros no podrán ir a preparar o supervisar sus puestos ni domingos ni festivos, y de lunes a sábado tendrán que abandonar el mercado a las 4 de la tarde. En caso de necesitar más tiempo o ir acompañados de algún familiar o amigo tendrán que comunicarlo previamente por escrito a Sacyr e indicar el motivo, el tiempo de permanencia y la identificación de sus acompañantes.

Más prohibiciones: no podrán ocupar ningún muelle de descarga de mercancías desde las 16 hasta las 5 horas y deberán dejarlos limpios en un máximo de 15 minutos. Asimismo, el suministrador de mercancías que se desvíe del acceso que marque Sacyr  o no respete los horarios se arriesga a no llegar al mercado.

Los placeros deben pedir permiso a Sacyr para todo: desde colocar un rótulo en el puesto hasta colocar un espiche en la pared.

Las ‘setas’, un negocio de 100 millones

Los compromisos del Ayuntamiento ascienden a 80 millones por privatizar la plaza durante 40 años

El Consistorio carga con el alquiler del edificio de Hacienda y de parte de los puestos del mercado y subvención a las visitas

El coste para las arcas públicas se incrementa con el Antiquarium y las indemnizaciones por desechar el proyecto de PSOE y PA

Visita de Monteseirín y Celis a las setas de la Encarnación

Visita de Monteseirín y Celis a las setas de la Encarnación

Sacyr podría hacer un negocio de al menos 100 millones de euros por la construcción y explotación comercial de las setas y la plaza de la Encarnación,  tras comprometerse en el concurso que le fue adjudicado en su día a invertir tan sólo unos 25 millones de euros y haber obtenido ya del Ayuntamiento durante estos años aportaciones de fondos públicos por valor superior a los 63 millones, que sumarán más de 80 millones (sin contar aportaciones en especie) al cabo de 40 años.

Las estimaciones pueden empezar a hacerse a la luz de las cifras de negocio que se van concretando en las distintas áreas del Metropol Parasol y su entorno y en las previsiones contenidas en el Plan de Financiación elaborado en su día (2005) por la propia compañía.

Recordemos someramente que el Ayuntamiento presidido por Monteseirín valoró la ejecución del proyecto de la Encarnación en 51,2 millones de euros. A cambio de la construcción del Metropol Parasol, el Consistorio permitirá a Sacyr la explotación de todo el conjunto durante 40 años.

La constructora desembolsaría unos 25.778.834 euros y el Ayuntamiento, además de permitirle rentabilizar comercialmente las setas, le aportaba de entrada una subvención a fondo perdido de unos 25.421.166 euros, que con el tiempo y por ahora se han convertido en al menos 63 millones, más  la cesión también por esos cuatro decenios del edificio de la Hacienda Municipal, tasado por Tinsa en 32,3 millones de euros.

Vamos a ir desglosando cada uno de los activos explotables por Sacyr en la Encarnación con sus previsiones de negocio y las variaciones surgidas desde 2005 a la fecha:

EDIFICIO DE LA HACIENDA MUNICIPAL

Se trata en realidad de dos edificios de dos plantas unidos entre sí y con un parking subterráneo, con 6.797 m2 de superficie sobre rasante y 1.113 m2 de aparcamiento. La estimación de negocio de Sacyr era alquilarlo como oficinas a razón de 12 euros por m2 y mes y con un 90% de ocupación, de lo que resultarían unos ingresos  de 73.408 euros al mes; 880.896 al año y 35.235.840 euros en los 40 años de concesión.

El plan de negocio prevé alquilar las 41 plazas de estacionamiento con una ocupación plena y a razón de 150 euros mensuales por plaza. Resultaría una renta mensual de 6.150 euros; anual de 73.800 y de 2.952.000 en los 40 años.

El Ayuntamiento, propietario del inmueble, previó el traslado de los funcionarios a la antigua Comisaría de la Gavidia, que adquirió al Ministerio del Interior a cambio de 9 millones de euros más la entrega de cinco solares para que construyera Comisarías de Policía, pero hasta  la fecha Interior sólo ha construido una comisaría, y el Consistorio ni ha rehabilitado la Gavidia ni trasladado a los funcionarios para dejarle libre a Sacyr la sede de Hacienda y que aquélla, conforme al compromiso adquirido con la Corporación Municipal, la demoliera para alzarla de nuevo o la rehabilitara a sus expensas.

Desechada la idea de la demolición y nueva edificación por razones de ahorro para Sacyr, la constructora estimó el coste de la rehabilitación a razón de 360 euros/m2 en las oficinas y de 250 euros/m2 en el garaje. Total, 2.725.170 euros.

Por su parte, el Ayuntamiento se comprometía a indemnizar a Sacyr con unos 21.000 euros periódicamente si cuando estuvieran acabadas las setas no había liberado el edificio. Las setas no se han terminado aún, tras un retraso de varios años, y pese a ello y sin que haya mediado concurso público, Monteseirín ha decidido que los funcionarios municipales continúen al menos cinco años más en la Encarnación y convertirse en inquilino de su propio edificio, a cambio de una renta mensual para Sacyr de 60.000 euros. Así pues, en esta época de hundimiento del mercado inmobiliario, el Ayuntamiento garantiza a Sacyr el alquiler de los próximos cinco años con una cifra de 3.600.000 euros. Y por ende la constructora se ahorra el coste de la rehabilitación, esos 2,7 millones citados.

METROPOL PARASOL

La cubierta del Metropol Parasol

La cubierta del Metropol Parasol

Por niveles, desde el subsuelo hasta la coronación de las setas, hay los siguientes elementos:

-Antiquarium (Cota: – 5 metros)

El Consistorio ha anunciado que invertirá 8,5 millones de euros en la construcción de este gran espacio museístico bajo el suelo de la Encarnación y que acogerá todos los restos arqueológicos hallados durante las excavaciones. De momento no está claro si el museo será de entrada libre. El alcalde anunció su propósito de que fuera gestionado por el Patronato del Alcázar, aunque Sacyr también ha sacado tajada, ya que el alcalde le ha adjudicado aquí obras por valor de 4,7 millones de euros.

-Nivel Plaza Cero (Cota: – 5 metros)

Servicios del mercado, que se encuentran bajo rasante. Aquí Sacyr proyecta explotar 376 m2 con una renta mensual de 15 euros/m2, lo que arrojaría 5.640 euros mensuales; 67.680 euros al año y 2.707.200 euros en todo el periodo.

Nivel Plaza Uno (Cota: 0,00 / 10,25 metros)

La seta sobre la plaza de la Encarnita

La seta sobre la plaza de la Encarnita

Este es el nivel del mercado y de toda la Plaza de la Encarnación, con una superficie de 4.500 m2. Aquí se ha construido el mercado para los 39 placeros supervivientes del primitivo mercado derruido en 1973, si bien la previsión de Sacyr es la de recuperar toda esta zona dentro de unos 20 años, cuando calcula que los placeros se habrán ido retirando, abandonando o desapareciendo físicamente, una previsión que ha indignado a aquéllos. El plan de negocio de la constructora consistía originalmente en cobrarles 360 euros por puesto y mes, lo que arrojaría 168.480 euros/año, pero ahora se ha descolgado con una tarifa de 680 euros, según el delegado de Urbanismo (Manuel Rey), para recaudar 318.240 euros al año.

Así pues, de una proyección de 6.739.200 euros de ingresos totales en 40 años, Sacyr pasará a ingresar 12.729.600 euros, gracias a que Monteseirín, otra vez, se ha comprometido a abonar con cargo a los contribuyentes la diferencia que se niegan a pagar los comerciantes privados, un total de 5.990.400  euros en 40 años y que suponen otra aportación extra municipal para las arcas de la compañía.

El Ayuntamiento incurrirá en otro coste en este sentido, al destinar 179.700 euros para indemnizar a seis placeros que teniendo derecho no se podrán trasladar al nuevo mercado desde las actuales instalaciones provisionales porque bajo las setas sólo caben 39 puestos en vez de los 45 que habrían hecho falta, por lo que aquéllos renunciaron a la mudanza a cambio de este dinero.

En este mismo nivel, aunque en el lado contrario (fachada a calle Imagen, para entendernos) al de los puestos de los placeros, se halla la galería comercial. En el Plan financiero inicial de Sacyr figuraban 836 m2 de locales alquilables a razón de 30 euros/m2/mes.

Sin embargo, al final la constructora ha estirado al máximo para obtener un total de 1.040,45 m2, divididos en principio en diez módulos que incluso podrían modificarse en función de las demandas de los clientes: siete con medidas inferiores a los 100 m2 (el más pequeño, de 16,19 m2) y los otros de 100,83 m2, 148,87 m2 y 394,02 m2. Los precios de alquiler oscilan entre 18 y 54 euros mensuales el m2 y la estimación (no se dan cifras oficialmente) de ingresos sería ahora de 40 euros/m2/mes, lo que reportaría a Sacyr 499.416 euros/año y un total de 19.976.640 euros a lo largo de 40 años.

-Nivel Plaza 2 (Cota: + 5 metros)

Este es el nivel de la plaza elevada. En principio Sacyr proyectaba una especie de kiosco que le reportaría 3.000 euros mensuales. Sin embargo, con el fin de incrementar la facturación, en la parte noroeste piensa habilitar un restaurante-terraza y dos bares. No hay datos oficiales, pero si se multiplicaran esos 3.000 euros por los tres negocios, los ingresos podrían ascender a 108.000 euros/año y un total de 4.320.000 en todo el periodo de la concesión.

-Nivel Plaza 3 (Cota: + 21,50 metros)

Imagen virtual de un bar en el mirador

Imagen virtual de un bar en el mirador

El nivel del café panorámico en el mirador de los parasoles. El plan inicial de negocio consistía en autorizar un restaurante de 844 m2, con un alquiler de 12 euros/m2/mes, pero ahora Sacyr está pensando en colocar dos restaurantes en uno de los extremos, aun a costa de incrementar el número de puertas de un muro cortina de separación y control de acceso. Quizás no duplicará la superficie alquilable, pero sí la incrementará en buena medida para seguir haciendo caja. Si nos atenemos al plan inicial de un solo restaurante, la estimación de ingresos sería de 10.128 euros/mes; 121.536 euros/año y 4.861.440 euros en 40 años.

La previsión de Sacyr es ingresar un millón de euros anualmente por las visitas turísticas (estimación de 400.000 clientes) a la cima de los parasoles, de lo que se deduce que cobraría por la entrada 2,5 euros. El Plan financiero no las tiene todas consigo sobre la realización de este objetivo, que sería el más rentable, ya que supondría unos ingresos de 40 millones de euros en todo el periodo.

El Ayuntamiento, en su campaña de propaganda en pro de las setas y de “democratizar” las vistas sobre Sevilla y la Giralda, prometió que los sevillanos subirían gratis a lo alto del Parasol, pero esa promesa no era de la incumbencia de Sacyr, que ha exigido a la Corporación Municipal el pago de 180.000 euros anuales para permitir a todos los que aporten el DNI de vecinos de la ciudad el paso libre al mirador. En los 40 años de este régimen de concesión, esa indemnización municipal por el lucro cesante le reportaría a la constructora 7.200.000 euros. El resto, hasta los 40 millones, deberían aportarlo los forasteros.

ESPACIOS PUBLICITARIOS

En su Plan financiero, Sacyr prevé el cobro de 10 euros/m2 por la publicidad que se coloque en el conjunto de la Encarnación. De momento, su idea es aprovechar como soportes propagandísticos en el nivel Plaza Cero los muros que delimitan los itinerarios peatonales, las escaleras y las rampas; y en el nivel Plaza Uno habrá una zona publicitaria específica. Carecemos de datos para hacer una estimación de este tipo de ingresos a lo largo de 40 años.

Como se recordará, el proyecto de las setas de la Encarnación, sin contabilizar todos los costes de deshacer el anterior empezado a ejecutar durante el gobierno de coalición PSOE-PA entre Monteseirín y Rojas Marcos, tenía un presupuesto inicial de 51,2 millones de euros, de los que el Ayuntamiento aportaba como subvención a fondo perdido 25.421.166 euros. Por tanto, el desembolso correspondiente a Sacyr era de 25.778.834 euros (cifras aproximadas, dado el oscurantismo existente al respecto).

El sobrecoste de las obras ha obligado al Ayuntamiento a aprobar posteriormente dos modificados, el primero por valor de 8,4 millones de euros y el segundo, por 29,9 millones de euros. De momento, las cuentas de las setas salen así: la factura para el Ayuntamiento hasta ahora y por sus compromisos futuros asciende a más de 80 millones de euros (sin contar los costes del proyecto PSOE-PA desechado en su día, ni los 8,5 millones del ‘Antiquarium’, cargados al Plan 5.000 de Zapatero) para privatizar la plaza de la Encarnación a favor de Sacyr, que podría mover  al menos 100 millones de euros en números redondos, sin contabilizar los ingresos por publicidad.

LAS FACTURAS DEL AYUNTAMIENTO

(Estimación. Cifras en euros, sin contabilizar actualización por IPC)

-Aportación inicial en líquido                                                   25.421.166

-Primer modificado                                                                               8.400.000

-Segundo modificado                                                                         29.900.000

-Alquiler durante 5 años del edificio                                           3.600.000

de la Hacienda Municipal

-Subvención de la tarifa de Sacyr a los                                       5.990.400

placeros durante 40 años

-Indemnización a 6 placeros por no                                                           179.700

poder trasladarse al nuevo mercado

bajo las setas

-Subvención de la visita de los sevillanos                                                  7.200.000

al mirador del Parasol durante 40 años

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TOTAL                                                                                                80.691.266

Y ADEMÁS

-Obras del Antiquarium cargadas a los planes                            8.500.000

del Gobierno y/o la Junta

-Indemnizaciones al constructor del mercado y parking

iniciados durante la coalición Monteseirín/Rojas Marcos:                      9.000.000

-Mantenimiento de pantallas en torno a los restos

arqueológicos hallados durante las obras del mercado

y parkings en la coalición Monteseirín/Rojas Marcos                5.300.000

-Honorarios de Jürgen Mayer                                                    5.000.000

-Honorarios del coordinador                                                                      30.000

-Valor del edificio de la Hacienda Municipal cedido                32.300.000

(aportación en especie) a Sacyr para que lo explote

durante 40 años

EL NEGOCIO  DE SACYR

(Estimación según Plan Financiero para los 40 años de concesión. Cifras en euros, sin contar actualización por IPC)

GASTOS                                INGRESOS TOTALES

-Aportación inicial                   25.778.834                                         –

-Rehabilitación de la

Hacienda Municipal                            –                                              –

-Alquiler de oficinas en

la Hacienda Municipal                       –                                              35.235.840

-Alquiler del parking de

la Hacienda Municipal                       –                                                2.952.000

-Servicios comerciales

Nivel Plaza Cero                               –                                                2.707.200

-Placeros de la Encarnación                 –                                              12.729.600

Nivel Plaza Uno

-Galería comercial                               –                                              19.976.640

Nivel Plaza Uno

-Bares Nivel Plaza Dos                       –                                                4.320.000

-Restaurante(s) Mirador Parasol

en Nivel Plaza Tres                                                                             4.861.440

-Visitas turísticas al Parasol                  –                                              40.000.000

-Espacios publicitarios             –                                                         ¿?

-Obras del Antiquarium                       –                                                4.700.000

TOTAL                                   25.778.834                                      127.482.720

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NOTA.- No ha acometido la rehabilitación de la Hacienda Municipal a que se obligaba ante el Ayuntamiento, con un coste estimado de 2.725.170 euros.

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Monteseirín manipula la historia

para ocultar que votó cinco veces

a favor de un parking

Restos arqueológicos hallados en el solar de la Encarnación

Restos arqueológicos hallados en el solar de la Encarnación

Alfredo Sánchez Monteseirín, que durante su coalición de gobierno con el PA votó en los órganos municipales cinco veces a favor del proyecto de construcción de un parking subterráneo de cuatro plantas y un mercado diseñado por Carvajal en la Encarnación, manipula en su blog (http://smsevilla.wordpress.com/2010/09/09/antiquarium-2/) la historia reciente para ocultar este hecho.

Según dice Monteseirín en su blog, en el mandato 1991-1995, los dos partidos (PA y PP) que gobernaban en coalición en el Ayuntamiento trataron de convertir el inmenso solar de la Encarnación en un gran aparcamiento subterráneo. “Cuando fui elegido alcalde (1999) aquella idea desapareció del debate político y las excavaciones que se empezaron a realizar dieron a la luz el mayor yacimiento arqueológico romano de toda la ciudad”, añade el alcalde en su blog.

Monteseirín oculta deliberadamente que esas excavaciones se acometieron en el marco del proyecto de su gobierno de coalición con el PA (1999-2003) de construir un mercado en superficie más cuatro plantas de parking subterráneo y que él apoyó cinco veces en los organismos municipales con su voto ese plan del Ayuntamiento que presidía como alcalde.

Tras coligarse con IU a partir de 2003 para mantenerse en el poder y tratar de desvincularse de la etapa anterior, tuvo que pagar con dinero público 9 millones de euros en indemnizaciones a los adjudicatarios de aquellas obras y 5,3 millones por mantener las pantallas en torno a los restos arqueológicos, condición ‘sine qua non’ para poder convocar el concurso del que surgieron las setas de la Encarnación, diseñadas por el alemán Jürgen Meyer.

De propietario a inquilino

Resumen del capítulo anterior del culebrón sobre las setas. En el Pleno extraordinario del 21 de julio, el Ayuntamiento aprueba ‘in extremis’ con el voto de calidad (¿?) del alcalde el segundo modificado del proyecto, que supone una aportación extraordinaria municipal de 30,47 millones de euros para culminar  la obra. Los voceros municipales reconocen a regañadientes que de los 51 millones iniciales se pasa a 89,6, si bien según las estimaciones desarrolladas anteriormente en esta página el coste real de la ‘operación Encarnación’ en que Monteseirín ha embarcado a los sevillanos ascendía a   123 millones de euros.

En ese Pleno y/o en declaraciones a los medios, Torrijos advierte de que no va a admitir ninguna desviación presupuestaria más y que no las refrendará con sus votos. Asimismo, dice contar con información reservada de que habrá más sobrecostes y que la obra no se acabará en el nuevo plazo (el quinto ya): diciembre de 2010.

DE ALQUILER EN SU PROPIA CASA

El Pleno se celebró el 21 de julio, y Monteseirín ocultó, igual que ocultó en 2007 los informes que decían que las setas eran técnicamente inviables, que estaba acabando de negociar con la empresa constructora Sacyr que el Ayuntamiento pasara de propietario del edificio de la Delegación de Hacienda en la Encarnación a inquilino y por un plazo de cinco años, tal como acordó la Junta de Gobierno reunida justamente al día siguiente del Pleno: el 22 de julio.

Como se recordará, ese pésimo jugador de billar que es el aún alcalde había ideado en 2005 la siguiente carambola: le regalaba 25 millones de euros a Sacyr y le otorgaba una concesión mercantil durante 40 años de toda la Encarnación, incluido el edificio de la Hacienda municipal, para que edificase las setas en el plazo de dos años por la ‘módica cifra’ de unos 51 millones de euros. Luego le compró al Ministerio del Interior la antigua y ruinosa comisaría de la Plaza de la Gavidia por 9,9 millones de euros y le cedió cinco solares para que construyera otras tantas comisarías, y con la Gavidia en sus manos trasladaría allí a los funcionarios de la Hacienda municipal antes de entregarle el inmueble a Sacyr para que lo rehabilitara, cosa que tampoco ha hecho, y lo alquilara para oficinas.

Cinco años después, las setas están por acabar, su presupuesto oficial casi se ha duplicado a costa de los sevillanos, Interior sólo ha construido una comisaría de las cinco, la Gavidia está más en ruina que antes y ahora hay que pagarle a Sacyr otro sobrecoste derivado de las setas en concepto de alquiler de un edificio del propio Ayuntamiento. ¿Cabe mejor metáfora de hasta dónde es capaz de llevar Monteseirín a Sevilla? La factura del alquiler será de 60.000 euros al mes, igual a 720.000 euros al año, igual a 3.600.000 euros en un lustro.

¿No decía Torrijos que no iba a admitir más sobrecostes?

BONIFICACIÓN A LOS PLACEROS

En el ínterin, los 39 placeros supervivientes del antiguo mercado se rebelan ante la pretensión de Sacyr de exigirles el pago global de 288.000 euros anuales  por ocupar las nuevas instalaciones debajo del Parasol, lo que supondría prácticamente el doble de lo que ahora abonan (de 360 euros mensuales a unos 615). Los placeros anuncian que no se van a dar por enterados de la exigencia porque pactaron con Urbanismo que la cuota mensual que tendrían que abonar no superaría el coste de mantenimiento.

Para evitar la ‘rebelión en la granja’ y más daños de imagen a su juguete preferido, el alcalde anuncia que el Ayuntamiento va a pagar ese sobrecoste porque, total, como ya destina 62.000 euros anuales al alquiler del mercado provisional el ‘statu quo’ no cambia. Una mentira más. Si Sacyr exige 288.000 euros y los 39 placeros pagan en conjunto 168.480 euros (360 euros/mes x12 meses), la diferencia a cargo del Ayuntamiento será de 119.520 euros/año. Esta cifra (sin contabilizar IVA ni IPC) supondrá 4.780.000 euros en los 40 años de concesión de las setas. Otra factura con la que no se contaba. ¿No decía Torrijos que no iba a admitir más sobrecostes?

DEMOCRATIZAR LAS VISTAS

Uno de los argumentos más demagógicos y falaces de Monteseirín, Marchena y compañía para justificar las setas era que así se democratizarían las vistas de Sevilla y la Giralda, “reservadas ahora sólo a los privilegiados que son dueños de una azotea en el Centro”, porque los sevillanos podrían subir gratis a lo alto del Parasol y solazarse viendo los tejados del caserío.

Los sevillanos no necesitan el Parasol para admirar el paisaje urbano cuando pueden hacerlo gratis desde lo alto de la Giralda, que lo duplica en altura.

Pues ahora Sacyr le exige al Ayuntamiento que le pague 180.000 euros anuales si quiere que los sevillanos tengan acceso a lo alto de las setas, ya que los turistas van a pasar por caja. Y si paga el Ayuntamiento, a la postre estamos pagando todos por, supuestamente, “democratizar” las vistas. ¿Dónde queda ahora la demagogia de Marchena? Pues bien, 180.000 euros (sin contar el IPC) en 40 años de concesión supondrán 7.200.000 euros.

Si sumamos los 3,6 millones del alquiler del edificio de la Hacienda municipal, los 4,78 millones de la bonificación a los placeros y los 7,2 millones por el acceso a las setas, veremos que los nuevos sobrecostes a futuro desde el 21 de julio ascienden a 15.580.800 euros y que el conjunto de la operación de las setas va ya por 138.580.800 euros.

Y menos mal que Torrijos decía que ni él ni IU iban a admitir más desviaciones presupuestarias.

La serpiente del verano

Monteseirín ha recurrido a Europa Press para contestar a Torrijos y deslizar más sofismas sobre las setas, que está convirtiendo en la serpiente informativa del verano. Torrijos ha cuestionado el 31 de diciembre como fecha de su terminación y  vaticinado que no se concluirán hasta primavera y con más dinero..

Monteseirín afirma desconocer de dónde sale la estimación de su socio de gobierno. Éste ha sido muy claro al decir que se basa en su información “como primer teniente de alcalde” y que se atiene al “sentido de la realidad, de la responsabilidad y el conocimiento”.

Si Torrijos dispone de información reservada de la que carece el alcalde, pondría de manifiesto que Monteseirín  no se entera o cada vez pinta menos en el Ayuntamiento. Torrijos habría organizado un poder paralelo y sus propios circuitos informativos conforme a la tesis de Del Valle de que ocupa el espacio dejado vacío por Alfredo. Y si los dos disponen de la misma información pero cada uno da fechas distintas, uno estaría falseando la realidad, aunque después de que el Ayuntamiento ocultara desde 2007 el informe sobre la inviabilidad técnica del Parasol cualquier cosa es ya esperable de este gobierno.

SOBRECOSTES

Monteseirín alega que la mayor parte del sobrecoste se debe “a las mejoras planteadas en relación a las peticiones de los placeros…”

Urbanismo tramitó en enero a la petición del arquitecto de un segundo modificado, por la necesidad de rehacer los cálculos de los parasoles, compuestos por unas 5.000 láminas de madera, después de que en Alemania se derrumbara por el peso de la nieve un polideportivo y de que se decidiera recubrir la madera de las setas por miedo al calor.

Aprovechando esa circunstancia fue el Ayuntamiento el que, para evitarse problemas con los quejumbrosos placeros, pidió mejoras en los puestos de abasto,  por valor de 4,2 millones. ¿Cree alguien que Sacyr habría incrementado el coste sólo para atender a los comerciantes? No, la petición fue del Ayuntamiento, pero Monteseirín la presenta al revés.

INSUFICIENTE

Los comerciantes reclamaban puestos más de al menos 20 m2 frente a los 12 m2 diseñados por Mayer y que las instalaciones se hicieran de obra y no de acero. Pese a ser presuntamente inoxidable, un puesto-piloto montado como demostración acabó acumulando herrumbre y, tal como expresó el secretario de la cooperativa, “para colgar una estantería hay que llamar a un chapista”.

Otra queja de los placeros ha sido la reducción a 40 del número de puestos de venta, cuando hace casi cuatro decenios ellos eran 300 en activo, de los que ahora quedan unos 70.

Precisamente, cuando se debatió sobre el Parasol en la Comisión de Patrimonio, el jefe de Protección señaló que el proyecto era “bastante deficitario en lo referido al mercado de abastos y a la creación de una plaza pública” y que “con apenas 40 puestos aislados de 12 m2 cada uno, resulta a todas luces insuficiente para las futuras necesidades de una plaza de abastos de la centralidad de la Encarnación”. “Sin posibilidades de crecer –continuaba-, su capacidad de transformación y por tanto su supervivencia me parece exigua. Basta señalar que otros mercados que han sorteado con soltura la crisis de los mercados tradicionales, como La Boquería (Barcelona) y San Miguel (Madrid) tienen un mínimo de 60 puestos”.

Y según el pliego de condiciones, los puestos del mercado vacantes a medida que se vayan jubilando los actuales placeros pasarán a la galería comercial anexa gestionada por Sacyr, con lo que será sólo cuestión de tiempo que el antiguo mercado público, cuya recuperación ha servido de coartada para la operación de las setas, acabe convertido en un centro comercial privado, como otros grandes almacenes. Y recuérdese que Sacyr llegó a barajar imponer una renta de 500 euros/mes a los placeros.

PREVISTO DESDE 2004

Monteseirín también achaca el sobrecoste de las setas a la habilitación de un museo arqueológico, como si no hubiera estado previsto desde el principio en el diseño de Mayer de 2004. La referencia del concurso de ideas decía: “El proyecto, con sus grandes estructuras parecidas a setas, ofrece un espacio arqueológico, un mercado, una plaza elevada, múltiples bares y restaurantes debajo y en el interior de los parasoles, así como una terraza panorámica en el parasol más alto”.

Y se abundaba aún más: “Hace bastantes años, durante la excavación del aparcamiento subterráneo, fueron descubiertos restos arqueológicos. La ciudad de Sevilla decidió entonces convertir la zona en un museo y una plaza para atraer a los residentes y turistas. El museo arqueológico está emplazado por debajo del mercado, marcándose su presencia mediante una entrada dentro de la columna más gruesa del parasol”.

VIGILANTE

Monteseirín también ha incluido en los sobrecostes la urbanización del entorno, un reconocimiento implícito de que el Ayuntamiento habría asumido la reforma de la plaza, rebautizada como ‘la Encarnita’ y cuya ejecución correspondería teóricamente a Sacyr.

El alcalde proclama que vigilará para que la empresa en cuyo beneficio ha privatizado la Encarnación durante 40 años cumpla acabe las setas el 31 de diciembre, pero tras haber incumplido las cuatro fechas comprometidas anteriormente sin que el Ayuntamiento le haya aplicado la penalización prevista de 3.000 euros por cada día de retraso (en septiembre se cumplirán 1.095 días de demora),  los anuncios del alcalde tienen tanta credibilidad como los del pastor del cuento de que viene el lobo.

El papel lo aguanta todo

Una de las puertas de la Expo se llamaba Puerta de Triana. ¿Por qué con los años pasó a denominarse aquella zona Puerto Triana, en masculino, en vez de Puerta Triana, en femenino? No, no fue por aquello de que Sevilla ha sido puerto y puerta de Indias, sino por algo más prosaico.

Agesa convocó un concurso internacional de ideas para el reaprovechamiento del sector Sur de la Cartuja. Lo ganó un proyecto denominado Puerto Triana porque incluía un gran puerto deportivo circular excavado en la margen derecha de la dársena, entre el puente del Cristo de la Expiración y la torre Schindler.

La simulación gráfica era una preciosidad. Allí se veían, como si se pudieran tocar con los dedos, maravillosos yates con unos enormes mástiles que proyectaban la idea de que Sevilla se convertiría en la nueva meca del turismo náutico de lujo. Lo gordo iba detrás del puerto: su complejo comercial, su torre diseñada por Ricardo Bofill…..pero ésa es otra historia.

Al cabo de unos días, un colega se dio en la Redacción un tortazo con la mano en la frente y gritó: “¡Pero si esto es imposible!”. Nadie, ni siquiera los miembros del jurado, había reparado en que ninguno de aquellos yates podía atracar junto a la Cartuja, porque con sus mástiles no podrían haber pasado jamás bajo los puentes fijos de Los Remedios, San Telmo, Triana y El Cachorro. Pero la simulación gráfica coló y fue vital para la adjudicación del concurso.

El papel lo soporta todo.

LA HISTORIA SE REPITE

En mayo de 2007, a poco de las municipales, la Gerencia de Urbanismo, dirigida por  Manuel Marchena,  ocultó el descubrimiento de sus técnicos y de  Sacyr: el dibujo de las setas con el que el arquitecto alemán Jürgen Mayer había ganado en marzo de 2004  el concurso internacional sobre la Encarnación era inejecutable.

El posterior delegado de Urbanismo, Celis, confesó luego que se trataba de “un proyecto imposible cuya ejecución ha sido incierta desde que comenzó y que se adjudicó sin que existiera la tecnología necesaria para poder ejecutarlo”. Nadie sabía entonces cómo se ensamblaban cada uno de los 5.000 cruces de las láminas de madera que debían componer los parasoles, pero el jurado quedó obnubilado por los dibujos presentados por Mayer y cuando se descubrió el pastel  el arquitecto puso como coartada “la ausencia de antecedentes similares en el mundo”.

LA FACTURA

El coste de haber asumido un simple boceto lo están pagando con creces los sevillanos –unos 116 millones de euros-, pero ¿qué fallos de supervisión han dado lugar a esta situación?

El decano de los arquitectos, Angel Díaz del Río, ha salido en defensa de Mayer con  la tesis de que “no hay ningún proyecto inviable técnicamente”. Según Del Río, al que se le vincula con el jurado que falló el concurso, la construcción de las setas nunca debió adjudicarse a partir del proyecto básico, como hizo Urbanismo, sino una vez redactado un proyecto de ejecución. ¿Cuál es la diferencia? El proyecto básico establece valores, estimaciones y previsiones genéricos, mientras que el proyecto de ejecución obliga a hacer cálculos detallados de estructura y a fijar un presupuesto desglosado por partidas y cerrado.

El secretario municipal, Luis Flores, dijo en su informe sobre las modificaciones presupuestarias para seguir sufragando las setas que los problemas técnicos debieron detectarse en el proyecto de ejecución, “lo que hubiera permitido una toma de decisiones con mayor conocimiento de causa y no encontrarnos ahora ante lo irreversible de la situación”.

DISEÑADOR Y EJECUTOR

Una situación propiciada además por que Sacyr, la constructora, encargó el proyecto de ejecución al propio Jürgen Mayer, justamente el menos interesado en desvelar las deficiencias técnicas de su diseño, hasta que ya no fue posible ocultarlas por más tiempo.

Tal como ha señalado el decano de los arquitectos, el Ayuntamiento perdió gran parte de su capacidad de control sobre las setas al permitir una situación “poco recomendable”: que Mayer acabara convertido en director facultativo de la obra al firmar un contrato a sueldo de Sacyr.

El informe del secretario municipal es aún más tajante, cuando dice: “Sería necesario extremar los controles para evitar situaciones como ésta, en la que falló el proyecto del arquitecto, no fue debidamente controlado por la empresa concesionaria que presentó el proyecto y tampoco encontró reparo alguno en la Oficina de Supervisión”. ¿Y quién era el máximo responsable de esta oficina en su calidad de gerente de Urbanismo? Pues Marchena, cuya nómina era  tan sólo 20.000 euros menor que la del gobernador del Banco de España.

HACIA EL OLVIDO

El secretario instó a que se depuraran responsabilidades por el quebranto económico sufrido por las arcas públicas a consecuencia de la enorme desviación presupuestaria  de las setas, pero en vez de atender el deictamen del funcionario municipal y abrir un expediente en tal sentido, Monteseirín, al decidir con su voto de calidad aportar otros 30,4 millones de euros y diferir la apertura de un expediente a la conclusión de la obra, ha asumido implícitamente que toda la responsabilidad por los fallos es del Ayuntamiento y no del arquitecto ni de la constructora.

Si llega el día en que se sustancie esta responsabilidad, probablemente tras pleitos y recursos en los tribunales, Alfredo ya hará años que no estará en el Ayuntamiento y los errores de su gestión no le pasarán factura ni a él ni a su partido en las urnas. Al fin y al cabo, es ya un político amortizado.

Política de hechos consumados

Monteseirín ha recurrido a su voto de calidad para imponer la continuación de las setas mediante un segundo modificado del proyecto, por 30,4 millones de euros, que se une al primero,de 8,4 millones. Según las referencias periodísticas, el coste de la obra se eleva a los 89,6 millones, con un incremento del 50%.

Justamente, el Consejo Consultivo, en un dictamen al que Monteseirín ha hecho oídos sordos por no ser vinculante –aunque hasta ahora han sido acatados el 95% de las veces, siendo la Sevilla del gobierno ‘de progreso’ PSOE-IU una de las escasas excepciones-, había rechazado la modificación presupuestaria por superar el límite legal del 20%, admisible  sólo en casos de fuerza mayor y no, como aquí, de cambios para encubrir errores e imprevisiones.

Monteseirín ocultó desde antes de las municipales de 2007 que el proyecto era inviable técnicamente, y mantuvo durante los 20 meses posteriores  las apariencias de que se seguía trabajando –al ralentí-, mientras se cavilaba cómo corregir los muchos entuertos de un diseño aprobado sin siquiera proyecto de ejecución.

SEGUNDA ERA

Éste no es el segundo modificado de las setas. Es, sí, el segundo modificado de la segunda era, pero aquí no se puede hacer borrón y cuenta nueva, como si los costes de la liquidación por Monteseirín del proyecto del PA en la primera etapa no se debieran tener en cuenta. Recordemos: Sacyr se comprometió a ejecutar la obra en 20 meses (para junio de 2007) y por 51,20 millones de euros. Estamos en julio de 2010 y no sólo el Ayuntamiento no la ha penalizado con 3.000 euros diarios por la demora, sino que encima le ha inyectado 63,4 millones de euros entre la aportación inicial y los modificados.

Ahora, sólo en la segunda era de las setas, su coste asciende ya al menos a 90.070.537 euros, lo que supone una desviación del 75,91%, casi cuatro veces más del máximo legal. Y si sumamos todos los costes de la primera etapa (véase esta misma página del 7 de febrero), la suma de costes en dinero y en especie para los sevillanos se aproxima a los 116 millones de euros.

CEREMONIA DE LA CONFUSIÓN

Monteseirín, en su huida hacia delante y política de hechos consumados,  argumenta que las obras debían seguir pese a haberse convertido en un pozo sin fondo, en su particular Estadio Olímpico, porque rescindirle el contrato a Sacyr y sacarlo de nuevo a concurso habría supuesto multiplicar por 2,3 su coste. Falso, según ‘El Correo de Andalucía’, ya que el alcalde sumó las dos estimaciones realizadas por Urbanismo (por cierto, ¿por qué le dieron vacaciones al incómodo director técnico que realizó en su día el informe que revelaba la verdad sobre las setas?), bien la de romper el contrato con Sacyr, bien la de prorrogarlo, cuando en realidad habría costado lo mismo paralizar las obras que continuarlas.

Monteseirín ha invocado también “el interés general”. El argumento es totalmente reversible. Por ejemplo, el ministro de Fomento ha tenido en cuenta ese mismo “interés general” para cancelar entre el 8% y el 15% de las obras pendientes de ejecutar en España con tal de ahorrarle al Estado una factura de 2.000 millones de euros en plena crisis. ¿Qué habría hecho el ministro Blanco con las setas, que acumulan un sobrecoste del 75,91%?

ARGUMENTO REVERSIBLE

La paradoja es que Monteseirín invocó ese etéreo “interés general” para hacer hace 11 años lo contrario de lo que ahora: paralizar una obra ya en ejecución, el edificio diseñado por Moneo en el Prado para concentrar todas las sedes municipales y presupuestado en 30 millones de euros, menos dinero aún que el segundo modificado del Parasol. El Ayuntamiento ya había pagado hasta los 214 millones de pesetas del coste de la redacción del proyecto y hubo de enfrentarse a una demanda de la empresa constructora, Dragados, por 5.057.179,83 euros en concepto de daños y perjuicios.

A Monteseirín no le importó entonces lo que dice ahora que más le importaría si se frenaran las setas: el impacto en la imagen de Sevilla, a pesar de que Rafael Moneo era premio Pritzker, el equivalente al Nobel en Arquitectura, y no un desconocido como el diseñador del Parasol, el alemán Jurgen Mayer. Colegas de Moneo tan dilectos de Monteseirín como Antonio Cruz y Víctor Pérez Escolano erosionaron la imagen de la ciudad al criticar su decisión y elogiar a Moneo, de quien dijeron que era el arquitecto “mejor considerado mundialmente”, y que Sevilla había sufrido una gran pérdida patrimonial al privársela de su edificio-icono en el Prado.

LA METAMORFOSIS

El alcalde dijo entonces que “gastar 5.000 millones de pesetas en este inmueble  no entra en los cálculos de la política de los socialistas; la prioridad es trasladar esta inversión a los barrios de la ciudad, más necesitados de mejoras”. Ahora, el alcalde mete la mano en la hucha del PGOU, destinada a los sistemas generales de los futuros barrios y nutrida con los dineros de promotores y constructores, con el argumento de que la prioridad es equipar la ciudad construida…en el Centro.

Esta metamorfosis que va del no al  edificio de Moneo al sí a las setas en la Encarnación (cuatro veces más costosas) explica perfectamente la deriva de Monteseirín en sus 11 años de mandato: de pensar en los barrios humildes a convertir exclusivamene el Centro (la biblioteca en el Prado, la adulteración total de la Alameda, la ‘piel sensible’, el Metropol Parasol…) en el escaparate arquitectónico de su megalomanía.

También hay socialistas neocon.

Más madera

El (sin) alcalde se retrató y decidió con su voto “de calidad” –en Laponia hace frío, y yo, me río- darle otro mangazo de 30,4 millones a los dineros del PGOU para las setas, su particular Estadio Olímpico. Hasta los arqueólogos han perdido la cuenta del dinero enterrado en el Alfredarium de la modernidad. Monteseirín dice que este segundo modificado del primer modificado de la parte modificante no era por necesidades sobrevenidas, sino por mejoras añadidas y el “interés general”. ¿Mejoras añadidas? ¡Pero si el proyecto del alemán no había por dónde cogerlo y llevan años dándole a la mollera para hacer viable lo inviable, según el informe de los técnicos de Urbanismo, ocultado por Monteseirín, Marchena y Celis?  ¿Interés general? ¿Quién lo define? Pues Alfredo. El decide que gastar 100 millones de euros para envolver un simple mercado a costa de privatizar durante 40 años la Encarnación en beneficio de Sacyr es de gran interés para Sevilla. El (sin) pasa de los técnicos, del secretario y del Consejo Consultivo. El ya sólo responde ante Dios y la Historia.

El contrato-programa de Vega

He leído con el deleite habitual el artículo de Juan Miguel Vega en que propone un trato a los partidos: votará  al que se comprometa a ordenar la demolición de las ‘setas’ de la Encarnación. Vega tacha el Parasol de gran mamarracho arquitectónico y de lápida económica para las generaciones futuras. El libro de los gustos aún no está escrito y puede que lo que a Vega le parece mamarracho sea para otros excelsa obra de arte, de ahí que no me meta en fías y porfías estéticas. La cuestión económica es, querido Juan Miguel, la madre del cordero. Ahí radica la trampa saducea de Monteseirín. Las ‘setas’, aunque los contribuyentes hayamos pagado ya una cifra escandalosa, han sido objeto de una concesión comercial por 40 años a favor de Sacyr. Si el partido que firme tu contrato-programa las echa abajo, deberá indemnizar con más dinero público a cuenta del lucro cesante, y la lápida económica se nos duplicará. Aunque Monteseirín se vaya, ha dejado todo atado y bien atado. ¿Te suena? Ese es el coste que tiene la demagogia de “democratizar las vistas de Sevilla”.