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Despeñaperros

El alcalde de Villaverde del Río, Santiago Jiménez, y sus concejales de IU-CA han denunciado que la federación de izquierdas promueve en su contra una propuesta de suspensión de militancia o expulsión durante 18 meses por haber osado criticar los recortes de la Junta y el apoyo dado por la plana mayor de la coalición, que tiene a tres ministrillos en el Gobierno autónomo. A la misma vez, CUT-BAI, el partidillo de Sánchez Gordillo, alcalde tan perpetuo de Marinaleda como Toscano de Dos Hermanas, reclamaba a IU-CA que rompiera su pacto de gobierno con el PSOE en Andalucía y mostraba su rechazo a que con los votos de la coalición de izquierdas Griñán acabara en el Senado para blindarse ante la juez Alaya por el caso de los ERE. En IU no han dicho ni pío ante la última salida de pata de banco de la CUT. Caracol el del Bulto espetó en la estación de Atocha a aquella locomotora que le resopló todo el vapor acumulado en el depósito aquello de “¡esos cojones, en Despeñaperros!”. Sánchez Gordillo es el Despeñaperros de IU-CA: no hay cojones para abrirle un expediente.

 

Darío Fo

Casualidad o coincidencia, en el teatro Infanta Isabel de Madrid se está representando el espectáculo ‘¡Sin paga, nadie paga!’, revisión que el nobel italiano Darío Fo ha hecho de su comedia ‘Aquí no paga nadie’, escrita en 1974 y cuya temática se asemeja a los recientes asaltos a supermercados por la marcha jornalera comandada por Juan Manuel Sánchez Gordillo, diputado de IU y alcalde de Marinaleda: la crisis, el paro y la inflación empujan a un grupo de personas a llevarse los productos básicos de las estanterías de los supermercados. Fue una premonición de lo que pasó posteriormente en la realidad y, casi 40 años después, en la Andalucía de Griñán. El actor Pablo Carbonell perjura que su montaje fue concebido antes de la marcha del SAT y no como reacción oportunista tras el asalto al Mercadona, y que ha estado atento al cansancio sobre la política que impregna a los españoles. Ahora sólo falta que algún espacio escénico programe la obra en Sevilla para comprobar si el revisionismo de Darío Fo ha incorporado las últimas aportaciones de Sánchez Gordillo.

 

Robin Hood

‘Weekday’, la filial alemana de la multinacional ‘H&M’, considerada como la Zara sueca, se ha visto obligada a retirar del mercado la camiseta que había lanzado en homenaje a Juan Manuel Sánchez Gordillo, dadas las virulentas reacciones, a favor y en contra, que había suscitado su iniciativa en las redes sociales, donde lo mismo se instaba a boicotear a la compañía que a agilizar los pedidos por Internet antes de que el género se le agotara.
Haciendo honor a su razón social, ‘Weekday’ suele poner a la venta cada día de la semana una camiseta u otro producto textil o complemento de nuevo diseño, con el fin de ofrecer a sus clientes un motivo diario para acercarse a sus tiendas y, de paso, que sucumban a otras tentaciones además de al reclamo de la prenda barata de algodón, que en el caso de la dedicada a Gordillo se vendía a 20 euros la pieza.
Como los diseñadores andan cortitos de ideas después de haber agotado los temas universales, desde el arcoiris a las puestas de sol pasando por las mariposas y las flores como en la época hippie, han recurrido a la lectura de la prensa diaria en busca de inspiración. Esta utilidad insospechada de los periódicos quizás sea al final la razón última que evite su desaparición, so pena de que los señores Esling Persson (fundador de H&M), Amancio Ortega (de Zara), Isak Andic (de Mango) y Pepe Barroso (de Don Algodón) dejen de vender los millones de camisetas con que empezaron a hacerse riquísimos.
Y como en los papeles alemanes también apareció la noticia de los asaltos jornaleros a los supermercados, idealizada en plan romántico como hizo el francés Prosper Merimée con ‘Carmen’ y las cigarreras de la Fábrica de Tabacos, les dio por crear una colección denominada ‘Zeitgeist’ (algo así como ‘el espíritu de nuestro tiempo’), con una prenda dedicada a Sánchez Gordillo y esta tarjeta de presentación: “El Robin Hood de España. Un alcalde, Juan Sánchez Gordillo, se ha convertido en héroe de culto por organizar asaltos a supermercados y dar a los pobres la comida robada’.
Tras la desafortunada restauración del ‘Ecce Homo’ de Borja, unos avispados lanzaron camisetas con la imagen así deformada de Cristo al precio de 12,95 euros. Ahora ha ocurrido lo mismo con Sánchez Gordillo. La triste paradoja del ‘Robin Hood’ de Izquierda Unida es que sus asaltos a los supermercados sólo han servido para incrementar la cifra de negocio de una de las empresas icono del capitalismo y de la sociedad de consumo.
A ver qué dicen ahora en Sherwood. Perdón, en Marinaleda.

Málaga, capital por un día

Cuentan las crónicas periodísticas que quinientos jornaleros, émulos de ellos o simplemente simpatizantes de la causa del alcalde de Marinaleda y diputado de IU, Juan Manuel Sánchez Gordillo, tomaron el centro de Málaga, incluida la simbólica calle Larios, en este ‘Novecento’ de Bertolucci que sus promotores del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) han convenido en llamar ‘Andalucía en pie’.

El itinerario de la marcha estuvo rodeado de un fuerte despliegue policial. Narraban los colegas que en cada negocio susceptible de ser asaltado por los manifestantes (sucursales bancarias, Cámara de Comercio, supermercados, hoteles, tiendas de telefonía…) se hallaban apostados al menos dos agentes de la Policía.

Sin embargo, como la experiencia de los seguidores de Gordillo en este tipo de actuaciones es mucho más que un grado, burlaron la vigilancia ordenada por la delegada del Gobierno, Carmen Crespo, y con una maniobra de despiste un pelotón de jornaleros ocupó una oficina de Banesto, sita en la Alameda y fuera, por tanto, del itinerario autorizado.

Al final, entre el desalojo del banco, donde se atrincheraron después de que el líder de IU, Cayo Lara, declarara que España necesita la foto de un banquero en la cárcel; una sentada y otras muestras de rebeldía, la ‘marcha obrera’ acabó como el rosario de la aurora, con once detenidos y las imágenes de la bronca en todos los telediarios y periódicos, nacionales y extranjeros.

Y digo yo que el alcalde de Málaga, el pepero Francisco de la Torre, debe estar exultante por que la larga marcha de Sánchez Gordillo en plan Mao Tse Tung con sus 500 descamisados tomara el Centro de la urbe costasoleña siquiera por un día. Además, como según De la Torre el ‘turismo de manifestaciones’ es otro beneficio para Sevilla porque al final los manifestantes “consumen, comen, beben y compran algo”, doble motivo de satisfacción para él viendo cómo echaban las persianas los comercios y los bancos al paso de los jornaleros.

Y es que así Málaga pudo sentirse como casi a diario se siente Sevilla por mor de la dichosa capitalidad de Andalucía, con el tráfico cortado por los manifestantes, el helicóptero policial sobrevolando como un ruidoso moscardón y los antidisturbios apostados ante la sede de la Presidencia de la Junta en San Telmo, la delegación correspondiente de la Consejería objeto de las iras de los contestatarios, la sede del PP en la calle San Fernando y/o la Plaza de España.

Gracias a Sánchez Gordillo y a los jornaleros del SAT, Francisco de la Torre ya sabe por fin el coste de ser la capital de Andalucía que, pese a sus esfuerzos, Zoido nunca había logrado hacerle entender.