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Colegios

Hay en el calendario fechas más o menos inmutables que permiten planificar con una antelación más que suficiente las actividades públicas asociadas a estos días ‘señalaítos’, por decirlo con terminología trianera. Y ya que hemos citado el arrabal, empecemos la relación por la Velá de Triana y sigamos sin orden ni concierto por la Semana Santa, la Feria, la Cabalgata de los Reyes Magos, el día de San Fernando, la Virgen de los Reyes, el Corpus, el Primero de Mayo, la Purísima y el día de la Constitución, la Navidad….¿Verdad que todos los años se sabe desde el primero de enero que el curso escolar comienza, día arriba día abajo, en septiembre? Pues el Ayuntamiento se da trazas cada verano en lograr que la mayoría de las obras que emprende en los colegios no estén listas para el nuevo curso. De los 63 centros en que se está trabajando durante las vacaciones estivales, sólo 27 estarán a tiempo para la cita con alumnos y profesores. El de Conservación de Edificios Municipales es el único concejal del Ayuntamiento que tropieza dos veces (y más) con el calendario.

Precipicio

Tras acordar Tussam  pedir un crédito de 12 millones de euros para pagar las nóminas, el (sin) alcalde ha dicho que estos problemas no son de hoy porque la empresa municipal  “siempre ha estado al borde del precipicio”. Monteseirín es un experto en manipular la historia. Tal como recordamos en su día, doña Sole (Becerril) puso a cero el contador de las pérdidas de Tussam antes del traspaso de poderes municipales a Alfredo, en 1999. Desde entonces, gracias a la política de barra libre con los sindicatos practicada por el (sin) y materializada en generosos convenios con subidas superiores al IPC en las vísperas de los Viernes de Dolores y de los lunes del ‘alumbrao’ de la Feria (Guillermo Gutiérrez dixit), Tussam ha acumulado 384 millones en números rojos, salvados sólo por la campana de las aportaciones extraordinarias municipales y de los créditos bancarios. Pan para hoy y hambre para mañana. Si, como dice Monteseirín, Tussam ha estado siempre al borde del precipicio, todos estaremos de acuerdo en que con él la empresa municipal ha dado un paso al frente.

El otro Parque Temático

La formulación de las cuentas de Isla Mágica de 2009 ha coincidido con la presentación de un estudio de la Universidad, dirigido por el profesor Luis Palma, sobre el impacto económico de la Semana Santa en la ciudad, simultaneidad que nos permite hacer una comparación entre el Parque Temático y el período de fiestas primaverales en que muchos puristas denuncian que Sevilla se convierte en otro parque temático.

Isla Mágica registró unas pérdidas de 3,3 millones de euros, 847.265 visitas (caída del 6%)  y unos ingresos de 17 millones de euros (un 9% menos). El 13 de agosto entró el visitante número 12 millones, motivo por el cual la dirección hizo un somero balance de la afluencia a lo largo de su historia: el 20% procede de Sevilla capital con pases de temporada; otro 20%, de la provincia; un 40%, del resto de Andalucía; un 10%  de España y un 10% de Portugal, si bien en los días de verano los portugueses pueden suponer entre el 35% y el 40% de quienes entran al recinto.

La empresa Staff Consultans hizo para Isla Mágica en 2007 un estudio de impacto económico similar al ahora realizado por la Hispalense para la Semana Santa y estimó que por cada euro ingresado en el Parque Temático se generan 3,75 en Sevilla y su entorno. Con esta ratio, los 17 millones de euros facturados por Isla Mágica en 2009 habrían movido 63,7 millones. La dirección del Parque estima que en sus doce años de historia ha generado en el sector turístico y de servicios un volumen de actividad económica superior a los 550 millones de euros.

EL DINERO ‘MORADO’

Frente a este estudio, el de la Hispalense sobre la Semana Santa. La fiesta mayor genera en los ocho días comprendidos entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección 240,3 millones de euros. Esta cifra resulta de sumar los 8,5 millones de euros que gastan el Ayuntamiento y el Consejo de Hermandades; 46, 3   millones de euros de gasto indirecto derivado de la participación de los sevillanos (suelen desembolsar  entre 60 y 65 euros durante la semana); 21,7 millones de euros de gasto de los turistas (a una media de 233,5 euros per cápita) y 164 millones de ‘efecto inducido’.

Así pues, cada euro gastado en la Semana Santa ha movilizado otros 2,14, de los que 1,51 se quedan en Sevilla y Andalucía. Destacan los 12,8 millones empleados en confección de túnicas y complementos.

El estudio de la Hispalense da un dato confuso pero significativo: la asistencia total a las procesiones es de 909.000 personas (el 76% residentes en Sevilla y   área metropolitana), con una participación diaria de 425.000.

Atención a esta última cifra, que desmiente la declaración que cada Jueves Santo suele realizar Monteseirín: “Hoy –reitera el alcalde en cada ecuador de la semana- se cumplirá el tópico de reunir a un millón de personas en la calle”. Lo del millón es sólo eso, un tópico más, pues para que se produjera tal circunstancia tendrían que salir de sus casas todos y cada uno de los 700.000 sevillanos que viven en la capital más 300.000 del área metropolitana. Si, por otra parte, Giralda TV alardea de que este año ha tenido 211.000 espectadores de sus retransmisiones sólo en los primeros cuatro días de la Semana Santa, este dato supone que un número importante de personas prefiere quedarse en su salón contemplando las estaciones de penitencia por la pequeña pantalla antes que hacerlo por las calles de la ciudad.

BALANCE COMPARATIVO

La comparación entre los estudios de impacto económico sobre Isla Mágica y la Semana Santa es demoledoramente favorable a la segunda:

Tan sólo  dos Semanas Santas más dos días de una tercera habrían generado tanto dinero como doce temporadas completas del Parque Temático.

La Semana Santa moviliza en dos días el mismo número de personas que Isla Mágica durante toda la última temporada (nueve meses).

Sólo el dinero que los sevillanos se gastan en túnicas y complementos para la Semana Mayor equivale al 75% de lo que facturó Isla Mágica el último año por todos los conceptos.

Los 240 millones de euros que mueve la Semana Santa equivalen al 1,22% de toda la riqueza creada en la provincia de Sevilla durante un año (19.672 millones de euros), mientras que todo un año de Isla Mágica genera el 0,32% del PIB provincial.

Sevilla ha sido, merced al impacto económico de esta fiesta religiosa primaveral, la tercera provincia española donde más ha bajado el paro en el mes de marzo (ha pasado de 207.202 desempleados registrados a 205.657).

EL GRAN NEGOCIO

Si al impacto económico de la Semana Santa se une el de la Feria de Abril, que, según los profesores autores del informe,  puede ser equivalente o incluso superior, las fiestas primaverales generarían unos 500 millones de euros en poco más de treinta días, y así año tras año. Dicho de otro modo: la Semana Santa y la Feria suponen para Sevilla cada primavera el equivalente al impacto económico de doce parques temáticos como el de Isla Mágica.

¿Qué empresa moviliza ese volumen de dinero en un solo mes?.

¿Qué empresa lo hace además aunando cultura con creatividad y produciendo un efecto altamente gratificante entre quienes disfrutan de tales eventos?

Por mucho que se denigren las fiestas sevillanas y de que se alcen voces críticas que equiparan sus ritos a la escenografía de un gran parque temático en que la ciudad hace su propia representación, la realidad de las cifras se impone. El gran negocio no es el parque lúdico de la Cartuja, sino el de aquende el Guadalquivir: Sevilla exhibiéndose ante sí misma y ante el mundo.

La muralla de sillitas chinas

Para hacer esta muralla cada Semana Santa no se necesitan todas las manos que pedía Nicolás Guillén en su homónimo poema; bastan las sillitas ‘made in China’ que se extienden hasta el horizonte y a las que el Ayuntamiento indulta en aplicación del lema del mayo francés: ‘prohibido prohibir’. Gracias a la bárbara costumbre de las sillitas chinas, huelga que Rosamar relance el debate para ampliar la carrera oficial con el políticamente correcto argumento de que las clases populares tendrían más posibilidad de acceder a una silla de tijeras. Los sevillanos de a pie pasan ya de esa reforma;  justamente porque han dejado de estar de pie merced a esta profusión de sillitas chinas de bazar, las cuales producen un ‘efecto tapón’ mayor aún que el de Matalascañas y ante el que de nada servirán un día los planes de evacuación. La alternativa a las sillitas chinas: unos bastones-sillín que no ocupan espacio y sobre los que es posible apoyarse temporalmente apretando sólo un botón. Fue el antídoto del pabellón de Castilla y León contra las colas y bullas de la Expo-92.

Semana de Pasión política

No crean que la Semana Santa  supone una interrupción en las hostilidades políticas, como antiguamente suponía un alto el fuego en las guerras. Hasta tal punto ha avanzado el laicismo, que Samaranch intentó como presidente del Comité Olímpico Internacional que durante los Juegos los combatientes en cualquier conflicto aceptasen la ‘tregua olímpica’, de tres semanas, a fin de que pudieran ver tranquilamente por Tv las hazañas de los atletas, aunque luego se mataran en las trincheras con más saña aún  que antes.

No hay tregua política porque, al menos entre nosotros, todo cuanto gira en torno al mundo cofradiero se convierte en una escuela de aprendizaje para el desempeño de un cargo público. Si el general prusiano Clausewitz acuñó la famosa frase de que ‘la guerra es la continuación de la política por otros medios’, en Sevilla el universo semanasantero es la cantera donde se forjan, entre candidaturas para juntas directivas y pactos para reparto de puestos, muchos de los que luego dan el santo a la política, de ahí la enorme atención con que siguen la vida interna de las cofradías muchos gerifaltes de la Administración  a pesar de proclamarse ajenos al hecho religioso.

MUCHO ANTES DEL ‘TSUNAMI’

No hay tregua porque en la Semana Mayor el Ayuntamiento ha procurado siempre recoger el fruto de su estrategia del ‘urbanismo morado’, en busca del voto de los más de cien mil sevillanos que, según estimaciones, pagan religiosamente la cuota de su hermandad aunque luego muchos de ellos se olviden de estar al día con la Hacienda municipal, y los casi 50.000 que, según el informe ‘Cíngulo’ patrocinado por la Fundación Cofrade se visten de nazarenos. Es curioso comprobar el ‘tsunami’ (Barbeito ‘dixit’) por las declaraciones del pregonero –“ni voy a misa, ni me confieso (etcétera)”– cuando el susodicho informe ya revelaba hace nueve años –imagínense ahora- que sólo la mitad de los nazarenos confesaban ser católicos practicantes, una cuarta parte decía que procesionaba por afición en vez de por convicción y un 20% reconocía que no iba nunca a misa.

Y no hay tregua  porque en los palcos y  sillas de la Carrera Oficial y en otros cenáculos se van a hacer más que nunca variaciones, combinaciones y permutaciones entre el Ayuntamiento, la Junta y puede que hasta la Delegación del Gobierno a cuenta de la fecha de salida de Monteseirín, de si los ediles nombrados a dedo se van o se quedan, de si Juan Espadas corre por fuera o por dentro su particular carrera electoral y con dorsal o no de delegado del Gobierno, de si alguna de las intoxicaciones periodísticas de Celis va a fructificar por fin en la pedrea de algún cargo autonómico tras haber perdido el tren de la Ejecutiva socialista primero y del nuevo Gobierno de Griñán después, de si Viera va a dejar algún superviviente del sector crítico en la Casa Grande para que pueda contarlo o los va a liquidar a todos…..

MARCADA POR LA POLÍTICA

La política no descansa ni en Semana Santa, y los políticos tampoco descansan de conspirar. El Domingo de Ramos pasado ya estuvo marcado por la salida de Chaves de la Junta, y éste lo está por la salida de Monteseirín de la Alcaldía tras el famoso teletipo de Europa Press, de ahí que estos siete días serán la particular Semana de Pasión del alcalde, ya interino. Alfredo, por mucho que porte la vara en la procesión de la Hiniesta, es consciente de que los sevillanos ya saben que no pinta nada y lo más probable es que se salga de la carrera oficial a la altura del Ayuntamiento para no exhibir más su caída en desgracia.

Si hoy, conforme al dicho popular  ‘Domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos’, Sevilla no ha estrenado alcaldesa con Rosamar Prieto  y Monteseirín no ha tomado las de Villadiego es, probablemente, por mor de Torrijos y su recordatorio de que legalmente él sería el alcalde en cuanto dimitiera el defenestrado Alfredo y  hasta que él mismo convocara un Pleno para elegir el sucesor. Y aunque Torrijos declarara que, por su  condición de agnóstico, no tenía intención de presidir procesiones ni palcos, no parece que el PSOE estuviera por la labor de facilitarle el cargo de alcalde provisional justo en Semana Santa.

EVITARLE LA FOTO A TORRIJOS

De lo cual se infiere que Monteseirín deberá dimitir el lunes de Pascua, y aun así los plazos estarían ajustadísimos, si no quiere continuar de alcalde interino hasta mayo, pues en caso de que siguiera deshojando la margarita de la duda o con el regateo de un cargo de consolación, no habría ya margen de maniobra para que Torrijos convocara  un pleno extraordinario para la elección antes de Feria de Rosamar Prieto como alcaldesa de transición.

El PSOE no quiere que Monteseirín deje pasar más de un día tras esta Semana Santa para irse, pues basta un retraso para que quien se pasee por el Real  como alcalde, presida  las recepciones en la caseta municipal y salga chupando cámara  en las televisiones y  periódicos sea Torrijos como alcalde accidental, ya que no daría tiempo a celebrar el Pleno de la sucesión antes del ‘alumbrao’.

La última carta que le queda a Monteseirín es manejar el tiempo de su sucesión, ya que no la elección de su sucesor, y puede jugar esa baza aunque sin arriesgar demasiado so pena de volverse de médico a San Lázaro con las manos vacías. El PSOE nunca le perdonaría que le diera a Torrijos la oportunidad de disfrutar del bastón de mando, si no en las palmas del Domingo de Ramos, sí al menos en los farolillos de la Feria.

El canon de la Cabalgata

Una mujer es atropellada por una carroza de la Cabalgata en Pagés del Corro tras una imprudencia temeraria. Sorprende que sólo haya habido un atropello, dada la ingente cantidad de imprudencias observadas entre centenares de miles de personas. Los adultos, más que los niños, se pelean al borde mismo de las ruedas por arrebatarse un caramelo. En la Alameda hay que desmontar una carroza porque choca con una rama. Pero, ¿no se acordó diseñarlas en función de la altura de los elementos tras toparse con los cables en Felipe II? Se olvida que aunque no lo hagan los cables, los árboles crecen. No es por hacer de aguafiestas, pero parece que en cada edición hay o más imprevistos, o más beduinos, o más carrozas, cuando no más lentas, pero lo cierto es que el cortejo de la ilusión se torna cada vez más largo entre los inevitables retrasos que, como el silencio de la partitura, también forman parte del guión, y el desfile mismo. Da la impresión de que al cabo de cien años, y al contrario que en la Semana Santa, aún no se ha desarrollado el canon de la Cabalgata.