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El Ministerio de Defensa pretende endosarle a Sevilla la reurbanización de Tablada y Pineda

A MEDIAS

Propone que el Ayuntamiento asuma el 50% de los costes de poner a punto las barriadas militares

CUANTÍA

La factura para el erario municipal ascendería al menos a cuatro millones de euros

IMPROCEDENTE

Con la ley en la mano, los trabajos corresponden al Ministerio antes de su entrega al Consistorio

 

El Ministerio de Defensa no sólo exige al Ayuntamiento, so pena de llevarlo a los tribunales, el pago de una indemnización de 30 millones de euros como supuesto responsable de la expropiación de suelos de su propiedad hace tres decenios para la construcción de la ronda de circunvalación SE-30, sino que también pretende endosarle la mitad de los costes de reurbanización de las dos barriadas militares, que tiene sumidas en el abandono, Tablada y Pineda.

El pasado mes de enero, el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied) envió a la Gerencia de Urbanismo un borrador de protocolo de actuaciones para la recepción de la barriada de Tablada (la siguiente sería la de Pineda) por parte del Ayuntamiento, en el que propone  que éste asuma el 50% de los costes de reurbanización.

Los técnicos de la Gerencia han estimado que los trabajos de puesta a punto de las dos barriadas militares, Tablada y Pineda, ascenderían al menos a 8 millones de euros, por lo que la factura para las arcas municipales sería de 4 millones de euros.

Imagen de Tablada

El pasado 17 de mayo, la Gerencia de Urbanismo hizo ver al Invied la improcedencia legal y urbanística de requerir al Ayuntamiento que soporte el 50% de los costes de reurbanización de la barriada y le solicitó que tal, y como ha asumido en sus respuestas, asuma la redacción del Proyecto de Reurbanización de ambas.

Según el gobierno local, legal y urbanísticamente hablando está fuera de toda discusión que la reurbanización de las barriadas Tablada y Pineda para su posterior entrega al Ayuntamiento es una obligación que corresponde al titular de los suelos, en este caso a Invied.

Para los técnicos municipales, toda la problemática en relación con estas barriadas está generada porque el Invied no realiza un mantenimiento adecuado de unos espacios urbanizados que son de su titularidad. Si realizara un mantenimiento mínimamente digno de estos espacios los vecinos no estarían insatisfechos, molestos y no habría mociones políticas al Pleno, como la que recientemente presentó el grupo Popular.

 

ESTRATEGIA DILATORIA

 

En todo este proceso, el Invied  ha adoptado, a juicio del Consistorio,  una clara estrategia dilatoria con cartas, escritos, reuniones con vecinos y borradores de protocolos, etcétera, de lo que se colige que no quiere asumir las cargas económicas derivadas de la reurbanización (aunque sí los ingresos que se han derivado de su calificación urbanística como suelo urbano consolidado; así, en Tablada ya han vendido las viviendas a los particulares).

Los dos hechos que realmente demostrarían la voluntad del Invied de solventar el problema no han sido asumidos ni concretados: Contratación del proyecto de reurbanización y dotación en los Presupuestos Generales del Estado de los importes necesarios para acometer las obras de reurbanización. Por el Ayuntamiento se ha ofrecido que realice por fases, si no le es posible de una sola vez, las actuaciones que puedan adaptarse a las disponibilidades presupuestarias existentes.

En contraste, el Ministerio de Defensa sí ha aprovechado los derechos urbanísticos que  generosamente se le otorgaron en el Plan General de Ordenación Urbana de 2006, bajo el mandato de Monteseirín, como la recalificación de los suelos de los Cuarteles Daoiz y Velarde para uso residencial libre (puesto a disposición de SEPES), el cuartel de Caballería de la Avenida Jerez de uso terciario y la actuación residencial libre de las Naves de Santa Bárbara, que fue utilizada como pago de la deuda histórica, entre otras.

Farol (as)

Tras las sentencias del Tribunal Supremo que ratifican el carácter no urbanizable de Tablada, Torrijos, con memoria de elefante, le ha recordado a Zoido su promesa de que él resolvería la cuestión de la dehesa en 15 días. Tiro de hemeroteca y entresaco una entrevista que le hicieron al alcalde en El Correo tan sólo cuatro días después de su toma de posesión y donde le mentaron lo mismo que ahora el portavoz de IU. He aquí su cuca respuesta: “Sí, pero yo estableceré cuándo empiezan a contar los 15 días. Hay otras prioridades, otros problemas. Si alguien quiere hacer ver que Tablada es una prioridad, le digo que no lo es. Como tampoco lo es cambiar farolas del Centro”. El alcalde que iba a poner a funcionar la ciudad como un reloj suizo se dedica a hacer trampas con el cronómetro a su conveniencia y acaba por contradecirse a sí mismo, ya que ha aprobado un gasto de 150.000 euros para sustituir las farolas del proyecto ‘La piel sensible’ pese a no ser -y menos en tiempos de crisis- una prioridad para él. En el Centro cambia las farolas y en Tablada iba de farol.

El ladrillo nunca duerme

Apenas conocerse las dos sentencias por las que el Tribunal Supremo ha desestimado las pretensiones del consorcio dueño de Tablada y ratificado su condición de no urbanizable, Torrijos instó a Zoido a que convocara a los portavoces de los grupos municipales y, después, a “todas las partes interesadas” para explorar posibles soluciones sobre la base de que el precio de los terrenos se valore como suelo rústico y no como urbanizable para, se presupone habida cuenta de su política al respecto cuando era socio de Monteseirín en el gobierno, avanzar en su idea de la expropiación con el fin de convertir la dehesa en un parque periurbano.

Recapitulemos. Primer concepto básico: Tablada siempre ha estado calificada como No Urbanizable. Prohibición de construir. Así lo disponía el PGOU de 1987 y así lo ratificó el Plan vigente, aprobado en 2006.

Los poderes fácticos de la ciudad, con sus habituales connivencias políticas, creyeron fácil cambiar con el devenir del tiempo esta calificación urbanística, por todo el enorme negocio que supondría. Por eso, las ya extintas Cajas sevillanas, El Monte y San Fernando, le compraron la dehesa, contra el derecho del pueblo de Sevilla al que debió haber revertido, al Ministerio de Defensa en 1997 por 30 millones de euros.

Tres años después, en pleno ‘boom’ inmobiliario, le dieron el pase al consorcio Tablada-Híspalis, un ‘pool’ de inmobiliarias y constructoras como Osuna, Sando, Noriega, Arenal 2000…. a cambio de 82 millones. A continuación, el consorcio, que no podía decirse engañado por el carácter rústico, inundable y no urbanizable de los terrenos que compraba, las valoró en libros en 210 millones de euros sin haber puesto un solo ladrillo. Así se gestan los pelotazos inmobiliarios.

Para tratar de justificar esta milagrosa multiplicación de los euros, se hicieron algunas transacciones de suelos entre ellas mismas a precios inflados, dando la apariencia de una cotización de mercado que era puro artificio y basada en la expectativa de lograr la recalificación.

Al no poder cambiar el Plan General, lo han intentado por la vía judicial, agarrándose a la puerta que les abrieron Monteseirín y Torrijos con su idea, un mero futurible no plasmado en el PGOU, de convertir Tablada en un parque periurbano mediante su expropiación a precio de suelo rústico, algo en lo que vuelve a insistir Torrijos.

Naturalmente, los señores del ladrillo, que se habían gastado 82 millones de euros en ese suelo rústico con la idea de multiplicar ‘ad infinitum’ cada euro llenando de pisos y más pisos Tablada (¿cuál habría sido en tal caso la magnitud del estallido de la burbuja inmobiliaria en Sevilla si se hubieran satisfecho sus pretensiones?), no han estado ni están dispuestos a entregársela al Ayuntamiento por los 7 millones de valoración realizada por este último.

Toda la batalla judicial que han mantenido en estos años y que han perdido finalmente, al menos en esta etapa (el ladrillo nunca duerme y se queda latente en espera de la próxima revisión del PGOU), tenía por objetivo que el suelo rústico fuera declarado urbanizable para propiciar así el pelotazo, de momento imposible por el estallido de la burbuja, o, como mal menor, que se incluyera dentro del sistema general de espacios libres, con adscripción al suelo urbanizable a efectos de su valoración. O sea, que los dejaran en posición de construir o de ser expropiados al precio que ellos consideren de mercado de un suelo urbanizable con tales expectativas, que ahora sencillamente se han desinflado por el crash inmobiliario. Expectativas, nulas.

Independientemente de todas las matizaciones hechas en las sentencias y de las posibilidades que abriría al justificar la condición de no urbanizable de Tablada por la inundabilidad (¿hasta allí donde alcance el agua?) pero también por la discrecionalidad política, el Tribunal Supremo rechaza las dos pretensiones del consorcio, y subraya: “En realidad es la propia entidad recurrente quien al propugnar la inclusión de los terrenos de Tablada en el sistema de espacios libres está pretendiendo que el Plan General incorpore un título habilitante para su expropiación, pues la clasificación que el instrumento de planeamiento les asigna no supone ni determina la expropiación”.

Y ahora viene Torrijos (más Espadas) y le hace el juego al consorcio Tablada-Híspalis al plantear de nuevo justamente su pretensión subsidiaria, la que en la sentencia le niega el Supremo: volver a hablar de expropiación al volver a hablar del parque periurbano.

¿Es urgente? La última propuesta conocida para la creación de un parque periurbano en la dehesa fue la elaborada hace un par de años por la Plataforma Tablada Verde y Pública, que propugna excavar allí un lago de 40 Has., dotarlo de playa fluvial al precio de 3 euros por acceso, escuela de hípica, carril-bici, parapentes, aeromodelismo, huertos…. al coste inicial estimado de 20 millones de euros y de 1,5 millones de mantenimiento anual.

En el actual escenario de crisis y recortes hasta en servicios básicos como la sanidad, la educación, la dependencia, el transporte metropolitano, etcétera, es inoportuno plantear el parque periurbano en Tablada, que abriría otra vez la vía de la expropiación.

Además, desde que Monteseirín y Torrijos lanzaron esta idea se han ampliado considerablemente las zonas verdes mediante el plan de restauración hidrológico-forestal conveniado con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y que, con una inversión de 109 millones, ha permitido reforestar 425 Has. Las últimas, las 60 del parque del Guadaíra.

Y 425 Has. son más que las 367 de Tablada.

 

Los sabios han hablado por tercera vez

Doñana, paraíso para las aves acuáticas

Doñana, paraíso para las aves acuáticas

Carlos Román y Vicente Granados reseñaron en su día que Doñana es, probablemente, el espacio natural protegido sobre el que existe mayor literatura científica –y no científica- del mundo. Por sus especialísimas características, esta joya de la Naturaleza que tiene todos los títulos del planeta (desde Patrimonio de la Humanidad a Reserva de la Biosfera), es mucho más que un símbolo de la lucha conservacionista, hasta el punto de que una de las organizaciones ecologistas más importantes, el WWF, cuyo logotipo es el panda, se creó expresamente para luchar por su salvación..

En tres ocasiones en que a lo largo de la historia reciente se ha considerado en peligro el espacio natural, la clase política decidió encomendarse al dictamen de los científicos y proceder conforme a sus recomendaciones.

La primera fue a principios de los años 90, con motivo de la macrourbanización ‘Costa Doñana’. La UE, el Gobierno de España y la Junta de Andalucía impulsaron una comisión internacional de expertos que coordinó el sociólogo Manuel Castells y que, tras un año de trabajo, emitió un dictamen que tumbó el proyecto especulativo y apostó por un desarrollo sostenible basado en la universal marca ‘Doñana’.

EL VERTIDO TÓXICO

Vertido tóxico de Boliden desde Aznalcóllar

Vertido tóxico de Boliden desde Aznalcóllar

La segunda ocasión en que los políticos dejaron el futuro de Doñana en manos de los científicos fue tras la rotura, el 25 de abril de 1998, de la balsa de residuos tóxicos de la mina de Boliden en Aznalcóllar, la mayor catástrofe ecológica en Europa hasta entonces. La riada de 6 Hm3 de aguas contaminadas con 2,5 Hm3 de lodos piríticos con alto contenido en metales pesados y arsénico arrasó la vida animal y vegetal Guadiamar abajo y a duras penas pudo ser contenida a las puertas del Parque Nacional.

¿Cómo actuar para afrontar un desastre sin precedentes y descontaminar los suelos envenenados? Los políticos se pusieron a las órdenes de los científicos y éstos transmutaron la negligencia de la Administración (¿a quién se le ocurrió autorizar una inmensa balsa en parte del dominio hidráulico del río Agrio y con un pésimo control de su estabilidad?) y de la multinacional sueca –que se ha ido de rositas- en el corredor verde, con lo que salvaron la imagen de España ante el mundo.

EL DRAGADO DEL RÍO

La tercera ocasión está siendo el proyecto de ampliación del dragado del Guadalquivir, promovido por la Autoridad Portuaria de Sevilla. La declaración de impacto ambiental emitida en 2003 se supeditó a posteriores informes que despejaran las dudas sobre su impacto ecológico en el estuario del río y en Doñana.

El dictamen de la comisión de científicos, realizado a petición del Ministerio de Medio Ambiente, recomienda que en la desastrosa situación actual del río no se ahonde el canal de navegación  desde los -6 metros actuales hasta los -8 porque es incompatible con la conservación del estuario y, en consecuencia, de Doñana.

En el futuro, si mejoraran las condiciones del Guadalquivir, podría reexaminarse el proyecto, pero mientras tanto la recomendación es que se mantenga el actual dragado de mantenimiento y bajo control científico, para minimizar sus efectos negativos.

HECHOS CONSUMADOS

El puerto y las fuerzas vivas –las mismas que a las primeras objeciones, hace años, dijeron: “lo importante es que se hagan las obras y que el dinero nos lo llevemos nosotros”- han reaccionado poniendo de manifiesto el sinsentido de haber ejecutado una esclusa de 160 millones de euros para que ahora no se drague.

La nueva esclusa

La nueva esclusa

Este argumento no se compadece con otras declaraciones del presidente de la Autoridad Portuaria,  que dijo que la nueva esclusa había que hacerla “sí o sí”, ya que por la antigüedad y frecuentes averías de la antigua se habían tenido que gastar 1,5 millones de euros en los últimos tiempos.

Pero si ahora quieren darle la vuelta a sus tesis, cabe preguntarse entonces por la irresponsabilidad de haber gastado 160 millones en una nueva esclusa sin esperar a la finalización de los estudios científicos.

En el puerto de Sevilla siguen sin comprender que el Guadalquivir no es su monopolio y que hay multitud de actores en escena, todos con intereses tan legítimos como el suyo: arroceros, pescadores, Doñana, municipios ribereños, Sanlúcar…. Nuestro puerto, pese a su importancia, tiene las limitaciones de su carácter fluvial, por lo que jamás podrá competir en pie de igualdad con los puertos marítimos cercanos (Algeciras, Huelva, Cádiz), amén de que en un Estado de Derecho como España, obligada además por convenios internacionales, no puede plantear como un chantaje su política de hechos consumados. Como en la frase bíblica del sábado y el hombre, no se hizo el Guadalquivir para el puerto, sino que ha de ser el puerto el que se adapte al Guadalquivir y a todo su estuario.

La esclusa es una metáfora de esta Sevilla nuestra, donde, contra la lógica, se colocan los bueyes detrás  de la carreta. Aquí hacemos una esclusa tal que nos tomen por locos antes del dictamen científico sobre el Guadalquivir, como promotores inmobiliarios compraron Tablada para llenarla de ladrillos sin sopesar que el PGOU podía declararla zona verde, o se construyó el estadio olímpico sin pensar en que el Sevilla y el Betis jamás irían a compartirlo.

Por tercera vez, los científicos han dictaminado sobre Doñana. A una ministra andaluza, Rosa Aguilar, le toca ahora  el papel de obrar en consecuencia  o ser la primera gobernante de España que hace oídos sordos a su dictamen.

* ‘Radiografía del Guadalquivir’ (Informe del comité de expertos)

El principio de Cela

El querido colega Javier Rubio se pregunta qué habría ocurrido si se hubieran empezado a construir en Tablada las 15.000 viviendas preconizadas por los señores del ladrillo, cuando sin poner un solo ídem en la antigua dehesa el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha dejado 4.000 pisos sin vender en Sevilla y 20.000 en la provincia. La respuesta es que ahora habría 35.000 pisos vacíos más que añadir a los 113.248 igual de hueros (censo del INE, 2001) comprados durante la fiebre especuladora con el único fin de dar un pelotazo; o, casi peor aún, a medio construir como esas promociones a las que les invito pasen y vean entre Gelves y La Puebla o junto a Las Pajanosas. Cela tenía una máxima: esperaba diez años antes de comprar un libro de moda, por si para entonces había pasado la prueba del tiempo. Al urbanismo, donde se necesita un decenio para convertir el suelo rústico en ladrillo, habría que aplicarle el mismo principio del nobel gallego: dejar una década en el congelador las megalomanías de los PGOU y sin PGOU, a fin de ahorrarnos indeseados barquinazos.

Tablada: el dedo y la Luna

En su recopilación de cuentos zen, Alejandro Jodorowsky recupera el viejo proverbio oriental que dice que cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo, pero que el dedo y la Luna pertenecen a dos mundos diferentes.. Me viene a la mente la vieja historia a propósito de la Tablada azul. Ya saben, ese proyecto que dicen bienintencionado –debe de serlo, por estar entre sus padrinos mi viejo amigo Francisco Casero- de inundar la antigua dehesa para convertirla en marisma rociera, cual un Doñana a las puertas de Sevilla. De paso se satisfaría uno de los viejos anhelos de Monteseirín, quien quiso hasta rebautizar con el nombre del Parque Nacional el aeropuerto de San Pablo, aunque doña Sole (Becerril) replicó que ni por encima de su cadáver.

Mientras nuestra imaginación se desborda, nunca mejor dicho, viendo ya los patos, los flamencos, la polla (con perdón) de agua, la focha cornuda (lo siento, pero tal es su denominación; la Naturaleza es así de salvaje) y la cerceta pardilla (¿y si los pardillos fuéramos nosotros?) nadando en el nuevo lago artificial, no reparamos ni en los mosquitos ni en la cara oculta de la Luna: los bloques de pisos que se pretende construir al borde del agua para (se dice) financiar el coste del proyecto y (lo que no se dice) que den el pelotazo los promotores que gastaron miles de millones de pesetas al comprar el suelo a las Cajas aun a sabiendas de que era y es no urbanizable en el PGOU, pero en la confianza de que les caerá una recalificación. Y es que en materia de urbanismo la clase política, salvo Torrijos, siempre tira al monte.

No seamos bobos y no miremos sólo los patitos, que detrás de la Tablada azul hay ladrillos, ladrillos camuflados con plumas de ave. ¿No han tenido ya bastante con los dos millones de pisos que sobran en todo el país que aún quieren más? ¿Es ésta la I+D+i para salir de la crisis? El nuevo modelo económico es ¿más de lo mismo? En el congreso que en la UNIA se celebró sobre los ‘150 años con Darwin’ dijo José Luis Sanz (el catedrático de Paleontología, no el alcalde de Tomares) que las aves son dinosaurios que se especializaron para sobrevivir. Y que “las gallinas y las cigüeñas son dinosaurios tras millones de años de adaptarse a los cambios del medio, como los patos que hay en el río, aquí en Sevilla…. El Guadalquivir está lleno de dinosaurios”.

¿De dinosaurios? No, hombre, no, el Guadalquivir lo que está lleno es de tiburones, de tiburones inmobiliarios.

La Carrera particular

Mientras la crisis sigue galopando implacable hacia los 4,5 millones de parados en todo el país –léase al respecto el último informe de Funcas-, en esta Sevilla nuestra seguimos enfrascados en las mismas cuestiones de siempre: las botellonas, los retrasos en las obras (ahora, también las de Fibes) y si han de ser 6.000 en vez de 7.000 las sillas que se sacrifiquen  en la Carrera oficial para establecer pasillos de seguridad de al menos 1,20 metros. Nada nuevo bajo el sol sevillano, cuando estos asuntos deberían estar resueltos  de oficio, pues no en vano hay una ley antibotellón y normas reguladoras de las medidas de seguridad en los espacios y espectáculos públicos que, obvio es decirlo, no se cumplen.

Ya que sigue el debate sobre las sillas de la Carrera oficial, propongo que se abra otro sobre la Carrera particular. Sí, la que con el beneplácito del Ayuntamiento echan entre sí los hosteleros y hoteleros por ver quién se apropia con sus sillas y veladores de más terreno en nuestras calles. Dice Monteseirín que si peatonaliza tanto es  para convertir Sevilla en la ciudad de las personas. ¿De qué sirve si luego  privatiza espacios públicos y se los quita a los sevillanos?. Los transeúntes cada día tiene menos sitio por donde moverse en el Centro.

¿Han visto el corralito que el Hotel Eme Fusión se ha montado para su uso particular en Alemanes? El nombre al hotelito tan frecuentado por los mandamases municipales le viene que ni pintado, porque se ha fundido la acera, acotada con macetones y todo, y ahora el peatón se ve obligado a pelearse con los coches para no ser atropellado. Y quien se ríe de los pasillos de seguridad es Robles, que como presidente de los hosteleros debería dar ejemplo. Sus veladores en Argote de Molina también expulsan a los viandantes de la acera al tráfico rodado. Y a estos veladores y mesas hay que unir los que tiene en Plaza de San Francisco, Alvarez Quintero, Placentines… Robles, al igual que Fraga durante la Transición, bien puede decir que en el Centro “la calle es mía”.

¿Será Rumanía en vez de Sevilla?

Recordarán que el presidente de Renault España, Jean Pierre Laurent, alertó de que su empresa está construyendo una nueva fábrica de coches en el puerto autónomo de Tánger, al que es muy costoso exportar las cajas de cambio desde la factoría sevillana porque ahora deben dar un rodeo por Canarias y Casablanca. Si esto sigue así, a Renault le saldrá más barato enviar las cajas desde Rumanía, aunque esté mucho más lejos, de ahí que el señor Laurent pidiera que Sevilla se adelantara a los acontecimientos y que sus empresas logísticas crearan una ‘autovía marítima’ hasta Tánger.

Ha pasado el tiempo y en una reciente entrevista le preguntaron a Laurent si ya se había acercado a Renault alguna empresa logística. Su respuesta: “desde Algeciras, sí; desde Sevilla, no”. Aquí nos creemos que somos el nuevo polo aeronáutico de Europa y el nodo entre Oriente y Occidente y seguimos sin percatarnos de que el futuro pasa por convertirnos en la puerta de entrada al norte de Africa.

El mundo al revés

mercasevillaUn juez de Madrid ha suspendido el acuerdo del Ayuntamiento de Leganés de enajenación de suelo municipal para uso comercial por estimar que podría resultar lesivo al interés público al haberse vendido el pasado verano a un precio inferior en un 60% al de mercado. Compárese esta noticia con la realidad de Sevilla y se comprende mejor que nunca, ya que vamos de literatos, el poema de José Agustín Goytisolo que musicó Paco Ibáñez y que a tantos acompañó en los tiempos en que la palabra idealista no había quedado reducida al título de un portal inmobiliario en Internet: ‘El mundo al revés’. Sí, el poema aquel que dice: “Érase una vez/un lobito bueno/ al que matrataban/ todos los corderos./ Y había también/ un príncipe malo,/ una bruja hermosa/y un pirata honrado./ Todas estas cosas había una vez. / Cuando yo soñaba/ un mundo al revés”.

En el mundo al revés que es esa Sevilla que el alcalde, que divide en vez de unir,  dice que es la suya porque representa la modernidad, el progreso, etcétera, etcétera, frente a la ‘otra’ Sevilla de la que él habla en términos de rancia, tradicionalista y de las JONS, en esa Sevilla del escándalo de la empresa municipal Mercasevilla resulta que a la hora de subastar terrenos públicos se introdujo una cláusula en el pliego de condiciones por la que se penalizarían las ofertas más  altas de la cuenta. Vamos, que a la empresa del Ayuntamiento no le interesaba coger cuanto más dinero mejor para las arcas públicas – como es lo habitual y, por ejemplo, hizo el Gobierno cuando vendió Tablada a las Cajas- , de ahí que adjudicase el suelo a Sando en vez de a Noga, pese a que ésta ofreció 50 millones de euros más que aquélla. Para que se hagan una idea de lo que hubiera significado el dinero, esos cincuenta millones a los que renunció la empresa municipal equivalen al último déficit de Tussam.

La juez Mercedes Alaya, velando por el interés público como su colega de Madrid, ha imputado ahora a una técnica de Urbanismo que participó en la redacción del pliego de condiciones para la subasta en la época en que estaba al frente de la Gerencia Manuel Marchena, el valido del alcalde, que es además consejero de Mercasevilla y cuyo nombre, por cierto, aparece también en las grabaciones que hicieron los empresarios del grupo La Raza al negarse a pagar las comisiones que les exigían. ¿Qué dirá ahora Monteseirín, él, que acuñó aquello del ‘urbanismo bajo sospecha’ para cargarse al PA?

Así que ya lo saben, cuando piquen el bonobús, recuerden que con los 50 millones dejados escapar por el Ayuntamiento en la subasta de terrenos de Mercasevilla se podría haber cubierto el ‘agujero’ de Tussam, si en Sevilla el mundo no fuera al revés.

Si te he visto no me acuerdo

Marchena afirma que no conoce a la técnico de Urbanismo imputada en el caso Mercasevilla. ¡Pero si en las caracolas de la Gerencia se cuenta que fue él quien la nombró cargo de confianza! El valido del alcalde también trata de sugerir que la imputada pertenece a otra Delegación, la de Vía Pública. Recordemos. En su época, el  PA repartió el urbanismo entre Rafael Carmona (Gerencia) e Isabel Guerra (Obras Públicas), pero todo bajo la dependencia orgánica del primero. Con el PSOE se mantuvo el esquema: Carrillo en Urbanismo y Gómez Lobo en lo que pasó a llamarse Vía Pública. Jurídica y jerárquicamente los adscritos a esta área no fueron desgajados  de la Gerencia. Según los estatutos de Urbanismo (artículo 22.2), el jefe de todo el personal es el gerente, y en la época del concurso de Mercasevilla el gerente era Marchena y, como tal, el superior de Victoria Bustamante. Así que más rabitos de pasas para reforzar la memoria y menos gambas.