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Caducidad

El Ayuntamiento ha ordenado a los policías locales que  sigan cursando multas  de tráfico pese a que los boletines estén caducados. Al parecer, se imprimieron con referencias a unas normas que ya han perdido su vigencia, por lo que a juicio de los agentes las multas podrían ser recurridas al ser nulas de pleno derecho: invocan una normativa prescrita. Por esta vez, y sin que sirva de precedente, creo que el Consistorio es quien tiene razón. Verán por qué. ¿No está acaso funcionando –es una licencia periodística- el Ayuntamiento con un alcalde al que Pepe Griñán declaró caducado, como los yogures, a finales del año 2009? Sabemos que el (sin) alcalde ya no pinta nada, aunque todos disimulamos y hacemos el paripé como si se creyéramos lo contrario, para no darle más sofocones al pobre, que por eso necesita viajar tanto, para huir de su depresión. Y, que se recuerde, Griñán ni siquiera utilizó un boletín homologado del PSOE, ni esperó a los tiempos reglamentarios del partido para enseñarle tarjeta roja a Alfredo. Le bastó un simple teletipo de Europa Press.

Saliente

En Economía se dice “descontado por el mercado” cuando éste no reacciona ante una noticia porque, previéndola, ya se había anticipado a ella. A escala local, el mercado ya había descontado mucho antes de que lo anunciara Griñán por el teletipo de Europa Press que Monteseirín no iba a seguir de alcalde, porque  cuando las empresas se interesaban por sus nuevos  proyectos emblemáticos iban luego a hablar con Zoido para sondearle sobre si llegado a la Alcaldía tumbaría las obras anunciadas por Alfredo, como éste  tumbó el edificio de Moneo en el Prado promovido por doña Sole. Ahora, con motivo de la polémica sobre la cantidad y ubicación de la (s)  estación (es) de Metro en el Centro, el comercio sevillano le ha dicho públicamente a Monteseirín que “no enrede más con este asunto porque es un alcalde saliente”. Para Aprocom, el  (sin) es un cero a la izquierda –bueno, Alfredo lo que quiere son ceros a la derecha como precio por su salida- y lo que cuenta es la opinión de Espadas. El mercado, además de saliente, quiere ver en Monteseirín un alcalde silente.

La tasación de Alfredo

El escritor Juan de Timoneda contaba la historia de un rey que no sabiendo cómo deshacerse del abad de cierto monasterio para darle su puesto a otro más afín a sus intereses, decidió plantearle tres preguntas saduceas a las que debería  responder en el plazo de un mes, por ver si pillándolo en un renuncio tenía así ocasión de justificar su extrañamiento:

1)      ¿Cuánto vale el Rey?

2)      ¿Dónde está el medio del mundo?

3)      ¿Qué piensa el Soberano?

Atribulado por cuestiones tan imbricadas y sin saber cómo salir de semejante trance, el abad acabó sincerándose con el cocinero del monasterio, el cual, al ver su pesadumbre,  le pidió que le permitiera disfrazarse con sus hábitos para suplantarlo y acudir en su lugar a la presencia del Monarca. Una vez delante del Rey, respondió de esta guisa a las tres maquiavélicas preguntas:

1)      ¿Cuánto vale el Rey? Digo que 29 dineros, porque Jesucristo fue vendido por 30 monedas y Su Majestad no querrá cometer el pecado de soberbia de pretender valer más que Nuestro Señor.

2)      ¿Dónde está el medio del mundo? Donde Su Majestad tenga los pies, pues al ser redondo como una bola, allí donde hollare con sus plantas, es el medio de él.

3)      ¿Qué piensa el Monarca? Que cree estar hablando con el abad y en realidad lo está haciendo con su cocinero.

OFERTA Y CONTRAOFERTA

Hace unas cinco semanas, un emisario fue a ver a Monteseirín en nombre de la Dirección del PSOE para hacerle, mutatis mutandis, la misma primera pregunta que el Rey al abad: ¿cuánto vale el alcalde de Sevilla para que deje el cargo de una vez, se active la sucesión en la figura de transición de Rosamar y el partido tenga vía libre para placear a Juan Espadas como candidato para que lo conozcan los ciudadanos con tiempo y pueda así aspirar al bastón de mando pese al hundimiento al que ha llevado Monteseirín al socialismo sevillano en las encuestas?

El País, medio habitualmente bien informado de cuanto se cuece en el PSOE, dio indirectamente cuenta de aquella reunión en su edición del 16 de abril, en estos términos: “La oferta personal que los socialistas le habían hecho para buscarle acomodo era la del futuro Consorcio del Guadalquivir, un proyecto aún sin definir y que él rechazó. Según fuentes socialistas, Monteseirín ha intentado por su cuenta hacerse con la presidencia de la Compañía Andaluza de Rentas e Inversiones (Carisa), una sociedad dedicada a la gestión de participaciones accionariales de Cajasol y Unicaja”.

El emisario le ofreció a Monteseirín un puesto en un ‘holding’ de empresas, con una retribución de 100.000 euros anuales, coche, secretaria, Visa y otras prebendas. Y, efectivamente, el alcalde señaló  Carisa, al conocerla interiormente por su presencia en su consejo y sus generosas dietas, y exigió como contrapartida la presidencia de la sociedad y unos emolumentos de 220.000 euros anuales. Argumentó que tenía muchas obligaciones familiares y que tras once años en la Alcaldía, más su etapa anterior al frente de la Diputación, se había acostumbrado a ese nivel de vida y debía mantener su rango. El emisario  se echó las manos a la cabeza al oír las desorbitadas pretensiones del alcalde, elevó su informe al PSOE y hasta hoy.

MÁS QUE NADIE

Así pues, Monteseirín cayó en el pecado de soberbia de tasarse a sí mismo muy por encima del valor del propio presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, cuyo salario es de 81.155 euros brutos anuales en los Presupuestos de 2010, y del tope retributivo propugnado por el presidente de la FAMP, Francisco Toscano, para los alcaldes de ciudades con más de 500.000 habitantes y los presidentes de las ocho diputaciones: 79.873 euros, remuneración equivalente a la de un consejero del Gobierno andaluz. El alcalde quería ganar un 271% más que Griñán, y eso lo dice todo sobre su desmedida ambición, porque él, al igual que el Rey de la historia, se cree que allí donde hollen sus pies está el centro del mundo.

Extraoficialmente el PSOE habría difundido que Monteseirín ni siquiera llega a ese máximo salarial, puesto que sus emolumentos como alcalde serían de 65.748 euros anuales, más 11.000 euros en dietas. En total, 76.748 euros. Sin embargo, el alcalde declaró en 2007 unos ingresos por todos los conceptos de 108.693 euros, y aunque haya dejado de pertenecer a los órganos de la Caja, ha metido la cabeza en otro tipo de empresas y en todas las sociedades municipales como presidente, donde cobra dietas por presidir consejos y ejecutivas, con reuniones sin periodicidad determinada pero siempre remuneradas, con el fin de no bajar de un mínimo de 100.000 euros/año.

EN PLENA CRISIS

Si Monteseirín cobra realmente esos 76.748 euros y exigió un puesto remunerado con 220.000 por dejar la Alcaldía y mantener su estilo de vida, ello quiere decir al menos que las compensaciones en especie (viajes -¿se incluye el de Turquía o era aparte?-, hoteles, comilonas, coche oficial, teléfono, gabinete propio….) que le supone el sillón municipal las valora en 143.252 euros anuales.

Al exigir un cargo retribuido con 220.000 euros en plena crisis, estaba demostrando cuál era realmente su espíritu de sacrificio y cómo estaba chalaneando con Sevilla al mostrarse dispuesto a dejar la Alcaldía a cambio de esos emolumentos, en vez de quedarse hasta el final sin importarle el dinero y por compromiso político con sus votantes, o bien haberse ido a su casa en un ataque de dignidad tras haber sido defenestrado de forma humillante mediante un teletipo de Europa Press.

‘Up in the air’

Tal como recordamos antes de que se consumara su defenestración por Griñán mediante el teletipo de Europa Press,  Monteseirín ya era visto dentro y fuera del PSOE como un ‘pato cojo’. La prensa norteamericana acuñó esta  metáfora  animalística (‘the lame duck’) para definir el síndrome que afectaba a los presidentes que no podían optar a la reelección porque se hallaban en su último mandato.

Los presidentes que dejarán de serlo a plazo fijo pierden mando e influencia porque el resto de los políticos dejan de tenerlo como referente y se reorientan en función de los posibles candidatos a la sucesión. Como reacción, los inquilinos de la Casa Blanca con fecha de caducidad empiezan a pasar olímpicamente de todo porque ya no van a ser penalizados electoralmente.

Y ésta, justamente, es la posición en que se encuentra Monteseirín: el ‘pato cojo’ amortizado por el PSOE y que ha decidido pasárselo lo mejor posible en el año que le queda como alcalde. Y una de las formas en que mejor se lo pasa Monteseirín es viajando a costa del contribuyente o por invitación.

CUALQUIER PRETEXTO

Sólo en los últimos 16 meses, el regidor sevillano ha hecho catorce viajes al extranjero detectados por la prensa, en los que ha dado el equivalente a casi una vez y cuarto la vuelta al mundo: 47.141 kilómetros.

Con la excusa de la promoción turística, cinematográfica, deportiva o lo que se tercie de Sevilla, se ha escapado a ciudades como Nueva York (presentación de la Bienal de Flamenco), Zúrich  y Múnich (acompañando a la Sinfónica, aunque los melómanos locales dicen que no lo ven nunca en un concierto en el Maestranza), Bruselas (congreso de movilidad sostenible: lo que más le gusta a Alfredo, la movilidad), Katowice (a ver la final del Eurobasket, por aquello de la subsede para Sevilla), Londres (se encalomó al séquito de Griñán al World Trade Market, aunque eso no le evitó la defenestración o, quién sabe, acaso hasta la aceleró), Bochum (los premios de Cine Europeo como coartada), Nápoles (siempre hay un congreso en el que parece inexcusable su presencia y éste sobre ciudades mediterráneas -¿por qué entonces Pierre Chanu escribió su monumental ‘Sevilla y el Atlántico’?- le inspiró su carta de despedida a los sevillanos, si bien luego se arrepintió conforme al lema que popularizó en TVE el humorista Joe Rígoli: “Yo sigo”), París (la Bienal de Flamenco bien vale ese sacrificio del viaje a la ciudad de la Luz) y otros.

Ahora se anuncia su viaje a Río de Janeiro, el undécimo transoceánico en su  mandato. Monteseirín es como el Ryan Bingham  -encarnado por George Clooney- de la película ‘Up in the air’, cuya meta era volar 10 millones de millas para obtener la tarjeta ‘gratis total’ de por vida. A diferencia de Bingham, un experto externo y sin alma a la hora de recortar plantillas, Alfredo es un experto en incrementar la del Ayuntamiento (130 nuevos contratos este año) y los gastos de personal (5,2 millones de euros más) pese a la crisis.

BORBOLLA, EN PAÑALES

Y entre el último viaje conocido, Tánger, y el próximo, Río, el esperpento del vuelo secreto a Turquía con Marchena y el cónsul honorario turco que a la par es importador de tuberías como las que se usan en las obras que licita Emasesa, un vuelo destapado por el colega Alberto García Reyes, el cual ha hecho honor a la definición de qué es periodismo: aquello que no le interesa al Poder que se sepa.

Monteseirín ha dado ya tres versiones contradictorias  de un viaje que ocultó a sus ediles con la mentira (¿cuántas ya?) de que se ausentaba por unos días de Sevilla con su familia. Tras la trola, él  y su valido se largaron  a Turquía en un jet privado cuyo vuelo ha costado  37.000 euros, se alojaron en Estambul en plan lujo asiático en un hotel de cinco estrellas cuya suite vale al menos un 25% más que la habitación más cara del Alfonso XIII y se dieron un homenaje en un restaurante turco que se precia de servir ‘la sinfonía del marisco’, en sintonía con la predilección del mandamás de Emasesa por las pinceladas al centro. Y pensar que en otros tiempos  se formó  un escándalo en Sevilla por que Borbolla degustó unos langostinitos en París…..

¿QUIÉN PAGÓ LA FACTURA?

El cónsul-importador de tubos y viceversa dice que el viaje lo organizó el Consulado por invitación del primer ministro turco para que Emasesa exportara tecnología a su Ministerio de Medio Ambiente. El alcalde dice ahora que no era un viaje institucional, sino comercial. Si tal era, ¿por qué en secreto y no se aireó como un gran éxito suyo  al ser invitado a exportar ‘software made in Sevilla’? Si era institucional para vender informática de Emasesa al Ministerio de Medio Ambiente, ¿por qué ya en Turquía  visitaron la fábrica de tubos, si según el cónsul que los importa, su firma ni ha tenido en el pasado, ni tiene en el presente, ni tendrá en el futuro relación contractual con Emasesa?

Si era una misión comercial de la empresa municipal, ¿por qué los turcos, supuestos compradores de un mero programa informático, han corrido teóricamente con los gastos a cuerpo de reyes de los vendedores  y qué pintaba en un jet privado el cónsul, si jamás de los jamases su empresa tuvo, tiene ni tendrá relación con Emasesa?

Y ¿por qué Monteseirín y su valido hicieron escala en Mallorca para no dejar huella del vuelo a Turquía, se montaron en un coche de espaldas para no salir en las fotos y se fueron pitando de San Pablo por puerta distinta a la de Autoridades?

Sólo obra así quien tiene mala conciencia.

Semana de Pasión política

No crean que la Semana Santa  supone una interrupción en las hostilidades políticas, como antiguamente suponía un alto el fuego en las guerras. Hasta tal punto ha avanzado el laicismo, que Samaranch intentó como presidente del Comité Olímpico Internacional que durante los Juegos los combatientes en cualquier conflicto aceptasen la ‘tregua olímpica’, de tres semanas, a fin de que pudieran ver tranquilamente por Tv las hazañas de los atletas, aunque luego se mataran en las trincheras con más saña aún  que antes.

No hay tregua política porque, al menos entre nosotros, todo cuanto gira en torno al mundo cofradiero se convierte en una escuela de aprendizaje para el desempeño de un cargo público. Si el general prusiano Clausewitz acuñó la famosa frase de que ‘la guerra es la continuación de la política por otros medios’, en Sevilla el universo semanasantero es la cantera donde se forjan, entre candidaturas para juntas directivas y pactos para reparto de puestos, muchos de los que luego dan el santo a la política, de ahí la enorme atención con que siguen la vida interna de las cofradías muchos gerifaltes de la Administración  a pesar de proclamarse ajenos al hecho religioso.

MUCHO ANTES DEL ‘TSUNAMI’

No hay tregua porque en la Semana Mayor el Ayuntamiento ha procurado siempre recoger el fruto de su estrategia del ‘urbanismo morado’, en busca del voto de los más de cien mil sevillanos que, según estimaciones, pagan religiosamente la cuota de su hermandad aunque luego muchos de ellos se olviden de estar al día con la Hacienda municipal, y los casi 50.000 que, según el informe ‘Cíngulo’ patrocinado por la Fundación Cofrade se visten de nazarenos. Es curioso comprobar el ‘tsunami’ (Barbeito ‘dixit’) por las declaraciones del pregonero –“ni voy a misa, ni me confieso (etcétera)”– cuando el susodicho informe ya revelaba hace nueve años –imagínense ahora- que sólo la mitad de los nazarenos confesaban ser católicos practicantes, una cuarta parte decía que procesionaba por afición en vez de por convicción y un 20% reconocía que no iba nunca a misa.

Y no hay tregua  porque en los palcos y  sillas de la Carrera Oficial y en otros cenáculos se van a hacer más que nunca variaciones, combinaciones y permutaciones entre el Ayuntamiento, la Junta y puede que hasta la Delegación del Gobierno a cuenta de la fecha de salida de Monteseirín, de si los ediles nombrados a dedo se van o se quedan, de si Juan Espadas corre por fuera o por dentro su particular carrera electoral y con dorsal o no de delegado del Gobierno, de si alguna de las intoxicaciones periodísticas de Celis va a fructificar por fin en la pedrea de algún cargo autonómico tras haber perdido el tren de la Ejecutiva socialista primero y del nuevo Gobierno de Griñán después, de si Viera va a dejar algún superviviente del sector crítico en la Casa Grande para que pueda contarlo o los va a liquidar a todos…..

MARCADA POR LA POLÍTICA

La política no descansa ni en Semana Santa, y los políticos tampoco descansan de conspirar. El Domingo de Ramos pasado ya estuvo marcado por la salida de Chaves de la Junta, y éste lo está por la salida de Monteseirín de la Alcaldía tras el famoso teletipo de Europa Press, de ahí que estos siete días serán la particular Semana de Pasión del alcalde, ya interino. Alfredo, por mucho que porte la vara en la procesión de la Hiniesta, es consciente de que los sevillanos ya saben que no pinta nada y lo más probable es que se salga de la carrera oficial a la altura del Ayuntamiento para no exhibir más su caída en desgracia.

Si hoy, conforme al dicho popular  ‘Domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos’, Sevilla no ha estrenado alcaldesa con Rosamar Prieto  y Monteseirín no ha tomado las de Villadiego es, probablemente, por mor de Torrijos y su recordatorio de que legalmente él sería el alcalde en cuanto dimitiera el defenestrado Alfredo y  hasta que él mismo convocara un Pleno para elegir el sucesor. Y aunque Torrijos declarara que, por su  condición de agnóstico, no tenía intención de presidir procesiones ni palcos, no parece que el PSOE estuviera por la labor de facilitarle el cargo de alcalde provisional justo en Semana Santa.

EVITARLE LA FOTO A TORRIJOS

De lo cual se infiere que Monteseirín deberá dimitir el lunes de Pascua, y aun así los plazos estarían ajustadísimos, si no quiere continuar de alcalde interino hasta mayo, pues en caso de que siguiera deshojando la margarita de la duda o con el regateo de un cargo de consolación, no habría ya margen de maniobra para que Torrijos convocara  un pleno extraordinario para la elección antes de Feria de Rosamar Prieto como alcaldesa de transición.

El PSOE no quiere que Monteseirín deje pasar más de un día tras esta Semana Santa para irse, pues basta un retraso para que quien se pasee por el Real  como alcalde, presida  las recepciones en la caseta municipal y salga chupando cámara  en las televisiones y  periódicos sea Torrijos como alcalde accidental, ya que no daría tiempo a celebrar el Pleno de la sucesión antes del ‘alumbrao’.

La última carta que le queda a Monteseirín es manejar el tiempo de su sucesión, ya que no la elección de su sucesor, y puede jugar esa baza aunque sin arriesgar demasiado so pena de volverse de médico a San Lázaro con las manos vacías. El PSOE nunca le perdonaría que le diera a Torrijos la oportunidad de disfrutar del bastón de mando, si no en las palmas del Domingo de Ramos, sí al menos en los farolillos de la Feria.

El sexto sentido

El valido del alcalde, que se quedó mudo al ver cómo su jefe recibía el acta de defunción política de manos de Griñán mediante el teletipo de Europa Press, ha vuelto a tocar el tam-tam digital en forma de envíos masivos de correos electrónicos con panegíricos a Monteseirín. ‘Tócala otra vez Sam’, dicen que dijo  Humphrey Bogart en la película ‘Casablanca’ (no fue en esta cinta, pero así ha quedado para la historia). ‘Tócalo otra vez, Manolo’, le habrá dicho Alfredo a su mano derecha para consolarse con las alabanzas de su fiel vasallo. El valido, en plan Manolo el del bombo,  atruena  ahora la selva de Internet  con su tambor hasta a sevillanos anónimos, que pensaron ingenuamente que cuando desde Emvisesa les pidieron sus e-mails era para informarles sobre sorteos de viviendas, no para ser sometidos a la tortura de ‘la voz de su amo’ ante la sordera de la Agencia de Protección de Datos. ¡Qué más da que inunde el éter con sus loas al alcalde!. Marchena es como el personaje de la película ‘El sexto sentido’: un cadáver político que aún se cree que está vivo.

Calendas de marzo

Millares de sevillanos recibían a diario en su correo electrónico  las  intoxicaciones de Marchena con sus interpretaciones edulcoradas de la realidad de Sevilla, siempre a mayor gloria de Monteseirín. Si Marchena perdía las mañanas y parte de las tardes en estas campañas, ¿quién gestionaba entonces Emasesa? ¿Serían los de siempre en el Ayuntamiento, osea, los técnicos que cometen los ‘errores mecánicos’, o es que Emasesa ha acabado convertida también en la Oficina municipal de Propaganda?  Ahora que todos esperaban con expectación la exégesis del valido sobre cómo se cargó Griñán al alcalde, resulta que el tam-tam digital de Marchena se ha quedado tan mudo como lívido su jefe en Alcosa cuando le llegó el teletipo de Europa Press, al igual que antaño llegaban con el cese los motoristas de Franco. ¿Quién les iba a decir a M&M que tras mis calendas de abril llegarían, menos de un año después, sus calendas de marzo? Como declamó Castelar, grande es la religión del poder, pero es más grande la religión de la justicia implacable. Quien a hierro mata, a hierro muere.

La toalla la tiraron desde el rincón

El alcalde ya caducado se esfuerza por aparentar que ha sido él quien ha  decidido no repetir como candidato del PSOE. Pero no ha sido Monteseirín quien ha tirado la toalla, no. La toalla la ha arrojado Griñán  desde fuera del cuadrilátero de la Plaza Nueva al observar que su pupilo deambulaba grogui por el ring -totalmente sonado tras la sentencia del Supremo sobre las facturas falsas-  y temeroso de una derrota por K.O. antes del último asalto, por los golpes que pudiera propinarle el caso Mercasevilla. Monteseirín amagaba con su retirada, pero eso no era más que una finta para, en el peor de los casos, dejar colocado a su delfín Celis y sin capacidad de maniobra a Viera. Un político que quiere irse respira aliviado al saber que se van a cumplir sus deseos. Por el contrario, Monteseirín se quedó lívido en Alcosa cuando le comunicaron que Griñán lo daba por amortizado. Sus balbuceantes declaraciones ‘in situ’ a una emisora de radio evidencian su estado de ‘shock’. Como él es médico, para recuperarse se ha recetado un viaje a Nápoles. Huye de Sevilla.