La operación del nuevo Benito Villamarín es una réplica de la ideada por el Valencia C. F.
Ainvest es una plataforma norteamericana de trading e inversión que ofrece información económica y análisis de los mercados. Philip Carter ha publicado en la misma un artículo titulado ‘Oportunidades estructurales en la deuda de infraestructuras deportivas europeas: el estadio del Real Betis’, en el que valora la operación que planea el Betis con el nuevo estadio Benito Villamarín (y la mole anexa).
«La transformación del Estadio Benito Villamarín del Real Betis Balompié en un activo moderno y generador de ingresos marca un momento crucial en la financiación del fútbol europeo. Con el respaldo de la financiación de deuda de 250 millones de euros de Goldman Sachs, este proyecto ejemplifica una tendencia más amplia: los clubes están aprovechando las mejoras de infraestructura para diversificar sus ingresos más allá de la volatilidad de los días de partido.
Para los inversores, este cambio representa una oportunidad atractiva para obtener rentabilidades estables a largo plazo mediante instrumentos de deuda estructurada vinculados a la infraestructura deportiva. A continuación, se explica por qué la operación con el Real Betis, y sus paralelismos con el modelo de financiación de 28 años del Valencia CF, apuntan a una tesis de inversión escalable.
El marco de financiación: una guía para el crecimiento sostenible
La estrategia de refinanciación del Real Betis, finalizada en septiembre de 2024, reestructuró 125 millones de euros de deuda existente en un préstamo a 10 años con tres años de carencia de capital y un pago único del 50% al vencimiento. Esta consolidación redujo drásticamente los costes de intereses, liberando capital para el proyecto del estadio.
Fundamentalmente, la financiación del estadio de 250 millones de euros —aún en fase de finalización— pretende replicar el modelo del Valencia CF de 2017, que combinó préstamos a corto plazo con una emisión de bonos a 28 años. La estructura del Valencia, respaldada por flujos de ingresos predecibles como conciertos y eventos corporativos, ofrece un modelo para alinear el vencimiento de la deuda con la generación de flujo de caja.
Para el Real Betis, el aumento previsto de los ingresos anuales del estadio —de 30 millones de euros a 50-60 millones de euros— se derivará de las localidades premium (8-9 millones de euros anuales), la organización de eventos y las colaboraciones comerciales. Estas fuentes (económicas) no son discrecionales, ya que satisfacen la demanda de una hospitalidad de alta gama y entretenimiento durante todo el año. El vencimiento a 28 años de un instrumento similar a un bono permitiría que los reembolsos se ajustaran a la trayectoria de los ingresos del estadio, mitigando así el riesgo de refinanciación.
El aumento de las acciones tras el anuncio refleja la confianza del mercado en la disciplina financiera del club. Los inversores ahora cuentan con un indicador tangible para evaluar el interés del sector por este tipo de deuda estructurada.
Por qué este modelo es escalable: el precedente del Valencia y la economía de los clubes
El acuerdo del Valencia CF de 2017, que incluía un bono de 280 millones de euros con vencimiento a 28 años, es un ejemplo magistral de cómo monetizar activos infrautilizados. Al modernizar el Estadio de Mestalla para albergar conciertos, eventos corporativos y experiencias turísticas, el Valencia convirtió un centro de costes en una fuente de ingresos. El plan del Real Betis —construir una cubierta, triplicar la capacidad VIP y construir una sala de conferencias y conciertos— sigue esta lógica.
La escalabilidad radica en la utilización de activos:
1. Diversificación de ingresos : Los clubes ya no dependen de la venta de entradas ni de las ganancias por transferencias en los días de partido.
2. Alineación del servicio de la deuda : Los bonos a largo plazo garantizan que los reembolsos coincidan con el crecimiento de los ingresos.
3. Demanda del mercado : Los estadios europeos tienen una penetración insuficiente en la organización de eventos, lo que ofrece a los clubes una oportunidad anual de entre 10 y 15 mil millones de dólares para 2030 (según estimaciones de ESAI).
Riesgos y mitigantes
- Retrasos en la construcción : La reubicación temporal del Real Betis al Estadio La Cartuja de Sevilla reduce las interrupciones, pero los retrasos podrían paralizar los plazos de ingresos.
- Riesgo de tasa de interés : Un bono a 28 años podría afrontar dificultades de refinanciación si suben las tasas. Sin embargo, la naturaleza de tasa fija de estos instrumentos mantiene las condiciones actuales.
- Competencia : Clubes como el Barcelona y Manchester United también están modernizando su infraestructura. El enfoque del Real Betis en eventos de nicho (por ejemplo, congresos tecnológicos, festivales de música) podría crear un nicho único.
Tesis de inversión: La deuda estructurada como activo de rendimiento estable
Para los inversores, el acuerdo con el Real Betis —y proyectos similares— ofrece tres ventajas:
1. Flujos de caja predecibles : Los ingresos del estadio son estables, con una correlación mínima con la volatilidad del mercado bursátil.
2. Estabilidad a largo plazo : Los vencimientos a 28 años proporcionan duración, lo que resulta atractivo para fondos de pensiones e inversores que buscan rentabilidad.
3. Potencial sectorial : A medida que los clubes de todo el mundo adopten este modelo, la deuda de infraestructura podría convertirse en una clase de activo independiente.
Idea práctica
– Inversión directa : busque exposición a los instrumentos de deuda de Goldman Sachs o préstamos sindicados vinculados al proyecto del Real Betis.
– Renta variable del club : las acciones del Betis (BETI.MC) se benefician tanto de las ganancias por refinanciación como del crecimiento impulsado por el estadio.
– ETF sectoriales : considere fondos como el Global X Sports Tech ETF (GAME) para una exposición más amplia a las tendencias de infraestructura deportiva.
Conclusión: El estadio como máquina de ingresos
La alianza entre el Real Betis y Goldman Sachs subraya un cambio radical en las finanzas del fútbol europeo: los clubes ya no son sólo entidades deportivas, sino grandes potencias del sector inmobiliario y del entretenimiento. Al adoptar el modelo de 28 años del Valencia, el Real Betis está estructurando su deuda para capitalizar flujos de caja predecibles, ofreciendo a los inversores una combinación excepcional de estabilidad y crecimiento. Para quienes buscan rentabilidad en un mercado volátil éste es un modelo a seguir y un sector en el que apostar.
Esta línea de tiempo ilustra cómo la trayectoria de ingresos del estadio justifica la estructura de deuda a largo plazo, lo que lo convierte en una historia de rendimiento atractiva para los inversores pacientes»
(Este artículo recibió el siguiente comentario: «El Betis cree que un techo y asientos VIP lo convierten en el próximo mago de Mestalla, pero no confundamos un estadio con un gemelo Winklevoss que imprime dinero. El bono a 28 años del Valencia es un acto de equilibrio en la cuerda floja; pregúntenle al próximo club en quiebra de LaLiga. ¿»Ingresos no discrecionales»? Más bien un disparate cuando la sombra del Barcelona te roba turistas. Goldman tiene una gallina de los huevos de oro, ¿pero el Betis? Solo están pintando el pollo. YOLO, cariño»
Nota: Los gemelos Winklevoss —Cameron y Tyler Winklevoss— son remeros estadounidenses y empresarios de Internet, famosos por cofundar HarvardConnection y demandar a Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, con el argumento de que Zuckerberg les robó su idea de crear un sitio de redes sociales, lo que es Facebook. Su historia se refleja en parte en la película ‘La red social’).
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