No mitigará la emisión de gases de efecto invernadero al admitirse por el Ayuntamiento que no reducirá el tráfico privado
Obligará a la tala de 230 árboles de al menos medio siglo de antigüedad y por tanto atentará contra la conservación de hábitats y especies
El Ministerio de Transportes ha publicado las bases de una primera línea de ayudas, dotada con mil millones de euros del Plan de Recuperación y Resiliencia de la UE, destinada a la creación por los ayuntamientos de capitales de provincia y de ciudades con más de 50.000 habitantes de Zonas de Bajas Emisiones y áreas peatonales, la compra de autobuses no contaminantes y la construcción de carriles-bici, entre otros. Todas las actuaciones deberán cumplir el nuevo principio impuesto por Bruselas de «no causar un perjuicio significativo» al medio ambiente, principio que no cumpliría plenamente la ampliación del tranvía impulsada por el alcalde a tiempo parcial de Sevilla, Juan Espadas.
Con los 17 millones del monumento puede desde pagar la subida de sueldo en la empresa municipal hasta financiar la ampliación del tranvía
Pasan los días y ni el gobierno de Espadas, ni los grupos políticos municipales de la oposición ni el Patronato del Real Alcázar hacen alusión alguna a si el Ayuntamiento va a devolver a las cuentas del monumento al menos los 17 millones de euros que le cogió para compensar las pérdidas de Tussam por la pandemia y una vez que, por el mismo motivo, el Ministerio de Hacienda ha transferido al Consistorio 18,36 millones de euros.
Desde hace un decenio se dan las condiciones para una integración tarifaria y de títulos de viaje entre Renfe y Tussam que no justificaría la prolongación del tranvía a Santa Justa a un coste millonario
Los trenes del Cercanías unen ya San Bernardo y Santa Justa en la mitad de tiempo que lo haría el tranvía ampliado
Hace diez años que el tranvía de Monteseirín, recorriendo en superficie el mismo trazado que bajo tierra el Metro, llegó hasta el apeadero de San Bernardo. Se dieron entonces las condiciones para haber negociado que los usuarios del denominado ‘Metrocentro’ pudieran utilizar con el mismo título de viaje de Tussam el Cercanías de Renfe, el cual ya conectaba en subterráneo el apeadero con la estación de Santa Justa. Espadas negocia ahora con Renfe una integración tarifaria, pero sin renunciar a la millonaria ampliación del tranvía, cuando el Cercanías conecta de forma más rápida, y además con más frecuencias, San Bernardo y Santa Justa.
El alcalde se fue del Pleno para no oír la pregunta del portavoz de Tranvía Verde sobre la tala de árboles que provocará la ampliación del ‘Metrocentro’
El delegado de Hábitat Urbano reveló que el proyecto afectará a 230 ejemplares, cuando hasta ahora se creía que serían 128
Muñoz negó que la tala suponga arboricidio porque se plantarán más árboles, el mismo argumento con el que se defendió Zoido en Almirante Lobo
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha vuelto a dar la razón a los que le acusan de ser alérgico a las críticas y a la participación ciudadana, ya que se levantó del Pleno municipal justo antes de que interviniera el portavoz de la asociación Tranvía Verde, Javier Alba, para cuestionarle su proyecto de ampliación del ‘Metrocentro’ y el arboricidio que causará en Nervión. El delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, en respuesta a Alba negó el arboricidio con el mismo argumento con el que Zoido, duramente criticado entonces por Espadas, negó el suyo en la calle Almirante Lobo: se plantarán más árboles -dijo- que los que se cortarán.
Es la segunda línea con más usuarios perdidos durante el pasado verano
La línea T1 o del tranvía, que Espadas se ha empecinado en ampliar de forma redundante al coste de 31,3 millones de euros desde San Bernardo hasta las proximidades de El Corte Inglés de Nervión, ha perdido durante los seis meses del coronavirus un total de 1.300.303 pasajeros, según reflejan las estadísticas de Tussam.
Durante el pasado verano (junio-agosto), el tranvía dejó de transportar 436.112 pasajeros en comparación con el mismo periodo del año 2019, cifra equivalente al 60,93% del total previamente acumulado.
Con ese dato, el tranvía fue la segunda línea de la empresa municipal de transportes que más pasajeros se dejó por el camino el pasado verano, sólo superada negativamente en este sentido por los 518.157 usuarios menos de la línea 2 (Barqueta-Heliópolis).
Asimismo, en la práctica fue la cuarta línea con mayor proporción de pasajeros perdidos, sólo superada por la C5 (100% menos de clientes, debido a su suspensión tras el grave accidente de un autobús acaecido en diciembre en la Plaza del Duque de la Victoria), el autobús del aeropuerto o línea especial EA (82,21%), la línea 38 (Prado de San Sebastián-Universidad Pablo de Olavide) con un 66,51% , y la línea exprés a Sevilla Este (65,70%).
Si al balance del verano se le suma el de la primavera del coronavirus (marzo-mayo), época en que el tranvía dejó de transportar 864.191 pasajeros, la cifra total del semestre de la pandemia es de 1.300.303 usuarios menos que en el mismo periodo del año 2019.
El hecho de que el tranvía haya sido durante los seis primeros meses de la pandemia la segunda línea de Tussam con mayor número absoluto de pasajeros perdidos y “de facto” la cuarta proporcionalmente, vuelve a poner de manifiesto su debilidad en comparación con el resto de rutas, digamos normales, de la red pública de transporte y ello pese al enorme desembolso que por obra y gracia de Monteseirín, el gran despilfarrador, ha supuesto para los contribuyentes.
Por más que el Ayuntamiento trate de publicitar el supuesto éxito de demanda de viajeros del denominado ‘Metrocentro’, la realidad se empecina una y otra vez en desmentir la propaganda municipal, con la que el gobierno de Espadas trata de justificar la ampliación de la línea.
La aparición del coronavirus a mediados de marzo no puede considerarse como un freno inesperado para un hipotético despegue del tranvía. Si se toma como muestra el primer trimestre (enero-marzo) de los últimos cuatro años (2017-2020), es decir antes de la pandemia o coincidiendo un par de semanas con la misma, sólo el número de usuarios del tranvía en marzo de 2019 superó al de su mes precedente, febrero.
En ninguno de los once meses restantes de estos cuatro primeros trimestres anuales un mes superó en número de viajeros a su predecesor. Todo lo contrario: a medida que se fueron sucediendo los meses disminuyó el número de usuarios del tranvía.
Espadas, sin embargo, permanece ciego y sordo a las estadísticas y no quiere dejar que la realidad le estropee su proyecto político estrella: la prolongación de la ruinosa línea del tranvía legada por Monteseirín.
Quiere salvar la contradicción de pedir por un lado 17,7 millones para salvar el déficit de la empresa y por otro que aporte 8 millones al ‘Metrocentro’
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha tratado en el curso de unas declaraciones radiofónicas realizadas este verano de desvincular a la empresa municipal de transportes, Tussam, del proyecto de ampliación de la línea del tranvía entre la estación de San Bernardo y la confluencia entre Luis Montoto y Kansas City, a las puertas de El Corte Inglés de Nervión.
De forma sutil, Espadas deslizó el mensaje de que la ampliación del tranvía era ajena a Tussam porque se haría con financiación europea. Con este mensaje, el alcalde trata de salvar la enorme contradicción que supone la solicitud de al menos 17,7 millones de euros al fondo extraordinario del Gobierno de España para financiar el déficit acumulado por Tussam a causa del hundimiento de a demanda tras la pandemia del coronavirus al tiempo que está prevista una aportación de la empresa municipal a la ampliación del tranvía valorada en casi 8 millones de euros.
Tanto el Gobierno de la nación como la opinión pública se preguntarán cómo es posible que con una mano Tussam pida 17,7 millones de euros alegando el desplome de sus cuentas y sus números rojos y con la otra desembolse casi 8 millones para la redundante ampliación del tranvía, que se podría suplir con una simple línea BRT «low cost» (autobús de tránsito rápido) como la de San Sebastián:
Es tan flagrante la contradicción que por eso Espadas trata de colar casi subliminalmente el mensaje de que la ampliación del tranvía está vinculada únicamente a fondos europeos, al margen de Tussam. Sin embargo, ambas premisas no se corresponden con la realidad, por más que ahora el alcalde trate de salirse por la tangente.
Tal como demostramos en la información titulada ‘Espadas compromete 24,5 millones hasta que llegue la ayuda para el tranvía’
entre el Ayuntamiento y Tussam deberían desembolsar 11,7 millones de euros de los 31.351.408,84 en que ha sido estimado el presupuesto básico de licitación de la obra.
La aportación de Tussam aparece nítidamente reflejada en la página 29 del Tomo I del proyecto de construcción de la ampliación del tranvía que fue sometido a información pública el pasado mes de junio.
Tussam deberá dedicar 7.906.909 euros a la compra de material para la ampliación, tal como se especifica en las siguientes seis partidas:
-Material móvil: 7.000.000 euros
-Marquesinas: 379.238
-Billética: 254.077
-SAE embarcado: 20.694
-Teleindicadores: 72.000
-Vehículo bivial: 180.000
TOTAL: 7.906.009
Y sí, habría que exirle al alcalde que explicara cómo con unas pérdidas de al menos 17,7 millones de euros por el hundimiento de la demanda en Tussam se puede prometer al Gobierno la inmovilización de 24,5 millones de euros entre uno y tres años para la innecesaria y redundante ampliación del tranvía y que la arruinada Tussam, enchufada al respirador artificial del Ayuntamiento, tenga comprometida en el proyecto tranviario una aportación de casi 8 millones de euros.
El estudio de Seguridad y Salud del proyecto de ampliación de la línea del tranvía que, según el índice, debía aparecer en el Tomo II de la Obra Civil como Anejo Nº 22 pero que finalmente no ha sido incluido en el mismo es citado también en el Tomo I como existente pero referido a una… autovía, lo cual podría denotar que inicialmente se habría recurrido, presuntamente, a un mero “copia y pega” de otro informe y aplicado al tranvía sevillano para, supuestamente, ganar tiempo y salir del paso.
En la página 27 del Tomo I de la Obra Civil aparece el epígrafe 2.22 con el título Seguridad y Salud, en el que se dice lo siguiente:
“Según la obligatoriedad fijada en el Real Decreto 1627/97 con fecha 24 de octubre, se ha incluido un Estudio de Seguridad y Salud en el trabajo coherente con el contenido del proyecto de ejecución de la autovía”.
Y continúa de esta manera: “El estudio contempla pormenorizadamente la adaptación del número de operarios intervinientes al plazo previsto para la obra, así como todos los condicionantes al plazo previsto para siniestralidad, tales como la maquinaria interviniente, la topografía, los accesos, la climatología prevista, etc.
El análisis incluye el estudio detallado de la sistemática de trabajo a seguir en las principales partidas del proyecto con asignación del número de operarios necesarios y determinación de los posibles riesgos tanto individuales como colectivos.
En el apartado de prevención se han dimensionado los medios necesarios de Seguridad y Salud de la obra en base a los riesgos definidos con anterioridad. De igual manera se han expuesto las condiciones particulares que se han de cumplir en la obra en materia de formación, medicina preventiva y primeros auxilios, dimensionando las instalaciones de higiene y bienestar necesarias.
Específicamente para las obras objeto de este Estudio de Seguridad y Salud, se estudian los riesgos ocasionados por actividades particulares a estas obras.
Para estas actividades, se han desarrollado planos de planta del proyecto donde se especifican las fases de obra, cerramientos y los accesos previstos a la obra; así como las áreas de interferencia con tráfico ajeno a la obra, y la propuesta de emplazamiento de las zonas destinadas a instalaciones auxiliares.
Además, se han añadido en la memoria apartados específicos en los que se desarrollan las prescripciones a tener en cuenta desde el punto de vista de la seguridad y salud laboral para las situaciones comentadas. El Pliego de Prescripciones Particular tiene carácter de complementario con el que se incluye en el Proyecto de Ejecución”.
A pesar de toda esta amplia descripción, el estudio de Seguridad y Salud no figura dentro del expediente de calificación del proyecto constructivo sometido a información pública por el Ayuntamiento de Sevilla. Se cita también en la página 29 del Tomo I como parte de los documentos que integran el proyecto y como Anejo Nº 22, pero la realidad demuestra que no se ha incorporado o que si lo estuvo fue retirado de la circulación.
En un anterior artículo titulado ‘El tranvía, de «capricho millonario» a «revulsivo»
me hacía eco de la posición de la Red Sevilla por el Clima sobre la ampliación de la línea del tranvía que proyecta el gobierno de Espadas con un coste inicialmente previsto de 49 millones de euros. La red ha calificado este proyecto de «costoso, inútil y parche» al problema de la movilidad en la ciudad y en su lugar apuesta por autobuses eléctricos o de hidrógeno de tránsito rápido con plataforma reservada y por carriles-bici que conecten los barrios sevillanos entre sí y con el área metropolitana, desde la que procede la mitad del tráfico privado (unos 200.000 vehículos). Según Sevilla por el Clima, el coste de esta alternativa sería muy inferior al de la ampliación del tranvía y podría estar en funcionamiento en muy corto plazo.
Pues bien, consciente o inconscientemente el Ayuntamiento de Sevilla le da la razón en este diagnóstico a través de Gaspar Llanes, coordinador general del Plan Estratégico y que es el que ha solicitado en nombre de la Corporación Municipal la subvención para el tranvía errando en 7 millones en el cálculo de su presupuesto:
Gaspar Llanes, con el fin de refutar el informe del INE sobre los barrios sevillanos más pobres de España, ha escrito un artículo a toda página en Diario de Sevilla titulado ‘Escáner sobre Sevilla’ (Día 10 de junio, página 24). Al margen de sus peregrinas teorías para tratar de justificar los injustificable y de maquillar la estadística del INE sobre la pobreza en nuestra ciudad, lo más destacable respecto de la movilidad es lo que desliza en el último párrafo, en el que dice lo siguiente:
«Especial atención debe recibir el hecho de que es Sevilla, junto a Barcelona, la ciudad española que mayor presión poblacional recibe de su región urbana. Con la diferencia de que en Sevilla la movilidad depende casi exclusivamente del vehículo privado. El transporte público de la población que vive fuera de Sevilla, pero que acude a Sevilla a trabajar, estudiar o de ocio es, en general, muy deficiente. El ciudadano que vive fuera de Sevilla tiene pocas opciones fiables para ir a Sevilla, si no es en su vehículo particular. Allí donde existen corredores ferroviarios bien planificados, la línea 1 de metro y los trenes de cercanías de Renfe Dos Hermanas-Utrera, el transporte público es una opción con éxito. En consecuencia con lo anterior, el tráfico privado motorizado que soporta la zona centro de la capital y los accesos del área metropolitana a Sevilla capital, son el principal problema ambiental que hay que solucionar».
El diagnóstico de Llanes coincide con el de la red Sevilla por el Clima, pero, obviamente, no la solución. Y cabe preguntarse: ¿soluciona ampliar a un coste de 31,3 millones de euros en 1.430 metros la línea del tranvía desde San Bernardo a Luis de Morales, en Nervión, el problema del tráfico en el centro y los accesos al área metropolitana o lo solucionan los autobuses ecológicos de tránsito rápido en plataforma reservada y carriles-bici que propugnan, entre otros, la Red Sevilla por el Clima y a un menor coste y mayor rapidez de ejecución?
En ese periodo transportó 5,1 millones de viajeros frente a los 22,9 millones del año anterior
Todas las líneas se han hundido, excepto la minoritaria que da servicio al personal de la empresa
La línea del aeropuerto sólo transportó 55 usuarios en abril y 70 en todo mayo
El coronavirus está siendo como una plaga de Egipto para Tussam, ya que en los tres meses del periodo marzo-mayo (dos y medio en estado de alarma por la pandemia) de 2020 ha provocado que la empresa municipal de transportes de Sevilla haya albergado en sus vehículos poco más de 5 millones de pasajeros (5.156.864), en comparación con los casi 23 millones (22.976.097) del mismo periodo del año pasado. En conjunto la demanda ha registrado una caída del 77,56%.
La dirección de Tussam estima que la catástrofe del Covid 19 puede causarle a la compañía municipal este año unas pérdidas de entre 22 y 28 millones de euros, de ahí que el grupo municipal de Adelante Sevilla haya pedido a Espadas que abandone el proyecto de ampliación del tranvía, al que según el expediente de calificación ambiental las depauperadas arcas de Tussam deben aportar casi 8 millones para la compra de trenes, marquesinas y otros elementos.
El problema añadido es que este balance no incluye aún los datos de viajeros de junio (el estado de alarma durará hasta el próximo día 21) y que habrá que ver en los próximos meses también el efecto de las medidas higiénico-sanitarias en los autobuses (mascarilla y menor capacidad por el límite de dos usuarios por m2) y del miedo de los potenciales clientes a posibles contagios que pudieran provocar una retracción añadida de la demanda. Si se tiene en cuenta que Tussam transportó el año pasado 83.362.555 viajeros, los 17.819.233 perdidos entre marzo y mayo pueden reducir la cifra final de este 2020 a más/menos 65 millones.
El hundimiento es general en todas las líneas, salvo una excepción, la LP (Lanzadera Personal), que transporta a empleados de la propia Tussam entre el Prado y las cocheras en la Avenida de Andalucía y que normalmente tiene una demanda mínima. En los tres meses comparados fue usada por tan sólo 37 empleados el año pasado, y por 291 en este año del coronavirus. Esta lanzadera ya fue suprimida por la dirección hace diez años por su alto coste, similar al de otras líneas de servicio al público, y su mínima utilización, pero los sindicatos presionaron y lograron que se repusiera pese a que ya entonces había al menos cinco líneas normales con parada cerca de la sede de la compañía en el antiguo cuartel de San Fernando.
AUTOBUSES CASI VACÍOS
Salvo esta excepción, todas las líneas han sufrido una debacle en los 90 días analizados (75 en números redondos en estado de alarma por el coronavirus). A título de ejemplo, el autobús especial al aeropuerto (EA) sólo transportó 55 pasajeros en todo el mes de abril, poco más de uno al día, y 70 en todo mayo, dado que prácticamente también el aeropuerto de San Pablo estaba fuera de servicio, con lo que se pone de manifiesto la magnitud del golpe para el sector turístico sevillano. Hay otros casos en esa tónica. La línea 53 sólo transportó dos personas en el mes de abril y 150 en mayo; la línea 35, 26 pasajeros en abril y 50 en mayo; la Nocturna, 200 pasajeros en todo abril.
La línea que más usuarios ha perdido en comparación con el mismo periodo del año pasado ha sido la 2 (Barqueta-Heliópolis), nada menos que 1.314.391. Después hay tres líneas que pierden más de 900.000 pasajeros (los circulares C2 y C1 y la 3, que une Pino Montano con Bellavista); dos que pierden más de 800.000 (la 27, entre Sevilla Este y Plaza del Duque, y el tranvía, éste 864.191); tres que se dejan más de 700.000 (la 32, Polígono Sur-Plaza del Duque; la 6, San Lázaro-Ciudad Sanitaria; la 13, Plaza del Duque-Pino Montano); una que pierde más de 600.000 (Puerta Triana-Santa Aurelia) y dos que se dejan más de medio millón (la 12, Ponce de León-Pino Montano) y la 28 (Prado-Alcosa).
Si se toman como referencia los porcentajes de caída de pasajeros, proporcionalmente encabezan la lista, con el 100% debido a la suspensión de la Feria a causa del virus, tanto el especial Prado-Feria como la lanzadera desde el Charco de la Pava. Después hay once líneas cuya demanda ha caído más del 80% en estos tres meses de pandemia: el especial al aeropuerto (EA), la línea nocturna, la 41 (plaza de la Magdalena-Tablada), el tranvía (un 83,26%), la línea exprés Prado-Sevilla Este, el circular exterior C-1, la 34 (Prado-Los Bermejales), el circular exterior C-2, el 3 (Pino Montano-Bellavista), el 15 (Ponce de León-San Diego) y el 43 (Magdalena-El Tardón).
LAS MENOS AFECTADAS
Hablar de líneas con menor pérdida de pasajeros es casi una licencia lingüística, ya que la que lidera, por decirlo de algún modo, esta clasificación se ha dejado casi un 70% de sus usuarios. Cuantitativamente se registra menor pérdida de pasajeros en la 53 (Los Arcos-cárcel de Sevilla I), con sólo 1.916 usuarios menos. La siguen la B3 (Gran Plaza-Santa Clara), con -31.264; la Nocturna, con -85.502, y la 38 (Prado-Universidad Pablo de Olavide), con -87.373.
Proporcionalmente hay una decena de líneas que se han dejado entre un 74% y un 70% en números redondos. Dicho de otro modo, a pesar de la pandemia han tenido una demanda de entre el 26% y el 30%, dato indicativo de que sus usuarios son los más dependientes del transporte público aun en las peores circunstancias.
No parece casualidad que las líneas con menor pérdida proporcional de pasajeros sean las que conectan con zonas de la periferia como Palmete, San Jerónimo, Pino Montano, Rochelambert, Torreblanca, el Polígono Norte y la Carretera de Su Eminencia. Por decirlo de alguna manera, la pandemia también ha dejado una radiografía de cuáles son los barrios de Sevilla más dependientes de Tussam y al tiempo más fieles, por necesidad, a la empresa municipal de transportes.
Lectura contraria puede hacerse de las líneas anteriormente vistas con mayor porcentaje de pérdida de viajeros, los cuales han podido desplazarse por medios alternativos a Tussam, esencialmente transporte privado. En este sentido es paradigmático el caso del tranvía, en cuya ampliación está dispuesto a gastar el gobierno de Espadas al menos 49 millones de euros y que en esta crisis del coronavirus ha perdido 864.191 pasajeros (el 83,26%) y mantenido sólo una demanda del 16,74%.
Las líneas con menor porcentaje de pérdida de usuarios (entre un 69,48% y un 74,19%) han sido en estos tres meses analizados la B3 (Gran Plaza-Santa Clara), 52 (San Bernardo-Palmete), 24 (Ponce de León-Palmete), Norte (Prado-Pino Montano), 10 (Ponce de León-San Jerónimo), 30 (Prado-Avenida de la Paz), 13 (Plaza del Duque-Pino Montano), B4 (San Bernardo-Torreblanca), 25 (Prado-Rochelambert) y 1 (Polígono Norte-Ciudad Sanitaria Virgen del Rocío).
Espadas pidió justo en la víspera del estado de alarma dinero a la UE para la ampliación del tranvía
En sólo dos meses de coronavirus Tussam ha dejado de ingresar al menos 14 millones de euros
Por un gran sentido de la oportunidad o del oportunismo, por un fino olfato político, por gozar de información privilegiada, por casualidad o por un poco de todo o por todo eso a la vez, lo cierto es que Espadas se dio trazas para pedir el 13 de marzo, es decir justo en la víspera de la declaración del estado de alarma por causa del coronavirus, una subvención a la UE (con cargo a los fondos Feder) de 19.608.000 euros para la primera fase de la ampliación del tranvía (desde la estación de San Bernardo hasta el centro comercial Nervión Plaza), en la que el Ayuntamiento desembolsaría el 20% restante (4.902.000 euros).
¿Tiene sentido todavía, si es que alguna vez lo tuvo, dedicar en la catastrófica situación actual 24,5 millones de dinero público, entre europeo y municipal, a la primera fase de la redundante ampliación del tranvía cuando el coronavirus ha cambiado las condiciones del transporte en las grandes urbes y está obligando a revisar el modelo existente, tanto en este campo como en todos los de la vida? ¿Tiene sentido la huida hacia adelante de Espadas con el tranvía redundante cuando el confinamiento por el Covid 19 y el miedo al contagio en los transportes colectivos han provocado en tan sólo dos meses (desde mitad de marzo a mitad de mayo) una desbandada de usuarios y el hundimiento de los ingresos de Tussam en al menos 14 millones de euros?
El proyecto de ampliación del tranvía en dos fases (San Bernardo-Nervión Plaza primero y Nervión Plaza-estación de Santa Justa después) tiene un coste total estimado superior a los 49 millones de euros y, aparte de solaparse en superficie con el Cercanías de Renfe que discurre soterrado y de suplir el servicio que ya prestan en conjunto una decena de líneas de autobuses de Tussam, carece de justificación económica, como pone de manifiesto el mismísimo Plan Especial y el Estudio Ambiental ¿justificativo? redactado por la consultora Ayesa, tal como vimos en el informe ‘Ampliación del tranvía: 117 millones de euros de déficit de entrada’, publicado en mayo de 2018 y al que para mayor amplitud de detalles remito al lector:
DINERO INVISIBLE
En síntesis, Ayesa calculó que los costes globales de ampliar en 1,7 kilómetros la línea del tranvía desde San Bernardo a Santa Justa, más los de operación y mantenimiento hasta el año 2052, superarán en 117,4 millones de euros a los ingresos. Para tratar de justificar como sea el proyecto se ha recurrido a valorar económicamente intangibles como el ahorro de tiempo que generaría el tranvía (se le atribuye a este concepto ¡245 millones de euros!) y el de las emisiones de gases contaminantes (10,4 millones), como si ese supuesto dinero invisible pasara a engrosar las arcas de Tussam.
Los estudios de viabilidad realizados por la consultora de José Luis Manzanares omiten de forma escandalosa las estadísticas completas de viajeros transportados por el tranvía al reflejar tan sólo los del periodo 2009-2011 para poder presentarlo así como un éxito al decir: “los datos de explotación están poniendo de manifiesto cómo este nuevo modo de transporte ha conseguido incrementar, de manera notable, su participación en el transporte de personas dentro de la ciudad”. La realidad, sin embargo, es bien distinta: en los últimos nueve años (2011-2019), el tranvía ha tenido cada vez menor utilización y ha perdido 1,2 millones de viajeros, a un promedio superior a 133.000 anualmente, de modo que su demanda se reduce ya a 10.082 usuarios/día. Según expertos en transporte, la construcción de una línea de tranvía sólo se justifica cuando la demanda diaria está comprendida entre al menos 30.000 y 150.000 pasajeros. Esos números lo dicen todo, pero Espadas los ignora de forma deliberada, en su quijotesco plan de “sostenella e no enmendalla”.
Número de viajeros del tranvía
(en millones)
Año Viajeros
2008 4,46
2009 4,50
2010 4,70
2011 4,77
2012 4,54
2013 4,30
2014 4,15
2015 3,93
2016 4,03
2017 3,97
2018 3,81
2019 3,68
FACTURA AÑADIDA
A los 49 millones de euros de coste de construir la infraestructura habrá que añadir el de los trenes. Los redactores del proyecto plantean la compra de tres convoyes para la primera fase de la ampliación y de dos más para cuando se complete la misma. En total, pues, cinco. ¿Y cuál podría ser su importe futuro? Veamos. En 2015, el fabricante CAF, suministrador de las unidades en circulación del tranvía sevillano, vendió 21 vehículos del modelo Urbos 3 con tecnología ACR-Freedrive (similares a los de Sevilla, con cinco módulos y, para entendernos aunque no sea muy apropiado expresarlo así, sin catenaria) por 83 millones de euros, por lo que cada tren costó 4 millones en números redondos. A la ciudad de Nantes le vendió ocho trenes por 22 millones, con lo que en este caso el coste de cada tren salió por 2,75 millones. Si, dado el tiempo transcurrido, hacemos una estimación de 3 millones por unidad, el coste de los cinco trenes para dar servicio a la ampliación del tranvía sería de 15 millones. Sumados a los 49 millones de la infraestructura (vías y otros), elevarían la factura a 64 millones de euros.
Como anteriormente Monteseirín se gastó del orden de 93 millones en el tramo Plaza Nueva-San Bernardo, la línea extendida hasta Santa Justa (un total de 6 kilómetros en números redondos) supondría un coste de al menos 142 millones de euros, sin contar el de los trenes, antiguos, actuales y futuros. Piensen cuánto se podría haber hecho y hacer con ese dinero, antes y después del coronavirus, en una ciudad como la nuestra, con media docena de barrios entre los más pobres de España y cien mil sevillanos en riesgo de exclusión social, y máxime sabiendo todos que el tranvía es redundante con el Metro y el Cercanías, o sea perfectamente prescindible y no esencial.
Para tratar de justificar la ampliación, los redactores del proyecto hicieron una comparación entre el tranvía, que sólo tendría que recorrer los citados 6 kilómetros, y las líneas de autobuses de Tussam C-1 y C-2, cada una de las cuales recorre 14,43 kilómetros. Y estimaron que con los cinco trenes del tranvía se podrán transportar un máximo de 2.614 viajeros a la hora (una media de 522 por cada unidad, que haría dos recorridos durante ese periodo de tiempo), mientras que los catorce autobuses que darían servicio a las líneas C-1 y C-2 (en más del doble de distancia) tendrían una capacidad de 1.600 pasajeros/hora (114 de media cada autobús).
PRECEDENTE COMPARABLE
Casualmente, el pasado 28 de febrero (2020) Tussam culminó la adquisición de catorce autobuses, cantidad que coincide con la tomada como referencia por los redactores del Plan de ampliación del tranvía. Se trata de vehículos de gas natural comprimido (GNC), un carburante mucho más ecológico que los tradicionales. La inversión fue de 4,5 millones de euros: en nueve autobuses Scania de 12 metros de longitud y habitualmente con capacidad para unos 85 viajeros (9 x 85 = 765) y en cinco articulados de 18,75 metros de Man, con capacidad para 142 viajeros cada uno (5 x 142= 710). En total estos catorce autobuses ecológicos podrán transportar 1.475 viajeros/hora.
Hagamos unas simples reglas de tres: con los 15 millones de euros que costarían las cinco unidades para la ampliación del tranvía (capacidad, 2.614 pasajeros/hora) se podrían comprar 47 autobuses tipo GNC que podrían transportar 4.916 viajeros/hora, casi el doble que el tranvía. Y si en vez de gastar 64 millones en las vías y en los trenes del tranvía hasta Santa Justa se dedicara ese dinero a autobuses ecológicos en la misma proporción que los comprados por Tussam el pasado febrero (los catorce por 4,5 millones), el dinero daría para adquirir nada menos que 199 autobuses (la flota actual de Tussam es de 410, por lo que se podría incrementar en un 48,5%) con capacidad para transportar 20.977 pasajeros/hora.
FACTOR DIFERENCIAL
Y hay un factor diferencial importantísimo. Mientras que con los 64 millones de euros que habría que gastar para, a la postre, poner en servicio tan sólo cinco trenes más del tranvía y que únicamente podrían circular a lo largo de los 6 kilómetros entre la Plaza Nueva y Santa Justa, con los 199 autobuses que se podrían adquirir por ese mismo dinero se podría reforzar el servicio e incrementar la frecuencia de paso en cada línea de Tussam o en las que en cada momento hiciera más falta y beneficiar a todos los barrios de la ciudad. Esto es aún más destacable en la era del transporte público marcada por el coronavirus, la mascarilla obligatoria en los viajes y la limitación del aforo, ya que disponer de más autobuses permitiría recoger más viajeros en menos tiempo y paliar así las restricciones impuestas por la pandemia.
Justamente por eso el Covid-19 ha convertido en todavía más papel mojado argumentos y datos del proyecto de ampliación del tranvía presentado a la Unión Europea, el cual ha quedado más desfasado que antes. Debido al Covid 19, con la entrada del mes de mayo el aforo máximo permitido por unidad tranviaria es de 90 pasajeros, por lo que si la línea del tranvía ya estuviera ampliada y en servicio los cinco trenes previstos, a razón de dos viajes /hora cada uno su capacidad máxima de transporte sería de 900 viajeros/hora en vez de los 2.614 que calcularon los redactores del proyecto. Así pues, un gasto de 64 millones para incrementar la capacidad de transporte en la era del coronavirus en 900 viajeros cada hora.
Por lo que se refiere a los autobuses, el aforo máximo permitido tras la pandemia es de 35 viajeros para los de 12 metros de longitud y de 50 para los de 18 metros. Por tanto, si los 64 millones de euros de coste estimado para la ampliación del tranvía y sus cinco trenes se dedicaran a la compra de autobuses en la misma proporción que en la adquisición del pasado febrero (nueve de doce metros y cinco articulados de dieciocho en cada catorce unidades), esos vehículos podrían transportar con la limitación de aforo por el coronavirus 8.035 pasajeros/hora, nueve veces más que el tranvía ampliado. La proporción en favor del autobús ecológico incluso se incrementaría en un punto con las actuales limitaciones de aforo.
Con estos datos se pone de relieve una vez más que el proyecto-estrella de Espadas para las pasadas elecciones municipales (se lo tumbó la oposición, el ahora arrepentido Ciudadanos incluido) de ampliar el tranvía redundante carece de sentido y de lógica, sobre todo económica, y máxime tras la catástrofe provocada por el coronavirus. Si con una estimación de 2.614 viajeros/hora ya iba a tener un déficit a largo plazo de 117 millones de euros, de mantenerse de forma indefinida el aforo limitado por causa de la pandemia los números rojos podrían ascender a 351 millones de euros, el equivalente a tres veces el gasto de Monteseirín en las faraónicas Setas de la Encarnación. ¿Acabará siendo el tranvía para Espadas el equivalente a lo que supusieron las Setas para Monteseirín?