Archivo de la etiqueta: Susana Díaz

Susana Díaz es la presidenta de la Junta que más meses ha tenido un millón de parados, y Juanma Moreno, el que menos

Con ella en San Telmo hubo 23 meses con número millonario de parados, más de un tercio de sus cinco años y pico en San Telmo

Por el contrario, en los casi tres años del mandato de Moreno sólo se ha registrado esa cifra una vez

Proporcionalmente Griñán tiene peores marcas, pero le cogió de lleno la crisis financiera de 2008

Susana Díaz abandonó recientemente la política andaluza, tras dimitir como diputada autonómica, para irse al Senado con el triste récord en su mochila de haber sido la presidenta de la Junta de Andalucía en cuyos mandatos se superó en más número de meses la fatídica cifra del millón de parados desde los tiempos de su antecesor y mentor, José Antonio Griñán.

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Susana Díaz ya tiene el carguito que decía despreciar

Acepta como premio de consolación y a cambio de dejar la política andaluza para no hacer sombra a Espadas un escaño en el Senado

Durante las primarias atacó a «quienes esperan tener un carguito, mantener su estatus»

El senador al que sustituye ya ha sido recolocado por el PSOE con un sueldo de al menos 50.000 euros

La otrora lideresa omnipotente del PSOE andaluz, la trianera Susana Díaz, ha acabado aceptando el premio de consolación que le ofreció su sucesor al frente del partido, Juan Espadas, tras perder frente a él las primarias internas para la candidatura a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Al admitir convertirse en senadora en representación del Parlamento andaluz y a costa de que se haya obligado a dimitir a un compañero de partido que ya ocupaba ese puesto en la Cámara Alta, Susana ha perdido la dignidad política que le quedaba, ya que en tiempos renegó de esta posible opción.

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Las verdades de Espadas sobre Susana Díaz

El alcalde de Sevilla y uno de los tres candidatos socialistas a ser nombrado el aspirante del PSOE(A) a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Espadas, dijo en el debate a tres del pasado martes 8 de junio (2021) dos grandes verdades sobre la gestión de Susana Díaz y la situación a la que llegó el partido durante y tras la etapa de aquélla en San Telmo.

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La doble moral del PSOE(A): exige a la Junta que frene el cierre de Airbus en Puerto Real (280 traslados) pero guarda silencio sobre el ERE de Caixabank (1.051 despidos sólo en Andalucía)

Susana Díaz está utilizando la planta aeronáutica para desgastar políticamente al Gobierno andaluz de Juanma Moreno (PP)

El anuncio de Caixabank del mayor ERE en la historia de la banca española, con 8.291 despidos (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 sucursales (el 27% del total) ha servido para dejar en evidencia desde a periódicos sevillanos que ni siquiera han dado la noticia hasta a partidos como el PSOE, que en Andalucía está en campaña contra el posible cierre de la planta de Airbus en Puerto Real pero que guarda un clamoroso silencio sobre los despidos bancarios, pese a que suponen casi cuatro veces más.

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El Tribunal de Cuentas demuestra la infradotación de la sanidad pública andaluza por Susana Díaz

Su Gobierno fue el que menos dinero por habitante dedicó a gasto sanitario entre todos los autonómicos en 2017

Fue una de las causas de que el PSOE(A) perdiera en las elecciones regionales del año siguiente 400.000 votos, 14 diputados y San Telmo

Aquel fin de semana del año 2018 en que al llegar a mi pueblo me encontré con una tía mía de casi 90 años y tras abrazarme empezó a hablarme del Impuesto de Sucesiones que el Gobierno de Susana Díaz exigía a los andaluces que heredaban intuí que la lideresa socialista no seguiría en San Telmo. Si hasta una nonagenaria al margen de la política expresaba una preocupación máxima por tal cuestión era señal de que el socialismo andaluz había dejado de conectar con su base electoral, porque mi tía había sido hasta entonces una devota de Felipe (González, por supuesto). La otra causa del descontento popular eran las listas de espera para una operación quirúrgica. Pese a que Susana Díaz proclamaba que la sanidad era la joya de la corona, tanta demora y la ruina del sevillano Hospital Militar demostraban que había dejado ajarse la joya. Ahora, el Tribunal de Cuentas confirma que la Junta de Susana fue el Gobierno autonómico que proporcionalmente menos dinero dedicó a la sanidad en 2017. Al año siguiente, los andaluces le pasaron factura al PSOE(A) en las elecciones regionales y Susana tuvo que salir de San Telmo.

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Cuando Susana Díaz era presidenta de la Junta de Andalucía sostenía que a Abengoa tenían que salvarla los bancos

Cuatro años de la crisis de la multinacional coincidieron con Díaz en San Telmo, tiempo en que el Gobierno socialista tampoco halló la fórmula de ayudarla de forma directa

Un alto cargo de Pedro Sánchez declara que hay que evitar crear una economía subvencionada y conceder el dinero a dedo

La multinacional sevillana Abengoa, cuya cotización en Bolsa llegó a superar los 3.000 millones de euros, tenía un tremendo talón de Aquiles: había contraído una inmensa deuda de 25.000 millones de euros para financiar su apuesta prácticamente a una sola carta, la de las energías renovables (llegó a tener la mitad de las plantas termosolares del mundo).

Y justamente esa enorme deuda fue la causa de su hundimiento y de la crisis que arrastra desde hace seis años, que la tiene al borde de la quiebra. La desconfianza de los mercados y de la banca acreedora se desató en noviembre de 2014, cuando se descubrió la ingeniería financiera que aplicaba la empresa para contabilizarla.

A partir de ese momento, pese o quizás por los cambios en su cúpula directiva con la salida del CEO Sánchez Ortega y hasta del propio Felipe Benjumea, las dudas sobre su real estado financiero se acrecentaron, dudas que no despejó, sino todo lo contrario, el anuncio de una ampliación de capital por valor de 650 millones de euros.

Felipe Benjumea, ex presidente de Abengoa

Tras el fracaso de una operación de rescate por la compañía Gonvarri, finalmente Abengoa solicitó preconcurso de acreedores el 25 de noviembre de 2015, con un pasivo entonces de 27.350 millones de euros.

La crisis de la multinacional sevillana, de la que fueron despedidos miles de trabajadores, coincidió con cuatro años del mandato de la socialista Susana Díaz al frente de la Junta de Andalucía (septiembre 2013-enero 2019).

Díaz dice ahora que no se puede dejar que Abengoa se vaya a Valencia «por la incapacidad del Gobierno andaluz» de coalición PP-Ciudadanos. La ex presidenta ha tachado de «muy negligente e irresponsable» a su sucesor, el popular Juanma Moreno, por no querer actuar y concederle los 20 millones de euros que la compañía le pide como aportación a su plan de salvación (el tercero ya en tan sólo cinco años, porque Abengoa se ha convertido en una trituradora de dinero ajeno).

Susana ha añadido que «vienen 380 millones del Gobierno de España a Abengoa y el de Moreno Bonilla, que le prometió su apoyo, ahora no cumple lo pactado».

Cabe preguntarse, pues, qué ayuda directa así como a fondo perdido (no incentivos a inversiones o subvenciones a proyectos concretos o de I+D+i) concedió Susana Díaz a Abengoa en los cuatro años de su presidencia en la Junta de Andalucía que coincidieron con la crisis de la multinacional aún con sede en Sevilla. Yo he tirado de hemeroteca y no he encontrado ninguna.

Sí he hallado unas declaraciones que hizo durante una visita a Estepa el 26 de noviembre de 2015 y en las que apeló a la banca, e incluso -cómo no- al Gobierno de Rajoy, para que «por responsabilidad social y compromiso» solucionara la crisis de la compañía y no permitiera «que sufra una empresa tan importante en Andalucía y España, que tiene tecnología, producto y capital formado (sic) de primer nivel».

Susana Díaz, durante su visita a Estepa en noviembre de 2015, cuando pidió que la banca salvara a Abengoa

Susana Díaz expresó entonces que «el Gobierno central, el actual y el que haya tras las elecciones del 20 de diciembre, tiene que estar de la mano del Ejecutivo andaluz, que ha estado «encima» de esta empresa.

¿Y en qué aportación económica directa a Abengoa , la misma que ahora pide Susana Díaz a su sucesor, se tradujo el hecho de que el Gobierno socialista andaluz estuviera «encima» de la multinacional? La respuesta es, salvo que se demuestre lo contrario, ninguna. Si Susana Díaz no pasó de la palabra a los hechos y desvió la atención y la responsabilidad (¿responsabilidad con unos impagados de 9.000 millones de euros por parte de Abengoa?) a la banca acreedora, ¿cómo ahora insiste una y otra vez en que la Junta haga lo que ella no hizo y le dé 20 millones a la multinacional?

NO A LAS SUBVENCIONES A DEDO

Por cierto, el pasado día 26 de noviembre, Manuel de la Rocha, director del Departamento de Asuntos Económicos en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno del socialista Pedro Sánchez, declaró que los fondos europeos se destinarán «a financiar inversiones que conlleven inversión privada, no para subvencionar a nadie ni para conceder a dedo», y que se canalizarán a través de convocatorias «abiertas, competitivas y transparentes».

Manuel de la Rocha, alto cargo de la Presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez

De la Rocha afirmó que hay que evitar crear «una economía subvencionada» y explicó que hay una serie de procedimientos, filtros y criterios establecidos por los que se requiere que haya inversión, concurrencia competitiva y superar las reglas del marco de ayudas de Estado, «que -añadió- impide subvencionar cualquier cosa».

¿Ha tomado nota Susana Díaz -y también Juanma Moreno, que dudo mucho que no acabe encontrando la fórmula mágica que dice no haber hallado hasta ahora para darle los 20 millones a Abengoa- de las palabras del alto cargo de Pedro Sánchez sobre que hay que evitar crear una economía subvencionada? Una economía como, por ejemplo, la de los ERE.

El deseo de cambio influyó más que Cataluña en las elecciones andaluzas de 2018

SONDEO DEL CIS

El 58,4% de los andaluces no quería que el PSOE siguiera gobernando

POLÍTICA NACIONAL

Sólo una cuarta parte valoró más los temas de España a la hora del voto

LIDERES

Pedro Sánchez fue tan valorado como Susana Díaz

 

El sondeo preelectoral sobre Andalucía del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), denostado porque por mor de un “exceso de cocina” atribuyó al PSOE entre 45 y 47 diputados cuando luego obtuvo catorce menos, dibujó un panorama que en pura lógica tenía que conducir a los resultados que finalmente se han producido. En los mismos ha influido sobre todo el desgaste del gobierno de Susana Díaz y el cansancio de los andaluces tras 36 años de los socialistas en el poder y en menor medida Cataluña y la política nacional.

Si la política del Gobierno de la nación sobre Cataluña y las alianzas de Pedro Sánchez con los independentistas catalanes hubieran sido el factor esencial que explicara el resultado del PSOE en las elecciones andaluzas del 2D, el sondeo preelectoral del CIS, cuya recogida de datos concluyó un mes antes de la cita con las urnas, habría reflejado de alguna manera esa inquietud, salvo que los andaluces sean maestros en el arte del disimulo, pero no fue así.

Cuando se les preguntó qué sería más importante para ellos a la hora de votar, el 56,4% respondió que los temas propios de Andalucía, una cifra superior en más del doble a la de quienes daban prioridad a los temas generales de España (24,8%), mientras que un 13,8% valoraba ambos temas por igual.

La influencia del líder nacional del partido a la hora de votar era muy tenida en cuenta por el 23,7%; bastante, por el 39,1%; poco, por el 19%, y nada, por el 9,6%. En este capítulo se habría puesto de manifiesto, siquiera de forma indirecta, el rechazo a Pedro Sánchez por su gestión al frente del Gobierno y este factor podría haber tenido una influencia decisiva en la sangría de votos socialistas en Andalucía.

Sin embargo, cuando se pidió a los andaluces que valoraran la actuación política tanto de los líderes autonómicos como de los nacionales, Pedro Sánchez obtuvo prácticamente la misma puntuación que Susana Díaz (un 4 frente a un 4,1) y que Albert Rivera (otro 4), cuyo partido, Ciudadanos, ha pasado de 9 a 21 diputados en Andalucía.

 

CLAVE ANDALUZA

 

Es por tanto en la valoración por parte de los andaluces de la situación en/de Andalucía, reflejada con creces en el sondeo del CIS, donde hay que buscar las claves del resultado de las posteriores elecciones. Así, la situación económica fue calificada como buena o muy buena por sólo el 5%, frente a un 54,7% que la tachaba de mala o muy mala. Además, un 30,3% estimaba que era todavía peor o mucho peor que hace tres/cuatro años, frente a un 18,8% que la consideraba mejor o mucho mejor.

Similar valoración negativa se otorgaba a la situación política: sólo un 5,9% creía que era buena o muy buena, por un 58,9% que la veía como mala o muy mala. Y en comparación con hace tres o cuatro años, o sea el primer mandato de Susana Díaz como presidenta, sólo un 8,6% pensaba que había evolucionado a mejor o mucho mejor, frente a un 35% que pensaba que era peor o mucho peor.

Asimismo, el problema más importante de Andalucía no tenía nada que ver con cuestiones nacionales. El 62,8% citaba el paro en primer lugar, y el 14,9% la corrupción.

 

GESTIÓN DEL PSOE

 

Cuando se preguntaba por la gestión del PSOE en la Junta de Andalucía en los últimos cuatro años, es decir durante el reciente mandato de Susana Díaz, sólo un 13% la calificaba como buena o muy buena, mientras que un 43,1% la calificaba como mala o muy mala. Y a la pregunta directa sobre la gestión de Susana Díaz como presidenta, únicamente el 15,5% la consideraba buena o muy buena, en contraste con el 43,7%, que la estimaba como mala o muy mala.

 

Tras esta cascada de calificaciones negativas sobre la situación económica y política de Andalucía y la actuación del PSOE y de Susana Díaz, se llegaba a la pregunta clave, cuya respuesta parece la consecuencia lógica de las anteriores. A la cuestión de si tras las elecciones le gustaría que gobernase en Andalucía un partido distinto del que gobernaba entonces (el PSOE), un 58,4% expresó su deseo de cambio y de que gobernara otro partido, más del doble de quienes preferían la continuidad del PSOE en San Telmo (un 24,9%), mientras que a un 10,5% le daba igual.

 

Pues bien, en las elecciones del 2D, el PSOE obtuvo un 27,95% de los votos, apenas tres puntos más que ese 24,9% que confesó en el CIS su apuesta por los socialistas. El resto de los partidos obtuvieron en su conjunto (PP, CS, AA y Vox) un 66,17% de los sufragios, ocho puntos más que el 58,4% que abogó por el cambio tan sólo un mes antes de la cita con las urnas.

 

La conclusión es que el CIS hasta se quedó corto, porque fueron muchos más los andaluces que votaron por opciones distintas al PSOE y que podían acabar en un cambio de gobierno en Andalucía, un cambio motivado esencialmente por la situación de la región tras 36 años con el PSOE en el poder y en escasa medida (el sondeo no lo traslucía) por la situación en Cataluña o la política del Gobierno central.

http://datos.cis.es/pdf/Es3230mar_A.pdf

El PSOE de Susana Díaz se desangra por los cuatro costados

BALANCE DE UN LUSTRO

Tras la marcha de Griñán ha perdido más de medio millón de votos y catorce diputados

REPRESENTATIVIDAD

Ya no representa ni a un tercio de los andaluces, cuando tuvo la mitad de los votos (1982)

EXTREMOS

Debacle en el medio rural, donde se deja 219.753 votos, y las grandes urbes, con 155.287 menos

 

El PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra, que se identificó a sí mismo con Andalucía al lograr en su año mágico de 1982 la mayoría absolutísima en las primeras elecciones autonómicas andaluzas con más de la mitad de los votos (el 52,60%) y 66 escaños en el Parlamento regional, cayó doce años después hasta los 45 diputados (la época de la “pinza” PP-IU), remontó sucesivamente hasta los 61 en 2004 para, a partir de entonces, iniciar un declive (47 en 2012 con Griñán) que Susana Díaz pudo contener manteniendo la cifra de escaños aun perdiendo votos en 2015 pero que ahora ya se desangra por los cuatro costados. En las elecciones del pasado domingo, 2 de diciembre, ha cosechado los peores resultados de su historia en todos los sentidos tras 36 años en el poder y afronta el riesgo cierto de perderlo frente a la mayoría absoluta que suma el bloque de centro-derecha.

Tras cinco años al frente del partido y del gobierno de la Junta de Andalucía, el balance de Susana Díaz es de 518.680 votos perdidos, catorce diputados menos y una representatividad que cae por debajo del psicológico límite del 30%. Con tan sólo un 27,95% de los votos, el PSOE va camino de representar a una cuarta parte de los andaluces, cuando inició la andadura autonómica mereciendo la confianza de más de la mitad.

La sangría de votos se produce en todo tipo de municipios, y más aún en los situados en los dos extremos. Contrariamente a lo que podría creerse, es la Andalucía profunda, la de los pueblos con menos de 20.000 habitantes asentados en el medio rural en su inmensa mayoría, la que más fe ha perdido en los socialistas. Entre estos 698 municipios del total de 778 existentes en la comunidad, el PSOE ha perdido 219.753 votos desde que está dirigido por Susana Díaz. Dicho de otro modo, el 42,36% de los sufragios que ya no cuenta el Partido Socialista estaban antes en el grupo de municipios menos poblados de la región. Y de esa cantidad, 176.741 se los ha dejado en las elecciones del pasado domingo.

 

La segunda gran sangría electoral socialista se produce en las ocho capitales de provincia más los cuatro municipios con una población superior a los 100.000 habitantes (Jerez, Dos Hermanas, Marbella y Algeciras), en los que en el quinquenio de Susana Díaz ha perdido el PSOE el apoyo de 155.287 votantes, prácticamente un tercio del total. Lo peor para el partido del puño y la rosa es que el desplome se ha agudizado en el último trienio: 95.896 votos menos en este conjunto urbano desde las elecciones de 2015 a las de 2018, que Susana Díaz adelantó con un resultado catastrófico y cometiendo un grave error de cálculo.

 

El partido hasta ahora gobernante ha obtenido una media del 27,95% de votos en el conjunto de Andalucía, pero no la alcanza en ninguno de los doce municipios más poblados de la comunidad. Sólo en su tradicional feudo de Dos Hermanas se aproxima a esos dígitos, con el 27,61%, seguida de Almería (25,32%) y Sevilla capital (25,26%). En el otro extremo se sitúan Cádiz (18,01%), Granada (18,62%) y Córdoba (19,80%). Además, los socialistas no son hegemónicos en siete de las grandes urbes andaluzas: son la tercera fuerza en Cádiz, Granada y Córdoba; y la segunda en Almería, Jaén, Algeciras y Jerez. Mantienen la supremacía en Sevilla, Dos Hermanas, Huelva, Málaga y Marbella.

 

CIUDADES MEDIAS

 

Las menores pérdidas de votos, si contabilizar 58.039 sirve de consuelo, las registra el PSOE en las ciudades medias, las que tienen entre 50.000 y 100.000 habitantes. Son un grupo de dieciséis entre las que están Utrera, Chiclana, Torremolinos, Linares y Roquetas de Mar. En este conjunto, los socialistas sólo son hegemónicas en cinco (un tercio del total), concretamente en Alcalá de Guadaíra, Utrera, La Línea de la Concepción, Linares y Motril. Son cuartos en El Puerto de Santa María, El Ejido y Roquetas de Mar; terceros en Mijas, Estepona, Benalmádena y Torremolinos; y segundos en San Fernando, Chiclana, Fuengirola y Vélez-Málaga.

 

Y un dato muy significativo: sólo superan su media regional del 27,95% en Utrera (33,04% de los votos). La peor proporción la obtienen en El Ejido (15,80%), Roquetas (17,35%) y El Puerto de Santa María (18,40%).

Por último, en el poco más de medio centenar de municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes el PSOE se ha dejado en las dos últimas elecciones, con Susana Díaz al frente, 85.601 votos, que suponen el 16,50% de todos los perdidos en los últimos cinco años. De esta cifra, la inmensa mayoría (76.554) han sido en las elecciones del 2 de diciembre.

 

A este grupo de municipios pertenecen Ayamonte, Moguer, Écija, Camas, Carmona, Barbate, Los Barrios, Cabra, Baena, Puente Genil, Armilla, Ronda, Nerja, Adra, Úbeda, Martos…Los socialistas mantienen la hegemonía en 39 de ellos, la inmensa mayoría, y obtienen los peores resultados en Conil (son la cuarta fuerza política); Rota, Alhaurín de la Torre y Rincón de la Victoria (son la tercera).

En este conjunto de municipios superan su promedio regional en 27 de ellos (casi la mitad del total), por lo que dentro del pésimo resultado general obtenido en el último quinquenio, podrían constituir la base desde la que empezar a recuperar el mucho terreno perdido.

El PSOE, de Griñán a Susana Díaz

-Pierde 518.680 votos

-Cae por debajo del 30% del total (-7,46%, hasta quedarse en el 27,95%)

-Catorce diputados menos

-De los 518.680 sufragios perdidos:

-155.287 (un 29,93% del total) corresponden a las capitales de provincia y ciudades con más de cien mil habitantes.

-58.309 (un 11,18%), a las ciudades con entre 50.000 y 100.000 habitantes.

-85.601 (un 16,50% del total), a los municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes.

-219.753 (un 42,36%), a los municipios con menos de 20.000 habitantes.

 

 

La línea roja

El Ayuntamiento no ha anunciado medidas contra los taxistas hasta que éstos reventaron el mitin de Susana Díaz

Cabrera les prometió sin ningún fundamento legal restringir el paso de los VTC al Centro, donde está el negocio

 

Si los taxistas no hubieran cruzado la línea roja al reventar el mitin de Susana Díaz es muy probable que Espadas, calificado por Ciudadanos como mero “comentarista de la actualidad” por su pasiva actitud en este conflicto, no hubiera anunciado la retirada de las licencias a los implicados en los incidentes, ni habría pedido por fin al subdelegado del Gobierno, el sanchista Toscano, que prohíba de una vez esas marchas lentas o “caracoladas” de taxistas que durante días han colapsado la circulación para indignación de, como reconocía el alcalde, los “cabreados sevillanos”, de entre los cuales se dieron vivas a Cabify frente a una concentración de taxistas en el Prado de San Sebastián.

Desde la Unión Sevillana del Taxi se ha dicho que en la actuación de decenas de taxistas ante el teatro de San Juan de Aznalfarache donde se había programado el mitin de la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía “no hubo violencia”. ¿Cómo calificar entonces unos hechos en los que, según recogieron diversas crónicas periodísticas, se bloquearon las puertas del recinto, en cuyo interior había menores y ancianos; se las aporreó, se impidió la entrada y salida de personas; se lanzaron macetas contra las ventanas, que por fortuna resistieron sin romperse, y se vociferó a coro el cántico “te va a votar tu puta madre”?

¿Cómo lo vieron y sintieron los allí presentes? Verónica Pérez, secretaria general de los socialistas sevillanos y candidata en las elecciones andaluzas del próximo domingo, escribió el siguiente mensaje: “Con todo el dolor hemos suspendido el acto con Susana Díaz en San Juan de Aznalfarache ante la actitud violenta de algunos. Somos demócratas y creemos en la libertad y en la palabra como única arma. El 2D los sevillanos responderemos en las urnas votando”.

 

El diputado socialista Antonio Pradas calificó los incidentes como “matonismo” frente a la “pérdida de la razón” y con “amenazas a mujeres y niños”. Y Susana Díaz, que se hallaba en la Casa del Pueblo lista para desplazarse al teatro cuando le comunicaron la suspensión del mitin, destacó que dentro había “gente mayor, abuelos y niños” y que “la seguridad de las personas está por encima de cualquier cosa, para el PSOE y para mí”.

 

COMPETENCIA DE LOS VTC

Sí, los responsables de estos reprobables incidentes que provocaron lo nunca visto en la historia de la Democracia en Andalucía, la forzosa suspensión de un mitin durante una campaña electoral, son los taxistas que participaron en los mismos, pero hay que preguntarse por qué se ha llegado a esta situación y por qué el gremio se siente engañado por el Ayuntamiento de Sevilla, especialmente por el ex director del Instituto del Taxi y delegado de Movilidad, Juan Carlos Cabrera, con fama de blando con el sector.

Como es sabido, los taxistas ven amenazado su negocio por la irrupción de una competencia al hilo de las nuevas tecnologías (aplicaciones, “smartphones”) con Internet como cauce, una competencia con la que nunca pensaban ni para la que se prepararon mejorando sus servicios y recurriendo a sus mismas armas tecnológicas: los vehículos de alquiler con conductor o de transporte concertado, denominados VTC, y que operan mediante plataformas como Uber y Cabify.

La candidata a la Presidencia de la Junta por Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, a la que han reprochado que no condenara personalmente el boicot de los taxistas a Susana Díaz, repite el tópico de que los VTC están dominados por multinacionales y/o fondos buitre que ni pagan sus impuestos en España. Si se molestara en informarse comprobaría que en la plana mayor de Unauto, la patronal de los VTC, figuran antiguos presidentes o dirigentes de asociaciones de taxistas tan poderosas como las de Madrid y Barcelona que hace unos años se manifestaban también contra lo que calificaban como “intrusismo” de los VTC y que acabaron pasándose con armas y bagajes al bando contrario tras hacerse con decenas, centenares  e incluso miles de licencias para este tipo de vehículos.

Es el caso de José Antonio Parrado (de presidente de la Asociación del Taxi de Madrid a controlador primero de Gesstaxi y luego de Auro New Concept Transport); José María Goñi (secretario general de la Federación del Taxi de Cataluña, donde Radio Taxi Barcelona cambió su objeto social para pasar de prestar servicio a los taxistas al alquiler de coches con conductor) y de José Luis Funes (otro ex dirigente del gremio en Madrid).

El fundador de Cabify, el español Juan de Antonio, es quien insertó en los medios de comunicación la campaña publicitaria ‘Hola Pablo, hola Irene, hola Podemos’, para, frente a críticas como las de Teresa Rodríguez, ponerse a disposición del partido morado, explicarle sus cuentas y aclararle que paga en España el 100% de su actividad económica.

 

El empresario Rosauro Varo, sevillano y por tanto paisano de esos taxistas que colapsan Sevilla con sus “caracoladas”, ha invertido 118 millones de euros en la compra del 56% de Vector Ronda Teleport para hacerse con una parte del nuevo negocio de los coches de alquiler con conductor.  Por mucho que se empeñen los taxistas, acostumbrados al proteccionismo administrativo, no se pueden poner puertas al campo ni gozar de monopolios en una economía de libre mercado basada en la competencia como es la de la Unión Europea.

 

LA PROMESA

 

Pues bien, en su lucha para que las Administraciones Públicas prohíban lo que califican como “intrusismo” de los VTC, los taxistas sevillanos amenazaron con colapsar la ciudad aprovechando la anunciada celebración en la misma del Consejo de Ministros el pasado 26 de octubre. El gremió desconvocó la movilización justo a tiempo para el Gobierno, tras una reunión “in extremis” con el delegado de Movilidad del Ayuntamiento, Juan Carlos Cabrera, el cual subrayó públicamente “el apoyo que desde el gobierno municipal siempre hemos mostrado a la actividad del taxi” e ignoró o despreció a la otra parte (involuntaria) del  conflicto, los VTC, como si el Ayuntamiento no gobernara para ellos también.

Cabrera anunció que atendería una de las principales reivindicaciones del gremio: controlar, por decirlo eufemísticamente (en realidad los taxistas pretendía que se prohibiera o impidiera), el acceso de los VTC al Casco Antiguo, lo que en la práctica equivaldría a hundir su negocio, ya que gran parte de sus clientes son turistas que van a alojarse a los hoteles, la mayoría ubicados en este distrito de la ciudad. El delegado hizo una “sui generis” interpretación jurídica para plegarse a las exigencias de los taxistas: “Hay que distinguir -afirmó- la normativa para el transporte de viajeros de la normativa de tráfico vial. No se puede equiparar la actividad de los VTC, en cuanto a desarrollo por las zonas restringidas, con la del taxi. Vamos a ser muy exigentes en el control de los accesos al Casco Antiguo y en las zonas restringidas”.

Sin embargo, los VTC tienen la misma licencia, en calidad de vehículos de transporte público de viajeros, que los taxis, con la única diferencia de que no pueden circular a la busca de clientes, sino sólo acudir a recogerlos y a transportarlos a su destino cuando aquéllos han solicitado sus servicios previamente a través de una aplicación, plataforma en Internet o similar. Por tanto, tienen el mismo derecho que los taxis a circular hasta el Casco Histórico aun cuando haya zonas declaradas de especial restricción al tráfico, como se ha recordado desde el Ministerio de Fomento y desde su patronal Unauto, la cual amenazó de inmediato con emprender acciones legales contra el Ayuntamiento por haber ordenado a la Policía Local controlar y limitar la libre circulación de sus conductores, algo que no ocurre en otras grandes urbes del país.

La nueva política municipal provocó la alarma de la patronal hotelera, que temerosa de perder los clientes que llegan a los hoteles mediante los VTC exigió una reunión con el delegado de Movilidad. Por su parte, el de Turismo, Antonio Muñoz, se vio obligado a nadar entre dos aguas y declaró que los conductores de VTC podrían acceder al Centro a llevar/recoger clientes de los hoteles pero siempre que fuera por vías alternativas a las reservadas a los taxistas y residentes. Una frase que recordaba a aquella de Henry Ford, el inventor de la cadena de montaje,  de que los clientes de su fábrica de coches podían elegir el color que quisieran siempre que fuera negro.

IGNORANCIA

Finalmente, Cabrera no tuvo más remedio que reconocer que “los VTC, a raíz de la modificación de la ley de Transporte Terrestre, es un servicio público, no una empresa auxiliar como era, y los servicios públicos, porque así lo marcan la ley y (atención) y en nuestras Ordenanzas, en zonas restringidas del Casco Antiguo tiene que permitirse el acceso cuando tengan un punto de destino final dentro de ese Casco Antiguo”.

Conclusión, el delegado no tenía ni idea de lo estipulado en la ley y en las propias Ordenanzas municipales cuando prometió a los taxistas restringir la circulación a los VTC con tal de que desconvocaran su protesta y el Consejo de Ministro se celebrara en Sevilla con total normalidad. Pese a su ignorancia y a encender los ánimos de los taxistas con una promesa sin fundamento legal, sigue en su puesto diciendo, al igual que Espadas, que los taxistas que bloquearon Fibes durante el Sicab y han colapsado el tráfico durante varios días eran una minoría no representativa que lo único que estaba consiguiendo era “cabrear” a los sevillanos, por lo que les instaba al diálogo sin más, hasta que aquéllos cruzaron la línea roja de reventarle el mitin a Susana Díaz. De la apelación al diálogo se ha pasado en horas veinticuatro al anuncio de retirada de licencias.

Decía Beltrán Pérez, el alcaldable del PP, que había que proteger a los taxistas de la ciudad frente a los VTC. Visto lo visto en las últimas semanas, habría que preguntarse si la frase no debería haber sido formulada al revés: proteger a la ciudad de los taxistas. Que le pregunte si no a Susana Díaz.

Elecciones generales 26-J 2016: empatar no es ganar

 
El PP se atribuye el fin de la hegemonía socialista en Sevilla pese a quedar a 48.348 votos
El PSOE presenta sus resultados en clave municipal y desvía el foco hacia Pedro Sánchez

 

Para ponernos en situación, recordemos los resultados de las elecciones generales del pasado 26 de junio en la provincia de Sevilla:

 

-El PSOE recibió 348.001 votos (el 33,70% del total), que le supusieron 4 diputados.

-El PP, 299.653 votos (el 29,02%), que le otorgaron 4 diputados.

-Unidos Podemos, 214.244 sufragios (el 20,75%) gracia a los cuales logró 3 diputados.

-Ciudadanos, 137.718 votos (el 13,34%), que le han permitido un diputado.

 

Los datos reflejan que, por las características del sistema electoral, se ha producido un empate en número de escaños entre el PSOE y el PP y aunque por primera vez en la historia de la Democracia los socialistas no han superado en actas de diputado a los populares en su feudo sevillano, la cuna de Felipe González y Alfonso Guerra, aún mantienen a su favor una diferencia de 48.348 votos.

Sin embargo, en la noche electoral el presidente provincial del PP, Juan Bueno, presentó el empate en diputados, que no en votos, como una victoria de su partido, al expresarse ante su líder regional, Juanma Moreno, en los siguientes términos: “El PSOE ha perdido su hegemonía en esta provincia gracias al duro trabajo de los últimos meses del comité de campaña, de los alcaldes, concejales y miles de militantes, por lo que voy a seguir liderando el partido en Sevilla con un único objetivo: ponerlo a tu disposición para que seas presidente de la Junta”.

EXPECTATIVAS

Hegemonía, según el Diccionario de la Academia, significa “supremacía de cualquier tipo”. Dado que el PSOE supera en 48.348 votos al PP en la provincia de Sevilla, mantiene aún su hegemonía en la circunscripción, por más que Juan Bueno sostenga lo contrario.

Se engañaría el PP si pensara que ha protagonizado su particular “sorpasso” provincial, como desde hace seis elecciones de distinto tipo lo ha dado con Zoido como cabeza de lista en la capital, pero como en la vida, y la política no podía ser menos, nos movemos también en función de nuestras expectativas, el resultado le sabe al PP a victoria porque nunca tuvo la expectativa de igualar al PSOE en su bastión sevillano aunque fuera sólo en diputados; y al PSOE le sabe a cuasi derrota, porque jamás imaginó que el PP le empataría este partido tras haberlo hasta goleado en muchas de las elecciones anteriores.

Hay muchas maneras de analizar los resultados. Los números indican que el PSOE y el PP han empatado en número de diputados, por delante de Unidos Podemos (3) y de Ciudadanos (1), pero si se mide el coste en votos de cada escaño vemos que al PSOE le ha costado cada uno de los suyos una media de 87.000 sufragios; al PP, 74.913; a Unidos Podemos, 71.414, y a Ciudadanos, 137.718. Así pues, merced a la ley D’Hont, Unidos Podemos, la coalición a la que populares y socialistas señalan como la gran derrotada, es quien proporcionalmente ha obtenido mejor resultado en Sevilla por rentabilizar mejor sus votos, mientras que C’s, que ha precisado 137.718 sufragios para un solo diputado, es el que peor renta ha sacado de sus votos.

NO ERAN MUNICIPALES

En el lado contrario al PP, el presidente provincial del PSOE, Fernando Rodríguez Villalobos, ha subrayado que de las tres provincias en que ha ganado su partido en toda España -Huelva, Jaén y Sevilla-, en las dos primeras la diferencia respecto del PP ha sido del 2,5% y del 2%, respectivamente, mientras que en Sevilla ha sido del 4,68%.

“Estos resultados -afirma Villalobos- vuelven a decirnos además que en 83 de los 105 municipios de la provincia de Sevilla gana de nuevo el PSOE: si eso es perder hegemonía, que me lo expliquen”. Villalobos tiene razón, pero olvida que en unas elecciones generales el voto que se mide es el del conjunto de la provincia y no el de los municipios, por lo que es mucho más importante ganar en la capital, donde el PP se viene imponiendo desde hace nueve años (129.919 votos ahora frente a los 107.409 del PSOE) que, con todos los respetos, en decenas de pueblos cuya población no supera a la de un barrio o un distrito de la metrópolis.

Los socialistas corren el riesgo de creer que el voto rural les dará siempre la victoria en Sevilla, cuando ya está viendo que por primera vez el PP les empata en diputados y está ya a menos de la barrera psicológica de los 50.000 sufragios de diferencia. Cuanto más siga aumentando el voto urbano del PP, más riesgo de derrota sufre el PSOE.

HACIA SÁNCHEZ

Como no en vano Villalobos ha sido uno de los mentores de Susana Díaz, la estrategia de ambos tras la victoria del PP en Andalucía y del empate en Sevilla ha sido similar: presentar los resultados en clave municipal y no en provincial (el ámbito en que se eligen los diputados) y desviar el foco de los malos resultados hacia el líder nacional, Pedro Sánchez, como si nadie en Sevilla y Andalucía tuviera ninguna responsabilidad o nada que ver con estas elecciones.

Terminales mediáticas afines a la causa del puño y la rosa trasladaron de inmediato esta interpretación a la opinión pública. Así, un periódico sevillano publicó el siguiente titular: “El PSOE ha perdido con Sánchez el 20% de sus votantes en la provincia”, como si fuera Pedro Sánchez el presidente provincial del partido en vez de Fernando Rodríguez Villalobos.

Por su parte, Susana Díaz compareció al día siguiente de las elecciones ante los medios mostrando a su espalda un mapa de Andalucía con el voto coloreado en rojo y en azul no por las ocho provincias (el ámbito donde se dilucidaron los diputados y en el que cinco habrían sido azules, del PP, y tres rojas, del PSOE), sino por lo casi 800 municipios de la región para, siguiendo la tesis de Villalobos, que se viera el predominio del rojo socialista en los pueblos y como si se hubiese tratado de unas elecciones municipales en vez de generales.

Además, la presidenta mantuvo la tesis de que ella no había sido candidata, de lo que se infería que no podía achacársele la derrota en Andalucía porque el candidato en estos comicios había sido Pedro Sánchez, el mismo al que el periódico afín le imputaba la pérdida del 20% de los votos en la provincia de Sevilla.

 

EL NUEVO TIEMPO

Curiosamente, Susana Díaz nunca desmintió antes a los medios, que de forma generalizada le fueron atribuyendo a su persona las victorias del PSOE en Andalucía desde su ascenso al poder en su partido y en la Junta y pese a que ella no era la candidata, como ocurrió en las elecciones europeas del año 2014, las municipales de 2015 y las generales del pasado 20 de diciembre (obviamente, en las autonómicas andaluzas sí era la candidata de su partido a la Presidencia de la Junta), triunfos que se arrogó ella misma, como cuando tras las elecciones europeas dijo que “esta victoria del PSOE (en Andalucía) es el primer fruto del nuevo tiempo (su lema en política)”, según recogió el diario ABC. No le atribuyó los resultados andaluces a Elena Valenciano, que era la cabeza de lista del PSOE al Parlamento Europeo (en este tipo de elecciones continentales la circunscripción es nacional).

Como tampoco desmintió a los medios que titularon tras las elecciones municipales de mayo “Susana Díaz encadena la tercera victoria en Andalucía” (Diario Sur, de Málaga), y “El PSOE gana en Andalucía y mitiga el mal resultado nacional” (Diario El País) tras el 20-D, a pesar de que la presidenta tampoco era candidata en ninguna de las dos.

Una vez más, entre nuestros políticos se cumple el dicho de que “las derrotas son huérfanas”, pero con una variante específica en el caso del PSOE andaluz: en nuestra tierra son de Pedro Sánchez.