Pidió a la Consejería de Cultura que corrigiera el grave error de delimitación existente, al igual que en la Buhaira y Pagés del Corro
Recomendó al Ayuntamiento que incorporara la Torre del Oro, la Casa de la Moneda y los Venerables al Patrimonio de la Humanidad
El Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), organismo no gubernamental asociado con la Unesco en la protección del Patrimonio Mundial, emitió en 2008 un demoledor informe sobre el proyecto de construcción de la torre Pelli en la isla de la Cartuja, en el que también alertó de las deficiencias patrimoniales de Sevilla, como las que han propiciado la destrucción de la tipología tradicional de la avenida de La Palmera con moles universitarias al amparo del PGOU de Monteseirín.
Tratan de justificarle la dedicatoria por ser artífice del Parque Tecnológico cuando éste ya existía seis años antes de que él llegara a la Alcaldía
Cuando Monteseirín fue elegido alcalde las empresas existentes en el PCT Cartuja ocupaban el equivalente a cinco veces Altadis
Los amigos y beneficiarios del ex alcalde ya intentaron anteriormente presentarlo como el artífice del Metro en vez de Rojas-Marcos
El círculo de amigos y de beneficiarios de las decisiones que tomó Alfredo Sánchez Monteseirín cuando fue alcalde de Sevilla, nunca por mayoría absoluta de votos de los sevillanos, ha intentado de nuevo falsear la historia con motivo de la rotulación de una rotonda de tráfico existente al pie de la torre Pelli, a aquél dedicada con la exagerada denominación de plaza.
Tras 15 años no se ha instalado ninguna empresa audiovisual en el Higuerón Sur
La idea consistía en una copia de la Ciudad de la Imagen de Pozuelo de Alarcón
El gobierno de Monteseirín anunció también otras ‘ciudades’ fracasadas como la del Baloncesto, Empleo, Caballo y Tránsito
El delegado de Hábitat Urbano del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ha anunciado una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para «poner en carga» suelos urbanizados en el Higuerón Sur que el gobierno de Monteseirín destinó a la ‘Ciudad de la Imagen’, de la que no se ha visto ni un fotograma en quince años porque allí no tenía interés en instalarse ninguna empresa audiovisual. De esta manera, el Consistorio presidido por Espadas da la puntilla a otro de los ‘blufs’ de Monteseirín dentro de lo que podría calificarse como ‘urbanismo temático’ y que se ha saldado con un fracaso tras otro.
Su construcción fue la condición del líder del PA a Chaves para darle la Alcaldía de Sevilla al PSOE en 1999
El Foro que tiene con sus amigos habla del «ingente esfuerzo» a tal efecto del gobierno local presidido por Monteseirín, cuando la escasa aportación municipal fue compensada por la Junta
En el balance final de la línea 1 del Metro la Junta ha desembolsado 902,2 millones y el Ayuntamiento de Sevilla, cero euros
El Foro Andaluz Nueva Sociedad (FANS), constituido por Alfredo Sánchez Monteseirín y diecisiete amigos suyos, ha irrumpido en el debate sobre la falta de inversiones públicas en la ciudad con un escrito (Letter Número LII) en el que cuenta la historia reciente a su particular manera para atribuirle al ex-alcalde socialista el mérito y la responsabilidad de la construcción de la única línea de Metro existente, omitiendo el protagonismo de Alejandro Rojas-Marcos y el de la Junta de Andalucía.
Y que su altura, de casi 14,5 metros sobre rasante, está en consonancia con la de otros edificios dotacionales del entorno
Los vecinos reprochan al gobierno de Espadas que no se hiciera con el colegio, al menos mediante permuta, para el centro cívico
El Ayuntamiento gastará en el centro cívico proyectado en Los Bermejales el triple de dinero que se pedía entonces por el colegio Elcano
El PGOU de Monteseirín no limitó alturas ni volumetría en el centro docente de un barrio de casas bajas como el vinculado a los astilleros
Los promotores de la residencia se han atenido a lo dispuesto en el Plan General
Habría que abrir un debate sobre si los negocios privados de las residencias estudiantiles deben recibir el tratamiento de Servicios de Interés Público y Social
El estudio de arquitectura Buró 4, que por encargo de Syllâbus/Interhousing Bermejales ha redactado el proyecto básico de la residencia estudiantil que se construirá sobre el terreno que ocupaba el antiguo colegio Elcano,
afirma en el documento entregado a la Gerencia de Urbanismo que «estas cuatro plantas (del futuro inmueble) están en consonancia con las alturas de algunos edificios dotacionales del entorno».
Hace alusión, probablemente, a la sede de la Junta de Andalucía en la avenida de Grecia, pero no tiene en cuenta algunos factores que cuestionan tal paralelismo.
En primer lugar, la ubicación de uno y otro proyectos. Mientras que la futura residencia estudiantil se construirá en el corazón de la barriada Elcano (plaza de la Marina Española), el macroedificio administrativo de la Junta de Andalucía se ha erigido sobre las parcelas experimentales de cultivo del antiguo Instituto Tecnológico del Tabaco y en el borde exterior de la finca, a más de 300 metros de distancia de la residencia de estudiantes y con fachada a una avenida, la de Grecia, que tiene unos 23 metros de anchura y que mide sólo en el tramo entre su confluencia con la avenida de Italia y la de Alemania 600 metros, amplitud y longitud que mitigan su impacto en el entorno.
En segundo lugar, la altura del edificio administrativo de la Junta de Andalucía está prácticamente en línea con la de los bloques de pisos (normalmente, bajo más tres plantas) de la avenida de Grecia y no rompe eso que en su jerga los arquitectos denominan con el anglicismo «skyline» o línea del horizonte, algo que no se produce precisamente en el caso de la residencia estudiantil proyectada en la barriada Elcano, por más que el estudio de arquitectura haga otra afirmación en tal sentido en el documento presentado ante Urbanismo.
Y es que al hablar de las cuatro plantas (baja más tres sobre rasante, sin contar otra bajo el nivel del suelo) de la futura residencia, sus proyectistas añaden: «no introduciéndose una distorsión volumétrica con las edificaciones residenciales del barrio. En el proyecto -añaden- no se supera la edificabilidad permitida para la parcela».
En algunos planos del documento puede verse que la altura de la residencia estudiantil será de casi 14,5 metros y que el estudio de arquitectura evita incluir todo lo que puede en las secciones y alzados las casas colindantes (salvo la torre del conjunto) de la barriada Elcano, generalmente de una sola planta .
En las recreaciones virtuales de lo que será el futuro inmueble se aprecia mucho mejor su desproporción en comparación con las casas, bajas, de la tipología tradicional de la barriada, por lo que la afirmación de que no va a causar una distorsión volumétrica respecto de las mismas no concuerda con la realidad y es un exceso por no decir una ‘boutade’ arquitectónica, falta de rigor.
Alturas aparte, no voy a entrar en el diseño del inmueble, que para algunos expertos con mejor criterio y preparación que yo supone un buen ejercicio formal, con planta muy ordenada pero muy compacta, y aunque se le dota de un patio central, peca de falta de más espacios libres y de ocio, así como de jardines e instalaciones deportivas, lo cual supone carencias muy significativas. Tampoco se trata de abordar aquí el reducido tamaño de las habitaciones de los estudiantes con el fin de aprovechar al máximo el espacio y la edificabilidad disponibles.
Según los arquitectos de Buró 4, el objeto de este proyecto es la construcción de una residencia de estudiantes de 224 habitaciones (238 camas) sobre una parcela calificada en el Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla (PGOU) con uso dotacional educativo privado acorde con el plano de ordenación pormenorizada completa 13-18, que en la medida de lo posible al tratarse en origen de un documento de gran tamaño vemos a continuación y en el que aparece rodeado en rojo la zona amarilla (abajo del todo) correspondiente al antiguo colegio Juan Sebastián Elcano
Según la leyenda del plano, el color amarillo se corresponde en este caso con un Servicio de Interés Público y Social (SIPS) de carácter privado. En el original, sobre un cuadrado en blanco por encima de la línea roja que cruza todo el plano por la parte inferior, aparece el número 2, referido a la altura máxima permitida en la barriada y que sería de dos plantas.
Los vecinos se preguntan cómo ha podido permitir el Ayuntamiento tal volumetría (el antiguo colegio Elcano tendría unos 750 metros cuadrados construidos y para la futura residencia se han autorizado 5.963 m2 sobre rasante y 2.057 m2 bajo rasante) y altura (planta baja más tres) al inmueble promovido por Syllâbus/Interhousing Bermejales cuando a ellos no los dejan recrecer sus casas más de dos plantas.
Los autores del proyecto se remiten al artículo 6.6.4 del PGOU, en el que para Servicios de Interés Público y Social (como sería una residencia de estudiantes) se establece un 80% de ocupación y tres alturas.
Y añaden: «La ocupación señalada del 80% y tres alturas son directrices tan sólo a efectos de cálculo de edificabilidad, según indica el propio artículo 6.6.4, permitiendo en este caso una edificabilidad de 6.340,80 m2. Se consulta sobre la altura máxima edificable, y por tanto la ocupación sobre parcela, siendo la propuesta de nueva edificación para cumplir con sus necesidades de altura planta baja, más dos, más ático, y una ocupación en torno al 70% (finalmente será del 65,94%) que permita un espacio interior privativo para actividades descubiertas».
Efectivamente, en este párrafo tienen los vecinos de Elcano y Los Bermejales la explicación: los promotores y proyectistas se han limitado a aprovechar las posibilidades que les permite el PGOU redactado en su día (aprobado en 2006) por el gobierno del socialista Monteseirín.
Es el Plan General que permitió de forma genérica este aprovechamiento y alturas para los SIPS y que podía haber establecido una limitación específica para la zona del antiguo colegio Juan Sebastián Elcano dada su ubicación en un barrio de la tipología y singularidad (casas bajas de una sola planta) de Elcano pero que no lo hizo. Las consecuencias de aquella decisión política y urbanística se ven ahora, catorce años después, cuando Monteseirín vive en su retiro dorado de la Zona Franca.
LA PERMUTA DESECHADA
Pese a la herencia urbanística legada por Monteseirín con tales condicionantes y recibida por Espadas, ¿podría éste haber salvado el antiguo colegio Elcano y haberlo convertido en sede del centro cívico para el distrito Bellavista-La Palmera?
Los vecinos se quejan de que el Ayuntamiento no atendió su demanda en tal sentido cuando el colegio llevaba años abandonado -se cerró en 1998- y pasaba el tiempo y la fundación -se dice que vinculada a los jesuitas- que lo compró al Instituto Nacional de Industria no lograba venderlo al precio del millón de euros que pretendía, ni incluso en los tiempos del ‘boom’ inmobiliario.
Una representación de los vecinos, respaldada por mil firmantes, se reunió hacia 2017 con el entonces delegado de Hacienda y Administración Pública y presidente de la Junta Municipal del distrito Bellavista-La Palmera, Joaquín Castillo. Le plantearon que si no podía comprar el antiguo colegio Elcano por tal cantidad de dinero, al menos podía intentar adquirirlo mediante una permuta de terrenos y luego rehabilitarlo (fue diseñado por el reconocido arquitecto sevillano José Galnares Sagastizábal) para destinarlo al centro cívico, petición reiterada a su sucesora al frente del distrito, Carmen Fuentes.
No se aprovechó la oportunidad, ni antes ni más recientemente, y en vez de quedarse con el antiguo colegio diseñado por uno de los mejores arquitectos contemporáneos de la ciudad mediante alguna de esas operaciones urbanísticas que pueden hacer las Administraciones Públicas, el Ayuntamiento encargó a sus técnicos que diseñaran un proyecto para el centro cívico en el gran solar de propiedad municipal existente en la confluencia de las avenidas Estonia y Finlandia, el que en principio quiso Monteseirín destinar a una mezquita y luego iba a ser la sede de la Politécnica de la Universidad Hispalense, la cual finalmente ha acabado en la isla de la Cartuja.
El edificio proyectado por los técnicos municipales (yuxtaposición de dos volúmenes) tiene un presupuesto inicialmente estimado de unos 3,5 millones de euros, es decir, tres veces más de lo que hubiera costado comprar el antiguo colegio si se hubiera pagado un millón de euros por él. Probablemente, dado el tiempo que llevaba sin venderse, se hubiera conseguido con una buena rebaja.
Y cuando se analizan las características de ambos suelos, el que va a ocupar el centro cívico y el que ocupará la residencia estudiantil, y de ambos proyectos arquitectónicos se llega a la conclusión de que la residencia no habría desentonado en ese entorno de Los Bermejales (avenidas Finlandia y Estonia), ya que allí se permiten hasta seis plantas,
en vez de destrozar con su altura y volumen la visión del caserío de la barriada Elcano; su arquitectura digamos moderna habría sido mucho más acorde, y habría podido disponer de mayor superficie para su desarrollo: la manzana de propiedad municipal mide 12.437 m2, de los que sólo un tercio será ocupada por el centro cívico, frente a los 2.642 m2 del antiguo colegio Elcano, seis veces menor.
En el siguiente cuadro se hace una comparación entre los dos proyectos:
Quizás el gobierno de Espadas deba una explicación a los vecinos de Elcano y a las asociaciones Bermejales Activa y Parque Vivo del Guadaíra, que han luchado infructuosamente por la salvación del antiguo colegio y por su conversión en centro cívico previa permuta u otra operación de adquisición. Podría acaso dar el Ayuntamiento como explicación que el antiguo colegio (al parecer con tan sólo 750 m2 construidos) se habría quedado pequeño para el centro cívico proyectado y todas las instalaciones con que se le quiere dotar (salón de actos para 250 personas, camerinos, sala de ensayos, biblioteca, salas polivalentes, talleres…),
pero en una parcela como aquella en la que se alzaba, con 2.642 m2 ( 1.623 m2 menos de la que ocupará el centro cívico) los técnicos municipales podrían haber tirado de imaginación para aprovechar el espacio disponible (en la residencia, por ejemplo, se va a construir toda una planta bajo rasante) y también la torre simbólica.
LAS RESIDENCIAS ESTUDIANTILES Y EL PGOU
En plena polémica sobre el derribo del antiguo colegio Elcano se ha conocido que el Ayuntamiento, a través de la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo, ha concedido licencia para una nueva residencia de estudiantes -de 662 habitaciones- en la calle Camilo José Cela, esquina con la calle Barrau, junto al Colegio Portaceli. Este proyecto, que supone una inversión de 20 millones de euros, responde a un convenio firmado en 2004 entre el Ayuntamiento y la Compañía de Jesús que incluye además la cesión de un local de 2.300 metros cuadrados para uso de interés público al Ayuntamiento.
La licencia ha sido solicitada por el fondo VStudent Aulis, F.C.R. promovido por Bankinter, Valeo Groupe y Plenium Partners, a través de su filial, VStudent Sevilla, que ha cerrado en paralelo un acuerdo con la entidad titular del colegio Portaceli para la cesión de un derecho de superficie sobre el solar para los próximos 50 años. El objetivo es la construcción y posterior gestión de una moderna residencia de estudiantes.
El proyecto, ubicado frente a las facultades de Psicología y Filosofía y a escasos metros del campus EUSA y las facultades de Economía y Derecho consta de 23.840,55 m2 construidos sobre rasante, de los cuales 21.516,55 m2 se dedicarán a la residencia de estudiantes y 2.324,00 m2 a un local comercial que se cederá al Ayuntamiento de Sevilla. La residencia constará de 662 habitaciones con 685 camas, 203 plazas de aparcamiento y 4 plazas de moto. Su apertura está prevista para septiembre de 2022.
“Se trata de una nueva inversión privada en la ciudad que desbloquea unos suelos paralizados desde hace más de una década y pendientes de desarrollo. Son iniciativas que contribuyen a la reactivación económica y social de la ciudad tras la crisis sanitaria y que demuestran la confianza del sector privado en la ciudad”, explicó el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz.
En Sevilla hemos asistido al ‘boom’ de las viviendas turísticas y, ahora, al de las residencias para estudiantes. Ya hay más plazas de alojamiento en viviendas/apartamentos turísticos que en hoteles, por lo que el Ayuntamiento, atendiendo a tantas quejas y demandas vecinales por la denominada gentifricación (palabra aún no admitida por la Academia de la Lengua) del Casco Antiguo, se está planteando una nueva regulación de las mismas.
El delegado del ramo, Antonio Muñoz, ha declarado que «estos alojamientos no dejan de ser una actividad económica y, por tanto, se alejan de lo meramente residencial». Por su parte, el presidente de la Asociación de Hoteles, Manuel Cornax, aboga por que las viviendas turísticas emitan facturas y tributen por el IVA: «cuando tengan que sufrir -ha afirmado- las mismas cargas que la industria hotelera, no habrá tantas».
En paralelo a este debate parece llegada la hora de abrir otro sobre la naturaleza y el tratamiento urbanístico que reciben las residencias de estudiantes, las cuales viven un ‘boom’ similar. La vinculada al colegio Portaceli será la mayor de toda Andalucía y tendrá 662 habitaciones, tantas como tenía en su día el hotel Al Andalus cuando se inauguró para la Exposición Universal de 1992 y era el tercero de mayor capacidad de toda España. VStudent Sevilla será el equivalente a un hotel estudiantil, el Al Andalus de las residencias.
¿Y se debe dar en el Plan General a este tipo de residencias privadas, que prestan un servicio pero que no deja de ser un negocio, el tratamiento de Servicios de Interés Público y Social con todas las ventajas urbanísticas de porcentaje de ocupación de parcela y altura en plantas que hemos visto en el caso de la residencia que se está construyendo sobre el antiguo colegio público de la barriada Elcano?
Y es que en el PGOU de Sevilla a los SIPS se les permite incluso incrementar en un máximo del 20% la edificabilidad previamente existente y llegar al 100% de la parcela si se alinean a vial.
«Se entraba a la calle por un arco. Era estrecha, tanto que quien iba por en medio de ella, al extender a los lados sus brazos, podía tocar ambos muros. Luego, tras una cancela, iba sesgada a perderse en el dédalo de otras callejas y plazoletas que componían aquel barrio antiguo. Al fondo de la calle sólo había una puertecilla siempre cerrada, y parecía como si la única salida fuera por encima de las casas, hacia el cielo de un ardiente azul. En un recodo de la calle estaba el balcón, al que se podía trepar, sin esfuerzo casi, desde el suelo; y al lado suyo, sobre las tapias del jardín, brotaba cubriéndolo todo con sus ramas el inmenso magnolio. Entre las hojas brillantes y agudas se posaban en primavera, con ese sutil misterio de lo virgen, los copos nevados de sus flores. Aquel magnolio fue siempre para mí algo más que una hermosa realidad: en él se cifraba la imagen de la vida. Aunque a veces la deseara de otro modo, más libre, más en la corriente de los seres y de las cosas, yo sabía que era precisamente aquel apartado vivir del árbol, aquel florecer sin testigos, quienes daban a la hermosura tan alta calidad. Su propio ardor lo consumía, y brotaba en la soledad unas puras flores, como sacrificio inaceptado ante el altar de un dios».
«El Magnolio», poema de Luis Cernuda en «Ocnos».
El portavoz del grupo municipal Adelante Sevilla, Daniel González Rojas, ha advertido del «deterioro» del magnolio existente en la Avenida de la Constitución, junto a la Catedral, «tras -ha dicho- las falsas promesas» del gobierno de Juan Espadas para su recuperación. En una pregunta a la Comisión de Control y Fiscalización del Ayuntamiento, González Rojas ha pedido explicaciones al equipo de gobierno para conocer en detalle de los informes técnicos que ya existían en mayo de 2019 y la licitación del proyecto que se anunció en el verano del año pasado.
«Ha pasado más de un año sin que el rigor y la seriedad que anunció el responsable de Parques y Jardines, David Guevara (PSOE), hayan hecho acto de presencia para recuperar el esplendor de este ejemplar singular», ha criticado en un comunicado el portavoz municipal, que lamenta «el enésimo incumplimiento en materia de arbolado y la situación extrema en la que se encuentra el magnolio de la Catedral, un ejemplar de gran valor patrimonial».
Rojas recuerda, en la iniciativa registrada, que en mayo de 2019 el delegado de Transición Ecológica y Deportes afirmaba en los medios que «uno de los grandes objetivos del área de Parques y Jardines era la protección del arbolado singular» y que se había trabajado «con rigor y seriedad», aludiendo a «un informe técnico minucioso sobre el estado del árbol que determinaba los pasos que se debían dar y que supuestamente ya estaban dando».
«A día de hoy, ni se ha ampliado el alcorque para beneficiar al magnolio ni se ha limitado el parterre con un seto como se nos dijo», afirma Rojas, que exige a Espadas que lleve a cabo «una actuación rápida y ejemplar para garantizar la supervivencia de este árbol, que es todo un símbolo del patrimonio arbóreo de Sevilla».
El portavoz de Adelante Sevilla también lamenta «que el gobierno siga mareando la perdiz, ahora con la redacción de un proyecto y una supuesta licitación, cuando tiene un macrocontrato millonario para mantener y cuidar los árboles en esta zona de la ciudad».
«Se supone que llevaban desde mayo de 2019 tratando el ejemplar pero en julio nos dijeron que se iba a licitar en breve un proyecto para su tratamiento. Estamos ya en octubre y lo único que queda claro es que el magnolio se sigue muriendo ante la inacción del gobierno municipal», concluye Rojas.
Se refería el portavoz de Adelante Sevilla a unas declaraciones del delegado de Parques y Jardines en mayo de 2019 tras conocerse un informe técnico realizado por la empresa adjudicataria del macrocontrato de jardinería en el que se confirmaba que el grave deterioro de este árbol histórico y singular se inició a raíz de su estrangulamiento por las obras de supuesta peatonalización (desde entonces los peatones disponen de menos espacio para moverse, y sin seguridad, que antes) de la Avenida ejecutadas por el gran despilfarrador Monteseirín.
Según el informe técnico, estas obras «alteraron sustancialmente las condiciones y medidas del suelo que tenía disponible para su desarrollo». Como consecuencia:
-El estado del árbol es preocupante. Presenta un crecimiento mínimos que se concentran en las partes más bajas de la copa. En el dosel superior tiene una «necrosis terminal» en aproximadamente el 40% de las terminaciones. Las hojas se encuentran marchitas, sin turgencia alguna y con amarillamientos en el borde, «síntoma de carencias nutricionales graves».
-La densidad foliar de la copa «es muy baja», el color y calidad de las hojas denotan «síntomas de estrés acusado». El tamaño de las mismas está bajo los mínimos de la especie: «Normalmente pueden llegar hasta 25 centímetros pero lo normal es que se encuentre en torno a 15-20. En este caso algunas de su hojas no llegan a 10 centímetros».
-Presenta una pérdida de hoja acusada: «El estado de estrés al que está sometido parece estar incrementándose en los últimos meses».
-Se trata de un ejemplar maduro, «en Fase 8 según el desarrollo natural de Pierre Raimbault». Esto implica una progresiva degeneración del sistema radicular, que deriva en un debilitamiento de la parte aérea. «Los brotes anuales no producen más que las hojas ya formadas en las yemas de brotación y no se producen nuevas ramificaciones en los extremos. Las ramas se renuevan parcialmente no por sus extremos, sino a partir de zonas más internas (epitonía y basitonía en copa)».
-El magnolio se encuentra en el preludio de las fases 9 y 10, las terminales, en las que se reduce su su copa hasta posiciones interiores de forma progresiva, hasta su muerte. «A pesar de lo expuesto, los árboles pueden pasar decenas o incluso cientos de años en fase 8 mejorando su vitalidad si se adoptan las medidas correctivas de forma adecuada», matiza el informe técnico.
-A las escasas dimensiones del parterre se suma el efecto de los orines de los perros de la zona. El acceso al limitado alcorque está provocando compactación excesiva del terreno. Además, encontrarse en un entorno tan singular como el de la Catedral puede originar dificultades a la hora de modificar el alcorque.
-El entorno «es demasiado austero como para poder aumentar las expectativas de futuro y supervivencia. Dispone de un suelo empobrecido, alcalinizado, compactado y falto de nutrientes «que provoca que no pueda regenerar el sistema radicular que se vio afectado por las sucesivas obras y limitaciones de espacio».
-También acusa falta de riego y de abono: «A simple vista las hojas presentan carencias de varios nutrientes, entre ellos nitrógeno y fosfato».
EL JARDINERO DEL MAGNOLIO
En este sentido, Antonio M. Álamos, de ‘Salva tus árboles Sevilla’, redactó, a raíz de sus conversaciones con un antiguo trabajador del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento, este precioso artículo en el que personaliza al Jardinero del Magnolio:
“Ayer pasé por la Avenida y no pude evitar mirarte.
Ya sabes que me duele verte. Hay días que te evito, ayer no quise.
En un pasado no tan remoto uno de mis quehaceres era cuidarte. Gozabas de buena salud. Situado en un extremo de un romboide inmenso, con uno de los laterales a menos de un metro de las gradas de la imponente mole de la catedral, tenías tierra, mucha tierra, ni más ni menos que la que necesita un gigante como tú.
No era fácil regarte. Lo hacíamos por inundación. Levantábamos caballones para impedir que el agua saliera de tus contornos e inundara la calle. La boca de riego más cercana estaba en los jardines del Archivo de Indias, cerca de donde paran aún hoy los coches de caballos. Necesitábamos empalmar dos gomas y nadie que no las haya cogido sabe lo que pesaban. Además había que ir avisando a los transeúntes despistados que con la vista puesta en la catedral tropezaban con ellas.
Había también que tener cuidado cuando nos ordenaban labrar tu tierra. !Cuántas veces tropecé con tus raíces! Discurrían libres por todo el parterre y no era fácil evitarlas con las herramientas entre las manos. Recuerdo que había una zona con una losa de grandes dimensiones y a poca profundidad que maldecíamos continuamente. Saltaban chispas cuando la tocábamos con la zoleta. Siempre teníamos problemas con los setos por culpa de la losa, no agarraban bien y una parte de ellos hubimos de reponerlos varias veces. No éramos los únicos que andábamos en tratos con los setos. Antes de regar, misteriosos manojos de romero o arrayán eran rescatados por las manos de las gitanas antes de ofrecerlos a los turistas.
Salíamos cansados después de tanto mimarte pero qué grato me era, cuando regresábamos al Parque de María Luisa, volver la vista atrás y despedirme de ti.
En aquella época contaban que tendrías poco menos de setenta años. Después “arreglaron” la Avenida y de camino también te “arreglaron” a ti . Discurría el 2007 y dejaron de mandarnos allí. Tu suerte cambió, te la cambiaron.
Te dejaron un cuadro de tierra ridículo, ni la tercera parte del que tenías, que además desplazaron y cualquiera sabe si la losa no sigue allí asfixiándote, Modificaron tus contornos. Me pregunto a veces qué fue de las raíces con las que me tropezaba. Tantas mortificaciones para un ser vivo no presagiaban nada bueno y poco a poco, sin poder quejarte, has ido perdiendo tu vigor, tu fuerza, tu vida. Te estás muriendo magnolio mío. Nunca imaginé, si nadie pone remedio, que abandonarías esta inclemente ciudad antes que yo.
Muchos expertos, yo no lo soy, han escrito artículos sobre ti. Saben cómo salvarte. Llevan años gritándolo, lo han publicado en prensa: hay que agrandar el alcorque, oxigenar tus raíces mediante perforaciones. El tiempo pasa, se suceden responsables que no actúan. Tu sentencia de muerte parece estar firmada. Cualquier día se te caerá una rama, serás declarado peligroso como tantos de tus congéneres en esta ciudad y no faltará quien aplauda tu tala.
Amaneciste hoy, me dijeron, con carteles abrazados a tu tronco que decían: “te doy oxígeno y sombra; cuídame”. Bendito seas, magnolio, y benditos los que aún intentan salvarte.
Ya sabes que me duele verte. Hay días que te evito, ayer no quise.
Ayer pasé por la Avenida y no pude evitar mirarte.
EL PLAN DE ACTUACIÓN
Los redactores del informe técnico sobre el magnolio de la Avenida propusieron, entre otras medidas, las siguientes:
-Descompactar los primeros 15-20 centímetros de suelo para aportar mantillo orgánico compuesto por compost vegetal, corteza de pino y turba rubia.
-Aplicación de riegos de auxilio y bioestimulantes orgánicos naturales.
-Posterior sustitución de los primeros 40 centímetros de suelo, descompactación de las capas inferiores y renovación de toda la tierra mediante una mezcla de compost vegetal (40%) y de tierra franco-arenosa (60%).
-A continuación, aporte de corteza de pino «con el objetivo de mantener un suelo ácido y retener la humedad y liberar nutrientes de forma lenta y prolongada».
-En la siguiente fase se realizarían aplicaciones de bioestimulantes y aminoácidos de raíz inyectados directamente al sistema radicular.
-Luego, riegos periódicos «a manta» con agua de buena calidad y con una periodicidad semanal.
-No se practicará ningún tipo de poda, incluso se respetarán las ramas secas actuales ya que no generan ningún riesgo.
-Se instalará una delimitación física -«deberá de ser semi-opaca para limitar la exposición lumínica del nuevo suelo y reducir la temperatura y exposición»- por la parte interna del borde del parterre de 1, 30 metros de altura para impedir el acceso.
Supuestamente, los técnicos contratados por el Ayuntamiento iniciaron el 5 de mayo de 2019 los trabajos de recuperación del magnolio que dejó asfixiado el gran despilfarrador Monteseirín con sus obras de pseudopeatonalización de la Avenida, las cuales también implicaron la desaparición de los árboles previamente existentes.
Con motivo de la supuesta intervención municipal, el delegado Guevara hizo las siguientes declaraciones: «Uno de los grandes objetivos del área de Parques y Jardines es la protección del arbolado singular y con un gran valor patrimonial. Es el caso del magnolio ubicado junto a la catedral, uno de los ejemplares de mayor valor de la ciudad. Hemos trabajado con rigor y seriedad. Con un informe técnico minucioso sobre el estado del árbol que determina los pasos que debemos dar y que estamos ya dando. El estudio técnico que hemos realizado constata que se pueden realizar actuaciones que recuperen el esplendor de este árbol».
Pues bien, año y medio después el magnolio sigue igual o peor que antes y salvo que lo hayan hecho después de la denuncia del portavoz de Adelante Sevilla, todavía ni siquiera han colocado esa protección perimetral de 1,30 metros de altura ni ampliado el espacio alrededor del tronco para que el árbol pueda respirar.
¡Un año y medio sin hacer nada por salvar el árbol singular que Monteseirín dejó moribundo y que se encuentra a tan sólo 300 metros del Ayuntamiento, hasta el punto de que el alcalde lo tiene que ver desde el interior de su despacho o desde el balcón de las Casas consistoriales! Y mientras el magnolio agoniza, Espadas, del que ya no se sabe cuántos cargos vinculados al medio ambiente ocupa, nos sigue lanzando en cualquier ocasión sus discursos sobre la sostenibilidad, la Agenda Urbana 2030, el New Green Deal y Sevilla capital verde de Europa.
Y es que el alcalde, con tantos organismos como preside o en los que figura, no tiene tiempo para ocuparse ni del magnolio ni de tantas otras cosas. Espadas sólo tiene tiempo para dedicarse a su tranvía.
*Nota: El Ayuntamiento reaccionó por fin el 6 de octubre de 2020 con el anuncio en su página web
de la licitación de obras por valor de 18.448 euros para ampliar el alcorque del magnolio. Asimismo, se prevé recuperar el parterre que había antes de la reurbanización de la Avenida en 2007 durante el mandato de Monteseirín. Por tanto, la gestión del gran despilfarrador costará a la ciudad otros 18.448 euros que sumar a las deudas de su «legado».
Es la segunda línea con más usuarios perdidos durante el pasado verano
La línea T1 o del tranvía, que Espadas se ha empecinado en ampliar de forma redundante al coste de 31,3 millones de euros desde San Bernardo hasta las proximidades de El Corte Inglés de Nervión, ha perdido durante los seis meses del coronavirus un total de 1.300.303 pasajeros, según reflejan las estadísticas de Tussam.
Durante el pasado verano (junio-agosto), el tranvía dejó de transportar 436.112 pasajeros en comparación con el mismo periodo del año 2019, cifra equivalente al 60,93% del total previamente acumulado.
Con ese dato, el tranvía fue la segunda línea de la empresa municipal de transportes que más pasajeros se dejó por el camino el pasado verano, sólo superada negativamente en este sentido por los 518.157 usuarios menos de la línea 2 (Barqueta-Heliópolis).
Asimismo, en la práctica fue la cuarta línea con mayor proporción de pasajeros perdidos, sólo superada por la C5 (100% menos de clientes, debido a su suspensión tras el grave accidente de un autobús acaecido en diciembre en la Plaza del Duque de la Victoria), el autobús del aeropuerto o línea especial EA (82,21%), la línea 38 (Prado de San Sebastián-Universidad Pablo de Olavide) con un 66,51% , y la línea exprés a Sevilla Este (65,70%).
Si al balance del verano se le suma el de la primavera del coronavirus (marzo-mayo), época en que el tranvía dejó de transportar 864.191 pasajeros, la cifra total del semestre de la pandemia es de 1.300.303 usuarios menos que en el mismo periodo del año 2019.
El hecho de que el tranvía haya sido durante los seis primeros meses de la pandemia la segunda línea de Tussam con mayor número absoluto de pasajeros perdidos y “de facto” la cuarta proporcionalmente, vuelve a poner de manifiesto su debilidad en comparación con el resto de rutas, digamos normales, de la red pública de transporte y ello pese al enorme desembolso que por obra y gracia de Monteseirín, el gran despilfarrador, ha supuesto para los contribuyentes.
Por más que el Ayuntamiento trate de publicitar el supuesto éxito de demanda de viajeros del denominado ‘Metrocentro’, la realidad se empecina una y otra vez en desmentir la propaganda municipal, con la que el gobierno de Espadas trata de justificar la ampliación de la línea.
La aparición del coronavirus a mediados de marzo no puede considerarse como un freno inesperado para un hipotético despegue del tranvía. Si se toma como muestra el primer trimestre (enero-marzo) de los últimos cuatro años (2017-2020), es decir antes de la pandemia o coincidiendo un par de semanas con la misma, sólo el número de usuarios del tranvía en marzo de 2019 superó al de su mes precedente, febrero.
En ninguno de los once meses restantes de estos cuatro primeros trimestres anuales un mes superó en número de viajeros a su predecesor. Todo lo contrario: a medida que se fueron sucediendo los meses disminuyó el número de usuarios del tranvía.
Espadas, sin embargo, permanece ciego y sordo a las estadísticas y no quiere dejar que la realidad le estropee su proyecto político estrella: la prolongación de la ruinosa línea del tranvía legada por Monteseirín.
El Pacto por Sevilla tras el coronavirus prevé un Plan Local de Seguridad Sanitaria
Monteseirín se deshizo del Equipo Quirúrgico, del que sólo queda el solar
Tras la crisis provocada por el coronavirus, todos los grupos políticos municipales con excepción de Vox -no ha quedado claro si se descolgó por propia iniciativa o los demás lo dejaron descolgado adrede- han firmado un Pacto por Sevilla que supondrá la inversión de 22 millones de euros para ayudar a la reactivación económica y social de la ciudad.
El primer punto del acuerdo, el más extenso de los veinte incluidos en el mismo, se refiere a la puesta en marcha, en coordinación con el Servicio Andaluz de Salud (SAS) y con la sanidad privada, de un Plan Local de Seguridad Sanitaria con el objetivo de contener y mitigar un posible rebrote de la pandemia. Es este plan se prevén medidas como vigilancia epidemiológica, detección de casos, adquisición de medios de protección para abastecimiento de la población, atención especial a las residencias de mayores y actuaciones destinadas al refuerzo de la seguridad sanitaria de los empleados municipales.
Ahora que los grupos políticos del Consistorio se percatan de la necesidad de disponer de un Plan Local de Seguridad Sanitaria y de reforzar la atención a los empleados municipales (sólo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena) es momento oportuno de recordarles, y de que recordemos todos, que Sevilla ya disponía de un medio propio sanitario.
Este habría sido de inestimable ayuda durante la fase aguda del Covid 19, cuando hasta hubo que medicalizar hoteles para descongestionar los grandes hospitales: el conocido como Equipo Quirúrgico, que se alzaba desde el año 1926 en el Prado de San Sebastián, hasta que llegó un alcalde que decía ser sólo un médico, Monteseirín, para liquidarlo y dejar en su lugar un solar donde sólo crece la hierba, al igual que ocurría tras el paso del caballo de Atila.
SITUACIÓN ESTRATÉGICA
Popularmente llamado Equipo Quirúrgico, su denominación oficial parecía pensada para afrontar situaciones como la que desgraciadamente hemos sufrido con el coronavirus: Centro de Urgencias y Emergencias (CUYE). Por su situación estratégica en el borde del Casco Antiguo, su facilidad de acceso desde cualquier punto de la ciudad y su funcionamiento durante las veinticuatro horas del día, el Equipo Quirúrgico atendía una media de 48.000 personas al año, con un índice de satisfacción de sus pacientes del 98%.
Casi 50.000 personas atendidas eran otras tantas de las que se descongestionaba a las saturadas Urgencias de grandes hospitales como la ciudad sanitaria Virgen del Rocío y el hospital universitario Virgen Macarena y a los centros de atención primaria.
El Equipo Quirúrgico municipal llevaba tres cuartos de siglo funcionando prácticamente a plena satisfacción de los sevillanos hasta que en 1999 llegó el socialista Monteseirín a la Alcaldía. Y el alcalde, que por ser médico de profesión y proclamar que su modelo de ciudad eran las personas, más debía cuidar y potenciar ese Centro de Urgencias y Emergencias de Sevilla, histórico último vestigio de las antiguas Casas de Socorro municipales, se empecinó en darle la puntilla con tal de ahorrarse el coste de su mantenimiento.
Otra paradoja en el alcalde al que no le tembló su olvidado, si es que alguna vez lo utilizó, fonendoscopio a la hora de gastarse años después al menos 120 millones de euros en las faraónicas e inútiles Setas de la Encarnación.
LA PLANTILLA, EN CONTRA
La liquidación del equipo Quirúrgico por Monteseirín se perpetró como se perpetran este tipo de operaciones: prometiendo y/o anunciando justo lo contrario de lo que se iba a hacer. Y así se dijo que con el objetivo de potenciarlo todavía más se procedería a su traspaso a la Junta de Andalucía. El 30 de junio de 2005, tan sólo seis años después de su acceso a la Alcaldía, Monteseirín firmó un convenio con la entonces consejera de Salud del Gobierno andaluz y actual ministra de Hacienda y ya ex portavoz del Gobierno de España: la también médica María Jesús Montero.
En ese convenio se hacía referencia a la construcción de una decena de nuevos centros sanitarios en nuestra ciudad (¿por qué no pide ningún partido ese convenio para comprobar cuántos nuevos centros se han construido realmente en Sevilla?) y se acordaba la cesión a la Junta de Andalucía del Equipo Quirúrgico para -se dijo- desarrollar un centro sanitario polivalente dotado con consultas de especialidades, área de diagnóstico, área quirúrgica y punto de urgencias. El convenio contó con la firme oposición de los profesionales del centro sanitario municipal, a los cuales, para engatusarlos, se les prometió que podrían integrarse en la plantilla del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Y tras la firma del convenio citado lo primero que ocurrió fue el anuncio de que a partir del mes de octubre de 2005 se cerrarían las Urgencias del Equipo Quirúrgico durante las noches, los fines de semana y los festivos, con lo cual dejaba de hacer honor a su denominación oficial de Centro de Urgencias y Emergencias de Sevilla. El anuncio motivó una dura nota de protesta de la Federación de Consumidores y Usuarios (Facua).
El 20 de enero de 2006, durante una Junta de Gobierno municipal, Monteseirín alardeó de las supuestas bondades del convenio firmado con la Junta de Andalucía para deshacerse (en lenguaje políticamente correcto se denominaba “cesión”) del Equipo Quirúrgico, ya que según el alcalde-médico, Sevilla no sólo iba a tener un centro sanitario (atención al adjetivo, que da mucho juego) “polivalente”, sino que también se iba a producir una mejoría en la cartera de servicios existente hasta entonces, tanto en atención primaria como en atención especializada.
Hasta finales de marzo de 2006 no entregó el gobierno de Monteseirín al comité de empresa del CUYE-Sevilla (Equipo Quirúrgico) el borrador sobre una futura integración de la plantilla en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), cuyo silencio al respecto preocupaba enormemente a los sindicatos. Sus portavoces expresaron: «Si el borrador del Ayuntamiento no es acompañado de una propuesta del SAS, pocas garantías tenemos».
Según el testimonio sindical, el gobierno de Monteseirín les había detallado que el Equipo Quirúrgico sería dotado de un dispositivo de Cuidados Críticos y de Urgencias «con mayor capacidad de resolución», y que se ampliarían los espacios de Atención Primaria para potenciar su función de centro de salud. Además, se le dotaría de las infraestructuras propias de un centro de Alta Resolución para impulsar la «asistencia especializada» en la ciudad de Sevilla y potenciar la cirugía mayor y menor ambulatoria.
El propio alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, llegó a anunciar que el CUYE se convertiría en el primer Centro de Alta Resolución (Care) de la capital tras su integración en la red del SAS.
Los trabajadores se movilizaron en contra del convenio firmado con la Junta de Andalucía y en el que se preveía el traspaso efectivo de la titularidad del Equipo Quirúrgico al Servicio Andaluz de Salud el 1 de octubre de 2005. Sin embargo, como era habitual en él, Monteseirín cedió ante la presión sindical y, para frenar las movilizaciones de la plantilla, el Pleno del Ayuntamiento acordó que el Equipo Quirúrgico seguiría funcionando bajo gestión municipal una vez pasada esa fecha y hasta que se resolviera la situación laboral de los trabajadores.
Todavía en noviembre de 2007 el personal del Equipo Quirúrgico seguía a la espera de conocer su destino. UGT y CCOO denunciaron que unos cien profesionales «no hacen nada» a pesar «del compromiso de mantener abierto (el Equipo) y no realizan función alguna». Subrayaron que se trataba de un «absentismo provocado por el Ayuntamiento».
La situación no se resolvió hasta principios de 2008, y no precisamente mediante una integración de la plantilla del Equipo Quirúrgico en el Servicio Andaluz de Salud. Sus 117 trabajadores se quedaron dentro del Ayuntamiento, reubicados en nuevos departamentos que se vio obligada a crear la delegada municipal de Salud y Consumo, la socialista Teresa Florido.
Así, se constituyeron dos secciones y tres nuevas unidades de Promoción de la Salud, que se añadieron a las cinco ya existentes, y también se decidió que prestaran apoyo al Cecop social, al Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria y a Prevención de Riesgos Laborales.
Por tanto, lo único que consiguió Monteseirín fue que Sevilla se quedara sin el Equipo Quirúrgico, ya que no se pudo ahorrar los salarios de su plantilla, a la que acabó manteniendo dentro del Ayuntamiento después de haberla dejado un par de años mano sobre mano, sin hacer nada, con su habitual improvisación e imprevisión, a un coste pagado una y otra vez por los contribuyentes sevillanos.
ALTA RESOLUCIÓN
Un año después de la firma del acuerdo de traspaso a la Junta de Andalucía, la consejera María Jesús Montero, con el vehemente verbo que la caracteriza, anunció en rueda de prensa el denominado “programa funcional” del que iba a ser la metamorfosis del Equipo Quirúrgico, el Centro de Alta Resolución Jardines de Murillo. Hay que prestar atención a cómo los políticos se adornan con el lenguaje para para presentar una aparente nueva realidad, ahora que tanto se habla de la nueva normalidad a raíz del coronavirus: centro polivalente, alta resolución….
Según la entonces consejera, con el Equipo Quirúrgico ya en manos de la Junta de Andalucía los sevillanos iban a disfrutar de consultas de atención primaria, médicos de familia, pediatras y especialistas en dermatología, oftalmología, urología, traumatología, anestesia, cirugía general y un largo etcétera. El cuento de la lechera en versión sanitaria.
Sin embargo, tal sólo veinte días después de aquel anuncio se acentuó la fatalidad que afectaba al centro sanitario desde que Monteseirín le echó el ojo. El 10 de agosto del año 2006, una sobrecarga en un cable de un ordenador provocó un incendio en la cuarta planta del edificio del Prado de San Sebastián.
PUNTO Y FINAL
El Gobierno andaluz decretó el cierre completo del inmueble alegando razones de seguridad y lo dejó abandonado a su suerte y deteriorándose por efecto de las inclemencias meteorológicas, del vandalismo y de los okupas, en un claro precedente de lo que haría también con el Hospital Militar.
Tras dos años en esa situación, el grado de deterioro era tal que a juicio de la Junta justificaba la demolición por los daños estructurales que ya presentaba. El proyecto de derribo costó 240.000 euros. Fue la única inversión que en puridad realizó el Gobierno presidido por Manuel Chaves en el Equipo Quirúrgico, un gasto para reducirlo a polvo.
El mismo día que la maquinaria pesada echaba abajo el inmueble, todavía María Jesús Montero seguía dando pábulo a la historia de su sustitución por un Centro de Alta Resolución dotado con todo tipo de especialidades y con una plantilla de un centenar de profesionales. Su servicio de atención primaria acogería a unos 12.000 vecinos de los barrios colindantes (San Bernardo, La Florida, Santa Cruz, Judería, Puerta de la Carne, Huerta de la Salud…). Y hasta dio una fecha para el inicio de su construcción: “previsiblemente, enero de 2009”.
Han pasado más de once años desde entonces y del Centro de Urgencias y Emergencias de Sevilla (CUYE), popularmente conocido como Equipo Quirúrgico y que tan útil podría haber sido durante la pandemia del coronavirus, no ha quedado nada: ni su supuesto heredero, el pomposamente llamado Centro de Alta Resolución Jardines de Murillo, ni médicos, ni consultas, ni pacientes a los que atender. Sólo queda un solar, un solar a modo de metáfora de cómo dejó Monteseirín el Ayuntamiento, plagado de deudas y de escándalos, tras sus doce años en la Alcaldía.
Renfe oferta 188 conexiones ferroviarias diariamente entre ambas estaciones
El ‘Metrocentro’ tiene programados sólo 87 viajes cada día entre San Bernardo y Plaza Nueva
El gobierno de Espadas proyecta gastar al menos 49 millones de euros en prolongar en superficie la línea del tranvía desde San Bernardo hasta Santa Justa por un trazado similar al que de forma soterrada ya utilizan los trenes de Renfe, que a diario realizan 188 conexiones entre las dos estaciones ferroviarias. Actualmente, el denominado ‘Metrocentro’ tiene una programación teórica de 87 viajes entre San Bernardo y la Plaza Nueva. Por tanto, el reto de la ampliación de la línea tranviaria sería incrementar en más de un centenar los servicios diarios para equipararse al menos a Renfe, una cifra que se antoja muy improbable.
En una situación de normalidad como la que regía (principios de marzo) antes de la aparición del coronavirus, entre las estaciones de San Bernardo y Santa Justa circulaban diariamente bajo tierra 152 trenes de Cercanías, en una franja horaria que abarcaba desde las 5:08 horas (partida del primer tren desde Santa Justa hasta San Bernardo) hasta las 23:41 horas (último tren desde San Bernardo hasta Santa Justa).
Los Cercanías en circulación entre ambas estaciones pertenecían a las líneas C1 (Lebrija-Utrera-Sevilla-Lora del Río); C4 (circular con origen/destino en Santa Justa) y C5 (Virgen del Rocío-Sevilla Santa Justa-Benacazón).
Además del Cercanías, en San Bernardo tienen parada (tomando como referencia la programación normal de marzo, antes de la pandemia) otros 36 trenes, aproximadamente de media distancia, que aunque no están destinados específicamente al servicio entre las dos estaciones sevillanas captan una cantidad muy significativa de viajeros (de subida y bajada) en San Bernardo, presumiblemente porque cubren una zona importante para el acceso a diversos servicios, centros docentes y el espacio intermodal allí existente. Se trata de los usuarios de los media distancia Sevilla-Cádiz, Sevilla-Málaga y Sevilla-Osuna.
EL SERVICIO DEL TRANVÍA
Frente a esta oferta de trenes diarios que pasan por la estación de San Bernardo, el ‘Metrocentro’ tiene una programación teórica de 87 viajes entre San Bernardo y la Plaza Nueva, en horario en día laborable de 6 a 23:29 horas (64 minutos menos de servicio que los trenes de Renfe). De este medio de transporte se ha llegado a decir que circula entre 20 y 40 kilómetros/hora según los tramos; que hace el recorrido completo en diez minutos y que en horas-punta la frecuencia es de 7 minutos (5 minutos cuando no se había ampliado hasta San Bernardo).
Sin embargo, cuando se consulta en la Red de Líneas de Tussam el horario teórico planificado del tranvía ( https://reddelineas.tussam.es/?lang=es# ) se observa lo siguiente, tomando como referencia la terminal de la Plaza Nueva:
*Desde el inicio del servicio hasta las 7:38 horas la frecuencia de paso es de un tren cada 14 minutos.
*Desde las 7:38 hasta las 15:38 horas, la frecuencia es uno cada 10 minutos.
*De 15:38 a 15:49, un tren que tarda 11 minutos.
*Desde las 15:49 hasta las 22:35 la frecuencia es un tren cada 14 minutos.
*A partir de las 22:35 horas y hasta el final hay dos servicios más, con una frecuencia de 28 minutos.
Si el tranvía efectúa 87 viajes a lo largo del día (pasa 87 veces por la Plaza Nueva, la estación tomada como referencia, durante un servicio que dura 1.049 minutos), ello supone una frecuencia media de un tren cada 12 minutos y 5 segundos.
TEORÍA Y PRÁCTICA
Ahora bien, esa es la programación teórica, porque según informes internos de Tussam (datos de 2017), la del tranvía (T1) es la segunda línea con la velocidad comercial más baja de toda la red de transporte público de Sevilla, con tan sólo 9,38 kilómetros/hora de media y a pesar de disponer de una plataforma reservada para la misma. Sólo circularon más lentos en 2017 los vehículos de la línea E, a razón de 6,79 kilómetros/hora.
Compárese, pues, la auténtica realidad con todo lo proclamado en su día de velocidades de hasta 40 kilómetros/hora y de recorrer la línea en tan sólo 5 ó 7 minutos. Compárese también la velocidad comercial del tranvía, en el que hasta la fecha se han invertido casi cien millones de euros, con la de cualquier línea normal de autobús pese a no disponer de plataforma reservada ni prioridad semafórica en los cruces.
Y, por último, obsérvese que la velocidad del tranvía de Monteseirín es 3,41 kilómetros/hora inferior a la velocidad media (12,79 kilómetros/hora) de toda la red de vehículos (autobuses) de Tussam. Estos datos vuelven a demostrar la sinrazón y despilfarro de la línea del tranvía, que circula en superficie por un trazado similar al que ya soterrado cubre el Metro.
Si Tussam reconoce que el tranvía circula realmente a una velocidad media de 9,38 kilómetros a la hora, ello significa que realmente tarda en recorrer los 2.271 metros que distan de San Bernardo a la Plaza Nueva 14 minutos y 32 segundos y que por lo tanto no estaría habiendo una frecuencia de un tren cada 12 minutos y 5 segundos o, dicho de otra forma, que realmente no se estarían ofreciendo 87 viajes diarios, sino menos.
LA AMPLIACIÓN
Frente a esta baja velocidad comercial actual, el gobierno de Espadas trata de destacar la que supuestamente va a alcanzar el tranvía con la ampliación desde San Bernardo hasta el cruce de Luis Montoto (así figura en el proyecto, aunque se diga que sólo va a ser hasta el centro comercial Nervión Plaza).
Así, cuando en la página del Ayuntamiento se da noticia de la aprobación del “proyecto de ampliación del tranvía Sevilla 2020”, entre otras cosas se destaca la siguiente:
-Permite incrementar la velocidad comercial, que será de 21,5 kilómetros hora en todo el recorrido (frase equívoca, ya que parece que se refiere sólo al tramo San Bernardo-Santa Justa y no a todo el recorrido, desde la Plaza Nueva).
-El tiempo alcanzado será de 3 minutos y 40 segundos entre San Bernardo y Nervión.
-Y de 5 minutos y 36 segundos en todo el trazado hasta Santa Justa.
Los tiempos, salvo error mío, creo que están mal estimados, como se deduce de la realización de una sencilla regla de tres. Si el tranvía necesita 60 minutos para recorrer 21.500 metros, para los 1.407 metros del tramo entre San Bernardo y Nervión necesitará 4 minutos y 32 segundos (casi un minuto más de lo que afirma el Ayuntamiento). Y para los 2.100 metros entre San Bernardo y Santa Justa necesitaría 6 minutos y 26 segundos (de nuevo prácticamente un minutos más de lo que afirma el Consistorio en su web).
Atención al dato: Espadas se va a gastar 49 millones de euros en duplicar en superficie con el tranvía el trazado soterrado de los trenes de Cercanías de Renfe para que el Metrocentro tarde 6 minutos y 26 segundos en llegar desde San Bernardo hasta Santa Justa.
Si se consulta el buscador de horarios de Renfe y se escriben como puntos de origen y destino del viaje las mismas estaciones, o sea San Bernardo y Santa Justa ( https://www.redtransporte.com/sevilla/cercanias-renfe/horarios.html ), se comprueba que desde por la mañana hasta por la noche los trenes de Cercanías cubren esa distancia en 3 o 4 minutos, según las horas. Es decir, ¡en la mitad de tiempo que el futuro tranvía, sin necesidad de despilfarrar 49 millones de euros del contribuyente y de forma tan ecológica o más (no ha habido que cortar árboles) que el Metrocentro!
Cuando Espadas anunció en declaraciones a la prensa en el anterior mandato la ampliación de la línea del tranvía, le traicionó el inconsciente y como no encontraba ninguna razón lógica para justificarla dijo: “algo habrá que hacer para las elecciones”.
Hacer por hacer, hacer sin ton ni son, hacer por razones electoralistas, hacer despilfarrando los recursos públicos y el dinero del contribuyente. ¡Qué diferencia entre Sevilla y Nantes, qué diferencia entre España y Europa!
El portavoz del grupo Ciudadanos en el Ayuntamiento hispalense, Álvaro Pimentel, ha tratado de justificar el veletazo de su partido respecto del tranvía, ese tránsito de “capricho millonario” a “revulsivo económico”
con el peregrino argumento de que antes (se supone que cuando Javier Millán era el portavoz municipal) lo iban a pagar los sevillanos y ahora lo va a pagar la Unión Europea.
El argumento para ingenuos de Pimentel (Álvaro, que no Manuel) tiene un componente de falsedad, como otros mitos relativos al transporte en Sevilla. La UE, suponiendo todavía que se trague las mentiras municipales que se está tragando el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) en el sentido de que el Ayuntamiento ya tenía aprobado un Plan de Movilidad Urbana Sostenible cuando Gaspar Llanes solicitó en su nombre el 5 de diciembre de 2019 la subvención, no va a pagar el tranvía a los sevillanos. En el mejor de los casos pagaría el 80% de la parte subvencionable de la ampliación, pero lo que es seguro, como la muerte y los impuestos (Benjamín Franklin dixit), es que los sevillanos pagarán de por vida los sobredimensionados costes de explotación del tramposamente denominado ‘Metrocentro’, una carga añadida a las ya sobrecargadas alforjas de Tussam.
Vamos a ver qué cuesta Tussam a los sevillanos y por qué, y la razón por la cual la ampliación del tranvía va a ser un “regalo” (según Álvaro Pimentel) envenenado para las cuentas de la empresa municipal, que sostienen todos los sevillanos, bien pagando sus títulos de viaje (y cada vez son menos los que los pagan de forma directa, aunque sí indirecta), bien a través de sus impuestos.
INFORME DE GESTIÓN
En el Informe de Gestión de Tussam correspondiente al año 2019 hay un epígrafe titulado ‘Evolución del negocio’, en el que puede leerse lo siguiente: “El transporte es un servicio público deficitario “per se”, ya que ha de dar cobertura a las necesidades de los ciudadanos ofertando líneas y horarios al margen de su rentabilidad, las tarifas no cubren los costes y son establecidas, anteponiendo los criterios sociales a la rentabilidad, por la entidad titular del servicio público, el Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla, que a su vez compensa ese diferencial entre los costes y los ingresos propios mediante la aportación de transferencias de fondos consignadas en su Presupuesto Municipal. En el pasado, la insuficiencia de los ingresos abocó a Tussam a una complicada situación económica en la que las pérdidas acumuladas y la deuda con las entidades bancarias eran muy elevadas.
Ante esta situación, en 2012 Tussam puso en marcha un Plan de Mejora Económica Financiera para el periodo 2012-2016 que eliminó la totalidad de las pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores y canceló el total de la deuda histórica contraída en el pasado. En los últimos años, la evolución ha sido positiva y la situación económica-financiera actual es saneada. Se pone de manifiesto que el apoyo financiero del accionista único es un factor fundamental que asegura la capacidad de la sociedad de continuar como empresa en funcionamiento y la deficiencia del mismo se puede identificar como un riesgo del negocio en el ámbito económico-financiero”.
TRADUCCIÓN
Voy a traducir algunas expresiones de este Informe de Gestión:
–El transporte es un servicio público deficitario “per se”. Falso. La prueba, a la que me remitiré luego, es que el gobierno de coalición PP-PA que encabezó Soledad Becerril saneó Tussam y le entregó a su sucesor, el gran despilfarrador Monteseirín, una empresa municipal con el contador a cero de deudas.
–Se ofertan líneas y horarios al margen de su rentabilidad. Efectivamente, porque se ofertan pensando en su rentabilidad política, como se hacía en tiempos de Monteseirín con Blas Ballesteros como delegado responsable de Tussam y su creación sin ton ni son de líneas con una mínima demanda a las que convino en llamar “de barrio”.
–En el pasado…..la deuda histórica contraída en el pasado. Ese pasado no es etéreo, confuso y difuso y esa deuda histórica no es la del Estatuto de Autonomía de Andalucía precisamente. Ese pasado y esa deuda histórica tienen un nombre y apellidos.
Se llama: Alfredo Sánchez Monteseirín, el gran despilfarrador en todo lo que toca (Tussam, tranvía, Setas de la Encarnación y un larguísimo etcétera, tal como se recoge en el siguiente artículo, al que remito:
Y se da la curiosa circunstancia, reconocida al menos en la mitad de la historia en este Informe de Gestión bajo un gobierno del socialista Juan Espadas, de que dos alcaldes del PP, primero Soledad Becerril y luego Juan Ignacio Zoido, fueron quienes cancelaron el total de la deuda histórica de Tussam en diferentes etapas.
Y partiendo de cero, el gran despilfarrador Monteseirín la elevó de nuevo hasta un importe equivalente al de tres veces el coste de construcción del Estadio Olímpico de la Cartuja, por las razones que expuse en esta investigación a modo de balance de la empresa municipal durante los diez primeros años de su mandato, titulada precisamente ‘Tussam: pérdidas como tres estadios olímpicos’ y cuya lectura recomiendo en el siguiente enlace para que se comprenda cómo se pudo pasar de una empresa saneada y rentable a otra deficitaria “per se”:
En el cuadro a continuación, referido a 2007 (Monteseirín llevaba ya ocho años gobernando por entonces ), se puede observar cuánto le suponían a todos los sevillanos a través del Ayuntamiento, en calidad éste de accionista único de Tussam, las subvenciones por viajero transportado según qué líneas y a modo de botón de muestra. Por regla general, cuanto menos demanda de viajeros tiene una línea, más subvencionada tiene que ser, ya que menos se pueden repercutir los gastos de explotación entre los viajeros transportados, y viceversa.
Tradicionalmente la línea 2, Barqueta-Heliópolis (del orden de 7,5 a 8 millones de viajeros por aquella época), es una de las más utilizadas, si no la que más, por los sevillanos, luego precisa de poca subvención por usuario. En el lado opuesto, el C5, el circular por el Casco Antiguo cuyo servicio fue cancelado a raíz de los accidentes el año pasado en la Plaza del Duque de la Victoria, es históricamente una de las de menor demanda de toda la red y sólo transportó 62.966 pasajeros en 2018. Ya hace trece años era la que requería mayor subvención por usuario: 10,25 euros.
LAS SUBVENCIONES
La “herencia recibida” y los continuos compromisos políticos adoptados por el Pleno del Ayuntamiento para que menos colectivos paguen el billete de transporte en la red de Tussam obligan al Consistorio a transferir importantes cantidades de dinero a la empresa municipal y por diversos conceptos. Así, por ejemplo, en 2019 se adoptó el compromiso de inyectar a Tussam 50,48 millones de euros como subvención a la explotación; 11 millones de euros en compensación por los títulos de viaje bonificados (Tercera Edad y otros), y 4 millones en concepto de transferencia de capital para la financiación de inversiones (compra de vehículos y otros).
El Presupuesto municipal correspondiente al año actual de 2020, aprobado el pasado 13 de enero, incluye, además de 12.799.000 euros en concepto de subvención a diferentes títulos de viaje destinados a colectivos determinados (ahora los menores de 12 años tampoco pagan el autobús), consignaciones a favor de Tussam en concepto de transferencias corrientes por un total de 56.567.680 euros y 1.900.000 euros en concepto de transferencias de capital.
En el siguiente cuadro he tratado de reflejar las cantidades comprometidas por el gobierno de la ciudad en favor de Tussam en los últimos años como, generalmente, subvención al funcionamiento, a la explotación, al margen de subvenciones a los títulos de viaje y para inversiones para renovación de flota. Como siempre, el problema es la ausencia de datos o la variación en los mismos según las distintas fuentes consultadas, algo endémico en nuestro país, como se ha demostrado con el desconocido número de defunciones reales por la pandemia del coronavirus. Si no hay acuerdo en algo tan dramático… sobran comentarios. No obstante, creo que los números reflejados en el cuadro se aproximan bastante, si no coinciden, con los reales y sobre todo se trata de obtener una visión global del coste que cada año supone para los sevillanos las operaciones de la red de transportes existente:
Si tomamos como canon el Estadio Olímpico (que nunca ha sido tal, de ahí que su denominación correcta sea la de Estadio de la Cartuja), el cual tuvo un coste estimado de entre 115 y 120 millones de euros, puede decirse de forma gráfica que cada dos años Tussam necesita del Ayuntamiento una aportación equivalente a la del coste en números redondos de construir otro Estadio Olímpico como el de la Cartuja.
LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
La redundante y arboricida, entre otros calificativos, ampliación del tranvía desde San Bernardo al cruce con Luis Montoto en la que se ha empecinado Espadas para continuar el despilfarro de Monteseirín llega en el peor momento de Tussam de los últimos años por causa del coronavirus, que sólo en el periodo marzo-mayo le ha hecho perder 18 millones de pasajeros:
Entre la segunda quincena de marzo y el final del mes de abril, como consecuencia de la pandemia la empresa municipal transportó un 93% menos de viajeros que en el mismo periodo del año anterior, con el consiguiente impacto en sus cuentas. Para colmo, la recuperación se teme que sea lenta, como demuestra el hecho de que en la primera quincena de junio la demanda ha sido un 35% de la prevista, pero los gastos se han mantenido al rodar el mismo número de autobuses de siempre porque ya no hay estado de alarma al que someterse.
Resultado: el balance de los cinco primeros meses de 2020 refleja una caída de 13,6 millones de euros en los ingresos y un déficit acumulado de 7,6 millones que ha obligado a la dirección de Tussam a pedir socorro a su accionista único, es decir el Ayuntamiento, en forma de una aportación extraordinaria de 5 millones, que podrían ser más, en función de cómo evolucione la situación en los próximos meses.
Ese dinero habrá que sumarlo a los 56.5 millones de euros ya comprometidos en el Presupuesto municipal para el año en curso, por lo que la transferencia sólo para cubrir los gastos de explotación va a superar los 60 millones de euros por primera vez (que yo recuerde).
En esta situación crítica, el gobierno de Espadas, con el apoyo de Ciudadanos, se empecina en construir la primera fase de la ampliación del tranvía, que tiene un presupuesto de 31.351.408 euros. De esta cantidad, el Ayuntamiento ha pedido al Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) una subvención de 19.608.000 euros con cargo a los fondos Feder de la Unión Europea. El resto, 11.743.408 euros los deberá aportar el Consistorio. Así pues, y contrariamente a lo que ha sostenido Álvaro Pimentel (portavoz de Ciudadanos), Europa no va a pagar íntegramente la factura de la ampliación del tranvía para que le salga gratis a los sevillanos. La UE pagaría el 62,5% del coste, y los sevillanos, a través del Ayuntamiento, deberán pagar el 37,5% restante.
De los 11.743.408 euros de desembolso municipal, 7.906.009 euros deberán imputarse a las deficitarias cuentas de Tussam, especialmente para la compra de dos trenes por valor de 3,5 millones cada uno (7 millones en total por este concepto). Por 1.621.992 euros más ( 9.528.000 euros) que el coste que van a tener para Tussam esos dos trenes destinados a la ampliación del tranvía hicieron en San Sebastián dos líneas de autobús BRT “low cost” que a lo largo de 24 kilómetros sirven a diversos barrios de la capital donostiarra y transportaron el año pasado 7,19 millones de viajeros.
COSTES DE EXPLOTACIÓN
Y queda lo más importante, aunque no lo parezca: los gastos de explotación de la línea ampliada. Según gestores de empresas municipales de transporte, el coste de transportar en tranvía en condiciones óptimas un viajero es de 3 a 3,5 euros, mientras que en una línea de autobús es de 1,20 a 1,50 euros como mucho. Por tanto, se necesita como mínimo que la línea de tranvía transporte tres veces más pasajeros que la de autobús para equipararse en resultados a ésta y que la subvención municipal no se dispare todavía más.
Recuérdese que en Nantes sólo se justificaría económicamente un tranvía si transportara al menos 50.000 usuarios de media cada día, o sea 18.250.000 al año. Veamos ahora la estadística del ‘Metrocentro’ por año completo desde su inauguración, a partir de 2008. Si, según los expertos de Nantes, se necesitan 18.250.000 viajeros anuales para que un tranvía no arroje pérdidas cabe imaginar las que ha provocado el ‘Metrocentro’ de Monteseirín en estos trece años por la diferencia entre los pasajeros que ha transportado realmente y el umbral de rentabilidad no alcanzado de los 18,25 millones. ¡Si el año que más viajeros ha transportado fue 2011, con 4,77 millones!
Veamoslo de una forma aún más gráfica. Aplicando los criterios de Francia, el tranvía de Sevilla habría necesitado transportar en estos doce años (2008-2019, ambos inclusive) al menos 18.250.000 pasajeros x 12 años= 219.000.000. ¿Cuántos usuarios ha transportado realmente en este periodo de tiempo? En números redondos, 51 millones. A esos 51 millones es a los únicos que se les ha podido cobrar el billete. Hasta 219 millones, el umbral teórico de rentabilidad, le han faltado 168 millones. A esos 168 millones que no han subido al tranvía no se les ha podido cobrar billete y por tanto repercutirle los gastos de explotación. Si Tussam no puede cubrir esos gastos con ingresos por viajeros, ¿quién lo hace? Pues el conjunto de los sevillanos a través de los Presupuestos del Ayuntamiento, nutridos con sus impuestos.
La previsión con la ampliación del ‘Metrocentro’ hasta Santa Justa (veremos si se cumple, pues como ocurra con la previsión de Monteseirín con la ampliación desde el Prado hasta San Bernardo…) es que se alcancen 7,5 millones (aunque luego al IDAE le han inflado la cifra hasta los 8 millones, a ver si así suelta el dinero aunque no se cumpla la condición legal de contar con un Plan de Movilidad Urbana en Sevilla), equivalentes a 20.548 diarios: menos de la mitad de la cifra mínima exigida en Nantes.
La consecuencia de esta ya prevista infrautilización de una línea con tales costes de construcción y de explotación (no cuesta lo mismo, obviamente, la operación de un tranvía que la de un autobús) será que al no poder repercutirse los gastos sobre una cifra mínima de viajeros que hagan rentable la ampliación, se incrementarán todavía más los costes de Tussam y, en cascada, la necesidad de mayor financiación por parte del Ayuntamiento a través de los impuestos de los sevillanos.
Así pues, diga lo que diga Pimentel (Álvaro, que no Manuel), el portavoz de Ciudadanos, Bruselas pagará en todo caso una factura única por el 62,5% de la ampliación del tranvía, pero los sevillanos pagarán el déficit de explotación que genere ese tranvía ampliado durante toda la vida.