«Se entraba a la calle por un arco. Era estrecha, tanto que quien iba por en medio de ella, al extender a los lados sus brazos, podía tocar ambos muros. Luego, tras una cancela, iba sesgada a perderse en el dédalo de otras callejas y plazoletas que componían aquel barrio antiguo. Al fondo de la calle sólo había una puertecilla siempre cerrada, y parecía como si la única salida fuera por encima de las casas, hacia el cielo de un ardiente azul. En un recodo de la calle estaba el balcón, al que se podía trepar, sin esfuerzo casi, desde el suelo; y al lado suyo, sobre las tapias del jardín, brotaba cubriéndolo todo con sus ramas el inmenso magnolio. Entre las hojas brillantes y agudas se posaban en primavera, con ese sutil misterio de lo virgen, los copos nevados de sus flores. Aquel magnolio fue siempre para mí algo más que una hermosa realidad: en él se cifraba la imagen de la vida. Aunque a veces la deseara de otro modo, más libre, más en la corriente de los seres y de las cosas, yo sabía que era precisamente aquel apartado vivir del árbol, aquel florecer sin testigos, quienes daban a la hermosura tan alta calidad. Su propio ardor lo consumía, y brotaba en la soledad unas puras flores, como sacrificio inaceptado ante el altar de un dios».
«El Magnolio», poema de Luis Cernuda en «Ocnos».
El portavoz del grupo municipal Adelante Sevilla, Daniel González Rojas, ha advertido del «deterioro» del magnolio existente en la Avenida de la Constitución, junto a la Catedral, «tras -ha dicho- las falsas promesas» del gobierno de Juan Espadas para su recuperación. En una pregunta a la Comisión de Control y Fiscalización del Ayuntamiento, González Rojas ha pedido explicaciones al equipo de gobierno para conocer en detalle de los informes técnicos que ya existían en mayo de 2019 y la licitación del proyecto que se anunció en el verano del año pasado.
«Ha pasado más de un año sin que el rigor y la seriedad que anunció el responsable de Parques y Jardines, David Guevara (PSOE), hayan hecho acto de presencia para recuperar el esplendor de este ejemplar singular», ha criticado en un comunicado el portavoz municipal, que lamenta «el enésimo incumplimiento en materia de arbolado y la situación extrema en la que se encuentra el magnolio de la Catedral, un ejemplar de gran valor patrimonial».
Rojas recuerda, en la iniciativa registrada, que en mayo de 2019 el delegado de Transición Ecológica y Deportes afirmaba en los medios que «uno de los grandes objetivos del área de Parques y Jardines era la protección del arbolado singular» y que se había trabajado «con rigor y seriedad», aludiendo a «un informe técnico minucioso sobre el estado del árbol que determinaba los pasos que se debían dar y que supuestamente ya estaban dando».
«A día de hoy, ni se ha ampliado el alcorque para beneficiar al magnolio ni se ha limitado el parterre con un seto como se nos dijo», afirma Rojas, que exige a Espadas que lleve a cabo «una actuación rápida y ejemplar para garantizar la supervivencia de este árbol, que es todo un símbolo del patrimonio arbóreo de Sevilla».
El portavoz de Adelante Sevilla también lamenta «que el gobierno siga mareando la perdiz, ahora con la redacción de un proyecto y una supuesta licitación, cuando tiene un macrocontrato millonario para mantener y cuidar los árboles en esta zona de la ciudad».
«Se supone que llevaban desde mayo de 2019 tratando el ejemplar pero en julio nos dijeron que se iba a licitar en breve un proyecto para su tratamiento. Estamos ya en octubre y lo único que queda claro es que el magnolio se sigue muriendo ante la inacción del gobierno municipal», concluye Rojas.
Se refería el portavoz de Adelante Sevilla a unas declaraciones del delegado de Parques y Jardines en mayo de 2019 tras conocerse un informe técnico realizado por la empresa adjudicataria del macrocontrato de jardinería en el que se confirmaba que el grave deterioro de este árbol histórico y singular se inició a raíz de su estrangulamiento por las obras de supuesta peatonalización (desde entonces los peatones disponen de menos espacio para moverse, y sin seguridad, que antes) de la Avenida ejecutadas por el gran despilfarrador Monteseirín.
Según el informe técnico, estas obras «alteraron sustancialmente las condiciones y medidas del suelo que tenía disponible para su desarrollo». Como consecuencia:
-El estado del árbol es preocupante. Presenta un crecimiento mínimos que se concentran en las partes más bajas de la copa. En el dosel superior tiene una «necrosis terminal» en aproximadamente el 40% de las terminaciones. Las hojas se encuentran marchitas, sin turgencia alguna y con amarillamientos en el borde, «síntoma de carencias nutricionales graves».
-La densidad foliar de la copa «es muy baja», el color y calidad de las hojas denotan «síntomas de estrés acusado». El tamaño de las mismas está bajo los mínimos de la especie: «Normalmente pueden llegar hasta 25 centímetros pero lo normal es que se encuentre en torno a 15-20. En este caso algunas de su hojas no llegan a 10 centímetros».
-Presenta una pérdida de hoja acusada: «El estado de estrés al que está sometido parece estar incrementándose en los últimos meses».
-Se trata de un ejemplar maduro, «en Fase 8 según el desarrollo natural de Pierre Raimbault». Esto implica una progresiva degeneración del sistema radicular, que deriva en un debilitamiento de la parte aérea. «Los brotes anuales no producen más que las hojas ya formadas en las yemas de brotación y no se producen nuevas ramificaciones en los extremos. Las ramas se renuevan parcialmente no por sus extremos, sino a partir de zonas más internas (epitonía y basitonía en copa)».
-El magnolio se encuentra en el preludio de las fases 9 y 10, las terminales, en las que se reduce su su copa hasta posiciones interiores de forma progresiva, hasta su muerte. «A pesar de lo expuesto, los árboles pueden pasar decenas o incluso cientos de años en fase 8 mejorando su vitalidad si se adoptan las medidas correctivas de forma adecuada», matiza el informe técnico.
-A las escasas dimensiones del parterre se suma el efecto de los orines de los perros de la zona. El acceso al limitado alcorque está provocando compactación excesiva del terreno. Además, encontrarse en un entorno tan singular como el de la Catedral puede originar dificultades a la hora de modificar el alcorque.
-El entorno «es demasiado austero como para poder aumentar las expectativas de futuro y supervivencia. Dispone de un suelo empobrecido, alcalinizado, compactado y falto de nutrientes «que provoca que no pueda regenerar el sistema radicular que se vio afectado por las sucesivas obras y limitaciones de espacio».
-También acusa falta de riego y de abono: «A simple vista las hojas presentan carencias de varios nutrientes, entre ellos nitrógeno y fosfato».
EL JARDINERO DEL MAGNOLIO
En este sentido, Antonio M. Álamos, de ‘Salva tus árboles Sevilla’, redactó, a raíz de sus conversaciones con un antiguo trabajador del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento, este precioso artículo en el que personaliza al Jardinero del Magnolio:
“Ayer pasé por la Avenida y no pude evitar mirarte.
Ya sabes que me duele verte. Hay días que te evito, ayer no quise.
En un pasado no tan remoto uno de mis quehaceres era cuidarte. Gozabas de buena salud. Situado en un extremo de un romboide inmenso, con uno de los laterales a menos de un metro de las gradas de la imponente mole de la catedral, tenías tierra, mucha tierra, ni más ni menos que la que necesita un gigante como tú.
No era fácil regarte. Lo hacíamos por inundación. Levantábamos caballones para impedir que el agua saliera de tus contornos e inundara la calle. La boca de riego más cercana estaba en los jardines del Archivo de Indias, cerca de donde paran aún hoy los coches de caballos. Necesitábamos empalmar dos gomas y nadie que no las haya cogido sabe lo que pesaban. Además había que ir avisando a los transeúntes despistados que con la vista puesta en la catedral tropezaban con ellas.
Había también que tener cuidado cuando nos ordenaban labrar tu tierra. !Cuántas veces tropecé con tus raíces! Discurrían libres por todo el parterre y no era fácil evitarlas con las herramientas entre las manos. Recuerdo que había una zona con una losa de grandes dimensiones y a poca profundidad que maldecíamos continuamente. Saltaban chispas cuando la tocábamos con la zoleta. Siempre teníamos problemas con los setos por culpa de la losa, no agarraban bien y una parte de ellos hubimos de reponerlos varias veces. No éramos los únicos que andábamos en tratos con los setos. Antes de regar, misteriosos manojos de romero o arrayán eran rescatados por las manos de las gitanas antes de ofrecerlos a los turistas.
Salíamos cansados después de tanto mimarte pero qué grato me era, cuando regresábamos al Parque de María Luisa, volver la vista atrás y despedirme de ti.
En aquella época contaban que tendrías poco menos de setenta años. Después “arreglaron” la Avenida y de camino también te “arreglaron” a ti . Discurría el 2007 y dejaron de mandarnos allí. Tu suerte cambió, te la cambiaron.
Te dejaron un cuadro de tierra ridículo, ni la tercera parte del que tenías, que además desplazaron y cualquiera sabe si la losa no sigue allí asfixiándote, Modificaron tus contornos. Me pregunto a veces qué fue de las raíces con las que me tropezaba. Tantas mortificaciones para un ser vivo no presagiaban nada bueno y poco a poco, sin poder quejarte, has ido perdiendo tu vigor, tu fuerza, tu vida. Te estás muriendo magnolio mío. Nunca imaginé, si nadie pone remedio, que abandonarías esta inclemente ciudad antes que yo.
Muchos expertos, yo no lo soy, han escrito artículos sobre ti. Saben cómo salvarte. Llevan años gritándolo, lo han publicado en prensa: hay que agrandar el alcorque, oxigenar tus raíces mediante perforaciones. El tiempo pasa, se suceden responsables que no actúan. Tu sentencia de muerte parece estar firmada. Cualquier día se te caerá una rama, serás declarado peligroso como tantos de tus congéneres en esta ciudad y no faltará quien aplauda tu tala.
Amaneciste hoy, me dijeron, con carteles abrazados a tu tronco que decían: “te doy oxígeno y sombra; cuídame”. Bendito seas, magnolio, y benditos los que aún intentan salvarte.
Ya sabes que me duele verte. Hay días que te evito, ayer no quise.
Ayer pasé por la Avenida y no pude evitar mirarte.
EL PLAN DE ACTUACIÓN
Los redactores del informe técnico sobre el magnolio de la Avenida propusieron, entre otras medidas, las siguientes:
-Descompactar los primeros 15-20 centímetros de suelo para aportar mantillo orgánico compuesto por compost vegetal, corteza de pino y turba rubia.
-Aplicación de riegos de auxilio y bioestimulantes orgánicos naturales.
-Posterior sustitución de los primeros 40 centímetros de suelo, descompactación de las capas inferiores y renovación de toda la tierra mediante una mezcla de compost vegetal (40%) y de tierra franco-arenosa (60%).
-A continuación, aporte de corteza de pino «con el objetivo de mantener un suelo ácido y retener la humedad y liberar nutrientes de forma lenta y prolongada».
-En la siguiente fase se realizarían aplicaciones de bioestimulantes y aminoácidos de raíz inyectados directamente al sistema radicular.
-Luego, riegos periódicos «a manta» con agua de buena calidad y con una periodicidad semanal.
-No se practicará ningún tipo de poda, incluso se respetarán las ramas secas actuales ya que no generan ningún riesgo.
-Se instalará una delimitación física -«deberá de ser semi-opaca para limitar la exposición lumínica del nuevo suelo y reducir la temperatura y exposición»- por la parte interna del borde del parterre de 1, 30 metros de altura para impedir el acceso.
Supuestamente, los técnicos contratados por el Ayuntamiento iniciaron el 5 de mayo de 2019 los trabajos de recuperación del magnolio que dejó asfixiado el gran despilfarrador Monteseirín con sus obras de pseudopeatonalización de la Avenida, las cuales también implicaron la desaparición de los árboles previamente existentes.
Con motivo de la supuesta intervención municipal, el delegado Guevara hizo las siguientes declaraciones: «Uno de los grandes objetivos del área de Parques y Jardines es la protección del arbolado singular y con un gran valor patrimonial. Es el caso del magnolio ubicado junto a la catedral, uno de los ejemplares de mayor valor de la ciudad. Hemos trabajado con rigor y seriedad. Con un informe técnico minucioso sobre el estado del árbol que determina los pasos que debemos dar y que estamos ya dando. El estudio técnico que hemos realizado constata que se pueden realizar actuaciones que recuperen el esplendor de este árbol».
Pues bien, año y medio después el magnolio sigue igual o peor que antes y salvo que lo hayan hecho después de la denuncia del portavoz de Adelante Sevilla, todavía ni siquiera han colocado esa protección perimetral de 1,30 metros de altura ni ampliado el espacio alrededor del tronco para que el árbol pueda respirar.
¡Un año y medio sin hacer nada por salvar el árbol singular que Monteseirín dejó moribundo y que se encuentra a tan sólo 300 metros del Ayuntamiento, hasta el punto de que el alcalde lo tiene que ver desde el interior de su despacho o desde el balcón de las Casas consistoriales! Y mientras el magnolio agoniza, Espadas, del que ya no se sabe cuántos cargos vinculados al medio ambiente ocupa, nos sigue lanzando en cualquier ocasión sus discursos sobre la sostenibilidad, la Agenda Urbana 2030, el New Green Deal y Sevilla capital verde de Europa.
Y es que el alcalde, con tantos organismos como preside o en los que figura, no tiene tiempo para ocuparse ni del magnolio ni de tantas otras cosas. Espadas sólo tiene tiempo para dedicarse a su tranvía.
*Nota: El Ayuntamiento reaccionó por fin el 6 de octubre de 2020 con el anuncio en su página web
de la licitación de obras por valor de 18.448 euros para ampliar el alcorque del magnolio. Asimismo, se prevé recuperar el parterre que había antes de la reurbanización de la Avenida en 2007 durante el mandato de Monteseirín. Por tanto, la gestión del gran despilfarrador costará a la ciudad otros 18.448 euros que sumar a las deudas de su «legado».
https://www.manueljesusflorencio.com/2018/02/el-retroscopio/
La absoluta ineptitud del responsable delegado de Transicion ecológica, inexplicablemente nombrado y sostenido en el puesto, que le viene más que grande, por el Alcalde Espadas, acabará con ése y otros miles de árboles en la ciudad. Su incapacidad y falta de seriedad tiene unos costes tan altos para la ciudad que no debería seguir en su puesto ni un día más
Son tiempos difíciles, hay acuciantes necesidades sociales, pero ello no puede servir de excusa para dañar el patrimonio de la ciudad, ni para dejar que los tesoros de la misma se pierdan, las partidas para llevarlo a cabo está ahí. Mucho se habla de incentivar el turismo, mucho se habla de la calidad de vida y del medio ambiente, y sin embargo, de manera inexplicable se deja morir un tesoro emblemático de la ciudad que adorna de manera única la fachada de la catedral, nuestro magnífico magnolio, productor de sombra, de oxígeno, albergue de viandantes y de aves. Inexplicablemente una actuación acordada hace año y medio no se ha llevado acabo. Ni siquiera algo tan fácil, barato y obvio como proteger el entorno del árbol, y al menos regarlo. Parques y jardines está para algo, el delegado está para algo, echo profundamente de menos la actuación de las asociaciones vecinales de la zona, si yo viviera enfrente iría a regarlo personalmente. El magnolio de la catedral está a la vista de todos, forma parte de nuestros recuerdos y de nuestra visión del caso histórico, sin él la ciudad no sería la misma, apelo a los luchadores de la ciudad, a ADEPA ( porque al fin y al cabo ese árbol es parte del patrimonio), a Ecologistas en Acción, A la asociación de vecinos del Arenal, A la asociación de vecinos del barrio de Santa Cruz, al alcalde de Sevilla, por favor unan fuerzas y salven a ese Tesoro, ell no es incompatible incompatible con las múltiples necesidades sociales de la ciudad.