Reclama la integración de los suelos fértiles existentes al Norte de la ciudad
La Red EcoMetrópolis, compuesta por más de una treintena de colectivos del área metropolitana de Sevilla, recorrió el pasado sábado (22 noviembre 2025) el nuevo cauce del Tamarguillo para reclamar la renaturalización e integración de este arroyo en el entorno urbano. La marcha, que ha congregado a profesionales de la biología, la geografía y la arquitectura junto a un buen número de personas que han venido desde Utrera y Coria del Río, acusa la dificultad para acceder a pie o en bicicleta desde la capital a la zona Norte.
Con el objetivo de visibilizar la importancia ecológica y social del Tamarguillo y reivindicar la protección de los suelos agrícolas y naturales de Sevilla, la comitiva marchó paralela a la Ronda Supernorte (SE-20), desde las Lagunas de El Sapo y la cabecera del arroyo, en el Este de la ciudad, hasta la Isla de Tercia, en la desembocadura del Tamarguillo en el río Guadalquivir al Norte.
Esta iniciativa abre un ciclo de marchas destinadas a recorrer a pie e interpretar los espacios que conforman el futuro Anillo Verde y Azul en torno a la ciudad. La ruta que comenzó en el tramo natural dentro del Parque Tamarguillo es un corredor ambiental clave para la protección contra las inundaciones, la biodiversidad y la adaptación climática de Sevilla, pero también para la soberanía alimentaria de su área metropolitana.

Participantes en la marcha
Jesús Díaz, uno de los organizadores de la marcha que recorrerá por etapas el corredor verde, expresó: “El objetivo de la jornada de hoy era visibilizar cómo el crecimiento urbano ha ido dando la espalda a actividades esenciales para la vida en la ciudad, sean relacionadas con la salud ambiental o la alimentación. Llama la atención que, a pesar de ser un territorio eminentemente agrícola que nutre de productos hortícolas al área metropolitana y el entorno rural desde época romana, exista una cantidad tan grande de proyectos urbanísticos que pretenden acabar con los suelos más fértiles y las últimas huertas de la ciudad, desde Higuerón Norte a San Nicolás Oeste”.
El área periurbana que estuvo rodeada de ricas huertas hasta el Guadalquivir, hoy considerado un lugar de interés comunitario, es la primera de las etapas que esta iniciativa pretende reconocer rodeando a pie la cuarta metrópoli de España.
La Red EcoMetrópolis alerta sobre que esta franja natural se encuentra actualmente bajo una fuerte presión urbanística y que la SE-20 es una barrera paisajística brusca para el tránsito entre los usos agrarios del Norte y los urbanos al Sur de esta vía y el arroyo Tamarguillo.
El complejo de lagunas, en la zona conocida como El Sapo al Este de la ciudad, está amenazado por los desarrollos urbanísticos previstos en los suelos de Santa Bárbara, donde se proyecta la construcción de 25.000 viviendas en una zona inundable y sobre un humedal de notable valor ambiental, donde actualmente se cultiva en regadío. Integrar los cauces y las llanuras de inundación en las ciudades, señalan algunos expertos, es una solución basada en la naturaleza para reducir la energía y velocidad, laminando el agua de las avenidas.

Una de las zonas húmedas del itinerario
Según los colectivos, los terrenos agrícolas de San Nicolás Oeste e Higuerón Norte son objeto de especulación urbanística ligada a la previsión de la SE-35, un proyecto vetado que la propia Comisión Europea sancionó por carecer de la preceptiva autorización ambiental. A juicio de aquéllos, este tipo de desarrollos compromete suelos de alto valor productivo, además de generar afecciones sobre los humedales del Este y el Parque del Tamarguillo, financiado con más de 23 millones de euros procedentes de fondos europeos. “Presentar siempre la tramitación ambiental como obstáculos hace que tengamos la perspectiva de los empresarios e inversores que solo ven negocio en estos suelos”, afirman.
LAVADO VERDE
La Red denuncia lo que considera falta total de transparencia de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Sevilla que, según argumenta, “en la prensa enarbola la bandera verde con proyectos de corredores urbanos mientras que en sus órganos de decisión aprueba megaproyectos urbanísticos por toda la ciudad, especialmente en la zona Norte y Oeste”. A ello se suma la posible afección del trazado del AVE Sevilla–Huelva sobre la Isla de Tercia, donde actualmente colectivos locales desarrollan proyectos de reforestación, permacultura y agricultura ecológica.
Jesús Díaz explica: “Por una parte sacan del cajón planes urbanísticos de hace más de 20 años en Santa Bárbara, que parecen más una operación de greenwashing que una adecuada planificación urbana, y, por otra, presentan las autorizaciones ambientales, que la ley exige, como escollos para esos futuros desarrollos… Recientemente, el proyecto de Ronda SE-35, suspendida por su alto impacto ambiental gracias al Dictamen Motivado de la UE, ha aparecido en prensa como «corredor verde”.
Y añade: “Si esos corredores urbanos que se plantean son algo más que palabras huecas no dejarían fuera espacios clave desde el punto de vista biológico como los humedales: ¿qué sentido tiene crear infraestructuras nuevas donde ahora no las hay? Conservar e integrar lo existente es más barato y sensato que crear lo inexistente”.
La Red Ecometropolitana pone el acento en la expulsión de las asociaciones en las mesas participativas y órganos consultivos de las administraciones que programan la destrucción de espacios como el Cortijo del Cuarto y el soterramiento de los viveros de la Junta o la Diputación de Sevilla bajo megaproyectos urbanísticos, cuando ni siquiera incluye en el listado de humedales andaluces espacios con especies endémicas en peligro de extinción, como las lagunas de El Sapo.
Llama poderosamente la atención a la Red que, de nuevo, se trate de justificar el estudio realizado hace años, cuando se cuenta con planificación más que suficiente para renaturalizar los cauces y empezar el anillo de una vez por todas.
En su opinión, la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente no debería destruir parques urbanos y humedales con autovías y después jactarse de licitar planes estratégicos para la creación del anillo verde. Para la Red Ecometropolitana, estos planes estratégicos que pretenden «incorporar criterios de intervención basados en la naturaleza, proponiendo modelos de gestión y gobernanza» tienen que materializarse en algo más que palabras bonitas.
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