El cierre del vertedero de Nerva costaría 15,6 millones de euros

Impuestos y otros elevarían los 10,8 millones que supondrían la ejecución material

La empresa propone absorber para vertidos la zona central sin incrementar la capacidad total

Diseño de Soluciones Medioambientales (DSM), la empresa sevillana que gestiona el vertedero de residuos industriales de Nerva, ha evaluado en 15.683.701 euros el coste, con todos los conceptos incluidos, del sellado y clausura definitivos del depósito. La cifra aparece en el ‘Proyecto para la reconformación de la explotación, sellado y clausura de los vasos de vertido en la instalación de tratamiento de residuos de DSM Centro de Nerva’, que ha presentado a la Junta de Andalucía para pedirle una modificación sustancial de la Autorización Ambiental Integrada.

En realidad, la ejecución material de la clausura del vertedero costaría 10.892.215 euros, cantidad que se incrementaría en casi cinco millones (concretamente en 4.791.486 euros) por la aplicación de partidas como gastos generales, beneficio industrial e impuesto sobre el valor añadido o IVA.

El coste total queda resumido en el siguiente cuadro:

¿Significa esto que el sellado y cierre definitivo del vertedero esté próximo? Pese a quienes hablan de que se está procediendo al cierre ordenado del depósito ( ¿sería admisible un cierre desordenado?) , tal como vimos en informes anteriores el cronograma de la compañía -a partir del reconocimiento por el propio Gobierno andaluz de la capacidad de acogida de residuos que aún queda- fija la clausura en el año 2041, es decir dentro de 16 años y siempre en función de la evolución de la entrada de residuos (34 toneladas métricas en cada una de ellas).

DSM insiste una y otra vez que es la propia Junta de Andalucía la que, en la resolución por la que sobreseyó el expediente sancionador incoado en su día por supuestamente haberse sobrepasado la capacidad del vertedero, reconoce cuántos residuos puede acoger todavía: 780.000 toneladas de residuos no peligrosos, equivalentes a 527.000 m3.

Y 402.947 m3 de residuos peligrosos.

Estas capacidades no se modificarían en caso de que se aprobara el nuevo modelo de explotación propuesto por la empresa gestora.

ZONAS DEL VERTEDERO Y SITUACIÓN ACTUAL

En la actualidad, el recinto de vertido, con una extensión total de 60 hectáreas, posee dos partes diferenciadas según el tipo de residuo almacenado:
Vaso de residuos peligrosos (RP), de menor extensión, situado en la parte Este del recinto.
Vaso de residuos no peligrosos (RNP), de mayor extensión, situado en la parte Oeste del recinto.
A su vez, en la parte central del recinto se encuentran una serie de instalaciones para la explotación de la planta de gestión de residuos, así como balsas de almacenamiento de lixiviados (en este caso, del vaso de residuos peligrosos). En la parte situada al Oeste, al otro lado del dique de cierre del vaso de residuos no peligrosos, se encuentran las balsas de acumulación de lixiviados de dicho vaso.

Zonas actualmente (año 2025) existentes en el vertedero de Nerva

Internamente, los vasos de vertido (tanto de residuos peligrosos como de residuos no peligrosos) poseen divisiones de cara a su explotación. En el caso del vaso de residuos peligrosos (RP), dicha división quedó eliminada tras la integración de los tres vasos en uno solo mediante la impermeabilización de los diques intermedios y su posterior puesta en explotación, quedando como un único conjunto.

En el caso del vaso de residuos no peligrosos (RNP) , aún se lleva a cabo la explotación siguiendo la división de vasos que se detalla a continuación:
Vaso I de RNP: se sitúa al Norte del vaso de residuos no peligrosos.
Vaso II de RNP: se encuentra adyacente al Vaso I de RNP.
Vaso III de RNP: se sitúa adyacente el Vaso II de RNP, formando en la actualidad prácticamente un conjunto con éste. En la parte situada al Este de este vaso se encuentra el dique de cierre del vaso de residuos peligrosos; y al Oeste se encuentra el dique de cierre del vaso de residuos no peligrosos (en conjunto) y del total del recinto de vertido.

Distribución de los vasos de residuos dentro del vertedero

El Vaso I de residuos no peligrosos se encuentra actualmente sellado.
En el caso de los Vasos II y III de residuos no peligrosos, que se explotan de forma conjunta, la compañía afirma que se han iniciado las labores de sellado.

Mosaico de imágenes que refleja el estado actual (año 2025) del vertedero

La empresa gestora DSM afirma que la situación actual en la que se explotan los vasos de vertido conforme al proyecto inicial por el que se aprobó la actividad acabaría provocando un problema a la hora de su clausura, debido a una serie de aspectos que es necesario solucionar para garantizar la viabilidad a largo plazo de las instalaciones una vez clausuradas.

Los vasos se están explotando de forma independiente, sin tender a una unificación de los mismos en su fase final. Esto ocasionará la presencia de sectores clausurados independientes, algo que a juicio de DSM afectará a la integración paisajística de las instalaciones en fase de clausura al no lograrse una integración adecuada con la morfología del terreno de la zona.

La imagen refleja el problema de integración paisajística que se produciría al cierre del vertedero si se siguiera con el modelo de explotación actual, ya que quedarían islas independientes con claras discontinuidades entre ellas

Se afectaría no sólo al paisaje de la zona, sino también a la capacidad de drenaje natural de la planta una vez clausurada la misma. En primer lugar, siempre según DSM,
porque con el modelo de explotación actual se origina una zona deprimida en el centro de la planta donde se acumularía inevitablemente el agua de lluvia, siendo necesario
disponer de forma continuada de medios de evacuación de agua forzados para garantizar el drenaje de esta zona deprimida (con el consiguiente riesgo de fallo de los mismos a lo largo de los años de duración de la fase de post-clausura).

En segundo lugar, la propia presencia de sectores clausurados aislados daría lugar a la presencia de vías de flujo de agua superficial entre los distintos sectores, lo que conllevaría un riesgo adicional ya que, ante eventos extremos de precipitación, podrían ocasionarse fenómenos erosivos en el paquete de sellado dispuesto que causarían daños internos en la masa de residuos almacenada.

Por otro lado, el modelo de explotación actual está diseñado con cotas de vertido más altas, que son más dificultosas de operar, de forma que el cambio propuesto favorece el aprovechamiento de la capacidad de almacenamiento autorizada para la planta, lo que garantiza la viabilidad económica de la instalación y por lo tanto el atender los
requerimientos de aprovisionamiento económico por toneladas de residuos a gestionar
conforme a la capacidad inicialmente autorizada en la instalación, necesarios para hacer frente a los costes de clausura y mantenimiento post-clausura posteriores.

De seguir con el modelo de explotación actual y con vistas a lograr el aprovechamiento de la capacidad autorizada, sería necesario recurrir a un almacenamiento de los residuos de forma más verticalizada, lo que llevaría a una cota de almacenamiento de
residuos mayor y a una disposición de los mismos menos ordenado a nivel ambiental. Estos dos aspectos, en conjunto, supondrían una disminución de los factores de seguridad que evalúan el riesgo sobre la estabilidad de la masa de residuos, al tener taludes de mayor altura y con una pendiente mayor.

Es por ello que DSM considera de suma importancia un cambio en el modelo de explotación actual, con el objetivo de maximizar la estabilidad del conjunto no
sólo en la fase de explotación, sino también una vez clausurado el vertedero.

EL NUEVO MODELO Y EL DISEÑO FINAL

El principal criterio para el diseño del conformado final es la unificación de los distintos sectores de explotación de cara a su clausura, de forma que se logre una mayor integración paisajística del conjunto y se maximicen las garantías de drenaje y estabilidad. En este sentido, se contemplan los siguientes aspectos:

-El vaso de residuos peligrosos se seguirá explotando conforme al conformado final establecido en las autorizaciones vigentes y según el diseño concreto que se detalla en el proyecto aprobado de recrecido del vaso (habiéndose ejecutado las obras de la primera fase de recrecido).

-La explotación del vaso de residuos no peligrosos se realiza en los vasos II y III, encontrándose el vaso I sellado y clausurado. Actualmente los vasos de residuos peligrosos no se explotan, ya que se ha alcanzado una capacidad suficiente para replantear las fases finales de explotación de los mismos (no habiéndose alcanzado aún la capacidad autorizada).

No obstante, en los vasos II y III de residuos no peligrosos se ha planteado un reconformado de la masa de residuos almacenados actualmente, con un
objetivo doble que persigue un aumento de la estabilidad del conjunto: reducir la cota máxima de almacenamiento y reducir la pendiente de los taludes. Asimismo, este reconformado persigue el sellado secuencial del vaso, siendo posible de esta forma proceder a un sellado definitivo de aquellas zonas en las que se ha alcanzado la cota máxima prevista según el conformado final diseñado, minimizando así la producción de lixiviados y reduciendo el impacto visual de la planta en las fases finales de explotación; de hecho, se han comenzado las actuaciones para el sellado definitivo de parte de la superficie de los vasos II y III, concretamente de las Fases 1 y 2 de sellado.

Para lograr la unificación de todos los vasos en un único conjunto es necesario poner en explotación las zonas que actualmente separan los distintos vasos. Dichas zonas se corresponden, de acuerdo con el modelo de explotación actual, con la zona central de la planta (donde se encuentran diversas instalaciones que se retirarán en la fase de clausura), la separación entre el vaso de residuos peligrosos y el vaso de residuos no peligrosos, y la separación entre los vasos I y II de residuos no peligrosos.

A tal efecto, se contempla la puesta en explotación de las siguientes zonas, para lograr la mencionada unificación de los vasos de vertido de cara a su clausura:

Zona entre el vaso de residuos peligrosos y el vaso de residuos no peligrosos, donde
se realizará el apoyo de la masa de RNP (no peligrosos) sobre la masa de RP (residuos peligrosos) para lograr la unificación del conjunto en esta parte (eliminando así la línea de flujo de agua que queda entre ambos vasos, precisamente sobre el dique de residuos peligrosos).

La imagen ilustra el nuevo modelo de explotación propuesto

Zona central, donde actualmente se encuentran diversas instalaciones del complejo,
logrando de esta forma la unificación total del conjunto y eliminando la zona central
deprimida donde se acumularía agua pluvial en fase de clausura.

Estima la compañía gestora que con el nuevo conformado final diseñado se logran una serie de mejoras con respecto a la situación que originaría el modelo actual de explotación, como las siguientes:

-Se consigue eliminar la zona central de la planta que quedaría deprimida y donde se
acumularía agua pluvial; de esta forma, ya no es necesaria la disposición de medios de
evacuación de agua forzados en esta zona, con lo que se optimiza la capacidad de drenaje natural del conjunto. A su vez, se minimiza el número de vías de evacuación de agua superficial sobre el conjunto sellado y se alejan las mismas de los puntos de mayor riesgo (como sería el dique de cierre del vaso de residuos peligrosos o el dique de separación entre el vaso I y II de residuos no peligrosos).

Con el nuevo modelo de explotación todas las zonas drenarían hacia los perímetros y se eliminarían los problemas asociados a la acumulación de agua

-Se aumenta la estabilidad global al reducir el número total de taludes del conjunto,
reduciendo el perímetro total de los vasos de vertido una vez sellados conforme a la situación que se daría con los vasos no unificados. Asimismo, al distribuir en una superficie mayor la misma cantidad de materiales almacenados (sin aumentar la capacidad autorizada), se logra una disminución de la cota máxima de almacenamiento y una reducción de la pendiente de los taludes; concretamente, la cota máxima de residuos alcanzada en el vaso de residuos no peligrosos es de 311,70 metros a nivel de sellado (por los 315metros máximos autorizados previamente), mientras que en el vaso de residuos peligrosos se alcanza una cota máxima a nivel de sellado de 317,80 metros (también muy inferior a la cota máxima autorizada para el vaso, de 325 metros).

La imagen superior muestra cómo quedaría el vertedero clausurado si se siguiera explotando conforme al sistema actual y la imagen inferior (además del mosaico) el estado final tras el cambio de modelo de explotación

En definitiva, a juicio de la empresa gestora la unificación de los vasos de vertido y los aspectos mencionados anteriormente suponen un aumento de la integración paisajística del conjunto en el entorno, adaptándose éste de forma más natural a la morfología del terreno colindante.

De esta forma, se plantean las siguientes fases de operaciones a partir de ahora:
▪ Fase 1: Sellado del vaso actual de residuos no peligrosos (Fases 1 y 2).
▪ Fase 2: Explotación y sellado del vaso de residuos peligrosos.
▪ Fase 3: Explotación y sellado de la zona de apoyo sobre el vaso de residuos peligrosos.
▪ Fase 4: Explotación y sellado de la zona central.

Este faseado o sectorización se contempla con un objetivo fundamental: la minimización de la cantidad de lixiviados generados. Asimismo, la sectorización adoptada se ha planteado en consonancia con las actuaciones necesarias para la explotación de cada uno de los sectores, las cuales permiten la materialización de los elementos de impermeabilización y drenaje necesarios para la operación de los sectores en condiciones de seguridad.

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