La Avenida a la que Monteseirín dejó sin sombra

El alcalde socialista taló 121 árboles para ejecutar el proyecto de pseudo peatonalización y meter por medio el tranvía y dobles carriles-bici

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha reconocido en unas declaraciones a Canal Sur Radio el retraso en la instalación de toldos en la Avenida de la Constitución (el nuevo plazo dado es la semana entre el 17 y el 25 de agosto de 2025) y ha anunciado que está en estudio la plantación de árboles en la misma «sin que afecten, por supuesto, ni a la fachada de la catedral ni a la instalación de palcos en Semana Santa». En palabras de Sanz, «existen unos naranjos que no dan sombra y no hacen ese efecto. Por eso a lo mejor en ese lateral en el que están hay que recuperar una arboleda». Una arboleda perdida por la ejecución a partir del 17 de abril de 2006 del proyecto de pseudo peatonalización del entonces alcalde, el socialista Monteseirín, que incluyó el trazado por en medio de la línea del tranvía y un carril-bici a uno y otro lado de las vías, que luego se duplicó con una segunda banda de tachuelas en el suelo.

Los 132.000 sevillanos en números redondos que tienen menos de 20 años de edad no han alcanzado a ver la Avenida de la Constitución con árboles de sombra como los que tenía antes de que al día siguiente del Domingo de Resurrección de 2006, es decir el lunes 17 de abril, se iniciaran los trabajos de levantamiento de la misma, amén de la Plaza Nueva y la Puerta de Jerez, para la construcción de la línea del tranvía. El proyecto fue presentado por Monteseirín, sus adláteres y su aparato de propaganda como la peatonalización de la arteria principal del Casco Antiguo de la ciudad.

Casi una veintena de años después, si algo ha quedado claro es que el peatón perdió el dominio de las aceras hasta entonces existentes porque progresivamente fueron tomadas por terrazas de veladores, cuando antes sólo había una cafetería en la acera de Correos (para entendernos), la de la Ibense, y la de la Punta del Diamante en la acera contraria. Hoy está todo lleno de establecimientos de restauración, con sus correspondientes veladores, a los que se suman los gigantescos mupies publicitarios o con exposiciones temporales, artistas callejeros, bailaores flamencos, vendedores ambulantes…..y a continuación, los carriles-bici por los que circulan ciclistas y patinadores, la vía del tranvía y, en el tramo confluyente con la cuesta de Santo Tomás, los coches de caballo. ¿Qué ha quedado realmente para los peatones?

Para recordar cómo era la Avenida antes de Monteseirín, es decir cuando todavía tenía árboles de al menos porte medio que proyectaban sombra, en vez de naranjos ni siquiera ornamentales sino trasplantados desde una huerta de La Algaba, hay que recurrir al blog ‘Jardines sin fronteras’ del llorado José Elías Bonells, que fue en su día jefe técnico del Servicio de Parques y Jardines y reconocido con la medalla de Sevilla.

En su artículo ‘Evolución de la Avenida de la Constitución, cada vez menos verde‘, José Elías distingue tres tramos:

El comprendido entre la Plaza Nueva y las calles García de Vinuesa (al Oeste) y Alemanes (al Este): Aquí había plantados 73 árboles que al jardinero mayor de Sevilla, como era conocido Elías, no le dio tiempo a identificar porque todavía en pleno franquismo (años 70 del siglo pasado) y de la noche a la mañana los sustituyeron por 73 naranjos amargos.

Los naranjos de la Avenida justo antes de ser cortados para las obras de Monteseirín

Uno de los naranjos ya cortados

Eran naranjos ornamentales, de tronco fino, que Monteseirín cortó con motivo de las obras de la pseudo peatonalización y del tendido de la vía del tranvía.

Para tratar de paliar el ‘arboricidio’ (en total, según Elías, el entonces alcalde socialista taló 121 árboles en el entorno de la vía del tranvía) plantó «apenas 70 naranjos amargos procedentes de la Finca del Algabeño, al lado de la Ribera de Huelva en el término de La Algaba, que fueron recuperados por la Junta de Andalucía -escribió el jardinero mayor- en su vivero de San Jerónimo y después trasplantados entre cables, suelos de albero y pavimentos en la nueva Avenida peatonalizada, donde algunos de los árboles decadentes  están culminando su existencia».

Naranjos traídos de La Algaba para suplir a los cortados por Monteseirín

Elías dejó testimonio gráfico de cómo algunos no superaron el trasplante a la Avenida

«Acostumbrados a estar en campo abierto y a ser generosamente regados, estos árboles, constreñidos en unos alcorques reducidos, entre instalaciones subterráneas y rodeados del granito que irradia 60 grados en verano, no han desarrollado una copa sustitutiva de la que tenían los árboles originales», dejó escrito José Elías.

Desde García de Vinuesa y Alemanes hasta la confluencia con Santander y cuesta de Santo Tomás: En el tramo oriental de la Avenida, la acera colindante con la Catedral estaba libre de árboles justo hasta el chaflán en la confluencia con la calle Fray Ceferino González, donde sigue alzándose el magnolio que a punto estuvo de perderse con motivo de la ejecución del proyecto de Monteseirín.

Entre la calle Fray Ceferino González y la cuesta de Santo Tomás, los jardines delante del Archivo de Indias, llamados de la Lonja (por haberse radicado en la planta alta de aquél la Casa Lonja de Mercaderes de Sevilla).

José Elías recordaba en su blog que en el arcén que separaba los jardines de la Lonja de la Avenida de la Constitución había -y sigue estando- una magnífica jacaranda a la que posteriormente desmocharon.

La jacaranda en el arcén situado enfrente del edificio de Correos, en imagen tomada durante los trabajos en la Avenida ordenados por Monteseirín

Y una hilera de al menos nueve falsas acacias (Robinia Pseudoacacia) que fueron eliminadas.

El inicio de la tala de las falsas acacias junto a los jardines del Archivo de Indias

En la acera contraria aún subsiste el plátano de Indias, en la confluencia con la embocadura a la calle Santander, pero que no es ni sombra de lo que aún era cuando lo fotografió José Elías al inicio de las obras en la Avenida.

La frondosidad del plátano de sombra antes de las obras en la Avenida

Así está el plátano hoy día, con una sola rama

Desde la calle Santander y la cuesta de Santo Tomás hasta la Puerta de Jerez: Éste era el tramo que albergaba los árboles de mayor porte de la Avenida, exceptuando el magnolio, la jacaranda y el plátano de sombra citados. En cada una de las aceras había arces (Acer negundo) que ofrecían una generosa sombra a los peatones.

Los arces, dando sombra a uno y otro lados de la Avenida

Aspecto actual del mismo tramo, con naranjos de La Algaba en vez de arces

Dieciséis años después del ‘arboricidio’ de Monteseirín, otro alcalde socialista, Antonio Muñoz, obtuvo el permiso de la Comisión Provincial de Patrimonio para la plantación, el 15 de marzo de 2022, de cuatro jacarandas frente al Archivo de Indias, y quedó a la espera del permiso para plantar cuatro más.

En una nota de prensa, resumen del informe enviado a la Comisión, el gobierno de Muñoz destacó que «la Jacaranda es, junto con el naranjo amargo, la especie que distingue y más singulariza el patrimonio arbóreo de Sevilla. Es un árbol de porte medio, su altura puede alcanzar los 12 o 14 metros, de ahí su gran aportación de sombra, y tiene una floración azul violácea dos veces al año, en la primavera y el otoño. Las plantaciones hoy acometidas se han realizado sobre alcorques nuevos y amplios».

Recreación de cómo quedarían las jacarandas que se sembraron hace tres años

Según el Servicio de Parques y Jardines, dados los 30 metros de distancia existente entre la alineación de los árboles proyectada y la fachada del Archivo de Indias y la elevación de éste sobre la rasante de la calle, con nueve peldaños para acceder a su planta baja desde los jardines, la plantación de las jacarandas no afectaría a la contemplación de este Patrimonio de la Humanidad.

De la mano de José Elías y su blog ‘Jardines sin fronteras’ hemos visto que la Avenida tuvo árboles de sombra -y no sólo naranjos, de huerta además en vez de ornamentales, como los que introdujo Monteseirín- y que esos árboles de sombra no fueron incompatibles con los palcos de Semana Santa, como se ha apresurado a decir de forma preventiva el alcalde Sanz (en esta ciudad todo parece condicionado a las fiestas mayores).

Con árboles de sombra más que probablemente no habría hecho falta gastarse 297.520 euros este año (y una cifra equivalente anualmente hasta 2027) en el montaje de toldos en medio de la Avenida, justo sobre el trayecto que recorre el tranvía y de dudosa eficacia para los peatones.

Bloques de hormigón con columnas para soportar los toldos

Una instalación de toldos que a la hora de redactar este artículo y a punto de cumplirse dos meses de verano todavía no se ha culminado.

La razón, según desveló el portavoz del gobierno municipal, es que el Ayuntamiento aún no tiene el permiso de los propietarios de los edificios colindantes para poder anclar los toldos propiamente dichos a sus fachadas.

La revelación demuestra la insensata e imprudente actuación municipal, que ha llenado de cubos de hormigón y de postes la Avenida sin contar con la autorización de los dueños de los inmuebles para poder colocar los textiles. ¿Habría permitido la Gerencia de Urbanismo una actuación similar a un particular o al dueño de un bar, montar toldos o parasoles sin tener todos los papeles? ¿No es para que dimita alguien o para destituirlo?

El alcalde Sanz pasa por ser una persona seria, pero en el caso de los toldos de la Avenida su actuación y la de su gobierno no ha podido ser más frívola: dos meses de retraso por falta de previsión.

A este paso Sanz va a acabar equiparándose a Monteseirín.

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