El Ayuntamiento reduce lo que quedaba de su tronco a un mero tocón de más/menos un metro de altura
El Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla ha dejado definitivamente reducido a un mero tocón de más/menos un metro de altura lo que quedaba del tronco del centenario ficus de San Jacinto tras la salvaje mutilación a que fue sometido en agosto de 2022, con lo que el barrio de Triana pierde uno de sus símbolos y la parroquia de San Jacinto logra, por fin para sus intereses, la eliminación de este árbol único.
El ficus (Ficus macrophylla) situado en el compás de la iglesia de San Jacinto ha sido parte del patrimonio del barrio de Triana desde el año 1913, cuando según la tradición fue sembrado allí por frailes dominicos procedentes de la isla de Puerto Rico.

Antigua imagen de la parroquia de San Jacinto, en la que aún el ficus estaba en sus albores
En los 112 años transcurridos desde su siembra hasta la certificación de su muerte, el árbol, con su enorme tronco y extensa copa, se convirtió en un símbolo de Triana y fue testigo de numerosos acontecimientos de la vida personal de los trianeros y de la vida colectiva en el barrio.

Los peregrinos camino del Rocío pasan delante del ficus en esta antigua imagen publicada por José Elías en su blog ‘Jardines sin fronteras’
Como dijo Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla, el ficus de San Jacinto se desarrolló durante años magníficamente como árbol centenario pero se le aplicaron podas que dañaron su estructura y lo debilitaron. Posteriormente, tras la la caída de una rama se intervino en el árbol para tratar de solucionar los problemas creados en anteriores actuaciones, con lo que se entró en un círculo vicioso: a cada corte de ramas que se efectuó sin conocimiento de la biología del árbol ,el riesgo fue aumentando en las nuevas ramas secundarias, más débiles que las estructurales y mucho más propicias a desgajarse.
El triste final de la historia del árbol, que suscitó un movimiento cívico de alcance nacional en pro de su salvación, es ya suficientemente conocido. El Servicio de Parques y Jardines, sin respetar a juicio de la plataforma ciudadana el acuerdo municipal de preservar para la posteridad el tronco mutilado como símbolo tanto de Triana como de la lucha cívica, ha acabado reduciendo los restos a un mero tocón de más/menos un metro de altura.

Esto es lo que queda del majestuoso ficus de San Jacinto




Las fotos superiores reflejan la parroquia de San Jacinto con el centenario ficus; las inferiores, con el tocón en que ha quedado reducido
Por ironías de la historia, la misma Orden de los dominicos que plantó el ficus ha acabado siendo la causante de su extinción al solicitar su tala al Ayuntamiento.
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