Actúan en el ángulo contiguo a la futura mole de uso terciario
Las grandes máquinas de pinza hidráulica de la empresa navarra Erri Berri, conocidas popularmente como ‘diplodocus’ porque su silueta recuerda vagamente la figura de dicha especie de dinosaurio y que están siendo utilizadas en la demolición de la grada de Preferencia del estadio del Betis, han ampliado su área de acción a parte del gol Norte en los últimos días.
Este jueves, 9 de octubre (2025), se cumple un mes desde el inicio de la demolición de la grada de Preferencia del estadio Benito Villamarín por parte de la empresa navarra Erri Berri, que ya derribó también hace unos años el graderío del gol Sur.
En este tiempo ha culminado prácticamente la eliminación de la grada de Preferencia y los escombros se acumulan en la explanada aún propiedad del Ayuntamiento y colindante con la calle Doctor Fleming del barrio de Heliópolis, completamente vallada, tanto por seguridad como para facilitar la tarea a la maquinaria pesada y a los operarios que participan en los trabajos.
Escombros acumulados en la explanada de la calle Doctor Fleming
En la explanada se procede a la clasificación y empaquetado de los escombros, separando por ejemplo la ferralla, para su posterior traslado a y tratamiento en las instalaciones de un gestor de residuos autorizado por la Administración.
Los ‘diplodocus’, laminando también parte del graderío del gol Norte
En los últimos días se observa cómo los ‘diplodocus’ de Erri Berri están laminando también parte del gol Norte, la más cercana al espacio donde se construirá anexa al nuevo estadio Benito Villamarín la futura mole para uso terciario de 31.500 m2 y hasta 47 metros de altura.
La mole para uso terciaria proyectada junto al nuevo Benito Villamarín
Los ‘diplodocus’ actúan entre chorros de agua proyectados desde la explanada con el fin de paliar la polvareda que levanta la demolición.
La directiva del Betis estima que a lo largo del presente mes de octubre podría tener en su poder las ofertas de las empresas constructoras a las que ha pedido presupuesto para erigir el nuevo Benito Villamarín, unas obras que tendrán apartado al equipo verdiblanco de su sede histórica durante al menos dos años, tiempo en que jugará en el estadio de la Cartuja.
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