Uno de los pensadores más lúcidos contra el desarrollismo de las sociedades modernas, que estuvo muy de moda en los años 70 y cuya lectura sigue siendo absolutamente recomendable, fue Iván Illic. Personaje inclasificable por su espíritu libre y sus múltiples facetas, llegó a ser párroco católico pese a su origen judío, y en el fondo, al igual que el nobel portugués Saramago, siempre vivió con la nostalgia del niño feliz que fue junto a su abuelo en una aldea croata pese a ser natural de la cosmopolita Viena.
Iván Illich, con su agudeza, ponía en solfa el sistema occidental de vida y en plan Unamuno (recuérdese su ‘Contra ésto y aquéllo’), lo cuestionaba todo y dejaba en evidencia las contradicciones de nuestra sociedad. Creo recordar que fue en su libro ‘Energía y equidad’ donde se le ocurrió medir el tiempo que los americanos dedicaban realmente a sus automóviles, uno de los fetiches de la sociedad de consumo.
Considerando el tiempo que empleaba en desplazarse en los atascos, en buscar el coche en los inmensos parkings de los megacentros comerciales y en trabajar para cubrir todos los costes que le suponía el automóvil, el heterodoxo pensador austriaco llegó a la conclusión de que el americano medio de su época dedicaba 1.600 horas/año para recorrer 7.500 millas, o sea, una media de 4,68 millas a la hora, equivalentes a 7.530 metros.
Conclusión de Iván Illich: en los países sin industria del transporte (Tercer Mundo), la gente se da trazas para ir andando a donde quiere a esa misma velocidad o casi y lo que diferencia el tráfico en los países ricos del tráfico en los países pobres no es una mayor velocidad de desplazamiento para la generalidad de la gente, sino más horas de consumo obligado de energía.
Recordé a Iván Illich y la vigencia de su pensamiento al conocerse hace unos días un estudio elaborado por la firma TomTom sobre las ciudades españolas más congestionadas de tráfico. Aunque su nombre suene un tanto risible en español, TomTom es el fabricante más importante de Europa de sistemas de navegación y localización GPS para automóviles y motos, y sus productos están integrados en decenas de millones de vehículos de numerosos países. Sabe, pues, de lo que habla.
Aunque Sevilla no es de las peores ciudades en este sentido, ya que ocupa el puesto 53 de la clasificación europea (la número uno, y por tanto la más saturada de tráfico, es la turca Estambul), los conductores sevillanos sufren un retraso de unos 15 minutos por hora como media en sus desplazamientos en horas-punta.
Y aunque, por causa de la crisis económica fundamentalmente, se ha registrado en nuestra ciudad un descenso del tráfico del 16,8% entre 2007 y 2011, un automovilista sevillano que realice trayectos de unos 30 minutos diariamente para llegar a su trabajo en coche puede perder, según el estudio de la multinacional holandesa, hasta 43 horas anuales en los atascos. Descontando las noches, ese tiempo equivaldría a vivir dentro del automóvil durante casi una semana, de lunes a viernes, entre las 7 de la mañana y las 3 de la tarde. Da que pensar.
En contraste con el estudio de TomTom, unos días antes se conoció el informe de 97 páginas que sobre el uso de la bicicleta en la ciudad de Sevilla han elaborado a pie de calle un grupo de investigadores de la Universidad Hispalense. Entre la infinidad de datos interesantes podrían destacarse los siguientes:
-El número de bicicletas ha crecido en Sevilla un 10% en los dos últimos años.
-Se estima en algo más de 50.000 el número de sus usuarios cotidianos.
-Se han registrado más de 72.000 desplazamientos en bicicleta en días laborables sin lluvia, con una distancia media recorrida de 5,1 kilómetros.
-Este número total de desplazamientos supone el 9% de los mecanizados y el 5,6% de los de todo tipo (incluyendo los realizados a pie), lo que confirma a Sevilla como líder absoluto en España en el uso de la bicicleta como medio de transporte.
-El uso de las bicicletas de Sevici supone algo menos de un tercio de los desplazamientos totales.
-La utilización de este medio de transporte se está incrementando de forma notable en los barrios periféricos.
-La participación de la bicicleta en el conjunto de los desplazamientos (tanto mecanizados como a pie) se ha incrementado en un 78% desde noviembre de 2007.
-Aproximadamente un 30% de los nuevos usuarios son ‘arrepentidos’ del coche y de la moto, y un 10%, parados.
-Más de la mitad de los desplazamientos en bici se hacen por ‘movilidad obligada’, o sea, por motivos de estudio o trabajo y no por deporte u ocio.
-Más del 75% de los usuarios recurren a ella casi todos los días o todos los días.
-La mayoría de los desplazamientos se producen entre las 7,30 y las 9 y entre las 13,30 y las 14 horas.
-El punto con más tráfico ciclista es la confluencia del Paseo de las Delicias con el puente de Los Remedios, donde se contabilizan casi 4.500 bicicletas diarias.
-El perfil del ciclista sevillano es el de un varón joven que estudia o trabaja y que usa la bicicleta como medio de transporte por razones como economía, menor tiempo de viaje, comodidad y facilidad de aparcamiento.
Los 120 kilómetros de carril bici de Sevilla han costado 30 millones de euros y son utilizados diariamente por 72.565 personas. Los 18 kilómetros de la línea 1 del Metro costaron 658 millones de euros y dan servicio cada día a un promedio de 38.356 pasajeros. Así pues, una inversión veintidós veces mayor para transportar casi un 50% menos de usuarios que en el carril bici. Datos paradójicos que habrían inspirado otro ensayo hiper crítico a Iván Illich.