Tras mirar en los cajones y debajo de las alfombras del Ayuntamiento y de las empresas y organismos municipales durante ocho meses, Zoido ha encontrado de la era Monteseirín facturas pendientes de pago a proveedores por valor de 59.683.446 euros. La cifra en pesetas da más cabal idea de hasta dónde llegó la marea del despilfarro con el inspector médico metido a alcalde: unos 10.000 millones en números redondos. Cada año de Alfredo en la Alcaldía la deuda se engordaba en 827 kilos de media. Visto de otra manera, Monteseirín le ha dejado a cada sevillano como recuerdo de su paso por Plaza Nueva una lápida de 85 euros. Del conjunto de entes municipales, el más moroso con los proveedores ha sido la Gerencia de Urbanismo, con 17,5 millones de euros, un tercio del total de los impagados del Consistorio. Como se recordará, Monteseirín puso la Gerencia en manos de su valido, Manuel Marchena, con el argumento de que era tan buen gestor que el sueldo que cobraba le parecía poco. O sea que Marchena ha cobrado 170.740 euros por hacerle el mayor agujero al Ayuntamiento.
La pareja
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