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Las ‘ronchas’ de Monteseirín

La Comisión Ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo ha acordado el acatamiento de dos nuevas sentencias del Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 5 de Sevilla, que le obliga al abono de 989.000 euros correspondientes a certificaciones y revisiones de precios e intereses de demora de contratos de obras realizadas en 2005 y 2006, durante el segundo mandato de Monteseirín como alcalde.

El ‘agujero’ para las cuentas de Urbanismo podría haber sido aún mayor si no hubiera decidido presentar un recurso contra otra sentencia condenatoria por valor de 436.000 euros y relativa a unas obras en la barriada Juan XXIII que datan de hace nueve años, por la misma época que las anteriores.

Así pues, sólo por estas tres sentencias estaban en juego 1.425.000 euros en concepto de facturas pendientes que al cabo de tres años y medio del mandato de Zoido no parece que vayan a ser todavía las últimas del ‘legado’ de Monteseirín a Sevilla y a su sucesor.

Según Urbanismo, en los tres últimos ejercicios presupuestarios ha tenido que afrontar el pago de “elevadísimas cuantías” como consecuencia de que en el gobierno anterior no se realizaron los pagos por certificaciones de obras ordinarias o finales, revisiones de precios, intereses de demora y, más sorprendente aún, intereses de intereses.

RISTRA DE FACTURAS

Las deudas derivan de los proyectos de ejecución de carriles-bici, reforma y acondicionamiento de la Alameda de Hércules, remodelación de las plazas del Pan, la Alfalfa y la Pescadería (el proyecto ‘La piel sensible’) y las relativas al Plan de Barrios. Se observa, pues, que el gobierno anterior no sólo se gastó, fundamentalmente en las ‘Setas’ de la Encarnación, el dinero de los convenios del PGOU destinado a la infraestructuras de los nuevos desarrollos urbanos -si el tema no ha estallado aún ha sido por el parón provocado por el estallido de la burbuja inmobiliaria-, sino que también dejó a deber parte de las obras de sus proyectos-estrella.

Sólo en los dos últimos años Urbanismo ha abonado 4.940.363 euros en obras impagadas (principal más intereses) y realizadas durante el anterior mandato.

Sin embargo, Monteseirín, con el desahogo que le caracterizaba, llegó hasta el extremo de declarar antes de abandonar el Ayuntamiento que él se iba sin dejar facturas en los cajones, al contrario de lo que le había ocurrido cuando accedió al poder en el año 1999, en directa alusión al gobierno de coalición PP-PA de Soledad Becerril y Alejandro Rojas Marcos.

Tanto los hechos posteriormente conocidos como la trayectoria política anterior del predecesor de Zoido no contribuyen a dar crédito a sus palabras, al menos en la parte correspondiente a su supuesto legado inmaculado a su sucesor.

ETAPA EN DIPUTACIÓN

Ya ocurrió lo mismo en la Diputación, de la que Monteseirín fue presidente hasta que dio el salto a la Plaza Nueva, impulsado por el aparato del PSOE, que ordenó a la militancia votar contra la candidatura de Borbolla y por tanto a favor del entonces titular de la corporación provincial como candidato del partido a la Alcaldía en las elecciones municipales.

Se produjo así una situación insólita durante el año que faltaba hasta los comicios, con Borbolla como político interino y amortizado y Monteseirín buscando protagonismo para darse a conocer ante los votantes de la capital con todo tipo de actos, aunque esa autopromoción apoyada fundamentalmente desde el Patronato Provincial de Turismo por su acólito Marchena supusiera una política presupuestaria de tierra quemada en la Diputación, que sufrió su sucesor al encontrar las arcas vacías.

‘VACAS GORDAS’

Monteseirín llegó al Ayuntamiento cuando la ciudad aún digería los excesos de gasto motivados por la Expo-92, pero de inmediato, con la suerte política que le ha acompañado a lo largo de su carrera, se encontró con la época dorada de la economía española (1999-2008), que no aprovechó para ponerse al día con los proveedores del Ayuntamiento.

Se recuerda que empresas constructoras reclamaron el pago por entonces aún pendiente de obras del paso inferior de la calle Arjona y desde su gobierno se les instó a que siguieran teniendo paciencia o que reclamaran por la vía judicial, pero con el recordatorio expreso de la típica tardanza de la Justicia en España y el mensaje implícito de lo que a la hora de contratar con el Ayuntamiento podía suponer mantener contra el mismo un pleito en los tribunales.

Pese a haber gozado de las ‘vacas gordas’ y de que gracias al PGOU y el ‘boom’ inmobiliario las arcas municipales ingresaron más dinero que nunca anteriormente, Monteseirín no dejó los cajones libres de facturas para Zoido, como alardeó antes de su marcha, sino todo lo contrario, ya que estuvo ocultando, camuflando o dejando de pagar deuda hasta el final.

CAJONES LLENOS

Un ejemplo paradigmático fue el de Emasesa, a cuyo frente había puesto a su hombre de confianza, Manuel Marchena. Al inicio del año en que Zoido ganó las elecciones, en la empresa de aguas sólo figuraba una deuda de 401.738 euros a proveedores. Diez días antes de la toma de posesión de Zoido como alcalde, afloró de pronto una deuda por valor de 10.110.154 euros que se había mantenido oculta hasta entonces.

Además, la corporación de empresas municipales (la Agrupación de Interés Económico) que dirigía también Marchena por encargo de Monteseirín, tenía unas deudas acumuladas por valor de otros 17 millones de euros: 13,5 millones en la red Hispalnet; 2,4 millones en la red de comunicación Secora; 1,5 millones en gastos comunes con Emasesa; 1,3 millones de los pasos subterráneos del Tamarguillo y la avenida Bueno Monreal….

No se había pagado la factura de la luz en los dos años anteriores, por lo que la deuda con Endesa ascendía a 5 millones de euros, y tampoco la parte correspondiente al Ayuntamiento por la bonificación a las tarifas del Metro, que ascendía a 17 millones de euros, más obras por arreglo de calles y demás que todavía ahora está pagando Urbanismo y con intereses.

Si a ello se le suma el pago de la certificación teóricamente final por las obras de las ‘Setas’ de la Encarnación y que ascendió a 11.619.047 euros, el coste de la ‘lápida’ dejada por Monteseirín y que ha debido afrontar el gobierno de Zoido ha superado los 40 millones de euros.

Esta cantidad duplica con creces los 18,9 millones de euros de la partida prevista para inversiones reales en el Presupuesto del Ayuntamiento para el próximo año 2015.

Facturas con 660 días de retraso en la era Zoido

El equipo de gobierno municipal someterá a aprobación del último Pleno del año en curso facturas impagadas del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) y de la Delegación de Seguridad y Movilidad por valor de 890.197 euros, pero  más significativo aún que el importe a pagar es la tardanza en hacerlo, ya que hay tres facturas pendientes desde hace 660 días y que no datan por tanto del mandato del gobierno anterior.

El pasado 15 de octubre, el interventor general, José Miguel Braojos, realizó un informe sobre el seguimiento del Plan de Ajuste al que se acogió el Ayuntamiento y estimó que el periodo medio de pago a los proveedores es de 74 días y que la generalidad de las empresas y organismos autónomos de la Corporación también cumplen con las previsiones legales de pago.

Por su parte, la delegada de Hacienda, Asunción Fley, ha reconocido públicamente que el Ayuntamiento todavía tarda mucho en abonar sus deudas, pero en su opinión menos que antes, en la etapa PSOE-IU, como a su juicio prueban las escasas reclamaciones que en tal sentido se le hacen.

Sin embargo, el Pleno municipal de diciembre va a dejar en evidencia tanto al interventor como a la delegada de Hacienda, debido a las facturas pendientes de pago que elevan las delegaciones de Cultura (por el ICAS) y de Movilidad. Cultura pide el reconocimiento extrajudicial de créditos por servicios y suministros prestados por empresas y que en conjunto suponen 56.664,43 euros.

LA MOROSIDAD DEL ICAS

De las diecisiete facturas del ICAS, sólo tres corresponden al año 2013 (dos del mes de enero y uno del mes de febrero) y catorce están sin pagar desde el año 2012. De este grupo, hay tres que datan de hace 22 meses; una, de hace 21 meses, y otra, con 20 meses de antigüedad. Por tanto, ya no se trata de impagados del mandato de Monteseirín, al que seguir culpando de la ‘herencia recibida’, sino que datan todos ellos de la era Zoido, en la que se registran demoras de hasta 660 días.

En conjunto, el promedio del retraso para el pago a proveedores del ICAS se eleva a 462 días, o sea, más de un año y un trimestre y más de seis veces el plazo medio estimado por el interventor general en su informe sobre el Plan de Ajuste.

Los mayores sufridores de la demora del gobierno local a la hora de pagar han sido la empresa Externa Team, por prestar el servicio de información y recepción de visitantes en el Antiquarium, y Papeles del Norte, que suministró tóner para la impresora del ICAS el 29 de febrero de 2012 y todavía no ha podido cobrarlo. El Ayuntamiento no hace distingos a la hora de retrasarse en los pagos. La agencia de viajes de El Corte Inglés lleva esperando un año y medio a que le le pague 52,15 euros por los gastos de desplazamiento de Chantal Grande Paumier para preparar la exposición ‘Rafael Sáez Lobato’.

ENERGÍA ELÉCTRICA

El paquete de facturas pendientes más importante es el de la compañía eléctrica Endesa, a la que se adeudan cerca de 800.000 euros sólo por el suministro de energía a los semáforos de la ciudad desde agosto de 2012 hasta el mes pasado, con lo cual la factura más antigua data de hace dieciséis meses y cinco tienen un año o más de antigüedad.

En total, la deuda con Endesa es de 833.533 euros, pero el gobierno local insta a la Delegación de Hacienda a que le retenga a la eléctrica el pago de 56.970,79 euros correspondiente a los recargos por el interruptor de control de potencia, hasta que se aclare si procede su abono o no.

Embargo

El alcalde, futbolísticamente de color palangana, ha reaccionado al escándalo suscitado por el contrato de 680.000 euros que le ha regalado al Betis para compensarle por si le da por pagar su deuda tributaria – jibarizada a menos de un millón de euros a base de quitas-  filtrando que desde el 17 de junio existe una orden de embargo de la ciudad deportiva del Sevilla F. C., el cual debe al Ayuntamiento 2,8 millones de euros y tampoco paga. ¡Qué callado se lo ha tenido Zoido, cuando habría sido noticia de portada en todos los periódicos! La medida no tiene mérito porque la ciudad deportiva ya estaba embargada preventivamente desde los tiempos de Monteseirín, bético por más señas futboleras, en la Plaza Nueva. Esto demuestra que los alcaldes se pasan unos a otros la patata caliente pero que ninguno la coge y se quema. No hay bemoles. Dos años ha tardado Zoido en redactar su orden de embargar lo ya embargado, pero sigue corriendo el reloj y el embargo de esta corporación tampoco se ejecuta. Hay cartas que se escriben pero que al final nunca se echan al buzón.

 

Todos somos Betis

“Que el Ayuntamiento de Sevilla, consciente de la importancia deportiva y social del Real Betis Balompié, así como de la relevante labor de promoción de nuestra ciudad que, tanto  dentro como fuera de España, lleva a cabo mediante el desarrollo de sus actuaciones deportivas, desea promover y fortalecer las relaciones institucionales con dicha entidad”. Así empieza el texto del convenio-marco de colaboración entre el Consistorio y el Betis, acordado por Zoido y el presidente bético, Miguel Guillén, y en virtud del cual la Corporación se compromete a adquirir diversos servicios y recursos ofrecidos por la entidad verdiblanca durante el cuatrienio 2013-2016 a razón de 170.000 euros anuales, por lo que al final de dicho periodo el Ayuntamiento habrá ingresado en las arcas de esta sociedad anónima deportiva, que a todos los efectos es una empresa privada más como Telefónica y propiedad de sus accionistas, un total de 680.000 euros.

Pero no los ingresará, porque la clave del convenio y que denota cuál es su motivación nos la da este punto: “(….) el Ayuntamiento de Sevilla procederá a compensar de oficio las cantidades anuales devengadas en favor del Real Betis Balompié por la prestación de estos servicios o recursos, hasta el total de 170.000 euros anuales, con la deuda tributaria pendiente”.

EXENCIÓN ENCUBIERTA

Este convenio que tan generosamente ha acordado Zoido en nombre de los contribuyentes sevillanos, la inmensa mayoría de los cuales paga religiosamente sus impuestos con subidas aplicadas al IBI (16 millones de euros más recaudados en 2012 y 2013 por el recargo del 10%) y en otros tributos, no tiene otro fin que compensar al Betis por unos servicios que nadie sabe en qué consisten, para que en el saldo final aquél no tenga que pagar, o pagar mínimamente, los impuestos que adeuda al Ayuntamiento desde 2008 y que merced a quitas y otras prácticas similares han pasado de casi 1,4 millones de euros a tan sólo 973.000.

Como además Zoido -dice que obligado por el convenio judicial-  le da facilidades de pago hasta  2028 al fraccionarle las cuotas sin recargos ni intereses legales, entre quitas, demoras, aminoraciones por efecto del IPC no repercutido y compensaciones, el resultado es que no pagar el IBI, el IAE, el sello del coche…. le ha resultado al Betis casi gratis o al menos muy rentable.

NO HAY NECESIDAD

La innecesariedad de este convenio, que implica que el Ayuntamiento deje de ingresar 680.000 euros en la más grave crisis económica de la historia reciente, con 89.000 parados y tras recorte de gastos y hasta de pagas extra al personal municipal, se evidencia en que como no hay servicios y recursos que comprarle al Betis y por tanto no se especifican en el texto, Zoido y Guillén se remiten a una comisión que se reunirá a principios de 2014 para concretarlos.

O sea, que Zoido ha comprado algo inexistente. ¿Qué pasaría en una empresa privada con un directivo que comprometiera una compra sin saber lo que compra? Así administra el alcalde nuestro dinero.

Zoido se equipara  a Monteseirín al incurrir en sus mismas prácticas. Por ejemplo, aunque su mandato acaba en 2015, lega este convenio a la próxima corporación al fijar su vigencia hasta 2016. Y, por el mismo interés populista y electoralista de pensar en congraciarse con los aficionados al fútbol para ganarse así sus votos merced a este perdón fiscal encubierto al Betis y al similar que ha reconocido prepara para el Sevilla F. C., cuya deuda ronda los 2,8 millones de euros, copia la estrategia de Monteseirín.

El predecesor de Zoido, para que las dos sociedades anónimas deportivas (clubes, en puridad dejaron de serlo) no pagaran tampoco las millonarias deudas tributarias que acumularon durante sus mandatos, se inventó lo que denominé la ‘prestación fiscal sustitutoria’: los equipos de fútbol jugaban algún partidillo acorde a los deseos del Ayuntamiento o rellenaban los vacíos del graderío de los estadios con el reparto de entradas a escolares y otros colectivos y deuda saldada.

LABOR PROMOCIONAL

Hay infinidad de empresas sevillanas que por el mero desarrollo de su actividad llevan mucho más que el Betis y el Sevilla F. C. el nombre de la ciudad por España y el mundo, la prestigian y la promocionan, y no por ello a Zoido se le ocurre eximirlas del pago de impuestos o acordar un paripé de convenio para compensarles aquéllos como al Betis. Pensemos en Abengoa. ¿Cuánto vale para la ‘marca Sevilla’ cada cita elogiosa que de ella ha hecho Obama y su liderazgo mundial termosolar cimentado desde nuestra ciudad?

Pensemos en City Sightseeing, líder mundial de los autobuses turísticos, los mismos en que Zoido se paseó durante su reciente excursión a Bruselas. Presente en más de cien ciudades, transporta a más de diez millones de viajeros anualmente y cada vez que extiende el servicio a una nueva ciudad obliga a sus franquiciadores a formar a todo su personal en Sevilla.

En el sentido del convenio acordado por el alcalde con el Betis, todos los habitantes de la ciudad son también como el Betis, porque todos hacen gala de ella con orgullo y la promocionan por donde quiera que van. Por tanto, son tan acreedores de los beneficios fiscales que tan generosamente concede Zoido como el Real Betis Balompié.

Monteseirín y Zoido están muy equivocados. Creen que el Sevilla y el Betis encarnan la ciudad y por eso les dan un trato de privilegio. Al contrario. Da ejemplo cívico y de sevillanía quien contribuye con el pago de sus impuestos a mantener y acrecer Sevilla y su patrimonio y no quienes, tomando en vano su nombre, eluden cumplir sus obligaciones con ella.

Recortes

Zoido cogió carrerilla en el desayuno del ‘Fórum Europa. Tribuna Andalucía’ y como llegó sin haber probado bocado aún se comió de una tacada 200 millones de deuda municipal. El alcalde dijo que cuando aterrizó  se encontró con más de 700 millones de euros en números rojos pero  que ya ha logrado reducirlos a unos 500. Menos lobos, Juan Ignacio. Si las cuentas que le hice en su día al manirroto de Monteseirín, justo antes de tu desembarco en la Plaza Nueva, son correctas, la lápida municipal (Ayuntamiento más consorcio de empresas) ascendía a unos 633 millones de euros. Como al 31 de diciembre de 2012 la deuda (sólo la del Consistorio, sin empresas ni organismos autónomos) era de 519 millones en números redondos, resulta que en el mejor de los casos se habría reducido en 114 millones, no en 200. Si fuera verdad éso de que estás recortando déficit público a un promedio de 10,5 millones de euros mensuales (y los mercados, sin saberlo), habría que convenir en que Sevilla habría ganado contigo un alcalde, pero España se estaría perdiendo un ministro de Hacienda.

La pareja

Tras mirar en los cajones y debajo de las alfombras del Ayuntamiento y de las empresas y organismos municipales durante ocho meses, Zoido ha encontrado de la era Monteseirín facturas pendientes de pago a proveedores por valor de 59.683.446 euros. La cifra en pesetas da más cabal idea de hasta dónde llegó la marea del despilfarro con el inspector médico metido a alcalde: unos 10.000 millones en números redondos. Cada año de Alfredo en la Alcaldía la deuda se engordaba en 827 kilos de media. Visto de otra manera, Monteseirín le ha dejado a cada sevillano como recuerdo de su paso por Plaza Nueva una lápida de 85 euros. Del conjunto de entes municipales, el más moroso con los proveedores ha sido la Gerencia de Urbanismo, con 17,5 millones de euros, un tercio del total de los impagados del Consistorio. Como se recordará, Monteseirín puso la Gerencia en manos de su valido, Manuel Marchena, con el argumento de que era tan buen gestor que el sueldo que cobraba le parecía poco. O sea que Marchena ha cobrado 170.740 euros por hacerle el mayor agujero al Ayuntamiento.

El pagador del frac

En el Ayuntamiento no quieren que Demetrio Cabello comparezca ante los medios. Yo, al contrario que los censores de Zoido, querría que diera todos los días una rueda de prensa como la de sus presupuestos. Demetrio, el Charles Bronson municipal, es un tipo probablemente sensible por dentro pero duro por fuera y que, como no ha aprendido a mentir como los políticos profesionales, aún llama al pan, pan. Dice cosas políticamente incorrectas y sus frases son directas, rotundas, como golpes al mentón. Ni circunloquios ni metáforas. Sus descripciones de la realidad municipal, sin medias tintas ni paños calientes,  te dan los titulares hechos. De los inútiles despachos diseñados por Monteseirín en la nueva sede policial ha dicho que son “para jugar al golf “; ha reconocido que, como no tiene dinero suficiente, en mayo o junio empezará a deber horas extra por un tubo a policías y bomberos, y en una sola frase ha sintetizado en qué consistió el despilfarrador Consistorio de Monteseirín y a qué ha quedado reducido el de Zoido: “Somos un gobierno pagador de facturas”.

Cal y arena en los primeros Presupuestos de Zoido

Cuando se comparan los últimos Presupuestos de Monteseirín con los primeros de Zoido llama poderosamente la atención que, mientras en el capítulo de préstamos bancarios aparecían 9,9 millones de euros y en el de intereses financieros, 14,3 millones en las cuentas de 2011, para el nuevo año esas partidas se han disparado hasta 49,7 y 20 millones, respectivamente. Así pues, globalmente el alcalde socialista sólo tuvo necesidad de reservar 24,23 millones de euros para la banca, mientras que Zoido destina a las entidades financieras 69,73 millones, una diferencia de 45,5 millones de euros.

¿Quiere decir esto que Zoido va a incrementar el endeudamiento del Consistorio justo en las peores circunstancias económicas y cuando más difícil, y por tanto más caro, es acceder al grifo del crédito? Justamente lo contrario, y ésta es una de las claves que condicionan los Presupuestos  para 2012 por mor de, más que la herencia, la deuda recibida.

 

Porque, tal como descubrió en su día el colega Carlos Navarro, Monteseirín renegoció hasta por dos veces con los bancos la deuda municipal a fin de garantizarse un balón de oxígeno financiero en la última etapa de su mandato, pensando vanamente hasta casi el final que volvería a ser el candidato del PSOE. Por éso difirió a 2012  el pago en todo lo que pudo de deudas bancarias por valor de 272 millones de euros, aun a costa de que el Consistorio soportara luego intereses cercanos al 6%. Como, por otra parte, Monteseirín dejó los cajones llenos de facturas pendientes y tres años consecutivos (prácticamente su último mandato) de remanentes negativos de tesorería que también hereda Zoido, en este panorama “financieramente arrasado” (Gregorio Serrano ‘dixit’), la nueva Corporación ha redactado unas Cuentas con una previsión de 33 millones de euros de superávit (762 millones de ingresos frente a 728 millones de gastos) para absorber también el trienio monteseirinesco de déficits.

Y si a ello se le suma que se ha destinado una partida de 5 millones para pagar atrasos a lo proveedores –“las pymes serán las primeras en cobrar, para que no se pierdan puestos de trabajo”, declaró el alcalde-, se llega a la conclusión de que las Cuentas municipales están totalmente lastradas por el penoso legado de Monteseirín.

El superávit previsto se puede alcanzar por una doble vía: menores gastos y/o mayores ingresos. Los recortes se han aplicado fundamentalmente a la partida de Personal (un 4,16% menos) y a las transferencias a las empresas y organismos municipales (un 20% menos con la excepción política de Tussam, que recibirá 6 millones de euros más).

 

POLÍTICAS DE EMPLEO

 

Nueve de los doce millones ahorrados en sueldos corresponden a los Planes de Empleo que tradicionalmente sufragaba la Junta de Andalucía en forma de escuelas-taller y convenios para mejorar la preparación de los parados, subvenciones para cuya obtención es condición necesaria en un programa de cofinanciación que el Ayuntamiento hubiera consignado previamente las cifras en los Presupuestos.

La ausencia de partidas para estas políticas tradicionales de formación e inserción sociolaboral en una ciudad que camina hacia los 85.000 parados, y con el argumento de que no se esperan esas transferencias económicas por parte de la Junta de Andalucía, no parece coherente con la proclamación de Zoido de que su máxima prioridad es el empleo. Sobre todo porque no es verosímil que el sector privado vaya a ser la locomotora económica capaz de suplir a las Administraciones Públicas creando puestos de trabajo en Sevilla. La delegada de Hacienda, Asunción Fley, que se ha estrenado en estas lides, ha mantenido como línea argumental que, a diferencia de las Cuentas en la era de Monteseirín, los primeros Presupuestos de Zoido se caracterizan por ser realistas y no estar  ‘inflados’ con partidas como la de ‘ingresos imprevistos’.

Sin embargo, hay contradicciones en el discurso oficial, como la señalada por Juan Espadas de que se hayan incluido 30 millones de euros favorables al Ayuntamiento en la liquidación de la participación en los ingresos del Estado cuando, por la menor recaudación general debido a la crisis y a la caída de la actividad económica , en los últimos años la Corporación municipal ha tenido que devolver dinero al Gobierno.

Otra contradicción evidente es que la delegada no ha incluido ni un solo euro para el Metro, pese a que la Junta le reclama el pago de 23 millones de euros por la parte alícuota que le corresponde de los gatos de la línea 1 en 2010 y en 2011, a los que habría que sumar los del año próximo. La tesis municipal es que no se consigna partida alguna porque el Gobierno andaluz aún no se lo ha comunicado oficialmente, pese a que se celebró una reunión hace poco al respecto.

 

LA GAVIDIA COMO PRECEDENTE

 

Ello no es óbice para que, aun no habiendo sido oficialmente vendidos, el Consistorio sí haya incluido como ingresos 19,1 millones de euros por la enajenación  del edificio de la Gavidia (que deberá someterse previamente  a un complicado procedimiento administrativo, con el beneplácito de la Junta de Andalucía) y del edificio del Registro en la calle Pajaritos, y sin tener en cuenta  si esa valoración es acorde con la actual coyuntura del mercado inmobiliario, con precios hundidos tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, y si habrá ofertas por ellos.

En este sentido, Zoido ha acabado siendo tan poco realista como Monteseirín. Su predecesor también incluyó la Gavidia en los Presupuestos de 2009 y 2010. Tres años después, la antigua comisaría de Policía aún tiene colgado el cartel de ‘Se vende’.

Las rendijas de Zoido

Ahora que el humorista José Mota ha vuelto a la televisión y que en su día aplicamos a Monteseirín su ‘gag’ sobre el dinero inexistente que Rubalcaba se daba trazas de encontrar rebuscando entre las rendijas del sofá, también podemos extrapolar la humorada a Zoido, el cual se ha revelado un consumado maestro en sacarse de la chistera fondos de donde antes no había nada.

La cantinela del PP desde que llegó al Ayuntamiento con sus veinte concejales por banda es que Monteseirín no sólo había dejado una deuda de 700 millones de euros, sino que también había casi agotado los Presupuestos para todo el año 2011. A título de ejemplo, la nueva corporación citó dos casos sangrantes: sólo había 8.000 euros en caja para afrontar el arreglo de los colegios antes del inicio del curso y 200.000 euros para todos los parques, una cifra tan insuficiente que algunos como el del Tamarguillo, Miraflores y Guadaira quedarían abandonados a su suerte en pleno verano.

Sin embargo, tan sólo dos meses y medio después el gobierno municipal ha metido la mano por las rendijas del Presupuesto y, ¡eureka!, ha encontrado la forma  de gastarse casi 300.000 euros (algo menos de la mitad de lo que le exige a la Junta como contribución a la final de la Copa Davis) en plantas y árboles: 104.000 en flores de Pascua  y casi 200.000 en la restauración de árboles singulares. Si no había dinero ni para arreglar los colegios ni atender los nuevos parques en los barrios, ¿de dónde salen ahora estos 300.000 euros para exornos florales en Navidad? ¿Qué partidas presupuestarias se han modificado y qué otros capítulos se han desatendido para liberar estos fondos? ¿Tienen más importancia las macetas que las aulas de los colegios?.

Y es que Zoido va a comprar 54.060 macetas de flores de Pascua (en realidad lo que llamamos flores son las hojas de intenso color rojo que rodean a aquéllas, de diminuto tamaño), un tipo de ‘euphorbia’ cuya savia es tóxica aunque la gente suele ignorarlo; crisantemos, pensamientos, alhelíes y otras especies para adornar casi únicamente el Centro, el parque de María Luisa “y otras zonas emblemáticas y concurridas de la ciudad”, según el Consistorio.

 

FACTURA MULTIPLICADA

 

El PSOE ha incidido en que el nuevo alcalde destina a adornos vegetales una partida 25 veces superior a la de la Navidad de 2010, cuando por la crisis sólo se habrían gastado 12.000 euros merced a una política de recorte aplicada ya desde 2009, cuando la partida floral navideña ascendió a 42.000 euros.

El gobierno ha respondido a estas críticas diciendo que el gasto en árboles y flores responde a “mejoras de la sostenibilidad y la estética, no sólo de cara a las Navidades, sino al resto del año”.

Al margen de que en una situación de crisis económica de la gravedad que estamos sufriendo este dinero podría haberse destinado a atender otras necesidades más perentorias y que se trata de un gasto prescindible por haber otras prioridades, el argumento de la sostenibilidad ecológica es injustificable, pues se trata justamente de lo contrario: flores de usar y tirar. Este tipo de plantas son forzadas en los invernaderos para poder crear en la época navideña los denominados ‘jardines móviles’, pirámides de macetas con las que decorar cualquier punto seleccionado al efecto, y que una vez pasadas las fiestas quedan inservibles.

Por tanto, este dinero no contribuye a la sostenibilidad porque no queda ninguna planta viva. Al contrario, es un gasto suntuario, un lujo en las actuales circunstancias. Y no sólo  el nuevo Ayuntamiento ha incurrido en esta práctica, sino también la corporación anterior con Eva Patricia Bueno al frente de Parques y Jardines, cuando se gastaron grandes partidas en plantas y en siembras efímeras. Esta tendencia  que aún se mantiene entre nosotros y aumentada por el nuevo Ayuntamiento ha sido ya corregida en otras ciudades europeas y, en España, en Barcelona, por su elevado coste, insostenible en un escenario de crisis y cuando la política generalizada es la de ahorrar como sea para reducir el déficit público.  En congresos de jardinería se está constatando que los expertos abogan  por trabajar a favor de la Naturaleza y no forzando su ritmo con la implantación de flores fuera de temporada u obtenidas en invernaderos a un elevado coste, por lo que propugnan la siembra en los jardines públicos de especies vivaces. Estas permanecen en el terreno tras su floración habitual, que ofrecen de nuevo a la temporada siguiente, por lo que así no hay que gastar dinero año tras año en la compra de macetas que sólo duran unas semanas.

Plantas ya tan típicas entre nosotros como rosales, cannas, agapantos….embellecen los espacios públicos durante todo el año con su verdor después de su floración, porque es imposible encontrar en la Naturaleza una especie que se mantenga florida todo el año.

Ojalá esta polémica sobre la compra masiva de flores efímeras a un elevado coste para las arcas públicas sirva para plantearnos por qué no se potencian los viveros municipales (tenemos dos en Los Remedios) para, con la antelación suficiente, programar la producción abundante no sólo de flores de Pascua, sino también de cualesquiera otras que embellezcan aún más Sevilla a lo largo de las cuatro estaciones.

Quizás no se plantea esta cuestión porque la respuesta sería que Parques y Jardines carece de suficientes medios para actuar a largo plazo. Y, como es sabido, los políticos siempre piensan a corto, por eso la mayoría de ellos acaban siendo en nuestra memoria flor de un día.

 

 

Doctrina Aguayo

Zoido, que a su calidad de alcalde une la de diputado autonómico, aprovechó el otro día que el Guadalquivir aún pasa por Sevilla pese a que lo gestiona la Junta, para desglosar en el Parlamento andaluz la deuda del Ejecutivo de Griñán con la ciudad por impago de tributos al Ayuntamiento: un total de 8,6 millones de euros. El alcalde se indignó por que mientras los sevillanos pagan religiosamente sus tributos, el Gobierno autonómico no se hace el aludido ni aunque le manden al cobrador del frac. Y en eso salió al quite de Griñán su ahijada política y consejera de Hacienda por la gracia de aquél, Carmen Martínez Aguayo, que sentó jurisprudencia con una frase para la posteridad, similar a la de la mano invisible de Adam Smith: “Para que exista una deuda debe estar reconocida también por el que debe pagar”. Ergo si no se reconoce una deuda, ¡no existe! Genial. La doctrina Aguayo está cosechando infinidad de adeptos desde su formulación parlamentaria. No es de extrañar que el Banco de España haya revelado que la tasa de morosidad ha crecido ya hasta casi el 7%.