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La comisión

La Ejecutiva local de IU  ha acordado que su grupo municipal solicite la creación de una comisión de investigación sobre todas las contrataciones del Ayuntamiento con la empresa Fitonovo, presuntamente la principal implicada en la trama de corrupción del caso Madeja/Enredadera, por el que la juez Alaya ha imputado a, entre otros, el hasta ahora portavoz de la propia IU, José Manuel García, ya dimitido; el exedil del PSOE Manuel Gómez Lobo, y el exconcejal del PP y exdirector del área de Medio Ambiente, Joaquín Peña.

IU, que reconoce que se ha visto seriamente perjudicada por las acusaciones e imputaciones, en éste y otros casos -aunque afirma que no se sostienen-, pretende que salga a la luz toda la verdad “caiga quien caiga”; que se depuren las responsabilidades políticas, “tanto la que pudieran afrontar el anterior gobierno local como el actual”, y que se adopten medidas encaminadas a evitar en el futuro un nuevo escándalo de estas características y a garantizar un mayor control en las contrataciones públicas.

Según la coalición de izquierdas, se debe aprobar esta comisión de investigación “por responsabilidad y por coherencia”, como “un ejercicio de higiene democrática”, ya que hay intranquilidad y alarma social entre los ciudadanos.

Sostiene que no hay ninguna interferencia con el procedimiento judicial existente ni son incompatibles, ya que la comisión de investigación puede funcionar en paralelo y, cuando finalice su trabajo, aportar sus conclusiones a la Justicia. Para IU, es probable que el procedimiento judicial dure varios años y que en ese periodo abandonen la vida municipal muchos de los actuales concejales, por lo que la comisión “es absolutamente imprescindible para despejar dudas e incertidumbres sobre lo ocurrido en torno a los contratos de Fitonovo y para elevar conclusiones que mejoren nuestra capacidad de reacción ante casos como éste”.

APOYO DEL PSOE

¿Cuál ha sido la respuesta del resto de grupos municipales?

El portavoz socialista, Espadas, la ha apoyado aun reconociendo la “complejidad” de su creación y funcionamiento ante el desarrollo en paralelo de un proceso judicial. El líder de la oposición estima que el objetivo de la comisión sería poner “luz y taquígrafos” en los contratos municipales con Fitonovo en los distintos mandatos, porque “hay que aclarar cualquier tipo de responsabilidad en el Ayuntamiento, tanto anteriores como en la etapa actual”.

Para los socialistas, que subrayan la necesidad del consentimiento del PP por tener la mayoría absoluta en el Ayuntamiento, de crearse la comisión debería estar presidida por el presidente del Pleno municipal y concejal de Relaciones Institucionales, Javier Landa, que a su juicio “ha dado muestras de tener una actitud de equilibrio y de respeto a los distintos grupos en las sesiones plenarias”.

Y ha añadido Espadas: “No vamos a consentir que se reedite la comisión de investigación del Plan Centro, en la que el portavoz del equipo de gobierno, Francisco Pérez, actuaba como juez y como parte”.

RECHAZO DEL PP

Precisamente el aludido, Francisco Pérez, es quien ha dado la respuesta del grupo municipal del PP, y se ha agarrado para ello a la investigación judicial en curso para rechazar la propuesta de IU. Afirma el portavoz del gobierno local que esta iniciativa es una “argucia personal” de su hasta ahora portavoz, José Manuel García, con el fin de “distraer la atención”, y que la comisión de investigación ya está abierta en el Prado de San Sebastián: “Esa es la mejor comisión de investigación”, concluyó Pérez, en clara alusión a la sede del Juzgado cuya titular es Mercedes Alaya.

Una vez más, se observa el doble discurso de los partidos políticos según se hallen en el gobierno o la oposición, en una institución o en otra o que los afectados en cualquier causa o escándalo sean sus propios militantes o los de terceros.

El argumento de Francisco Pérez para rechazar una comisión de investigación política sobre el caso Madeja en el Ayuntamiento porque ya hay abierta una judicial choca frontalmente con la postura del PP en el Parlamento de Andalucía, donde sostiene todo lo contrario.

INICIATIVAS PARLAMENTARIAS

El PP presentó a finales de septiembre en la Cámara autonómica una propuesta de creación de una comisión de investigación sobre el presunto fraude en los cursos de formación de la Junta de Andalucía, que en aquel momento investigaban no uno, sino cinco jueces en otras tantas provincias andaluzas.

La entonces secretaria general, Dolores López Gabarro, lamentó el “pacto de silencio” de PSOE e IU sobre este escándalo y los acusó de estar “compinchados” contra los andaluces si no votaban a favor de que se creara la comisión.

Los populares andaluces han exigido en el Parlamento autónomo la creación de decenas de comisiones de investigación sobre los más variados casos, a pesar de que estuvieran abiertas causas judiciales: los expedientes de regulación de empleo (EREs), Mercasevilla, venta fraudulenta de suelos en Atarfe, Astapa (desfalco de 60 millones de euros), la Faffe, los cursos de formación….

En 2009, el entonces secretario general, Antonio Sanz, declaraba que el Parlamento tenía “la obligación” de crear comisiones de investigación sobre los escándalos, y recordaba que en 15 años no se había creado ninguna, a pesar de que el PP había solicitado más de cien.

El pasado 17 de febrero, el PP (A) registró una petición de comisión de investigación sobre las subvenciones a la formación con unos argumentos similares a los que ahora emplea IU para propugnar la de Fitonovo en el Ayuntamiento: “Sería bueno llegar al fin de la verdad -declaró Ana María Corredera, vicesecretaria de Organización-, y ahí es donde se va a retratar el Gobierno del bipartito, y si quiere transparencia o todo queda en palabrería y marketing”.

EL PLAN CENTRO

Francisco Pérez tendrá difícil justificar el porqué la doctrina del PP es pedir continuamente comisiones de investigación en el Parlamento andaluz, incluso sobre casos bajo investigación judicial, mientras se niega ahora a que se constituyan en el Ayuntamiento,  cuando Zoido, que se ha presentado a sí mismo ante los sevillanos como el paladín de las “luces y taquígrafos”, no tuvo inconveniente en que se creara la comisión sobre el Plan Centro.

¿Cómo explicarles a los sevillanos que la contratación de una veintena de cámaras de videovigilancia para el plan de tráfico de Monteseirín merecía la creación de una comisión de investigación y no las contrataciones, bajo sospecha de soborno, a Fitonovo, a la que se habrían adjudicado al menos 29 millones de euros en el actual Ayuntamiento y cuando el dueño de la compañía ha declarado que uno de los imputados también le pidió comisiones para, presuntamente, pagarle la campaña electoral a los populares?

La propuesta de IU pone a prueba el discurso de Zoido y del PP sobre la transparencia en el Consistorio, esa transparencia que le exige a Susana Díaz en el Parlamento cuando le reprocha sus negativas a comisiones de investigación, y máxime cuando el PP no tiene nada que perder porque los imputados en el caso Fitonovo están en las filas de IU y del PSOE. Insistir en el rechazo colocaría al grupo municipal de Zoido en la incómoda posición de aparecer como el único interesado en la estrategia de la ocultación.

Cuando una fuerza política no tiene nada que temer no le importa que otras enchufen el ventilador.

Espadas entró al trapo

Zoido decidió tras acceder a la Alcaldía nombrar como presidente de la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones del Ayuntamiento, vulgo Defensor del Ciudadano, a una persona muy singular, con un sentido entre quijotesco y mesiánico de la vida y que para irritación de los políticos no tiene pelos en la lengua, porque dice lo que siente sin pensar en las consecuencias de lo que dice: el comandante de Caballería en la reserva, José Barranca.

Los grupos municipales de PSOE e IU decidieron boicotearlo de inmediato con medidas como no participar en la Comisión y ausentarse de los Plenos en que aquél estuviera institucionalmente presente, por considerarlo un “protogolpista”.

Y es que Barranca, con la impulsividad propia de su carácter y quizás más con un sentido de adhesión personal y lealtad militar al superior jerárquico que otra cosa, tuvo la ocurrencia de enviar a dos periódicos locales una carta para solidarizarse con el teniente general Mena tras ser éste destituido a raíz del discurso que pronunció durante la Pascua Militar del año 2006.

LA CARTA

Mena, general jefe de la Fuerza Terrestre del Ejército, advirtió de su discurso de las consecuencias que para aquélla podría tener la aprobación del nuevo Estatuto de Cataluña y dejó entrever, o más que entrever, que en el caso hipotético de que la Constitución fuera rebasada, el Ejército tendría vía libre para una actuación en defensa de la norma suprema.

Barranca reaccionó enviando la misiva, titulada ‘Mi respetado general’, a los periódicos y en la que, entre otras cosas, decía: “Hacía tiempo que me preguntaba cómo era posible que nadie dijera nada y mirase hacia otra parte ante la ruina moral en que este Gobierno ha sumido a nuestra nación….. Mi general, somos muchos los españoles que pensamos y estamos unidos a usted en estos momentos. Desde estas letras, mi respeto y mi apoyo más sincero….”. Barranca concluía su escrito con una petición de dimisión generalizada del Gobierno por “desleal” con la Constitución y la nación española, “la única hasta la llegada de los progresistas”.

QUEBRADERO DE CABEZA

En los tres años del mandato de Zoido, Barranca se ha convertido en un dolor de cabeza para el gobierno municipal, que lo ha visto más como un aliado de la oposición por el tono de las críticas a la gestión y al estado de la ciudad que como el mero florero que este tipo de cargos son para la clase y el sistema políticos con el fin de aparentar que los ciudadanos tienen valedores independientes y fuera del control del aparato de los partidos.

Barranca es un verso suelto que va por libre y no se somete a nada ni nadie. Además, interpreta de modo muy particular y ‘sui generis’ su función, hasta el punto de que no se limita a recibir, enumerar y transcribir las quejas de los sevillanos en el típico Informe anual que eleva y presenta ante el Pleno, sino que cámara de fotos en ristre se pasea con ojos escrutadores por la ciudad y va tomando notas y recogiendo pruebas sobre lo que ve, para así formarse su propia opinión sobre el funcionamiento de los servicios municipales. El ciudadano José Barranca acaba formulando al Defensor José Barranca sus propias quejas además de o al margen de las que le envían los sevillanos, y luego las incluye en su Informe anual.

Barranca entiende que de esa forma actúa de oficio como Defensor y que está legitimado y tiene autonomía para hacerlo. Sonados son sus enfrentamientos con la Policía Local, a una minoría de cuyos integrantes achaca un comportamiento arrogante, y los taxistas del aeropuerto.

UN PROBLEMA

Al principio, el Defensor del Ciudadano, por su propia rareza, cayó simpático en las filas de un gobierno cómodamente instalado en su mayoría absoluta, pero a medida que se acercan las elecciones municipales y sus quejas sobre el funcionamiento del Ayuntamiento y del estado de la ciudad podían suponer munición para la oposición y calar en los votantes, Barranca pasó a convertirse en un problema. Ha sido sobre todo para el primer teniente de alcalde y presidente del Pleno, Javier Landa, de quien institucionalmente depende y al que por ser un político al que se da por amortizado para las próximas elecciones el PP encomendó la difícil misión de domeñar al rebelde militar.

El catedrático Landa, Reglamento en mano, vetó en primera instancia el Informe anual del Defensor con el argumento de que refleja más, o además, sus opiniones personales que las quejas de los sevillanos. El enfrentamiento entre ambos provocó un retraso en la presentación del Informe anual al Pleno y un principio de crisis al filtrarse a los medios de comunicación. El alcalde se vio entre dos fuegos por no desautorizar a ninguno de los dos y se intentó una solución salomónica que no dejara desairado a nadie.

CAMBIO DE ESTRATEGIA

En este contexto se celebró hace unos días el Pleno en que el Defensor presentaba su Informe correspondiente a 2013. Los ediles de IU, coherentes con su posición de rechazo a Barranca, abandonaron sus puestos y se fueron. Sin embargo, en vez de hacer lo mismo en línea con lo acaecido en años anteriores, los socialistas de Espadas permanecieron en sus escaños. ¿Por qué modificaron su estrategia? Quizás porque esperaban contemplar -y sacar partido del mismo- el enfrentamiento entre Barranca y Landa.

Craso error. Espadas, en vez de quedarse sentado,  entró al trapo de las acusaciones de Barranca de que PSOE e IU actúan de forma conjunta con la Junta para boicotear a Sevilla. Y entonces el portavoz socialista continuó con una especie de cuerpo a cuerpo dialéctico con el Defensor del Ciudadano para acusarle de ejercer “un control político”  sobre la oposición pese a carecer de competencias para ello, recordarle que el PSOE no participaría en su Comisión y exigirle a Zoido su destitución.

El Pleno se convirtió, episodios con Landa aparte, en un rifirrafe entre Espadas y Barranca, para regocijo del PP, que pasó de presunto censor a presentarse como paladín de la libertad de expresión cuando Juan Bueno se permitió el lujo de acusar a Espadas de querer taparle la boca al Defensor mientras que el PP -dijo- escucha sus opiniones aunque no las comparta.

Los 265 expedientes de queja de los sevillanos por las multas, el ruido de los veladores, el vandalismo, la suciedad, etcétera, que habrían ocupado la sesión y los titulares de la prensa al día siguiente desaparecieron del debate y de la perspectiva de los sevillanos porque a Espadas se le ocurrió cambiar de estrategia política e ir al Pleno para decir que no cambiaría de estrategia pero entrando a la vez en un cuerpo a cuerpo con Barranca, por lo que los medios de comunicación transmitieron la imagen de un Pleno convertido en una bronca entre el Defensor y Espadas.

Así fue como Barranca dejó de ser el problema de Zoido y del PP para proyectarse como el problema de Espadas y del PSOE.

El Consistorio reconoce el grave deterioro en los servicios del IMD tras los recortes

La aplicación de las políticas de ajuste ha afectado a prestaciones “prioritarias para la ciudadanía”

Trata de rectificar declarando esenciales seis áreas aunque “optimizando” la plantilla existente

El interventor certifica que el Consistorio ha recortado en personal un 19% más de la cuenta

La gerente del Instituto Municipal de Deportes (IMD), María José Pedrosa Carrera, ha elevado al Consejo de Gobierno una propuesta que supone la admisión explícita de las tesis de la oposición sobre las graves consecuencias que para los Servicios Municipales han tenido las políticas de ajuste decretadas por el Ejecutivo de Rajoy y asumidas por el Ayuntamiento de Sevilla.

La gerente recuerda que se ha acordado:

1) La congelación de retribuciones de los empleados públicos.

2) Tasa cero de reposición de efectivos, salvo para los sectores y Administraciones exceptuadas por ley.

3) Imposibilidad de proceder a contrataciones de personal temporal ni de funcionarios interinos, salvo para casos excepcionales y para cubrir necesidades urgentes e inaplazables.

Según María José Pedrosa, “la aplicación de estas medidas por el IMD ha tenido consecuencias en la plantilla, de forma que ha experimentado una importante disminución de efectivos, provocando, en algunas unidades, un grave deterioro en la prestación de determinados servicios considerados prioritarios para la ciudadanía”.

Por ello, la gerente plantea que se recurra a la excepción prevista en la propia ley: definir como esenciales ciertos servicios para que así no se vean afectados por los recortes de personal. Se trata de que el IMD preste el servicio que tiene encomendado en términos razonables de eficacia, “manteniendo -afirma- su funcionamiento en términos mínimo/necesario…”. Para ello propone que se declaren esenciales seis áreas dentro del IMD:

-Conservación, mantenimiento, adecuación y gestión energética de instalaciones.

-Conservación y mantenimiento, predictivo, preventivo, correctivo y de urgencia de instalaciones.

-Control y analítica de vectores de incidencia sanitaria (legionelosis, torres de refrigeración…).

-Apertura, cierre y control de accesos de instalaciones.

-Atención e información al usuario y desarrollo y mantenimiento de sistemas de información.

-Ejecución, desarrollo y control del catálogo de productos y servicios.

 

Sin embargo, esta propuesta no supone para el Ayuntamiento que haya que realizar contratos temporales, sino “optimizar los recursos humanos” existentes, con lo cual hay entre diez y veinte contratados en estas circunstancias que siguen viendo su situación en peligro.

Este reconocimiento por parte de la gerente del IMD sobre el deterioro del servicio público prestado por este organismo municipal como consecuencia de la política de recortes, se suma al informe de la Intervención Municipal sobre el seguimiento del Plan de Ajuste del Ayuntamiento correspondiente al cuarto trimestre de 2013.

José Miguel Braojos afirma que el Ayuntamiento se había planteado un objetivo de ahorro en este capítulo presupuestario de 26,4 millones de euros pero que realmente ha sido de 31,4 millones, 5 millones de euros de demasía y equivalentes a un 19% más.

La agenda del alcalde

Mientras Zoido visita

una pista de petanca

que para colmo no ha

hecho ni el Consistorio

Susana Díaz no deja

de firmar acuerdos

con los grandes

empresarios del Ibex-35


El alcalde debe

reflexionar sobre cuál es

su orden de prioridades

en una ciudad con

90.000 parados, para

administrar su escaso

y se supone que

valioso tiempo

El reciente Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), realizado por el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de la Universidad de Granada poco antes de la designación a dedo por Rajoy de Juan Manuel Moreno Bonilla como nuevo presidente del PP (A) en sustitución de Zoido, demuestra lo acertado del relevo del alcalde de Sevilla como líder de la oposición andaluza, al menos en estos momentos.

El Egopa de febrero equivale al balance de la trayectoria de Zoido al frente del PP andaluz. Cuando el alcalde sevillano tomó el timón del partido hace casi dos años tras la dimisión de Javier Arenas, el PP encadenaba tres victorias consecutivas en Andalucía, la última en las autonómicas de marzo de 2012, en las que obtuvo un 40,66% de los votos, frente al 39,52% del PSOE.

 

AL CABO DE DOS AÑOS

 

Casi dos años después, Zoido deja el PP (A) con un 31,10% de intención de voto (una caída de 9,56 puntos); de nuevo como perdedor frente al PSOE, por cinco puntos de diferencia pese al también retroceso socialista ya con Susana Díaz al mando en su partido y en la Junta (36,70% en intención de voto, un -2,82%); con una mala opinión sobre su gestión por parte de los andaluces (el 69% estima que la labor del PP en la oposición ha sido mala o muy mala) y con un suspenso global en su calificación personal (un 3,6 frente al aprobado raspado de Susana Díaz, con un 5).

Se imponía, pues, el relevo de Zoido, tanto por el PP (A), a fin de encomendarse a otro líder que se centre en la recuperación de la cuota electoral perdida, como por el propio alcalde de Sevilla, que queda liberado por fin de unas tareas orgánicas y de dirección regional para las que no está dotado ni él ha deseado, con lo cual se encuentra ahora con quince meses por delante para dedicar el 100% de su tiempo a gestionar los destinos de Sevilla y que los sevillanos le den, por añadidura, el premio de la reelección.

 

EL SUCESOR VINO EN EL AVE

 

Una vez superado el amargo cáliz de ver cómo, al contrario de lo que él había venido proclamando en todo este tiempo, su sucesor era nombrado en Madrid y venía en el AVE desde Atocha a la estación de Santa Justa tras la decisión de Rajoy de orillar a su candidato y lugarteniente, José Luis Sanz, había un lógico interés en los medios de comunicación por ver cómo organizaría Zoido su agenda y, con ella, qué líneas de actuación proyectaría de cara al futuro.

Pues bien, el primer acto de Zoido como alcalde liberado por el PP (A) para que se dedique única y exclusivamente a Sevilla consistió en inaugurar, según las informaciones de agencia, una nueva zona de petanca en el Parque Amate y la “puesta en valor de las acciones acometidas en este espacio”.

 

RIZANDO EL RIZO

 

Reflejan las crónicas periodísticas que, durante su visita, Zoido detalló que el Ayuntamiento ha aportado tanto los bancos y los adoquines que dividen las pistas de petanca como el albero y la gravilla de esta zona: “Ha aportado todos los materiales necesarios para la construcción de la pista -afirmó el alcalde- y han sido los miembros del club Parque Amate los que se han encargado de hacerla a su gusto”.

Zoido, que explicó que se está tramitando ya un expediente para dotar de iluminación a la zona, consideró que esta pista de petanca demuestra que “en numerosas ocasiones no son necesarios grandes proyectos ni presupuestos elevados para mejorar la calidad de vida de los sevillanos: ha bastado la cesión del material por parte del Ayuntamiento a los vecinos para que éstos puedan disfrutar, gracias a su esfuerzo y trabajo, de la instalación que deseaban para dedicarse al ocio y al deporte”.

El alcalde ha rizado el rizo al inaugurar o visitar una pista de petanca que ni siquiera ha construido el Ayuntamiento, sino los propios vecinos, y en un espacio que tampoco tiene farolas, una tónica ésta de la falta de mobiliario urbano que ya viene siendo habitual en las últimas zonas verdes (parques del Charco de la Pava y del Guadaíra) y/o de esparcimiento ciudadano.

 

ACTOS DE SIETE DIAS

 

Ya aventuramos que la nueva etapa política que se avecinaba se iba a caracterizar por más presencia de Zoido en la calle y en los actos sociales, a la indisimulada búsqueda de la foto, y la agenda oficial del alcalde en la primera semana post Moreno Bonilla como nuevo líder del PP (A) va en esta línea, según reflejan las convocatorias periodísticas de su Gabinete:

-Lunes, 17 de febrero: Zoido visita la nueva pista de petanca del Parque Amate.

-Martes, 18 de febrero: Inauguración de una Jornada sobre la Ordenanza reguladora de obras y actividades; firma en el Ayuntamiento de un convenio de colaboración sobre las enfermedades raras; reunión con la Unión Sevillana del Taxi (el Ayuntamiento subrayó que el acto se convocaba sólo para los medios gráficos), y asistencia a la entrega de un premio periodístico promovido por un editor que trincó más de 8 millones de euros de los ERE, con cargo a la tristemente famosa partida 31L o ‘fondo de reptiles’, tras cartearse con Javier Guerrero, pese a que Zoido y el PP han calificado este caso como el mayor escándalo de corrupción de la historia de Andalucía y exigido insistentemente la devolución de hasta el último céntimo del dinero. A la hora de salir en las fotos, Zoido no hace ascos a ponerse al lado de  los beneficiarios de los ERE que tanto ha denunciado.

-Miércoles, 19 de febrero: Presentación de la nueva maquinaria de Lipasam.

-Jueves, 20 de febrero: Intervención en la entrega de premios de calidad turística; inauguración de unas Jornadas sobre Antonio Machado en la casa-palacio de las Dueñas y asistencia al acto inaugural del 115 aniversario de otro periódico de la ciudad.

-Viernes, 21 de febrero: Presentación de la XXX maratón Ciudad de Sevilla junto a varios atletas.

-Domingo, 23 de febrero: Asistencia en la línea de meta a la llegada de los atletas de la maratón (convocatoria expresamente para reporteros gráficos).

 

SESGO POPULISTA

 

Esta ha sido la agenda oficial de la primera semana de la nueva era de Zoido, impregnada de un significativo sesgo populista, tan de su gusto. Cabe preguntarse en cuántos de estos actos podría haber delegado la asistencia y cuál es el orden de prioridades que se marca el alcalde en una ciudad con 90.000 parados.

Con todos nuestros respetos a los integrantes del club deportivo y al propio Zoido, deberíamos reflexionar sobre si el regidor de la capital de Andalucía debe dedicar su escaso y se supone que valiosísimo tiempo a visitar unas instalaciones autoconstruidas en un parque antes que a diseñar las grandes estrategias de futuro para la ciudad, reunirse con grandes empresarios a fin de captar inversiones para Sevilla, buscar consensos con la oposición para afrontar unidos los retos a que ha de hacer frente la ciudad en un mundo globalizado, etcétera, etcétera.

La nanopolítica, que ya ni siquiera micropolítica, de la populista visita al club de petanca contrasta con el hecho de que en tan sólo unos meses de mandato su hasta ayer rival y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ya se ha entrevistado y firmado acuerdos beneficiosos en materia de inversiones y becas para Andalucía con Emilio Botín (Banco Santander), César Alierta (Telefónica), Isidro Fainé (Caixabank)…. grandes empresarios del Ibex-35.

 

¿Y EL FUTURO?

 

Otro gran contrasta radica en el hecho de que no es Zoido ni su gobierno municipal, sino una asociación privada (por fin se demuestra que la sociedad civil existe) llamada Iniciativa Abierta la que está organizando durante dos meses un ciclo de conferencias, debates y participación ciudadana con el sugestivo título de ‘¿Quién está pensando en la Sevilla de los próximos 20 años?’. La respuesta en pura lógica es que debería ser el alcalde y su equipo, pero no parece que sea así, ya que hasta la presente ignoramos cuál es el modelo de ciudad de Zoido para Sevilla.

Dijo Bismarck que “el político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación”.

Las miras de Zoido no van más allá del corto plazo y de la caza del voto a voto, antes que ser un estadista que piensa allende el horizonte electoral de los cuatro años. Por éso, en su agenda, siempre dará prioridad a visitar una pista de petanca antes que a soñar caminos como en el poema de Machado.

Paisaje después de la batalla

Una semana después de que el dedo ‘divino’ de Mariano Rajoy designara al malagueño Juan Manuel Moreno Bonilla como nuevo presidente del PP(A) en sustitución de Juan Ignacio Zoido y en detrimento del lugarteniente de éste y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, la dupla sevillana que ha gobernado el PP andaluz durante el interregno tras la dimisión de Javier Arenas aún se lame las heridas de un fiasco que, por ende, acaba con su vitola de triunfadores que como un aura les acompañaba desde las pasadas elecciones municipales.

Al igual que en la época de la guerra fría entre EE UU y la URSS surgió en Occidente la figura de los kremlinólogos, especie de adivinos políticos que mediante el análisis de señales casi imperceptibles trataban de discernir qué ocurría y podía ocurrir tras los muros en los que se parapetaba el líder soviético, en los medios periodísticos cabe hablar de los ‘marianólogos’, presuntos expertos en descifrar el sentido de las decisiones adoptadas o pendientes de adoptar por el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, porque es lugar común que nunca se sabe si el político gallego sube o baja la escalera.

 

CASTIGO DE RAJOY

 

Un sector de los ‘marianólogos’ estima, tras las señales de humo emitidas desde la sede de los populares en la calle Génova de Madrid, que la designación de Moreno Bonilla ‘en contra de’ Sanz, el protegido de Zoido, no obedece tanto a los cortocircuitos de Arenas a las maniobras de Cospedal como a un castigo de Rajoy a Zoido por el hecho de habérsele negado a seguir siendo el referente andaluz del PP y, por tanto, el rival de Susana Díaz en las próximas elecciones autonómicas.

Si Rajoy confió casi hasta el final en convencer a Zoido para que éste cambiara de opinión y por éso no apuntó con el dedo a Moreno Bonilla hasta en la víspera del día ‘D’ y volando ya camino de Turquía, o si Zoido no supo interpretar el hieratismo del líder máximo y sus dos frenos a la operación de encumbramiento de Sanz como su sucesor, el caso es que el alcalde de Tomares ha acabado siendo la víctima de la batalla política librada en el seno del partido, a cuenta del nombramiento para Andalucía, entre partidarios y rivales del dúo Cospedal/Arenas para que no se impusiera la persona apoyada por el otro clan o facción.

Cuando el aún secretario general de los populares andaluces quiso reaccionar tras la sorpresiva decisión de Rajoy a favor de Moreno Bonilla, ya era demasiado tarde e incluso políticamente suicida, pese a que por el silencio del PP de Sevilla y la tibieza de Zoido al hablar de la posibilidad de que otros candidatos “se ofrecieran voluntarios” se colegía que el alcalde aljarafeño sopesaba los apoyos que podría tener en el partido para lanzar su candidatura, habida cuenta de que había reunido sin problemas los 90 avales exigidos como un mero trámite en lo que en principio parecía su carrera triunfal hacia el liderazgo de la formación en Andalucía.

 

CONFINADO EN TOMARES

 

Pero mientras Sanz sopesaba, se multiplicaba el eco mediático del nombramiento de Moreno Bonilla, éste se expresaba sin la menor duda como el candidato oficial de Rajoy y del partido y en cascada se iban produciendo adhesiones públicas que dejaban aún más en evidencia la soledad de Sanz y el silencio del PP de Sevilla. En horas veinticuatro, como en aquellos dramas de Lope de Vega concebidos desde las musas para el teatro, José Luis Sanz pasaba de ser el número dos y número uno ‘in pectore’ del PP en Andalucía a la condición de ‘outsider’ en su propia formación. Ni los desesperados intentos de Cospedal por convencerlo, para no aparecer aún más desautorizada tras la apuesta política de Rajoy, lograron que sanz diera finalmente un paso al frente. Habría sido suicida enfrentarse a Rajoy y a un partido de tradición y obediencia presidencialistas, por lo que tiró la toalla antes que subir al ring.

Moreno Bonilla, en un gesto magnánimo del vencedor, le ha ofrecido que forme parte de la nueva Ejecutiva como señal de integración o que elija algún puesto a su gusto dentro de los que tiene a su alcance el PP, pero lo más probable es que José Luis Sanz opte por apartarse para no hacer sombra al nuevo líder en Andalucía y se quede como está: confinado en la Alcaldía de Tomares, cargo desde el que debe afrontar el problema de los tres ediles que tiene imputados judicialmente, y en el ‘cementerio de los elefantes’ del Senado. Hay trenes que sólo pasan una vez en la vida y el de Sanz ha pasado por delante sin que haya podido subirse a bordo.

 

ROL EQUIVOCADO

 

Si para algunos  ‘marianólogos’ el nombramiento del malagueño Moreno Bonilla ha significado un castigo de Rajoy a Zoido, con Sanz de víctima colateral, por haberle dicho ‘no’ al reto de enfrentarse a Susana Díaz en las próximas elecciones autonómicas, más castigo habría sido aún para Zoido mantenerse en un rol equivocado, como se ha puesto de manifiesto en los casi dos años en que ha estado nominalmente al frente del PP andaluz y desatendiendo en paralelo el Ayuntamiento de Sevilla, para el que fue elegido en las urnas.

Aunque el alcalde siempre ha sostenido que debe ser diputado en el Parlamento de Andalucía para defender en ese foro los intereses de la ciudad de Sevilla, el jueves pasado, primer día de Pleno en las Cinco Llagas tras el terremoto interno en el PP (A), hizo rabona y se fue de viaje particular. Antepuso la devoción familiar a la obligación política. Al margen de comprobar si en su grupo parlamentario tienen arrestos para imponerle algún tipo de sanción, su voluntaria ausencia sirvió para que los cronistas parlamentarios ratificaran la impresión que tenían desde hacía ya bastante tiempo: el portavoz parlamentario, el motrileño Carlos Rojas, daba mucho mejor la réplica que Zoido, el aún líder oficial, a Susana Díaz en todos los sentidos.

Una de las constataciones más difíciles de asumir por un político y por cualquier persona es la de las limitaciones propias. En este sentido, aunque hay quienes opinan todo lo contrario, Zoido ha sabido comprender, por más que le molestara a Rajoy,  que no estaba capacitado para dar la batalla política regional ni en el Parlamento como líder de la oposición -primero ante Griñán y luego ante Susana Díaz-, ni en el partido para dirigir la estrategia general ni la vida interna de la formación, que claramente ha perdido el impulso y la moral de victoria que acumulaba tras sus tres triunfos consecutivos en las elecciones municipales, generales y autonómicas (sólo el pacto postelectoral PSOE-IU le privó de gobernar en Andalucía) bajo el mando de Javier Arenas.

 

FIN DEL NÚCLEO DURO

 

Su retirada en este sentido es un acierto y puede que lo sea más en función de la ejecutoria de Moreno Bonilla, ya que no es lo mismo el rol de acumular todas las tareas de líder regional que el de permanecer de diputado raso (sería lo más probable) para intervenir sólo en los temas que afecten a Sevilla. Pero como toda moneda tiene su anverso y su reverso, el nombramiento de Moreno Bonilla en lugar de su lugarteniente José Luis Sanz se proyecta ante la opinión pública como su fracaso personal y político, por cuanto ha quedado en evidencia su incapacidad para pilotar su propia sucesión, su pérdida de influencia ante Rajoy y en el partido, el menor peso específico del alcalde de Sevilla en cuanto capital de Andalucía y la pérdida de poder del PP de Sevilla dentro del PP regional, ya que el núcleo duro pasa de la dupla sevillana formada por Zoido y Sanz al PP de Málaga con Moreno Bonilla al frente.

La vocación de un político no puede ser otra que la conquista del Poder a todos los niveles. Cuando Zoido decidió renunciar a dar la batalla por conquistar el Poder de la Junta de Andalucía desde el poder que ostentaba como líder del PP regional, desde ese mismo momento  dejó de ser útil para su propio partido y abrió el proceso que ha desembocado en el orillamiento de todo lo representado por él, con Sanz como máximo exponente. Es, pues, también un tiempo nuevo en el PP con Moreno Bonilla como antes lo fue en el PSOE con Susana Díaz.

 

IMAGEN DE FRACASO

 

Zoido ha quedado liberado de dirigir el PP de Andalucía, pero queda marcado por su incapacidad para articular su propia sucesión y prolongar vicariamente su proyecto, si es lo que lo había, a través de su ahijado político, José Luis Sanz. Pudo ganar externamente en las urnas las elecciones municipales, pero ha perdido internamente las elecciones en su propio partido. Voluntariamente su campo de acción queda constreñido a la ciudad de Sevilla, cuando podría haber tenido hasta una proyección nacional, pero la política, como el fútbol cada domingo, da una nueva oportunidad con cada cita en las urnas, que a la postre es donde se forjan y mantienen los liderazgos.

Ahora se enfrenta al reto de revalidar la Alcaldía con tan sólo 15 meses de plazo hasta las elecciones municipales, en una ciudad con 90.000 parados, sin grandes proyectos que rentabilizar ni tiempo suficiente ya para que se materialice cualquier gran iniciativa que pudiera surgir.

En este escenario, lo más probable es que Zoido se aplique aún más la receta cuya fórmula mejor sabe hacer y que ya le ha dado resultado anteriormente: populismo y marketing político; recuperar la parka y recorrerse los barrios para estrechar las manos de los vecinos e interesarse por sus pequeñas historias y por la resolución de sus problemas cercanos, amén de incrementar su presencia en todo tipo de actos sociales con proyección mediática.

En resumen, más calle y más canapé.

“Lo que diga don M….”

No queda lejos en Sevilla la época en que se popularizó la expresión “lo que diga don Manué” para describir la situación en dos estamentos donde no importaba siquiera guardar las formas democráticas y donde se actuaba conforme a las instrucciones y la voluntad omnímoda del jefe, cuyo ejercicio dictatorial del poder era incluso alabado por sus seguidores con la asunción como propia de la frase citada, al modo en que en los tiempos de Fernando VII los sevillanos de entonces gritaban el “vivan las caenas”.

El “lo que diga don Manué” se aplicaba ciegamente en el plano deportivo al Real Betis Balompié bajo la presidencia de Manuel Ruiz de Lopera; y, en el plano político, al PSOE, con Manuel Chaves como secretario general, presidente de la Junta de Andalucía y hasta presidente nacional del partido.

La validez del principio “lo que diga don Manué” la pudo comprobar en sus propias carnes el líder ‘natural’ del PSOE de Sevilla y portavoz en el Parlamento de Andalucía, José Caballos, cuando osó rebelarse frente a los designios de Chaves y aspirar de nuevo a la reelección al frente de la agrupación socialista más poderosa de España. ‘Don Manué’ señaló como el elegido ante el partido y la Junta de Andalucía a José Antonio Viera para la Secretaría General de Sevilla  y Caballos, pese a su numantina resistencia hasta el final,  fue laminado y acabó en el ostracismo político.

LA ‘M’ DE RAJOY

El alcalde de Sevilla y presidente del PP (A), Juan Ignacio Zoido, ha comprobado la vigencia de la expresión dictatorial en su propio partido, con la única diferencia de que la letra ‘M’ responde a otro nombre que no es Manuel, sino Mariano. Mariano Rajoy, a la razón presidente nacional del partido y del Gobierno.

Rajoy ha dejado más que claro, y ya por dos veces en los últimos meses, que en Andalucía no se hace lo que dice o propone Zoido como presidente regional, sino lo que decide él mismo: “lo que diga don Mariano”. Y es que como alardea Rajoy, a él nadie le marca ni los nombres de los candidatos, ni los tiempos ni las formas.

Por éso Rajoy ha abortado en dos ocasiones la operación diseñada por su secretaria general, María Dolores de Cospedal, y su presidente regional en Andalucía y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, para la designación del alcalde de Tomares y mano derecha de aquél, José Luis Sanz, para disputarle la Presidencia de la Junta de Andalucía a una emergente Susana Díaz, la nueva estrella rutilante en el PSOE andaluz y nacional.

ZOIDO VERSUS SUSANA

El contraste entre Zoido y Susana no puede ser más evidente a ojos del electorado. Mientras la trianera maniobró con independencia en el seno del PSOE en pro de Carmen Chacón y frente a Rubalcaba en el congreso nacional de su partido sin sufrir menoscabo alguno por alinearse con la facción perdedora y luego, ya como presidenta de la Junta, utilizó como un solo bloque a los parlamentarios socialistas andaluces para obligar a Rubalcaba a cambiar el sentido del voto del PSOE en una moción sobre la cuestión catalana, Zoido ha sido desacreditado por dos veces por su líder nacional en su intento de colocar a Sanz como su sucesor en Andalucía.

Primero lo intentó al inicio del nuevo curso político en otoño, tras filtrar convenientemente la operación como un hecho consumado a los medios periodísticos afines, pero se topó con el veto de Rajoy, dicen que instigado por Javier Arenas, el cual no habría dejado nunca de tutelar al PP (A) en la sombra y hasta en la luz (dimitió como presidente regional pero no como diputado de la Cámara autonómica), y al que Rajoy atribuye buena parte de su acceso a la Moncloa tras las tres victorias consecutivas del PP en Andalucía, aunque éso no le sirvió a Arenas para instalarse en San Telmo: elecciones municipales, generales y autonómicas.

El legado político de Arenas es incuestionable a ojos de Rajoy, ya que el PP tiene 50 diputados en el Parlamento autonómico y gobierna en cinco Diputaciones y en 23 de los 29 municipios más poblados de la comunidad. Con ese balance, no es de extrañar que Arenas le mantenga el pulso al dúo Cospedal/Zoido en lo que entiende ‘su’ feudo político, ya que esos resultados se deben en gran parte a los miles de kilómetros que él se hacía cada año para no dejar sin visitar ninguno de los 787 municipios que componen Andalucía.

NI ANTES NI DESPUÉS

Rajoy mandó parar y dio de plazo un nebuloso “hasta después que pase el turrón” para que se moviera de nuevo ficha en Andalucía. Quedó así demostrado que, contrariamente al mensaje de Zoido, el candidato del PP a la Junta no se elige en Andalucía, sino en Madrid y por el dedo del presidente nacional, amén de la escasa influencia del alcalde sevillano ante el supremo líder: “Lo que diga don M…ariano”.

La historia ha vuelto a repetirse hace unos días, cuando tras la convención nacional del PP en Valladolid Cospedal ‘bajó´a Sevilla para anunciar al alimón con Zoido a los presidentes provinciales del partido en una cena convocada a tal efecto el nombre de José Luis Sanz, alcalde de Tomares, como el elegido. Sin embargo, la cena hubo de ser cancelada sobre la marcha por, otra vez, orden de Rajoy y, según los oficialistas de Zoido, por interferencias de Arenas, que quiere controlar la sucesión tras el distanciamiento habido con el alcalde sevillano, su otrora protegido. Se trata de una historia paralela a lo sucedido en el PSOE entre Griñán y Chaves: los delfines acaban orillando a sus padrinos, como temía Saturno con sus hijos.

SIN CANDIDATO OFICIAL

Por primera vez en la historia del PP (A), se llegará al congreso extraordinario convocado para el 1 y 2 de marzo con el fin de elegir al sucesor de Zoido sin un candidato oficial y único ungido desde arriba. En la tradición de los populares es prácticamente imposible que un ‘outsider’ como en su día fue Zapatero en el PSOE se presente al margen o contra un candidato del aparato (como en el caso de aquél era Bono) y encima gane un congreso, lo que demuestra la distancia que aún separa a los dos grandes partidos españoles.

El miércoles acaba el plazo de presentación de candidaturas y aunque sólo hace falta el respaldo de 90 avalistas, conforme a esa tradición monolítica en el seno del PP lo más probable es que de aquí a entonces se forje una candidatura unitaria, pero ¿en torno a quién?.

De momento, José Luis Sanz, el alcalde aljarafeño y secretario general del PP (A) con Zoido, es la persona que sigue teniendo más posibilidades, entre otras razones porque ni Cospedal ni Zoido han podido hallar una alternativa mejor y porque han llegado demasiado lejos en su apuesta por él como para echarse atrás ahora.

FACTORES EN CONTRA

Sanz es visto por el sector crítico, alineado en torno a Arenas y con más fuerza en Cádiz y Málaga, fundamentalmente como el representante del centralismo sevillano (ese tópico nunca puede faltar) y de una circunscripción, Sevilla, que sigue siendo la única en la historia de España en democracia donde el PP no ha sido capaz de ganar unas elecciones, sea del signo que sea. Además, tiene en su contra que está fuera del Parlamento de Andalucía al no ser diputado autonómico y por tanto no podría contrarrestar a Susana Díaz en la cámara autonómica (a Arenas en su día le ocurrió lo mismo respecto de Chaves y Monteseirín fue elegido candidato a la Alcaldía de Sevilla un año antes y estando fuera del Ayuntamiento). Por otra parte, tiene a tres de sus ediles imputados judicialmente por la denuncia de la oposición municipal en un caso de presuntas facturas falsas.

Si pese a todos esos elementos en contra aspira aún a erigirse en el nuevo líder del PP andaluz tendrá que negociar concesiones a sus detractores en la formación de su equipo y en la asignación de cargos de relevancia (secretario general, portavoz parlamentario), pero ya ha quedado marcado ante la opinión pública como el hombre que fue descartado dos veces por don M…ariano Rajoy.

Y si resultara designado candidato sería porque no quedaría nadie más por descartar.

‘Me quedo en Sevilla’

El dato revelado al finalizar 2013 por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de que, conforme a la actualización del Padrón, Sevilla ha perdido 2.186 habitantes a lo largo del pasado año y se queda con 700.169, a tan sólo un paso de bajar de la cifra redonda de los 700.000, ha provocado preocupación general y suscitado todo tipo de comentarios sobre si se trata de un indicador de un declive con consecuencias políticas, económicas y hasta de rango, por el riesgo de perder la calificación como ‘gran urbe’ y de ser adelantada como cuarta de España por Zaragoza.

En efecto, la capital aragonesa es la única de las tres españolas (junto con Las Palmas de Gran Canaria y Málaga) que no pierde población en 2013, queda ahora con 682.004 habitantes y está a tan sólo 18.165 de igualar a Sevilla. Tiene muchas probabilidades de sobrepasarla demográficamente antes de que lleguemos al primer cuarto de este siglo XXI.

Hay que subrayar que, de momento, Sevilla aún se mantiene con más de 700.000 habitantes, pero hay que atender la señal de alarma que avisa de que estamos a punto de caer por debajo de esa cifra. La primera consecuencia sería de índole política. Siempre que supere los 700.000 habitantes la ciudad mantendrá los 33 concejales actuales. Ahora bien,  en el momento en que quedase con 700.000 justos o menos de esa cantidad perdería dos ediles (se quedaría con 31), ya que el artículo 179 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General establece que se asignarán  25 concejales por hasta 100.000 habitantes  y uno más por cada otros 100.000 o fracción, añadiendo uno más cuando el resultado final fuese par.

CONSECUENCIAS POLÍTICAS

Con la población actual le corresponderían los 25 concejales por hasta 100.000, más 6 por hasta 700.000, más 1 por la fracción de 169,  más el último por ser el resultado par, a fin de facilitar la gobernación con un número impar de ediles (33) que permita una mayoría absoluta, ya que con 32 (número par) podría generarse una ingobernabilidad por teóricos empates en las votaciones.

Cabe preguntarse si la configuración política de la corporación actual habría sido diferente con 31 que con 33 concejales. Dicho de otra manera: ¿a qué partido político beneficia y a cuál perjudica electoralmente que Sevilla tuviera 700.000 habitantes o menos y perdiera dos concejales? Es imposible saberlo, porque las circunstancias son distintas en cada elección y los votantes no se comportan de la misma manera.

En un mero ejercicio de política-ficción, si extrapolamos los votos obtenidos por cada partido en las últimas elecciones municipales (mayo 2011) a una corporación con 31 ediles en vez de con 33, paradójicamente la cuota de poder  entre los partidos no habría variado pese a que el PP habría perdido dos ediles, pero no su mayoría absoluta. El Ayuntamiento resultante habría sido  del mismo color político que el actual, con estos resultados:

PP: 49,3% de los votos y 18 concejales.

PSOE: 29% de los votos y 11 concejales.

IU: 7,1% de los votos y 2 concejales

PA y UPyD no habrían obtenido concejal alguno.

GRAN CIUDAD

Pese a que se ha admitido comúnmente que Sevilla perdería su condición de gran urbe si bajara de los 700.000 habitantes, técnicamente es una falsa creencia, aunque psicológicamente, y máxime si es rebasada por Zaragoza con el tiempo, la ciudad se lo tomaría como una pérdida de rango en la clasificación, máxime en estos tiempos en que se admite cada vez más que son las ciudades y no los países las que compiten en una especie de Liga mundial por la captación de grandes proyectos y la proyección universal de su ‘imagen de marca’.

Legalmente, Sevilla no perdería la condición de municipio de gran población,  ya que esta figura se instauró en  la Ley 57/2013, de 16 de diciembre, de Medidas para la Modernización del Gobierno Local, y en la misma se define como tales  a los municipios con población superior a los 250.000 habitantes, las capitales de provincia de población superior a 175.000 habitantes, los municipios capitales de provincia, capitales autonómicas o sede de instituciones autonómicas y los municipios cuya población supere los 75.000 habitantes que presenten circunstancias económicas, sociales, históricas o culturales especiales. Y es evidente que Sevilla sigue cumpliendo todos estos parámetros.

FINANCIACIÓN

La tercera gran consecuencia con la que se ha especulado es la económica. A menos habitantes, menos transferencias ‘per cápita’ de recursos por parte de las Administraciones estatal y autonómica. Se ha estimado que de entrada la ciudad va a perder 400.000 euros por esta regresión demográfica, un dinero que no sería nada despreciable, por cuanto equivale casi al coste del alumbrado navideño de un ejercicio, según las cifras oficiales facilitadas en su día al respecto por el Ayuntamiento.

No parece que a tenor de las actuales cifras del padrón, pese a la pérdida de habitantes sufridas, la repercusión económica vaya a ser notable, ya que Sevilla sigue ostentando todas las calificaciones como ciudad que vimos anteriormente.

La financiación en virtud de la Ley de Haciendas Locales sólo se vería significativamente afectada si la población bajara de 75.000 habitantes, para lo cual haría falta literalmente una hecatombe. En cualquier caso,  estos parámetros no son fáciles de estimar ‘a priori’,  ya que dependen de  su regulación en los Presupuestos Generales del Estado, en los de la Comunidad Autónoma, en las liquidaciones de las Cuentas Generales de estas dos administraciones, etcétera, y a partir de la aplicación de unas fórmulas matemáticas.

Las consecuencias prácticas, al menos de momento, de la pérdida de población sufrida no son tan graves como al principio se pensaron, pero no por ello la caída en 2.186 habitantes en tan sólo un año deja de ser preocupante. Esta mengua no se ha producido de la noche a la mañana. Cabe deducir que se ha ido produciendo una acumulación sucesiva de bajas en el padrón y que ‘alguien’ en el Ayuntamiento tendría que haber detectado el fenómeno que se estaba produciendo y reaccionado sobre la marcha con medidas paliativas para evitar o contrarrestar la sangría demográfica. Sin embargo, ya hemos visto que no ha sido así. Nadie se ha percatado de nada hasta que el Instituto Nacional de Estadística ha publicado la cifra revisada y disparado la alarma.

REACCIÓN OFICIAL

¿Y cuál ha sido la reacción oficial del Ayuntamiento? Zoido le ha restado importancia. Cuando le preguntaron sobre la posibilidad de que la población empadronada caiga por debajo de la barrera de los 700.000 habitantes, el alcalde señaló que la población de la ciudad lleva dos décadas moviéndose en torno a esa cantidad: “Esa cifra de 700.000 habitantes, arriba o abajo, lleva en la ciudad las últimas dos décadas”.

Sin embargo, muy distinta fue su reacción cuando a final de 2007 se conoció el padrón actualizado y que Sevilla se había quedado en 699.145 habitantes, tan sólo 1.024 menos que ahora. Ocho días después, Zoido, por entonces líder de la oposición, anunciaba el lanzamiento de la campaña ‘Me quedo en Sevilla’, para frenar lo que calificaba como “éxodo de la población”. En una intervención ante el Comité Ejecutivo Regional del PP (A), el hoy alcalde  dijo: “Desgraciadamente, en Sevilla se ha producido un éxodo masivo e innecesario que  ha dado un mazazo al censo, el cual ha bajado de la barrera psicológica de los 700.000 habitantes. Esto demuestra que mientras en España otras ciudades despegan, Sevilla se ancla, al tiempo que el descenso de habitantes supone menos inversiones para la ciudad….”.

 Según Zoido, si en Sevilla vivía menos gente  “es porque los sevillanos se van huyendo de una ciudad con más impuestos, con viviendas más caras y con peores servicios. Monteseirín ha conseguido hacer de Sevilla –añadió- una ciudad incómoda, cara y con una vivienda a la que sólo pueden acceder unos pocos”, por lo cual no había que quedarse cruzado de brazos, sino plantear un programa de medidas (su campaña ‘Me quedo en Sevilla’) que propiciara la vuelta de los sevillanos y el freno del éxodo’.

PLAN DE CHOQUE

Zoido anunció que reclamaría a Monteseirín que se dirigiera “a donde corresponda” y trabajara para levantar en Sevilla 20.000 viviendas, con un cupo del 50% para los jóvenes. De estas 10.000, 3.000 tendrían que ser en régimen de alquiler (1.500 con opción a compra) y las 7.000 restantes en régimen de compra. También abogó por la creación de centros residenciales destinados a un alquiler temporal, económico y con un tiempo de disfrute máximo de cinco años, “para que puedan rotar y así esta medida pueda llegar al mayor número de sevillanos; estos centros serían como residencias universitarias, que permitirían a los jóvenes emanciparse a bajo precio”.

El hoy alcalde también propugnaba que el Ayuntamiento pusiera en marcha programas de alojamiento compartido entre personas mayores de edad, discapacitados y familias monoparentales: “Así –aseveró- los jóvenes resolverían su problema de residencia pagando un alquiler a bajo precio o gratuito a cambio de su ayuda a esas personas con problemas”.

Zoido ha tenido la oportunidad durante estos dos años y medio como alcalde de llevar a cabo las medidas que propugnaba para frenar el éxodo de población. No ha acometido ninguna, el éxodo ha continuado y ahora, frente al catastrofismo con que describía la situación con Monteseirín, dice que lo normal es que Sevilla pierda o gane habitantes según las épocas. Zoido en estado puro.

Torrijos: una dimisión que llega dos años tarde

Torrijos anunció el pasado fin de semana que dimitirá como concejal de IU en el Ayuntamiento  de Sevilla después del debate sobre las Ordenanzas Fiscales y los Presupuestos de la ciudad para 2014, con lo que, a lo más tardar en enero, el portavoz de la coalición de izquierdas pondrá fin a un decenio de presencia en la vida municipal.


Según sus propias palabras, aunque está convencido de su inocencia, se va para que los dos procesos judiciales en que se ha visto envuelto (imputado por el supuesto desvío de fondos en la Fundación DeSevilla y la presunta venta fraudulenta de suelos de Mercasevilla) no perjudiquen las perspectivas electorales, en alza, de IU: “No cabe duda -ha afirmado-  de que la repercusión y el tratamiento de los temas judiciales puede perjudicar, sin merecerlo ni estar justificado, la imagen de mi fuerza política y puede debilitarla. Doy un paso al lado para evitar que el proyecto transformador de IU sea agredido utilizando mi nombre”.

EMPUJADO

Pero esa “agresión”, por emplear la misma palabra que Torrijos, la vendría sufriendo desde hace más de dos años, cuando se produjo su primera imputación, sin que en todo este tiempo Torrijos se hubiera visto empujado a la dimisión, como ahora, lo cual se habría debido a varios factores:

1) La posición menos flexible que la de Diego Valderas del nuevo coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, que no quiere que ningún imputado judicial ocupe un cargo público en representación de la coalición.

2) La soledad política en que se ha visto Torrijos como consecuencia de los ‘nuevos tiempos’ en su formación, evidenciada en el hecho de que ningún responsable de peso en IU le acompañó en el camino a su última comparecencia judicial, al contrario de lo que ocurrió en la primera. Podría decirse que el aún portavoz del grupo municipal “ha entendido el mensaje”.

3) La prohibición, por las normas internas de IU y que Torrijos no ha conseguido cambiar para convertirse en excepción, de repetir como candidato en la lista para las elecciones municipales por cuarta vez consecutiva (ya lo fue en 2003, 2007 y 2011). Torrijos, pues, es en este sentido un político amortizado: representa el pasado y no el futuro  para  la coalición, y realmente su desgaste personal por motivos judiciales, justo o injusto, acabaría repercutiendo en las expectativas electorales de su coalición, la cual, con su adiós, suelta lastre, por decirlo en términos náuticos.

4) A un año y medio de las elecciones municipales de 2015, la forzada (por la nueva dirección regional) dimisión de Torrijos permite a IU disponer de suficiente margen de tiempo para foguear a su futuro alcaldable y que el electorado vaya poniéndole cara y no sea un desconocido. Aunque dada la singularidad de los procesos internos de la coalición puede ocurrir cualquier cosa, de momento quien más probabilidades tiene de sustituir a Torrijos es el coordinador local, José Manuel García.

PERVERSIÓN POLÍTICA

Pero una cosa es que Torrijos dejase el cargo al finalizar normalmente el periodo de cuatro años por el que fue elegido concejal por los ciudadanos y otra muy distinta que lo haga presionado por la dirección de su formación política por su imputación en dos causas judiciales y conforme a la doctrina de IU de que toda imputación debe suponer la dimisión del responsable así señalado ante la opinión pública.

Los propios partidos políticos, al establecer la ‘pena del Telediario’ para quienes hacen el ‘paseíllo’ camino de los Juzgados a prestar declaración ante el juez como imputados, han acabado pervirtiendo el sentido original de esta figura jurídica y sin respetar la presunción de inocencia de aquéllos; al contrario, sin mediar siquiera una condena que justifique la exigencia posterior de responsabilidades también políticas además de las penales, el imputado acaba convertido ‘a priori’ en un presunto culpable, sobre todo si milita en otra facción dentro del propio partido y que no es la corriente mayoritaria en esos momentos, o en otro partido político.

CONTRADICCIONES

En este sentido, el caso de Torrijos es paradigmático, visto desde dentro y desde fuera de IU. Desde dentro, porque Torrijos dimite por su doble imputación en los casos DeSevilla y Mercasevilla, pero sin haber sido condenado en sentencia firme siquiera, la misma semana en que el diputado y alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, fue condenado a siete meses de prisión por un delito de desobediencia grave a la autoridad tras la ocupación de la finca militar ‘Las Turquillas’, en Osuna, en julio de 2012.

Según la doctrina de IU, Gordillo debería haber dimitido ‘ipso facto’ como diputado y alcalde, pero el nuevo coordinador general, el mismo que ha presionado para la marcha de Torrijos, descarta la salida de aquél al estimar, sin ser juez, que su condena es “injusta”. El condenado se queda y el no condenado se va. Como se ve, la doctrina de IU también tiene sus excepciones, según convenga.

Y desde fuera de IU, porque es sabido que el PP, que señaló a Torrijos como la ‘bestia negra’ en su estrategia de debilitar al gobierno de Monteseirín por su flanco más débil agitando el espantajo comunista para evitar así la repetición de la coalición postelectoral y propiciar el acceso de Zoido a la Alcaldía, tiene sólo en la comunidad de Valencia 100 imputados en sus filas, sin que les haya exigido la dimisión.

UN PRECEDENTE

¿Y si Torrijos fuera declarado inocente en las causas en que está inmerso? Recordemos: no todo imputado o procesado es acusado, ni todo acusado resulta condenado o culpable, aunque los políticos se comportan (según sus intereses) como si lo fueran.

El caso por antonomasia es el del primer presidente de la Junta de Castilla y León, Demetrio Madrid (PSOE), en la Transición. Once de los trece trabajadores de una empresa textil de su propiedad, Pekus, le pusieron una querella criminal por entender que había simulado su venta al antiguo gerente con el pretendido fin de defraudar sus derechos. Demetrio Madrid fue imputado por la Justicia y de inmediato el entonces líder de la oposición regional, José María Aznar, exigió su dimisión.

El presidente castellano-leonés confesó años después que fue un ingenuo al pensar que su dimisión como presidente autonómico (año 1986) le serviría para que resplandeciera su honorabilidad en los tribunales y que una vez demostrada su inocencia podría volver a concurrir a las elecciones autonómicas en 1987. Fue un ingenuo porque por la lentitud de la Justicia (es conocido el adagio de que una Justicia lenta no es Justicia) el juicio no se celebró hasta diciembre de 1989. Hasta entonces sufrió un calvario personal y político, le volvieron la espalda sus propios correligionarios y Aznar -merced a aquella crisis política- ganó las elecciones regionales y desde el trampolín de la Presidencia de Castilla y León dio el salto a la política nacional y al liderazgo del PP.

El ‘apestado’ Demetrio Madrid fue absuelto con todos los pronunciamientos favorables. El Tribunal falló no sólo que no había habido venta simulada, sino que el ex-presidente había mantenido abierta durante varios años una empresa que sólo le provocaba pérdidas, pese a lo cual y la nula actividad de la compañía abonaba los salarios de la plantilla de su bolsillo hasta el punto de poner en peligro el patrimonio familiar y sus ingresos como presidente de la Junta.

Un hombre ejemplar, víctima de una cacería política, sin que se respetase su presunción de inocencia ni se le devolviese la posición perdida ni se le procurara una reparación en ningún sentido. La lección que debió extraerse, y que no se ha extraído, del caso de Demetrio Madrid es que ni imputado ni procesado equivale a culpable.

CONDENA PREVIA

Sentado este principio, Torrijos ha dimitido demasiado tarde, porque lo debería haber hecho por otra causa y no por las dos en que ahora se le imputa. Debió haberse ido hace más de dos años, cuando fue condenado por el Juzgado de lo Social Número 6 por acoso laboral a la directora de la Oficina de la Bicicleta, Josefa García Jaén, que se había negado a acatar unas órdenes suyas que “no eran viables” legalmente. Vamos, que eran ilegales. Según la sentencia, quedó probado que Torrijos participó en una “actuación vulneradora de los derechos fundamentales”.

Que un líder de una coalición como IU, que se dice de izquierdas y defensora de los trabajadores, haya sido condenado por acosar y vulnerar los derechos de una trabajadora es, además de impresentable, antiestético y antiético y razón más que suficiente para que entonces, y no ahora, IU le hubiera exigido su acta de concejal.

La pregunta

El alcalde de Tomares y secretario general del PP (A), José Luis Sanz, ha mantenido en el espacio ‘Aquí en la Onda’, de la cadena Onda Cero, una entrevista con Manuel Prieto que me recordó, salvando las distancias, a las de Jesús Quintero con el ‘Risitas’ en la tele. Rememoren la escena. Juan Joya el ‘Risitas’ cuenta un chiste con su gracia proverbial y estalla en carcajadas esperando ser secundado por el presentador, pero casi de inmediato queda sumido en el desconcierto. Quintero, imperturbable, no hace ni una mueca. El ‘Risitas’, al ver que su interlocutor no capta su sevillano y andaluz sentido del humor, le espeta indignado: “Jesús, ¿tú eres de aquí?”. Sanz, con la misma seriedad en el semblante que Quintero, ha declarado ante los micrófonos que el PP es poco menos que una balsa de aceite porque “ningún dirigente coge el teléfono y me hace críticas en persona, ni se escuchan en los órganos de dirección del partido”. ¿Será ingenuo? Oído lo cual en la tierra de la ojana, Manolo Prieto tendría que haberle hecho la misma pregunta del ‘Risitas’: “José Luis, ¿tú eres de aquí?”.

 

El millón

Una cochina envidia se ha extendido por diversos ámbitos de la ciudad al conocerse que en los Presupuestos se da 1,1 millones de euros a la Hermandad de la Macarena por obras en su basílica. Para justificar la pasta, más aún que la destinada a la ronda SE-35 ‘de’ Ikea, el capilliteo militante arguye que el Tribunal Supremo falló en favor de la Hermandad tras años de pleito con el laicista Gobierno de Zapatero; que el dinero es legal porque la partida deriva del 1% cultural (sí, pero Arenas, no se lo dijo a nadie más) y que hay que valorar la riqueza que genera la Macarena atrayendo turismo, algo que no se tiene nunca en cuenta. Pues si es cuestión de valorar el impacto económico de la Macarena en Sevilla, ¿qué mayor experto para hacerlo que Emilio Carrillo, que ya tuvo esa ocurrencia con la Feria y la Semana Santa? Si Manolo García hubiera contratado los servicios de Carrillo, el gran aforador de multitudes, a esta hora el Gobierno, en proporción a las cifras que habría medido el exvicealcalde,  habría tenido que darle a la Macarena mucho más que un simple millón.