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Recortes verdes

Abengoa ha provocado una airada reacción del ministro de Economía, Luis de Guindos, y del de Industria, Juan Manuel Soria, tras acusar al Gobierno de haber producido un impacto de 1.500 millones de euros (el 35% de los beneficios de su filial Abengoa Solar, propietaria y operadora de trece plantas termosolares en España hasta su trasvase a Abengoa Yield, en EEUU) con sus recortes a las energías renovables al rebajar las primas y modificar el marco regulatorio que tanto la compañía sevillana como otras tomaron como referencia para ejecutar el plan nacional termosolar, con 50 plantas de este tipo.

Por ironías del destino, la agonía de Abengoa, gran parte de cuya actividad en el último decenio se ha centrado en la energías limpias (termosolar, biocombustibles, hidrógeno) para afrontar los efectos del cambio climático, se ha producido en vísperas y durante la celebración de la Cumbre Mundial del Clima en París, a la que también acudió Rajoy a pronunciar un discurso de corte ecologista, desmentido por la previa realidad de su política antirrenovable.

En el marco de la cumbre parisina y del lanzamiento de dos nuevas iniciativas internacionales, la Alianza Internacional Solar y el Consejo Global Solar, se han difundido informes que ratifican lo ocurrido en esta legislatura: España, cuyo gentilicio es el único del mundo que según el cantante Luis Aguilé rima con el sol (de ahí su canción Es el sol español), ha pasado en tan sólo cuatro años de liderar el sector de las energías renovables en general y de la termosolar en particular (el científico Valeriano Ruiz acuñó la frase de que España era campeona del mundo tanto en fútbol como en termosolar) a integrar el “pelotón de los torpes”.

Hundimiento

Sólo en fotovoltaica nuestro país ha pasado de ser el primero del mundo por potencia instalada en un año al puesto decimocuarto de Europa, con tan sólo 22 megavatios, y en la clasificación general del Viejo Continente ha bajado al quinto puesto, por detrás de Alemania, Reino Unido (países ni de lejos con nuestras horas de sol), Italia y Francia.

El estudio Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España 2014, encargado por la Asociación de Energías Renovables, cifró en 22.665 puestos de trabajo los perdidos en el sector tan sólo el año pasado como consecuencia de los recortes del Gobierno a un sistema de primas ¡ideado por el propio PP ! (Aznar con la ley 54/97, RD 2818/98 y RD 436/04). En 2008, había 136.163 personas trabajando en las energías verdes; ahora, tras la moratoria aplicada, quedan 70.750, casi la mitad menos.

Al cambiar sobre la marcha las reglas del juego y provocar una enorme inseguridad jurídica, el Gobierno ha causado sensibles pérdidas a compañías, fondos de pensiones, fondos soberanos y fondos de inversión extranjeros que habían apostado por las energías renovables en nuestro país y que han acabado por demandarlo ante instancias internacionales. Por esta causa, España es la tercera nación que acumula más procesos abiertos ante el Tribunal de Arbitraje del Banco Mundial, sólo superada por Venezuela y Argentina. A ello hay que unir 350 recursos nacionales ante el Tribunal Supremo contra el nuevo sistema de retribución de las energías renovables.

Y por ende, hay que sumar la fuga al extranjero de cerebros, ingenieros y empresas especializadas españoles ( como la propia Abengoa y Sener, que arriesgaronen sus apuestas comerciales) que desarrollaron las tecnologías renovables, cortadas de raíz por el Gabinete sin darles tiempo a que alcanzaran su grado de maduración preciso para competir en condiciones ventajosas con las energías de origen fósil. España financió la investigación en sectores dormidos como la termosolar para que ahora, tras su paralización aquí, se aprovechen otros.

Biocombustibles

Para darse un barniz ecologista coincidiendo con la Cumbre del Clima en París, el Consejo de Ministros acaba de aprobar un Real Decreto para fomentar la utilización de biocombustibles (bioetanol y biodiésel) en el transporte (su adición a los carburantes), mediante el establecimiento de objetivos mínimos: deben suponer una media conjunta del 4,3% de la gasolina y el gasóleo en el año 2016; un 5% en 2017; un 6% en 2018; un 7% en 2019 y un 8,5% en 2020.

Apenas se dice que previamente (año 2013) había recortado los objetivos establecidos del 6,5% a tan sólo un 4,1%. Por tanto, vamos a tardar más de cinco años en recuperar la meta que nos habíamos marcado entonces.

 

Esta decisión ya supuso un golpe económico, no cuantificado, para la empresa sevillana Abengoa, que era uno de los líderes mundiales en biocombustibles, con una capacidad de producción en el año 2o12 de 3.175 millones de litros entre bioetanol (2.950 millones) y biodiésel (225 millones de litros), de los que 770 millones (el 24,25% del total) procedían de cuatro fábricas situadas en España: tres de bioetanol y una de biodiésel (en San Roque.

Tijeretazo

Cronológicamente, el primer y mayor golpe fue el que recibió por los recortes a la energía termosolar, propinado hace cuatro años y que Abengoa ha evaluado en una pérdida de 1.500 millones de euros, ratificada el pasado viernes en Sevilla por el exministro socialista José Borrell, que cobra al menos 300.000 euros anuales desde 2009 como miembro independiente de su Consejo de Administración, en otro ejemplo de “puertas giratorias” que le echó en cara Pablo Iglesias, el líder de Podemos, al del PSOE, Pedro Sánchez, durante el reciente debate televisivo a cuatro en Antena 3.

¿Hasta qué punto es exacta esta evaluación económica? Abengoa posee tres centrales termosolares en Sanlúcar la Mayor (Solnova 1, 3 y 4); dos en Écija (Helioenergy 1 y 2); dos en Ciudad Real (Helios 1 y 2) y cuatro en Logrosán, Extremadura (Solabén 1,2, 3 y 6). Todas son de tecnología canalparabólica y de 50 MW de potencia cada una. A ellas hay que sumar también en Sanlúcar la Mayor la PS10, de tan sólo 11 MW y que fue la primera de torre en explotación comercial del mundo, y su homóloga la PS20, de 20 MW. En total, pues, son trece centrales con una potencia instalada de 581 MW, que en sentido amplio podrían equipararse a doce centrales de 50 MW (le faltarían 19 para esa cifra exacta). Cada central supuso una inversión media de unos 300 millones de euros (unos 3.600 millones en total).

Según fuentes del sector, los recortes aplicados por el Ejecutivo han supuesto una reducción de los ingresos de las compañías de unos 5 millones de euros por central y año (como hay 50 en España, el tijeretazo anual asciende a 250 millones). Si se estima una vida media útil de 25 años por central, el beneficio que dejaría de percibir Abengoa por el recorte termosolar sería el resultado de multiplicar 5 millones x 12 centrales y x 25 años = 1.500, los millones que dice exactamente la compañía sevillana.

Presente y futuro

Sí, pero no, porque está contabilizando como actuales y en su integridad los beneficios recortados del próximo cuarto de siglo, cuando en realidad sólo han transcurrido cuatro años con el nuevo marco de retribución. En este periodo Abengoa habría dejado de percibir 5 millones x 12 centrales x 4 años = 240 millones de euros, que suponen sólo el 1,2% del pasivo total de la compañía, estimado en al menos 20.000 millones de euros.

Incluso esa cifra sería menor, ya que a la japonesa Itochu, propietaria del 30% de Solabén 2 y 3, habría que imputarle su parte alícuota en el recorte de las primas, al igual que el 50% a la alemana E.ON, propietaria hasta hace unos meses (en junio Abengoa habría ejecutado su opción de compra, señal de que el negocio termosolar no era tan malo) de la mitad de las Helioenergy de Écija. Por tanto, el impacto hasta la fecha del recorte termosolar en las cuentas de Abengoa sería de unos 208 millones de euros, una gota en el océano de su deuda.

La compañía sevillana no puede culpar de toda su crisis al Gobierno, por muy antirrenovable que haya sido, con el fin de eludir su propia responsabilidad. El Ejecutivo tiene su parte de culpa, pero por ahora es sólo una centésima de la culpa.

Paisaje después de la batalla

Una semana después de que el dedo ‘divino’ de Mariano Rajoy designara al malagueño Juan Manuel Moreno Bonilla como nuevo presidente del PP(A) en sustitución de Juan Ignacio Zoido y en detrimento del lugarteniente de éste y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, la dupla sevillana que ha gobernado el PP andaluz durante el interregno tras la dimisión de Javier Arenas aún se lame las heridas de un fiasco que, por ende, acaba con su vitola de triunfadores que como un aura les acompañaba desde las pasadas elecciones municipales.

Al igual que en la época de la guerra fría entre EE UU y la URSS surgió en Occidente la figura de los kremlinólogos, especie de adivinos políticos que mediante el análisis de señales casi imperceptibles trataban de discernir qué ocurría y podía ocurrir tras los muros en los que se parapetaba el líder soviético, en los medios periodísticos cabe hablar de los ‘marianólogos’, presuntos expertos en descifrar el sentido de las decisiones adoptadas o pendientes de adoptar por el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, porque es lugar común que nunca se sabe si el político gallego sube o baja la escalera.

 

CASTIGO DE RAJOY

 

Un sector de los ‘marianólogos’ estima, tras las señales de humo emitidas desde la sede de los populares en la calle Génova de Madrid, que la designación de Moreno Bonilla ‘en contra de’ Sanz, el protegido de Zoido, no obedece tanto a los cortocircuitos de Arenas a las maniobras de Cospedal como a un castigo de Rajoy a Zoido por el hecho de habérsele negado a seguir siendo el referente andaluz del PP y, por tanto, el rival de Susana Díaz en las próximas elecciones autonómicas.

Si Rajoy confió casi hasta el final en convencer a Zoido para que éste cambiara de opinión y por éso no apuntó con el dedo a Moreno Bonilla hasta en la víspera del día ‘D’ y volando ya camino de Turquía, o si Zoido no supo interpretar el hieratismo del líder máximo y sus dos frenos a la operación de encumbramiento de Sanz como su sucesor, el caso es que el alcalde de Tomares ha acabado siendo la víctima de la batalla política librada en el seno del partido, a cuenta del nombramiento para Andalucía, entre partidarios y rivales del dúo Cospedal/Arenas para que no se impusiera la persona apoyada por el otro clan o facción.

Cuando el aún secretario general de los populares andaluces quiso reaccionar tras la sorpresiva decisión de Rajoy a favor de Moreno Bonilla, ya era demasiado tarde e incluso políticamente suicida, pese a que por el silencio del PP de Sevilla y la tibieza de Zoido al hablar de la posibilidad de que otros candidatos “se ofrecieran voluntarios” se colegía que el alcalde aljarafeño sopesaba los apoyos que podría tener en el partido para lanzar su candidatura, habida cuenta de que había reunido sin problemas los 90 avales exigidos como un mero trámite en lo que en principio parecía su carrera triunfal hacia el liderazgo de la formación en Andalucía.

 

CONFINADO EN TOMARES

 

Pero mientras Sanz sopesaba, se multiplicaba el eco mediático del nombramiento de Moreno Bonilla, éste se expresaba sin la menor duda como el candidato oficial de Rajoy y del partido y en cascada se iban produciendo adhesiones públicas que dejaban aún más en evidencia la soledad de Sanz y el silencio del PP de Sevilla. En horas veinticuatro, como en aquellos dramas de Lope de Vega concebidos desde las musas para el teatro, José Luis Sanz pasaba de ser el número dos y número uno ‘in pectore’ del PP en Andalucía a la condición de ‘outsider’ en su propia formación. Ni los desesperados intentos de Cospedal por convencerlo, para no aparecer aún más desautorizada tras la apuesta política de Rajoy, lograron que sanz diera finalmente un paso al frente. Habría sido suicida enfrentarse a Rajoy y a un partido de tradición y obediencia presidencialistas, por lo que tiró la toalla antes que subir al ring.

Moreno Bonilla, en un gesto magnánimo del vencedor, le ha ofrecido que forme parte de la nueva Ejecutiva como señal de integración o que elija algún puesto a su gusto dentro de los que tiene a su alcance el PP, pero lo más probable es que José Luis Sanz opte por apartarse para no hacer sombra al nuevo líder en Andalucía y se quede como está: confinado en la Alcaldía de Tomares, cargo desde el que debe afrontar el problema de los tres ediles que tiene imputados judicialmente, y en el ‘cementerio de los elefantes’ del Senado. Hay trenes que sólo pasan una vez en la vida y el de Sanz ha pasado por delante sin que haya podido subirse a bordo.

 

ROL EQUIVOCADO

 

Si para algunos  ‘marianólogos’ el nombramiento del malagueño Moreno Bonilla ha significado un castigo de Rajoy a Zoido, con Sanz de víctima colateral, por haberle dicho ‘no’ al reto de enfrentarse a Susana Díaz en las próximas elecciones autonómicas, más castigo habría sido aún para Zoido mantenerse en un rol equivocado, como se ha puesto de manifiesto en los casi dos años en que ha estado nominalmente al frente del PP andaluz y desatendiendo en paralelo el Ayuntamiento de Sevilla, para el que fue elegido en las urnas.

Aunque el alcalde siempre ha sostenido que debe ser diputado en el Parlamento de Andalucía para defender en ese foro los intereses de la ciudad de Sevilla, el jueves pasado, primer día de Pleno en las Cinco Llagas tras el terremoto interno en el PP (A), hizo rabona y se fue de viaje particular. Antepuso la devoción familiar a la obligación política. Al margen de comprobar si en su grupo parlamentario tienen arrestos para imponerle algún tipo de sanción, su voluntaria ausencia sirvió para que los cronistas parlamentarios ratificaran la impresión que tenían desde hacía ya bastante tiempo: el portavoz parlamentario, el motrileño Carlos Rojas, daba mucho mejor la réplica que Zoido, el aún líder oficial, a Susana Díaz en todos los sentidos.

Una de las constataciones más difíciles de asumir por un político y por cualquier persona es la de las limitaciones propias. En este sentido, aunque hay quienes opinan todo lo contrario, Zoido ha sabido comprender, por más que le molestara a Rajoy,  que no estaba capacitado para dar la batalla política regional ni en el Parlamento como líder de la oposición -primero ante Griñán y luego ante Susana Díaz-, ni en el partido para dirigir la estrategia general ni la vida interna de la formación, que claramente ha perdido el impulso y la moral de victoria que acumulaba tras sus tres triunfos consecutivos en las elecciones municipales, generales y autonómicas (sólo el pacto postelectoral PSOE-IU le privó de gobernar en Andalucía) bajo el mando de Javier Arenas.

 

FIN DEL NÚCLEO DURO

 

Su retirada en este sentido es un acierto y puede que lo sea más en función de la ejecutoria de Moreno Bonilla, ya que no es lo mismo el rol de acumular todas las tareas de líder regional que el de permanecer de diputado raso (sería lo más probable) para intervenir sólo en los temas que afecten a Sevilla. Pero como toda moneda tiene su anverso y su reverso, el nombramiento de Moreno Bonilla en lugar de su lugarteniente José Luis Sanz se proyecta ante la opinión pública como su fracaso personal y político, por cuanto ha quedado en evidencia su incapacidad para pilotar su propia sucesión, su pérdida de influencia ante Rajoy y en el partido, el menor peso específico del alcalde de Sevilla en cuanto capital de Andalucía y la pérdida de poder del PP de Sevilla dentro del PP regional, ya que el núcleo duro pasa de la dupla sevillana formada por Zoido y Sanz al PP de Málaga con Moreno Bonilla al frente.

La vocación de un político no puede ser otra que la conquista del Poder a todos los niveles. Cuando Zoido decidió renunciar a dar la batalla por conquistar el Poder de la Junta de Andalucía desde el poder que ostentaba como líder del PP regional, desde ese mismo momento  dejó de ser útil para su propio partido y abrió el proceso que ha desembocado en el orillamiento de todo lo representado por él, con Sanz como máximo exponente. Es, pues, también un tiempo nuevo en el PP con Moreno Bonilla como antes lo fue en el PSOE con Susana Díaz.

 

IMAGEN DE FRACASO

 

Zoido ha quedado liberado de dirigir el PP de Andalucía, pero queda marcado por su incapacidad para articular su propia sucesión y prolongar vicariamente su proyecto, si es lo que lo había, a través de su ahijado político, José Luis Sanz. Pudo ganar externamente en las urnas las elecciones municipales, pero ha perdido internamente las elecciones en su propio partido. Voluntariamente su campo de acción queda constreñido a la ciudad de Sevilla, cuando podría haber tenido hasta una proyección nacional, pero la política, como el fútbol cada domingo, da una nueva oportunidad con cada cita en las urnas, que a la postre es donde se forjan y mantienen los liderazgos.

Ahora se enfrenta al reto de revalidar la Alcaldía con tan sólo 15 meses de plazo hasta las elecciones municipales, en una ciudad con 90.000 parados, sin grandes proyectos que rentabilizar ni tiempo suficiente ya para que se materialice cualquier gran iniciativa que pudiera surgir.

En este escenario, lo más probable es que Zoido se aplique aún más la receta cuya fórmula mejor sabe hacer y que ya le ha dado resultado anteriormente: populismo y marketing político; recuperar la parka y recorrerse los barrios para estrechar las manos de los vecinos e interesarse por sus pequeñas historias y por la resolución de sus problemas cercanos, amén de incrementar su presencia en todo tipo de actos sociales con proyección mediática.

En resumen, más calle y más canapé.

“Lo que diga don M….”

No queda lejos en Sevilla la época en que se popularizó la expresión “lo que diga don Manué” para describir la situación en dos estamentos donde no importaba siquiera guardar las formas democráticas y donde se actuaba conforme a las instrucciones y la voluntad omnímoda del jefe, cuyo ejercicio dictatorial del poder era incluso alabado por sus seguidores con la asunción como propia de la frase citada, al modo en que en los tiempos de Fernando VII los sevillanos de entonces gritaban el “vivan las caenas”.

El “lo que diga don Manué” se aplicaba ciegamente en el plano deportivo al Real Betis Balompié bajo la presidencia de Manuel Ruiz de Lopera; y, en el plano político, al PSOE, con Manuel Chaves como secretario general, presidente de la Junta de Andalucía y hasta presidente nacional del partido.

La validez del principio “lo que diga don Manué” la pudo comprobar en sus propias carnes el líder ‘natural’ del PSOE de Sevilla y portavoz en el Parlamento de Andalucía, José Caballos, cuando osó rebelarse frente a los designios de Chaves y aspirar de nuevo a la reelección al frente de la agrupación socialista más poderosa de España. ‘Don Manué’ señaló como el elegido ante el partido y la Junta de Andalucía a José Antonio Viera para la Secretaría General de Sevilla  y Caballos, pese a su numantina resistencia hasta el final,  fue laminado y acabó en el ostracismo político.

LA ‘M’ DE RAJOY

El alcalde de Sevilla y presidente del PP (A), Juan Ignacio Zoido, ha comprobado la vigencia de la expresión dictatorial en su propio partido, con la única diferencia de que la letra ‘M’ responde a otro nombre que no es Manuel, sino Mariano. Mariano Rajoy, a la razón presidente nacional del partido y del Gobierno.

Rajoy ha dejado más que claro, y ya por dos veces en los últimos meses, que en Andalucía no se hace lo que dice o propone Zoido como presidente regional, sino lo que decide él mismo: “lo que diga don Mariano”. Y es que como alardea Rajoy, a él nadie le marca ni los nombres de los candidatos, ni los tiempos ni las formas.

Por éso Rajoy ha abortado en dos ocasiones la operación diseñada por su secretaria general, María Dolores de Cospedal, y su presidente regional en Andalucía y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, para la designación del alcalde de Tomares y mano derecha de aquél, José Luis Sanz, para disputarle la Presidencia de la Junta de Andalucía a una emergente Susana Díaz, la nueva estrella rutilante en el PSOE andaluz y nacional.

ZOIDO VERSUS SUSANA

El contraste entre Zoido y Susana no puede ser más evidente a ojos del electorado. Mientras la trianera maniobró con independencia en el seno del PSOE en pro de Carmen Chacón y frente a Rubalcaba en el congreso nacional de su partido sin sufrir menoscabo alguno por alinearse con la facción perdedora y luego, ya como presidenta de la Junta, utilizó como un solo bloque a los parlamentarios socialistas andaluces para obligar a Rubalcaba a cambiar el sentido del voto del PSOE en una moción sobre la cuestión catalana, Zoido ha sido desacreditado por dos veces por su líder nacional en su intento de colocar a Sanz como su sucesor en Andalucía.

Primero lo intentó al inicio del nuevo curso político en otoño, tras filtrar convenientemente la operación como un hecho consumado a los medios periodísticos afines, pero se topó con el veto de Rajoy, dicen que instigado por Javier Arenas, el cual no habría dejado nunca de tutelar al PP (A) en la sombra y hasta en la luz (dimitió como presidente regional pero no como diputado de la Cámara autonómica), y al que Rajoy atribuye buena parte de su acceso a la Moncloa tras las tres victorias consecutivas del PP en Andalucía, aunque éso no le sirvió a Arenas para instalarse en San Telmo: elecciones municipales, generales y autonómicas.

El legado político de Arenas es incuestionable a ojos de Rajoy, ya que el PP tiene 50 diputados en el Parlamento autonómico y gobierna en cinco Diputaciones y en 23 de los 29 municipios más poblados de la comunidad. Con ese balance, no es de extrañar que Arenas le mantenga el pulso al dúo Cospedal/Zoido en lo que entiende ‘su’ feudo político, ya que esos resultados se deben en gran parte a los miles de kilómetros que él se hacía cada año para no dejar sin visitar ninguno de los 787 municipios que componen Andalucía.

NI ANTES NI DESPUÉS

Rajoy mandó parar y dio de plazo un nebuloso “hasta después que pase el turrón” para que se moviera de nuevo ficha en Andalucía. Quedó así demostrado que, contrariamente al mensaje de Zoido, el candidato del PP a la Junta no se elige en Andalucía, sino en Madrid y por el dedo del presidente nacional, amén de la escasa influencia del alcalde sevillano ante el supremo líder: “Lo que diga don M…ariano”.

La historia ha vuelto a repetirse hace unos días, cuando tras la convención nacional del PP en Valladolid Cospedal ‘bajó´a Sevilla para anunciar al alimón con Zoido a los presidentes provinciales del partido en una cena convocada a tal efecto el nombre de José Luis Sanz, alcalde de Tomares, como el elegido. Sin embargo, la cena hubo de ser cancelada sobre la marcha por, otra vez, orden de Rajoy y, según los oficialistas de Zoido, por interferencias de Arenas, que quiere controlar la sucesión tras el distanciamiento habido con el alcalde sevillano, su otrora protegido. Se trata de una historia paralela a lo sucedido en el PSOE entre Griñán y Chaves: los delfines acaban orillando a sus padrinos, como temía Saturno con sus hijos.

SIN CANDIDATO OFICIAL

Por primera vez en la historia del PP (A), se llegará al congreso extraordinario convocado para el 1 y 2 de marzo con el fin de elegir al sucesor de Zoido sin un candidato oficial y único ungido desde arriba. En la tradición de los populares es prácticamente imposible que un ‘outsider’ como en su día fue Zapatero en el PSOE se presente al margen o contra un candidato del aparato (como en el caso de aquél era Bono) y encima gane un congreso, lo que demuestra la distancia que aún separa a los dos grandes partidos españoles.

El miércoles acaba el plazo de presentación de candidaturas y aunque sólo hace falta el respaldo de 90 avalistas, conforme a esa tradición monolítica en el seno del PP lo más probable es que de aquí a entonces se forje una candidatura unitaria, pero ¿en torno a quién?.

De momento, José Luis Sanz, el alcalde aljarafeño y secretario general del PP (A) con Zoido, es la persona que sigue teniendo más posibilidades, entre otras razones porque ni Cospedal ni Zoido han podido hallar una alternativa mejor y porque han llegado demasiado lejos en su apuesta por él como para echarse atrás ahora.

FACTORES EN CONTRA

Sanz es visto por el sector crítico, alineado en torno a Arenas y con más fuerza en Cádiz y Málaga, fundamentalmente como el representante del centralismo sevillano (ese tópico nunca puede faltar) y de una circunscripción, Sevilla, que sigue siendo la única en la historia de España en democracia donde el PP no ha sido capaz de ganar unas elecciones, sea del signo que sea. Además, tiene en su contra que está fuera del Parlamento de Andalucía al no ser diputado autonómico y por tanto no podría contrarrestar a Susana Díaz en la cámara autonómica (a Arenas en su día le ocurrió lo mismo respecto de Chaves y Monteseirín fue elegido candidato a la Alcaldía de Sevilla un año antes y estando fuera del Ayuntamiento). Por otra parte, tiene a tres de sus ediles imputados judicialmente por la denuncia de la oposición municipal en un caso de presuntas facturas falsas.

Si pese a todos esos elementos en contra aspira aún a erigirse en el nuevo líder del PP andaluz tendrá que negociar concesiones a sus detractores en la formación de su equipo y en la asignación de cargos de relevancia (secretario general, portavoz parlamentario), pero ya ha quedado marcado ante la opinión pública como el hombre que fue descartado dos veces por don M…ariano Rajoy.

Y si resultara designado candidato sería porque no quedaría nadie más por descartar.

Moncloa vende como éxito de Rajoy en EEUU un híper de hace 14 meses en Sevilla

El Gobierno está publicitando a través de los medios de comunicación más afines como resultado exitoso del viaje de Rajoy a Estados Unidos y su entrevista con Obama la futura instalación en España de multinacionales de las nuevas tecnologías y de la distribución comercial, cuando en el segundo de los casos la compañía señalada decidió hace ya años instalarse en Sevilla y construye su primer complejo en la Ciudad de la Imagen, en el Higuerón Sur.

‘Exito de Rajoy y subidón de la marca España’, con este titular encabezaba todavía ayer el diario ABC una información  en la que afirmaba que “Obama respalda al Gobierno y los empresarios estadounidenses a la economía española…”. Y añadía: “El interés de las empresas norteamericanas por España se ha traducido en dos fuertes inversiones en nuestro país. Una de ellas es la multinacional estadounidense de servicios de tecnología de la información UST Global y la segunda, Costco, el gigante de la distribución al por mayor, que abrirá, de entrada, dos centros en España, en Madrid y Sevilla. Entre ambos darán empleo a más de 6.000 personas. Un éxito de Rajoy”.

Sin embargo, Costco no se va a instalar en España como fruto de las gestiones de Rajoy en Washington (según el aparato de propaganda de la Moncloa, el presidente del Gobierno habría negociado directamente con la Secretaría de Estado de Comercio el desembarco de las dos empresas estadounidenses) por la sencilla razón de que ya lleva meses instalándose, y tampoco va a crear 6.000 empleos, al menos de momento.

El gigante de la distribución, cuyo sistema de venta recuerda al promovido por el empresario sevillano Valentín Alvarez Vigil al frente del extinto Ecovol (los compradores son socios de la firma, que pagan una cuota de acceso y a cambio compran a precios más ventajosos que en el resto del sector), pidió al Ayuntamiento de Sevilla licencia de obras en noviembre de 2012 para construir un centro comercial en terrenos de la denominada ‘Ciudad de la Imagen’, en el Higuerón Sur, promovidos por la sociedad sevillana Bogaris.

A partir de Sevilla y una vez comprobada la acogida a su plan de expansión, Costco decidió ubicarse en otras ciudades, continuando por Madrid y, en una fase posterior, por, probablemente, Zaragoza. En Sevilla la inversión inicialmente anunciada fue de al menos 12 millones de euros, con la creación de casi 300 empleos, si bien estimaciones posteriores para el conjunto de la operación en la capital de Andalucía y en la de España hablan de un total de 30 millones de euros.

Tan adelantado está el proyecto de Costco en nuestro país, que Dianne Tucci, su responsable para España, reconoció el mes pasado que ya está trabajando en la selección final de los 275  trabajadores a los que dará ocupación en Sevilla, empleos para los que ha recibido 65.000 solicitudes del conjunto del país. La directora general de la división española mostró su asombro por la ingente cantidad de curriculums recibidos y dijo que se trataba de un récord en la historia de la compañía, donde no habían visto nada igual, consecuencia de la situación del mercado laboral español.

Según una nota colgada por Bogaris en su página web, la tienda de Costco en Sevilla, primera de la firma americana en toda Europa y que ahora Moncloa quiere atribuir al viaje de Rajoy a Estados Unidos, abrirá sus puertas esta primavera de la mano de la firma hispalense, “ya que las obras avanzan según lo previsto y los progresos son más que notorios”.

Apoyo

Zoido ha declarado que no iba a hablar ni de los ERE ni del caso Bárcenas, pero que como alcalde de Sevilla expresaba su apoyo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En las elecciones municipales de mayo de 2011 hubo diecisiete partidos distintos que obtuvieron votos de los sevillanos, aparte de los sufragios en blanco y los nulos, que también son opciones políticas, y muy respetables, como han preconizado José Saramago y Francisco Rubiales, sin ir más lejos. Los 166.000 votantes del PP supusieron el 48,39% de los sufragios emitidos, incluyendo los no válidos. No suponen, por tanto, la mayoría absoluta de los sevillanos, y hay que contar también los 99.000 del PSOE, los 24.000 de IU, los 16.000 andalucistas, los 11.000 de UPyD, los 4.000 ecologistas…..En definitiva, Zoido es muy libre de expresar su apoyo a Rajoy por el caso Bárcenas a título personal o como militante y presidente del PP (A) y hasta como diputado del Parlamento andaluz, pero no debe hacerlo como alcalde de Sevilla, ya que en calidad de tal está hablando en nombre de todos los sevillanos.

Ellos sí que saben

Parafraseando a fray Luis de León, comentábamos ayer como quien dice las iniciativas de Ana Botella, Joaquín Leguina y Esperanza Aguirre de vetar el acceso a la política a los advenedizos y arribistas sin oficio previo conocido, poniendo para ello como tamiz la condición de que se hubieran ganado anteriormente la vida como asalariados, funcionarios o empresarios.

Los tres políticos citados deberían ir pensando en ampliar la exigencia al grado de formación de los aspirantes a una mamela pública tras conocerse, merced a los Presupuestos Generales del Estado para el año en curso, que de los 245 asesores (casi uno para cada día del año) nombrados por o para el servicio de Mariano Rajoy  -aparte de la extensísima nómina de funcionarios del Estado-, 68 de ellos no tienen ni siquiera el título de graduado escolar.

Dado que disfrutamos de Democracia desde hace 35 años y de que incluso en el antiguo régimen existía una amplia escolarización y también una razonable política de becas dentro de las posibilidades, no parece razonable atribuir a los 40 años de la Dictadura el hecho de que casi un tercio de los asesores nombrados a dedo por el presidente del Gobierno carezcan de la acreditación de los más elementales estudios primarios, por lo que cabría deducir que han hecho carrera en la política y de la política su carrera sin más mérito que haber militado desde temprana edad en los alevines del partido, pese a la recomendación de Ana Botella de que por lo menos los de la actual generación sería mejor que estudiaran o trabajaran en vez de dedicarse a pegar carteles o a conspirar contra sus mayores para entrar cuanto antes en las listas.

En un país en el que se exigen todo tipo de títulos educativos -hasta el punto de hablarse de la ‘titulitis’ como obsesión- para poder desempeñar cualquier trabajo -y máxime si es cualificado- o años suplementarios de preparación para ingresar en la función pública tras superar unas duras oposiciones en competencia con millares de aspirantes, sorprende (¿o no?) que un tercio de los supuestos ‘cerebros grises’ que aconsejan a Rajoy sobre Economía, Justicia, Educación, Política Internacional o cualquier materia carezcan siquiera del graduado escolar.

Claro que ello no es óbice para que luego salga el presidente y nos haga un magnífico discurso sobre la cultura del esfuerzo.

 

Alerta roja para Zoido

El calendario traía en este mes de diciembre dos fecha señaladas en rojo para Zoido: el día 11, cuando se cumplía año y medio de su toma de posesión como alcalde de Sevilla, y el día 14, fecha que señalaba el medio año desde que el 14 de junio aceptó, más o menos a regañadientes, convertirse en el sucesor del dimitido Javier Arenas al frente del PP andaluz, liderazgo que adquirió formalmente en calidad de presidente un mes más tarde cuando fue proclamado con el 96,7% de los votos de los compromisarios en el congreso regional de su partido en Granada.

Sin embargo, Zoido no tuvo apenas tiempo ni motivos para celebrar este doble aniversario porque el pasado viernes se conoció el Barómetro anual del IESA (Instituto de Estudios Sociales Avanzados) sobre Andalucía, que arroja unos demoledores resultados para el PP (A) durante su, cada vez más cuestionado internamente, liderazgo regional. Según los resultados de este estudio demoscópico, el PSOE volvería a ganar las elecciones en Andalucía, con un 39,2% de los votos, seguido ya a notable distancia por el PP, que obtendría el 30,7%, y de IU, con un 16,1%.

AL NIVEL DE HACE OCHO AÑOS

En comparación con las elecciones autonómicas de marzo, los socialistas han perdido sólo una décima en intención de voto; los populares se han derrumbado al perder un 9,7% de los sufragios que cosecharon en las urnas hace nueve meses, e Izquierda Unida se convierte en el gran beneficiario de la situación al subir en un 4,8%.

Los datos son aún más demoledores si se tiene en cuenta que en la última fase del Gobierno de Zapatero prácticamente todos los sondeos otorgaban la victoria al PP en Andalucía bajo el liderazgo de Arenas, augurios que se confirmaron en las urnas andaluzas tanto en las últimas elecciones municipales, como en las generales y las autonómicas, si bien en este último caso la insuficiente victoria de Arenas, al no lograr la mayoría absoluta, propició el actual gobierno de coalición PSOE-IU. El Barómetro del IESA, por tanto, ha retrotraído al PP, con su actual 30,7% de apoyo electoral, al nivel que tenía en 2004, ¡un retroceso de ocho años!.

El PP (A) se ha apresurado a descalificar públicamente el trabajo del IESA, aunque de puertas hacia adentro la inquietud sea máxima. Así, el secretario general y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, ha declarado que “las encuestas tienen la credibilidad que tienen, y el IESA tiene la credibilidad que tiene: siempre se ha equivocado con el PP y siempre le ha dado menos votos de los que ha obtenido finalmente en las elecciones”. Curiosamente, los populares no descalificaban el Barómetro cuando reflejaba resultados favorables a su intereses en anteriores ocasiones.

NO TODOS PAGAN LA FACTURA

El segundo gran argumento justificativo dejado caer por los populares para tratar de salvar de cara a la galería la gestión de Zoido es que éste estaría pagando en Andalucía la factura de los recortes aplicados por Rajoy en toda España. El presidente del PP (A) sería, desde este punto de vista, otra víctima, en este caso política, de la crisis económica, como lo fue el PSOE de Zapatero en la última fase de su mandato.

Conforme a esta tesis, no sólo Zoido y el PP andaluz, sino también todo el partido que sustenta al Gobierno de la nación tendría que haber sufrido las consecuencias en cada comunidad autónoma de la política de recortes aplicada por Rajoy por imposición de Alemania y Bruselas, pero la realidad no es tan homogénea, ni mucho menos. En este tiempo, los ciudadanos han tenido la oportunidad de castigar al PP en las urnas en las elecciones autonómicas celebradas hasta ahora, que han arrojado los siguientes resultados para el partido de la gaviota:

-País Vasco: El PP ha pasado de un 14,1% de los votos y 13 diputados al 11,75% y 10 diputados. Ha perdido, pues, sólo un 2,35% de sus votos.

-Galicia: Con menos votos (sólo un 0,76% menos) ha ganado tres escaños más y retenido el Gobierno de la comunidad con mayoría absoluta.

-Cataluña: No sólo no ha perdido apoyo popular, sino que lo ha ganado en las urnas pese a los recortes y la crisis: pasa del 12,37% de los votos emitidos al 12,99 % (+ 0,62%) y logra un diputado más (de 18 a 19).

FACTOR DEFERENCIAL ANDALUZ

La conclusión es obvia: sólo en Andalucía y bajo el liderazgo (o su falta) de Zoido el PP se hunde en la primera gran encuesta poselectoral nada menos que en un -9,7% y queda a ocho puntos y medio de distancia del PSOE, luego existe un factor diferencial andaluz del que Zoido, como presidente del PP (A), es máximo responsable, por más que desde el partido en Sevilla se quieran lanzar balones hacia Madrid y Rajoy. Más que un ‘efecto’ Rajoy cunde la impresión, cada vez más extendida interna y externamente, de que hay un ‘defecto’ Zoido, una falta de liderazgo andaluz del alcalde de Sevilla, sea por lo precipitado de la sucesión de Arenas, sea por su doble condición de regidor hispalense, sea por su falta de tiempo para atender todos los frentes en los que se involucra o lo involucran, sea por su indefinición sobre si va a ser el candidato a la Presidencia de la Junta, sea por su falta de aptitud para el cargo o sea por un cúmulo de todo a la vez. La realidad es que Zoido no ha conseguido convertirse en el referente para sus militantes y cargos internos, como lo era Arenas, ni para los andaluces.

Tal como ha declarado Eduardo Moyano, director del IESA, los partidos políticos deberían estar alarmados más allá de los resultados de intención de voto del Barómetro porque, efectivamente, hay datos que dan “pavor”. El pavor deriva de la desafección que muestran los ciudadanos a la política, los políticos, las instituciones españolas, las europeas….no dejan títere con cabeza, salvo a las ONG´s, a las que únicamente salvan, pero con un aprobado raspado.

PESIMISMO GENERAL

Si se lee con atención el estudio página a página más allá de la intención atribuida de voto, el diagnóstico que hacen los andaluces sobre la situación de Andalucía es tremendamente negativo y afecta tanto al Gobierno de la nación como al de la comunidad autónoma, aunque algo menos a la Junta que a aquél:


-El 84,2% de los andaluces califican la situación general de Andalucía como mala o muy mala.

-El 75,2% creen que dentro de un año será peor.

-La situación económica es mala o muy mala para el 92,9%.

-El 70% ven la evolución futura con pesimismo.

-El 63,7% califica como malas las medidas adoptadas por el Gobierno, y el 50%, las de la Junta.

-Califican con un 3,1 la gestión del Gobierno y con un 3,9 la de la Junta.

-Un 50,2% desaprueba la gestión del Gobierno de coalición PSOE-IU en la Junta, frente a un 29,4% que la aprueba.

-Un 46,5% desaprueba a Griñán, por un 26,5% que lo aprueba.

-Un 60,6% desea un cambio de Gobierno en Andalucía, frente a un 24,2% que no.

Y pese a esta visión tan negativa sobre la situación de Andalucía y la gestión de la Junta, el descontento de los andaluces apenas se traduce en pérdida de apoyo para el PSOE (A), sólo un -0,10%, sino que se canaliza en contra del PP (A), un -9,7%, porque el primero ha sabido reorientarlo hacia el Gobierno de la nación y el partido que lo sustenta en Andalucía, dado que los andaluces no han percibido ni un contramensaje, ni otro discurso ni un liderazgo alternativo al de Griñán en la figura de Zoido ni en el PP (A).

ZOIDO NO HA CALADO

El alcalde de Sevilla suscita indiferencia entre los andaluces porque no ha sabido penetrar en el imaginario colectivo y aquéllos no lo perciben como líder político de la oposición, como demuestra el dato de que sólo lo conocen un 27,4% de nuestros conciudadanos, frente al 41,9% de Cayo Lara y el 47,6% de Rosa Díez, dos políticos ajenos a Andalucía; y no digamos en comparación con Valderas (55,2%) y con Griñán (70,4%).

Aunque el menor conocimiento propicie, paradójicamente, una mejor valoración personal de Zoido (4,4 puntos), aunque sin llegar a la de Griñán (4,6), los andaluces, como no tienen al alcalde de Sevilla como referente mental, en la comparación individual con Griñán éste supera a aquél en todo: ven al presidente de la Junta más dialogante, honesto, con más autoridad en su partido, inspirador de mayor confianza y más preparado para resolver la situación de Andalucía. Así, pese a la negativa visión inicial de la situación y de los deseos de cambio, al final es el PSOE (A), por mero derrumbamiento del PP (A) y de Zoido, quien emerge como el partido que más confianza inspira, mejor defiende los intereses de Andalucía frente al Gobierno central, se le ve más centrado frente a la derechización del PP con Zoido (cuando la obsesión de Arenas era ocupar el centro del espectro ideológico) y mantiene sus expectativas electorales.

La orfandad de liderazgo en el PP (A) se pone de manifiesto en detalles como el de que haya tenido que ser Javier Arenas quien desde Huelva saliera a contrarrestar los datos del Barómetro y a animar a sus huestes a defender en Andalucía las políticas de Rajoy. Por otra parte, aunque las extrapolaciones son un mero ejercicio de ficción política, si este hundimiento del PP en Andalucía tuviera similar reflejo en Sevilla, Zoido, sencillamente, perdería la Alcaldía.

Por todo ello es lógico que en el seno del PP andaluz se hayan disparado las alarmas. Como ha dicho Eduardo Moyano, director del IESA, basta que estos datos o similares aparezcan en un par de sondeos más para indicar que se habría creado una tendencia contraria al PP difícilmente reversible.

Locuaz

Zoido ha roto, por fin, su voto de silencio en plan cartujano. Llevaba un mes callado y sin pronunciarse sobre los Presupuestos de Rajoy para Sevilla, por más que Torrijos y Espadas lo instaban una y otra vez a que se animara en tal sentido, pero apenas presentar  los suyos Griñán ha roto en un torrente de palabras. El alcalde hasta ahora mudo y silente con el Gobierno de la nación ha dicho de las Cuentas de la Junta de Andalucía que “no hay en ellas ninguna partida que permita a Sevilla seguir creciendo, porque es muy difícil crecer en empleo sin nuevas obras” como el Metro, la SE-35 y Santa Catalina. Argumentos que se resumen en un “son muy perjudiciales para Sevilla” pero que son reversibles y aplicables a las políticas de Madrid para la capital andaluza, tanto con el Metro como con Santa Catalina. Basta sólo con trocar la SE-35 por la SE-40. Son increíbles los efectos que tienen los Presupuestos según cual sea su procedencia: los de Rajoy tienen la virtud de estimular la oratoria de Espadas, y los de Griñan, de devolverle la locuacidad reivindicativa a Zoido.

 

Troya

Imaginen que a Rajoy le preguntaran por Merkel y que dejara de morderse la lengua, como Mel, y se pusiera a largar: el grado de confianza es muy bajo; el descontento con ella es total; no hay ninguna interlocución; no atiende los intereses generales de la UE y, por detrás, se dedica con excesiva facilidad a los intereses particulares de ciertos países; penaliza la economía; es tan rígida que los inversores se nos van de Europa; tiene un equipo de iluminados alemanes que manejan estupendamente el Excel y que cuadran las cuentas subiéndole los impuestos a todo el mundo, con lo cual pueden causar un daño irreparable…E imaginen que en medio de la crisis formada por estas declaraciones va Soria, el ministro de Turismo de Rajoy, y declara: “¿Las relaciones con Merkel? ¡Fantásticas!. ¿Que cómo entonces Rajoy dijo ayer lo que dijo? ¡Ah, pues lo habrá dicho por él!”. ¿Qué ocurriría si un ministro desautorizara al presidente? Pues mutatis mutandi, esto es lo que ha hecho Sánchez-Cuerda con el presidente de la CES. Houston, digo Rus, tienes un problema. O un troyano.

 

Fastidio

Lo contó el viernes la Cadena SER. El (sin) alcalde había confesado que para él la Feria era un fastidio. Ya la lió al recomendar que los sevillanos se fueran a la playa y dejaran el  Real a los turistas. Era una coartada: al instar a la desbandada general podía camuflar la suya propia. Lo peor no fue la recomendación, sino su cobardía al no reconocerla y, cuando supo que no se lo habían grabado, emprender otra caza de brujas contra la prensa. Para el (sin) alcalde ha sido un fastidio esta Feria: reírse en la foto junto a Espadas, el alcaldable ‘in pectore’ que podría ocupar su sillón, y ver cómo Susana hacía  de alcaldesa en la crisis de Tussam mientras él ni estaba ni se le esperaba. El ciudadano Monteseirín puede decir que la Feria es un fastidio, pero no es políticamente correcto que lo diga el (sin) alcalde, como no lo fue que Rajoy tachase de ‘coñazo’ el desfile de la Fiesta Nacional. Lo malo para el (sin) alcalde es que como sigue tragando quina con tal de que el PSOE le dé un cargo futuro, aún le queda otra Feria. Si no querías caldo, Alfredo, dos tazas.