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“Lo que diga don M….”

No queda lejos en Sevilla la época en que se popularizó la expresión “lo que diga don Manué” para describir la situación en dos estamentos donde no importaba siquiera guardar las formas democráticas y donde se actuaba conforme a las instrucciones y la voluntad omnímoda del jefe, cuyo ejercicio dictatorial del poder era incluso alabado por sus seguidores con la asunción como propia de la frase citada, al modo en que en los tiempos de Fernando VII los sevillanos de entonces gritaban el “vivan las caenas”.

El “lo que diga don Manué” se aplicaba ciegamente en el plano deportivo al Real Betis Balompié bajo la presidencia de Manuel Ruiz de Lopera; y, en el plano político, al PSOE, con Manuel Chaves como secretario general, presidente de la Junta de Andalucía y hasta presidente nacional del partido.

La validez del principio “lo que diga don Manué” la pudo comprobar en sus propias carnes el líder ‘natural’ del PSOE de Sevilla y portavoz en el Parlamento de Andalucía, José Caballos, cuando osó rebelarse frente a los designios de Chaves y aspirar de nuevo a la reelección al frente de la agrupación socialista más poderosa de España. ‘Don Manué’ señaló como el elegido ante el partido y la Junta de Andalucía a José Antonio Viera para la Secretaría General de Sevilla  y Caballos, pese a su numantina resistencia hasta el final,  fue laminado y acabó en el ostracismo político.

LA ‘M’ DE RAJOY

El alcalde de Sevilla y presidente del PP (A), Juan Ignacio Zoido, ha comprobado la vigencia de la expresión dictatorial en su propio partido, con la única diferencia de que la letra ‘M’ responde a otro nombre que no es Manuel, sino Mariano. Mariano Rajoy, a la razón presidente nacional del partido y del Gobierno.

Rajoy ha dejado más que claro, y ya por dos veces en los últimos meses, que en Andalucía no se hace lo que dice o propone Zoido como presidente regional, sino lo que decide él mismo: “lo que diga don Mariano”. Y es que como alardea Rajoy, a él nadie le marca ni los nombres de los candidatos, ni los tiempos ni las formas.

Por éso Rajoy ha abortado en dos ocasiones la operación diseñada por su secretaria general, María Dolores de Cospedal, y su presidente regional en Andalucía y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, para la designación del alcalde de Tomares y mano derecha de aquél, José Luis Sanz, para disputarle la Presidencia de la Junta de Andalucía a una emergente Susana Díaz, la nueva estrella rutilante en el PSOE andaluz y nacional.

ZOIDO VERSUS SUSANA

El contraste entre Zoido y Susana no puede ser más evidente a ojos del electorado. Mientras la trianera maniobró con independencia en el seno del PSOE en pro de Carmen Chacón y frente a Rubalcaba en el congreso nacional de su partido sin sufrir menoscabo alguno por alinearse con la facción perdedora y luego, ya como presidenta de la Junta, utilizó como un solo bloque a los parlamentarios socialistas andaluces para obligar a Rubalcaba a cambiar el sentido del voto del PSOE en una moción sobre la cuestión catalana, Zoido ha sido desacreditado por dos veces por su líder nacional en su intento de colocar a Sanz como su sucesor en Andalucía.

Primero lo intentó al inicio del nuevo curso político en otoño, tras filtrar convenientemente la operación como un hecho consumado a los medios periodísticos afines, pero se topó con el veto de Rajoy, dicen que instigado por Javier Arenas, el cual no habría dejado nunca de tutelar al PP (A) en la sombra y hasta en la luz (dimitió como presidente regional pero no como diputado de la Cámara autonómica), y al que Rajoy atribuye buena parte de su acceso a la Moncloa tras las tres victorias consecutivas del PP en Andalucía, aunque éso no le sirvió a Arenas para instalarse en San Telmo: elecciones municipales, generales y autonómicas.

El legado político de Arenas es incuestionable a ojos de Rajoy, ya que el PP tiene 50 diputados en el Parlamento autonómico y gobierna en cinco Diputaciones y en 23 de los 29 municipios más poblados de la comunidad. Con ese balance, no es de extrañar que Arenas le mantenga el pulso al dúo Cospedal/Zoido en lo que entiende ‘su’ feudo político, ya que esos resultados se deben en gran parte a los miles de kilómetros que él se hacía cada año para no dejar sin visitar ninguno de los 787 municipios que componen Andalucía.

NI ANTES NI DESPUÉS

Rajoy mandó parar y dio de plazo un nebuloso “hasta después que pase el turrón” para que se moviera de nuevo ficha en Andalucía. Quedó así demostrado que, contrariamente al mensaje de Zoido, el candidato del PP a la Junta no se elige en Andalucía, sino en Madrid y por el dedo del presidente nacional, amén de la escasa influencia del alcalde sevillano ante el supremo líder: “Lo que diga don M…ariano”.

La historia ha vuelto a repetirse hace unos días, cuando tras la convención nacional del PP en Valladolid Cospedal ‘bajó´a Sevilla para anunciar al alimón con Zoido a los presidentes provinciales del partido en una cena convocada a tal efecto el nombre de José Luis Sanz, alcalde de Tomares, como el elegido. Sin embargo, la cena hubo de ser cancelada sobre la marcha por, otra vez, orden de Rajoy y, según los oficialistas de Zoido, por interferencias de Arenas, que quiere controlar la sucesión tras el distanciamiento habido con el alcalde sevillano, su otrora protegido. Se trata de una historia paralela a lo sucedido en el PSOE entre Griñán y Chaves: los delfines acaban orillando a sus padrinos, como temía Saturno con sus hijos.

SIN CANDIDATO OFICIAL

Por primera vez en la historia del PP (A), se llegará al congreso extraordinario convocado para el 1 y 2 de marzo con el fin de elegir al sucesor de Zoido sin un candidato oficial y único ungido desde arriba. En la tradición de los populares es prácticamente imposible que un ‘outsider’ como en su día fue Zapatero en el PSOE se presente al margen o contra un candidato del aparato (como en el caso de aquél era Bono) y encima gane un congreso, lo que demuestra la distancia que aún separa a los dos grandes partidos españoles.

El miércoles acaba el plazo de presentación de candidaturas y aunque sólo hace falta el respaldo de 90 avalistas, conforme a esa tradición monolítica en el seno del PP lo más probable es que de aquí a entonces se forje una candidatura unitaria, pero ¿en torno a quién?.

De momento, José Luis Sanz, el alcalde aljarafeño y secretario general del PP (A) con Zoido, es la persona que sigue teniendo más posibilidades, entre otras razones porque ni Cospedal ni Zoido han podido hallar una alternativa mejor y porque han llegado demasiado lejos en su apuesta por él como para echarse atrás ahora.

FACTORES EN CONTRA

Sanz es visto por el sector crítico, alineado en torno a Arenas y con más fuerza en Cádiz y Málaga, fundamentalmente como el representante del centralismo sevillano (ese tópico nunca puede faltar) y de una circunscripción, Sevilla, que sigue siendo la única en la historia de España en democracia donde el PP no ha sido capaz de ganar unas elecciones, sea del signo que sea. Además, tiene en su contra que está fuera del Parlamento de Andalucía al no ser diputado autonómico y por tanto no podría contrarrestar a Susana Díaz en la cámara autonómica (a Arenas en su día le ocurrió lo mismo respecto de Chaves y Monteseirín fue elegido candidato a la Alcaldía de Sevilla un año antes y estando fuera del Ayuntamiento). Por otra parte, tiene a tres de sus ediles imputados judicialmente por la denuncia de la oposición municipal en un caso de presuntas facturas falsas.

Si pese a todos esos elementos en contra aspira aún a erigirse en el nuevo líder del PP andaluz tendrá que negociar concesiones a sus detractores en la formación de su equipo y en la asignación de cargos de relevancia (secretario general, portavoz parlamentario), pero ya ha quedado marcado ante la opinión pública como el hombre que fue descartado dos veces por don M…ariano Rajoy.

Y si resultara designado candidato sería porque no quedaría nadie más por descartar.

Alerta roja para Zoido

El calendario traía en este mes de diciembre dos fecha señaladas en rojo para Zoido: el día 11, cuando se cumplía año y medio de su toma de posesión como alcalde de Sevilla, y el día 14, fecha que señalaba el medio año desde que el 14 de junio aceptó, más o menos a regañadientes, convertirse en el sucesor del dimitido Javier Arenas al frente del PP andaluz, liderazgo que adquirió formalmente en calidad de presidente un mes más tarde cuando fue proclamado con el 96,7% de los votos de los compromisarios en el congreso regional de su partido en Granada.

Sin embargo, Zoido no tuvo apenas tiempo ni motivos para celebrar este doble aniversario porque el pasado viernes se conoció el Barómetro anual del IESA (Instituto de Estudios Sociales Avanzados) sobre Andalucía, que arroja unos demoledores resultados para el PP (A) durante su, cada vez más cuestionado internamente, liderazgo regional. Según los resultados de este estudio demoscópico, el PSOE volvería a ganar las elecciones en Andalucía, con un 39,2% de los votos, seguido ya a notable distancia por el PP, que obtendría el 30,7%, y de IU, con un 16,1%.

AL NIVEL DE HACE OCHO AÑOS

En comparación con las elecciones autonómicas de marzo, los socialistas han perdido sólo una décima en intención de voto; los populares se han derrumbado al perder un 9,7% de los sufragios que cosecharon en las urnas hace nueve meses, e Izquierda Unida se convierte en el gran beneficiario de la situación al subir en un 4,8%.

Los datos son aún más demoledores si se tiene en cuenta que en la última fase del Gobierno de Zapatero prácticamente todos los sondeos otorgaban la victoria al PP en Andalucía bajo el liderazgo de Arenas, augurios que se confirmaron en las urnas andaluzas tanto en las últimas elecciones municipales, como en las generales y las autonómicas, si bien en este último caso la insuficiente victoria de Arenas, al no lograr la mayoría absoluta, propició el actual gobierno de coalición PSOE-IU. El Barómetro del IESA, por tanto, ha retrotraído al PP, con su actual 30,7% de apoyo electoral, al nivel que tenía en 2004, ¡un retroceso de ocho años!.

El PP (A) se ha apresurado a descalificar públicamente el trabajo del IESA, aunque de puertas hacia adentro la inquietud sea máxima. Así, el secretario general y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, ha declarado que “las encuestas tienen la credibilidad que tienen, y el IESA tiene la credibilidad que tiene: siempre se ha equivocado con el PP y siempre le ha dado menos votos de los que ha obtenido finalmente en las elecciones”. Curiosamente, los populares no descalificaban el Barómetro cuando reflejaba resultados favorables a su intereses en anteriores ocasiones.

NO TODOS PAGAN LA FACTURA

El segundo gran argumento justificativo dejado caer por los populares para tratar de salvar de cara a la galería la gestión de Zoido es que éste estaría pagando en Andalucía la factura de los recortes aplicados por Rajoy en toda España. El presidente del PP (A) sería, desde este punto de vista, otra víctima, en este caso política, de la crisis económica, como lo fue el PSOE de Zapatero en la última fase de su mandato.

Conforme a esta tesis, no sólo Zoido y el PP andaluz, sino también todo el partido que sustenta al Gobierno de la nación tendría que haber sufrido las consecuencias en cada comunidad autónoma de la política de recortes aplicada por Rajoy por imposición de Alemania y Bruselas, pero la realidad no es tan homogénea, ni mucho menos. En este tiempo, los ciudadanos han tenido la oportunidad de castigar al PP en las urnas en las elecciones autonómicas celebradas hasta ahora, que han arrojado los siguientes resultados para el partido de la gaviota:

-País Vasco: El PP ha pasado de un 14,1% de los votos y 13 diputados al 11,75% y 10 diputados. Ha perdido, pues, sólo un 2,35% de sus votos.

-Galicia: Con menos votos (sólo un 0,76% menos) ha ganado tres escaños más y retenido el Gobierno de la comunidad con mayoría absoluta.

-Cataluña: No sólo no ha perdido apoyo popular, sino que lo ha ganado en las urnas pese a los recortes y la crisis: pasa del 12,37% de los votos emitidos al 12,99 % (+ 0,62%) y logra un diputado más (de 18 a 19).

FACTOR DEFERENCIAL ANDALUZ

La conclusión es obvia: sólo en Andalucía y bajo el liderazgo (o su falta) de Zoido el PP se hunde en la primera gran encuesta poselectoral nada menos que en un -9,7% y queda a ocho puntos y medio de distancia del PSOE, luego existe un factor diferencial andaluz del que Zoido, como presidente del PP (A), es máximo responsable, por más que desde el partido en Sevilla se quieran lanzar balones hacia Madrid y Rajoy. Más que un ‘efecto’ Rajoy cunde la impresión, cada vez más extendida interna y externamente, de que hay un ‘defecto’ Zoido, una falta de liderazgo andaluz del alcalde de Sevilla, sea por lo precipitado de la sucesión de Arenas, sea por su doble condición de regidor hispalense, sea por su falta de tiempo para atender todos los frentes en los que se involucra o lo involucran, sea por su indefinición sobre si va a ser el candidato a la Presidencia de la Junta, sea por su falta de aptitud para el cargo o sea por un cúmulo de todo a la vez. La realidad es que Zoido no ha conseguido convertirse en el referente para sus militantes y cargos internos, como lo era Arenas, ni para los andaluces.

Tal como ha declarado Eduardo Moyano, director del IESA, los partidos políticos deberían estar alarmados más allá de los resultados de intención de voto del Barómetro porque, efectivamente, hay datos que dan “pavor”. El pavor deriva de la desafección que muestran los ciudadanos a la política, los políticos, las instituciones españolas, las europeas….no dejan títere con cabeza, salvo a las ONG´s, a las que únicamente salvan, pero con un aprobado raspado.

PESIMISMO GENERAL

Si se lee con atención el estudio página a página más allá de la intención atribuida de voto, el diagnóstico que hacen los andaluces sobre la situación de Andalucía es tremendamente negativo y afecta tanto al Gobierno de la nación como al de la comunidad autónoma, aunque algo menos a la Junta que a aquél:


-El 84,2% de los andaluces califican la situación general de Andalucía como mala o muy mala.

-El 75,2% creen que dentro de un año será peor.

-La situación económica es mala o muy mala para el 92,9%.

-El 70% ven la evolución futura con pesimismo.

-El 63,7% califica como malas las medidas adoptadas por el Gobierno, y el 50%, las de la Junta.

-Califican con un 3,1 la gestión del Gobierno y con un 3,9 la de la Junta.

-Un 50,2% desaprueba la gestión del Gobierno de coalición PSOE-IU en la Junta, frente a un 29,4% que la aprueba.

-Un 46,5% desaprueba a Griñán, por un 26,5% que lo aprueba.

-Un 60,6% desea un cambio de Gobierno en Andalucía, frente a un 24,2% que no.

Y pese a esta visión tan negativa sobre la situación de Andalucía y la gestión de la Junta, el descontento de los andaluces apenas se traduce en pérdida de apoyo para el PSOE (A), sólo un -0,10%, sino que se canaliza en contra del PP (A), un -9,7%, porque el primero ha sabido reorientarlo hacia el Gobierno de la nación y el partido que lo sustenta en Andalucía, dado que los andaluces no han percibido ni un contramensaje, ni otro discurso ni un liderazgo alternativo al de Griñán en la figura de Zoido ni en el PP (A).

ZOIDO NO HA CALADO

El alcalde de Sevilla suscita indiferencia entre los andaluces porque no ha sabido penetrar en el imaginario colectivo y aquéllos no lo perciben como líder político de la oposición, como demuestra el dato de que sólo lo conocen un 27,4% de nuestros conciudadanos, frente al 41,9% de Cayo Lara y el 47,6% de Rosa Díez, dos políticos ajenos a Andalucía; y no digamos en comparación con Valderas (55,2%) y con Griñán (70,4%).

Aunque el menor conocimiento propicie, paradójicamente, una mejor valoración personal de Zoido (4,4 puntos), aunque sin llegar a la de Griñán (4,6), los andaluces, como no tienen al alcalde de Sevilla como referente mental, en la comparación individual con Griñán éste supera a aquél en todo: ven al presidente de la Junta más dialogante, honesto, con más autoridad en su partido, inspirador de mayor confianza y más preparado para resolver la situación de Andalucía. Así, pese a la negativa visión inicial de la situación y de los deseos de cambio, al final es el PSOE (A), por mero derrumbamiento del PP (A) y de Zoido, quien emerge como el partido que más confianza inspira, mejor defiende los intereses de Andalucía frente al Gobierno central, se le ve más centrado frente a la derechización del PP con Zoido (cuando la obsesión de Arenas era ocupar el centro del espectro ideológico) y mantiene sus expectativas electorales.

La orfandad de liderazgo en el PP (A) se pone de manifiesto en detalles como el de que haya tenido que ser Javier Arenas quien desde Huelva saliera a contrarrestar los datos del Barómetro y a animar a sus huestes a defender en Andalucía las políticas de Rajoy. Por otra parte, aunque las extrapolaciones son un mero ejercicio de ficción política, si este hundimiento del PP en Andalucía tuviera similar reflejo en Sevilla, Zoido, sencillamente, perdería la Alcaldía.

Por todo ello es lógico que en el seno del PP andaluz se hayan disparado las alarmas. Como ha dicho Eduardo Moyano, director del IESA, basta que estos datos o similares aparezcan en un par de sondeos más para indicar que se habría creado una tendencia contraria al PP difícilmente reversible.

Pluriempleo

Los periódicos adscritos a cierta corriente ideológica han coincidido estos días en subrayar la desazón que provocan en las propias filas del PP(A) las intervenciones de Juan Ignacio Zoido en el Parlamento de Andalucía en su rol como líder de la Oposición frente al presidente de la Junta y secretario general del PSOE (A), José Antonio Griñán. Cuenta una apócrifa leyenda periodística que como Zoido no da abasto por su triple condición de alcalde de Sevilla, presidente del PP (A) como imprevisto sucesor de Arenas tras el fiasco electoral de éste en las andaluzas y diputado autonómico (y menos mal, para su salud, que dimitió como presidente de la FEMP), los Plenos en el antiguo hospital de las Cinco Llagas se los prepara en los recesos de los Plenos que se celebran en la Plaza Nueva.

Y eso si no tiene que salir pitando para hacerse una foto, contraprogramando o imitando, vete a saber, a Griñán, con los damnificados por las inundaciones en el Oriente andaluz, o preparar la petición al COI para la trascendental cuestión de que el windsurf siga siendo un deporte olímpico y que así deportistas sevillanas continúen trayéndose medallas de los Juegos.

Así que entre tanto pluriempleo político y tantas obligaciones protocolarias y no protocolarias de sus cargos no es de extrañar que Zoido llegue a la Cámara autonómica como el estudiante que lo ha dejado todo para última hora y al que de repente se le queda la mente en blanco porque aún no le ha dado tiempo a fijar los conocimientos en el disco duro del cerebro. Para ningunearlo, Griñán dice que ahora hasta echa en falta a Arenas, porque  por lo menos lo ponía en tensión, y que tiene que preocuparse más de estudiar para los debates con el portavoz de su propio grupo Socialista que con el líder de la Oposición y alcalde de Sevilla. En el PSOE ya califican los días de Pleno como ‘los Jueves al sol’: sestean.

Pero es que en los Plenos de la Plaza Nueva Juan Ignacio tampoco abre ya la boca, y ya no sé si es que a la vista de los acontecimientos está en proceso de inversión de papeles y preparándose el orden del día municipal en los recesos de las Cinco Llagas. Quien mucho abarca, poco aprieta.

Para colmo, los teletipos escupían hace unos días que por su condición de alcalde hispalense, Zoido es también ‘señor’ de los castillos de Fregenal de la Sierra, Almonaster la Real, Encinasola y Utrera, y como tal responsable de la gestión de estas cuatro fortalezas medievales.

¿Y si Zoido probara a ser solamente el ‘señor’ de Sevilla?

 

Zoido: Sevilla y/o Andalucía

Introducción con una historia personal que creo viene al caso. Cuando estudiaba Periodismo en la Complutense, acudí a un profesor al que tenía por mentor a pedirle consejo. Había observado la gran cantidad de alumnos que además de Periodismo cursaban una segunda carrera -Sociología, Ciencias Políticas, Derecho…- y le rogué me indicara cuál creía más conveniente para hacer lo mismo. “Mire-me respondió-, ninguna. Con la cantidad de periódicos que debería leer y analizar cada día, emisoras que escuchar y comparar, libros que leer y comentar, géneros periodísticos que ensayar, etc., para tratar de ser un buen periodista, a usted deberían faltarle horas del día para los estudios de Periodismo. Como no creo que esos compañeros suyos sean como Einstein o Marie Curie, unos superdotados, el que puedan cursar dos carreras a la vez sólo demuestra el ínfimo nivel de exigencia de la Universidad española”.

El mismo día en que  Arenas señalaba entre sus diez vicepresidentes a Zoido (alcalde, diputado y presidente de la FEMP) como presidente en funciones del PP (A) y coordinador del congreso que en julio elegirá a su sucesor, se presentaba el XIV Barómetro de  Antares.            Despreciado habitualmente por el PP por tratarse de un sondeo dirigido por el ex-consejero socialista Antonio Pascual y por su universo tan reducido (40 encuestas en cada uno de los 11 distritos; margen de error de +/- 5%), el Barómetro revela la coincidencia entre la opinión publicada (el balance realizado por los medios en el primer aniversario de las elecciones municipales) y la opinión pública, la de los ‘sevillanos de a pie’: el ‘efecto Zoido’ no se ha dejado sentir aún, cuando el alcalde ha agotado la cuarta parte de su mandato y ya tendrá cada vez más difícil escudarse en la desastrosa herencia recibida de Monteseirín. No puede estar invocándola los próximos tres años.

Aunque distintas de las municipales y generales, en las elecciones autonómicas del 25 de marzo,  a las que Zoido concurrió como cabeza de lista por el PP con el plus de ser el alcalde de los 20 concejales, si bien ganó de nuevo en la ciudad se dejó 15.143 votos desde las municipales de mayo de 2011, mientras que, amortizado el recuerdo de Monteseirín, el PSOE de Juan Espadas recuperó 33.170 sufragios.

Y ahora, el Barómetro de Antares refleja que el 80% de los sevillanos creen que Sevilla sigue igual o ha empeorado en este primer año con Zoido en la Alcaldía, le otorgan a su gobierno un aprobado raspado en seguridad ciudadana, transporte público y parques y jardines y suspenden su gestión en servicios sociales, limpieza y vivienda, amén de mostrar como máxima preocupación el paro, cuando Zoido se presentó a sí mismo como el futuro ‘alcalde del empleo’. Este estado de opinión demuestra que el alcalde no puede descuidarse y que lo mismo que gozó del fervor de los votantes puede empezar a perderlo si esta sensación de desencanto se instala durante más tiempo.

UN NUEVO CARGO

Cuando Zoido conmemoró el primer aniversario de su triunfo, aparte de la ‘boutade’ de darle a sus concejales matrícula de honor, incluyó entre las razones de su “no hemos podido hacer más” la sucesión de campañas electorales, en un reconocimiento quizás inconsciente de que sus compromisos políticos con el partido le habían distraído de sus labores como alcalde, el cargo que ejerce en virtud del ‘contrato electoral’ con los 166.000 sevillanos que le votaron el 22-M.           En esta coyuntura en que no ha colmado aún muchas de las grandes expectativas y anhelos de cambio que suscitó, como prueban los 20 concejales obtenidos, Zoido es embarcado ahora por Arenas, del que todo el mundo sabe es su delfín político, y por el PP nacional en la misión-tapadera de organizar como presidente en funciones el congreso de la sucesión a mediados de julio, un cónclave del que más que probablemente emergerá el propio Zoido como presidente regional y, por tanto, lo quiera o no, como el líder de la Oposición a Griñán, ya sea dentro del Parlamento andaluz, ya  fuera si finalmente prospera la incompatibilidad alcalde/diputado, con lo que el PP podría acabar repitiendo el error de la era Teófila Martínez, cuando Arenas teledirigía extramuros de la Cámara a la alcaldesa de Cádiz.

Zoido, que en las primeras 24 horas decía que su prioridad era Sevilla, que no se veía más que como alcalde y que su misión era un encargo de carácter transitorio, a las 48 horas ya se dejaba querer y cambiaba su discurso por el “no barajo presentarme, de momento”. Y a las 72 horas,  Arenas le organizó la adhesión inquebrantable de los ocho presidentes provinciales para que no pueda negarse a ser el líder regional durante los próximos cuatro años y, presumiblemente, cuando proceda, el aspirante a la Presidencia de la Junta.

Arenas, aunque no logró el Gobierno andaluz, ganó las elecciones tras patearse Andalucía durante cuatro años. Zoido ganó Sevilla tras patearse los barrios otros cuatro años. ¿Podrá patearse los casi 800 pueblos de Andalucía, como presidente del PP para mantener viva la llama y no tirar por la borda el trabajo hecho por Arenas,  y los barrios de Sevilla a la vez?

Si Zoido acudiera al despacho de mi tutor universitario, probablemente le diría aquello de “a usted, por ser alcalde de Sevilla, deberían faltarle horas en el día”. El hecho de que Zoido, Griñán (presidente de la Junta y del PSOE, secretario general del PSOE-A y diputado) y tantos otros acumulen tal cantidad de cargos demuestra el ínfimo nivel de exigencia de la sociedad española para con sus políticos, y viceversa.

El secreto

‘Si piensas en un elefante con intensidad, aparecerá un proboscídeo en tu salón’. Con esta metáfora, Rhonda Byrne, autor de ‘El secreto’ (uno de los libros más vendidos durante semanas según el ranking del suplemento literario de El Mundo), ilustra la ley de la atracción universal. Al igual que otros clásicos de la literatura de autoayuda y superación, Byrne preconiza que el universo responde a las frecuencias del deseo y que lo satisface como el genio de la lámpara maravillosa de Aladino, diciendo: “Tus deseos son órdenes para mí”. Javier Arenas, que ha cosechado su cuarto fracaso en su asalto a la Junta aun ganando las elecciones por primera vez, ha seguido al pie de la letra las enseñanzas del ‘best-seller’ de Byrne, porque proclamó en el mitin de Los Palacios: “En San Telmo no me quiero sentar”. Por éso, llegado el 25M, el genio de la lámpara contestó: “Tus deseos son órdenes para mí”. Y lo ha dejado sin silla en San Telmo, como Arenas dejó vacía la silla (no se habrá arrepentido ni ‘ná’) en el debate con Griñán y Valderas en Canal Sur. Profecía autocumplida.

La hora de la verdad

Los sevillanos  y los andaluces están convocados hoy a unas elecciones regionales que pueden ser históricas de consumarse el vuelco que auguran todas las encuestas y producirse por vez primera la alternancia en el Poder en beneficio del PP de Javier Arenas. Incluso pasarán a los Anales si se mantiene el ‘statu quo’ actual, pues supondría que los socialistas, de sufrir una ‘dulce’ derrota por no obtener el PP la mayoría absoluta, estarían en disposición de seguir gobernando mediante una coalición con IU y salvarían así la peor situación imaginable: la arrolladora marea azul popular tras las municipales y generales, el escándalo de los ERE y una tasa de paro en Andalucía superior al 31% tras sus 30 años de gobierno. Nunca lo tuvo aparentemente más difícil el PSOE y nunca más fácil el PP.

Todas las encuestas publicadas en los dos últimos años, y de forma más acusada hace una semana, le dan la mayoría absoluta al PP, pero pueden acabar siendo un espejismo, como bien sabe el propio Arenas por experiencias anteriores en que, merced a su poderosa maquinaria y a las redes clientelares tejidas desde la Junta, Diputaciones y Ayuntamientos,  el PSOE ha sido capaz de invertir la situación en el último minuto para al menos seguir gobernando en minoría o con alianzas.

LA MAYORÍA ABSOLUTA

Arenas apenas ha podido contener el triunfalismo entre sus filas tras divulgarse hace una semana los sondeos realizados por Sigma Dos para El Mundo, IMC para ABC y Metroscopia para El País, ya que todos le daban al PP la mayoría absoluta o lo colocaban al borde de la misma. Paradójicamente, el medio menos sospechoso de simpatizar con el partido de la gaviota, El País,  es el que le augura la victoria más aplastante:  el 47,3% de los sufragios y una amplia mayoría absoluta de 59 diputados (55 le bastarían para gobernar en solitario), frente al 34,4% de votos y 41 escaños del PSOE, donde ha caído como un jarro de agua fría por no esperar un vaticinio de semejante castigo, que superaría la peor de sus pesadillas.

Ni Arenas lo tiene todo ganado ni Griñán todo perdido, porque los sondeos tienen un significativo margen de error, en algunos casos destacan el peor dato de la horquilla para el PSOE y en el mejor para el PP e incluso el más amplio de todos, el del CIS, tampoco incluye algo fundamental: la participación/abstención. Hemos visto que con tan sólo 120 entrevistas telefónicas por provincia se han hecho estimaciones de escaños, con lo cual hay grandes probabilidades de equivocación.
Al PP, que logró 47 diputados en las anteriores elecciones autonómicas, le bastaría con sumar uno más en cada provincia (8) para obtener la ansiada mayoría absoluta.
Para que Arenas, cuya victoria se da por descontada, no logre gobernar en solitario, el PSOE precisa al menos que el PP no lo supere en diputados en las tres provincias en que ha depositado todas sus esperanzas – Sevilla, Huelva y Jaén- y obtener unos resultados razonables en las restantes.

CLAVE, LA PARTICIPACIÓN

El grado de participación y el de movilización a última hora de los indecisos serán determinantes en este 25-M. De las ocho elecciones anteriormente celebradas en Andalucía, sólo dos, además de éstas, no han coincidido con otras, ya fueran generales o europeas: las de 1982 y las de 1990. En ambos casos la participación fue inferior a la registrada cuando se han celebrado de forma conjunta con unas generales: un 66,31% en 1982 y tan sólo un 54,72% en 1990.
En el resto de citas electorales, la participación ha oscilado entre el 67,28% (año 1994) y el 75,85% (año 2004). ‘A priori’ la menor participación beneficia al PP en una región sociológicamente de izquierdas,  porque implica que más potenciales votantes socialistas se quedan en casa, mientras que la fidelidad del votante popular es muy superior. Sin embargo, como estos comicios se perciben de una forma especial porque pueden suponer un vuelco tras 30 años, hay muchas posibilidades de que la participación supere las cotas de las dos elecciones autonómicas anteriores en solitario.
A partir de un 65% de participación, Arenas tendría serios motivos para preocuparse, porque significaría que el PSOE habría encontrado respuesta a su desesperado toque de corneta.

VOTO DEL ÚLTIMO DÍA

El segundo elemento clave van a ser los indecisos. Algunos sondeos han reflejado que entre un 25%-30% de los votantes aún no tenían decidido su sufragio hace siete días. Como dato de referencia, en las generales del 20 de noviembre un 7% de los andaluces decidió su voto en la misma jornada electoral. Se estima que en torno al 20% se decanta en la semana precedente, por lo que habrá que ver cómo han influido la campaña de los partidos, las movilizaciones contra la reforma laboral y la declaración ante la juez Alaya del ‘chófer de la cocaína’ en el escándalo de los ERE.
La tercera clave será la Andalucía profunda, tradicional feudo del PSOE. El PP ha ido laminando progresivamente el poder socialista. Primero, en el litoral. Después, en las capitales de provincia. Si Arenas consigue un avance suficiente en los municipios del interior, y especialmente en la provincia de Sevilla, tendrá prácticamente asegurada la mayoría absoluta.
Por eso Sevilla es tan importante en estas elecciones, porque tiene el 14% de todos los pueblos andaluces, el 24% del censo electoral (uno de cada cuatro votos en disputa) y elige a uno de cada seis diputados en el Parlamento.
Ganar hoy en Sevilla o al menos que no gane aquí el rival (empate en escaños) es una de las condiciones para que el PP o el PSOE puedan celebrar esta noche la victoria en el conjunto de Andalucía o, al menos, una ‘dulce’ derrota.

El veneno de San Telmo

“En San Telmo no me quiero sentar”. Con esta frase, Arenas anunció en un mitin en Los Palacios que si es elegido presidente de la Junta no se instalará en la  sede de la Presidencia porque es “un ejemplo del despilfarro de los gobiernos socialistas”. El candidato del PP encargaría “de inmediato” un estudio para saber el coste del traslado de las oficinas a la Casa Rosa, que albergó a Chaves mientras duraron las obras de restauración/reinvención (hay opiniones enfrentadas al respecto) del edificio.  Asimismo, ha prometido que cedería parte del palacio al Ayuntamiento de Sevilla para usos museísticos y culturales.

Por una vez Arenas ha acabado de acuerdo con Chaves porque, aunque no lo crea, su eterno rival y ex-presidente socialista al final tampoco quería irse a San Telmo, sino quedarse en la Casa Rosa. Chaves me lo confesó durante una entrevista en el antiguo chalé construido por el sastre de los Montpensier. Estaba encantado de la paz que allí se respiraba y de la maravillosa vista al extenso jardín romántico de la que gozaba y en el que paseaba entre palmeras, yucas, cycas, araucarias, cipreses, cedros, magnolios, ficus, casuarinas, moreras, pitosporos, sóforas, grevilleas, largestroemias….. y hasta patos, pavos reales e innumerables pájaros trinando por la arboleda.

Chaves, entre los jardines de la Casa Rosa, los de las Delicias y el Parque de María Luisa, estaba en la gloria: a un tiro de piedra de su propio domicilio y con un acceso a través de una calle colindante con el cuartel de Eritaña, donde no había apenas sitio ni para montarle manifestaciones, al contrario que en la amplia explanada frente a San Telmo. Así que hacía votos por que las obras del palacio se acabaran lo más tarde posible.

Tras haber presentado durante años la restauración/reinvención  de San Telmo como un monumento al despilfarro, Arenas quiere ser coherente y cederle el palacio a Zoido, que se apresuró en el mismo mitin a aceptar el posible regalo. Oficialmente, según Mar Moreno en el Parlamento andaluz, los trabajos acometidos en los 27.000 m2 de superficie construida y en los 18.000 m2 de jardines durante cinco años han costado 53 millones de euros, una cantidad que el PP eleva a entre 80 y 100 millones.

Como dato comparativo, las inacabadas obras de Fibes van ya por 110 millones de euros, y las ‘setas’ de Monteseirín costaron otro tanto (más los 32 millones en especie del edificio de Hacienda aportado a Sacyr).

Los planes iniciales eran de que en San Telmo trabajasen 300 funcionarios, aunque su número se elevó a 350. Su traslado allí permitió un ahorro anual de  722.695 euros en alquileres.

ESPACIO LIMITADO

Para liberar el palacio y cedérselo al Ayuntamiento, Arenas tendría que meter esos 350 funcionarios en el limitado espacio de la Casa Rosa y sus antiguas caballerizas, donde por no caber no cabían ni los de la Consejería de Medio Ambiente. Para ésta se construyó otro edificio, destrozando su perspectiva de profundidad que era uno de sus mayores encantos, en los jardines de la Casa Sundheim.

Habría, pues, que empezar dispersándolos por distintos inmuebles contra el más elemental principio de eficacia o recurrir de nuevo a alquileres en estos tiempos de crisis, por lo que la acusación de despilfarro podría volverse contra el propio Arenas.

Zoido dijo en el mitin de Los Palacios (se ve que el guión iba ese día en plan palaciego) que “a los 30.000 m2 de historia del arte y de jardines sólo tienen acceso los cargos públicos y los que trabajan allí, porque están cerrados a cal y canto”. El alcalde afirma que ya tiene estudiado un proyecto de uso museístico y hasta conciertos en los jardines, al modo del Palau de la Generalitat de Cataluña, visitable durante dos fines de semana al mes. Arenas no necesitaría mudarse a la Casa Rosa (a lo mejor Chaves le acabó confiando su secreto y su melancolía), ni Zoido hacerse cargo de San Telmo para abrirlo al público. El edificio ya tiene un servicio de atención telefónica (955 00 10 10) y un correo electrónico que permiten concertar visitas jueves, sábados y domingos: 12 días al mes, o sea, tres veces más accesible que el Palau de la Generalitat, el modelo de Zoido. Las 13.000 personas que lo habían visitado hasta octubre pueden dar fe de que no está cerrado a cal y canto.

Vázquez Consuegra diseñó el proyecto con una parte para uso cultural que podría potenciarse aún más, en línea con lo preconizado por Arenas y Zoido, sin necesidad de mudanzas presidenciales ni de alterar la función pública. Además de la maravillosa capilla, que por sí sola justifica la visita, existe un auditorio mediano en el ala Sur que permitiría presentaciones de libros, conferencias y conciertos de cámara. La antigua zona de seguridad existente a la entrada por la calle Palos fue habilitada para poder realizar exposiciones de pintura y de fotografía. Una galería en semisótano con vistas a los jardines, pensada para exhibir los restos arqueológicos hallados durante las obras, ha acabado como almacén de archivadores. Un amplio programa cultural es realizable sin cambiar el ‘statu quo’ actual.
El Ayuntamiento, que no sabe cómo utilizar y mantener la fábrica de Artillería, tendría que hacerse cargo de los costes de mantenimiento, vigilancia, luz, agua, etcétera, que le supondría una cesión de San Telmo por la hipotética Junta de Arenas.
Con razón decía Cassinello (ex-comisario de la Expo-92), cuando en nombre del Gobierno de España rechazaba las donaciones de pabellones que en masa querían hacer los países participantes en la Muestra Universal, que hay regalos “envenenados”.

El chocolate del loro

A finales de agosto de 2011, el hoy ministro de Hacienda y diputado por Sevilla, Cristóbal Montoro; el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, visitaron el complejo termosolar que en Sanlúcar la Mayor ha alzado la multinacional sevillana Abengoa, con cuyo presidente, Felipe Benjumea, posaron al pie de una hilera de helióstatos.
Arenas declaró que Andalucía atesora “grandes recursos naturales” como los que le permiten tener “todas las condiciones para ser líder en energías renovables” y abogó por estar permanentemente estudiando la obtención a partir de estas riquezas naturales de elementos que “incentiven el crecimiento económico y el empleo”.
Montoro, por su parte, dijo que la política económica del futuro Gobierno de España “tiene que estimular las capacidades de emprender, innovar e internacionalizarse como salida a esta crisis”.
La puesta en escena no podía ser más simbólica, ya que Abengoa es pionera y líder de la energía termosolar, un sector en el que Sevilla va a la vanguardia mundial y que se desarrolla ya con un 80% de tecnología nacional. La compañía sevillana no sólo tiene 15 centrales termosolares aprobadas en España (siete en nuestra provincia), sino que también construye a 150 kilómetros de Los Angeles y por encargo de la Administración Obama el mayor complejo termosolar del planeta –Mojave-, de 280 MW y con una inversión de 1.600 millones de dólares. Recientemente ha ganado el concurso internacional convocado por Suráfrica para montar las dos primeras termosolares de ese país por 1.000 millones de euros, con lo que abre el continente africano a la exportación de la tecnología termosolar ‘made in Sevilla’.

HECHOS Y PALABRAS

Tan sólo cinco meses después de aquella foto en Abengoa y de las declaraciones de Montoro, el Ejecutivo de Rajoy ha decretado una moratoria al estímulo de las energías renovables, con el fin de reducir el déficit público en 160 millones de euros. El anuncio era un error técnico, porque confundía el déficit público (saldo negativo entre los ingresos de la Administración y sus gastos) y el déficit de tarifa eléctrico ( saldo negativo entre los ingresos de las empresas eléctricas y los costes que las normas les reconocen, lo cual no significa que sean sus costes reales).
Políticamente también ha sido un error mayúsculo y supone la culminación de la deriva del PP en materia energética: ha pasado de instaurar con Aznar el sistema de primas que ha permitido a España ponerse a la cabeza del mundo en energías renovables (primera en termosolar, tercera en eólica y entre las cinco primeras en fotovoltaica) a frenarlas en seco, sin revisar el sistema para corregir los errores en su aplicación durante la era Zapatero que, con su habitual dominio del marketing, arrebató al PP la bandera de las renovables y lo dejó ante la opinión pública como el negacionista del cambo climático.
Aunque la moratoria no afecta a las centrales termosolares por haber sido ya preasignadas en el Registro de Industria hasta 2013, deja sin perspectiva a este sector y sin presente a la fotovoltaica, eólica, biomasa, cogeneración…. con unos efectos demoledores para el empleo y la inversión.
España, falto de petróleo, gas y uranio y peligrosamente dependiente de estas fuentes de energía extranjeras, debe incentivar el desarrollo de las energías renovables, basadas en recursos inagotables y no contaminantes como el sol y el viento, hasta que maduren tecnológicamente y ya no necesiten más apoyo público.
Las grandes eléctricas las culpan del déficit de tarifa, pero sendos estudios de la consultora Deloitte sobre la termosolar y la eólica en 2010 desmontan esta leyenda negra y revelan sus efectos positivos. La termosolar, que percibió 185 millones de euros en primas, aportó al PIB 1.650 millones y sólo con los ahorros generados a la Seguridad Social, a Hacienda, en CO2 dejado de emitir y en toneladas de petróleo equivalente no importadas más que duplicó las subvenciones recibidas.
La eólica ahorró en importaciones de combustibles fósiles 1.616 millones de euros, exportó por valor de 1.105 millones, ahorró 329 millones en costes de CO2 y aportó 2.984 millones al PIB. Pero lo más importante de ambas renovables es la actividad generada en todo el país y, especialmente, en las regiones más deprimidas como Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha: 24.000 empleos la termosolar y 30.747 la eólica.

REBELIÓN DE LOS BARONES

Por eso la moratoria a las renovables decretada por el Gobierno ha provocado la rebelión de los barones del PP en todas sus Autonomías, hasta el punto de que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el ministro Soria tuvieron que convocar una ‘cumbre’ anticrisis en Madrid, abortada ‘in extremis’ cuando trascendió su celebración. La Fundación Renovables calcula que hasta 2020 se perderán 62.000 millones de euros en inversión privada y 300.000 empleos.
Sólo en Andalucía se frenará una inversión de 14.700 millones de euros que generaría más de 51.000 empleos. La primera víctima ya ha sido Foret, que ha cerrado en Huelva al convertirse en inviable su alianza con Fertinagro. Once parques eólicos se paralizan en Sevilla. Y en Almería, sede con la PSA de la I+D que dio pie a la industria termosolar, Arenas concurrirá a las elecciones del 25M con el ‘handicap’ de que el ministro Soria liquida allí 217 proyectos fotovoltaicos, 45 parques eólicos y 24 proyectos de cogeneración.
Y todo por la decisión de Industria de ahorrarse 160 millones de euros: el chocolate del loro.

Lo que no hizo

El cabeza de lista a perpetuidad del PSOE en Sevilla, Alfonso Guerra, alardea de que fue él quien trajo el AVE a Sevilla contra la opinión de políticos del PP, que supuestamente lo habrían acusado de llevar la alta velocidad hacia Africa en vez de hacia Europa. En ese saco ha metido a “un tal Javier” ahora más conocido que antes (alusión a Arenas) y que cuando se ven en el tren le dice que es magnífico (el AVE, no él). Guerra, en un ejercicio de memoria selectiva, se atribuye lo que se hizo por Sevilla, pero calla lo que no se hizo. Por ejemplo, que se boicoteó un tren-bala que un grupo japonés quería construir entre Sevilla y la Costa del Sol, quizás porque podía ser más veloz que el nuestro. O que, alegando que era un espectáculo para señoritos, se cargó un teatro para la ópera diseñado por Eleuterio Población y cuyas escalinatas besaban el Guadalquivir. Luego, contra el reloj, hubo que recrecer el Maestranza en forma de ‘olla exprés’. Por cierto, el teatro de la ópera vetado por Guerra se iba a alzar donde ahora la torre Pelli. Ironías de la historia.

 

 

 

La batalla de Sevilla

Griñán ha subrayado el papel clave que juega la ciudad en estas elecciones al decir: “ésta es la gran batalla, la batalla de Sevilla”.

Sevilla es vital para todos los partidos, tanto por ser una de las grandes urbes del país y capital de Andalucía como por la fuerza simbólica de estos  resultados cara a las autonómicas dentro de diez meses.

Los analistas coinciden en que la votación en este bastión de la izquierda  durante los últimos 12 años será, con gran probabilidad, un anticipo de lo que ocurrirá en la lucha por la Junta de Andalucía entre Griñán y Arenas tras 30 años de gobiernos socialistas.

EL PSOE

Sevilla, tal como subrayó Zapatero en su mitin, es para el PSOE algo más que la capital de Andalucía en cuanto cuna de Felipe González. Un descalabro que diera el Ayuntamiento al PP, según vaticinan las encuestas, sería interpretado como la confirmación de la tendencia al cambio también en la Junta, apuntada sistemáticamente por los sondeos desde diciembre de 2009.

La pérdida de Sevilla podría a los pies de los caballos a Viera, impulsor del relevo de Monteseirín, laminador del sector crítico y avalista de una lista electoral plagada de independientes en los puestos altos en detrimento de las agrupaciones socialistas, que han adoptado un rol más bien pasivo durante la campaña al sentirse preteridas por el secretario provincial.

Una derrota sin Alcaldía rearmaría a los críticos y cuestionaría la sustitución de Monteseirín por Espadas –o incluso por qué faltó autoridad para haberlo relevado a mitad de mandato por Carrillo – y pondría a prueba la solidez del alcaldable socialista y de su grupo de independientes, que ante el panorama de cuatro años en el duro banco de la oposición podrían verse tentados a dar la ‘espantá’ como en su día Luis Yáñez.

EL PP

La ‘batalla de Sevilla’ es no menos esencial para que el PP, embalado en la hipótesis de conquistar la Alcaldía, pueda ganar el año próximo la ‘guerra de Andalucía’ y tomar el palacio de San Telmo tras seis lustros de derrotas, y se consolide en la capital tras doce años en la oposición. Porque si el PP no logra hoy la mayoría absoluta   después de las encuestas tan favorables;  con casi 100.000 parados en la ciudad, que teóricamente deberían propiciar un cambio político;  tras escándalos como el de Mercasevilla y sus variadas ramificaciones, y los despilfarros (140 millones de euros en las ‘setas’) de la era Monteseirín y su socio Torrijos (éste, imputado judicialmente por partida doble, como imputados buena parte del gobierno municipal, con Nieves Hernández como último caso), entonces no la logrará nunca.

A la frustración por la hipótesis de una victoria pírrica –que no le otorgara a Zoido la Alcaldía- y el efecto en la moral de su militancia, se uniría la necesidad de fabricar en los próximos cuatro años un nuevo candidato.

El juez en excedencia ya anunció hace bastantes meses, con la comprensión de Javier Arenas, que de no ser alcalde dimitiría, por el agotamiento de cuatro años pateándose los barrios de Sevilla, nunca hollados anteriormente por los alcaldables del partido de la gaviota, y la perspectiva de tener que pateárselos cuatro años más.

IZQUIERDA UNIDA

Para IU, mantenerse como la formación que tiene la llave de la Alcaldía  en caso de un escenario sin mayoría absoluta ni de PP ni de PSOE es más vital que nunca, ya que Torrijos  ha adelantado que, en tal hipótesis, vincularía su presumible apoyo al PSOE en el Ayuntamiento a otro pacto de mayor calado con los socialistas para la gobernación de Andalucía. Sevilla, pues, sería la moneda de cambio en la estrategia de IU de sentarse en el Consejo de Gobierno de la Junta.

Por otra parte, en ese supuesto de dependencia socialista de IU en Sevilla, Torrijos sacaría mucha mayor tajada que de sus pactos con Monteseirín, y aspiraría a gobernar delegaciones clave y a administrar mucho más presupuesto, máxime después de ver cómo Espadas ha pasado de no querer saber nada de él y proclamar su aspiración a gobernar en solitario a reconocer su disposición a renovar el pacto de izquierdas.

Por el contrario, perder esa condición de partido-llave del Ayuntamiento y con  ello todas las parcelas de poder, cuotas de colocados en delegaciones y fundaciones municipales y los correspondientes recursos económicos que a la postre contribuyen a la financiación indirecta de su organización, supondría, probablemente, el final de Torrijos en el Consistorio al concluir el mandato que se iniciará en junio.

EL PA

Y para los andalucistas de Pilar González, estas elecciones son incluso más fundamentales que para el resto,  porque tras cuatro años fuera del Ayuntamiento se juegan el ser o no ser como partido en la capital, que es casi tanto como decir en Andalucía. ¿Resitiría el PA otro cuatrienio de travesía por el desierto sin representación ni en el Consistorio sevillano ni en el Parlamento andaluz?

Sin embargo, este partido, que cual ave Fénix ha renacido de cenizas aún peores (en 1983 sólo obtuvo 8.000 votos y ningún concejal, y ocho años después había multiplicado esa cifra casi por diez y con Rojas Marcos de alcalde), incluso podría conseguir una carambola sorprendente de confirmarse el concejal que le da la encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO.

En la hipótesis de un empate a dieciséis ediles entre el PP y el bloque PSOE-IU, un solitario concejal andalucista tendría en sus manos la llave del Ayuntamiento. Nunca un capitular valdría tanto.

Todos tienen tanto que perder y tanto que ganar que con razón ha dicho Griñán que la de Sevilla es ‘la gran batalla’ del 22-M.