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El termómetro

Zoido dijo aquel domingo delante de la Cospe que estaba orgulloso de su gobierno en estos dos años, que los votos vendrán solos y que frente a las encuestas confía en el termómetro de la calle. Si hasta ese día no se habían publicado encuestas sobre intención de voto, ¿por qué Juan Ignacio contrapuso el termómetro popular a los estudios desmocópicos? ¿Qué motivos tiene para no fiarse de ellos? ¿Acaso maneja algunos que no arrojan resultados satisfactorios? ¿No le traicionó el inconsciente al expresarse de un modo que denotaría que no le serían tan favorables, ya que a contrario sensu no habría tenido que recurrir a la metáfora del mercurio en las calles? Repasé las crónicas sobre la procesión del Corpus en busca de comparaciones con aquella triunfal del inicio de su mandato; incluso la prensa más adicta sólo recogía tibios apoyos en el mejor de los casos, lejos de los vítores de antaño. Así que si Zoido se piensa que los votos los trae la cigüeña, que se fije bien con su fino olfato político en qué marcaba el termómetro del Corpus: la mínima en calor ambiental.

 

El CIS y la margarita de Zoido

El secretario general del PP andaluz y alcalde de Tomares, José Luis Sanz, ha vuelto a resucitar el debate interno sobre la candidatura de Zoido a la Presidencia de la Junta de Andalucía en el peor momento posible para los populares en nuestra comunidad autónoma: el mismo día en que se difundía el último Barómetro Autonómico del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

El alcalde de Sevilla había despejado prácticamente esa incógnita en el sentido de concentrarse en sus tareas como regidor de la capital de Andalucía cuando, con motivo de la Feria de Abril, concedió una entrevista a la Cadena SER en la que, tras aludir a su doble condición de alcalde y de líder de la oposición a Griñán, le plantearon si se veía como candidato al sillón de San Telmo. Contestó que su preferencia era la Alcaldía de Sevilla. Su razonamiento era sencillo pero contundente: él es alcalde porque los sevillanos lo han elegido con sus votos en las urnas, mientras que es presidente del PP (A) porque así lo han querido sus compañeros de partido. El mensaje implícito era obvio: tiene un compromiso con los votantes sevillanos mayor que con sus correligionarios, lo cuales habían acudido a él como solución de emergencia tras la dimisión de Javier Arenas y para evitar un vacío de poder interno.

EL PARTIDO MANDA

Aunque todavía quedan, salvo adelanto del calendario por disolución del Parlamento y convocatoria de elecciones anticipadas, casi tres años para la cita con las urnas, la declaración de Zoido reconociendo implícitamente su interinazgo como líder del partido volvió a agitar las aguas internas y a dar bríos a quienes, sobre todo en Andalucía Oriental, propugnan que el PP andaluz tenga una cabeza visible proyectándose hacia las elecciones autonómicas como alternativa a Griñán antes que un líder que proclama sin ambages que su prioridad es sucederse a sí mismo como alcalde de Sevilla en unos comicios para los que sólo faltan dos años y ante los que debe echar el resto en su ciudad en el tiempo que le falta de mandato si quiere ser reelegido.

Quizás para acallar esas voces y poner freno a cualquier movimiento interno para tomar posiciones de cara a la batalla por el control del partido, José Luis Sanz concedió una entrevista a Canal Sur en la que dejó abierta la candidatura de Zoido a la Presidencia de la Junta. El también alcalde de Tomares, que sufre en el seno de su Ayuntamiento la polémica por las facturas de las mariscadas cargadas a las arcas municipales en plena crisis económica, afirma que aunque Zoido ha expresado su deseo de seguir siendo alcalde de Sevilla, “también ha afirmado que está a disposición del partido”.

Sanz se ha esforzado en transmitir el mensaje de que la decisión de Zoido sobre su futuro político no depende única y exclusivamente de él mismo, sino también de los dirigentes de su partido, por lo que si Rajoy, Cospedal, Arenas y los ocho secretarios provinciales andaluces acuerdan que el alcalde de Sevilla debe ser también el aspirante a la Presidencia de la Junta, tendrá que acatar esa decisión “sí o sí”.

PELIGRA LA MAYORÍA ABSOLUTA

El intento de reforzamiento de la dimensión andaluza de Zoido por parte de su mano derecha en el partido se ha producido justamente el mismo día en que se conocía el Barómetro Autonómico del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), al tiempo que su estudio general de opinión. Este último refleja un nuevo descenso en la intención de voto del PP, pero el partido del Gobierno incrementa paradójicamente su ventaja porque la caída del PSOE de Rubalcaba es aún superior a la suya, mientras siguen trasvasándose votos desde los partidos mayoritarios a los minoritarios, en especial IU y UPyD.

Se está dibujando un escenario político cada vez más fragmentado y con la posible necesidad en el horizonte de recurrir a coaliciones de dos e incluso más de dos fuerzas políticas para obtener una mayoría parlamentaria suficiente para gobernar. Un panorama a la italiana, con los movimientos alternativos, como les ha demandado María Dolores de Cospedal, pensando en concurrir a las elecciones para tratar de repetir el fenómeno de Beppe Grillo en Italia capitalizando el descontento popular con los políticos y la vieja política.

El PP, pues, teme perder la mayoría absoluta tanto en el conjunto de España como en algunos de sus feudos tradicionales, especialmente Madrid tras la marcha de Esperanza Aguirre, y Valencia, tras la salida de Camps y el escándalo de la trama Gürtel. El mantenimiento de la Moncloa en manos de Rajoy pasa por revalidar los gobiernos autonómicos madrileño y valenciano y de lograr al menos el mismo techo de votos que había logrado Arenas en Andalucía, donde superó en sufragios al PSOE en las tres últimas convocatorias electorales.

VARAPALO DEL CIS

Sin embargo, las perspectivas que se deducen del Barómetro Autonómico del CIS no son muy halagüeñas para el PP en Andalucía, el cual es percibido falto de liderazgo. A escala regional, el estudio del CIS muestra la misma desafección a la política y a los políticos que el nacional, donde ahora las instituciones más valoradas son la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas y donde caen la Monarquía, los partidos políticos y el Parlamento.

Así, sólo el 18,8% de los andaluces califica de buena/muy buena la gestión de Griñán al frente de la Junta de Andalucía y tan sólo un 14,07% opina lo mismo de la labor del Gobierno autónomo; el presidente de la Junta inspira poca/ninguna confianza al 62,6% de los andaluces y el 40,01% de ellos cree que la situación política en nuestra comunidad es peor que la de España, y un 55,3% estima que la situación económica es peor/mucho peor que la del conjunto del país.

Esta percepción tan negativa de la realidad andaluza debería ser el caldo de cultivo idóneo para la oposición y su líder, pero no se traduce en un mayor apoyo para el PP (A) y Zoido, a los que, mutatis mutandi, les ocurre en Andalucía lo mismo que a Rubalcaba y al PSOE en el ámbito de España: que al ser peor valorados aún que el presidente y su Gobierno acaban por mejorar su posición relativa.

Y es que tan sólo un 5,2% del electorado estima que Zoido realiza una buena/muy buena gestión como líder de la oposición a Griñán; un 48,5% opina que su labor es mala/muy mala; un 35% la califica de regular y el resto, no sabe/no contesta.

El PP a las órdenes de Zoido no es percibido ahora como alternativa de Gobierno en Andalucía, porque cuando el CIS pregunta a los encuestados si creen que lo haría mejor que la Junta en caso de que los populares estuvieran en el Gobierno autonómico en vez de Griñán, hay una diferencia de entre 15 y más de 20 puntos en quienes piensan que lo haría peor en materias como vivienda, seguridad ciudadana, educación, desempleo, infraestructuras, sanidad, ecología, economía e inmigración. O sea, en ningún capítulo hay una mayoría de andaluces que piensen que Zoido lo haría mejor que Griñán.

VOTO VERGONZANTE

En las pasadas elecciones autonómicas andaluzas, el PP ganó con el 40,7% de los votos -si bien la posterior coalición PSOE-IU le privó de gobernar- en la comunidad, mientras que el PSOE obtuvo un 39,5%; IU, un 11,4%; UPyD, un 3,4%, y el PA, un 2,5%. Cuando ahora el CIS pregunta a quienes votaron en esas elecciones por el sentido de su voto entonces, un 2,5% reconoce haber votado a UPyD; un 10,5%, a IU y un 40,6%, al PSOE. Estas cifras, con pequeñas desviaciones arriba o abajo por el tiempo transcurrido, vienen a coincidir con aquellos resultados electorales. Y atención a los datos del PP: sólo un 24% reconoce haber dado su voto a los populares, ¡un 16,7% menos que en la realidad!

Esto significa que hay un voto vergonzante que ya no se reconoce en el PP, como ocurría a los simpatizantes socialistas en la última etapa de Zapatero, un votante que quiere olvidarse del apoyo otorgado al PP hace poco más de un año, en parte por las políticas de Rajoy y en parte por el bajo perfil de Zoido como sustituto de Arenas. Además, un 46,1% de los encuestados asegura que jamás votará al partido que preside Zoido en Andalucía, frente a un 25,9% que dice lo mismo del PSOE. Por tanto, el grado de rechazo visceral al PP supera en 20 puntos al que inspiran los socialistas.

Esta es la situación que refleja el CIS para el PP en Andalucía en el año transcurrido desde las últimas elecciones, la evolución del partido con Arenas como líder y con Zoido como sucesor, un líder de la oposición que no sólo no aprovecha el desgaste de Griñán por la crisis económica y otros factores, sino que es peor valorado aún que el presidente y por lo tanto no se erige como su posible alternativa.

Con este panorama de un PP (A) huérfano de liderazgo regional a ojos del electorado, cabe preguntarse cómo, según Sanz, dentro de su partido aún se deshoja la margarita de si Zoido debe ser también el candidato a la Presidencia de la Junta en San Telmo en vez de concentrarse en retener la Alcaldía de Sevilla.

La hora de la verdad

Los sevillanos  y los andaluces están convocados hoy a unas elecciones regionales que pueden ser históricas de consumarse el vuelco que auguran todas las encuestas y producirse por vez primera la alternancia en el Poder en beneficio del PP de Javier Arenas. Incluso pasarán a los Anales si se mantiene el ‘statu quo’ actual, pues supondría que los socialistas, de sufrir una ‘dulce’ derrota por no obtener el PP la mayoría absoluta, estarían en disposición de seguir gobernando mediante una coalición con IU y salvarían así la peor situación imaginable: la arrolladora marea azul popular tras las municipales y generales, el escándalo de los ERE y una tasa de paro en Andalucía superior al 31% tras sus 30 años de gobierno. Nunca lo tuvo aparentemente más difícil el PSOE y nunca más fácil el PP.

Todas las encuestas publicadas en los dos últimos años, y de forma más acusada hace una semana, le dan la mayoría absoluta al PP, pero pueden acabar siendo un espejismo, como bien sabe el propio Arenas por experiencias anteriores en que, merced a su poderosa maquinaria y a las redes clientelares tejidas desde la Junta, Diputaciones y Ayuntamientos,  el PSOE ha sido capaz de invertir la situación en el último minuto para al menos seguir gobernando en minoría o con alianzas.

LA MAYORÍA ABSOLUTA

Arenas apenas ha podido contener el triunfalismo entre sus filas tras divulgarse hace una semana los sondeos realizados por Sigma Dos para El Mundo, IMC para ABC y Metroscopia para El País, ya que todos le daban al PP la mayoría absoluta o lo colocaban al borde de la misma. Paradójicamente, el medio menos sospechoso de simpatizar con el partido de la gaviota, El País,  es el que le augura la victoria más aplastante:  el 47,3% de los sufragios y una amplia mayoría absoluta de 59 diputados (55 le bastarían para gobernar en solitario), frente al 34,4% de votos y 41 escaños del PSOE, donde ha caído como un jarro de agua fría por no esperar un vaticinio de semejante castigo, que superaría la peor de sus pesadillas.

Ni Arenas lo tiene todo ganado ni Griñán todo perdido, porque los sondeos tienen un significativo margen de error, en algunos casos destacan el peor dato de la horquilla para el PSOE y en el mejor para el PP e incluso el más amplio de todos, el del CIS, tampoco incluye algo fundamental: la participación/abstención. Hemos visto que con tan sólo 120 entrevistas telefónicas por provincia se han hecho estimaciones de escaños, con lo cual hay grandes probabilidades de equivocación.
Al PP, que logró 47 diputados en las anteriores elecciones autonómicas, le bastaría con sumar uno más en cada provincia (8) para obtener la ansiada mayoría absoluta.
Para que Arenas, cuya victoria se da por descontada, no logre gobernar en solitario, el PSOE precisa al menos que el PP no lo supere en diputados en las tres provincias en que ha depositado todas sus esperanzas – Sevilla, Huelva y Jaén- y obtener unos resultados razonables en las restantes.

CLAVE, LA PARTICIPACIÓN

El grado de participación y el de movilización a última hora de los indecisos serán determinantes en este 25-M. De las ocho elecciones anteriormente celebradas en Andalucía, sólo dos, además de éstas, no han coincidido con otras, ya fueran generales o europeas: las de 1982 y las de 1990. En ambos casos la participación fue inferior a la registrada cuando se han celebrado de forma conjunta con unas generales: un 66,31% en 1982 y tan sólo un 54,72% en 1990.
En el resto de citas electorales, la participación ha oscilado entre el 67,28% (año 1994) y el 75,85% (año 2004). ‘A priori’ la menor participación beneficia al PP en una región sociológicamente de izquierdas,  porque implica que más potenciales votantes socialistas se quedan en casa, mientras que la fidelidad del votante popular es muy superior. Sin embargo, como estos comicios se perciben de una forma especial porque pueden suponer un vuelco tras 30 años, hay muchas posibilidades de que la participación supere las cotas de las dos elecciones autonómicas anteriores en solitario.
A partir de un 65% de participación, Arenas tendría serios motivos para preocuparse, porque significaría que el PSOE habría encontrado respuesta a su desesperado toque de corneta.

VOTO DEL ÚLTIMO DÍA

El segundo elemento clave van a ser los indecisos. Algunos sondeos han reflejado que entre un 25%-30% de los votantes aún no tenían decidido su sufragio hace siete días. Como dato de referencia, en las generales del 20 de noviembre un 7% de los andaluces decidió su voto en la misma jornada electoral. Se estima que en torno al 20% se decanta en la semana precedente, por lo que habrá que ver cómo han influido la campaña de los partidos, las movilizaciones contra la reforma laboral y la declaración ante la juez Alaya del ‘chófer de la cocaína’ en el escándalo de los ERE.
La tercera clave será la Andalucía profunda, tradicional feudo del PSOE. El PP ha ido laminando progresivamente el poder socialista. Primero, en el litoral. Después, en las capitales de provincia. Si Arenas consigue un avance suficiente en los municipios del interior, y especialmente en la provincia de Sevilla, tendrá prácticamente asegurada la mayoría absoluta.
Por eso Sevilla es tan importante en estas elecciones, porque tiene el 14% de todos los pueblos andaluces, el 24% del censo electoral (uno de cada cuatro votos en disputa) y elige a uno de cada seis diputados en el Parlamento.
Ganar hoy en Sevilla o al menos que no gane aquí el rival (empate en escaños) es una de las condiciones para que el PP o el PSOE puedan celebrar esta noche la victoria en el conjunto de Andalucía o, al menos, una ‘dulce’ derrota.

Sálvese quien pueda

“Yo nunca he ido con nocturnidad y alevosía o provocando deslealtades. ¿En qué estamos pensando, en el día 25 o en el 26? Entiendo desde el punto de vista personal que haya gente que en algún momento tenga que anteponer el interés de su familia al interés del partido y a su propia dignidad. Si vamos a seguir pidiendo a la gente el pedigrí de su grado de lealtad según se haya acompañado o no, según hayan cambiado las condiciones personales o económicas de alguno, esta organización, si no se mueve en otra dirección, no se parece a la sociedad a la que queremos representar”.
Así anunció Viera su dimisión como secretario general del PSOE de Sevilla, unas esclarecedoras palabras que revelan que el navajeo en el seno del partido que gobierna Andalucía desde hace 30 años no se debe a discrepancias ideológicas, de táctica o estrategia, sino al afán por situarse en las listas electorales en puestos de salida que garanticen un medio de vida los próximos cuatro años, por pánico a que el Titanic socialista se hunda el 25 de marzo.
Y como no hay sitio para todos en los botes salvavidas, de ahí que, como ha denunciado Viera, los candidatos ya piensan más en sí mismos que en el partido. Sálvese el que pueda.

DOS FASES DE LA BATALLA

La batalla es feroz. La primera fase consiste en asaltar un escaño en el Parlamento andaluz. La segunda, en controlar el partido desde el más que posible último reducto de poder institucional y de recolocación de cargos tras el 25M, la Diputación. Esta singular  condición de Alcázar socialista de la Corporación Provincial ha acabado confiriendo a su titular, Fernando Rodríguez Villalobos, un poder orgánico que ha sobrepasado con creces el que le otorgaba su título meramente honorífico de presidente de los socialistas sevillanos.
El propio Viera ha reconocido que entre la militancia se había extendido la idea de que en el PSOE local ejercían en realidad tres secretarios generales, cada uno apoyado por diferentes tribus: él mismo, Villalobos y Susana Díaz, la secretaria de Organización regional y que ha pasado de ser su mano derecha en la organización provincial a querer liquidarlo políticamente.

DISTANCIARSE DE ZAPATERO

Si en el PSOE sevillano se piensa ya más en clave personalista es porque las últimas encuestas conocidas varios días antes del cónclave socialista en que Viera arrojó la toalla auguran, incluso sin recoger todavía el efecto de estas disputas entre el electorado,  un ‘tsunami’ del PP que se va a llevar por delante al partido del puño y la rosa no sólo en toda Andalucía, como en las generales de noviembre, sino también en el metafórico Ararat donde siempre ha encontrado refugio la nave socialista incluso en las peores tormentas: Sevilla.
Griñán convocó elecciones separadas en Andalucía y las fijó cuatro meses después de las generales con el objetivo de que la desastrosa gestión/negación  de la crisis por Zapatero no le arrastrara en el inevitable  naufragio que se avecinaba. Y, asimismo, con la esperanza de que las inevitables, impopulares y dolorosas medidas de ajuste económico ‘impuestas por Bruselas a Rajoy provocaran un rechazo que se expresara en forma de voto de castigo en las urnas y le permitiera al PSOE el mantenimiento de la Junta de Andalucía.

MINIMO DESGASTE

Sin embargo, el barómetro del CIS divulgado siete días antes de la dimisión de Viera demuestra que pese a la subida del IRPF y del IBI, la moratoria de un año en las ayudas a la dependencia y restantes medidas del primer gran recorte del nuevo Gobierno, el PP apenas ha sufrido erosión entre el electorado y que el PSOE sólo ha podido reducir en dos puntos la ventaja con que Rajoy ganó las elecciones el 20 de noviembre. Los socialistas todavía están a 14,7 puntos del PP en intención de voto en todo el país.
Tan sólo tres días más tarde, en la antevíspera de la reunión del Comité Provincial del PSOE sevillano, el Capdea divulgó los datos provincializados del sondeo realizado en diciembre y que revelan  que, por primera vez en la historia, el PP ganaría también en la provincia de Sevilla además de cosechar una holgada mayoría en el conjunto de Andalucía (47% frente al 37,6%). En la tierra de Felipe González y Alfonso Guerra, el sondeo atribuye al PP el 32,3% de los votos, frente al 25,1% del PSOE y, además, revela que el 60% de los sevillanos creen en la victoria de los populares, frente a sólo un 22% que aún confían en un triunfo socialista en nuestra provincia.

SEVILLA TAMBIÉN CAE

Y en tan sólo un lapso de cuatro días, otro sondeo, esta vez de NC Report, venía a coincidir en lo esencial con el de Capdea al otorgar al PP en el conjunto de Andalucía un 47,4% de intención de voto frente al 34,2% del PSOE, con una atribución de 57 escaños frente a 41. La presumible debacle socialista se traduciría en Sevilla en la pérdida de cuatro escaños, al pasar de once a siete diputados. En 30 años de elecciones autonómicas, el partido que ha conseguido al menos un 47% de los votos (caso del PSOE en 1986) ha logrado la mayoría absoluta en el Parlamento regional, habida cuenta de que la ley D´Hont prima siempre las listas más votadas.
La guerra librada en Sevilla entre por ocupar el séptimo puesto de la lista electoral (Carmelo Gómez o Celis, siendo finalmente éste) demuestra que el propio PSOE asume la validez de estos sondeos y, por tanto, su derrota ya no sólo en Andalucía, sino también en su feudo por antonomasia.
Por eso denunció Viera que ya hay gente que antepone “el interés de su familia al interés del partido y a su propia dignidad”.

El empate

empatePrácticamente todas, por no decir todas, las encuestas publicadas el domingo y el lunes auguran la mayoría absoluta de Zoido y un descalabro del PSOE tras la etapa del dúo Monteseirín-Marchena. El sondeo de Sigma Dos para EL MUNDO otorga a Zoido 17-18 concejales; el de Ikerfeld para ABC, 18-19, y el de Metroscopia para El País, 18. Frente a Susana Díaz, que habla de encuestas sacadas ahora del congelador para minar la moral de victoria de los socialistas, la más preocupante para el PSOE es la de El País, por tres razones: es el medio más afín a su ideología; se terminó el pasado viernes, a sólo 9 días del 22-M, y se basó en mil entrevistas. Con este panorama, va Espadas con más moral que el Alcoyano y dice que la situación es de “empate técnico”. No sé si al final habrá o no un vuelco en las urnas a esta tendencia, pero en la situación actual la ocurrencia del alcaldable recuerda al chiste sobre aquel boxeador que estaba recibiendo una tunda tremenda y que le preguntó en su rincón al mánager cómo iba la pelea. Respuesta de éste: “Si lo matas, empatamos”.

ns/nc

ministra-lipasam--644x362El título evoca las abreviaturas de las encuestas: no sabe/no contesta. Monteseirín es un ns/nc, según su autodefinición  ante los periodistas que fueron a  la inauguración del centro de limpieza de Lipasam en el telecabina de la Expo. El (sin) se negó a responder a los plumillas que le pusieron la libreta, la alcachofa o la grabadora por delante, y se limitó a decir: “Os tenéis que ir acostumbrando a que no conteste”. No, si ya estábamos. Cada vez que olía a chamusquina, Alfredo salía corriendo o se escondía, dada su natural propensión a tomar las de Villadiego. Y ahora huele a la chamusquina de los EREs sin luz ni taquígrafos, como el sistema opaco que él impuso  en el Consejo de Mercasevilla al quitarse del medio a la Oposición. ¿Y por qué le preguntamos, si es un cadáver político desde el teletipo de Europa Press y lo que diga no le  importa a nadie? ¿Y para qué vamos a sus actos, si ni habla? A lo largo de 12 años, Monteseirín ha acreditado que no sabe. Ahora, él mismo ha despejado la segunda incógnita. El (sin) alcalde de Sevilla, ni sabe, ni contesta.

Vamos a contar mentiras

A falta de cinco meses para las municipales, Monteseirín se ha dedicado durante estas fiestas navideñas a hacer declaraciones a modo de despedida a algunos medios adictos (tras pasar por caja) a su causa, en los que ha contado, como en  la canción infantil que da título a este artículo,  mentiras,  y también medias verdades, de las que entresaco el siguiente ramillete:

Tres mandatos son suficientes. Estoy muy contento de haber tomado una decisión que creo es la mejor para mi partido y para la ciudad: Monteseirín pretende hacer creer que no quería continuar como alcalde, cuando en su círculo llegó a decir que aspiraba a permanecer al menos 20 años, en línea con un Pedro Pacheco en Jerez o  un Francisco Vázquez en La Coruña. Toda su estrategia, tras la clamorosa derrota de su sector crítico en el congreso provincial del PSOE del verano de 1998, fue parapetarse en la capital y buscar la fórmula de ser designado candidato con el aval de Madrid y al margen de la Ejecutiva Provincial.

Chaves y Monteseirín se han apoyado mutuamente hasta el final

Chaves y Monteseirín se han apoyado mutuamente hasta el final

Cuando Chaves, su único valedor frente a José Blanco y José Antonio Viera, deja San Telmo, su suerte está echada. En la era de Internet, las tabletas, los e-readers y el correo electrónico, Monteseirín pasará a la historia por ser el único alcalde defenestrado a través de un medio tan antiguo como un teletipo: el famoso cable de Europa Press  por el que Griñán anunció ‘urbi et orbi’ que no repetiría. Franco mandaba a los ministros cesantes un sobre con un motorista. Griñán ni siquiera se molestó en gastar gasolina. Bastó con el télex de una agencia. Así fue como Monteseirín se enteró de que quien había tomado la decisión de quitarlo del medio fue Griñán y no él.

Le planteé a Chaves que no quería presentarme por cuarta vez a la Alcaldía. Acordamos que lo mejor era no decir nada:  Chaves deja la Junta a principios de abril de 2009 para irse a Madrid, y ya el día 22 de ese mismo mes Griñán es investido como nuevo presidente andaluz. Por entonces faltaban 25 meses exactos para las municipales. ¿Es imaginable que el alcalde de la capital de Andalucía transmita su intención de no continuar cuando faltan más de dos años y que esa comunicación la mantenga con Chaves, ya en Madrid, en vez de, o además de,  con el nuevo presidente de la Junta, y que acuerden mantenerlo en secreto sin preparar rápidamente la sucesión?

En la era de Internet a Monteseirín lo defenestraron por un medio tan antiguo como un teletipo de agencia

En la era de Internet a Monteseirín lo defenestraron por un medio tan antiguo como un teletipo de agencia

Si esto hubiera ocurrido realmente, no denotaría más que su torpeza al haberse mantenido en la estela de Chaves sin comprender que el nuevo hombre fuerte en Andalucía era Griñán, que aunó la doble condición de presidente de la Junta y secretario general regional. Obrando a espaldas de Griñán, Monteseirín se cavó su propia tumba política.

Me he quedado (en la Alcaldía) porque el partido me pide que siga hasta el final para rematar los proyectos pendientes: Declaración contradictoria con esta otra de que él defendía que una persona de su equipo de gobierno (Celis) se hiciera cargo de la Alcaldía cuando faltara algún tiempo, y fuera el alcalde para después ser el candidato. Monteseirín no se ha quedado porque el partido se lo pidiera, sino porque el PSOE no ha querido pagarle el precio exigido por él para dejar la Alcaldía antes de tiempo y no hacerle sombra al alcaldable, y también para hacerle pagar la factura de su negativa a facilitar su sucesión. En su momento le ofreció un puesto en el Parlamento Europeo a cambio de dejarle vía libre a Emilio Carrillo, pero con tal de fastidiar a este último, ha acabado por fastidiarse él mismo. Si le dan una salida será después de las municipales y no antes, porque a cinco meses del 22-M ya no tiene sentido.

Mi proyecto ha sido refrendado en tres ocasiones por los sevillanos: Otra mentira, y una de las más reiteradas por Monteseirín. Sólo ganó una de las tres elecciones municipales a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Soledad Becerril y Juan Ignacio Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.

Soy el único alcalde de Sevilla que siempre mejoró sus resultados: Una mentira si afirma esto y una verdad con trampa si afirma que mejoró el número de concejales. No mejoró siempre sus resultados porque el PSOE pasó de 130.958 votos en las elecciones municipales de 2003 a 124.534 en las de 2007. Y si en 2007 obtuvo un concejal más (15 en total) que en 2003 (14) pese a haber perdido 6.424 votos de una elección a otra, esto es sólo posible por las características de nuestro deficiente sistema electoral. Por tanto, en votos populares y en refrendo de los sevillanos, Monteseirín podría decir sin faltar a la verdad que ha sido el único alcalde cuyos resultados han empeorado y que aun así siguió siéndolo.

Me critican en núcleos conservadores, con aires predemocráticos y del nacionalcatolicismo, que no tienen nada que ver con los tiempos en que vivimos: Por eso él, tan progre, ha concedido trece medallas de la ciudad (récord mundial) a otras tantas vírgenes y arbitrado una política de subvenciones a las cofradías conocida como “el urbanismo morado”.

Después de ser alcalde, estoy saciado de popularidad: El 20% de los sevillanos que declaran conocerlo  lo califican directamente con un cero; jamás ha sido aprobado en una encuesta durante sus 12 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él del sondeo encargado por el PSOE a Julián Santamaría, y en el último  divulgado aparece como el segundo alcalde de España peor valorado.

En honor a la verdad, debería haber dicho esto: “Después de ser alcalde, estoy saciado de impopularidad”.

Monteseirín: claves de su carta del adiós

El aún alcalde de Sevilla envió el viernes, camino de Nápoles, una carta a los periódicos  de la ciudad con publicación embargada hasta el domingo para despedirse de los sevillanos y, de paso, lanzar una serie de mensajes codificados a su partido, que pretende que agote el mandato y permanezca en la Alcaldía hasta dentro de quince meses, cuando se celebren las elecciones municipales.

Insólito: el alcalde se despide sin haberse ido. La carta, titulada ‘Gracias a Sevilla (que me ha dado tanto..)’,  puede interpretarse como un órdago a la dirección del partido: aparentando una dimisión inminente, Monteseirín buscaría obtener garantías de futuro como condición  para continuar en su puesto y no precipitar una nueva crisis en el Ayuntamiento que obligara al PSOE a  improvisarle un sucesor. Los hechos demostrarán si el alcalde se va definitivamente en un ataque de dignidad o se traga las palabras como hizo cuando la crisis con Rojas Marcos por el caso Bazar España o cuando cambió de postura en el tema de las Cajas.

Reproducimos en negritas párrafos de la carta del alcalde y, a continuación, nuestras acotaciones:

1) Ya es pública mi decisión, que vengo madurando desde hace mucho tiempo…..

Monteseirín sigue tratando de aparentar que ha sido él y no Griñán quien ha decidido su marcha del Ayuntamiento, cuando su estrategia desde su clamorosa derrota (se parapetó tras el denominado ‘sector crítico’, ya que no tuvo el valor de presentarse él mismo) frente a Viera en el congreso socialista de julio de 2008 ha sido la de una numantina resistencia para evitar que el PSOE lo defenestrara antes de tiempo.

En segundo lugar, para evitar también que cuajara la alternativa interna (Emilio Carrillo) preparada por el partido con la antelación suficiente y dado su derrumbamiento en las encuestas y el rechazo que genera en la opinión pública (el 20% de los sevillanos que declaran conocer al alcalde  lo califican directamente con un cero y jamás ha aprobado en una encuesta durante sus 11 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él de la encuesta encargada por el PSOE a Julián Santamaría).

En tercer lugar y una vez emigrado Chaves (su gran valedor, no tanto por estima como por temer que abrir el melón sucesorio en Sevilla en mitad de un mandato equivalía a abrir la veda para que se hiciera lo mismo en la Junta de Andalucía en mitad de una legislatura, como así le acabó ocurriendo a él: Chaves se veía en el espejo de Monteseirín), una vez ido Chaves, decíamos, amagar con su dimisión a finales de 2009 ante Griñán al comprobar que no gozaba del favor del nuevo presidente, pero con un doble objetivo:

1)      Forzar su ratificación ante la supuesta falta de tiempo (17 meses por entonces) para que el PSOE buscase un candidato alternativo fuera del Ayuntamiento.

2)      En caso contrario, dejar colocado como sucesor  a Celis, el hombre encargado de convertir Sevilla capital en el califato del sector crítico frente a  la Ejecutiva Provincial liderada por Viera y pese a haber contado éste con  el 88,6% de los votos en el último congreso provincial socialista.

Monteseirín ha tratado de asaltar el PSOE de Sevilla desde la trinchera de la capital, parapetado en su condición de único alcalde socialista de una capital de provincia y de Sevilla como capital de Andalucía. Ha tratado deliberadamente de dividir el partido al sentirse ‘intocable’ por ser alcalde de Sevilla, desafiando de forma permanente la autoridad del secretario general y confiado en el manto protector de Chaves.

Monteseirín siempre ha jugado manejando los tiempos políticos para que el tiempo acabara jugando a su favor. Contaba con que su amago de dimisión nunca sería aceptada por Griñán a tan sólo año y medio de las elecciones y que ese año y medio le daría margen de maniobra para tratar de ganarse al nuevo presidente de la Junta, por una parte, y de invertir los sondeos contrarios a su persona mediante una intensa campaña mediática (puesta en marcha de Giralda Tv, compra de favores periodísticos a través de Marchena y del dinero de la publicidad institucional o de las empresas municipales; buzoneo de publicaciones laudatorias en los barrios…) y de captación de apoyo social.

Así, el alcalde habría intentado que Griñán hubiera actuado de presentador suyo en una conferencia que iba a pronunciar después de Reyes. Al no conseguir su propósito de que el presidente de la Junta le hiciera su loa política y  que ésta se interpretara como un aval a su persona, dentro y fuera del partido, pospuso la  conferencia ‘sine die’.

Más ejemplos de la estrategia del alcalde de ganarse apoyos sociales para que fueran valorados en la Casa Rosa: intentó que le otorgara la medalla de oro del Ateneo el nuevo presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero, médico como él y como agradecimiento por los favores municipales –ahí se vio que no eran gratuitos- a la entidad de la calle Orfila.

2) ….un muchacho de barrio, criado junto a la Facultad de Medicina, llegara en 1999 a la Alcaldía de la ciudad que “es bella porque siempre es nueva”.

Monteseirín trata en esta frase de justificar su ‘grandeur’ arquitectónica, como si Sevilla no fuera bella por el Guadalquivir, el conjunto histórico-artístico de la ciudad, la Catedral, la Giralda, el Real Alcázar, la torre del Oro, la Plaza de España, el parque de María Luisa y todo lo existente antes de su llegada a la Alcaldía sin necesidad del legado del alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Pelli, la biblioteca de Zaha Hadid en el Prado, la nueva Alameda de Hércules, el proyecto de ‘La piel sensible’ para la Alfalfa, Pescadería, el Pan y otras plazas del Centro…..

3) …superando las dificultades de todo tipo que (siempre los mismos) hemos ido encontrándonos por el camino.

Con ese “siempre los mismos” el alcalde ha anatemizado una vez más como miembros de una Sevilla retrógrada, ‘facha’, rancia, tradicionalista, ‘derechona’ y demás sinónimos a todos aquellos que han osado llevarle la contraria o criticarle en desacuerdo con su gestión, con el doble fin de presentarse ante el electorado de izquierdas como una víctima de esa Sevilla clasista de los de siempre y, por consiguiente, como un héroe/mártir de las clases populares, el hombre que desde una condición humilde llega a la Alcaldía para, levantando las ‘setas’ de la Encarnación por ejemplo, democratizar (¿?) las vistas sobre el caserío histórico que hasta entonces sólo podían disfrutar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Mensajes simplistas (dicotomía bueno-malo) y demagógicos para consolidar la imagen de la existencia de dos Sevilla, acentuar los enfrentamientos de clase en vez del interclasismo y dividir en vez de integrar.

4) Hemos sido coherentes con un modelo de ciudad….

Monteseirín quiere hacer creer que ha actuado siempre conforme a un modelo previo de ciudad cuando, en todo caso, esa nueva ciudad que él presenta como su Arcadia feliz es la que resulta del lápiz del arquitecto Manuel Angel González Fustegueras y del proceso de participación ciudadana, que confluyen en el nuevo PGOU. Dicho de otro modo, el PGOU no es el fruto de Monteseirín, sino Monteseirín del PGOU. Poco de ese nuevo modelo de ciudad al que tanto remite el alcalde está previamente en sus programas electorales. Al contrario: la peatonalización de la Avenida es la condición necesaria para implantar un tranvía como sucedáneo del Metro y que por acumular tres años de retraso no iba a estar listo ni para las elecciones municipales de 2007.

Recuérdese que Monteseirín llegó a la Alcaldía por el ‘pacto del Metro’ entre Chaves y Rojas Marcos y que en la perspectiva de carecer de Metro todavía ocho años después, no podía presentarse a las elecciones con las manos vacías. Hizo, pues, de la necesidad virtud y a marchas forzadas construyó (destruyendo incluso los hornos almohades de la Puerta de Jerez) y presentó el tranvía como el ‘Metrocentro’, un sucedáneo de Metro penetrando hasta el Centro y cuya consecuencia era la peatonalización para abrir paso a vías y catenarias. El marketing político y electoral convierte esta improvisación en el modelo de ciudad del que alardea el aún alcalde.

5)…tras tantos años de proyectos eternamente pendientes de abordar…

Monteseirín ha querido pasar a la historia como el alcalde que resolvió las cuestiones pendientes de la ciudad (el solar del mercado de la Encarnación, el traslado de la Feria de Abril, el vacío del Prado de San Sebastián, la ampliación de Fibes….), pero algunas las ha dejado irresueltas (la Feria), otras las está resolviendo a un coste multimillonario (las ‘setas’ y el Palacio de Congresos) y ha dejado algunas nuevas para el futuro (el acuario de Delicias, la biblioteca del Prado).

Basó una de sus primeras decisiones nada más llegar a la Alcaldía y que resolvía una de esas cuestiones pendientes, como fue liquidar el edificio administrativo de Moneo que llenaba el espacio vacío del Prado, con el argumento de que ese dinero (unos 30 millones de euros) se debía destinar a modernizar los barrios y que había que ‘descentralizar  el Centro’ repartiendo sedes administrativas por los distritos y ahorrar recursos mediante la informatización y con Internet.

Al final, ha acabado preso de su megalomanía y creyendo que la modernidad de una ciudad se basa en costosísimos iconos arquitectónicos cuales nuevos estadios Olímpicos y no en el eficaz funcionamiento de los servicios públicos (transportes, limpieza) y en la construcción de amplios equipamientos (bibliotecas de barrio, centros cívicos, polideportivos, plazas, jardines..). Mientras alzaba las ‘setas’ en la Encarnación, alteraba la Alameda o ampliaba Fibes, los servicios públicos (Tussam, Lipasam) han acabado en la ruina. ¿Cuánto dinero queda de los convenios urbanísticos firmados en su día para equipar los futuros barrios de la ciudad?

6) Y hoy, aun cuando la crisis económica y financiera mundial está azotándonos como a todos de la forma más lacerante, con el desempleo…

Responsabiliza a factores externos, esa crisis mundial, del incumplimiento de su promesa electoral del pleno empleo y de una vivienda para todos y sin sorteo durante este mandato. Se arroga lo que se hace en la ciudad y culpa de lo que no se hace a las circunstancias y a “los de siempre”.

7) Sevilla volverá a ganar la partida frente a la resignación, el inmovilismo y la involución.

Monteseirín practica un doble lenguaje o una doble moral. Por una parte, ataca de forma sistemática a esa Sevilla inmovilista e incluso involucionista, para complacer así a los votantes de la izquierda, y por otra hace lo imposible por complacer y cortejar a esa Sevilla de las tradiciones de siempre, que supuestamente detesta y es un freno para sus planes modernizadores.

Ni Soledad Becerril ni Rojas Marcos, ni por supuesto Del Valle y Uruñuela, otorgaron tantas medallas de la ciudad (doce) a Vírgenes como ha otorgado Monteseirín; ni se inventaron el ‘urbanismo morado’ para alimentar de subvenciones a las cofradías  en descarada busca del voto popular; ni erigieron tantas estatuas a toreros y nobles en el Paseo de Colón o espacios públicos; ni frecuentaron tanto los salones de la aristocracia, los palcos de la Semana Santa o la plaza de toros de la Maestranza……

8) …..gracias con el alma por como habéis respaldado siempre nuestras ideas y nuestras propuestas en el foro de la democracia ciudadana. Ese apoyo y confianza me han permitido ser, después de estos más de diez años, la persona que más tiempo lleva desempeñando la tarea de alcalde de Sevilla desde que se instituyeron las alcaldías modernas, a principios del siglo XIX.

Esta es la mentira reiterada de Monteseirín, en la que insiste una y otra vez como un martillo pilón: que ha obtenido siempre el respaldo electoral en las elecciones municipales. Falso. Sólo ganó una de las tres a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Becerril y Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.

9) …..voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles…

Lanza el mensaje de que quiere un nuevo cargo público, cuando en el comienzo de su carta reconoce que lleva 30 años en la política y los últimos quince sin bajarse del coche oficial (hasta el punto de que reconoce en su declaración de bienes que no tiene ninguno de su propiedad; no le hace falta) como presidente de la Diputación y de la FAMP y alcalde de Sevilla. Veremos hasta dónde se cumple el aserto de Griñán el pasado fin de semana de que el PSOE “no es ni una empresa, ni una ONG”.

10)….Un impulso renovado que, desde la continuidad del proyecto y los relevos generacionales que lo acompañen..

Con la expresión “los relevos generacionales”, Monteseirín está postulando de nuevo a Celis como su sucesor frente a personas de la vieja guardia del partido como pudieran ser Rosamar Prieto, Viera o el mismísimo Alfonso Guerra. Es curioso que hasta diciembre, cuando hizo el amago de retirada ante Griñán pese a que no hace mucho decía que quería seguir en la Alcaldía hasta el año 2020 por lo menos, Monteirín nunca se incluía entre los necesitados de relevo generacional, a pesar de que ya tiene más de 50 años y de que lleva 30 ocupando puestos y cargos en el PSOE y en la vida pública en nombre del PSOE.

11)La ciudad nos necesita a todos y a todas al margen de coyunturas o decisiones personales.

Monteseirín está llegando al final de su carta y por primera vez parece que habla en clave institucional y como alcalde de todos los sevillanos, pero….

12) Sevilla, la buena gente de Sevilla, se lo merece todo.

…al final vuelve a hablar de buenos y de malos al establecer una distinción implícita entre la buena gente, a la que nombra, y la mala, subyacente en la frase. Siempre el mensaje de las dos Sevilla y de que él va de bueno por la vida y como tal debe ser perdonado por sus errores de gestión, imputables más a su entorno (el manido recurso a los técnicos municipales en escándalos como el de los Bermejales, la cubierta de la Davis, la caseta de la Feria…) que a su persona.

Y así fue como Monteseirín dio las gracias a Sevilla (que le ha soportado tanto).

Guerra y la falta de banquillo socialista

Hace una semana se conocía el sondeo oficial del Iesa en que por primera vez el PP aparecía como vencedor en Andalucía en caso de que ahora se celebrasen elecciones en la comunidad, con una ventaja de 1,6 puntos sobre el PSOE. Tras 30 años de gobiernos socialistas, esta encuesta realizada por un organismo dependiente de la propia Junta revela un estado de opinión sin precedentes: el PP está en condiciones de dar un vuelco histórico en el mayor granero de votos del socialismo español.

El sondeo ha causado un terremoto de la máxima intensidad en la escala Richter de la política, por más que el PSOE haya tratado de disimular los efectos de su impacto. Pero el epicentro del seísmo político no hay que datarlo a mitad de enero de 2010, sino mucho antes. Los temblores telúricos fueron percibidos por los sismógrafos socialistas en, como diría Rosa Aguilar,  “tiempo real”: en paralelo a la realización del trabajo de campo por el Iesa en noviembre de 2009. Si a la luz de los resultados de esta encuesta rebobinamos la moviola y nos situamos a finales del año pasado, comprenderemos mejor por qué a mitad de noviembre Griñán desató la polémica sobre el congreso extraordinario para relevar cuanto antes a Chaves como secretario general.

Recuérdese que en octubre Griñán decía que no quería distraer a sus filas con cuitas internas en un momento de crisis económica,  porque si anticipaba los plazos del cónclave socialista ello implicaba poner a toda la maquinaria del partido a trabajar casi en exclusiva en su preparación y esa distracción afectaría de lleno a su Gobierno. Medio mes después, cambió radicalmente de opinión y urgió repentinamente a acabar con la bicefalia con Chaves en un congreso extraordinario. ¿Por qué? Casualidad o coincidencia, el Iesa ya tabulaba encuestas del sondeo que reflejaba un hundimiento de la marca PSOE en Andalucía.

Y también casualidad o coincidencia -¿hay aún casualidades en política?-, poco después Monteseirín trataba de anticipar su ‘operación salida’ y transmitía a Griñán su deseo de abandonar el Ayuntamiento en busca de otros cuarteles de invierno donde refugiarse  con todo su equipo de asesores y personal de confianza antes de que fuera demasiado tarde y la onda expansiva del terremoto político vaticinado por el sondeo del Iesa le afectara de lleno, repitiera o no candidatura en las municipales.

El voto del estómago

En una tierra donde se vota más con el estómago que con el cerebro o el corazón, la cifra de 850.000 parados  andaluces tendría un demoledor efecto electoral para el PSOE, tal como refleja el sondeo. En 2007, sólo un tercio de los andaluces calificaba de mala la situación económica; ahora la perciben como mala o bastante mala el 78,6%. Hace tres años, dos tercios opinaban que el paro era el principal problema de la comunidad; hoy, el 89%.

Más de la mitad de los andaluces ve Andalucía menos o mucho menos preparada que el resto de España para afrontar la crisis y un 45,8% culpa de la situación a la Junta. Dos de cada tres andaluces perciben la situación de nuestra tierra como mala o bastante mala y una cuarta parte opina que es regular.

Y atención a estos datos: un 82% conoce a alguien de su entorno más cercano (familia, amigos, compañeros) que ha perdido su empleo en los últimos seis meses y uno de cada tres andaluces que aún trabaja teme por su puesto de trabajo.

Las expectativas sobre el futuro tampoco son muy optimistas: dos tercios estiman que dentro de un año la situación seguirá igual o peor todavía, en línea con los últimos estudios socioeconómicos conocidos. Caja España prevé una caída de la actividad económica del 1% a lo largo de 2010 y una tasa de paro del 22%.

Y ahora, ¿quién?

Este escenario de recesión para todo el año significa que aún pueden incrementarse en Sevilla capital los 70.000 parados actuales, personas que tienen padre, madre, cónyuge, hijos, hermanos, primos, tíos….con derecho a voto. Calculando una familia media de cuatro miembros, serían 280.000 los afectados de alguna manera por el paro en una ciudad de 700.000 habitantes, y cuando acabe 2010 faltarán sólo cinco meses para las municipales. En 2007, en plena bonanza económica, Monteseirín ya perdió las elecciones  frente a un recién llegado a la política como entonces era Zoido, del que la mitad del electorado no conocía ni su nombre. Sólo le salvó Torrijos. Hoy, los sondeos ocultos del PSOE y la percepción instalada en la opinión pública indican que el ya candidato oficial del PP ganaría por mayoría absoluta la Alcaldía.

El PSOE sabe que con este panorama socioeconómico necesita más que nunca de un candidato capaz de movilizar a todos sus simpatizantes a las urnas al toque de generala. Monteseirín no entusiasma, sino todo lo contrario. ¿Es Celis el hombre capaz de arrebatar a las masas? ¿Sería Juan Espadas? ¿Viera acaso? Y si no ellos, ¿quién, entonces?

Y ahí Griñán saca a relucir de nuevo como posible candidato a Alfonso Guerra, el que antaño congregaba a las bases socialistas en los mítines tan sólo al conjuro de su nombre y al que los militantes gritaban con entusiasmo aquello de “¡Dales caña, Arfonzo!”.

Si Griñán ha tenido que esgrimir el nombre de una vieja gloria que evoca en el imaginario socialista la mejor época de su historia reciente, ello es la prueba de la falta de banquillo del PSOE. Al contrario de lo que presume Del Nido de la plantilla del Sevilla F. C., Griñán ha mirado dentro de su partido y ha comprobado con horror que carece de fondo de armario.

El tiempo es oro

Una simple nevada en comparación con las del resto de España dejó el fin de semana a centenares de imprudentes curiosos y sus vehículos aislados en la Sierra Norte, por incapacidad o retraso de la Administración en despejar las carreteras, si bien la consejera de Obras Públicas sostiene que la Junta actuó en “tiempo real” frente al temporal. Gobernar es prever, pero parece que Rosa Aguilar aún no lo ha comprendido pese a su experiencia. La cuestión no radicaba en que la Junta actuara en “tiempo real”, sino “antes de tiempo”, para prevenir y paliar con margen suficiente de maniobra los efectos de las inclemencias meteorológicas en coordinación con ayuntamientos y Diputación. De los testimonios de los alcaldes se colige que más que ser coordinados por la Junta se coordinaron ellos mismos sobre la marcha y sin un plan preestablecido. Así, en el Ayuntamiento de Guadalcanal manifestaban que aunque había estado nevando durante nueve horas seguidas, no fue hasta el final de la tarde cuando la Junta y la Diputación se pusieron en contacto con ellos.

Las radios contaban desde la mañana del domingo que  centenares de curiosos se dirigían a la sierra para disfrutar de la nieve, sin percatarse de que iban a quedar atrapados en una ratonera conforme a las previsiones meteorológicas. Esas previsiones sí fueron tenidas en cuenta por la DGT, que en los paneles informativos de la autovía  Huelva-Sevilla alertaba ya el sábado sobre la necesidad de adelantar el retorno en previsión de nevadas al día siguiente. Nadie supo reaccionar desde la Junta para contener la avalancha de turistas ocasionales en las carreteras o hacerles llamamientos a través de los medios de comunicación para que se dieran media vuelta. El resultado: numerosos atrapados, que tuvieron que alojarse en colegios y  casas particulares en los pueblos porque la reacción en “tiempo real” fue insuficiente. La Junta envió sólo seis máquinas quitanieves con doce operarios y 7.500 kilos de sal para despejar la red viaria de toda una comarca. Los ayuntamientos tuvieron que suplir la carencia de medios recurriendo a máquinas retroexcavadoras de particulares para apartar el manto blanco.

Nevaba desde por la mañana pero como dijo el alcalde de Alanís, “a la tarde ya llegaron los vehículos de la Junta”. A la tarde y, por tanto, tarde, porque las máquinas quitanieves ya deberían haber estado desplegadas desde la víspera, pero la Junta no actuó hasta que no nevó en “tiempo real”. Osea, a destiempo.

Oír los sondeos

El presidente provincial del PSOE y de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, decía no hace mucho que para la designación del candidato a la Alcaldía de Sevilla “habría que oír las encuestas”. Pues bien, las encuestas ya hablan. El nada sospechoso exconsejero socialista de la Junta, Antonio Pascual, presentó en calidad de director del Centro Andaluz de Prospectiva el último Barómetro de Antares en unos términos que no dejan lugar a dudas: es la primera vez en cinco años que los sevillanos que piensan que la ciudad empeora superan a los satisfechos con la situación actual, por  lo que globalmente el 64,1% ven Sevilla igual o peor que antes.

La conjunción de la crisis económica (más de 70.000 parados), la avalancha de obras (ha llegado a haber 400 calles levantadas simultáneamente) y el tráfico insufrible han generado esta percepción en unos momentos en que el PSOE sigue oficialmente deshojando la margarita sobre el alcaldable. Aunque es cierto que las grandes obras suscitan un inicial rechazo por las molestias que causan y que la impresión varía tras su terminación, también lo es el hastío de los ciudadanos por la reiteración de esta política. Conscientes de ello, los alcaldes suelen acometer los trabajos al inicio del mandato para que la percepción sobre las molestias no siga vigente a la hora del voto cuatro años más tarde. Monteseirín prometió no incurrir en el mismo error de atosigar a los sevillanos con tantas obras tras la experiencia anterior del levantamiento del Centro, pero ahora se halla en una situación parecida, forzado por los planes 8.000 y 5.000. Su problema es si le dará tiempo a que varíe la percepción ciudadana antes de las elecciones, pues como él mismo dijo en una ocasión “la realidad no es como es, sino como se percibe”.

Reducido a mero aspirante

El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ya introduce significativos matices en su discurso cuando se refiere a Monteseirín, al que públicamente ha emplazado a  que comunique  como muy tarde antes del verano si quiere optar a ser candidato a la Alcaldía. Atención: no ha dicho que vaya a ser el candidato del PSOE por que diga que quiera serlo, sino que en caso de que lo comunique quedaría en la condición de mero aspirante, pese a acumular tres mandatos consecutivos como alcalde. Si después de doce años en el sillón no hay aún un apoyo inequívoco y explícito, la percepción (ésta es la palabra de moda) que queda es que el partido ve agotada la figura de Monteseirín.

Ya lo dijo Velasco, el secretario de organización del PSOE (A), que no es lo mismo optar a un segundo mandato –y ahí daba por automática la repetición de la candidatura de alcaldes en su primer cuatrienio-  que repetir cuando como en el caso de Sevilla se lleva 12 años en el Poder. Griñán abunda ahora en lo mismo: Monteseirín, después de tanto tiempo en el cargo, “tiene que hacer balance y saber si su proyecto puede continuar o no”. Balance es un término que suena a punto y final.